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Nota del Autor: Gracias a todos los que están apoyando y leyendo la historia, fue muy tierno pasar a ver mi antigua cuenta y que hayan corrido la v deoz de que estoy escribiendo aquí. Eso me motivo muchísimo al punto de tener ya casi terminados los diez primeros capitulos de la historia.
Con mucho amor, Mel💘

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Nombre del Capítulo: Naranjas y celos

Advertencia: Va a haber algunas malas palabras dichas por los adultos.


Septiembre, 2011.
Buenos Aires, Argentina.

En la Mansión Lee había una gran discusión entre David y Julieta, esposo y dueños de la residencia.

- ¡Vos lo único que querés es ver a la puta de Bourgeois!, ¿Sino porque tanto empeño en reunirnos con esa gentuza? - Reclamó furiosa la latina y su esposo suspiró frustrado.

- Tenemos que reunirnos por el bien de nuestros nenes, respecto a lo Audrey...Sabes que lo que sucedió con ella fue un error ¿Cuando me vas a perdonar? - Preguntó David frustrado.

- Te voy a perdonar cuando saques a la bastarda esa de mi casa, ahí te perdono - Declaró la pelirroja yéndose y dejándolo frustrado.

Zoé era su hija, Audrey no quería a la niña, ¿Dónde se suponía que la dejaría a la pobre? Él era lo único que ella tenía.

Julieta estaba hecha una furia, por lo cual cuando fue al cuarto de su hija y viéndola jugar con la pequeña Zoé enfureció aún más si era posible.

- ¡¿Que haces con  bastarda?! - Gritó y su hija se asustó al igual que la pequeña rubia, la cual se escondió debajo de la cama.

- Ma-mami - Danae quiso llorar ante aquel grito, sabía lo mala que era su madre cuando la veía interactuar con su hermanastra Zoé.

Julieta la cogió del brazo con brusquedad, llevándola a su habitación a las rastras, mientras la niña aguantaba las ganas de llorar y la cambió de atuendo por uno más llamativo.

- Recorda esto, Danae, vos y tu hermano mayor no están a la altura de los Dumont, están arriba, por lo tanto no quiero que tengas contacto con la basura - Dijo Julieta peinando sin cuidado a la niña, que mordía sus labios para evitar soltar quejidos.

- Mami, no le digas así a Zoé, ella...- Danae intentó defender a su pequeña hermana y su madre le propinó una cachetada, que la hizo llorar.

- ¡¿Que te dije de defender a la bastarda?! - Gritó Julieta haciendo temblar a su hija, el hermano de esta corrió a abrazar a su melliza al verla asustada

- Ma, por favor no le pegues, fue solo un error, ella se arrepiente de considerar algo a la bastarda - Defendió Damián escondiendo a su hermana detrás suyo.

- Escuchen ustedes dos con atención, porque no lo repetiré - Ordenó sosteniendo la mandíbula de ambos con brusquedad, haciéndoles soltar un quejido.

- Zoé, al igual que todo lo que tenga que ver con su madre debe desagradarles y está prohibido para ustedes ¿Entendieron? - Les recordó y los niños asintieron, logrando que su madre les suelte.

- Bien. Dicho eso, sepan que en la reunión de hoy vendrán zorra y su familia - Dijo Julieta riendo sin gracia.

Odiaba con todo su ser a Audrey Dumont de Bourgeois y era un sentimiento mutuo.

- Oí que la hija mal parida de la Zorra Bourgeois, ésta siempre anda pegada a Agreste menor como lapa, quiero que si le quites toda atención de él. Debes ser un millón de veces superior a Chloé Bourgeois y tomar todo lo que le pertece ¿Entendiste, Danae? - Preguntó autoritaria y la menor asintió.

- Si, mami - Susurró con temor.

- Y tu, quiero que seas superior a Isaac Dumont, y que enamores a su hermana, quiero que le rompas el corazón a ella y a él su ego. ¿Okey? - Preguntó y él niño asintió.

Ninguno de los dos quiso contradecir a su madre, sabían de lo que era capaz enojada.

Todos los invitados iban llegando a la Casona Lee, la cual tenía un extenso campo con cosechas de frutas y verduras. Todos se impresionaron, sus países no contaban con tanta posibilidad de tener una extensa vegetación debido a las edificaciones y urbanización.

Félix miró a Adrien y esté sonrió en respuesta para colocar su cara seria de nuevo, Maia se encargaba de dar una charla tonta a sus tíos para despistarlos, Gabriel aún seguía paranoico con el intercambio de hijos luego de un fin de semana completo donde Adrien apareció con un moretón en la mejilla. Pero Adrien insistió a Félix muchísimo y una vez más intercambiaron lugares.

