16
Algo que adoraba hacer Rusia era preparar algún postre, no le importaba si le salía mal siempre tenía a una persona quien lo mime y elogiará a pesar de que algunos postres supieran, literalmente, a mierda.
Hoy se encuentra haciendo una gelatina y un pequeño Pay de limón sin hornear mientras Alemania dormía como gusano en el sofá, se movía y movía, pero no se caía. Rusia quería saber qué tal le había quedado los postres así que le tiró una cubeta de agua.
— Was zur Hölle ist mit dir los?! –Grito sobresaltado y molesto–. [¡¿Qué diablos te sucede?!].
— Hice un Pay de limón y algo de gelatina ¿Quieres? –Sonrió dulcemente dejando la cubeta donde estaba.
Alemania sonrió con nervios.
— ¿Tengo otra opción?
— Нет
Resignado se levantó del sofá yendo a la cocina siendo guiado por Rusia, quien le muestra un recipiente hondo con la gelatina y una rebanada del Pay. Alemania se sentó en una silla cercana mientras el de ushanka le dio una cuchara, le acercó la gelatina y lo probó. No estaba mal, pensó.
Lamentablemente, el sabor era más a agua con azúcar y no a fresas, sabor que se supone debía tener, quería escupirlo, pero la sonrisa que tenía su novio esperando alguna respuesta positiva provoco que se lo pasará sin siquiera ser saboreado un poco más, sonriendo con esfuerzo.
— C-Creo que le faltó estar más tiempo en el refrigerador, pero te quedó muy bueno.
— Entonces lo pondré más tiempo –Alegre volvió a meter el traste.
Alemania observó la rebanada pensando si esa cosa igual sabría mal
"Por favor, ni siquiera fui un hijo de mierda para recibir este castigo."
Salió de sus pensamientos al sentir la mirada del ruso observando sus movimientos, como si de presa se tratara.
— ¿Realmente te gusto la gelatina? –Pregunto probando el pay.
— Sabe a alcantarilla. No. El agua de alcantarilla sabe mucho mejor que esa mierda y puedo asegurarlo –Sincero.
Observando el postre al fin dignado a probarlo.
Al llevar la cuchara a la boca y saborearlo un poco sonrió con sorpresa, miro a su pareja quien le miraba apenado.
— Lo compre antes de que llegaras, también la gelatina.
La había cagado.
— No tenía muchas ganas en realidad de hacer algo, así simule haberlo hecho dejando este desorden.
Ambos quedaron callados durante un buen rato hasta que el europeo se levantó a consolarlo, envolviéndolo en un pequeño abrazo.
— Es tut mir Leid
— ... No sabía que habías bebido agua de la alcantarilla.
— Es una laaaarga historia.
Ambos rieron hasta que sus miradas se perdieron en los ojos contrarios, Alemania empezó a repartir besos en el rostro de ruso, quien solo se dejó consentir.
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Me gusto más este nuevo escrito que el anterior sinceramente.
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