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7- septième

✧         「 M̶O̶N̶ ̶B̶E̶A̶U̶-F̶R̶ÉR̶E̶ 」         ✧

TaeHyung estaba silencioso en el auto de Jin, se veía que temblaba en ocasiones y sorbía su nariz en otras. Pero no estaba llorando, solo se veía demasiado conmocionado al respecto de lo que su propio cuerpo deseaba y su mente no podía dejar de imaginarlo.

Era un descubrimiento abrumador. Era aterrador lo mucho que deseaba y le gustaba el hombre a su lado. Ni siquiera podía frenar sus instintos aún poniendo el nombre de "SeokJin" y la frase "Hermano de Jisoo, su prometida" en la misma oración.

Él no podía pensar en otra cosa que no fuera tener la lengua de SeokJin dentro de su boca, su cuerpo presionándose al suyo y sus manos tocándole como realmente lo anhelaba.

SeokJin relamia sus labios y no estaba muy lejos de pensar diferente a TaeHyung. Sólo que el horror en él no se debía a que deseaba a un hombre, sino que en este caso deseaba a la pareja de su hermana. Algo que creyó que jamás sucedería, aunque patearan para el mismo equipo. Desear al novio de tu hermanita era un tabú que SeokJin no esperaba tener que vivir en carne y hueso.

Y realmente lo deseaba. No podía dejar de pensar en los ruegos de TaeHyung en el callejón. En el peso del cuerpo y el peso del chico sobre sus caderas, sosteniéndose fuerte y empujando para la fricción. No podía dejar de repetir los besos ardientes y desenfrenados del chico. De cómo se tiraba seguro y desesperado con dirección a su boca que estaba igual de necesitada y deseosa.

—Dios —TaeHyung, suspiraba nervioso.

— ¿Estás bien? —preguntaba SeokJin, acelerando para llegar a destino.

—No lo sé —tragaba duro—. Si, lo estoy... —afirmaba luego y miraba nuevamente a SeokJin—. Quiero besarte otra vez

—Tae...

—Quiero besarte y más. Dios, mucho más —soltaba con un tono casi extasiado.

SeokJin sentía que rompería el pantalón con su erección por aquella voz grave, tan quebrada.

—De acuerdo —soltaba sorprendido y parando en un semáforo—. Cuando lleguemos, neces-... —se tragaba las palabras que quedaban atoradas entre su boca y la de TaeHyung.

Las palabras sobraban para el científico forense, en ese momento. Él solo quería sentir el sabor del alcohol en la lengua de Jin. Que se entremezclara con el suyo propio y volver a usurpar esa boca con su lengua salvaje. SeokJin se tragaba un gemido al notar lo desesperado que TaeHyung estaba, dejándose llevar por el deseo y pensar menos en las consecuencias.

TaeHyung besaba, mordía y raspaba. Luego su lengua calmaba el ardor sobre sus belfos. Su respiración era agitada y también gemía cuando Jin succionaba su lengua. Pero el bocinazo de un auto tras ellos, les cortaba el momento.

~"¡Marica, arranca!"

Y TaeHyung se horroizaba, volviendo a su asiento.

SeokJin notaba el miedo en sus ojos y pupilas dilatadas. Pero de inmediato ponía en marcha el auto.

—Los vidrios son polarizados, no nos vió... Es solo que "marica" es más corto que "hijo de perra" —exclamaba—. Y en todo caso me lo dijo a mi no a tí —balbuceaba nervioso, al notar que TaeHyung estaba estático en el asiento—. Ya sabes, quieres parecer rudo pero con el "hijo de perra" se te puede trabar la lengua entre el "jo-de-pe" y eso arruina el momento.

TaeHyung reaccionaba y fruncía su ceño, mirándolo nuevamente.

— ¿Cómo se te puede trabar la lengua en el "jo-de-pe"? —preguntaba desorientado.

SeokJin abría sus ojos e inflaba sus mejillas para desinflarlas con un resoplido que lo dejaba ver bastante nervioso y eso, sacaba una sonrisa a TaeHyung, olvidando la mala sensación que se había juntado en su pecho ante el insulto que, alguien como su padre—un policía rudo y respetado—solía usar muy a menudo, para su propio disgusto.

Cuando SeokJin lo veía sonreír sentía que la opresión en su propio pecho se calmaba. ¡Joder! ¿cómo podía ser tan sobreprotector con alguien a quien apenas conocía?... Momento, esa era la palabra. SeokJin no solia ser protector con alguien que tenía un lazo del tipo... Atracción sexual, superficial, pero TaeHyung le despertaba eso. Él quería cuidar a ese estúpido chico confundido.

Él quería...

— ¿Aquí has estado pasando las últimas noches que no llegaste a casa de tus padres? —preguntaba TaeHyung, al ver el frente de su casa, ya no tan pocilga.

—Tengo electricidad, el techo y las paredes están de diez. No es un mal lugar en el que quedarse para intentar no verle la cara al chico que te despierta todo tipo de-... —Seokjin apretaba sus labios y miraba cautelosamente a TaeHyung.

Estaba atento mirando en dirección a él.

— ¿Todo tipo de...? —insistía curioso.

SeokJin apagaba el motor del auto y suspiraba, miraba su casa y miraba a TaeHyung, quien seguía sentando con cara de gato asustado y cachondo, en partes iguales.

Relamiendo sus labios exclamaba con dulzura—. Puedo llevarte a casa de mis padres, no tienes que estar aquí si no quieres —mencionaba y lo miraba fijo—. Sólo dime y doy la vuelta.

TaeHyung abría su boca, pero ninguna palabra salía de esta, así que se disponía a abrir la puerta y salir decidido del auto. SeokJin suspiraba otra vez, no sabía si del alivio o la culpa. Estaba mandándose la cagada del año. Estaba haciendo algo que no iba con su estilo. Él no se metía en medio de una pareja, a menos que claro, estos quisieran formalmente un trio con él de por medio, pero no así.

¡Y menos con el prometido de su hermanita!. Si bien sabía que Jisoo todavía tenía sentimientos por Namjoon, eso no le daba derecho a arrimarse a TaeHyung. No le daba derecho a  confundirlo aún más y ciertamente no le daba derecho de caer ante sus súplicas.

Si tenía dudas debía de resolverlas por su cuenta ¡No con él!.

TaeHyung giraba y golpeaba el capó del auto. SeokJin se sobresaltaba y salía finalmente. Mientras iba acercándose a la puerta, sabía, lo sentía... TaeHyung estaba muy tenso y nervioso. Demasiado, no estaba seguro que tanto alcohol había bebido, aunque no le había sentido el gusto tan fuerte como había esperado. TaeHyung sabía a fresas... Dulce, tentandor... Prohibido.

—Adelante —exclamaba, sosteniendo la puerta luego de abrirla para que TaeHyung pasará.

El azabache notaba que la casa estaba mucho más construida que la primera vez. Habían pasado dos semanas y la escalera destartalada se veía como nueva y era lo que más llamaba su atención ya que, el resto solo estaba vacío.

—Namjoon trabajó rápido —exclamaba el castaño.

— ¿Estuviste aqui a oscuras? ¿Sin nada? —preguntaba acongojado.

De repente la imagen de Jin solo a oscuras y con frío, lo hacía sentirse verdaderamente mal y culpable. El chico ya tenía suficiente durmiendo en su dormitorio con sábanas de Pokémon y ahora ni siquiera eso. Todo era su culpa.

—Tengo electricidad dije, eso ya está hecho. Lo hicimos el primer día de esta semana —respondía SeokJin, luego de cerrar la puerta y girar para ver a su cuñado, mientras prendía la linterna de su celular—. Solo o tengo bombillas aquí —señalaba el techo.

—Quedará increíble —mencionaba TaeHyung con seguridad y fuerte admiración hacia SeokJin, ya que también estaba metiendo mano en todo este renuevo.

SeokJin asentía en agradecimiento y luego tomaba por sorpresa la muñeca de TaeHyung, éste lo miraba sorprendido y se dejaba arrastrar a lo que parecía, en dirección a las escaleras, pero antes de que SeokJin siguiera tomándolo de esa forma, lo detenía... Se ganaba una mirada preocupada del castaño que, le soltaba de inmediato, pero TaeHyung añadía:

—No me gusta que me tironeen —sonreía tímido y luego entrelazaba sus dedos a los de SeokJin y sentía que su rostro se prendia fuego por haberse dado el tupe de hacer algo tan íntimo de la nada. Como si él tuviera el derecho de tomar a un hombre libre y atractivo como SeokJin, de la mano—. Ahora sí... —susurraba con timidez, pero se animaba a levantar su vista y así encontrar las orbes sorprendentemente brillosas de SeokJin—. Ahora puedes arrastrarme a tu habitación.