Los gemelos Dumont al verlos no dudaron en acercarse a saludarlos, claro que Isaac no permitió que se acercara a "Adrien", por lo cual Odette abrazó a "Félix".

— Hoy Chlo no vendrá, su mami no le dejó — Susurró con tristeza que contagió al rubio. — ¡Hola, Adrien! — Fingió alegría mirando a Félix, quien quiso insultarla pero terminó sonriendo

— Ho-hola, Oddy — Tartamudeó con una timidez muy fingida para Odette, Maia y Adrien, pero solo ellos se dieron cuenta de eso, los adultos los miraban con ternura.

— Oí que los Lee son unos niños muy mal educados — Expresó Maia sin poder evitarlo y su madre la miró alterada.

— Educados, bien educados — Corrigió y la niña asintió sin darle importancia, mientras su padre la miraba molesto.

— Hola, pasen, pasen, sean bienvenidos todos a mi hogar — Saludó David Lee, dándoles paso a adentrarse a su hogar. — Los abrigos pueden dejarlo en el perchero, no hay mucamas aquí, solo una chica que viene los fines de semana a ayudarnos, asi que lío que hacen lío que arreglan — Explicó.

Todos los adultos se disgustaron por eso, bueno menos Azael, quien no le tomó importancia y se acercó al argentino para saludarlo con un abrazo y apretón de manos.

— Tu casa es hermosa — Lo halagó y el bonaerense sonrió alegre.

— Gracias, amigo, la tuya lo es más, hace mucho no la visito — Dijo con humildad riendo levemente — Ella es Julieta, mi mujer, y estos dos mis hijos, Danae y Damián — Presentó a su familia el magnate.

— Que alegría verlos a todos, sientanse como en su casa — Pidió Julieta con falsa amabilidad.

Al lugar llegaron NamSeok Oh y sus hijos, el mayor tenía un corte en la mejilla y el cabello desordenado, mientras que sus tres hijos tenían un puchero en sus labios.

— Lamentamos la tardanza, tuvimos un pequeño inconveniente — Se disculpó NamSeok con una reverencia a los presentes, siendo imitado por sus hijos.

— Llegaste a tiempo, querido, pero ¿Todo bien en casa? Parecen haber problemas en el paraíso — Se burló Julieta y el coreano la miró con desdén.

— Excelente, una pequeña discusión con Tomoe pero nada de otro mundo — Respondió educadamente el asiático y antes de que la mujer dijera algo más, Camille intervino gustosamente.

—  A propósito, ¿Dónde se encuentra la pequeña Zoé?, quiero ver a mi sobrina, hace mucho no la veo — Se burló con la rubia fingiendo inocencia.

— Está donde debe estar, un internado — Contestó Julieta de mala gana, sintiendo molestia, su esposo incómodo miró a los niños.

— Deben tener ganas de jugar, chicos muestrenle a sus nuevos amiguitos el campo — Sugirió sonriendo nervioso y sus hijos asintieron.

— Por acá — Pidió Damian, el niño de piel trigueña y cabello oscuro como el pasado de su madre.

— Soy Danae, un gusto conocerte, seremos grandes amigos — Saludó con simpatía la niña de cabello ondulado oscuro peinado en dos coletas de colores combinadas con su vestido de unicornio. Miró directamente a "Adrien" ni bien salieron al patio.

Su hermano se encargaba de dar el tour hablando orgullosamente de las cosechas viendo la cara sorprendida de las niñas, sobretodo de Odette, su objetivo, quien no paraba de hacerle preguntas y él gustoso las respondía,  ganandose la mirada molesta de Isaac y Adrien, mientras que por otro lado Noah se encontraba pensando en como robar unas naranjas.

— ¿Realmente es un gusto o tus padres te obligan a decirme eso? — Preguntó Félix con una ceja arqueada, la Argentina le miró avergonzada. — Lo sabía, tendrías que ser más sincera, la gente lamebotas es desagradable. Así que no podemos ser amigos.

Dichas esas palabras se dirigió a su primo y su mejor amigo, quienes tenían sus entrecejos fruncidos. Sabía que se debía al moreno y su imán con las niñas.

— ¿Que sucede? — Preguntó "Adrien" y su amigo frunció el entrecejo.

— ¿Que eres ciego acaso? ¿No notas que ese niño intenta conquistar a mi hermanita? Y tú de tonto no haciendo nada — Se quejó Isaac y a su lado Adrien abrió la boca con sorpresa, frunciendo el entrecejo molesto ante aquella idea, pero debía disimular.

— Creí que no querías que me acercará a ella, no te comprendo — Félix se hizo el tonto y el castaño boqueo varias veces sin saber que decir.

