5- cinquième
✧ 「 M̶O̶N̶ ̶B̶E̶A̶U̶-F̶R̶ÉR̶E̶ 」 ✧
Una semana había pasado después del beso de TaeHyung a SeokJin. Pero no se habían vuelto a ver, ni cruzar como era debido y esto había sido gracias a que el segundo estaba acostumbrado a estar ocupado, no estaba mucho en casa de sus padres. Aparte no era estúpido, ya que cuando había llegado a casa ese mismo día, TaeHyung ya se encontraba allí y se había levantado para irse a la cama. El azabache lo evitaba y Seokjin dejaba que fuera así, porque eso era lo correcto. No se debían explicaciones.
Su trabajo demandaba diferentes turnos y luego tenía mucha energía para romper todas las paredes y columnas viejas de su casa/pocilga. Así que evitar a TaeHyung era tarea fácil. Pero controlar sus fantasías y sueños húmedos, no lo eran tanto. Luego del beso simple de su cuñado, su cabeza maquinaba diferentes escenarios y luego a la hora de dormir, había soñado más de una vez perderse en los labios de ese chico. Usurpar la boca de TaeHyung con labios, dientes y lengua, como realmente lo deseaba.
Era difícil inclusive saber que estaban en el mismo piso, pero ese chico era prohibido. Y como todo ser humano, parecía obsesionarse con aquello que no podía tener.
Por otra parte, para TaeHyung, besar o acariciar a Jisoo parecía una tarea muy complicada. Había querido también tocar el tema de Namjoon, pero cada vez que estaban solos Jisoo quería guerra y TaeHyung, simplemente no parecía soportar todo el precalentamiento previo que solían tener antes de cada cruce sexual.
Habían varias razones: su cabeza estaba mareada. Sus sentimientos desordenados. Estaban en casa de sus padres, no solos y diablos que no podía ni siquiera excitarse con la mano de Jisoo masajeando su miembro mientras le comía la boca esa noche. Y una silenciosa, sucia y prohibida razón: Kim Seokjin.
Esa noche, los padres de Jisoo tenían reunión con sus amigos, por lo que la casa estaba sola. Claro, hasta que se escuchaba la puerta de la habitación de SeokJin abrirse y luego cerrarse.
—Tu hermano —exclamaba, quitándose a Jisoo de encima.
— ¿Y qué? seguro y viene de follar con alguien, no es como si lo hiciéramos y eso incomodara a mi hermano —mencionaba la chica, algo irritada por la actitud de TaeHyung.
Esto ya era demasiado, desde que habían llegado TaeHyung se veía más alejado que de costumbre y a Jisoo le estaba irritando en demasía tener que trabajar sola más que en el pasado para un simple polvo. Con Namjoon no tenía ese problema. Con Namjoon la tensión sexual era millones de veces más intensas que con TaeHyung. Jisoo esperaba más de alguien como el científico forense. Tan ardiente y callado que, imaginaba a todo un semental en la cama, pero TaeHyung era muy peculiar y cohibido. Aunque su lengua hacía un excelente trabajo entre sus piernas.
Pero siempre parecía un poquito forzado.
—Me iré a mi habitación por mis cosas, mis amigas llegarán en unos momentos. Mañana iremos a ver algunos adornos —se levantaba resoplando.
TaeHyung apretaba sus dientes y la seguía a la puerta. Jisoo se detenía y lo miraba fijo. Ninguno decía nada, pero TaeHyung quería disculparse por ser un cretino y la vez, quería ver qué diablos había sucedido entre Namjoon y Jisoo, solo que no sabía cómo encarar la situación.
—Lo siento —mencionaba a cambio. Aunque la verdad era que, no sentía no tener sexo con Jisoo, sentía no poder corresponderle y eso se volvía cada vez más pesado para él—. Creo que esperar hasta estar casados lo hará increíble luego.
"~Mmm..." Respondía Jisoo, luego TaeHyung tomaba su rostro y ésta esperaba un beso de despedida, en los labios. Fogoso. Pero no.
TaeHyung besaba su frente.
Jisoo rodaba sus ojos y suspiraba, luego su teléfono vibraba. Lo desbloqueada y chequeaba frente a TaeHyung—. Las chicas están aquí. ¿Mañana viene tu amigo de Daegu?
TaeHyung asentía—. Ahora que alquile un auto, podré ir por él a la estación. Yoongi te caerá muy bien —mencionaba.
Jisoo forzaba una sonrisa—. Los veré mañana entonces, si quieres comer algo hay comida en el refrigerador
—No creo que baje —mencionaba TaeHyung.
No habría forma que saliera de esa habitación cuando la casa estaba sola con nadie más que él y Seokjin. No, señor.
—De acuerdo —Jisoo suspiraba y salía de su cuarto.
Esta vez TaeHyung se quedaba sin beso y Jisoo ni siquiera se lo había pedido o discutido por eso. Aquello estaba mal, TaeHyung tenía que solucionarlo, pero al parecer solo la cagaba y media hora más tarde su panza resonaba recordándole que por estar siendo manoseado por su prometida, no habían cenado. Carajo.