Y aquello sonaba tan perfecto saliendo de los labios de TaeHyung. Tan correctamente incorrecto (?). Pero SeokJin sonreía y lo llevaba cuesta arriba. El corazón de TaeHyung estaba trabajando más que cuando corría en la maldita cinta del gimnasio. Estaba jadeante, ansioso y no sabía que esperar de SeokJin, pero si sabía que pediría y daría él, a aquel hombre.

La parte de arriba tenía tres habitaciones. TaeHyung no lo sabía, pero una era para la visita, otro baño y la habitación de SeokJin al final del pasillo. Cuando llegaban, el castaño apagaba la linterna que provenía de su teléfono y abría la puerta. Al entrar, encendía el interruptor y una luz muy tenue iluminaba la habitación. TaeHyung se sorprendía de ver una cama hecha de mantas, muy al estilo antiguo. Un mini refri y muchas botellas de cerveza.

— ¿Tienes problemas con la bebida? —preguntaba de inmediato.

No se había percatado de que aún no soltaba a SeokJin y seguían de la mano cual pareja en luna de miel.

SeokJin esbozaba una sonrisa y se liberaba del agarre temeroso de los dedos de TaeHyung. Este se lo permitía y luego tenía a SeokJin moviéndose completamente frente a él. Mirándolo fijo con esos ojos oscuros, esos labios carnosos y brillantes... Y su mano no pedía permiso cuando, con cejas levemente alzadas y labios relamidos de los nervios, intentaba acariciar los labios de Jin con las yemas de sus dedos, pero el castaño hablaba de repente, quitándolo de su ensoñación y logrando que volviera su mano a su lugar:

—No tengo problemas con el alcohol, de hecho soy muy tolerante. Tengo resistencia y no bebí solo. Namjoon-ah y Jimin-ssi estuvieron algún que otro día —suspiraba y rascando su nuca, tomaba una bolsa de basura de la esquina de la habitación y comenzaba a levantar las botellas vacías.

TaeHyung dejaba salir el aire contenido y podía intuir que SeokJin le estaba huyendo. Con calma, lo observaba moverse por la habitación y se preguntaba ¿que había hablado con sus amigos esos días en que apenas le había visto? y también... Si él había estado entre algunos de esos temas de conversación o en los pensamientos de SeokJin como éste había estado presente en los suyos todo-el-jodido-tiempo.

— ¡Listo! —exclamaba SeokJin, luego aclaraba su garganta—. Recuéstate, puedes dormir allí y levantarte mañana con las ideas más claras.

TaeHyung miraba la cama hecha de mantas y, a pesar de tener buena pinta, él no quería...

—Yo no quiero dormir —exclamaba con un puchero, en dirección a un SeokJin inquieto.

Lo veía suspirar y fregar su rostro—. Tae, solo duerme —susurraba en dirección al azabache y quitándose su chaqueta.

— ¿Y qué se supone que harás tú?  —mencionaba TaeHyung, seriamente—. ¿Me verás mientras duermo o dormirás conmigo?.

TaeHyung lucía demasiado desafiante, sin rastros del chico que balbuceaba cada dos malditas palabras. No estaba seguro a cual prefería. SeokJin solo podía reír de lado ante esa reacción y entrecerrar sus ojos levemente.

—Verte dormir no me parece una mala idea

—Si no te acuestas a mi lado, no pienso hacerlo —desafiaba el chico.

Sip, sin importar cual versión de TaeHyung enfrentará o lidiará con SeokJin, cualquiera lo volvía loco y... Y le gustaba. Eso era lo que hacía al castaño removerse incómodo, ese chico le gustaba y eso para alguien que, sufría el síndrome de la isla—como Namjoon mencionaba—era demasiado.

—De acuerdo, Monamu —exclamaba suavemente—. Después de tí.

TaeHyung relamía sus labios e intentaba no dejar notar que se estaba muriendo de los nervios, pero quería, no, no, necesitaba a SeokJin cerca. Así que se arrimaba a la cama de mantas y se acomodaba boca arriba, tenso. Estaba recto y con sus manos sobre su estómago mirando al techo, SeokJin se paraba cerca y lo miraba desde arriba, era un ángulo casi chistoso si no fuera porque a TaeHyung le parecía jodidamente atractivo por donde fuera que lo viera y eso lo ponía nervioso. Mierda, era más nervios que hombre.

—Apagaré la luz —mencionaba con una dulzura en su voz que comenzaba a detestar—. ¿Está bien eso para ti?

TaeHyung parpadeaba y lo miraba con esos ojos brillosos y curiosos, pero luego asentía con sus labios entre abiertos y él no lo sabía, pero se veía cagado de miedo. SeokJin suspiraba y se encargaba de apagar la luz, luego se quitaba sus zapatos y se acercaba a los pies de TaeHyung. Cuando tomaba sus botas, el azabache se sobresaltaba.

—Yo puedo quitarmelas

—Sshh, quedate quieto —ordenaba el castaño.

TaeHyung estaba sentado y no forcejeaba, dejaba que SeokJin le quitará las botas. Luego dejaba sus zapatos a lado de la cama de mantas y estiraba un cobertor por encima del cuerpo de TaeHyung. De inmediato, el azabache se sentía algo así como "a salvo" y resguardado y menos vergonzoso. Luego veía la silueta de Jin moverse para posicionarse a su lado, pero cuando lo hacía, ponía al menos un brazo de distancia entre ambos.

El calor bajo la manta hacía a TaeHyung sentirse cálido. El aroma de SeokJin llegaba a sus fosas nasales y tenía tantas ganas de poder sentirlo más de cerca. Mierda, aquello era demasiada distancia y lo último que necesitaba en ese momento de valentía era tener a SeokJin tan distante.

TaeHyung suspiraba—. ¿Por qué estás tan lejos de mi? —preguntaba finalmente.

SeokJin apretaba sus ojos y mordía su labio inferior—. Tae, por favor. Sólo duerme, mañana tendrás las ideas más claras —repetía.

TaeHyung dejaba de mirar el techo para fruncir sus cejas y mirar directo a SeokJin, girando su cabeza notoriamente para el otro, a pesar de estar un poco a oscuras, la habitación era iluminada por la luz de la calle y Seokjin, obviamente, no tenía cortinas.

— ¿Crees que estoy ebrio y cachondo? —cuestionaba con voz grave.

SeokJin giraba su cabeza esta vez y lo miraba—. Efectivamente —respondía.

—No lo estoy —replicaba TaeHyung, casi con la indignación a flor de piel.

SeokJin podía jurar que había sentido el sabor a champagne en su boca y lengua, cuando había urgado con la suya propia, aparte de la fresas. Se relamia sus labios y se obligaba a concentrarse.

—Sentí el sabor en tu boca —soltaba con voz ronca. Y TaeHyung se conmocionaba por dentro—. Y pasamos más de tres horas allí dentro

—No estoy ebrio —mencionaba seguro—. Tengo resistencia, aunque no lo parezca y no soy muy fanático del alcohol —explicaba—. A diferencia de tí —soltaba, alzando sus cejas y mirando al techo de nuevo.

SeokJin reía suavemente y miraba hacia arriba también—. Yo bebo, pero tengo resistencia y tampoco estoy ebrio, solo para que lo sepas.

Pero eso no lo hacía sentirse mejor.

—Pero sigo caliente —murmuraba TaeHyung. Tan bajo y con su rostro y cuello ardiendo en llamas.

Pero ante el silencio de la habitación, SeokJin lo había oído a la perfección.

—Voy a ser honesto contigo —exclamaba SeokJin—. No sé qué responder al respecto y lamento que estés pasando por todo esto, pero... Te aconsejaría que probaras con alguien más que no sea... Que no sea yo —setenciaba.

Y TaeHyung sentía una punzada en la punta de su nariz. Esa que te avisaba que tus ojos comenzarían a aguarse y comenzarías a derramar algunas lágrimas. Aunque no estaba seguro por que quería llorar.

—Sé que no debí probar contigo —susurraba.

Y Seokjin no podía verlo, pero estaba seguro que estaba hablando en puchero y eso lo hacía sentirse deseoso de tocarlo para que dejara de ser tan "bebé".

—No te juzgo por autodescubrirte o intentarlo —exclamaba SeokJin—, y entiendo que quizás estar con alguien como yo te pueda dar cierto coraje y quieras experimentar por curiosidad, solo porque te sientes algo así como... En confianza, pero-

—Yo no quiero experimentar por curiosidad —le cortaba TaeHyung.

