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🍒| 25.

Jimin despertó de un muy buen humor, cómo no hacerlo cuando lo primero que vio fue a Jungkook junto a él y sin camisa.

Ayer cuando sus amigos se fueron pudieron terminar lo que habían comenzado en el auto.

Suspiró recordando todo, desde las risas que pasaron con los amigos de Jungkook hasta cuando estaban en la cama, siendo solo uno, sonrió bajando su mirada, le encantaba mirar los pectorales y sus abdomen marcado, sonrió acercándose para abrazarlo y de paso acariciar ese abdomen que solo él podía gozar.

— Ya sé que soy irresistible, cosita. —habló un recién despierto Jungkook, Jimin se sobresaltó un poco, pero sonrió al verlo.

— La verdad sí, ¿qué tal dormiste?

— Demasiado bien, esta sensación de despertar contigo me empieza a agradar mucho. —el rubio se sonrojó un poco.

— Pronto lo haremos a diario, Kookie.

Jimin se levantó de la cama, llevándose consigo la blanca sábana para cubrirse.

— ¡Oye! —Jungkook se enderezó lo más rápido que pudo para taparse su zona íntima con una almohada.

— ¿Qué? ¿Ahora tú eres el avergonzado? —el mayor carcajeo. — Levántate ya, tú tienes que ir a la universidad y yo al trabajo.

— No quiero ir.

— Oh, sí irás.

— No, no me puedes obligar a ir.

Jungkook miró de reojo al mayor con reproche.

— Eres un manipulador. —murmuró, Jimin quien iba manejando rumbo a la universidad soltó una carcajada.

— Solo te dije que no te daría besos por dos semanas, no pensé que con eso te convencería.

— ¡Dos semanas es mucho para mí!

Jimin sonrió y cuando el semáforo les tocó en rojo volteó a ver al menor, frunciendo el ceño de inmediato.

— ¿Qué pasa? —preguntó el pelinegro.

— Te ves muy guapo, ¿por qué siempre tienes que verte tan bien? Vístete feo o algo para que la gente no te voltee a ver.

— Opino lo mismo de ti, yo digo que nos empecemos a vestir feos los dos. —Jimin asintió satisfecho.

Siguieron su camino hasta que vieron a lo lejos la universidad del menor.

— Solo tengo que aguantar un poco más. —murmuró viendo con reproche su instituto.

— Lo siento, Kookie, pero me tendré que llevar tu auto. —habló con falsa inocencia, Jungkook lo volteó a ver sorprendido. Ayer había dejado el auto del rubio en su casa.

— Había olvidado eso...

— ¡Oye! ¿Por qué te ves tan preocupado? ¿Acaso crees que no podría cuidar tu auto? —se cruzó de brazos, Jungkook negó, aferrándose al cinturón de seguridad.

— No es eso, es solo que, ya me enamoré del coche, no podría vivir lejos de él. —dramatizó, ganando risas de parte del mayor. — Oye, hablo en serio.

— Yo también hablo en serio cuando te digo que me lo llevaré, no me dejarás irme en uber ¿verdad? —Jungkook lo miró con los ojos entrecerrados y negó quitándose el cinturón.

— Está bien, te lo confiaré, cosita. —Jimin sonrió en grande.

— Bien, vendré por ti en la salida, así te dejo en tu casa y me llevo mi auto.

Jungkook asintió, se acercó a su novio para poder despedirse de él con un lento beso, Jimin suspiró y se acercó más al tacto, el menor en segundos pudo invadir la cavidad bucal con su lengua escuchando los ruiditos que hacía el rubio por sentirse devorado.

La tensión hubiera seguido de no ser por unos toques en la ventana del copiloto.

Jimin saltó y se alejó del menor mirando a los que se atrevieron a interrumpir. Jungkook les gruñó cuando vio que se trataba de Yoongi y Taehyung.

— Ustedes no tienen nada más que hacer, ¿no? —interrogó molesto, mientras se bajaba del auto. —Siempre interrumpiendo mis momentos.

Yoongi y Taehyung compartieron sonrisas cómplices al lograr su objetivo.

— Perdón, es que ver cómo le comías la boca a mi crush no es bonito. —dijo un Yoongi triste.

A Jungkook casi se le salen los ojos al escuchar al pelimenta.

— ¿¡A tu qué!?

Yoongi sonrió, acercándose a la puerta para saludar al rubio.

