- Buenos días a todas! - Kwon Eunbi llegó a la cocina donde estaban todas las miembros, pasó por al lado de Hye y tocó su cuello.
"Buenos días corazón" fue lo que le susurró, mientras que la menor se llevaba su taza de té a la boca. El susurro la hizo detenerse, se quedó estática, como una piedra. Kwon se alejó orgullosa y tomó un vaso de un mueble.
- Hye Unnie, estás bien? - Preguntó la menor de todas, Wonyoung.
- Si, pareces una estatua. - Agregó Hitomi.
La mencionada se aclaró la garganta. - Estoy bien. - Sonrió y dejó la taza sobre la mesa, mientras miraba a la chica de cabellos rubios llenar su vaso de jugo de naranja. Hyewon estaba segura que lo hizo apropósito, nadie haría eso, nunca. O al menos no a una persona que no le gusta.
La mayor se sentó en la mesa, enfrente de su víctima. Sonrió de lado mientras se llevaba su tostada a la boca. Kang estaba algo nerviosa, mucho se podría decir. Tener a la dueña de tus pensamientos enfrente tuyo es algo... incómodo.
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