SeokJin suspiraba—. Y es por eso que estoy poniendo un brazo de distancia contigo —exclamaba, casi ¿herido?.

¿Le había dolido que TaeHyung aceptara que ya no quería experimentar los caminos de siete colores o qué diablos?.

«Hombre, no seas idiota. No seas estúpido» se reprendía para sí mismo, tan sumergido en una pelea interna que no notaba como TaeHyung se había acercado más y lo tenía ahora de perfil, mirando en dirección a él y de nuevo esos ojos curiosos, ardiendo con algo más que solo curiosidad y deseo.

—Tienes que dejar de verme así —pedía SeokJin, casi sin aliento.

TaeHyung no respondía, pero tampoco obedecía, porque finalmente su mano se daba el gusto de acariciar el perfil de SeokJin, quien seguía mirando el techo y le hacía más fácil poder acariciar con su yemas el inicio de su nariz perfilada, encaminándose lenta y suavemente hacia los carnosos labios de SeokJin. El castaño quería decirle que dejará de tocarle, no le gustaba que tocaran su rostro, pero los dedos de TaeHyung se sentía tan bien que, solo podía cerrar sus ojos. El toque era suave, tímido y muy curioso. Su corazón palpitaba fuerte por la misma nada que TaeHyung estaba haciendo. Se sentía como un adolescente cuando rozaba sus dedos a los de su Crush, pero esta vez su Crush le estaba tocando. Bueno, TaeHyung no era eso... Pero tenía el mismo jodido efecto. Lo descolocaba y también debía admitir que era impredecible.

TaeHyung por su parte, se había quedado pasmado de la suave textura de su piel y ya quería, ansiaba, deseba y anhelaba sentirlos de nuevo, devorando los suyos, sin piedad y sin pensar tanto. Se acercaba otro poco, con su corazón latiendo a mil y su pecho tocaba el hombro de Jin, mientras que sus piernas se enredaban a las de este y comenzaba a acariciarlo inconscientemente.

TaeHyung en serio no era consciente de como su cuerpo gravitaba automáticamente hacia el de Jin, él solo quería un poquito más.

—No me haces esto fácil, Monamu —susurraba SeokJin, con voz rasposa y garganta seca. Intentando con toda su fuerza de voluntad de no darle atención a su miembro, endureciéndose cada vez más dentro de su boxer y pantalón, solo por sentir la respiración de TaeHyung golpear su oreja y sus dedos tocándole, junto con su pierna enredada.

—Eres tan perfecto —susurraba TaeHyung a su lado. Su aliento y sus palabras enviaban una descarga eléctrica a SeokJin por toda su anatomía.

—No lo soy —susurraba Jin, soltando todo el aire retenido.

Y TaeHyung seguía con sus dedos sobre sus labios, logrando de repente, moverse ágilmente para colocarse encima de un  SeokJin sorprendido. TaeHyung podía sentir el cuerpo de SeokJin respondiendo positivamente. Estaba tan duro como él.

—Tae... —soltaba el aire retenido y volvía a tensarse cuando TaeHyung se inclinaba para rozar sus labios. Apretaba sus ojos y alejaba su rostro con toda su fuerza de voluntad—. No puedes ser toda tu vida heterosexualmente curioso para que de repente te subas en el regazo de un hombre plenamente homosexual.

—Pero te necesito —susurraba TaeHyung, buscando su rostro con sus manos para sostenerlo firme y mirarle fijamente.

Cuando conseguía tener la atención de Jin, este exclamaba—. Ten cuidado con tus palabras —susurraba—. No entiendes lo que necesitas y no sabes lo que estás pidiendo —exclamaba, poniendo sus manos sobre los muslos de TaeHyung para empujarlo, pero las grandes manos del chico tomaban una se sus muñecas para evitar que lo quitará de encima.

—Enseñame... —susurraba. TaeHyung con esa voz grave que acariciaba los tímpanos de SeokJin y le ponían los pelos de punta—. Muéstrame que es lo que no sé —susurraba, acariciando con su nariz la de SeokJin, mientras dejaba suaves y apenas perceptibles mordidas en el labio inferior del castaño.

SeokJin perdería esa batalla tarde o temprano si TaeHyung no se detenía y recuperaba el control de sí mismo. Pero considerando que sus ojos brillaban con pura lujuria y algo más, SeokJin debía de ser el centrado.

—Bájate... Te lo ruego —susurraba SeokJin.

TaeHyung pasaba saliva y no estaba conforme con la orden dada, no quería obedecerlo esta vez. No cuando su cuerpo estaba demasiado caliente y a pesar de ser dos tipos, él encajaba con SeokJin. Su cuerpo encajaba con el del otro hombre a la perfección y estaba tan deseoso como nunca antes.

Relamia sus labios y se quedaba a centímetros de la boca que quería devorar sin apuro y con ímpetu.

—Ruegame otra cosa —susurraba, y chupaba los labios de su cuñado para obligarlo a abrir la boca y así hundir su lengua dentro.

SeokJin no había luchado, de hecho se estaba mueriendo por volver a besarlo, así que contrario a su consciencia, sus manos se aferraban a la caderas de TaeHyung y lo presionaba hacia abajo para conseguir más fricción sobre su erección y TaeHyung lo complacía.

Y se complacía a si mismo, porque estaba desesperado por conseguir un poco se alivio y ese alivio era frotarse encima del cuerpo de SeokJin, mientras se lo devoraba a besos y se movía desenfrenado y jadeante. SeokJin lo mordía de repente y su polla sentía la punzada. Sus manos se hallaban tomando con firmeza el rostro del castaño para que este no se liberará tan fácil y Seokjin amaba la sensación de esas manos sobre su rostro. Se preguntaba cómo se sentirían en su cuerpo, recorriéndolo curioso y excitado. TaeHyung era todo lujuria y curiosidad.

SeokJin había abierto los ojos cuando la boca salvaje del azabache le daba respiro y se trasladaba a su cuello. SeokJin no lo sabía, pero TaeHyung tenía una obsesión con su cuello. Con lo largo y pornográfico que se veía siempre en sus publicaciones. TaeHyung no seguía a SeokJin en sus redes sociales, pero como no la tenía en privada a su cuenta principal, lo había visto en secreto más veces de las que quisiera admitir. Y ahora ese hombre estaba bajo su cuerpo y TaeHyung lo quería. Lo quería todo y por eso no podía pensar con claridad y jamás hubiera imaginado que su cuerpo estaría tan deseoso cuando en otras ocasiones en las que debía de tener sexo le costaba horrores.

No había forma de negar sus preferencias.

Sus labios besaban el cuello de SeokJin con delicadeza. Una suavidad que le hacía a este otro olvidarse de donde estaba, con quien estaba y desear muchísima menos ropa. Los ojos de SeokJin se abrían, rompiendo el encanto del momento para alejar los increíbles escalofríos, sensaciones y oleadas de calor que le atrevesaban como dagas.

—Tae, Tae... Esto no es-. ¡...!

La puerta de SeokJin se abría de repente. Chocando con la pared por la fuerza con la que había sido abierta. TaeHyung se sobresaltaba y el castaño igual, por lo que lo tapaba de inmediato con el cobertor.

— ¡¿Qué mierda?! —gritaba con el corazón latiendo a mil por horas.

Los presentes recién llegados se giraban , luego de cortar el beso apasionado y los manoseos desenfrenados. La chica en cuestión soltaba un grito agudo y Seokjin la reconocía.

Kim Jisoo y Kim Namjoon estaban comiéndose como si no hubiera un mañana. Los ojos de la chica estaban desorbitados, abiertos de par en par y tapaba su boca.

— ¡Hyung!... Yo-... No sabía que tú-

— ¡¿Estaría mi maldita futura casa?!

—Y con alguien —exclamaba Namjoon horrorizado.

SeokJin volvía a tapar el cuerpo ajeno con las mantas. TaeHyung estaba totalmente paralizado abrazado al cuerpo de SeokJin mientras que este parecía hablar verdaderamente enfurecido con Namjoon. Y Namjoon, el ex de su prometida estaba ocupado con alguien más.

«Tiene a alguien» pensaba TaeHyung, indiferente a la presencia de la mujer que, en realidad era su prometida. Ignorando sus latidos a todo dar que golpeaban contra el abdomen de SeokJin a causa de la pose en la que estaba. Dejaba caer su cabeza en el pecho del castaño y se permitía escuchar como su corazón palpitaba como loco. No era el único a punto de pasar a mejor vida por el susto.

—Salgan. Ahora —puntuaba SeokJin. Los ojos de Jisoo lo miraban con esa mirada que conocía muy bien.

