Jimin jugaba tímido con la cremallera de su cazadora.
En su vaso ya sólo quedaban restos de hielo flotando, derritiéndose lentamente junto a una rodaja de limón.

El joven camarero que le había llenado ya varias veces en aquella noche la copa, no le quitaba el ojo de encima.

Jimin elevó un segundo su vista de la cremallera, y se encontró con la fría mirada del pelinegro, por lo que enseguida la bajó, avergonzado.

-¿Cuántas veces más vas a decirme que te llene la copa antes de pedirme una cita, chico?

Jimin elevó su mirada con ojos grandes y enrojeciendo al instante.

—¿Q-qué..? Y-yo...

El camarero sonrió levemente.

—Me llamo Min Yoongi, y acabo mi turno a las 2 a.m, si es lo que querías saber.

Jimin mordió su labio.

—Y-yo...me llamo Park Jimin, y me gustaría conocerte...me gustaría mucho...

Yoongi volvió a sonreir antes de tomar una servilleta y un bolígrafo.

—Ten.- le ofreció el papel tras unos segundos, con un número anotado.- Invítame a desayunar mañana, será mejor para ambos. Tú estás borracho y yo muy cansado. Mañana tendrás la cita que llevas semanas esperando.

Jimin tragó saliva.

—¿Cómo sabes que..?

—El bar es pequeño, es inevitable fijarse en los clientes, sobre todo si uno de ellos es tan guapo como tú. - dijo guiñándole un ojo y haciendo que las mejillas del menor se encendiesen.