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Momento 9

El día de hoy había comenzado más motivada que de costumbre lo primero que hizo, cuando se asomó el alba, fue dar de comer nuevamente a su nuevo compañero, aquel conejo tan o más blanco que la misma nieve, seguidamente junto las pocas cosas que traía encima y regreso a la aldea, que afortunadamente no se encontraba lejos del lago.

Sonrió y saludo a los pocos aldeanos que se encontró por el trayecto, para entonces se había vuelto muy conocido gracias a sus poderes curativos.

-"¡Gracias a dios estas bien!"- escucho una vos conocida exclamar a lo lejos.

-"Lamento llegar a esta hora"- se disculpó haciendo una pequeña reverencia, el anciano la observo con impaciencia.

Aome termino de recoger lo poco que tenía y algunas cosas que le fueron entregadas cuando llego a la aldea, ropa más que nada como parte de su agradecimiento -"¿Te marcharas?"

Aome asintió dándole una sonrisa-"Así es, ya es tiempo de que regrese"- agrego luego.

-"Me alegra saber que tu humor ha cambiado"-la azabache le dio una suave sonrisa-"Eres bienvenida, cuando te sientas triste puede regresar"- manifestó el anciano.

-"Por favor cuídese mucho"- rogo esta.-"siento no poder despedirme de todos como debería"

Hiriyo rio-"no te preocupes"- anuncio, mientras también la ayudaba a hacer su equipaje-"Llévate mi arco y las flechas, el camino será peligroso"- agrego pensativo y al cabo de un rato Aome ya tenía todas sus cosas listas, no eran demasiadas pero sin duda alguna regresaba mejor que antes.

-"Esto es para el camino"-le entrego un recipiente con comida casera y también agua fresca, Aome lo acepto sin dudar-"Ten un buen viaje"

-"Le agradezco mucho, no lo olvidare"-se despidió dándole un fuerte abrazo-"Prometo visitarlos pronto"- sacudió la mano en el aire, para todos los demás aldeanos que se habían reunido para despedirla. Seguramente habían notado que su estadía aquí había concluido.

-"¡Adiós!"

......

Regreso con toda prisa a la laguna, para su sorpresa el conejo aún estaba allí, para ser realistas, llego a creer que este se iría, pero en cambio permaneció ahí, como si estuviera esperándola.

Sonrió inevitablemente.

-"Bien amiguito, es hora de regresar a casa"- dijo con entusiasmo, la joven miko viendo los grandes y brillantes ojos celestes del animal, este movió las orejitas de un lado a otro, como si comprendiera.-"Necesitare tu ayuda, para encontrar el camino de regreso"- tras decir esta última frase, lo vio alejarse dando pequeños saltos, de forma pausada, Aome tomo esto como una señal para seguirlo, a una distancia prudente, pues no quería asustarlo y perderse sola en el medio del bosque.

Pasó alrededor de dos horas y aún continuaban viajando, la actitud de la miko comenzaba a deteriorarse, por alguna extraña razón había creído que su cabaña no estaba tan lejos, sin embargo el camino transcurrido ya era demasiado largo y se tornaba agotador.

-"¿Oye estas seguro de que es por aquí?"- pregunto al cabo de un rato, el animal se detuvo y la observo por un corto periodo de tiempo, finalmente comenzó a lamerse las patitas-"¿Qué se supone que estoy haciendo?"- se dijo así misma suspirando divertida y también con cierta frustración-"Hablándole a un conejo como si fuese una persona"- soltó una risilla, mientras en sus ojos se reflejaba ansiedad.

Le urgía encontrar la cabaña antes del anochecer, no era seguro estar sola y de noche en el bosque, si alguien la atacaba solo tenía su arco para defenderse, y no era precisamente muy certera, en cuanto a sus poderes espirituales eran fuertes pero no los suficientes, si el enemigo era muy poderoso, tan solo lograría atontarlo por unos instantes antes de emprender la huida.

Aome no estaba preparara para morir y mucho menos sola.

Una razón más para encontrar a Sesshōmaru, aunque a decir verdad le asustaba encontrarlo y que estuviera molesto con ella, había desaparecido por varios días sin decir nada, aunque fuera en contra de su voluntad, se sentía culpable porque en algún momento, llego a apreciar la idea de no volver y olvidarse de todo lo ocurrido... de alejarse de aquel Youkai, para jamás volver a verlo, aunque a este le parecía importar muy poco...

-"Ni si quiera tuvo la decencia de buscarme"-pensar en eso, la llenaba de una sensación muy negativa. No quería volver a sentirse mal y volver a verse así de patética.-"¡Ahg, porque me pasan estas cosas!"-Se lamentó para sí misma, aunque su rostro se veía molesto e incluso avergonzada-"¡Pero no me rendiré, encontré esa bendita cabaña y ha Sesshōmaru a como dé lugar!"- Exclamo con un nuevo entusiasmo, alzando su puño derecho al aire.