Cuando eran niños y Jisoo rompía algo, miraba con esos ojos de puro ruego, que por favor no le dijera a sus padres. Ahora era algo similar, excepto que, no solo se trataba de sus padres si no que también se trataba de no decirle a TaeHyung. Namjoon lograba sacar a Jisoo fuera y miraba a SeokJin verdaderamente arrepentido.

—Tengo a mi tío en casa y yo-

—Sal de mi casa ahora, Namjoon-ah ¡Ahora! —gritaba. Namjoon salía horrorizado—. ¡Cierra la maldita puerta, idiota!

Namjoon volvía con esos ojos a punto de salir de sus cuencas y cerraba la puerta repitiendo constantemente un: "Lo siento, Hyung. Lo siento, Hyung".

SeokJin no había notado que había estado abrazando a TaeHyung en todo momento bajo las mantas, por lo que se relajaba y caía sobre la almohada. Ahora se sentía muchísimo peor, porque de todos los presentes el único que sabía todo el enredo era él. Él había visto a su amigo con una mujer comprometida y comiéndose a besos a punto de hacer cosas sucias ¡en su maldita cama de mantas!. Luego había visto a una mujer a punto de casarse, muy lista para sucumbir a los deseos carnales y caer en la cama con otro hombre que no era su prometido.

Y luego estaba el prometido de la mujer infiel. Aquel que antes de ser interrumpidos se lo estaba devorando a besos y ahora... Ahora TaeHyung estaba levantando su remera y lo sentía pasar su lengua húmeda por su abdomen y Seokjin se estremecía.

Quitando la manta veía los ojos de TaeHyung sobre él, notaba su cabello rizado todo despienado y no podía sentirse tan culpable como hacía cinco minutos atrás porque su hermana estaba haciendo de las suyas, también.

No era una buena excusa de todas formas, pero ¿cómo mierda iba detenerse ahora?. Necesitaba una buena excusa para seguir negándose hasta que TaeHyung reaccionará de una jodida vez.

—Por favor, Monamu... Vas a casarte en menos de una semana —mencionaba. Y las palabras sabían amargas en su lengua.

TaeHyung volvía a besar su abdomen, esta vez con sus labios, dando leves chupones cuesta arriba. La piel de SeokJin era suave, esperaba algo más... No estaba seguro, los hombres en Corea se cuidaban igual o más que una mujer por lo que SeokJin tenía una piel sumamente suave y exquisita.

Sus manos seguían levantando la remera hasta que el torso de SeokJin estaba expuesto. Por lo que él castaño solo optaba por taparse la cara con su propia prenda, quizás y así olvidaría quien estaba tan curioso inspeccionado su cuerpo. Tocando, besando, chupando y lamiendo. TaeHyung parecía no tener ganas de detenerse. Jin no quería ser tan débil porque la imagen de su hermanita le venía cada dos por tres o al menos hasta que TaeHyung hacía algo que lograba perderlo y volverlo loco, como en ese segundo donde su lengua barría por su pezón y un gemido involuntario le abandonaba.

TaeHyung alzaba la vista y quitaba la remera del rostro de SeokJin. Él quería verlo y hacerle un par de preguntas.

— ¿A los hombres les gusta que otros hombres hagan eso? —cuestionaba con voz rasposa y curiosa.

Algo de lujuria e inocencia.

SeokJin apretaba los dientes. Estaba sudando por lo caliente que estaba, los nervios de recién y la manta que los cubría a ambos aún.

— ¿De qué hablas? —preguntaba.

TaeHyung aclaraba su garganta y volvía a preguntar—. Me gusta pasar mi lengua por tu pezon. De hecho quiero morder y pellizcar, pero no sé si eso será muy raro... Porque es lo que hago con las mujeres —soltaba más bajo.

SeokJin abría sus ojos mirando el techo y luego reía con dulzura. No con burla.

—Es una zona erógena, independientemente de si uno tenga pechos o no. Somos sensibles —añadía—. ¿No eres sensible en esa zona?

TaeHyung seguía inclinado sobre su cuerpo y como tardaba en responder, SeokJin lo miraba.

—Las mujeres con las que he estado no pasaron mucho tiempo en esa zona —admitía—. No lo sé, me gusta. Cuando me masturbo y me acarició, lo hago conmigo.

Una imagen de un TaeHyung desnudo, dándose placer a si mismo. Tocándose y descubriéndose sorprendía a SeokJin y su miembro se sobresaltaba complaciente ante aquello. Sacudía la cabeza y sentía su rostro ardiendo mientras relamia sus labios.

—Algunas mujeres son básicas y solo bajan hacia la polla del tipo, arañan su espalda y hombros y llenan de chupones su cuello, pero no inspeccionan más de eso —exclamaba—. Y algunos hombres heteros son básicos, chupa su polla y serán felices... Pero en mi caso, me gusta hacer sentir bien al tipo que comparta la cama conmigo por lo que... Recorrer el cuerpo ajeno completo es algo que me encanta.

Y ahora TaeHyung se imaginaba a si mismo desnudo en la misma cama con ese hombre recorriéndolo por completo. Estaba destinado a correrse por culpa de tanto juego y negación por parte de SeokJin, porque su polla seguía respondiendo positivamente. Se volvería loco si seguía hablando así que, iba por ello. Su lengua volvía a barrer sobre el mismo pezón y dejaba que sus otros dedos estimularán el otro botón rozado y Seokjin comenzaba a retorcerse otra vez por el ataque sin previo aviso.

«Enpujalo, maldita seas. ¡Empujalo!» se rogaba interiormente. Pero solo podía abrir sus piernas para que TaeHyung se acomodara entre ella y continuará besándolo y chupandolo, ahora pasando al otro.

—Joder... Detente —rogaba SeokJin. Luego lo empujaba y al instante lo atraía otra vez. De repente la risa ronca de TaeHyung hacía vibrar su pecho y hasta eso le gustaba.

— ¿Qué hago, Hyung? —provocaba TaeHyung.

Y Seokjin quería decirle "recordar que estas a punto de casarte" pero la imagen de Namjoon y Jisoo volvía a su cabeza y su boca se cerraba. No era una excusa, pero inconscientemente quería aferrarse a algo que le permitirá continuar ese momento.

—Tú no quieres esto —susurraba cansino.

Un suspiro de TaeHyung golpeaba contra su pecho y luego recibía una respuesta firme—. Lo quiero, aunque no debo... Pero lo quiero.

SeokJin dejaba salir el aire retenido y se sentía derrotado, cubría sus ojos con su antebrazo y se quedaba allí. Deseaba estar bajo el efecto del alcohol para hacer esto sin culpa, pero diablos que esta era la realidad y le dolía saber que le importaba mierda su hermana si la muy descarada andaba acostándose con su ex.

Los labios de TaeHyung estaban sobre los suyos otra vez, besando con timidez mientras SeokJin primero no respondía, pero era imposible no hacerlo. Abría su boca y recibía la lengua de TaeHyung otra vez. Lo tenía encima de él y para su sorpresa cuando TaeHyung apoyaba su cuerpo sobre el suyo, tenía la camisa abierta por lo que sentía la piel del otro tocar la suya y Seokjin abría sus ojos al sentir la piel del chico restregarse a la suya.

—Tae... Tae, Tae —lo empujaba un poco solo para verlo y... —. Vas a matarme —susurraba.

— ¿Puedo bajar? —preguntaba TaeHyung encima de él.

SeokJin abría sus ojos sorprendido. Esto ya estaba cada vez peor. No había forma de que la cosa fuera menos culposa y sucia.

— ¿Quieres-...? —ahora el que balbuceaba era SeokJin—. ¿Tú eres consciente de lo que estás preguntando?

TaeHyung asentía mientras sus largos dedos viajaban al pantalón de SeokJin y comenzaban a desprender el botón para luego bajar el cierre. La polla de SeokJin era un espectáculo interesante de ver, todo duro dentro de los rígidos pantalones que igual no disimulaban el gran tamaño con el que había sido, claramente, bendecido. El pulso se le iba por los cielos al sentir esos dedos encima de su erección y perdía la cabeza cuando veía como TaeHyung acariciaba el contorno. Una caricia bastante dura para que puediera sentirla por encima del jean.

—Ah, okey... Um —cuando alzaba la vista veía los ojos negros de TaeHyung fijamente en él. Y le encantaba lo caliente y lujurioso que se veía.

Dios, nunca le había gustado tanto como se veía un tipo cachondo encima de él hasta ese momento.

TaeHyung seguía masajeando su erección sin dejar de verlo y relamia sus labios cada dos por tres. Estaba determinado a volarle la cabeza y lo estaba consiguiendo. Era todo nuevo para TaeHyung y se encontraba necesitando saber cómo era la polla de su cuñado. Era un pensamiento fuerte, pero lo deseaba, quería saber su sabor, si textura... Su peso.