Su estómago estaba dando un mega concierto y se escuchaba bastante en la silenciosa y aburrida habitación. Él quería bajar y cocinar, pero se sentía algo así como un presidiario deseoso de su libertad. Estaba también muy aburrido y no quería pasar otra noche pensando en los labios de Kim SeokJin y en como él si lograba encenderlo con unas palabras confusas y miradas escasas. Mínimos toques de los que solo tuvo la suerte de sentir algunos segundos y luego sus labios, otra vez.
TaeHyung se encontraba sobre su cama boca arriba mirando el techo y con sus manos descansando sobre su estómago. Relamia sus labios y recordaba haber visto a SeokJin muy fugazmente aquellos días. Lo había visto salir o llegar. En ocasiones llegaba decente, pero despeinado, claramente de un turno en la farmacia. Luego en otras ocasiones llegaba sucio y TaeHyung suponía que era de su casa. Y si veía bien sucio o cansado y agotado.
A veces escuchaba el sonido de su puerta abrirse o cerrarse en la madrugada y sospechaba que eran los turnos de medianoche que Jisoo mencionó que SeokJin tenía. Agradecía que tuviera una vida activa y no se cruzaran luego del bochornoso beso infantil que le había dado, pero también maldecía porque muy interiormente él quería verlo. Quería ver a SeokJin, quería estar en la misma habitación. Quería más momentos a solas y quería sentir ese fuego que le recorría de pies a cabeza cuando éste le miraba. O cuando había soltado esas frases con doble sentido desde que había llegado.
Su mano descendía hacia su miembro y este se encontraba más duro que cuando Jisoo le estaba tocando.
—No, no, no —se horrorizaba, otra vez.
Ya había pasado por ocasiones así luego del beso a Jin. Se ponía duro con tanta rapidez que se sentía un adolescente fuera de control. Se sentaba sobre la cama y rascaba su nuca, se despeinaba y decidía que era hora de bajar. Su teléfono ya no tenía batería para seguir escuchando música y Yoongi ya había enviado su último mensaje, por lo que no tenía con quién hablar. Bueno, bien podría hablar con su madre, pero se sentía sucio para ello.
Suspirando abría la puerta, apenas un poco y veía que la de Jin seguía cerrada. No había moros en la costa. Suspiraba y salía seguro en su pijamas a cuadrillé, negro y blanco. Con su pelo revuelto y unas pantuflas en sus pies. No estaba seguro que habría en la cocina, pero algo rápido podría llegar a cocinarse. Bajaba al primer piso donde la habitación de Jisoo, sus padres y el baño estaban, y recordaba que se estaba haciendo pis hacía ya un rato, así que se dirigía a la puerta y ponía la mano sobre el pomo para que esta se abriera justo frente a él y con un SeokJin que salía con el cabello húmedo, una toalla en sus hombros. Torso descubierto, pies descalzos y un pantalón de algodón azul oscuro que caía sobre sus anchas caderas y dejaba denotar la V de su abdomen.
TaeHyung estaba duro, en muchos sentidos de la palabra. Tan solo con la imagen de SeokJin frente a él luego de verlo fugaz y escasamente en la semana. Lo dejaba sin aliento. Notaba una gotas de agua sobre su pecho lmpiño y otras sobre su abdomen sutilmente marcado y algunas que hacían esos anchos hombros brillar y relucir aún más.
—Yo-... Ah, no sabía que tú... —balbuceaba nervioso.
Sus ojos querían dejar de recorrerlo, pero contrario a eso, él seguía viéndolo de arriba a abajo. De izquierda a derecha y repetía nuevamente, para luego apretar sus ojos y sentir que su rostro se calentaba. Seguro estaba rojo como un tomate, pero él necesitaba grabar esa gloriosa imagen en su corteza pre-frontal y luego quizás, animarse a meter sus manos dentro de sus pantalones debido a ese hombre.
—Hubiera sido bueno no encontrarte en este momento —susurraba SeokJin.
—Lo lamento, me dio hambre y solo-...
SeokJin entrecerraba sus ojos—. ¿No escuchaste la puerta de mi habitación abrirse y cerrarse? —cuestionaba, quitando de sus hombros la toalla y dejando que la visión de su torso desnudo fuera algo que TaeHyung no quisiera olvidar.
—No-... Yo estaba con la mu-...
—Tú estabas ocupado evitandome —mencionaba.
TaeHyung pasaba saliva y acomodaba su cabello. De repente se sentía feo. Su pelo era un desastre y su pijama era poco atractiva «¿Qué mierda importa?»
SeokJin no lo veía como él lo veía ¿o si? . Momento ¿y cómo lo veía él a SeokJin, para ser exactos?
—De nuevo estás pensando demasiado —mencionaba el castaño.
—No me hables de esa forma. Sabes porque te evito y no me digas que tú no lo haces —susurraba a cambio.
SeokJin fruncía su ceño—. ¿Por qué susurras? —cuestionaba—. No hay nadie más que nosotros en la casa.
TaeHyung abría su boca, luego la cerraba y de nuevo sentía un calor sofocante recorrerle. SeokJin por su parte sentía su pulso acelerado, desde el segundo en que había abierto la puerta y la imagen de TaeHyung se presentaba frente a él para verlo a su antojo, era... Simplemente perfecto.
