011.
Jimin contemplaba desde su cama la espalda marcada de su novio, el cómo sus omoplatos se asomaban presumiendo su musculatura y fuerza, bajó tentativamente su mirada hasta su espalda baja donde dos huyuelos se podían apreciar perfectamente.
Mordió su labio con fuerza, el pensamiento de que todo aquello le pertenecía carcomiéndole. Observó sus grandes manos y delgados dedos, diferentes comparados con los suyos.
Las manos de su novio eran tan perfectas como sexys a la vista y el no podía estar más a gusto. La luz que había en la habitación se esfumó como atardecer en verano cuando las cortinas se cerraron, tal acción fue realizada por Jungkook cuyo reflejo ahora era compuesto por su silueta delineada y cuerpo tonificado e iluminado por la poca luz que ahora allí se encontraba. El ambiente tornándose ahora más oscuro, y tanto erótico como íntimo.
Se volteó sobre sus talones y de los labios del pelirosa se escapó un jadeo.
El cuerpo de Jeon era literalmente esculpido por los dioses, era una maravilla el cómo estaba tan marcado y tonificado. Su abdomen siendo embelesado por un paquete de seis cuadritos bien trabajados, si bien, Jimin también iba al gimnasio y tenía un buen cuerpo, no era nada comparado con el de Jungkook, su musculatura corporal era distinta.
Sin embargo el pelirosa estaba lejos de sentir envidia, más bien lo admiraba e idolatraba prácticamente, joder si todo eso era suyo.
Maldición.
Pensó en el momento en que su novio movió sus manos y las posó en la orilla de su pantalón de pijama y lo bajó un poco, enseñando su "v" marcada y la marca calvin klein de sus boxers. Jimin mordió su labio con lentitud mientras su ojos anticipaban lo que se encontraba más abajo.
—¿Disfrutas la vista, bebé?
La voz de Jungkook le hizo salir de su ensoñación cero inocente para levantar sus ojos y conectarlos.
—Como no tienes idea —enseñó una sonrisa pícara que volvió al mayor loco.
Este último, a sabiendas lo que provocaba en Jimin, decidió comenzar a bajar su pantalón con u a lentitud tortuosa y riendo en sus adentros al ver la expresión hambrienta de su novio, era demasiado divertida como excitante.
Por su parte el pelirosa se sintió algo decepcionado cuando comprobó que Jungkook no se iba a quitar en bóxer aún, e inconscientemente formó un puchero, el cuál segundos después se esfumó en cuanto el castaño terminaba su acometido y quedará sólo en aquellas prendas las cuales escondían su masculinidad despierta y remarcable, tanto que dejó al menor sin habla.
—Vamos amor, quítate la camisa...
—pidió con voz sensual el castaño.
Jimin no dudó dos veces en obedecer e incorporase para cruzar sus brazos enredando sus dedos en las orillas de su camisa y alzarla en un meneo suave y lentitud tortuosa, al quitársela completamente la dejó a un lado mientras le dedicaba una sonrisa traviesa a la expresión sedienta de su novio al frente suyo.
Jungkook contempló el cuerpo de Jimin, era majestuoso y exquisito.
Su piel tan blanca como porcelana y tan suave como la lana, tan deliciosa y tan suya. Además de aquél precioso abdomen marcado y poco voluptuoso como el suyo, que provocaba cosquilleos placenteros en su interior.
No hay que dejar de lado sus piernas, o claro que no, estaba usando un pantalón corto y ajustado a aquellos músculos los cuáles llamaba piernas, tan deliciosos y perfectos, mierda aquél chico lo volvería loco.
Caminó hasta él observando como este se tensaba y le dedicaba una mirada ansiosa.
Se subió a horcajas en la cama y gateó sobre ella sin apartar sus grandes y oscuros ojos sobre los de su novio, cómo un león miraba a su presa, porque sí, le devoraría como una bestia de esas si era necesario. Se coló entre sus piernas y se acercó hasta que sus rsotros quedaron a escasos centímetros, tan poco que podían estremecerse fácilmente con el calor de sus pesadas respiraciones.
—Te amo —susurró Jungkook.
Jimin respiró entrecortadamente, intentando mantener su cordura y ojos sobre los de Jungkook, el calor y la excitación apoderándose de él por la cercanía y las palabras, y en ese instante supo que aquél momento no podía ser mejor, hacer el amor con el amor de tu vida no tenía precio, y saber que todo aquello era real al igual que esa persona lo hacía sentirse el chico más afortunado, lo amaba tanto joder, era lo mejor que tenía en su vida y haría cualquier cosa por él. Pero ahora, sólo necesitaba su calor y cuerpo contra el suyo, aquello que tanto anhelaba día a día, porque sí, no lo habían hecho desde hace tanto tiempo que ahora lo anticipaba demasiado. Y es que Jungkook lo que tenía de bueno lo demostraba más en la cama y, ¿cómo podría negarse a eso?
