021.
Advierto desde ahora, es un capítulo largo y triste. Pónganse cómodos.
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—Buena suerte en tu viaje, Jimin —se despide Dowoon con una pequeña sonrisa en su rostro.
—Muchas gracias... Y lo siento por haber sido una molestia... —hace una mueca.
—No, no, para nada... Eres bienvenido siempre que gustes.
Jimin sonríe.
—Gracias de nuevo —dice dándole rápidamente un pequeño beso en la mejilla.
Dowoon se sonroja inmediatamente.
El pelirosa, sin esperar más toma su equipaje y sale finalmente de la casa, bajando las escaleras del pórtico.
—¡Jimin, espera!
Park se detiene y voltea hacia el pelinegro, confundido. Este último, parece mantener una pelea mental consigo mismo, pensando en las palabras adecuadas.
—Ahm, s-si alguna vez vuelves... Po-podríamos ir a tomar algo, no lo sé...
Jimin en ese momento sintió pena y dolor, pues primero comenzaba a sospechar de los recientes sentimientos de Dowoon hacia él y segundo... Dudaba mucho que fuese a volver...
—Claro... —respondió débilmente con una sonrisa fingida.
Pareció que el alma le volvió al cuerpo al pelinegro y suspiró aliviado para finalmente asentir y despedirse de Jimin con la mano, deseándole nuevamente un buen viaje.
Minutos después, el pelirosa suspiró pesadamente cuando se subió al taxi junto a sus maletas. No iría al aeropuerto ahora, no podía irse así sin más, sin resolver los cabos sueltos y dudas. Necesitaba hablar con Jungkook y aclarar las cosas. Así que con una horrible sensación golpeando su pecho le dictó al condudor la dirección del apartamento de su novio.
[🖤]
Jungkook se terminaba de vestir, colocándose una camiseta negra después de haberse dado una ducha rápida. Tomó la toalla y secó salvajemente sobre su cabello. A continuación se dirigió sin ánimos hasta la cocina para comenzar a hacerse su desayuno, aunque sinceramente, no tenía hambre, ni ganas de comer. No tenía ganas de hacer nada. Sólo hacerse un hueco en su cama y hundirse en su miseria.
Sin embargo debía comer, ya que después su cuerpo le cobraría la falta de alimento y salud con debilidad física y detestaba eso, más si era un nadador. Debía cuidarse. En fin, se preparó un simple cereal con leche y un jugo de naranja, sentándose en la mesa y comenzando a comerlo sin prisa. Pasados los minutos, llevaba lo último del contenido a sus labios mientras su vista estaba enfocada en la gran ventana de su sala que mostraba el hermoso cielo y la punta de los edificios.
Suspiró, sin tan sólo su día fuera igual de bonito como se veía afuera.
Al instante suena el timbre de su apartamento y su corazón se detiene, pensando en cientos de posibilidades sobre quién podría ser, y terminando en una sola persona. Se mantuvo inmóvil, pensando en esa opción, pues si era quién creía, no iba a responder. No quería. Sin embargo el sonido del timbre era demasiado escándaloso e irritante que no lo soportó por más tiempo. Se levantó de golpe y finalmente le importó un carajo quién estuviera afuera, le abriría mientras dejara de tocar ese timbre de mierda. Podría ser otra persona, nunca se sabe.
Aunque sus suposiciones anteriores estuvieron correctas, al abrir la puerta y encontrar el rostro de Jimin mirándole seriamente.
Era interesante como a pesar de que sospechaba que fuera él, no pudo evitar sorprenderse y palidecer al verlo realmente allí.
—Tenemos que hablar —fue lo único que dijo el pelirosa.
Jungkook sin expresión alguna, presionó furiosamente sus labios e hizo ademán de cerrar la puerta pero al instante es detenida por la mano de Jimin.
—Jungkook, porfavor... —le mira suplicante con dolor en sus ojos.
El castaño intenta resistirse, de verdad que quiere cerrar la puerta y mandar al carajo al pelirosa. Pero en el fondo, él no era así.
Finalmente resopla fuertemente, rodando los ojos y abre la puerta en su totalidad. Dejando que Jimin entrase al mismo lugar donde lo había echado. Irónico. Cerró la puerta más fuerte de lo que pretendía y se volteó cruzándose de brazos, resaltando los músculos ante tal acción y con un rostro de pocos amigos.
—Bien, habla —dijo secamente.
Jimin suspiró, le dolía inmensamente el repentino trato de Jungkook hacia su persona, le dolía mucho. Y más porque no estaba acostumbrado, ¿Y como lo iba a estar? Si prácticamente el mayor siempre lo trataba como si fuera un mismísimo príncipe todo el tiempo. Solo que... Ya no, se lo merecía y eso dolía más.