—Soy muy bueno allí abajo, lo juro —soltaba.

SeokJin se encontraba moviendo sus caderas y su frente estaba sudada por intentar seguir resistiendo.

—Cariño, una polla no es como la "flor" de la mujer —exclamaba con voz ronca.

—Déjame, por favor —susurraba.

SeokJin apretaba sus dientes—. No.

TaeHyung se quedaba quieto. Pero ese "no", no había bajado su libido en absoluto, por lo que besaba nuevamente a SeokJin. Ah, no podría nunca tener suficiente de esa boca y esos besos.

"Mmm~"

SeokJin había gemido otra vez por un simple beso y estocadas que TaeHyung comenzaba a dar encima suyo para saciar un poco la dureza entre sus piernas y Seokjin no podía evitar tomarlo fuerte de las caderas para infringir más presión.

—Por favor —seguía TaeHyung entre besos bruscos y respiración agitada—. Déjame probarte, Hyung.

Las manos de SeokJin se habían ido hacia el buen culo que su cuñado se cargaba y que, lamentablemente no había podido ignorar. Un fuerte apretón daba con sus grandes manos otra vez y TaeHyung gemía en su boca y él se tragaba ese gemido mientras volvía a amasar los glúteos del azabache y lo incitaba a seguir moviéndose. TaeHyung estaba perdido en las sensaciones. Jamás había sentido que perdía el control de sí mismo mientras tenía intimidad con otra persona.

Jamás había sentido que podía tocar el cielo con las manos, pero estar con Jin se sentía así y estaba tan sobrio que cuando esto se diera por terminando, no podría culpar a nadie más que a él y su curiosidad. Y sus ganas. De nuevo sus besos se iban al cuello de SeokJin, sus torsos estaban ya sudados, volviendo todo más crudo y estaba seguro que si seguía besándolo así, le dejaría marcas y por alguna razón aquel pensamiento no le perturbaba tanto como había esperado.

—Eres... Joder —Seokjin balbuceaba sin sentido entre gemidos suaves y elevaba sus caderas.

TaeHyung entendía o quizás malinterpretaba, pero comenzaba a bajar con besos fuertes. Manos firmes en las caderas anchas de su cuñado y ... Las manos de SeokJin sobre su cabeza, empujándolo cada vez más para que llegará de una maldita vez donde él quería, todos querían y ya era hora de cortar con la negación.

SeokJin le daba lo que quería. TaeHyung abría el pantalón y bajaba con manos ansiosas la prenda, hasta tener solo el boxer de SeokJin en su campo visual. La prominente erección era aún más grande sin la opresión del pantalón y su mano la masajeaba de inmediato.

— ¡Ah... Joder! —soltaba SeokJin.

Aquellos gemidos eran tan sensuales y eróticos que incentivaban a TaeHyung a continuar. Los gemidos y los dedos de SeokJin enroscandose en su cabello y tirando suavemente era una combinación perfecta. El azabache solía detestar que las mujeres tirarán de sus rizos cuando les hacía un oral porque no le gustaba aquello, pero se encontraba amándolo si SeokJin lo hacía y lo volvía a hacer. Aquello el castaño hacía que fuera un incentivo para que la sangre siguiera corriendo en dirección a su polla.

Luego de torturar a SeokJin con masajes impacientes, finalmente realmia sus labios y bajaba la tela ya humedecida de la ropa interior del otro. Una polla de buenos varios centímetros, gruesa, espesa... Y con una vena que la decoraba se dejaba ver. SeokJin era perfecto.

Y ahora ese mismo tipo levantaba la cabeza para ver que el chico siguiera ahí, quizás esperando que se asustara y se alejara. SeokJin no lo culparia por dejarlo duro, lo entendería totalmente.

—No voy a enojarme si te retractas —exclamaba SeokJin.

TaeHyung levantaba la vista y se encontraba con la de SeokJin.

—Es de mala educación dejar a otros con las ganas —exclamaba y luego tomaba aquel falo con su mano y su lengua barría desde la base hasta la hendidura, donde la pasaba con una justa presión.

SeokJin siseaba y apretaba sus dientes. TaeHyung lo sentía suavemente agrio en su lengua y quería más... Otro lengüetazo y Seokjin se dejaba caer sobre las almohadas otra vez, mientras sus dedos se hundían en el cabello sedoso de TaeHyung y sus caderas se movían sutilmente. Ya está, ya no había forma de volver luego de que su cuñado pusiera su boca en su polla. El límite ya se había cruzado y él había perdido la batalla.

—Me encanta... —susurraba TaeHyung, más para él mismo que para que SeokJin le oyera—. Joder, me encanta.

Y luego de que su lengua jugará con timidez, chupaba la gran cabeza roja que ya había derramado la esencia de SeokJin.

—Mmm... —soltaba ruidoso el azabache. Y Seokjin tenía que verlo, no podía no hacerlo.

Se acomodaba para que las almohadas le permitiera elevar su cabeza y ver al chico entre sus piernas tener un festín con su gran erección. Cuando lograba tener una visión de TaeHyung. Veía esos labios chupar su glande y se veía precioso, joder que TaeHyung se veía como el ser más erótico del jodido planeta mientras se la chupaba delicadamente.

Sus manos quitaban el flequillo del rostro del chico y lo veía hipnotizado cuando aquellos labios se ensanchaban alrededor de su gruesa longitud, salivando en las comisuras mientras se la tragaba, más de lo esperado. Apretado, húmedo y TaeHyung gemía fuertemente, sentía como el sonido había quedado atrapado entre la garganta de este y su propia polla, logrando que vibrará todo alrededor de su circunferencia y gimiera en respuesta. Luego de eso le siguió la mejor mamada que un tipo con pasado heterosexual dudoso, le hubiera dado.

TaeHyung estaba tan sacado y fuera de sí por el peso de la polla en su mano. El sabor en su boca y como el glande tocaba su garganta, estaba seguro que en cualquier momento comenzaría con algunas arcadas, pero al parecer tenía una resistencia de puta madre y solo quería saciar las ganas que tenía de devorarse a SeokJin. A TaeHyung realmente no le importaba que estuviera dandole un mamada al hermano de su prometida. No le importaba como la saliva le colgaba a los lados y bañaba a SeokJin de esta y eso era lo que en realidad le pesaba. Que no le importará en absoluto mientras sentía el sabor del castaño en su boca, mientras hacía masajes verticales que acompañaba con succiones fuertes y luego, sosteniendo desde la base la polla de SeokJin, comenzaba a masajear sus bolas con su otra mano y el castaño estaba seguro que ya no resistiría. «Maldito provocador con una boca de ensueño» pensaba SeokJin con gemidos roncos y sensuales. TaeHyung continuaba, mientras torcía su muñeca y succionaba el glande con demasiadas ganas.

— ¡Ya... Ah, joder! Hazte un lado... —Seokjin lo empujaba por los hombros, pero recibía un manotazo de TaeHyung.

—Dámelo... —susurraba este entre succiones—. Por favor, déjame probarte... —rogaba viendo a SeokJin y chupando más fuerte. El castaño se corría. Fuerte, intenso y con un grito desgarrador que llevaba el nombre de TaeHyung. Eso lo había hecho sentirse tan bien cuando lo veía tirar su cabeza hacia atrás, mostrando ese cuello que comenzaba a mostrar las suaves marcas que él había pintando con sus besos.

Ni una gota fuera. TaeHyung había tragado todo y Seokjin para él era delicioso, aunque el sabor fuera amargo, era suave y le gustaba como sabía. Su lengua lamía y podía sentir que había vaciado al castaño por completo, pero no podía dejar de chuparlo, de hecho seguía y seguía, aunque SeokJin ya no estuviera duro.

—No tengo más para darte —mencionaba el castaño, ya sobre estimulado y agitado.

TaeHyung sentía sus mejillas arder y lo soltaba. De inmediato se encargaba de subir el boxer de SeokJin y lo ayudaba con el pantalón. SeokJin se abrochaba el mismo y lo veía sentarse de rodillas con el rostro enrojecido y una mirada vergonzosa.

—Hey... —se sentaba para estar más cerca y a la altura de TaeHyung, quien se veía precioso con su pelo revuelto, su camisa abierta y sus labios hinchados.

SeokJin pensaba en cómo mierda manejaría su pánico gay, porque estaba seguro que se venía uno.

— ¿Quieres que yo-...? —preguntaba sin acabar la frase, pero señalando la entrepierna de TaeHyung.