Él no había visto a TaeHyung tan bien como este había podido en ocasiones, porque SeokJin simplemente entraba y saludaba muy por encima si los veía a todos en la sala, por lo que, se había prohibido en demasía verlo y ahora lo tenía enfrente, con ese pijamas que él—a diferencia de TaeHyung—lo encontraba atractivo. Y su pelo rizado algo enmarañado era tan tentador que se sentía con ganas de meter sus dedos a través de las hebras y tirar de él para que el rostro de TaeHyung estuviera a su merced y así besarlo con verdaderas ganas. Meter su lengua en esa boca y adueñarse de cada rinc-...
—Solo me siento incómodo y te pido disculpas —soltaba TaeHyung, trayéndole a la realidad—. Y te agradezco que no se lo dijeras a Jisoo.
SeokJin suspiraba—. No es mi problema, no es mi secreto, ni debo decirle nada
—No es un secreto —soltaba de inmediato—. Yo solo estaba tratando de probar algo —mencionaba, mirando a todos lados, menos a los ojos serios y fijos de SeokJin.
El castaño suspiraba sonoramente—. Supongo que confirmaste que no te gustan los hombres. Estás feliz y ansioso de casarte con la mujer que amas y dejar atrás las curiosidades que tenías de adolescente —mencionaba con un tono sarcástico que TaeHyung captaba de inmediato.
—No lo digas de esa forma —mencionaba en un puchero—. Estás hablando con sarcasmo, te estás burlando de mí
—Jamás me burlaria —mencionaba con seriedad, dando un paso hacia adelante—. Y admito que no eras el único evitando al otro aquí
—Lamento incomodarte, Hyung —mencionaba de inmediato TaeHyung—. Yo no estaba pensando claro y lo último que quería era besar al hermano de mi prometida —su volumen de voz iba disminuyendo, mientras bajaba la mirada y jugaba con el borde de su pijamas.
SeokJin apretaba sus dientes, por esto no quería cruzarse a TaeHyung. Cada vez que se veía indefenso, herido, avergonzado o perdido, sus entrañas se revolvían y él quería... Quería hacer algo.
Y lo hacía, su mano no pedía permiso y volvía a tomar el mentón de TaeHyung para levantar su rostro y cuando sus miradas se encontraban, había fuegos artificiales para SeokJin y sonidos de alarmas y sirenas de emergencia para TaeHyung.
El azabache tragaba duro y Jin hablaba.
— ¿No querías besarme? —preguntaba. No iba a salir de allí sin hacer esa pregunta que le estaba quemando.
Se había preguntado si aquel beso había sido un impulso de un hetero curioso o realmente existía la posibilidad de gustarle a ese chico confundido que tenía miedo de salir del clóset.
—Eso ni siquiera fue un beso —respondía TaeHyung con una sonrisa nerviosa—. Tú solo te quedaste tieso dejando que yo pusiera mis labios sobre los tuyos —respondía. Tenía la necesidad de aclarar que podía hacerlo mejor que eso—. Tú no me devolviste el beso —mencionaba.
Y por alguna razón sonaba como una queja y Seokjin la tomaba como una misma.
— ¿Quieres que te bese, TaeHyung? —susurraba, con una voz tan grave que, invitaba al azabache a gritar por una confirmación positiva o negativa, no estaba seguro.
Relamia sus labios anticipándose al beso, aún sin haber respondido.
Pero SeokJin volvía a repetir—. ¿Quieres que te bese o no? —y sentía como el pulgar de éste le acariciaba el mentón.
Calor, calor y más calor. La sangre corriendo a su zona sur con tanta rapidez y presión para sentirse tan vulnerable, excitado y entregado. Si, él era un adulto que pasaba por una faceta de adolescente cachondo.
—Por favor —pedía susurrando. Su voz temblorosa y su pulso acelerado.
SeokJin estaba igual y no podía dejar de verle los labios. Brillosos, apetecibles. No recordaba cuando fue la última vez que realmente había deseado con todas las fuerzas besar a otro hombre. Y más encima esa voz grave pidiendo que "por favor" lo hiciera, no podía pensar en otra cosa. Todos sus sentidos estaban concentrados en Kim TaeHyung a quien, al parecer, había sido en vano ignorarlo toda esa semana si ahora, a la primera de cambio que se encontraban frente a frente ya estaba a punto de cometer la cagada del año.
—Hyung... —susurraba suplicante el azabache.
Él quería callarse, y quería salir corriendo o al menos quería convencerse de que no quería hacer esto, pero lo quería. Lo deseaba, lo anhelaba y solo podía quedarse allí, quieto, suplicante y esperando. Hasta que notaba como SeokJin relamia sus labios y fijaba sus ojos unos segundos en él, acercándose más. Simples centímetros y el aliento ajeno golpeando sus labios deseosos, Jin se había acercado lo suficiente para rozar su nariz a la ajena y cuando lo hacía, TaeHyung cerraba instantáneamente sus ojos y abría su boca.
Él quería un verdadero beso y Seokjin estaba dispuesto a darselo. Cuando el primer roce se hacía presente, TaeHyung estaba seguro que moriría por culpa de la anticipación y por como su corazón galopaba rápido y fuerte, pero el ruido de la puerta abriéndose los hacía quedarse duros en su lugar y pintar sus rostros con una mirada de absoluto pánico.