—Bésame —pidió.
No pasó mucho tiempo hasta que su petición fue cumplida, soltó un guturoso sonido de placer al sentir los labios de Jungkook apresar los suyos con deseo. Sus manos fueron inconscientes hacia el cabello de su novio el cuál toqueteó y enredó a su manera mientras aquella boca lo llenaba completamente, en cuánto sus lenguas hicieron aparición supo que definitivamente amaba besar a Jungkook, era lo mejor de la vida.
Su cuerpo respondió al estremecimiento cuando una mano ajena a la suya delinió su cuerpo hasta meterla bajo sus pantalones y parar en su entrepierna, comenzando a hacer presión junto a unos movimientos lentos y astutos.
Su espalda respondió al placer con un arqueo y un pequeño gemido escapándose de sus labios, rompiendo el beso.
—Mgh, ah... —jadeó.
Los labios de Jungkook en ese entonces abandonaron sus labios y bajaron hasta sus clavículas, el calor que aquellos poseían le invadió cuando el mayor hizo presión y comenzó a besar su piel sensible, cuya anatomía fue comenzando a ser reexplorarada por Jeon, dejando besos húmedos, lamiendo, mordiendo y succionando debajo de su clavícula derecha en un chupetón. En todo aquél lapso el pelirosa no paró de jadear y soltar sonidos de placer como suspiros y palabras entre cortadas que pasaron a gemidos en cuánto su novio comenzó a intensificar el movimiento de su mano sobre su miembro.
—A-ah... Jungkook, mierda.
Cerró sus ojos llevando sus pequeñas manos al cabello café del mayor quién unió nuevamente sus bocas.
Jimin gemía sobre sus labios mientras sentía cómo de a poco llevaba al clímax al punto en que ya no le pudo avisar al mayor que se detuviera y sólo pudo gritar ruidosamente su nombre cuando llegó al máximo placer y liberó su semilla de a pocos sobre la mano de su pareja.
Con los ojos aún cerrados, intentó recuperar su respiración ordinal agarrado al cuerpo de Jungkook.
—No quería correrme aún...
—murmuró después de recuperar la compostura, aunque al abrir los ojos no se esperó encontrarse a Jungkook completamente sin nada y con su miembro en su mano masturbándose con lentitud mientras le obsevaba.
Jimin sintió su garganta secarse y tragó saliva.
—Tranquilo bebé, que ya te correras junto a mí —espetó el mayor.
Dicho esto, el castaño dejó su hombría y tomó los pantalones cortos de Jimin quitándolos de un tirón, seguidamente posó sus manos sobre sus piernas mientras le contemplaba embobadamente.
—Eres tan hermoso, amor mío
—musitó con una sonrisa.
A continuación se agachó ligeramente y con delicadeza hasta pegar sus labios contra la piel del inicio de la pierna de Jimin y comenzar a repartir pequeños besos los cuales subían de a poquitos, provocando sensaciones inexplicables al menor el cuál se retorcía como si quemara. Las manos de Jungkook agarraron fuertemente sus muslos mientras besaba cerca de su hombría, Jimin gimió ante la necesidad de tenerlo dentro y no sintió pudor en demostrárselo a su acompañante.
—Porfavor... te necesito, Kookie... bebé... —gimió.
Jungkook se incorporó y le dió un beso que le dejó sin aliento.
—Descuida cariño, ya te prepararé.
—dijo después del beso, dejando al pelirosa con los labios rosados e hinchados hasta más no poder.
Aunque el descanso no duró mucho pues sus labios fueron nuevamente tomados y abrazados por los del castaño el cuál no dudó en utilizar aquella acción como distracción para preparar el menor, y siguiendo esto último, metió dos dedos lubricados recientemente en la apretada entrada de su novio.
Jimin al instante formó una mueca de dolor y Jungkook sintió su corazón encogerse, odiaba tanto hacerle pasar por esto, detestaba lastimarle así, ¿porqué era tan complicado? todo sería más fácil y sencillo sin una preparación, pero tenía que hacerlo o de lo contrario su novio sufriría más y eso jamás lo permitiría.
Comenzó a dilatarle lentamente intentando no dañarle, movió en círculos e hizo tijeras, de a poco los sonidos de dolor de Jimin pasaron a gemidos en cuánto aumentó su velocidad, bueno, al menos la única ventaja de esto esque después de un rato comenzaba a disfrutarlo.
Decidió meter un tercer dedo y Jimin gritó, asustando al mayor.
—Tranquilo bebé, lamento hacerte esto pero prometo que lo vas a disfrutar —susurró en su oído y comenzó a besarle en cada parte que pudo para distraerle del dolor.
—A-amor... —llamó Jimin después de poco— Ya-ah, me siento listo...