......

La saliva pasó con dificultad a través de su garganta, algo reseca a causa de la ansiedad y el ataque de nervios que estaba a punto de tener. Podía escuchar sin problema alguno el acelerado latido de su propio corazón, como tambores retumbando en una habitación vacía.

Parpadeo un par de veces, echando un suspiro, tratando de tranquilizarse, la cabaña se encontraba de pie frente a ella, solo le faltaban unos cuantos pasos más... pero sus piernas parecían negarse a funcionar, se mantuvo quieta, igual que una estatua.

El lugar lucia tranquilo, tanto que estaba segura de que Sesshomaru no se encontraba en el interior de esta.

-"¿Sesshōmaru?"- su voz salió demasiado baja, como si realmente no quisiera ser oída.

Espero con impaciencia, segundos que le parecieron una eternidad, pero ninguna respuesta le fue dada.

Volvió a tragar duro, resto la distancia que quedaba, que el Youkai no estuviera, le daba cierta paz, pues no estaba prepara mentalmente y mucho menos físicamente para enfrentarlo.

Echo un último vistazo hacia el bosque, notando que la tarde comenzaba a caer por todo el Sengoku, realmente había invertido muchas horas en llegar y para su fortuna el animal aun la acompañaba-"¿tienes hambre amiguito?"- inquirió dándole una suave sonrisa, tomo de entre sus ropas algunas hojas y se las arrojo aun lado, la criatura las devoró al cabo de un rato-"Si, Sesshōmaru no regresa, no sé qué are, no sabría cómo volver con los muchachos"- suspiro con pesadez, dejando su cosas en una esquina-"Ya no estoy segura, de que me estén buscando"- movió la cabeza negativamente, tratando de alejar esos pensamientos, y detener el repentino sentimiento de quedarse sola.-"El regresara"- se dijo así misma con convicción.

-""¿Tienes idea de lo que esto significa?""

-""Si, lo sé""- respondió apretando los puños, oculto la mirada tras el flequillo.

-""Has perdido tu libertad Miko""

Cerro los ojos con fuerzas-""Lo sé""-milagrosamente evito que las lágrimas volvieran a caer.

-""No me causes molestias""

Sintió un escalofrió recorrerle toda la espina dorsal, ese tono de voz era demasiado rudo-""No, lo haré""

-""Y no te alejes demasiado""

Alzo la vista para encontrarse con la mirada distante del Youkai-""No te preocupes""- le dedico una forzada sonrisa.

-""Hmpn""

Echo la cabeza hacia atrás topándose de lleno con la pared de madrea, el golpe le había dolido, pero no estaba al pendiente de ello. Sino más bien en las palabras o mejor dicho advertencias del demonio, las cuales por su puesto, Aome había quebrantado totalmente.

Se sintió ligeramente estúpida.

¿Porque todo le salía mal?

No era justo

-"No es justo"- murmuro, el rugido de su estómago pidiendo ser sacio atrajo su atención, la hizo ruborizar ligeramente. Recordó las provisiones y la comida, que les fueron entregadas en la aldea, solamente debía calentarla un poco.

Sus ojos recorrieron el interior de la cabaña, lucia algo sucia, el ramo de flores que había colocado, estaba sumamente marchitos, no había ningún tinte de color en cada flor, y las frutas que minuciosamente había recolectado, se habían echado a perder.

Suspiro, debía limpiar antes de comer algo.

Cuando ya lo había hecho, se sintió satisfecha, sin duda alguna un entorno libre de mugre, cambiaba el ánimo de cualquier humano o demonio; degusto su cena pausadamente, para esa hora la obscuridad de la noche había teñido todo el bosque, la única luminiscencia que se podía apreciar en el interior, era la de la fogata, mientras que afuera, la gran cantidad de árboles, permitía en una pequeña medida, filtrar la tenue luz del astro.

-"Estoy muy cansada, pero no quiero dormirme"- se recostó sobre el viejo futon, apreciando los tonos naranjas que emitían las llamas, no sin antes dejar el arco y flechas al rápido alcance de sus manos -"Mhn. No me siento segura"-se acurruco en posición fetal, dio un ligero vistazo a la puerta-"Sin Sesshōmaru aquí, no me siento tranquila"-Se escuchó un rugido la distancia. Aome palideció visiblemente-"Incluso su presencia mantenía alegada a las criaturas"- recordó con cierta angustia, de alguna manera se había acostumbrado a dormir en el mismo espacio, tanto que cuando no estaba cerca, su sueño se volvía ligero, llegaba a despertarse con cualquier sonido, pocas veces descanso a gusto en el poco tiempo que vivió en la aldea.

Rogo internamente, que regresara pronto.

Que no la dejara sola en ese lugar.

-"Are lo que sea, incluso prometo hacerte caso, y a llevarme bien contigo pero por favor no me dejes sola"-

....

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