"— ¡No volveré a hablarles en un buen rato!", Se escuchaba la voz de Jisoo, alterada y TaeHyung salía corriendo escaleras arriba mientras que SeokJin había quedado petrificado en su lugar y con la mano que sostenía el mentón de Tae, en el aire
Tragaba grueso y sentía su pulso acelerado ¿Qué mierda tenía pensado hacer? ¿Cómo es que su juicio se había nublado de tal modo?. Su hermana venía subiendo las escaleras resoplando mal humorada, cuando lo veía quieto y con una mirada de puro pánico.
— ¿Oppa? —soltaba Jisoo, pasando su mano por enfrente de su rostro—. ¿Estás bien?
SeokJin relamia sus labios y miraba de soslayo y fugazmente hacia donde TaeHyung se había ido, huyendo despavorido. Luego asentía en cámara lenta.
—Si, bien. ¿Con quien discutias? —cuestionaba, intentando recomponerse, pero la culpa lo hacía sentirse sucio, a pesar de que recién salía de bañarse.
—Las chicas y sus malas ideas, nos ofendimos todas y ya no las quiero de madrinas —susurraba con un puchero.
SeokJin recordaba la boda, los enredos y preguntaba:
— ¿Le hablaste a TaeHyung acerca de Namjoon? —tan repentinamente.
Jisoo miraba con pánico a SeokJin, muy similar a como TaeHyung lo había mirado cuando había escuchado la voz de esta, minutos atrás. La pelinegra miraba escaleras arriba y susurraba:
— ¿Por qué? ¿Por qué me preguntas eso? ¿El estúpido de Namjoon dijo algo? —Jisoo no había siquiera tomado aire suficiente—. Aish, sabía que no tenía que dejar que lo llevarás ¿qué le dijo?
SeokJin alzaba sus cejas sorprendido, por primera vez desde la ruptura de Namjoon y Jisoo, la chica se veía alterada y enojada. A pesar de que siempre había estado enojada con el imbécil de Joon, ese pánico en sus ojos era obvio de que no había una total superación.
— ¿Por qué te pones así? —cuestionaba.
—Porque Namjoon es pasado y no tengo porqué decirle nada a TaeHyung ¿estás loco?
—Namjoon y TaeHyung ya se conocieron, fue incómodo para Nam
—No lo hubieras llevado, no tenía porque cruzarse con ese imbécil
—Oye, tranquila —soltaba SeokJin—. Es mi mejor amigo, sabíasa que iban a cruzarse tarde o temprano, pero explicame una cosa, queridísima Chi Choo —susurraba—. ¿Porqué si Namjoon es historia pasada, se lo ocultas a TaeHyung como si tuviera un lugar fuerte en tu vida?
Jisoo apretaba sus dientes y sus ojos de llenaban de lágrimas. SeokJin quería abrazarla y darle un golpe en su cabezota por tonta, también.
—Joon no tiene ningún lugar fuerte en mi vida. Es pasado y no viene al caso hablarle a TaeHyung de él.
SeokJin pasaba saliva y suspiraba—. Bueno, lamentablemente me escuchó hablando con Namjoon y lo sabe.
Jisoo pintaba otro rostro de puro pánico y rabia. Luego golpeaba con su cartera a SeokJin.
— ¿Por-qué-hiciste-algo-así?
—Ay, ay... ¡Ya! —Seokjin le quitaba el bolso y lo ponía en alto para que Jisoo no pudiera alcanzarlo mientras ponía su mano en la frente de la chica para que dejara de intentar arrebatarle el mismo—. Lo lamento, no fue a propósito. Él escuchó una conversación que estaba teniendo con Namjoon sobre tí.
Jisoo se quedaba quieta y se quitaba la mano de Jin de su cabeza.
— ¿Por qué Namjoon hablaría de mi contigo? —susurraba.
SeokJin dejaba su pequeña obsesión de lado y elegía un bando entre Jisoo y su prometido.
—Dile a TaeHyung quién es Namjoon y replanteate todo el maldito teatro que estás haciendo, porque si Namjoon fuera pasado, tú no se lo habrías ocultado a tu prometido y no me estarías preguntando que hable con tu ex.
Jisoo soltaba un gemido de frustración y empujaba a SeokJin fuertemente.
— ¿De quien eres hermano?
—Tuyo —afirmaba—, pero dile la verdad a ese chico. Namjoon-ah es pasado ¿o no? —provocaba.
—Por supuesto que es pasado —afirmaba—. Y no vale la pena decirle quien es ese cobarde
—Jisoo él me lo preguntó —soltaba suspirando cansino.
No podía decirse si quería salvar el noviazgo y futuro matrimonio de su hermana o estaba intentando calmar su conciencia o deseaba un inminente final para esos dos.
— ¿Qué le dijiste? —preguntaba Jisoo.
—Que hablara contigo y si no lo hizo, entonces algo debe de estar raro entre ustedes porque ese chico no parece ser tan bueno ocultando sus... Pensamientos —exclamaba nervioso.
Jisoo resoplaba—. De acuerdo, lo haré. Le contaré que Namjoon es mi ex
—Cuéntale todo, Jisoo —exclamaba.
— ¿Y si quiere dejarme por eso? —cuestionaba preocupada.
