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f i f t e e n

Su cabeza la atormentaba, el palpitar de su corazón era cada vez más rápido y por sus ojos caían lágrimas.

¿Desde cuando Eunbi abrazaba a hombres?

Sus ojos se quedaron pegados a la escena que armaban Eunbi y un chico cerca de la máquina expendedora. Llegaban pesados pensamientos, confundía las cosas.

Hyewon volvió corriendo a la sala de descanso, su misión de comprar un paquete de gomitas falló y llevó una sorpresa consigo.

Se sentó. No podía mentir, está cansada de todo, de tener miedo, sentir cada vez más lejos a Eunbi, pero después de todo, es su culpa, ella se confesó apresuradamente, no debía pasar.

- Chicas ya debemos ir a prepararnos. - Kwon entró a la sala, con una botella de agua en su mano izquierda y esa típica sonrisa conquistadora. Todas asintieron y se levantaron de sus asientos, algunas del suelo.

Hyewon dejó su móvil en su pequeño bolso y se levantó, era la ultima en salir, sin contar a Eunbi.

- Hye. - Se escuchó en la sala, no había nadie, hasta los estilistas salieron de allí y todo el lugar se mantiene en absoluto silencio, algo incómodo. - Hye. - Repite.

- Mm? - Logra responder, dandole la espalda a su mayor.

- Me mirarás?

- No. - Odiaba no ser tomada enserio, menos cuando la chica que le gustaba la giraba y contradecía todo lo que salía de boca.

- Tengo algo que decirte.

- Dilo rápido.

- Noona!

Oh no.

Changbin abrió la puerta de la sala de IZ*ONE, encontrándose con dos chicas juntando sus miradas en una.

- Bin. - Sonrió. Hyewon odiaba que esa tierna sonrisa se la dedicara a alguien más, en su presencia.

- Se le quedó... esto. - Terminó de decir con cierta timidez al ver la dura mirada de la chica pelimorada.

- Gracias.

Cuando el chico salió de ahí, de nuevo hubo un silencio.

- Quien era?

- Changbin

- Que es para ti?

- Un amigo

- Mientes. - Bufó y se acercó a la puerta.

- No miento pequ... Hyewon. - Cerró la puerta con una mano, impidiendo la salida.

- Son novios?

- No, el es como mi hijo. - Aquí vamos de nuevo.

- Un hijo, ¿igual que todas no? Porque mejor no-!

Las tontas y desesperadas palabras de Kang fueron interrumpidas por unos labios.

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