🍒| 03.
La mente de Jimin dejó de funcionar al escuchar las palabras del menor, él podía echar a perder su hermosa vida de casado y pecar con el hijo de la amiga de su esposa, podía hacer eso.
"¿Estás seguro, Jimin? Te llevo años conquistar a Dahyun"
Jimin frunció el ceño, alejándose un poco, mirando el rostro del menor, este lo miraba de una forma penetrante, oscura, deseo, y eso simplemente hizo que un fuerte escalofrío recorriera por su vientre.
Nadie lo había mirado así antes.
Y le gustaba, sentía tanta adrenalina, quería probar al menor, pero también estaba asustado, él siempre había sido un hombre de bien, honesto, que detestaba las infidelidades, y aquí estaba, queriendo restregarse contra el miembro de un adolescente. No sabía qué hacer.
— No sé...
Jungkook sonrió, no sabía si el mayor se miraba tierno o sensual con ese lindo sonrojo y sus ojos húmedos, pasó sus manos por sus mejillas, acariciando la suave piel, riendo un poco cuando el rubio cerró sus ojos, acercándose más al toque.
— Te digo la verdad cuando esa bruja que está con mi madre no merece a alguien tan puro como tú —murmuró, acercando su boca al cuello del mayor, dejando lentos besos húmedos.
Jimin posó sus manos en los hombros contrarios, suspirando por sentir la lengua recorrer de su cuello a sus clavículas. Fue ahí cuando sintió su miembro totalmente erecto.
— Jungkook, corrómpeme.
Jeon sonrió, agarrando fuertemente el mentón del rubio para pegar sus bocas en un beso rudo, beso que Jungkook controlaba y al que Jimin intentaba seguirle el ritmo.
Era la gloria estar besando los labios del bonito rubio, su lengua y la contraria se encontraron, danzando entre ellas, conectando de una manera tan placentera, las manos de Jungkook bajaron al trasero del mayor, apretando y estrujando duramente.
Jimin fue el primero que se separó, con la respiración agitada, mirando al pelinegro sorprendido, había sido un beso increíble. Jungkook le dejó un casto beso, llevando sus manos a la cremallera de Jimin, bajándola para poder ver el bóxer negro del mayor.
Metió su mano por debajo de la ropa interior, y el mayor juró tener espasmos cuando la mano de Jeon tuvo contacto con su miembro, el placer y la adrenalina de estar cometiendo algo malo corrían por sus venas, echó su cabeza hacia atrás, mientras dejaba que el pelinegro lo masturbaba. Mordió fuertemente su labio inferior cuando el menor desabotono los tres primeros botones de su blanca camisa, dejando a la vista esos bonitos botoncitos parados, Jungkook acercó su boca a uno de ellos, comenzando a chuparlo, acompañado de algunas mordidas que hacían querer gemir en alto al rubio, por obvias razones eso no se podía.
Pero a Jungkook le daba igual si la esposa del lindo rubio bajara ahora mismo, así ella podría ver como su querido esposo se está entregando a él.
— Mgh, Jung-Jungkook...
Las tímidas manos de Jimin viajaron hasta el miembro contrario, tocando sobre la ropa el gran y chorreante bulto que se encontraba, Jungkook gruñó al sentir el vaivén que el mayor hacía.
— Vamos, cosita, con confianza, esto que estás tocando te pertenece —Jimin se sonrojó, haciéndole caso al pelinegro, comenzando a apretar y mover su mano de una manera más ruda, mientras Jungkook se encargaba de estimular lo suficiente los bonitos botoncitos rosas del rubio, el rubio era simplemente un desastre de bajitos gemidos.
Y justo cuando Jungkook estaba a punto de aventar al rubio contra el sofá, se escuchó como abrían la puerta de la habitación en donde se encontraban las mujeres.
Ambos se voltearon a ver, Jimin asustado y Jungkook sonriendo, el mayor se levantó rápidamente del regazo contrario, comenzando a acomodar su ropa, sentándose lo más alejado posible del pelinegro. El pelinegro rió divertido por lo asustado que se encontraba el exquisito rubio, él simplemente agarró uno de los cojines del sofá, colocándolo en sus piernas para tapar su bulto.