—No lo hará, pero debes decírselo. Usualmente se habla de tus parejas pasadas con alguien con quien pretendes realizar una vida y te pones a analizar lo que quieres y lo que no y lo que no deseas repetir —afirmaba.
Jisoo fruncía su ceño—. No sé cómo es que sabes algo así cuando no tuviste una maldita relación en toda tu jodida vida.
SeokJin hacía un puchero y pintaba un rostro despreocupado.
—Sip, yo tampoco tengo idea, pero lo leí por ahí
—Eres un idiota y ¿a dónde vas que te bañaste tan tarde? —preguntaba curiosa y necesitada de cambiar de tema.
— ¿No puedo bañarme sin ir a ningún lado? —mencionaba SeokJin, arrancando escaleras arriba.
—Ya... ¿saldrás de fiesta? —preguntaba tras él.
SeokJin resoplaba, abría la puerta de su habitación y exclamaba con suma dulzura fingida de la que Jisoo estaba muy al tanto—. Arregla tu mierda, hermanita.
Y la puerta se cerraba.
✧ 「 M̶O̶N̶ ̶B̶E̶A̶U̶-F̶R̶ÉR̶E̶ 」 ✧
TaeHyung estaba hiperventilándose en su habitación. Movía su camisa para sentir un poco de aire recorrer la piel caliente de su torso y luego golpeaba sus mejillas rogando que el rojizo intenso desapareciera.
«¿En qué mierda estabas pensando?» se cuestionaba con la voz de su padre.
Rascaba su frente y sentía sus ojos acuosos. Ese no era él, no era así de impulsivo con alguien más. No era así de descontrolado, intenso y estúpido. Bueno, dejando de lado su propuesta de matrimonio a Jisoo. Había sido similar a cuando había aceptado una cita con la chica, luego de una discusión con su madre. Así había nacido su propuesta de matrimonio. Después de un: "¿Por qué aún no le pides matrimonio?. Ya llevan un año, tu padre y yo nos casamos a los seis meses. ¿Qué más necesitas confirmar?. No imagino alguien más aparte de Kim Jisoo contigo".
Y muchas más cosas ridículas de las que TaeHyung había refutado hasta que se encontraba perdiendo en esa batalla verbal con su madre y el famoso y lastimoso discurso de: "Eres mi único hijo. ¿Por quién más me preocuparía si no es por ti y tu felicidad?".
Su puerta era abierta y se quedaba parado petrificado al ver que Jisoo entraba algo distraída. Él estaba caminando como gato encerrado mientras se quejaba y regañaba con la voz de su padre. Jisoo dejaba su cartera sobre su cama, se sentaba en esta, ajena a su pánico y resoplaba. TaeHyung relamia sus labios y procedía a intentar ser el novio perfecto.
— ¿Ji? —llamaba la atención de la chica mientras se sentaba—. ¿Qué haces aquí, cariño?
Jisoo levantaba la vista y se sentía extraña al verlo. TaeHyung parecía muy indefenso y ella se sentía como la mierda. Pero no quería hablar al respecto, si mencionaba a Namjoon traería su fantasma a su actual relación y ella no quería eso. Entonces esperaría por TaeHyung, a que TaeHyung se animara a preguntarle y si se diera la posibilidad ella le contaría la humillante historia.
—Me peleé con las chicas —respondía con tranquilidad—. ¿Comemos algo? no comí nada contigo, ni con ellas, así que, ya pedí la cena ¿bajamos?
TaeHyung fruncía su ceño, sabía que Jisoo era un poco infantil y sus amistades debían de ser algo similar. La verdad es que no conocía mucho a sus amigas de Corea, pero conocía a las del instituto en Francia y efectivamente, eran muy inmaduras e insoportables para su gusto. La veía esperando impaciente por su respuesta y él simplemente asentía.
Claro que se había tomado unos minutos para sentirse listo de bajar y posiblemente enfrentar a SeokJin, pero Jisoo había dicho algo de que se había metido en su habitación y probablemente no saldría otra vez.
Efectivamente luego de varios minutos, se había relajado. La comida había llegado y ahora se encontraba en la sala con Jisoo, comiendo y viendo películas. La chica se encontraba callada y quieta, a comparación de cuando se había ido. Se la veía más tranquila y no tan irritada. Incluso a pesar de haber peleado con sus amigas. Esto se debía a que todas y cada una se habían disculpado con ella y estaban volviendo a buscarla.
—Las chicas volverán por mi —mencionaba sobre las piernas de Tae.
— ¿Ah sí? —«Oh mierda. Sólo con SeokJin otra vez»
— ¿Está bien si te quedas solo? —preguntaba la chica.
Extrañamente parecía que quería huir de TaeHyung. Este asentía sin más que añadir..
La película que Jisoo había elegido era muy aburrida, o eso creía, la verdad era que no estaba prestando atención, ahora menos. Inconscientemente miraba el reflejo de la ventana que daba a las escalares y esperaba... Algo a lo que no pondría nombre.
Y ese "algo" bajaba con unas botas de cuero, skinnys negro con roturas y una camisa del mismo color, con dos botones desprendidos y dentro del pantalón para resaltar la cintura. Plus, su cabello oscuro hacia atrás, dejando ver su frente y un reloj de cuero que sobresalía en su muñeca.
TaeHyung, se ahogaba con un pedazo de pizza.