Jungkook disminuyó el movimiento de sus manos y dejando un pequeño beso en los labios de Jimin, los retiró escuchando a su pareja chistar molesto ante el vacío, pero pronto fue reemplazado en cuánto Jungkook alineó su miembro contra la ya dilatada entrada de Jimin e hizo presión.
El pelirosa se estremeció y llevó sus brazos hasta tomar la espalda de Jungkook y atraerlo a él, queriendo tener a alguien en el cuál sostenerse.
El castaño se acercó a él comenzó a su rostro mientras empezaba a introducirse. Jimin gimoteó ante la incomoda introducción y el dolor, sintiendo como sus paredes se extendían, sin embargo cuando Jungkook se introdujo completamente, tocó su próstata y por primera vez gritó de placer.
—¡Ahh, mierda sí! —gimió sobrellevado ante la exquisita sensación.
Jungkook soltaba jadeos intensos al sentir a Jimin apretarle tan deliciosamente, santa mierda por el ya hubiera comenzado a moverse como un desquiciado pero sabía que Jimin debía acostumbrarse primero, debía esperarle.
—Jungkook... —le llamó después de unos minutos.
—¿Sí?
—Muévete ya, porfavor —suplicó.
Bueno, él lo pidió.
Cumpliendo la orden de su pelirosa comenzó a mover sus caderas en movimiento hacia adelante y atrás, manteniendo un ritmo estable y placentero. El contrario llevó sus manos a su espalda mientras murmuraba con sensualidad su nombre. Jungkook observó su rostro y pudo jurar que se iba a correr ahí mismo, su cabello rosa estaba pegado a su frente producto del sudor y sus mejilla estaban teñidas de un preciosos color rosado mientras que sus labios brillaban ante el rojizo de estos y el cómo se entreabrían para gemir.
Sobrellevado aumentó la intensidad de sus acometidas como la de los gemidos de Jimin, los cuáles eran tan magníficos como ruidosos.
Por un momento pensó en sus vecinos y el cómo se quejarían de esto, pero a la mierda estaba haciendo suyo a su novio el cuál no tocaba desde hace semanas que no le toquen los cojones con eso.
—Kookie, ahg, más rápido bebé, más- ¡ah! —Jimin arqueó su espalda en cuánto Jungkook dió un movimiento certero en su próstata y comenzó a dar allí— ¡Ah, sí, sí, ahí!
Jungkook entonces se incorporó mejor y tomó el cabello de su novio enredándolo entre sus dedos para tirarlo ligeramente y besarle salvajemente al igual que el movimiento ahora de sus embestidas, Jimin se alejó segundos después para poder gemir y Jeon aprovechó para comenzar a besar su cuello con ganas.
Las uñas de su pareja comenzaron a rasguñar su espalda y no pudo sentir más excitación por ello, adoraba aquello a pesar de que le dejaba evidentemente marcas y después tenía que soportar los silbidos y vacilaciones de sus compañeros de natación, pero poco le importaba ahora.
—K-kook... —aquello fue el intento de Jimin de decir que ya estaba llegando a su límite pues estaba tan absorto al placer que ni hablar podía.
Jungkook también comenzaba a sentir su liberación cercana así que aumentó sus acometidas y llevó una mano al miembro de Jimin comenzado a masturbarlo.
Los gemidos de ambos y el sonido de sus pieles chocar era lo único que se escuchaba en esa habitación, además de la cama rechinar claro.
Jungkook podía sentir como Jimin ya estaba cerca.
—Vamos, bebé —le susurró extasiado —Córrete para mí.
Y dicho esto Jimin lo hizo, el pelirosa se corrió en un potente orgasmo que le hizo doler su garganta ante el fuerte gemido que pegó. Jungkook le siguió a los minutos jadeando y gimiendo el nombre de su pareja antes de liberar finalmente su semilla dentro de su novio.
Dejó caer su cuerpo sobre el peso de su amado el cuál estaba igual de agitado que el suyo.
—Eso fue increíble —murmuró Jungkook, besando tiernamente su hombro.
Jimin le rodeó entre sus brazos, ya más relajado y besó su cabello mientras lo acariciaba.
—Te amo, Kookie.
Jungkook levantó su cabeza la cuál reposaba en su pecho y le miró, sus dientes delanteros se asomaron en una sonrisa mientras juntaba sus bocas en un suave y tierno beso.
—Yo también te amo Jimin, mucho... mucho... más...
Y bajo la oscuridad de aquella ahora tarde, Jungkook se acomodó a un lado de Jimin y cobijándolos con una cálida sabana, se fundieron en un cariñoso y amoroso abrazo mientas unas sonrisa de satisfacción se asomaron en sus labios al cerrar sus ojos y descansar entre los brazos de la persona a quien más amaban...
Hola este angelito volvió al rojo y no me voy a cansar de hablar de esto, chau.
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