Miro a Jimin colocar algo en Netflix al azar, y acomodarse en el sofá.
Las mujeres finalmente llegaron, Jihyo se sorprendió al ver a su hijo en la sala, ambas se acercaron a la sala.
— Pensé que te irías, cariño —habló su madre, sentándose en el sofá más pequeño.
— Sí, él me dijo que tenía pensado llevarme, pero ya no le alcanzaba el tiempo, además, el señor Park y yo hemos hecho buena plática —la mujer sonrió, mirando a la pareja que estaba frente a ella.
— Jimin, amor, ¿estás bien? —preguntó Dahyun, el rubio la volteó a ver confundido, asintiendo un par de veces a su pregunta.
— Estoy bien, ¿por qué preguntas?
— Es que como estás viendo Miraculos, por eso la pregunta, digo, no es algo que tu veas.
Jimin miró sorprendido la tv, viendo que efectivamente había puesto un capítulo de la animación, nervioso apuntó acusadoramente al pelinegro.
— Él la quería ver —Jeon alzó una de sus cejas, negando divertidamente.
— Vamos, señor Park, usted fue el que emocionadamente lo puso, que quería ver a un tal Cat Noir —le explicó a las mujeres, quien muy extrañadas asintieron entre risas, Jimin solo tapó su rostro, sintiéndose apenado.
Después del momento incómodo, las mujeres siguieron platicando entre ellas, metiendo en algunas partes al mayor, Jungkook se dedicaba a observar al hombre que estaba a unos metros de él.
Se miraba tan masculino, pero a la vez se miraba como un lindo bebé, tímido, y cariñoso, era una combinación entre el estereotipo masculino y femenino.
Jimin lo volteó a ver, había sentido la pesada mirada del menor. Jeon le hizo una seña de teléfono al mayor, y este lo entendió. El rubio disimuladamente se paró del sofá, desapareciendo por las escaleras.
Volvió un par de minutos después, y cuando pasó al lado del pelinegro, le dejó caer un pequeño papel, Jungkook sonrió de lado, levantándolo rápidamente. En este se encontraba el número del mayor, junto a un pequeño corazón. Lo aguardó en la bolsa de su pantalón, ante la atenta mirada de Jimin, el pelinegro solo le guiñó el ojo, haciendo que el contrario se sonrojara y apartara la mirada.
•••
Desafortunadamente para Jungkook, era hora de regresar a casa, su padre se encontraba estacionado en la puerta, la madre del pelinegro se despedía felizmente de su amiga, agradeciéndole haberla invitado.
— Mi esposo cumple años la semana que viene, siempre hacemos una pequeña cena con la familia cercana, así que allá te espero. —las mujeres chillaron emocionadas, saliendo de la casa, olvidándose de Jungkook y Jimin que se encontraban junto a ellas.
Jeon volteó a ver al rubio con una sonrisa.
— Al parecer nos vamos a ver muy pronto, cosita —murmuró, Jimin se alejó un poco, temiendo que su esposa entrara de nuevo a la casa.
— Lo escuché...
— Vamos, cosita, despídete de tu papi —el rubio lo miró sorprendido, no creyendo lo que acababa de escuchar.
— Jamás te voy a decir papi.
— Lo acabas de decir —el menor lo miró con diversión.
— Pero no en la manera en la que lo quieres escuchar —esta vez fue Jimin quien sonrió un poco. Jungkook rió.
— ¡Kook! ¡Vámonos! —se escuchó el grito de su madre desde afuera.
El nombrado rodó los ojos, acercándose al mayor para dejarle un beso rápido, Jimin jadeó de la sorpresa, saliendo de la casa rápidamente después de que el menor se separara.
Él también salió, susurrando un "nos vemos, cosita" al mayor cuando pasó a su lado. Se subió al auto ignorando a la amiga de su madre, diciéndole un rápido adiós con la mano al rubio.
Jimin solo miró como el carro se hacía pequeño cada vez que avanzaba, entró a la casa con su esposa, sintiendo nuevamente el aura aburrida. Ya extrañaba al atrevido pelinegro, y sonrió en grande al recibir un mensaje a su celular.
— Hola cosita —leyó, sintiéndose de repente emocionado, era él.
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