Jisoo se levantaba de sus piernas—. Ay, Tae ¿estás bien?
TaeHyung seguía tosiendo sin control, bajo la delicada mano de Jisoo que golpeaba el centro de su espalda. Pero, prontamente era reemplazada por la gran mano de SeokJin quien le surtía más fuerte y lo miraba fijo.
—Respira, Monamu —susurraba éste.
TaeHyung tapaba su boca e intentaba controlarse mientras SeokJin respiraba calmado frente a él. Viéndose jodidamente bien a medianoche y olía tan dulce que, se sentía drogado por su aroma tan varonil y embriagador. Sin mencionar que se veía de infarto. A él no le había dado uno, pero si se estaba ahogando por culpa de su cuñado y esa figura y porte de Dios griego. Jisoo iba en dirección a la cocina por una vaso de agua y TaeHyung se recuperaba.
—Es la mejor reacción que he tenido en años —se burlaba SeokJin.
TaeHyung tenía sus ojos llorosos y miraba hacia atrás para luego mirarlo de nuevo—. ¿A dónde te vas?
SeokJin alzaba sus cejas.
—A olvidarme de ti por unas horas —admitía.
Jisoo llegaba y TaeHyung saltaba del susto , pero luego tomaba el vaso de agua que su prometida había traído para él. Y tragaba sin respiro y sin dejar de ver a Jin.
—Tenías sed —se burlaba el castaño—. No trates de matar a tu novio mientras no estoy, Chi Choo
—De hecho se quedará solo ¿a dónde vas tú? —mencionaba la chica.
SeokJin se ponía de pie y acomodaba la camisa en sus pantalones, bajo la mirada hambrienta de TaeHyung.
—Saldré con Jimin —respondía. Viendo su reflejo en el espejo de la pared del living.
—Oh, increíble. Saldrás a buscar una víctima —soltaba Jisoo—. ¿Y a quién traerás a la boda? te sentaré con los niños si vienes solo —se burlaba.
—Anota a Jimin, se hará gay en cualquier momento por mi —se burlaba—. De acuerdo, me iré.
—Espera ¿sólo irás con Jimin? —preguntaba Jisoo.
SeokJin asentía, sabiendo a quien se refería—. Los tres mosqueteros serán dos esta noche.
Jisoo sonreía de oreja a oreja.
—Podrías llevar a Tae contigo, ha estado muy encerrado y recién mañana llega su amigo de Daegu —exclamaba entusiasmada.
SeokJin fruncía su ceño y TaeHyung abría y cerraba su boca, se ponía de pie y juntaba coraje para hablar.
—No es necesario, Hyung. Yo no quiero salir realmente y mi amigo llegará temprano mañana.
SeokJin forzaba una sonrisa—. Ahí lo ves, no podrá ser. Me voy —se apresuraba a correr antes de que Jisoo insistiera.
No quería mirar hacia atrás, tenía todo lo que necesitaba y se encargaba de salir y cerrar la puerta tras él. Cuando se metía a su auto suspiraba sonoramente y dejaba caer su cabeza en el volante. Demasiado estresante todo.
✧ 「 M̶O̶N̶ ̶B̶E̶A̶U̶-F̶R̶ÉR̶E̶ 」 ✧
Jimin se encontraba viendo cómo SeokJin bebía otro shot de tequila y sus mejillas estaban rojas. Ya estaba ebrio y como los mejores.
— ¡¿No me dirás qué te pasa?! —gritaba Jimin a su lado.
SeokJin negaba—. ¡No vale la pena!
— ¡Eres un asco de compañía! —se quejaba el rubio, luego bebía su cerveza y miraba a su alrededor, para golpear el hombro de Jin repentinamente—. ¡Mira! —gritaba en su oreja.
SeokJin entrecerraba sus ojos con una mueca de molestia y se alejaba del rubio gritón mirando en dirección a donde su pequeño y adorable dedo, señalaba.
— ¡Ese chico te viene mirando ya un tiempo laaaaaargo! —añadía—. ¡Bueno, todos aquí! ¿Por qué no lo sacas a bailar y luego te lo llevas a tu apartamento?
SeokJin lo miraba.
— ¡No tengo apartamento, Jimin-ah! ¡Estoy en casa de mis padres, con Jisoo y su estúpido y sensual Flanders!
— ¡¿Qué?! —cuestionaba el rubio confundido. Jimin no estaba ebrio, pero tampoco estaba totalmente sobrio—. ¡¿En serio quieres follarte al prometido de la Chi Choo?!
~ ¡Sshhhhhh! —Seokjin escupía a Jimin en el rostro por chistarle demasiado cerca.
—Ay, que asco, hombre. ¡Deja de beber! —regañaba—. ¡Dime la verdad!
— ¡Si no lo veo no es ilegal! —mencionaba tapando sus ojos.
Jimin carcajeaba y se dejaba caer sobre su hombro, contagiando a SeokJin su risa adorable.
— ¡Ya, Hyung! ¡Muchos en este bar se antojaron contigo y conmigo! —se ponía de pie orgulloso—. ¡Y yo iré por la pelirroja de piernas largas que está por allá! ¡Suerte, pervertido antojado de tu cuñado!
— ¡Si yo no lo dego, tú tampaca! —arrastraba las palabras y Jimin ondeaba su mano dándole a entender que no le importaba ya su miseria.