— Bu-bueno, me mantengo firme en mi decisión, pero ¡Eso no significa que dejaremos que mi hermana salga con un tonto! — Se quejó Dumont para sonreír maliciosamente — Tengo un plan para evitar que se fije en ese tonto

— ¿De que trata? — Preguntó Adrien curioso, sabía que sería algo malo por la sonrisa del ojiazul.

— Lo dejaremos en ridículo frente a ella y dejaremos que Adrien quede como héroe ante mi hermanita, así ese tonto entiende que no tiene oportunidad alguna con él — Ideó Isaac como si fuera un plan increíble, ganándose una sonrisa divertida de Félix y una mirada sorprendida de Adrien.

Por otro lado Danae Lee todavía se encontraba estupefacta ante la contestación de Agreste Menor, su madre le había dicho que ese niño era un ingenuo incapaz de matar a una mosca, pero aquella actitud tan cortante sin dudas le tomó desprevenida. Ella no era ninguna niña tonta que se quedaba callada cuando alguien de su edad la insultaba, de hecho era grosera si así lo quería. Pero Adrien era su misión y debía enmendar su error con él, acercarse y tragar su orgullo aunque sea un mal educado engreído.

— Puedes tomar todas las naranjas que tú quieras, Odette, te las regalo — Dijo Damián sonriendo divertido, esa niña era todo un caso, ocurrente y curiosa que le hacía reír.

— ¿En serio? ¿No te regañaran por hacerlo? — Preguntó curiosa Odette y Noah, quien estaba atento a su interacción cuando nombraron "naranjas" miró interesado al moreno.

— Seré el dueño de todo, no pueden regañarme — Aseguró Damián inflando el pecho con orgullo y la niña rió levemente, Noah sonrió emocionado.

— Gracias, tomaré dos entonces — Aceptó Odette para mirar el naranjo con dudas, estaba pequeña como para alcanzarlo y eso lo notó su acompañante.

— ¡Yo las alcanzo por ti, Oddy!— Se ofreció Oh niño corriendo hacia el árbol más cercano para colgarse de este.

— ¿Que? ¿De donde saliste tu? ¡Yo le traeré sus naranjas! — Dijo Damián corriendo hacia otro naranjo. Isaac mirando a esos dos frunció el entrecejo mirando a "Adrien".

— ¿Vas a dejar que te quiten a tu futura esposa? Ve y demuéstrale que no es digno de mi hermana —  Espetó Isaac para empujar a Félix, quien frunció los labios cuando cayó al suelo.

Adrien tenía una cara de completa determinación. Mi cuñado tiene razón, él no va a quitarme a mi Oddy.

— Yo conseguiré esas naranjas — Aseguró para correr hacia el árbol y luchar para escalarlo, Isaac enseguida ayudó en la causa.

— ¿Una competencia de quien junta más naranjas? — Preguntó Noah sentando en una rama del árbol, pelando la cáscara del fruto delicioso que tanto amaba.

— ¡No es competencia, tonto, baja ya! — Damián se vió molesto e indignado, intento subir tambien pero se le dificultaba un poco.

— ¡Bajenme si pueden! — Se burló Oh riendo mientras comía su adorada fruta.

— Félix, subeme y le daré una lección a esos tontos — Exigió Isaac colgándose de la espalda del rubio, que se apoyó en la corteza del árbol dándole estabilidad para subir y alcanzar a Noah, quien le lanzó una naranja a la cara a Damian e Isaac, quienes jalaron sus pies lanzandolo al suelo.

Ahora todos estaban en el suelo y las naranjas sucias. Se miraron con rivalidad y corrieron de nuevo, está vez a diferentes árboles dispuestos a conseguir el mayor número de naranjas posibles para ganar.

— ¡Ánimo, Tu ganarás, Ricitos! — Alentó Odette a Adrien, quien se sonrojó hasta las orejas al oír que ella le había puesto un apodo.

Motivado Adrien se animó a comenzar a escalar, tenía miedo de caer, nunca había hecho algo asi pero si su futura esposa se lo ordenaba incluso se vestiría con un traje hecho de plumas. Isaac miró indignado a su gemela y con los ojos entrecerrados al rubio.

— ¡Tu puedes ganarles, Agente Clown! — Kagami, quien estaba callada hasta ese momento gritó y el castaño le sonrió para dar un salto en el árbol colgándose, no quería decepcionar a la niña bonita.

— ¡Vamos, Damián, son tus naranjas, no dejes que el cerdo de Noah te las quite! — Noemí decidió apoyar al moreno, que la miró sorprendido, pero asintió agradecido por su apoyo.

— ¡Noah, las naranjas te pertenecen por haber subido primero, así que reclama tu premio! — Gritó Maia y el coreano asintió dándole la razón mientras colocaba como mono del naranjo.

