
Momento 1
https://youtu.be/nYoTSOORSEI
Ella hubiera preferido que fuera de otra manera, solamente quisiera, no sentir nada y dormir plácidamente en su bolsa.
Pero no ella simplemente se dejó llevar por la amargura y la tristeza y salió lo más silenciosa del lugar donde acamparon, si iba a llorar lo aria lejos de sus amigos, lejos de aquellas miradas cargadas de lastima. Estaba cansada de que la vieran así cada vez que el hanyou se iba tras Kikyo.
"Estúpido"- pensó para sus adentros, aunque estaba más molesta consigo misma por ser tan débil, ¿es que ni si quiera podía ser buena en algo?-"No soy ella"- se auto consoló, mientras caminaba a paso lento entre la espesura del bosque, curiosamente no era una noche fría, pero el viento se sentía bien al chocar con su rostro, borrando los restos de lágrimas que caían. El panorama era tan melancólico quela hacía sentir peor, como si toda la naturaleza se pusiera en su contra recordándole lo insignificante que se sentía en ese momento.
Es que no había nada, ni si quiera un monstruo con deseos de comerla.
Y se sintió estúpida por pensar eso, Aome debía estar agradecida de no ser atacada.
Pero su ánimo estaba más allá del suelo y la hacía penar cosas estúpidas.
Estaba sola sentada en el medio del bosque, con la espalda recostada sobre la raíz de un árbol, no emitía sonido alguno.
Pero sentía tantas ganas de gritar.
Necesitaba descargarse, sacar todo eso que la estaba matando tan lentamente.
Llevaba tantos dolores sobre ella, se sentía cansada, vacía... sin nada.
Y tal vez estaba exagerando, porque ella no era una mujer de las que se rendía. Pero estas ves ella se dejó vencer.
Seco bruscamente sus lágrimas y busco en su mochila aquel viejo reproductor, cargado de sus canciones favoritas...
Lo usaba muy a menudo, solamente cuando necesitaba relajarse o escapar de mementos como estos, la música la calmaba, la llevaba a un mundo imaginario que aunque duradera por minutos, podía hacerla sentir mejor.
Si no podía gritar con frustración o romper algo... descargar tanta rabia e impotencia, tantas emociones que estaban enloqueciéndola.
Aome quería cantar... la música era su mejor compañía.
Ella suspiro al retener su búsqueda, observando el nombre de aquella canción. Era curiosa no recordaba haberla guardado, conocía la canción y su artista era de sus preferidas.
La melodía comenzó a llenar sus oídos.
I can't run anymore (no puedo huir nunca más)
I fall before you (caí antes que tu)
Hi here i am, (aquí estoy)
I have nothing letf (no tengo nada mas)
Though l've tried to forget (aunque he tratado de olvidarte)
You're all that i am (tu eres todo lo que soy)
-Es suficiente, deja de sentir lastima por ti misma o vete de aquí
Aquella voz la descolo e hizo que abriera los ojos sorprendida, ella conocía a su dueño, se habían cruzado varias veces de una forma no muy amigable-¿Sesshōmaru?-y el lord de las tierras del oeste se encontraba a pocos pasos de ella, también recostado sobre un árbol.
-¿Qué haces aquí?
-¿has estado aquí todo este tiempo?
Vio con desagrado como su pregunta había sido ignorada para luego ser reemplaza por otra, el aroma salino de las lágrimas llego a su sensible olfato, se disgustó de inmediato-los humanos son una raza reprobable, se dejan llevar por sus estúpidas emociones.
-Te equivocas Sesshomaru, no somos así.
-Regresa con tu grupo, no debes estar aquí- la interrumpió estrechando los ojos con molestia, sin siquiera mirarla directamente.
-¿Por qué no? -por un momento lo observo extrañada, pero seguidamente se sintió molesta con el Youkai, tal vez la había estado espiando todo el tiempo-Y no has contestado mi pregunta ¿desde cuándo estas aquí Sesshōmaru?- y entonces ella vio como él se ponía de pie y comenzaba a alejarse de su lado, lo que la hizo enfadar aún más-¡Oye te estoy hablando!- su sentido del peligro estaba desconectada, tal vez el estado en el que se encontraba la estaba volviendo irrazonable. Se puso de pie con agilidad, y camino dando zancadas hasta quedar a un brazo de distancia, para entonces el demonio había detenido su andar, pero seguía dando su espalda.
Una pequeña ventisca soplo y los cabellos color plata se alzaron con gracia y elegancia rozando el rostro de la azabache, Aome cerró los ojos incontrolablemente y aspiro la varonil fragancia que de ellos desprendía- Sesshōmaru- susurro apenas audible, y sintió como sus mejillas ardían de la pena, estaba pensando en tonterías que definitivamente no iban al caso
Captando la atención del nombrado, quien miro por encima de su hombro a la extraña mujer, fue en ese momento cuando noto, que además de haber estado llorando, también tenía varios raspones en todo su cuerpo, probablemente había estado corriendo sin medir el paso a través del bosque. La curiosidad golpeo en su cabeza ¿Por qué esa mujer estaba llorando? Lo más probable era que Inuyasha tuviera algo que ver ¿Qué sucedió?
-Camina- procedió a obedecer aun estando enfadada, se dio cuenta de que no ganaría si comenzaba a discutir, pues era un hombre de mente cerrada.
Resoplo y camino a dos pies de distancia, no necesito pensar a donde iban.
Y tal como lo supuso porque unos minutos después podía ver la fogata donde su campamento fue alzado, se detuvo, y el demonio la vio por encima, ahí estaba otra vez esa horrible opresión en su pecho, las lágrimas comenzaron a caer sin que ella pudiera evitarlo.
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