008.
Lunes 17 de diciembre del 2018.
Busan, Corea del Sur.
—Lo lamento mucho, Kookie...
Jimin guardaba tres mudadas más en su maleta mientras cambiaba su teléfono al oído derecho.
—Tienes que estar jodiéndome, Jimin.
¿Cómo que hoy te irás a quedar donde tu abuela? No te he visto desde hace dos semanas y quería verte antes de navidad...
—Lo sé, lo sé, pero surgió en el momento y mis padres trabajarán toda la semana, inclusive noche buena y navidad y ellos no quieren que yo esté sólo, así que...
Jungkook suspiró en la otra línea.
—¿Y si voy hasta allá? —sugirió.
—Ella no sabe sobre ti, amor...
—mintió.
—Joder... Jimin... —se quejó el mayor—Te extraño demasiado, no puedes hacerme esto, no es justo...
—También te extraño, pero no puedo hacer nada al respecto —musitó y cerró el zipper de la maleta.
—Ahg, lo sé... bueno, mañana les diré a mis padres que voy a pasar navidad con ellos, pero que casualidad que tu estarás en Daegu cuando vaya a Busan
—habló con sarcasmo.
—Lo siento... —fingió tristeza.
—Descuida, será para la próxima entonces... Tengo que colgar, creo que mis panqueques se están quemando... mierda si lo están, ¡adiós amor te hablo luego! —colgó.
Jimin alejó el teléfono de su oreja y sonrió emocionado. La verdad no estaba empacando para ir a Daegu con su abuela.
Si no para ir a Seúl y pasar noche buena y navidad junto a Jungkook.
Y todo era una sorpresa la cuál obviamente Jungkook no sabía.
Era el último mes del año y tanto él cómo su novio ya estaban de vacaciones. La idea de Jungkook era aprovechar e ir a Busan para quedarse con Jimin unos cuántos días, mientras se alojaba en su antigua casa, donde aún vivían sus padres.
Pero sus planes se vieron arruinados cuando Jimin le dijo que no estaría.
Jimin nunca había ido a Seúl a visitar Jungkook debido a que se le era muy complicado y sería muy difícil mentirles a sus padres el donde estaba. Así que su novio se llevaría una gran sorpresa y moría por ver su reacción. Sus padres creían que él iría a Daegu con su abuela, pero la verdad es que tenía la mejor abuela del mundo a la cuál le contó sobre su sexualidad y relación con Jungkook, y la señora, siendo de mente totalmente abierta, se alegró y le felicitó muchísimo. Por eso fue fácil convencerla de que le dejara ir con el castaño en vez de estar con ella y cualquier cosa ella le cubriría la espalda. La mejor.
Eran las 9:40 A.M y su vuelo salía a las 11:00 A.M, así que debía de irse ya.
Tomó su gran maleta y escuchó la bocina del taxi que le esperaba afuera para llevarlo al aeropuerto.
Había decidido ir en avión porque era más rápido, tenía el dinero y le era más confiable pues el ir en tren sólo lograría que se perdiese porque no conocía exactamente como llegar a la casa de su novio desde la estación.
Finalmente salió de su casa, listo para ir al aeropuerto e ir a Seúl a ver a su novio.
[🖤]
Jungkook bostezaba con pereza mientras estaba acostado en su cama, pasando los canales del televisor sin encontrar nada interesante.
Se detuvo en un programa infantil que le llamó la atención debido a que el personaje principal tenía el cabello rosado, recordándole a su querido novio. Apagó el aparato y encendió su teléfono para ver el fondo de bloqueo que tenía de él y Jimin juntos, suspiró mientras con su dedo índice acariciaba el rostro del pelirosa sobre la pantalla.
Mierda, lo extrañaba tanto que dolía como el infierno. Deseaba con toda su alma volver a verle, ver aquella bella sonrisa que hace semanas no veía, mirar embobado sus lindos ojos cafés y su perfecto rostro. Deseaba poder besar sus labios, abrazarle y darle su calor, hacerle el amor, hacerle reír, verlo enfadarse cuándo le molestaba.
Extrañaba todo eso... Se preguntó que sería de ellos en el futuro, si seguirían con esta horrible tortura en la que llevaban casi un año... Ya ni siquiera recuerda como se sentía ver a Jimin todos los días, cuando piensa en eso lo ve como algo lejano que pasó en otra vida y una nostalgia gigantesca ataca contra su ser para empezar a arrepentirse de no haber disfrutado más esos bellos momentos. Pero siempre nos pasa, que no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos.