Realmente no estaba seguro de querer chupar la polla del prometido de su hermana, pero es que mierda, entiendan un poco su posición. Ya había dejado que sucediera demasiado, poner su boca en la polla de TaeHyung sería el colmo y realmente no quería. No quería, porque TaeHyung era prohibido. Pero-...

—No lo necesito —exclamaba TaeHyung, limpiando la comisura de sus labios y agachando la cabeza—. Yo-... —suspiraba y de nuevo el chico que balbuceaba por todo, estaba en escena.

—Lo siento, no debí dejarte hacer esto —exclamaba SeokJin—. Lo lamento —el castaño echaba su cabello hacia atrás  y se impulsaba para intentar levantarse, pero al parecer TaeHyung se confundía, lo mal interpretaba y volvía a besarlo.

Como si nada, naturalmente enroscaba sus brazos en el cuello de SeokJin y lo besaba, inclinando su cabeza hacia un lado para profundizar el beso y cuando el otro sentía su propio sabor en aquella boca, le parecía perfecto. Que ahí pertenecía, que nadie más aparte de esa boca debía de volver a probarlo, y besarlo y chuparlo. TaeHyung se acomodaba en su regazo, pasaba sus piernas por encima de las de Jin y este le permitía sentarse encima de él. Todo el peso del azabache sobre sus piernas mientras se perdían en otro beso.

SeokJin nunca había besado tanto a alguien como aquella madrugada lo había hecho con TaeHyung, a quien también tenía entre sus brazos, apretujandolo a más no poder para que el pecho desnudo de éste tocara su piel que, era apenas perceptible porque se había bajado la remera.

Los chasquidos del beso resonaban en su habitación y cuando TaeHyung daba una succión finalizada en mordida, SeokJin se daba cuenta que nuevamente había cerrado sus ojos, simplemente concentrado en las sensaciones y ahora su mirada de pura satisfacción chocaba con la dulce de TaeHyung.

—Me corrí cuando te puse en mi boca —exclamaba el azabache, tomando por sorpresa a su cuñado—. Yo realmente tuve un orgasmo mientras te hacía una mamada y fue la sensación más explosiva de toda mi jodida existencia porque realmente me dió mucho placer chupartela.

SeokJin estaba sin habla. No era la primera vez que alguien se corría por tener su polla en la boca, pero es que en TaeHyung las palabras sucias sonaban tan bonitas que, le enviaban descargas eléctricas a su columna.

—Suele pasar —susurraba en respuesta.

— ¿Podemos dormir aquí? —preguntaba TaeHyung.

— ¿Ahora quieres dormir? Después de vaciarme —se burlaba SeokJin, más relajado.

TaeHyung le devolvía la sonrisa.

—En realidad quiero mucho más, pero sé que no quieres dármelo —respondía.

SeokJin fruncía el ceño y agachaba la cabeza—. No es que no quiera, no debo —exclamaba—. Son dos cosas diferentes.

— ¿Entonces me deseas? —preguntaba TaeHyung, como si necesitara escucharlo cada veinte minutos.

—Lamentablemente —respondía SeokJin y suspiraba, para luego añadir—, pero a partir de la mañana, espero tengas tus ideas clara, porque yo no me meto con las parejas de otros.

Y TaeHyung apretaba sus labios, pintando una mirada de tristeza que llegaba a traspasar los huesos de SeokJin. Luego de aquello, ninguno dijo más nada y se dispusieron a dormir. Cansados y agotados mentalmente. Cuando la luz del sol mostrara sus primeros rayos matutinos, todo quedaría en el pasado como un muy placentero encuentro fugaz.

✧         「 M̶O̶N̶ ̶B̶E̶A̶U̶-F̶R̶ÉR̶E̶ 」         ✧

Cuando TaeHyung había sido dejado aquella mañana, el primer rostro que había visto era el de Jisoo, sentada sobre su cama en su habitación y su corazón palpitaba como loco porque los recuerdos de él y Seokjin le azotaban repentinamente. Cuando Jisoo elevaba la mirada tenía sus mejillas enrojecidas. La chica, estaba igual que él. Sólo que a ella le azotaban los recuerdos de la madrugada pasional junto a Namjoon.

Una que habían llamado "despedida" pero que en realidad, se sentía como un círculo vicioso que jamás tendría fin porque al parecer no podían renunciar al otro. Pero Jisoo no lo diría.

—Hey ¿Te divertiste? —preguntaba la chica.

TaeHyung evitaba sus ojos y se aproximaba al placard para tomar una muda de ropa, sentía que tenía impregnado el perfume de SeokJin, pero no le desagradaba, aunque debía de quitárselo.

—Si, fue una noche... Extrañamente renovadora —respondía de espalda a su prometida.

—Lo mismo digo —mencionaba Jisoo, forzando una sonrisa tras él—. Me sentí extrañamente viva.

Y TaeHyung se quedaba quieto, repasaba sus palabras y exclamaba—. También me sentí vivo.

El silencio se extendía por la habitación y entre los huesos de ambos jóvenes. Hasta que TaeHyung suspiraba y se giraba para ver a su prometida. Notaba una mirada nerviosa que jamás había visto en ella. Jisoo era ruidosa, inmadura, algo caprichosa y un poquito insoportable, pero ahora se veía tan frágil que TaeHyung se enojaba consigo mismo por no sentirse culpable. Y eso era lo que le molestaba, le molestaba no sentirse culpable y todo se debía a que por primera vez en tantos años, había hecho algo por sí mismo. Para complacerse a él y a nadie más... Bueno, a SeokJin, pero le gustaba la idea de complacerlo a él.

— ¿Seguimos en esto, cierto? —cuestionaba TaeHyung en un tono que dejaba notar que Jisoo podría decir que "no" y él estaría bien con eso.

Pero Jisoo sentía que era demasiado peso ser la que detuviera todo esto y es que no había dudado, ella lo quería. Merecía que alguien quisiera casarse con ella y no como el estúpido Namjoon... Estúpido que había vuelto su mundo al revés otra vez con solo verlo y bueno, un poco más que solo verlo.

Jisoo suspiraba y fingía una sonrisa—. Seguimos en esto —se levantaba y besaba a TaeHyung en la mejilla.

Ninguno admitiría que todavía no querían borrar los besos que compartieron con sus acompañantes aquella madrugada.

✧         「 M̶O̶N̶ ̶B̶E̶A̶U̶-F̶R̶ÉR̶E̶ 」         ✧

C

uatro días después del íntimo encuentro con SeokJin, TaeHyung no lo había vuelto a ver, sabía que sería obvio que no pasaría por la casa y ver a Jisoo luego de la escasa charla, se había sentido extraño.

TaeHyung quería sentirse culpable otra vez, pero no se sentia así. La culpa no llegaba, no cuando Jisoo no había mencionado el tema de Namjoon aún, ignorando por completo que TaeHyung sabía al respecto y que deseaba una explicación.

Momento ¿quería una explicación o una excusa para sentirse menos sucio?. TaeHyung ni siquiera sabía quién era él cuando se miraba al espejo, y esa tarde sería la cena oficial entre su familia y la de Jisoo. Ya no habría marcha atrás y Yoongi se lo había preguntado más de una maldita vez:

"¿Seguro quieres seguir con esto?"
"La gente puede cambiar de opinión"
"No te sientas culpable si la liberas, salvarás a esa chica de un matrimonio mediocre".

Pero TaeHyung no respondía, ni siquiera le pedía que cerrara la boca. Pero le había comentado sobre la de Namjoon a Yoongi y este coincidía en que las cuentas no estaban tan claras entre su prometida y el ex. Definitivamente, ni él ni Jisoo estaban seguros de lo que hacían.

Por otro lado, SeokJin tampoco estaba seguro de como se había dejado convencer por su made para ser parte de esa cena familiar. Si bien debía de estar por ser el hermano mayor de la novia, le parecía un poco estúpido. Aparte que le costaba ver que nada había cambiado. Jisoo y TaeHyung siguieron su absurdo curso y él no tenía ganas de estar en su casa esos días porque ésta, estaba muy ruidosa con los últimos detalles de la boda. Por otro lado, él no había tenido ganas de hablar con Namjoon respecto al encuentro clandestino con su hermana y eso frustraba a su amigo, quien estaba decidido a arruinar la boda, pero necesitaba un segundón que lo acompañara. Pero SeokJin lo golpearía y amarraría a su cama antes de arruinar algo de la perfecta boda que aquellos dos pretendían tener.

Para su vergüenza e incomodidad, llegaba tarde al lugar pactado, pero agradecía eternamente a su madre por haberle preparado una muda elegante de ropa. Así era como aparecía con una camisa blanca, pantalón de vestir y zapatos negros en punta. Después de haber dejado a TaeHyung en su casa hacía cuatro días atrás, recién en ese instante lo volvía a ver.