—Jungkook... Se qué estás enfadado conmigo y lo entiendo, sé que hice mal... —suspiró— De verdad lo siento mucho... Mi intención nunca fue herirte pero fue lo primero que hice... Yo te amo y de verdad no fue a propósito... Tú me conoces, sabes como soy... Cometí un error al mentirte, pero tenía miedo de que exactamente esto pasara... Sin embargo al parecer no podemos evitar lo inevitable... Lo lamento...
Jimin le miró a los ojos suplicante desde su posición y Jungkook sólo apartó la vista, mirando a algún punto que no fuese su novio. No soportaba verlo así, tan dolido, tan triste. Sentía que lloraría si lo veía por más tiempo, si pensaba de más sus palabras, si se dejaba llevar. Y no quería llorar, estaba cansado de haberlo hecho prácticamente toda la noche.
Y lo pensó, en si creerle a Jimin o no. En sus verdaderas intenciones, al menos reconocía que hizo mal en engañarle, pero... Había algo más que no decía aún y sólo lograba inquitarlo más.
—No lo sé... —murmuró en un suspiro—No me estás diciendo lo que quiero oír, o la razón principal por lo que está pasando todo esto... Sé que no sólo veniste a reconocer tu error y disculparte. Sólo dímelo ya...
Jimin tragó saliva, sintiendo el molesto nudo en su garganta y bajó la cabeza, escondiendo sus pequeñas manos en su abrigo negro.
—Sí... Yo acepté ir... —confesó finalmente.
Jungkook sintió literalmente su corazón hacerse mierda.
—¿Ah sí? —levantó las cejas y le miró—¿Y porqué? —relajó su expresión.
—Jungkook... Es-Es prácticamente mi sueño de toda la vida... Yo... No puedo dejar ir la oportunidad, pero...
—Pero yo soy el problema —completó.
—No, no lo quería decir de esa manera... —suspiró y se autocorrigió—Y no eres un problema, Jungkook.
—Eso me acabas de dar a entender, pero está bien... Entiendo... Te entiendo... Yo tampoco quiero que dejes tus sueños sólo por mí... —mordió su labio superior al sentirlo temblar— Pensé que esa idea de irte a otro país... Había sido descartada hace mucho...
—Sí, y lo estaba... Pero me puse a pensarlo mejor y siento que me arrepentiría mucho si llego rechazarlo... Además, estoy bajo mucha presión... Mis padres me matarían si no tomaba la decisión a tiempo, sólo habían dos semanas hábiles para responder y yo... No lo sé... Acepté...
—Aceptaste...
—Sí...
—¿Entonces... te irás?
—Me temo que sí... —sus ojos se llenaron de lágrimas.
Jungkook asintió con la cabeza, presionando fuertemente sus labios y miró al suelo para después levantar la vista hacia Jimin.
—¿Y qué pasará con nosotros? —se atrevió a finalmente preguntar.
Park mordió su labio inferior, intentando luchar con el molesto y horrible nudo en su garganta. Buscando las fuerzas para poder responder lo que tanto se había planteado. Pero parecía que algo en su interior le detenía, le obligaba a no hacerlo, un fuerte dolor en su pecho exactamente, su corazón le estaba gritando que no. Pero su mente y la realidad, le decían que era lo correcto y finalmente cerró sus ojos y lo soltó:
—Jungkook, terminamos.
¿Alguna vez han sentido la sensación de que literalmente todo tu mundo se derrumba de un solo golpe? ¿Al punto que no sabes cómo sentirte o cómo rejuntar todas las piezas para que al menos puedas mantenerte de pie y no caer completamente?
Bueno, eso, o inclusive peor, sintió Jungkook.
Su cuerpo y mente entró en un estado de shock. Una espantosa sensación abrumadora recorrió todo su ser, tan horrible que no supo cómo describirla o denominarla. Sintió como su cuerpo se descompuso lentamente, colocándose pálido. Pues, a pesar de que esa era la opción y respuesta más factible que obtendría, no se la esperaba de verdad. No pensaba que fuese a suceder, de verdad que algo dentro de él, una luz de esperanza brillaba aún con fe de que aquella no ocurriría. Pero falló, está pasando.
Jimin finalmente terminó con él.
A pesar de haber sentido todo aquello por dentro, por fuera se mantuvo inmóvil. E intentó recomponerse, evitando no llorar, no desmayarse o decir todo lo que quería decir en ese momento. Su corazón dolía horriblemente, pero mantuvo un rostro serio, aunque lo único que no podía controlar, era el dolor que se reflejaba en sus ojos. Aquél brillo característico de él, ya no estaba.
Inhaló y exhaló, aún con los brazos cruzandos y sintiendo su corazón latir acelerado. Abrió su boca, dispuesto a decir algo.
Porfavor, no. Porfavor amor, no me dejes. No lo hagas, te lo suplico. Te amo...
—E-está bien... —respondió asintiendo varias veces con la cabeza, como si estuviera autoconvenciéndose.
Poco después su ceño se frunció, comprendiendo todo y ahora solo podía sentir únicamente algo por Jimin en ese momento.
Decepción.
Ahora su tristeza se había convertido drásticamente en enojo. Después tendría tiempo para sufrir, ahora era su momento de reclamar.