Eso le pasó con Jimin, relativamente no lo perdió, por suerte. Pero si se dió cuenta de lo mucho que lo necesita y lo mucho que influenciaba en su vida.
Jimin siempre lograba sacar lo mejor de él. Le daba vida y color a su solitario mundo gris. Le trataba cómo ninguna persona en toda su vida, pues el amor que le daba era el más real que había sentido. Aún no podía creer el hecho de que él pudiese amar a alguien de tal manera, ni que lo lograsen amar a ese punto.
Pues antes era un chico solitario el cuál se le dificultaba mucho socializar, era más tímido e inseguro sobre si mismo, no tenía las mejores calificaciones ni tampoco era parte de los chicos populares del colegio.
¿Quién se fijaría en alguien así?
Nunca había estado enamorado, le gustó en el pasado uno que otro chico, y dió algunos besos al igual que se acostó con ellos. Pero siempre terminaba en lo mismo, se aburría de aquella persona pues no lograba llenarle por completo o simplemente se daba cuenta que en verdad no le amaba y no le hacía verdaderamente feliz. Hasta llegó a pensar que moriría sin nunca llegar a enamorarse ni encontrar al amor de su vida, morir literalmente solo.
Hasta que un 21 de abril del 2016, toda su vida, cambió. Jamás olvidaría esa fecha, pues era el día en que había sacado la peor calificación de su vida.
Pero también era el día que había conocido al amor de su vida... Y aún podía recordarlo cómo si fuera ayer...
21/04/16
—¡Mierda! —exclamó abriendo totalmente sus ojos al ver su calificación de Química que no subía del "4".
—¿Qué te sacaste? —preguntó su amigo Hoseok, intentando ver su nota, y cuando lo hizo, el también palideció
—Joder, Kook...
—No, no, no, estoy muerto, mis padres van a matarme, mierda —escondió su rostro con sus manos mientras veía sus últimos días acercarse.
El timbre del receso sonó y todos los alumnos se levantaron, a excepción de él, quién seguía derrotado sobre el pupitre.
Sintió la mano de Hoseok acariciar su hombro, en señal de apoyo y comprensión.
—Sólo es una calificación, Kook, no estás diagnosticado de una enfermedad mortal o algo... —intentó animarle.
Jungkook levantó su cabeza y le miró preocupado.
—Pero mis padres van a castigarme de por vida, te lo juro... Ahg, odio mi maldita vida —se lamentó.
Hoseok suspiró y caminó a la puerta del salón.
—Nos vemos en Francés... —dijo antes de salir.
Jungkook segundos después se levantó sin ganas, guardó sus cosas y colocó su mochila en su hombro para salir de ahí también.
Su siguiente clase era matemáticas, para su mala suerte, lo menos que quería ver ahora eran números, aunque fuese relativamente bueno en ellos, no estaba con ánimos de nada.
Entró por un pasillo que estaba vacío (sin fijarse en el porqué) y se detuvo, mirando su examen una vez más, con total rabia. ¿Porqué era tan inútil en Química? ¿Porqué siempre tenía la peor nota en esa materia? Y peor aún, ¿Porqué demonios existe esa materia?
Gruñó y arrugó su examen tirándolo con rabia al piso. Se volteó y se alejó, pero se detuvo, no podía dejar su examen ahí tirado aunque quisiera.
La profesora le había pedido que se lo trajera la próxima clase firmado por sus padres y si no lo hacía podrían bajarle cualquier cantidad de puntos y eso era lo que menos quería ahora.
Bufó y se volteó, pero al caminar sólo dos pasos se resbaló con algo mojado y calló de cruces al suelo, golpeándose fuertemente su brazo izquierdo. Al instante soltó un grito de dolor y llevó una mano a la zona herida mientras intentaba combatir con el dolor que le comenzaba a recorrer todo el brazo como fuego ardiente.
—Mierda —maldijo al observar cómo se tornaba color rojo y dolía aún más.
—¡Oh dios! ¿Te encuentras bien?
Levantó la vista topándose con la vista de un chico rubio que le veía a lo lejos con total preocupación, seguidamente el chico se acercó a él, caminando en con cuidado y Jungkook se preguntó el porqué.
—¿Acaso no viste el letrero que decía, "No pasar, piso mojado"? —cuestionó el rubio mirándole desde abajo y señalando el letrero.
