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Poción (2/2) ¦ Devie

Doug abre los ojos luego de un par de horas. Su cabeza le palpita donde había recibido el golpe, pero la confusión no le permite reparar mucho en eso. Sabe que está en su habitación, pero eso no responde a qué hacía ahí ni cómo había llegado. Se siente enojado al recordar la pelea que había tenido con el villano de la isla, tanto que se sienta bruscamente sobre la cama sin importarle el dolor.

—¿Cómo te sientes?— una voz suave llama su atención. Evie está ahí y algo dentro de él le dice que ha hecho algo muy malo como para lo mire de esa forma.

Ella se acerca a su lado y se ve que no sabe qué hacer.

—¿Quién me golpeó?

—Chad— suelta suspirando. Decir que estaba molesta con el príncipe era poco, pero ahora estaba ocupado buscando al dichoso mago.

Doug rueda los ojos ahora más molesto de lo que estaba. Lleva una mano a su cabeza y frunce el ceño.

—Le advertí que no me tocara otra vez. Más le vale que no lo atrape, porque si no... — murmura  pensando en diferentes maneras de hacer pagar al hijo de Cenicienta.

—¡Doug! No hables así. Tú no quieres hacerle daño a Chad ni a nadie.

—¡Claro que sí!

—Pues no vas a tocarlo— dice poniendo las manos sobre su cintura.

—¿Lo estás defendiendo, Evie?— murmura con voz tranquila, aterciopelada. Mira los ojos marrones de Evie con perspicacia, cierra su mano sobre su muñeca y la jala haciendo que se siente sobre el colchón, demasiado cerca— ¿Por qué? ¿Te gusta?

Evie se mantiene inexpresiva mientras analiza sus palabras. Definitivamente Doug jamás le hablaría así, ni se comportaría de esa manera. Doug era dulce y tierno, amable, tímido. No había comparación entre este, pues era cruel y... Malvado. Aunque sabía que amaba con todo su ser al Doug de siempre, esta versión tenía algo que la atraía de forma inexplicable. Quizás era su mirada intensa, la forma en que se movía o sus gestos. ¿Qué podía decir? Los chicos malos siempre habían sido sus favoritos. Y Doug se veía tremendamente sexy siendo uno.

Una sonrisa lentamente aparece en sus labios carmesí, desconcertando al chico. Bien, piensa la peliazul, ahora veremos quien juega mejor este juego.

—Si tu puedes coquetear con Ginny Gothel, ¿yo no puedo divertirme con Chad? Eso es injusto, Dougie.

Evie se inclina hacia delante, sus manos enredandose en el cuello de él. Doug puede oler su exquisito olor a jazmín y el batir se sus pestañas lo desarman completamente dejándolo a su merced. Sin embargo, el pensamiento de que su novia estuviera con Chad lo altera y rápidamente cierra las manos sobre su cintura de manera posesiva, está tenso, Evie puede sentirlo. Doug acerca su boca a su oído y deja un beso en su cuello.

—Tú eres mía.

—Lo soy— cede mientras acaricia su cabello, la tensión desapareciendo en él—. Solo quería hacerte sentir un poco de lo que sentí al verte con esa...—suprime un adjetivo despectivo hacia Ginny Gothel, pues Doug se apresura a empujarla sobre la cama y colocarse sobre ella cuidando de no hacerle daño.

—No juegues con eso, Evie Grimhilde.

Evie ríe ante el tono que usa, como el de un niño enojado. Ríe de un forma tan espontánea que lo hace sonreír. Doug desliza una de sus manos hasta la mejilla de ella y la acaricia con delicadeza ganando su total atención. Con su dedo recorre el labio inferior de su novia, entre abriendo su boca, provocando que un sonido suave escape de sus labios.

—Mírame.

La chica no había notado el momento en el que había cerrado los ojos, pero al abrirlos, el aliento se le escapa ante la mirada intensa de los ojos verdes de su novio.

—Doug...

Aquello que sentía era tan intenso y tan... real. Amor verdadero. Podía sentirlo golpetear contra su pecho con fuerza, al igual que en el de él. Podía sentirlo en la calidez que irradiaba su cuerpo sobre el suyo, podía sentirlo en el brillo de su mirada. Y sí, ahí estaba. De eso no había duda.

—¿Cómo no se me ocurrió antes?—suelta sintiéndose tonta.

Doug siente sus manos en los costados de su rostro para evitar que se mueva y ella solo tiene que inclinarse un poco hacia delante para unir sus labios. Un beso suave, lleno de amor, cuidadoso. Doug se deja besar cerrando los ojos, concentrándose en la sensación se sus labios rozando los suyos, sin prisa, de una manera que de pronto lo hace sentir como si una burbuja explotara y un calor se expande por todo su cuerpo.

El enojo se va, ahora ya no entiende las ganas que tenía se golpear a Chad, ni de querer lastimar a Jay. Abre los ojos al tiempo que ella se separa.

—Beso de amor verdadero... Siempre funciona.

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