—Acabas de tirar dos años a la basura, ¿sabías? —le miró con dolor.
Jimin, quién desde hace rato estaba llorando, sollozó más fuerte.
—Jungkook... No digas eso...
—¿Qué? ¿Porqué no? Si es exactamente lo que hiciste. Te valió mierda, en resumen. Y está bien... —suspiró— Está bien... Tanto sacrificio que puse para esta relación y así termina... Qué increíble... —pasó una mano por todo su rostro— Esto demuestra lo muy poco que te importo, ¿sabías?
Jimin palideció.
—No, Jungkook. Eso no es verdad, sí me importas, maldita sea, te amo más que a nadie en este mundo...
—No lo haces...
—Sí lo hago... Porfavor, no quiero que esto termine mal... Yo te amo, Jungkook... Te amo...
—No lo estás demostrando... Si me amaras... Te hubieses quedado...
—¿Cómo? Pero si dijiste que entendías mi decisión... Yo... Debo hacerlo... —sollozó.
Un silencio sepulcral invadió la sala. Ambos jóvenes con pensamientos y sentimientos distintos en ese momento, completamente confundidos.
Sin embargo, uno de ellos creyó encontrar la respuesta a todo.
—No me amas, Jimin. No lo haces —sentenció Jungkook dedicándole una mirada filosa.
Jimin sintió su corazón romperse, se sentía terrible. Él... No quería hacerlo, no quería dejar a Jungkook, su vida y ser dolían infinitamente el sólo imaginarse una vida sin Jungkook. Pero ahora mismo... No sabe porqué está haciéndolo, sólo sabe que debe hacerlo... Él cree que es lo correcto, no está prestando atención a lo que su corazón quiere. Pero no es consciente de eso, y ahora, Jungkook había entendido todo mal.
—No, Jungkook, no, porfavor, no pienses eso... No es así, ni siquiera se te ocurra pensarlo... —se acercó a él, con el rostro empapado en lágrimas, tomando el rostro de Jungkook y haciendo que le mirara fijamente a los ojos— Yo te amo —dijo con voz rota pero segura.
Pero a pesar de eso, Jungkook ya tenía su propia conclusión y negó con la cabeza.
—No me amas... —respondió con la voz rota, sus ojos llenándose de lágrimas de a pocos— Pero a pesar de eso... Yo sí te amo, Jimin. Eres el amor de mi vida, y a pesar de que me estés dejando ahora... Te seguiré amando como el primer día... Sólo espero que nunca me olvides... —apartó las pequeñas manos de Park de su rostro mientras sollozaba y las besó con delicadeza— Porque yo nunca lo haré... —terminó soltándolo y alejándose, cubriendo su rostro.
No había podido resistir, se había roto finalmente y para siempre.
Sólo podía escuchar a Jimin llorar y eso provocaba que él lo hiciese más, ambos eran un desastre ahora mismo.
—Sabes... —comenzó, limpiando sus lágrimas e intentando calmarse— Pensé que lucharías por nosotros... De verdad pensé que viviríamos para siempre juntos y que... Formaríamos una familia o algo... —suspiró— Ahora veo que fue muy estúpido de mi parte... Concluí que... —le miró— No eres la persona que pensé que eras, Jimin...
—J-jungkook...
—Creo que es mejor que te vayas.
—Te amo...
—No es cierto, ya basta, porfavor deja de mentir... —intentó no volver a llorar— Tienes un avión que tomar ¿no? Pues ve, está esperando por ti. Ya no tienes nada que hacer aquí, y ya no tenemos nada más de qué hablar. Todo está hecho.
Jimin limpió sus lágrimas y asintió con la cabeza.
—Tienes razón —dijo con voz rota.
A continuación, tomó de nuevo sus maletas y caminó hacia la puerta, abriendo con un poco de dificultad. Pero antes de salir, se detuvo y volteó hacia Jungkook.
—¿Aunque sea puedo abrazarte por última vez? —preguntó dolido.
Jungkook le miró de la misma forma, completamente abatido. Y lo pensó.
—No —respondió finalmente— Si lo hago, no te dejaré ir.
—Porfavor, lo necesito... —comenzó a acercarse.
—Dije que no —espetó Jeon ahora con el rostro serio y después cerró fuertemente sus ojos— Sólo ya vete...
Jimin se detuvo, y presionó sus labios en molestia.
—Bien —sentenció de la misma forma, asintiendo con la cabeza y devolviendo sus pasos hacia la puerta—Te amo —dijo con ahora voz suave y rota, mirándole de reojo.
Jungkook sólo apartó la mirada.
—Adiós, Jimin.
El pelirosa suspiró temblorosamente.
—Adiós, Jungkook.
Y finalmente Jimin se fue, de nuevo, cerrando la puerta. Solo que esta vez era diferente y más doloroso pues...
Jimin se había ido para siempre.
El final está cerca.
Nos vemos luego, chau 💗
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