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Luego de haber despertado y pasado por tanta vergüenza frente a su hermoso enano, al fin eran novios.

Habían pasado seis días, catorce horas con veinticinco minutos para ser exactos y si, llevaba la cuenta.

Iba a visitar a su lindo rubio, su novio, su otra mitad, futuro esposo, su melocotón de redondas protuberancias, entre otros apodos cursis. Debía contarle algo que no lo había dejado dormir por días.

Estando frente a la casa del rubio, esperó a que este le abriera la puerta.

Jimin apareció frente a él con una bella sonrisa que achicaba sus ojos.

—Kooki-

—¡Minnie debemos hablar seriamente!—interrumpió con una preocupación palpable —¡es sobre nuestro futuro!

Jimin calló inmediatamente, preocupado, esperando a  que el pelinegro termine.

Jungkook tomó una bocanada de aire y soltó aquello que lo tenía con insomnio—¿Crees que serán los robots o los aliens los que invadirán el mundo?.

Jimin suspiró.

—Los aliens Kookie...los aliens  — adoraba a su ocurrente novio.

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