36
Se habían cumplido dos meses desde aquella tarde de viernes. Se habían cumplido dos semanas desde que Minji le pidió ser novias y se habían cumplido dos días desde que se dijeron "Te amo" por primera vez.
¿Y de qué pudo darse cuenta Minji desde aquel entonces? Que haber presentado a sus amigas con las de Haerin ahora en serio, no solo Danielle como unión, había sido la peor idea de la vida.
Hanni, Yunjin, Hikaru y Hyein habían juntado fuerzas y su maldad solo se potenció entre ellas mismas, siendo como principal víctima Minji.
No solo eso, Hanni y Haerin se hicieron estúpidamente cercanas y no faltaban los coqueteos falsos solo para molestarla a ella y a Danielle.
Lo único bueno de esas nuevas amistades fueron Kazuha junto a Yunjin, quienes se encariñaron demasiado rápido de Eunchae y ya parecían sus madres.
Ni siquiera la dejaban pasar demasiado tiempo a solas con Garam y Hyein, diciéndole que era muy pequeña aún.
Ahora estaban todas juntas almorzando en la cafetería como ya hacían hace meses.
Y no es necesario aclarar que eran la mesa más ruidosa y caótica del lugar.
Minji tenía a su novia a un lado suyo, una de sus manos unidas y la otra mano de Kim le estaba dando de comer una papa frita a la castaña.
—Te amo —le susurró la azabache, ambas sonriéndose; perdidas en su burbuja de amor.
—Uuuuuy —molestó Hanni, frente a la pareja—. Kim Minji es toda una mona cursi.
Así las apodaban ahora, Hae la mona tímida, mona linda o mona boba y Min la mona culia, quien irónicamente se quedó -gracias a Hanni y Yunjin- con el apodo que utilizaba para Haerin antes de hacerse novias.
Kim se volteó hacia Pham, mirándola unos cortos segundos sin expresión.
Agarró un pequeño trozo de pollo que venía en su bandeja con sus papas fritas y se lo lanzó en la cara, la mesa entera riendo cuando la vietnamita se levantó de golpe y comenzó a gritar con las manos en el aire, casi aterrorizada.
Hanni era vegana.
Y le acababan de lanzar un animal muerto al rostro.
—¡TE VOY A ASESINAR, KIM! —gritó con rabia y asco, dispuesta a pasarse sobre la mesa para romperle el cuello.
Entre Danielle, Bahiyyih y Kazuha sostuvieron a Hanni con fuerza, impidiendo el verdadero homicidio que la chica era capaz de cometer.
—¡Pero Danielle, me tiró un maldito pedazo de pollo! —le lloriqueó a su novia momentos después, cuando la energía ya se le había agotado y solo se escondió en el pecho de su novia como la mimosa que era.
—Ya, bebé, no pasa nada —se mordió el labio, evitando reír mientras le daba cariños en el pelo.
Fue gracioso, demasiado, pero sabía que si su bebé la oía burlarse también, haría el escándalo de su vida.
—Eres mala, Min —la regañó Hae, aunque tenía una sonrisa que delataba su diversión.
—Mala y todo, así te gusto —murmuró, acercándose a su boca para plantarle un beso.
Cuando se separaron, Hikaru las observaba desde el regazo de la deportista rubia.
—Hae —la llamó, mirándola con duda. Ahora todas estaban atenta a la japonesa—, ¿el beso tenía sabor a pollito?
La cafetería se volvió a llenar de carcajadas, hasta las de Hanni, que aún con sus ojos llorosos pegada a Danielle, reía con sus manos rodeando el torso de la australiana.
Haerin se sonrojó mientras Kim refunfuñaba, negando con la cabeza.
—Claro que no, nuestros besos saben a fresas y cigarros —respondió la azabache, agarrándole la cintura a su novia.
Haerin la abrazó para que se escondiera en su cuello como tanto le gustaba hacer, y cuando Minji tenía la vista bloqueada, alzó sigilosamente la mano, haciendo un gesto de "un poquito" mientras modulaba en silencio las mismas dos palabras, porque aunque no fuese desagradable, sí tenía un dejo a pollito.
Por Dios, con esas chicas jamás faltarían las risas.
Fin
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