P.O.V JUNGKOOK

No podía dormir por la incertidumbre, no tenía idea de cuánto tiempo había pasado pero se me hacía una eternidad cada segundo que marcaba el reloj.

No podía comprender como aquel chico rubio había cautivado tanto mi corazón. Creí que solamente quería sexo con él, pero esa sonrisa, sus brillantes ojos y su tierna mirada me cautivaron.

Necesitaba de Jimin, no para satisfacerme, si no para amarlo, abrazarlo y protegerlo. Díos, si que anhelaba protegerlo.

Y aquí estaba yo, sin tener idea de que hacer, desesperado por saber el paradero de Jimin. Me sentía una mierda por no poder protegerlo.

Algo no me gustaba de ese burdel. Casi puedo jurar que también he visto a Taehyung en otro lado pero no puedo recordar dónde o cómo lo conocí.

Pero desde que tengo ese sentir odio la idea de cruzarme con él.

No podía quedarme de brazos cruzados, debía buscar yo también a Jimin.

¿Qué tal si la policía no hace bien su  trabajo? Tengo que esforzarme yo también.

Me levanté de la silla en la que estaba y salí de casa. Era tarde por la noche, hacia bastante frío y yo solo cargaba con una sudadera para mitigar el fresco.

Camine varias cuadras sin rumbo preguntando a las personas si habían visto a un tal Jimin. Decía esto mientras les mostraba una copia de la foto que le pedí a una de las recepcionistas que trabajan en el burdel Angel de sueño.

La gente parecía no conocerlo. Supuse que Jimin no trabajaba mucho fuera del burdel pero igual debía tener vida fuera de este.

¿No es así? Jimin debe tener una vida fuera del burdel.

Esto me carcomían por dentro. Que pasaba si Jimin no tenía una vida fuera del burdel, que pasaba si Jimin solo vivía para ser un prostituto en ese burdel.

Decidí entrar en razón y convencerme de que era imposible que algo así pasará. Sin embargo pensar en las extrañas circunstancias en las que raptaron a Jimin me hacían dudar.

Ellos o por lo menos el que me atacó parecía conocer bien a Jimin y en caso de que mi ángel no tenga una vida fuera del burdel ese hombre debía trabajar ahí también. O por lo menos trabajar para ellos.

Seguí convenciendo a mi cabeza de que algo así no podía pasar, que era incorrecto, pero mi mente no dejaba de sobre pensar las cosas. No estaría tranquilo hasta que me demostrará lo contrario.

Camine hasta el burdel con la esperanza de que Jimin NO estubiera ahí para no pensar en que sus compañeros de trabajo fueron los mismos que le secuestraron.

Pero otra parte de mi deseaba que estuviese ahí.

Llegué a la recepción y note que la chica era la misma que me recibió el primer día que vine aquí.

—Hola.. —Dije nervioso a la chica tragando saliva. Estaba demaciado inquieto.

—Hola, bienvenido al burdel Angel de sueño. —Me dió una tenue sonrisa y al final pareció reconocerme — Ah, que alegría verte de nuevo, nos alegra que tu experiencia haya sido placentera.

—S-si gracias. Disculpe ¿Se encuentra Ángel  disponible?

La chica tecleo algunas cosas en su computadora y entonces dijo algo que me helo por completo.

— Parece que Ángel si se encuentra en el burdel. Pero no sé si se encuentre en servicio. Su habitación es la número 506.

Le agradecí a la señorita y tembloroso me acerque a la habitación 506. Estaba en el cuarto piso y no había elevador.

Cuando llegue al piso indicado camine con la vista nublada por mis pensamientos, no sabría que hacer o que decir en esa situación. Iba dormido pensando en como encontraría a Jimin o si es que lo encontraría.

Desperté cuando sentí el choque de otra persona contra mí. Al verlo me encogí y di una reverencia en señal de disculpa. Era mi culpa por no estar atento.

— ¡Ten más cuidado, niño!

— Discúlpeme, no me fijé.

Cuando el hombre se fue yo seguí mi camino pero pude escuchar como una dulce voz llamo a mi nombre.

— Jungkook ...

Ese es ¿Jimin?

La voz venia de detrás de una puerta no muy lejos de la habitación 506, decidí entrar susurrando el nombre de quién creí era la voz.

— ¿Jimin?

— Jungkook ...

Entonces lo pude ver. Estaba tirado en suelo, se veía sucio y cansado. Una de sus manos estaba sangrando.

¡ESTA SANGRADO!

— ¡Jimin, tú brazo!

Me acerque rápidamente a el poniendo mi sudadera en su herida haciendo presión.