Con un pantalón negro y una polera blanca con cuello tortuga que lo hacía ver elegante y perfecto. Más su pelo sedoso y rizado... Ay, SeokJin extrañaría por siempre la sensación de hundir sus dedos en aquel cabello y tirar de ellos. TaeHyung sentía un calor ascender por su cuello a su rostro cuando sentía que podía leer los pensamientos de SeokJin a través de la mirada que este le daba por encima de todos los presentes. Pensamientos que no eran muy diferentes a los suyos.

—Buenas noches —se inclinaba cortando contacto visual con TaeHyung—. Lamento la demora, el turno en el trabajo se volvió más largo de lo esperado.

Recién ahí recapacitaba en un hombre parecido a TaeHyung, pero más viejo y poco más bajo y rasgos jodidamente enseriados. El tipo no estaba feliz de tener que esperar por él. Luego a su lado estaba una señora que forzaba una sonrisa en su dirección y luego su familia, la cual estaba extrañamente tensa, al igual que TaeHyung a lado de su madre.

Para su desgracia, Jisoo lo miraba incómoda, con una sonrisa asustada y le señalaba el lugar de la punta de la mesa. Genial, estaría sentado entre Jisoo y TaeHyung. Maldita sea su jodida suerte, por primera vez no quería pertenecer a su familia y usualmente la creía jodidamente genial. Pero ahora, no.

Por suerte, su padre era un tipo de palabras fáciles y ligeras, rápidamente, luego de una breve presentación de su hijo mayor. El tema había vuelto a los novios. ¡Agh! los tres más jóvenes tenían deseos de salir corriendo. SeokJin no quería mirar a nadie en la mesa. Sólo se encargaba de comer y comer. TaeHyung por su lado apenas podía pasar bocado y Jisoo jugaba con la comida en su plato. Tres estados de ánimos muy diferentes entre sí.

—Jisoo eres muy parecida a tu hermano. Muy atractivo joven —mencionaba la madre de TaeHyung, repentinamente.

SeokJin sonreía en agradecimiento.

—Eres mayor que Jisoo —exclamaba el señor Kim—. ¿Aún no te casas, chico? —preguntaba repentinamente, logrando que TaeHyung apenas se ahogara con el vino.

Todos los presentes abrían sus ojos y TaeHyung sentía que el cuello de la polera le cortaba la respiración, pero las camareras llegaban con el postre de inmediato para salvar el momento.

—Lo siento, señor —respondía SeokJin finalmente—. Mi trabajo y diferentes actividades me tienen ocupado. Aún no encuentro a la persona correcta —mencionaba y sus ojos se disparaban en dirección a TaeHyung para encontrar que se habían mirado al mismo tiempo.

El padre de TaeHyung sonreía, para sorpresa del azabache y de su madre.

—Jisoo mencionó algo sobre tu trabajo. Sé honesto conmigo —pedía y Seokjin alzaba sus cejas mientras que TaeHyung tenía todos sus músculos tensos—. ¿Los farmacéuticos reciben clases aparte para entender la letras de los doctores en las recetas médicas, cierto?.

Y todos estallaban en risas, todos menos TaeHyung que no estaba acostumbrado a la amabilidad de su padre. Definitivamente estaba haciendo un esfuerzo por agradarle a la familia de su prometida. Eso dejaba ver lo mucho que deseaba que su hijo se casará de una maldita vez.

—Creo que podría conseguirte una cita con la hija de Park Seul Ra —soltaba la madre de TaeHyung—. Ella vive en Seúl y su hija está estudiando medicina. Podrías llevarla como una cita a la boda.

TaeHyung sentía una opresión en la boca del estómago. Su madre seguía siendo una maldita casamentera y notaba como todos en la familia Kim se habían sentido incómodos porque sus padres habían asumido la sexualidad de SeokJin.

Pero el momento era cortado por la voz de mando de su padre.

—No, no. Esa familia viene fallada de fábrica en su ADN, SeokJin merece algo mejor.

El castaño fruncía el ceño y ladeaba su cabeza confundido.

— ¿Por qué dice que vienen fallados? —cuestionaba curioso.

—No, no. No preguntes eso... —susurraba TaeHyung, hablándole por primera vez en toda la noche, pero nadie más había escuchado y su padre pronto estaba respondiendo.

—Seul Ra tienes tres hijos —exclamaba el ex policía, hablando para todos—. La del medio es decente, pero el mayor y la más chica son culaquier cosa

— ¿Están en drogas o algo peor? —preguntaba el padre de SeokJin.

TaeHyung estaba sudando la gota gorda.

—El más grande es marica y la más chica una marimacho que busca mujeres —soltaba con esa voz autoritaria, acostumbrado a que nadie jamás le llevara la contra o le interrumpiera.

La familia de Jin y TaeHyung miraban a SeokJin y lo veían sonreir, casi divertido, pero en realidad todos sabían que algo feo iba a pasar.

TaeHyung susurraba a Jin— . Lo sien-...

— ¿Y por eso están fallados? —replicaba, ignorando las disculpas de TaeHyung.

—Pues si chico, no tienen decencia —exclamaba—. No hacen nada bueno con sus vidasa. Y más encima sus elecciones son asquerosas. No lo valen, créeme, un chico como tú no querrá una cita con una chica que viene de una familia de raros. Muy defectuosos.

Eso insultaba a toda la familia de SeokJin, no solo a él. Y TaeHyung quería meterse debajo de la mesa y pedir disculpas de rodillas.

—Claro... —soltaba SeokJin, acomodando sus codos sobre la mesa, entendiendo de repente la reprensión de TaeHyung—. ¿Un chico como yo? —cuestionaba SeokJin.

—Tienes estudios, clase —exclamaba la madre de TaeHyung con una dulzura que a SeokJin le sabía amarga.

—Claro —Seokjin tenía la sonrisa más ironica en su rostro aquella noche. Y eso le daba miedo a los miembros de su familia y a TaeHyung lo hacía sentirse tan, pero tan mal. Quería llenar la boca de su padre con comida hasta que se ahogara y terminarán en la sala de emergencias—. Sabe, al inicio me avergonzaba decir que era farmacéutico, pero luego entendí que tengo mucho conocimiento en varias cosas que otros no

—Es un trabajo decente, chico —exclamaba el señor Kim—. Que no te avergüence

—En lo absoluto —exclamaba orgulloso—. Aunque soy un poco raro porque Jisoo dice que tengo obsesión con las cosas rotas. Compro cosas defectuosas para luego desestresarme al arreglarlas. Dice que tengo el doble de gastos —exclamaba riendo, logrando que la familia de Tae riera con él y los suyos rieran incómodos.

—Un hombre que se ensucia las manos —soltaba el padre de TaeHyung, quien luego de haberse retirado tenía eso en común con SeokJin.

—Igual que tú —decía la madre de TaeHyung en respuesta.

— ¿Ah sí? —soltaba SeokJin fingiendo sorpresa e interés. Dios, el señor Kim no lo sabía, pero ese chico estaba hablando con puro sarcasmo disfrazado de dulzura y amabilidad—. Bueno, recientemente me compre mi propia casa —contaba SeokJin—. Arruinada, por donde se la viera. Pero si usted la visitará ahora estaría sorprendido. Mi amigo Namjoon —exclamaba con énfasis en el nombre de su amigo y en dirección a Jisoo. Algo bastante notorio para TaeHyung—, él es contratista y la levantamos de las cenizas, todo nuevo. Ya falta poco para que sea más casa que pocilga.

Los padres de SeokJin y TaeHyung reiain. Jisoo, estaba incómoda y TaeHyung no podía reír. No podía hacerlo, solo quería disculparse con su cuñado por las horribles palabras de su padre.

— ¡Un hombre que se encarga de sí mismo y su hogar!. No busca comodidades, se las arregla, trabaja por ello —exclamaba el ex policía. Mirando a TaeHyung—. Tu cuñado debería enseñarte algunas cosas.

«Oh, si definitivamente si» pensaba TaeHyung, refiriéndose a otro tipo de cosas.

— Definitivamente la hija de Seul Ra está fuera de la lista —exclamaba SeokJin y el padre de TaeHyung reía, se burlaba creyendo que SeokJin coincidía en aquello de "familia defectuosa"—, pero definitivamente podría armarme una cita con el hijo mayor, porque me encantan los hombres —respondía con una mortal seriedad que acababa con la risa burlona del padre de TaeHyung y el aire se llenaba de pura tensión e incomodidad—. ¿Qué pasó, señor Kim? —provocaba SeokJin al notar que el viejo lo miraba con asco—. Hasta hace unos minutos creía que era un hombre decente y ahora me mira con asco. Que ironía...