— Días, porque buenos tú. —y antes de que le siguiera coqueteando al mayor, Yoongi sintió como su amigo lo agarraba de los cabellos para empujarlo lejos.

Jimin solo pudo reír ante la situación, sabía que el pelimenta lo hacía para molestar a su novio.

— ¡Taehyung! ¡Llévate a tu novio lejos de aquí! —gritó enojado, aventándole a Yoongi.

— Ya quisiera este ser despreciable, ser mi novio. —contestó Taehyung, agarrando de los hombros a su amigo para llevarlo a su salón. —Nos vemos adentro, Kook, ¡adiós, Jimin!

El nombrado sacudió su mano en forma de despedida.

— Kookie, que fácil te enojas.

— Ese enano me va a escuchar. —murmuró celoso.

— Sabes que lo que dice no es en serio, Kookie. —habló divertido. El menor se cruzó de brazos, negándo a escuchar a su novio.

— De igual manera me va a escuchar. —cerró su puerta, caminando hasta el lado del mayor, Jimin bajó la ventana y recibió un casto beso. —Nos vemos en la salida, bebé.

— Suerte en tus clases, Kookie.

— ¿¡Cómo que ser despreciable!?

— Supéralo, Yoongi. —Taehyung rodó los ojos, sacando el cuaderno de inglés, su primera clase.

— ¡En todo caso tú ya quisieras ser mi novio!

— Paso, no eres para nada mi tipo. —el pelimenta abrió su boca ofendido, mirando mal a su amigo.

— Ni que tú fueras el mío.

— ¿Ah, no?

— ¡No! Mi tipo es como Jimin.

— ¡Min Yoongi! —el nombrado tembló al escuchar la voz de Jungkook detrás de él. — ¿Qué acabas de decir?

— Era una broma, ya sabía que estabas atrás. —sonrió nervioso.

— Más te vale, pelos de algodón. —el pálido volvió a abrir su boca ofendido.

— Dejen de tirarme, sin mí sus días fueran aburridos, par de imbéciles desagradecidos. —Jungkook y Taehyung rieron.

¿Quién era el enojado ahora?

— ¿Qué pasó cuando nos fuimos? ¿Cogieron como conejos o no? —preguntó Taehyung, alzando coquetamente sus cejas.

— A ustedes no les importa eso, metidos. —los miró mal.

— Después de la magnífica cena que te organizamos nos tratas así de mal. —lloriqueó Taehyung, dejando caer su rostro a la mesa de su banco.

— Eres igual de dramático que Yoongi, de tanto andarse besando ya te lo pegó. —Taehyung lo miró ofendido.

— ¿Yo besar a Yoongi? ¡Jamás!

— ¡Oye, cabeza de calabaza! Muchos quisieran besar esta linda boca. —reprochó Yoongi.

— ¡Pues yo no!

Jungkook rodó los ojos divertido, decidiendo dejar que se pelearan solos.

Las siguientes semanas todo fue mejorando para ambos, a Jungkook lo felicitaron por los avances y "hacer" su tesis de manera rápida y exitosa, Jimin pudo tomar un descanso cuando al fin lanzaron la colección de otoño.

Días buenos para ambos.

— Jefe Park. —se escuchó la voz de su secretaría detrás de la puerta.

— Pasa.

La mujer entró, caminando hasta quedar frente a su jefe.

— Una mujer llamada Chaeyoung quiere verlo, dice que tiene que decirle algo. —el rubio se tensó al escuchar aquel nombre.

— ¿No te mencionó a qué viene?

— No, jefe Park, está en la sala de espera, ¿la hago pasar? —Jimin suspiró y asintió, tenía cierta curiosidad.

A los minutos Chaeyoung entró, dándole una amable sonrisa, Jimin se la devolvió, con ella nunca tuvo algún problema.

Chaeyoung no merecía su mal trato por los actos de su hermana.

— La sorpresa ahora es mía, ¿qué haces por acá, Chaeyoung?

— Buen día Jimin, la última vez que nos vimos no fue tan buena, ¿cierto? —el rubio asintió, dándole la razón.

— Sí, pero, no te preocupes, tú no tienes culpa alguna. —la mujer sonrió un poco. — Pero cuéntame, ¿qué pasa?