—No puede ser ¡¿Qué te hicieron?! —Dije bastante preocupado pero aliviado ya que no parecía tener algún otro problema.

Jimin solo bajo la mirada con una sonrisa que luego se transformó en una mueca triste. Sus ojos estaban apagados, sus brazos rodeaban mi cuerpo y ocultaba su mirada en mi pecho.

Podía escuchar como Jimin lloraba suplicante por piedad. Fue entonces que comprendí lo que había estado sufriendo en este burdel y lo que le habían hecho las personas a su alrededor.

Lo tranquilice dándole un beso en la frente y abrazándolo a más no poder. Jimin necesitaba que alguien lo salvará y ese sería yo.

Tenía mi celular y marque a la policía, les conté lo que había pasado y cuál fue el estado en el que encontré a Jimin. Nos quedamos resguardados en esa habitación hasta que escuchamos el ruido de las sirenas que portan las patrullas de policía.

Jimin me abrazo con fuerza temblando, trate de convencerlo de que todo estaría bien hasta que se escucharon fuertes golpes detrás de la puerta de la habitación.

Ambos estábamos asustados, rezaba porque fuera un policía y no alguno de los trabajadores del lugar.

Y así fue.

Rompieron la puerta y fue cuando pudimos notar a dos policías que llegaron a resguardarnos. Jimin me miró y se sujetó de mi mientras acompabamos a los policías.

Cuando llegamos al último piso pudimos ver a Taehyung y algunos otros trabajadores siendo esposados.

— ¡Sueltenme!  — Decía Taehyung — Yo nisiquiera quería que el estuviese aquí. Todo fue culpa de Namjoon, ¡DE NAMJOON!

Jimin acostó su cabeza en mi nuevamente, parecía que no quería escuchar las palabras de Taehyung.

¿Quién diablos es Namjoon?

Seguimos caminando y cuando salimos paramédicos curaron las heridas de Jimin. Cuando terminaron Jimin notificó a los oficiales que no tenía ningún lugar a donde ir. Que su padre lo había vendido, su madre ya no estaba y no era bienvenido al lugar donde solía vivir.

Los oficiales se ofrecieron a llevarlo a un refugio pero yo me negué. Dije que podría hacerme cargo de Jimin. Que podríamos vivir juntos y yo le ayudaría en lo que necesitara.

Los oficiales se veían dudosos, incluso Jimin dudaba de las cosas que dije.

— hiciste todo por encontrarme y me salvaste. Ya hiciste suficiente por mi y te lo agradezco. No quisiera ser una carga en tú vida — Dijo Jimin acariciando una de mis mejillas suavemente.

Estaba apunto de aceptar la oferta de los oficiales cuando lo abrace y bese una de sus mejillas.

— Te amo, Jimin. Por favor cuídate mucho.

Jimin me miró con sus hermosos ojos brillantes y me regaló una sonrisa preciosa. No pude aguantarme más y lo bese suavemente.

Sus labios se sentían tan bien, era como si estuviera comiendo el la cosa más dulce del mundo.

Nos separamos y nos miramos mutuamente, me despedí besando su frente diciéndole a los oficiales que cualquier cosa que necesitaran podrían llamarme.

Les entregué un papel con mi número y volví a besar a Jimin.

— Ya pronto estarás bien Jimin, en lo que necesites yo siempre estaré al pendiente.

Le sonreí y comencé a caminar a casa deseando que la vida de mi amado Jimin mejorara para bien.

En eso pude escuchar como una tenue voz llamaba a mi nombre, al darme vuelta me di cuenta de que era Jimin que venía detrás de mi acompañado de un policía.

— ¿Qué pasa? ¿Está todo bien? — Pregunte preocupado ya que pensé que todo estaba arreglado.

— Jungkook ... — Me abrazo y sollozante recostó su cabeza en mi pecho — Quiero quedarme contigo...

Esas palabras me sorprendieron, creí que Jimin quería estar en un refugio para por sanar por si solo. Pero pensándolo mejor

¿Quién querría estar solo en un momento como éste?

Acepte cuidar a Jimin, los policías nos llevaron a mi casa y llenamos algunas hojas importantes para yo poder quedarme cuidando a Jimin.

Cuando todo estuvo listo entramos a casa y abrace a Jimin aliviado. Lo extrañaba mucho y deseaba poder darle la vida que tanto merecía.

— Jimin, haré todo lo posible para que seas feliz.

Este río bajito y me abrazo mostrándome sus hermoso ojos brillantes.

— Gracias, Kooki.

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"¿Y que tal si te ofrezco otro trato, Taehyung?"