Capítulo 17
El día en el campamento fue más divertido de lo que cabría esperar. Estuvimos explorando, jugando al escondite -sí, jugando al escondite-, recogiendo leña... La señorita Hills no paraba de sacarnos fotos a todos juntos, y cuando menos nos lo esperábamos. Todos los miembros de los tres equipos nos conocimos mejor. Yo, era uno de los intermediarios, ya que conocía a todos. Otro era Arion, que no hacía más que reír y hablar con todos.
Gabi se mantuvo a mi lado casi en todo momento. Aunque, a decir verdad, no tuvimos mucho tiempo a solas. Es lógico, ¿cómo íbamos a tener tiempo si estábamos rodeados de mucha gente?
La señorita Hills no fue la única que hacía fotos, Rosie, una de las tres gerente que allí habían, sacaba fotos mías todos el tiempo, y como consecuencia, también de Gabi. Incluso jugamos todos al fútbol con el entrenador Evans y escuchaba la cámara de lejos.
Por la noche estuvimos haciéndonos más fotos en la hoguera, pero esta vez Gabriel se negaba a salir. Arion tuvo que convencernos -casi a la fuerza diría yo- de que saliéramos en la foto Víctor y yo con Falco, Cerise y Skie. Sonreí unos instantes, y luego volví con Gabi.
Después de pasar un tiempo allí fuimos al albergue, en el que dormiríamos en habitaciones separadas los chicos de las chicas, y en literas. Odiaba esas camas, de verdad que sí, las odié desde el mismo instante en el que las vi. En parte, porque estuviera donde estuviera, no vería a Gabi, y quería tenerle cerca.
Así que se acostó en la cama de abajo y yo en la de arriba, a pocos metros había otra litera, y así sucesivamente. Nos mantuvimos callados. Yo intentaba ignorar las conversaciones de las camas que estaban más cerca de nuestra litera. Así que me puse a escuchar la respiración de mi novio. Así fue como me mantuve despierto durante las horas en las que tardaron en dormirse el resto de nuestros compañeros. Sabía que Gabi estaba despierto porque su respiración no era igual que la de cuando dormía.
-Shh, Riccardo- me llamó Gabi desde la cama de abajo- ¿Estás despierto?
-Sí.
-Pues voy contigo- susurró.
No le dio tiempo a decirlo que ya estaba subido en la cama de arriba. Le sonreí y él me abrazó con fuerza antes de darme un largo beso. Sabíamos que cualquiera podría vernos, pero ¿eso importaba acaso? Nos dormimos en unos minutos, sin decir nada, solo absorbiendo el olor del otro lo más cerca posible.
***
Por la mañana, me despertó el sonido de una cámara al hacer una foto. Pero no le hice mucho caso cuando caí en la cuenta de que Gabi estaba durmiendo de nuevo sobre mí. No sabía como acababa así sin despertarme, acostado sobre mí sin que me diera cuenta. Así que solo le apreté más contra mí.
-¡La foto ha quedado estupenda! ¡La pondremos en e Ina-chat como imagen de grupo!- exclamó Adè.
Luego caí en la cuenta. La foto. Nosotros. Gabi sobre mí. Ay, Dios. Me puse colorado y recosté a Gabi sobre la cama con cuidado de no despertarle antes de asomarme hacia abajo y ver a los chicos.
-Como se os ocurra ponerla de foto de grupo...- mi amenaza se perdió cuando Adè me puso la foto en toda la cara, alargando la mano hacia arriba.
-¡Pero si estáis monísimos!
-Eh, Adè, si no quiere...- intervino Arion a su lado.
-Deberías enseñársela a Aitor- comentó Víctor pasando de largo.
-¿Enseñarme qué?- preguntó el mencionado a lo lejos, en su litera.
-¡La foto se Gabi y Riccardo!- exclamó Adè una vez más.
-Pero mira que sois infantiles- Gabi levantó la cabeza para ver el jaleo que se había montado-, y todo por una foto.
-Una foto en la que dormís juntos.
-¿Dormir juntos? ¿En serio?- preguntó Aitor.
-Sí, pero...- Gabi dejó de hablar y frunció el ceño. Me miró con la cara blanca, se llevó una mano a la boca y otra al torso.
Se bajó de la cama y le seguí cuando fue corriendo al baño. Le sujeté el pelo mientras vomitaba. ¿Qué le estaba pasando? Una bajada de tensión, una misteriosa lesión, frío repentino, y ahora vómitos. A lo mejor estaba enfermando, quizás era un simple resfriado. ¿Pero seguro que esos eran los síntomas?
-¿Estás bien?
Me negó con la cabeza mientras escondía el rostro entre las piernas. Si le ocurría algo, él era totalmente consciente de ello. Y yo no tenía ni idea.
-Después de desayunar nos iremos todos a casa e iremos al hospital.
-No- dijo con rudeza-, no voy a ir a ninguna parte.
-Pero tienes que ir, mírate.
Estaba muy pálido, como si con solo tocarlo fuera a romperse. Me daba miedo que se moviera, que hablara si quiera, parecía tan frágil... Me dio una mano y le ayudé levantarse, juntos nos dirigimos a los lavabos y se lavó la boca. Respiraba con jadeos, como si hubiéramos acabado el entrenamiento. Sin embargo, acabábamos de levantarnos. No era fácil de entender, y él parecía hacerlo.
-¿Qué es lo que ocurre, chicos?- preguntó Aitor entrando en el baño, junto con los demás chicos detrás en un corrillo.
-Nada, solo me he mareado- se apresuró a responder Gabi.
Todos entraron después de eso sin hacer caso. Para ellos era fácil creer las palabras de mi novio, no tenían problema a creer que lo que decía era cierto. Pero yo no podía hacer lo mismo, para mí era distinto, parecía todo tan complejo... Sin embargo puse cara de póquer e intenté, de nuevo, hacer caso a sus palabras.
***
Vale, no me mateis otra vez :v es que ya estaba escrito, sé que novecientas cuarenta y tres palabras no dan para rato, pero... Ay... Bueno, pos subo otro para que no os enfadéis ¿vale?
Votad y comentad mucho, subo otro ya de ya :3
Marie~
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