Un par de minutos más pasaron, más bebidas y Seokjin volvía a casa en un taxi, muy ebrio, a las cinco de la mañana y arrastrando sus pies. Tropezando otro poco y cayendo sobre sus escaleras. Uff, si alguien lo viera, debería de filmarlo porque era toda una travesía escalar los escalones a su habitación, mientras lloraba acongojado porque las escaleras eran demasiado espinosas.
—Dios, mañana se me va a partir la cabeza —balbuceaba en los escalones finales, pero ahí quedaba—. Me recostare un cachito, aquí... Si, justo aquí —se acomodaba extrañamente incómodo y estirado sobre las escaleras—. Ay, mi sábanas de Pokémon están rasposas, carajo.
Estaba tan ido que, la última vez que había bebido así, había sido en la universidad cuando le habían roto el corazón ¿o había sido en la secundaria?. Apenas recordaba, como podía manoseaba su pie izquierdo y se quitaba a duras penas la bota y la arrojaba. Ese ruido, había despertado a TaeHyung.
"Cama dura, muy dura", se escuchaba y reconocía muy bien esa voz, aunque sonara amortiguada y se notará que la lengua del sujeto en cuestión estaba algo así como "pesada". Miraba su teléfono y veía que eran las cinco y media, recordaba que le había costado dormirse por una simple razón: su cuñado estaría allá afuera, luciendo como el cielo y el infierno, con muchos ojos deseoso y manos jueguetonas que querrían tocar y hacer rmucho más. Todo porque el castaño le había dicho que necesitaba olvidarse de él por unos momentos.
Y eso, no había dejado dormir bien a TaeHyung.
Se levantaba de la cama y fregaba sus ojos para luego llegar a su puerta, abrirla y ver la imagen de Jin sobre las escaleras. Se veía arruinado y solo.
—Hyung... —se apresuraba a salir y se acomodaba frente a SeokJin para verlo hecho mierda.
Tenía olor a alcohol, a cigarro y su pelo era una jodida cosa extraña y revuelta. Pero se veía algo así como un ardiente desastre y no pensaba mucho cuando comenzaba a levantarlo de las escaleras.
—Arriba, Jin...
—No, no, no. Estoy inválido —mencionaba el castaño, pero extrañamente colaboraba apenas, hasta que se echaba por completo encima de TaeHyung.
—Mierda... Eres pesado y estás caliente —susurraba inconscientemente.
—Y tú hueles a fresas —mencionaba SeokJin, metiendo su nariz en el cuello de TaeHyung y olfateando como si fuera un perro.
El azabache sentía más calor y no podía evitar pensar que le gustaba.
—Camina conmigo —pedía, girando para poner el brazo de Jin sobre sus hombros—. Vamos, un paso a la vez
—Al fin del mundo contigo —susurraba SeokJin, abriendo sus ojos y mirando directamente a TaeHyung.
El azabache se ponía colorado, pero luego recordaba que ese tipo encima suyo estaba más para el otro lado que, no recordaría nada de lo que estaba balbuceando, así que no se dejaría intimidar por un ebrio SeokJin. El sobrio era más intimidante que ese oso de felpa gigante que puchearaba después de cada palabra.
—Vamos, entremos —ordenaba.
Abriendo la puerta de la habitación de SeokJin, veía sus cosas ordenadas por doquier y la cama pulcramente hecha. Era ordenado y nada que ver con Jisoo. Toda la habitación tenía su aroma y como podía, tiraba el cuerpo del tipo sobre la cama, pero no había calculado que SeokJin tiraría de él y se lo llevaría cuesta abajo sobre la cama o más bien sobre su cuerpo.
—Duerme conmigo... —susurraba, enroscando sus brazos en la cintura de TaeHyung y cayendo ambos sobre la superficie blanda.
—Oh, Hyung... —TaeHyung intentaba apoyarse sobre sus manos y levantarse.
Estaba creído que SeokJin iba a forcejear con él, pero cuando se enderezaba y se apoyaba en estas, veía al castaño totalmente dormido. Las manos que se habían ceñido en su cintura ya estaban flojas y la respiración de SeokJin era calmada. Sus ojos estaban cerrados y sus labios eran un puchero brilloso de labios rojos.
Se quedaba inmóvil encima del cuerpo caliente de su cuñado y sentía que su entrepierna estaba pegada a la de SeokJin. La sensación lo hacía sonrojarse porque, le gustaba y se dejaba caer otro poco más, aplastando el cuerpo de Jin con el suyo. Entrelazando sus piernas y volviendo a despertarlo. Rápidamente, el castaño no tardaba en poner una de sus piernas encima de la cadera de TaeHyung.
—Ah~. Hy-...Jin —gemía al sentir como le apretaba.
De inmediato los ojos perezosos de SeokJin lo enfocaban. Estaban oscuros y fijos en su rostro—colorado cual tomate—lo sentía poner una mano en su cintura y la otra la subía hasta su rostro. TaeHyung no podía, ni quería moverse, solo estaba encima de SeokJin listo para lo que fuera. Y le costaba respirar con normalidad, pero le gustaba el homirgueo que sentía en todo su cuerpo. Le gustaba el calor sofocante que sentía cuando Jin estaba a solo centímetros.
