twenty-three.
Hyunjin se saboreó a Jeongin en cuanto lo tuvo a su merced, podía ver los botoncitos del mayor parados por debajo de la tela, llevó su mano a uno y lo apretó, haciendo gemir al rubio.
— Te encanta, ¿no? —el rubio lo miró con su labio inferior entre sus dientes, asintiendo. —Yo lo sé, bebé.
Hyunjin volteó al mayor, dejándolo en posición de perrito, Hwang estaba seguro que aquellos shorts estaban a nada de romperse, así que los bajo hasta las rodillas, dejando a la vista aquella linda braga.
Llevó sus manos al trasero del rubio, agarrando en cada mano sus cachetes traseros para comenzar a amasarlos.
— ¿Te gusta cómo se sienten mis manos en tu culo, bebé?
— Me gusta.
Hyunjin sonrió, agarró el elástico de la prenda y tiró para arriba, haciendo que la parte trasera del pantie desapareciera entre el culo del mayor.
Jeongin se retorció ante la placentera sensación, alzando más su trasero.
— Que buena vista.
— Si vas a follarme hazlo ya. —suplicó el mayor, Hyunjin sonrió ante la desesperación del rubio, pero no hizo caso.
En cambio dio una fuerte nalgada, dejando la zona completamente roja, Jeongin gritó por el impacto dejando su cuerpo caer a la cama.
— Dime, bebé, ¿quién puede tocar y ver este culo? —Jeongin sintió como todo su rostro se tornaba rojo por lo caliente que se había puesto.
— Solo tú.
— ¿Por qué yo?
— Porque es tuyo...
— Exacto. —Hyunjin sonrió, y sin quitar la braga la hizo a un lado, dejando al descubierto su apretada entrada. —Todo tú es completamente mío.
El mayor solo balbuceaba y se puso en alarma cuando sintió los dedos de Hyunjin rozando su entrada, pero no hubo nada, el pelinegro solo estaba jugando con él.
— Hyunjin. —jadeó desesperado.
— Compré un lubricante de fresa, bebé, tu sabor favorito. —se sacó el pequeño bote del bolsillo izquierdo de su pantalón. —Es un bote pequeño, veamos cuantas horas dura.
Hyunjin destapó el envase y lo llevó a la entrada del rubio, cuando lo tuvo alineado presionó el bote haciendo que un chorro grande entrara en el mayor quien gritó por el helado líquido.
El rostro del menor se acercó hasta quedar a centímetros de la zona, sacando su lengua para lamer los chorros que caían por los muslos del rubio para regresarlos a la apretada entrada.
Jeongin arqueó su espalda al sentir la experta lengua de Hyunjin en su agujero.
Pero no hubo más que lamidas superficiales, Jeongin lo miró sobre su hombro, haciéndole un leve puchero al no obtener lo que quería.
— Quien diría que en tus empresas eres un hombre duro e intimidante pero mírate, aquí estás abriéndome las piernas, siendo todo un sumiso, cosita. —el menor agarró bruscamente la cintura del mayor y pegó su trasero a su miembro. —¿Lo sientes? Desde que duermo contigo me dan ganas de follarte cada maldita noche.
— Hazlo.
Jeongin era su perdición, lo supo desde un principio.
Hyunjin metió dos de sus dedos de una sola estocada, encantado de observar al rubio retorcerse bajo él. Movió sus dedos en círculos y moviendo de arriba para abajo.
— Tómame, Hyunjin, tómame ya. Yo siempre estaré listo para que me tomes sin importar el lugar o si hay juego previo o no, solo hazlo. —suplico y Hyunjin no se pudo negar a esas palabras.
Bajo la cremallera de su pantalón bajándolos hasta sus rodillas junto a sus bóxers, agarró de nuevo el bote de lubricante esparciendo por toda su longitud.
— Entraré. —acomodó de nuevo las bragas del mayor hacia un lado y acomodó su pene. Jeongin suspiró para relajarse pero sintió cómo se le iba todo el aire al sentir a Hyunjin entrar de una sola estocada.
— ¡Hy-Hyunjin! —gimio, el nombrado sonrió de
lado y se quedó quieto, acariciando las anchas caderas del mayor.
— ¿Qué pasa, cosita? Tú mismo dijiste que te tomara sin importar si había juego previo o no. —hablo burlón, movió un poco sus caderas sin salir completamente del rubio.
— Deja de burlarte y muévete rudo, por favor.
Hyunjin comienza a empujar verdaderamente, Jeongin se abría, Jeongin se abría para él y se tragaba todo lo que le ofrecía, la habitación se llenó de jadeos de ambos, unos más agudos que otros.