Jungkook volteó a verlo, y efectivamente, estuvo ahí todo el tiempo pero estaba tan sumergido en su mundo que ni lo notó.
—Me temo que no, ahg —se quejó de dolor al sentir su brazo arder.
El chico se agachó al frente suyo y analizó fijamente su brazo lastimado.
—Te caíste muy feo y ese golpe lo confirma, debes ir a la enfermería, ¿me permites ayudarte? —le miró fijamente a los ojos.
Jungkook también lo hizo y algo en su interior se sintió diferente y extraño a la vez. Aquél chico era realmente lindo...
—E-eh, yo... sí, te lo agradecería...
El rubio asintió con la cabeza y le ayudó a levantarse con algo de dificultad. Después le ayudó a caminar hasta salir de aquél pasillo mojado y tocar suelo seco.
—La enfermería está por allá —señaló el chico que era un poco más bajo que él— Te acompañaría pero ya entré a clases y no puedo llegar tarde...
—Descuida, más bien gracias
—agradeció Jungkook con una sonrisa.
Vió como el rubio se sonrojó ligeramente.
—No fue nada... Oh, se me olvidaba
—le entregó su examen arrugado—
Lo encontré en el suelo y creo que es tuyo...
Jungkook se sorprendió y con lentitud lo tomó.
—Gracias.
—Bueno, adiós —se despidió el chico dando media vuelta y comenzando a irse.
Jungkook no supo cómo denominarlo exactamente, pero un impulso en su interior le exigió que le detuviera.
—¡Espera! —le llamó.
El rubio se detuvo y le miró con confusión.
—Soy Jungkook, ¿cómo te llamas?
—preguntó.
El chico sonrió y Jungkook pudo jurar que amo enseguida su sonrisa.
—Me llamo Jimin.
Y dicho esto, se giró y siguió su camino a pasos rápidos.
Jungkook le vió alejarse de a poco y esbozó una sonrisa tonta, pues sintió una sensación cálida y desconocida que le indicaba en todas los sentidos que aquél era su futuro chico.
Fin del recuerdo.
En ese momento, el timbre de su apartamento resonó por todo el lugar, logrando que saliese de golpe de aquél hermoso recuerdo.
A los segundos volvió a sonar y rodó sus ojos levantándose de su cama.
Salió de su habitación, revolviendo un poco su cabello algo desordenado y se acercó a la puerta, tomando el pomo y abriéndola.
Y al segundo su corazón se detuvo, pues lo que vió no se lo esperaba para nada del mundo.
—¡Sorpresa! —exclamó Jimin con una gran sonrisa, del otro lado.
Jungkook miró impactado varias veces al pelirosa y luego a su maleta, con la boca totalmente abierta, hasta que finalmente captó la situación.
—No puede ser... —soltó con voz rota antes de caminar hasta su novio y prácticamente abalanzarse sobre él, tanto que casi caen al suelo, abrazándolo cómo nunca lo había hecho en su vida. No lo podía creer, simplemente tenía que ser un sueño.
—Kookie, oh dios... ¿estás llorando?
—preguntó segundos después Jimin al sentir a Jungkook sollozar sin control en su hombro. Y al percatarse de que efectivamente era cierto, él también comenzó a llorar.
—Dime que no es un sueño, dime que estás aquí realmente... —sollozó el mayor cerca de su oído sin soltarle.
—Es real, bebé. Estoy aquí, y sólo por ti. Estaremos mucho tiempo juntos al fin —respondió Jimin acariciando su cabello con delicadeza.
—Te amo, te amo, te amo tanto, no lo puedo creer... —murmuraba rápidamente el mayor.
Jimin los separó un poco para mirarle a los ojos y tomar su rostro entre sus manos y limpiar sus lágrimas con sus pequeños pulgares.
Juntó sus narices, dándose un beso esquimal. Hasta que el castaño unió sus labios ansiosamente, intentando transmitir todos sus sentimientos en aquella íntima acción. Jimin también le correspondió gustosamente.
La felicidad que ambos sentían en ese momento era completamente indescriptible cómo hermosa, pues estaban juntos, otra vez.
Y nada ni nadie podía arruinarles ese momento.
Se viene mucho amors por parte de jk y jm, me gusta tanto hacer al personaje de jk ya que es tan novio ideal uwu
Dichoso Jimin, ahg
LAS MANITOS UWU
Nos vemos, chau! 💗
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