« ¿Qué mierda sucede contigo? » se preguntaba cuando el castaño relamia sus labios y acariciaba su rostro.
—Me quise olvidar de tu bonito rostro por un par de horas —mencionaba con ese tono de voz grave y con cierta lentitud a la hora de hablar.
TaeHyung sentía algo dentro de su pecho al saber que SeokJin estaba intentando no fijarse en él.
— ¿Cómo te fue con eso? —preguntaba curioso, tembloroso y susurrando.
SeokJin chasqueaba su lengua y sonreía con dulzura mientras acariciaba sus labios otra vez y lo miraba sin prisa. Recorriendo su rostro con su mirada pacífica.
—Como la mierda... Ninguno era tan bonito como tú —admitía.
Y TaeHyung suspiraba aliviado y sonreía. Ay, estaba tan confundido.
—Y a pesar de que tuve a cuatro personas pidiéndome que por favor los follara... —añadía, y TaeHyung quedaba congelado—, ninguna dijo "por favor" de la forma en la que tú... —abultaba sus labios, intentando acercarse más al azabache—, me lo dices.
TaeHyung respiraba con dificultad ante esas palabras y la mirada voraz, pero también perezosa de Kim SeokJin.
— ¿Y cómo lo digo? —susurraba.
—Como si necesitaras algo de mí que jamás te animaste a pedirle a nadie más... Y que tienes miedo de no dejar de necesitarlo luego.
TaeHyung sentía que sus brazos temblaban por sostenerse en aquella pose, quería solo dejarse caer encima de SeokJin y ser sostenido unos momentos allí.
—Pídemelo —susurraba SeokJin gravemente—. Pídemelo ahora.
TaeHyung abría sus labios y las palabras ni salían.
—Yo-...
— ¿Tú...? —replicaba SeokJin acercándose un poco más.
Sus labios ya estaban rozando hasta que TaeHyung iba seguro por un verdadero beso, pero SeokJin caía desmayado en la cama.
—No... No, no, no —susurraba, acomodándose para tomar el rostro de Jin entre sus manos—. ¿Jin?... ¿Jin? —repetía moviéndolo, pero el castaño estaba casi muerto.
Ya estaba en el país de los sueños y él se encontraba deseoso, nervioso. Caliente y duro. Suspiraba y se insultaba interiormente por seguir deseando con más ganas la boca de su cuñado sobre la suya. Volvía a mirar a SeokJin y todavía tenía el rostro de este entre sus manos.
«No lo hagas. No lo hagas, ni se te ocurra»
Apretaba sus dientes, apoyando su frente a la de Jin y suspiraba derrotado. Lo miraba fijamente una vez más y cerrando sus ojos lo besaba. Lo besaba firme y abultaba los labios de SeokJin con sus manos, al presionar suavemente el agarre en su rostro. Y repetía la acción, daba otro beso húmedo y su cuerpo seguía atento a las sensaciones. Sus ojos estaban apretados, pero luego los abría y miraba al castaño que, aún dormía. Se alejaba lentamente, despegando sus labios y relamiendolos para sentir el sabor suave a alcohol.
Suspiraba nervioso y mordía el labio inferior de SeokJin.
Luego se alejaba y sacudía su cabeza con horror. Acomodaba rápidamente al alto sobre la la cama, le quitaba la bota que faltaba para luego, salir de la habitación antes de comenzar a restregarse como gato en celo encima del cuerpo inconsciente de su cuñado, porque el suyo propio estaba deseoso de todo. Estaba listo para algo que ni siquiera sabía cómo se sentía, pero que su cuerpo le gritaba a toda voz.
Corriendo a su habitación entraba y cerraba su puerta. Se quedaba parado unos segundos allí, apoyaba su frente a la misma y metía la mano dentro de su pantalón de pijamas. Estaba duro, deseoso. Hambriento.
Mmm~... Estaba frustrado, se sentía sucio y el pánico iba y venía con cada tirón que daba a su miembro.
Recordaba lo recientes y escasos momentos con su cuñado y como su polla, hacía pocos minutos estaba chocando con la de SeokJin y se sentía erróneo. Prohibido. Bueno, tan bueno y sabía que si SeokJin estuviera consciente y colaborando sería una increíble sensación. Las manos de Jin encima de él, tocándole con experiencia y sosteniéndolo con firmeza. Recordaba como las manos de éste le habían tomado de la cintura y tirado a la cama.
Manos firmes y grandes. Ojos negros mirándole como si fuera único, labios carnosos besándolo sin clemencia. Las manos de SeokJin tocando por doquier. SeokJin, SeokJin y solo SeokJin lo hacían correrse en su mano, desorientado. Tembaleante, extasiado y asustado.
Un revoltijo de todo tipo de sensaciones, pero la más fuerte y latente eran las ganas y el deseo que estaba creciendo en su interior hacia su cuñado. Cada segundo con él era simplemente una perdición para TaeHyung.
—Joder, Jin...
✧ 「 M̶O̶N̶ ̶B̶E̶A̶U̶-F̶R̶ÉR̶E̶ 」 ✧
Este niño está intenso. Deseoso y confundido.
Si ven errores perdón TTTTTTTTTT
Ay, ay.
Con amor Niñita Nany 💜
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