La URSS miraba dolido a sus hijos, indico que entrarán y lo hicieron, Rusia quien aún pedía ser bajado entre lágrimas miró hacia atrás, observando cómo se alejaba el auto y la puerta siendo cerrado. Miró a su padre quien lo bajo, pidió que todos se sentarán en los sillones obedecieron todos con la mirada baja y con ojitos cristalinos.

— Ya no los verán de nuevo -Fue lo que dijo, ganando llantos y reclamos de todos sus hijos.

Pedían el porqué de ello, algunos lloraban hasta que el georgiano hablo.

— P-Podremos comunicarnos c-con ellos por cartas, ¿no? -Pregunto tímido y los ojitos llorosos, era el único que no había llorado.

— Нет, даже не называть их -Respondió, sus hijos volvieron a llorar-. [No, ni siquiera llamarlos].

— ¿Por qué? -Preguntaron los tres mayores.

— Porque yo decido y mando en esta casa, Ты понимаешь? -Hablo de manera firme asustando a los menores. —. [¿Entendieron?].

Todos asintieron.

— Vayan a sus habitaciones quiero que todo lo que les haya dado en material esos alemanes lo pongan en sus camas, en un rato pasaré para deshacerme de todo, no quiero oír ninguna queja ni lloriqueo.

Menciono por último yendo a la cocina en busca de algo. Los menores trataron de no llorar por la forma en la que les hablo, era raro cuando les hablaba de esa manera, Rusia les dijo a todos en susurros <Guarden la cosa que más importante que les hayan dado>.

Todos le obedecieron logrando guardar hasta dibujos que su padre no sabía que tenían. Y tal como dijo paso por las habitaciones de sus hijos metiendo en las bolsas juguetes, prendas, dibujos y varios juguetes más.

Al terminar ordeno a varias sirvientas que llevaran las bolsas al patio trasero algo lejos de la casa, las amontonaron para después regresar adentro, el sovietico se acercó con algo de combustible y les prendió fuego. Poco le importó que los niños estuvieran observando cómo se quemaban sus cosas, tenían un nudo en la garganta.

Su mirada se dirigió hacia la puerta trasera observando a Rusia con su osito, aquel oso que había sacado de la basura, acercándose al pequeño extendió su mano.

— Дай это мне -Pidió-. [Dámelo].

El ruso negó con su cabeza cosa que molesto a URSS, volviendo a insistir a que se lo entregará, pero el menor volvía a negar, ya irritado le arrebato aquel peluche y camino en dirección hacia el fuego. Rusia trato de detener a su padre, rogaba de que no lo hiciera.

— Тебе пора начать взрослеть . — [Es hora de que empieces a madurar].

Arrojo el peluche a fuego y cargo a su hijo alejándose del fuego yendo hacia dentro del hogar, pero para Rusia todo iba en cámara lento, sintiendo una opresión en su pecho demasiado dolorosa mientras lloraba a mares. Observando como lo que más apreciaba se quemaba lentamente ante sus inocentes ojos, sin poder entender las acciones de su padre, apretando sus ropas y escondiendo sus lágrimas en ellas.

Varios de los hermanos que observaban desde la ventana de sus habitaciones o de la cocina, como su padre había ido demasiado lejos.