— Nunca me cansaré de verte en esta posición, bebé.
Le encantaba, ver al mayor rendido en la cama, con su culo en alto para él, moviéndose bruscamente de arriba a abajo por las penetraciones.
Agarro ambas manos del rubio y las estiró hacia atrás, haciendo que Jeongin quedará con su pecho flotando pero haciendo que las embestidas se volvieras mucho más profundas.
La posición dolía, sus brazos iban a acabar muy adoloridos, pero le encantaba sentir como era desgarrado por Hwang, no se quejaba, sus gemidos de un momento a otro se habían convertido en gritos placenteros, le encanta ser dominado en la cama.
Hyunjin se acercó a su hombro, dejando besos húmedos hasta llegar al cuello, en donde se encargaría de dejar marcas y reclamarlo como suyo.
El miembro de Jeongin estaba a punto de estallar, nunca se imaginó que se podía venir sin tocar hasta que conoció a Hyunjin, así que cuando sintió que su orgasmo se acercaba su entrada se empezó a contraer, ahogando por completo el pene de Hyunjin, quien jadeó al sentir aún más apretado.
— Mierda, Jeongin. —Sus movimientos no pararon, se volvió un poco más difícil moverse dentro del mayor pero se sintió tan placentero que no podía parar.
Finalmente Jeongin tuvo su orgasmo y pidió ser dejado en la cama, Hyunjin soltó sus manos y apresuró sus movimientos porque también estaba cerca.
Minutos después Hwang sintió su orgasmo venir, así que dio una última y profunda embestida, quedándose en lo más profundo del mayor para dejar todo su semen dentro.
Jeongin jadeó, y su cuerpo comenzó con un leve temblequeo cuando el menor comenzó a salir poco a poco de él.
— Voy a quedar embarazado de tanto semen en mí.
—murmuró divertido, dejándose caer de espaldas en la cama.
— No me importaría dejarte embarazado de muchos bebés, cosita. —contestó, dejándose caer al lado del rubio.
— Eres imposible, Hyunjin, lo bueno que soy hombre y no quedaré embarazado dos veces por mes.
— Nada es imposible.
— ¡Callate!
Hyunjin solo sonrió enamorado, abrazándose de la cintura del mayor.
Al día siguiente Hyunjin había decidido ir a la universidad por decisión propia, iría y no le importaba si él mismo director lo echaba, él debería saber que no le convenía hacer eso.
Así que cuando entró a su salón todos lo miraron sorprendidos, camino hasta su asiento en donde lo veían curiosos unos pares de ojos.
—¿Qué?
— Nosotros también te extrañamos mucho, Hyunjin. —habló Seungmin, el pelinegro rodó los ojos sonriendo un poco.
— ¿Quien no me extranaria?
Sus amigos lo miraron mal y le dieron un par de zapes haciendo que Hyunjin les pidiera perdón.
— También los extrañé, aunque no parezca. —carcajeó un poco, pero su buen ánimo se borró al sentir todas las miradas puestas en él. —¿Qué?
¿Acaso nunca han tenido sexo o qué?
Varios alumnos se giraron y otros disimularon que lo estaban observando, Hyunjin suspiró, no se sentía tan afectado por las fotos, en un principio sí pero ahora era algo con lo que tendría que vivir y saber olvidar.
— Virgenes jodidos. —insultó en voz alta Changbin, haciendo reír al par.
— ¿Por qué te insultas tú mismo? —se burló
Seungmin, ganándose una fea mirada de parte de su amigo.
— Jodete tú también.
— Tú, jodete.
— Jodanse entre ustedes. —habló Hyunjin, riendo al ver la cara asqueada de ambos.
— ¡No! ¡Jamás! —gritó Changbin.
— Paso, yo estoy esperando a que Yang Jeongin te deje para robármelo.
La risa de Hyunjin se acabó tan pronto escucho eso.
— ¿Qué dijiste?
Ahora fue turno de reír de Seungmin, mirando la expresión tan seria que tenía el pelinegro.
— Es una broma, él es tu chico.
— Mío.
— Tuyo, hermano, deja de llorar.
Hyunjin es como un perro celoso.
Ya nos estamos acercando al final de esta historia, faltan pocos capítulos para que se termine.
Recuerden q tengo cuenta de ig, por si quieren ir a seguirme, es cuenta solo de esto, aún no se mucho de que hablar ahí, pero lo intento a veces.
Espero lo disfruten, ¡Nos vemos!
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