— ¿Estás bien? Te raspaste la rodilla — Señaló Danae mirando a Félix, quien se encogió de hombros

— No duele nada — Contestó secamente y ella suspiró sentándose a un lado suyo en el suelo.

— Me atrapaste, no me interesaba acercarme a ti, pero a mí madre si, y debo obedecerla, ella quiere que sea tu amiga porque lo cree conveniente...y porque quiere ver llorar a Chloé — Confesó la Argentina y el niño la estudió con su mirada. — Lamento mucho eso, le diré que no puedo hacerlo y te dejaré en paz.

Ella decía la verdad y le sorprendió el nivel de sinceridad, nadie era tan sincero con un extraño pero ella si. De repente Félix sonrió un poco, Le agradó eso de hacer llorar a Chloé, así que le ayudaría un poco.

— No me gusta la idea de hacer llorar a un amigo mío como lo es Chloé — Mintió descaradamente Félix, siendo que sí se trataba de la rubia él era capaz de lanzarla a un estanque con serpientes

— Lo siento, no quise decir eso, y-yo..—  La mano del rubio interrumpió el parloteo nervioso de la morena, quien se dedicó a oír lo siguiente que diría "Adrien Agreste".

— Pero me agrada muchísimo que hayas sido completamente sincera conmigo, así que...— Félix sonrió sonrió de costado con astucia. — ¿Te gustaría ser mi amiga? Apuesto que nos divertiriamos mucho.

Y él tenía razón, ambos se divertirían mucho de ese momento en adelante, mucho más luego del asentimiento de parte de la morena.

— Entonces ya somos amigos, así que vayamos a apostar por quién de los chimpancés es más fuerte — Bromeó y ella rió levemente estando de acuerdo con su comparación.

— ¡Dale, dale, dale, tu puedes ganarle! — Alentaba Maia mientras Isaac y Noah peleaban en el suelo.

— Van a terminar regañandonos por estos salvajes — Se quejó Noemí abrazando por los hombros a su hermana menor, quien internamente quería ayudar al estadounidense debajo del coreano.

— A todos en realidad, menos mal Damián y Ad...Félix han mantenido la compostura a tiempo — Dijo Odette, quien tomaba la mano del rubio, el cual sonreía con las mejillas sonrojadas.

— ¡Oigan, par de chimpancés, Comportense un poco! — Ordenó Félix separando al par de niños competitivos, quienes lo miraron indignados.

— ¿Cómo me llamaste, tonto? — Preguntó Isaac levantándose con ayuda de Noah, quien estaba igual de indignado que él. — ¿Puedes creer como se atreve a llamarnos?

— Hay que atraparlo y hacerle cosquillas hasta que aprenda — Sugirió y el estadounidense asintió estando de acuerdo, por lo que Félix comenzó a correr espantado.

— ¡Guerra de cosquillas! — Chilló Maia con emoción y todos comenzaron a correr, mientras los que caían al suelo eran torturados por consquillas.

Así se la pasaron jugando todos juntos olvidando sus diferencias y peleas por la fruta, que fue repartida en partes iguales al finalizar el juego y ponerse todos en un círculo de descanso, dónde miraban atentos a Noah, el cual narraba acerca a de sus supuestas aventuras siendo aprendiz de Caballero Búho.

Al finalizar la reunión de los adultos, cada niño fue recogido por sus padres, almorzando en la mansión Lee para después retirarse uno por uno. Está vez Félix y Adrien volvieron a ser ellos mismos.

— Adiós, Ricitos, cuídate mucho, nos vemos el lunes en tu hogar, mami dijo que me llevará — Susurró Odette abrazando a Adrien por el cuello.

— Ta-también cuídate, Oddy, te extrañaré mucho — Admitió Agreste menor sonrojado y ella sonrió con las mejillas pintandose de rosa.

— Yo igual, pero pronto nos podremos ver de nuevo — Aseguró la castaña antes de ser separada bruscamente por su hermano gemelo.

— Olvida lo que dije en el jardín, Agreste, ella no será nada tuyo, más valor ha demostrado Félix en conseguir las tontas naranjas que tú, así que no eres digno de Oddy — Aclaró Isaac para llevarse a su hermana. Adrien sonrió orgulloso de si mismo Soy digno de ella.

Danae la sonrió a Adrien, y esté correspondió su gesto por educación mientras que miraba a su futura esposa irse en brazos de su padre, sin saber la morena que era observada por Félix, quien sonrió levemente, era una niña bonita y con carácter, le agradaba mucho.

Tal vez Danae le agradaba a Félix muchísimo más de lo que se imaginaba en ese momento....

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