"Hotel Hazbin es Propiedad de Vivienne Medrano (Vivziepop)"

Frase: Lactancia.

La sala de estar era el área común del Hotel, una música ligera sonaba en una radio, era un jazz lento, mientras tanto Ángel Dust estaba absorto, sentando de una forma lánguida en el sofá de color rojo, sin poder quitar la mirada de encima de la enorme barriga de ahora casi cinco meses de Alastor.

Mirar al siempre pulcro demonio de la radio teniendo un embarazo era algo inesperado, este permanencia sentado en un enorme sofá de piel roja, cuyo estilo era parecido a un trono, leyendo tranquilamente un libro de cocina, mientras el demonio araña lo miraba atento, habia permanecido al menos unos veinte minutos con los ojos puestos en él, asi que enojado el pelirrojo bajó el libro.

— ¿A que debo tu curiosidad, mi afeminado amigo? — preguntó Alastor, mirando con fastidio al actor porno, quien parecía analizarlo, sabia que verlo con una barriga era curioso, pero tener que soportar que este lo viera como fenómeno de circo, era algo que sin duda no toleraría.

Conforme la furia del demonio de la radio incrementaba, la canción sonó más tórrida, ocasionando que Ángel negará con la cabeza, Alastor se apiado de él y volvió al jazz, tolerando su enojo, mientras el demonio arácnido hablaba, algo sonrojado, estaba soportando las enormes ganas que tenia de acariciar el estomago del pelirrojo, pero entendía muy bien, que su deseo podría ser el último.

—Lo siento, es solo que me estaba preguntando — hizo una ligera pausa al saber la estupidez que iba a preguntar — bueno, ¿si tus iras a lactar al momento de tener a tu cría? — soltó sin filtro, provocando que la música parara como si un disco se rayara o detuvieras un gramófono, Alastor lo miró indignado y severamente molesto.

—¿Perdón? Insinúas que voy a dar pecho, como una hembra — se quejó el demonio, cerrando el libro de golpe y poniéndose de pie con dificultad, haciendo que se viera demasiado adorable, Ángel casi parecía querer abrazarlo, pero Alastor estaba al borde de romperle el cuello.

— Bueno, no te lo tomes a mal, pero ya este embarazo, y eso ya te deja en una posición femenina, ahora, las mías — aclara mientras se eleva la pelusa que simulaban sus pechos exuberantes — son más bien...pelo, me pregunto si tus hijos se pegaran a ti, como si fueran pequeños ciervos bebés,

El crujido de la habitación se escuchó por todo el hotel, mientras Ángel Dust seguía pensando en un pequeño cervatillo bebiendo de las tetas de su madre, mientras a su alrededor las sombras parecían cubrirlo.

El sonido de la puerta siendo abierta, provocó que Alastor bajara sus poderes, mientras Charlie recuperaba el aire, habia corrido hasta la habitación al sentir el ambiente romperse entre los miembros.

Desde el embarazo de Alastor, tanto Charlie como Lucifer habían acordado hacer enojar al demonio lo menos posible, pero este era un mar de hormonas, y los miembros del hotel le tenían aun más miedo, casi cualquier comentario era tomado de forma vulnerable, y el siempre sarcástico demonio de la radio ahora era más impredecible.

— ¡Alastor! — gritó Charlie, interponiéndose entre este y Ángel Dust, quien agradecido que la princesa evitara su posible muerte — despues hablaré contigo Ángel...

El aludido se escapo casi corriendo, mientras el demonio de la radio bajo sus orejas con pesar.

— ¡Odio todo esto! — grito este, tirando el libro contra la pared y destrozándolo con sus tentáculos — ¡Soy la burla del maldito hotel!

Y con cada palabra los símbolos vudús empezaron a distorsionar la habitación, la princesa, intento tomarlo de los hombros, pero uno de los tentáculos la lastimó, y al verlo, Alastor se detuvo.

— No, Charlie, perdona, yo....

Y lagrimas gruesas comenzaron a salir sin control, en eso la rubia vio como un halo de luz se abrió en la habitación y de él salía Lucifer, al ver la situación solo pudo reaccionar en abrazar a Alastor.

— Calma querido...vine tan rápido como pude — lo consoló, la rubia miró el ligero rasguño, el cual fue curado con la magia de su padre, quien le pidió con la mirada que se marchara, ya que tenía todo bajo control, Charlie decidió dejarlos solos, y cerrar la habitación.

— Yo...dañe a nuestra hija, y si...hago lo mismo con esta criatura — dijo con sonidos entrecortados — ni siquiera se si podre darle pecho, y ¡Todo es tu maldita culpa!

Lucifer detuvo el puñetazo con una mano, sabia que Alastor era muy irracional.

— Lo sé, llevas recordándome que es mi culpa por casi cinco meses, mira...si nace el bebé y todo sale bien, yo seré el que lo alimente — explicó el soberano del infierno, ante la mirada incrédula de Alastor — si pudiera tenerlo yo, lo hubiera hecho, pero al menos te regresare esta victoria.

Lucifer estaba avergonzado, y decía la verdad, no sabia que sus poderes pudieran afectarle a su consorte de esa forma, de haberlo sabido habría evitado todo ese pesar para él.

— Yo no te odio — confesó Alastor, intentando volver a recobrar la compostura — ni al bebé, yo...te matare si le dices a alguien esto... — amenazó al ver como el rostro de Lucifer parecía brillar ante aquella confesión.

— Sabes que te amo, además, adoro cuidarte — dijo el soberano, dándole un beso en la mejilla y tocando la barriga de Alastor — estoy enamorado de todo esto.

Y al decir aquello, pudo sentir un golpe en su mano, ante la mirada incrédula de Alastor, quien parecía tan perplejo como el rubio.

— Acaba de...no puedo creerlo — dijo Lucifer eufórico — no puede ser, tiene una fuerza increíble, nuestro hijo...será tan poderoso.

Y besó a Alastor, quien se dejo consolar por su esposo, una parte de él, una muy interna, estaba igual de feliz que su rey.

N.A. Esto iba ser gracioso, pero me salio muy Fluff, ni modo.