—Jin... —Jisoo ponía su mano en la muñeca de su hermano.

—Suerte con tu nueva familia. Ahora él va a creer que eres defectuosa por mi gusto en hombres

—Sucio insole-... —el padre de TaeHyung golpeaba la mesa.

—No tiene derecho de hablarle de esa forma a mi hijo —exclamaba la madre de SeokJin.

El susodicho se ponía de pie y TaeHyung sentía que su corazón rompería su pecho.

—Tranquila, mamá —exclamaba el castaño—. Tengo cosas más importantes que hacer que compartir mi cena con un homofóbico.

La madre de TaeHyung estaba tan sorprendida como Jisoo, con sus ojos bien abiertos. Mientras veía a SeokJin despedirse de sus padres.

—Si algún día me caso con alguien, les juro que su consuegro será decente y respetuoso —miraba con desdén el padres de TaeHyung quien atinaba a ponerse de pie, no acostumbrado a que le desafiarán de esa forma, pero la madre de TaeHyung apretaba su muslo por debajo de la mesa.

Ellos no harían una escena.

—Suerte, me largo —soltaba SeokJin, mirando una última vez a un TaeHyung que saltaba como resorte de su silla.

—Hyung, espera —exclamaba tomando su brazo desesperado por detenerlo.

— ¡Kim TaeHyung! —gritaba su padre.

—Lo siento... No te vayas —decía éste, ignorando la orden de su padre.

El padre de SeokJin y la madre de TaeHyung miraban la escena sorprendidos, Jisoo agachaba la cabeza y la madre de SeokJin connectaba los puntos. Era la segunda vez que TaeHyung corría a su hijo mayor con ese rostro consternado y esos ojos brillosos.

—Termina bien la noche, Monamu —susurraba el castaño para salir de inmediato. Pero TaeHyung volvía a salir tras él, su corazón solo quería salir de su pecho y seguir a su dueño.

— ¡Kim TaeHyung, vuelve aquí! ¡Que te importa lo que haga! —gritaba su padre y TaeHyung se detenía, se sentía sofocado y sabía que probablemente se arrepentiria luego de sus palabras.

Pero justo en ese instante él giraba con toda la rabia amontonada de hacía años y se volvía hacia a su padre, golpeando la mesa tal y como este otro lo había hecho. Jisoo había saltado del susto porque el golpe había impactado cerca de ella.

— ¡A mi me importa! —setenciaba—. !No puedes ir por la vida hablando de esa forma tan asquerosa!. ¡Él me importa!

—TaeHyung... —soltaba su madre sorprendida.

—Más vale te arrepientas y ni se te ocurra ir detrás de ese hombre —exclamaba su padre.

—No lo haré —respondía TaeHyung y añadía—. No me voy a arrepentir.

Y salía disparado del lugar dejando a todos sin habla. Lo único que se escuchaba eran la sarta de estupideces que su padre decía, pero de repente se callaba cuando el padre de Jisoo golpeaba la mesa.

— ¡Basta, señor! —ordenaba—. Mi familia no le faltó el respeto a la suya así que lávese la boca antes de seguir hablando de mi hijo.

Jisoo pasaba saliva y reaccionaba, de inmediato se ponía de pie y salía detrás de TaeHyung. No estaba segura si encontraría al chico, pero minutos más tarde, eventualmente lo veía mirar a su alrededor sin una dirección en particular y respiraba agitado.

— ¡Tae! —le llamaba preocupada.

Cuando el azabache giraba, sus ojos estaban llorosos y se veía agitado. Se notaba que se había despeinado y estaba con una mirada perdida.

—Jisoo, lo siento. Yo-...

—Respira profundo —pedía con dulzura, apoyando sus manos sobre los hombros de TaeHyung para que se relajara. Cuando lo veía más tranquilo finalmente lo abrazaba.

Jisoo se escondía en el pecho de un TaeHyung que tardaba en responder al abrazo, pero sentía que era lo mínimo que podía hacer por ella. Así que la abrazaba y la sentía suspirar al mismo tiempo que él.

—Yo le pedí a Namjoon que se casará conmigo —soltaba de la nada. TaeHyung fruncía su ceño—. El motivo por el que terminamos fue porque él no quiso, dijo que éramos muy jóvenes para dar ese paso. Que había tiempo —seguía hablando—. El tiempo pasó, y se lo volví a pedir. Y él volvió a rechazarme —Jisoo sorbía su nariz y TaeHyung notaba que estaba llorando, por lo que apretaba el agarre—. Cuando tú me pediste matrimonio sentí que era lo correcto y que era correspondida. Pero luego me di cuenta que tus padres te presionaban todo el tiempo... Y yo quería olvidarme de Namjoon —la chica alzaba la vista—. Lamento haber llegado tan lejos... Lamento haberme dado cuenta tan tarde que no querías esto y... Yo sigo enamorada de Namjoon, es lo más humillante.

TaeHyung la miraba sorprendido, si. Era caprichosa, inmadura, un poco insoportable y bastante intensa, pero había tenido el coraje de decirle la verdad.  Suspirando, reía más relajado al respecto.

—Te diste cuenta a tiempo —exclamaba con otro resoplido.

Jisoo lo soltaba y limpiaba sus lágrimas y le sonreía.

—Nos van a matar —añadía la chica.

—No me importa. Devolveré a tus padres cada centavo —exclamaba, mirando a su alrededor, aún buscando algo con la mirada.

—No te gastes en buscar a mi hermano —exclamaba, cruzada de brazos.

TaeHyung abría los ojos y cerraba su boca para abrirla luego—: Yo solo quiero... Disculparme con él

—Si, claro... —la chica hacia uno de sus pucheros adorables y alzaba sus cejas—. El encanto de Namjoon es que puede resistir a los encantos de mi hermano mayor. Y reconocí tus botas en la punta de las mantas que SeokJin usa como cama en su casa.

— ¿Tú eras la chica que estaba con Namjoon la madrugada en la que yo estaba...?

TaeHyung se ponía colorado y no sabía cómo continuar, no sabía que esperar de su ex prometida. Pero al parecer se notaba divertida y también avergonzada..

—Yo no-... Umm, él-él es... —balbuceba TaeHyung.

—El tipo que te sacó del clóset —replicaba y TaeHyung abría sus ojos—. Oh, vamos. Soy observadora. Tus ojos no se desviaban hacia las mujeres cuando caminábamos por la calle y ciertamente quedaste boquiabierto con mi hermano desde el día uno... Y me enfurecí mucho por eso

—Lo siento, yo estoy... —rascaba su frente.

—En plena aceptación, lo entiendo. Y no estoy enojada, de todas formas. Que irónico sería eso —mencionaba agachando la cabeza y luego se recomponía—. Sé que Jin está encantado contigo y eso es lo más raro que he visto

— ¿Lo crees? —preguntaba curioso—. Digo, lo siento... No sé cómo pasó.

Jisoo se encogía de hombros, no podía decirse que estaba cómoda hablando de eso con TaeHyung, pero lo aceptaba. Ambos habían metido la pata al mismo tiempo por seguir con una locura de la que habían dudado desde el primer día.

—Estás con Namjoon ¿cierto? —preguntaba el chico finalmente.

—En realidad dije que no podía volver a pasar nada entre nosotros, pero no sé si sone convincente para él.

TaeHyung sonreía—. Volvería por mis padres, pero no creo que quieran verme

—Mis padres podrán manejar la situación. Ellos nos leen a mi a mi hermano mejor que nosotros mismos.

TaeHyung suspiraba—.  ¿Te llevo a lo de Namjoon? —ofrecía.

Jisoo apretaba sus labios y asentía con timidez. No estaba seguro que haría después de dejar a la chica, no estaba seguro con que tendría que lidiar luego al ver a sus padres y ciertamente se sentía culpable de dejar a los padres de Jisoo con los suyos, pero no tenía ganas de ver a su viejo en ese instante y no sabía donde buscar por Jin. Pero la casa de este era su parada después de dejar a su ex prometida arreglando sus asuntos.

No estaba seguro de nada, pero se sentía muy bien haber dejado en claro que esa boda estaba más que cancelada. Solo que no sabía que pasaría con SeokJin y con él o si siquiera algo pasaría, por empezar.

✧         「 M̶O̶N̶ ̶B̶E̶A̶U̶-F̶R̶ÉR̶E̶ 」         ✧

Perdón la tardanza, perdón si ven errores. Nos queda el final.
Se fueron 10700+ palabras 👁️👄👁️

Con amor Niñita Nany 💜

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