— Precisamente vengo a hablar sobre Dahyun. —la mirada del rubio se endureció al escuchar ese nombre, ella lo notó por lo que prosiguió hablando. — Ella ya reconoció que lo que hizo estuvo mal, pero, me pidió un favor.

— Ve al grano, Chaeyoung.

— Dahyun quiere que vayas a visitarla.

La oficina quedó en silencio, el rostro de Jimin permaneció serio y eso asustó un poco a la mujer.

— J-Jim... —no pudo terminar al escuchar la estruendosa risa del nombrado. Ella se asustó un poco pero aún así esperó a que terminara de reír.

— ¿Dahyun piensa que iré a verla?

— Es solo un favor, te prometo que después de esto ni ella ni yo te volveremos a molestar. —suplicó juntando sus manos, el rubio lo pensó un poco.

¿Para qué quiere verlo? ¿Qué tiene para decir?

— Lo pensaré.

— Por favor, Jimin, al menos sólo unos cinco minutos, ella prometió no molestarte. Si llegas a ir, por favor, avísame. —Jimin simplemente asintió.

La mujer salió, dejando solo a Jimin y sus pensamientos.

Un día después de la plática Jimin se encontraba en una de las mesas de visita en la cárcel femenil sin expresión alguna, lo único que le provocaba esa mujer era asco.

Por eso cuando la vio venir hacía él, tuvo que aguantarse las ganas de hacer muecas.

— Hola, Jimin. —saludó, sentándose frente al rubio. —Gracias por venir.

— Lo hice porque tu hermana me suplicó casi de rodillas, entre ella y yo no hay mala relación. —se encogió de hombros, la pelirroja asintió entendiendo el desprecio hacia su persona.

— Entiendo.

— Solo vine por cinco minutos, así que habla rápido.

— He estado yendo a terapia y me he dado cuenta de muchas cosas que hice mal, sé que ya no puedo reparar los daños de mis actos en el pasado, pero de verdad estoy arrepentida y quiero pedirte perdón. —Jimin miraba a la pelirroja con una ceja alzada, sin poder creer lo que decía.

— Dahyun, sí piensas que por tu arrepentimiento y desarrollo de persona me voy a compadecer de ti, estás muy equivocada, no voy a hacer nada por ti, cumplirás tu condena completa. —se cruzó de brazos, no iba a cambiar de opinión, no después del mal rato que pasó Jungkook.

— Lo sé, no te estoy pidiendo nada, solo quiero cerrar esa etapa mía y poder comenzar de nuevo, pero para eso necesitaba verte y decirte a los ojos lo arrepentida que estoy, Jungkook no merecía ser expuesto así siendo un menor de edad, estoy tan avergonzada de mí.

Jimin analizó el comportamiento y palabras de la mujer, se veía sincera, era definitivamente otra persona.

— Bien, me alegra que sepas lo basura que fuiste, aún así no creo poder perdonar como hiciste sentir a Jungkook el día que filtraste todo. —la pelirroja bajó su cabeza rendida.

— Es entendible, espero que algún día ambos puedan perdonar todo esto.

— En algún futuro.

Jimin se levantó de la silla, ya no había nada más que agregar a esa corta plática, no quería estar ahí un segundo más.

— Gracias de igual manera, fue bueno verte. —habló Dahyun, parándose también de su silla.

— Lo sé.

— Adiós, Jimin.

— Adiós, sigue yendo a terapia.

Fueron las últimas palabras que escuchó de Jimin antes de salir, la mujer sonrió un poco y asintió aún así ya estuviera sola.

Jimin soltó todo el aire en cuanto estuvo fuera del lugar, miró la hora en su celular, eran las 6 de la tarde.

Iría a ver a Jungkook, ese menor que se metió de sorpresa en su vida y la cambió completamente de una buena manera era ahora su lugar seguro. Manejó lo más rápido que pudo hasta dar con la vivienda Jeon.

Le avisó por mensaje que estaba afuera de su casa y fueron segundos los que pasaron cuando Jungkook abrió la puerta sonriendo.

— Bebé, ya te extrañaba. —se acercó a abrazarlo, alzándolo del suelo.

— Yo también, demasiado, Kookie, ¿me puedo quedar a dormir? —el menor asintió contento, cualquier día su precioso novio sería bien recibido.

— Vayamos adentro, cosita. —lo cargó al estilo princesa, llevándolo dentro de la casa, Jimin solo podía reír al estar junto a él.

Jungkook era su lugar seguro.

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