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𓏲 Capitulo 12

Mina se quedó quieto en la puerta, viendo como Taeyeon se retiraba y las dejaba solas para que al fin pudieran tener la conversación que necesitaban.

O, al menos, la que Mina necesitaba para decir todo lo que no dijo el día que terminaron.

Era obvio para todos que ella extrañaba a Chaeyoung y que aún la quería, pero el problema era la única persona que aún no se daba cuenta.

El propio Chaeyoung.

— Escucha, Minari — comenzó a hablar la coreana, aún sentada en su cama y no atreviéndose a levantar la mirada — lamento haber reaccionado así hace un momento, n-no tuve razón para hacerlo y perdón si te incomodé o te asusté, pero-

— Chaeyoung — la detuvo, acercándose lentamente hacia la persona frente a ella — te perdono por lo de hace un rato en la cocina, no tienes que preocuparte — sonrió — pero no vine hasta aquí para hablar de ese tema, y lo sabes.

— Minari...

— Vine a hablar de nosotras, Chaeyoung, y espero que esta vez sí me escuches.

Chaeyoung levantó la mirada y pudo ver lo cerca que estaba Mina de ella, tan cerca que con solo pararse podría jalar a la chica a un abrazo que esperó por tanto tiempo, poder tocar las manos que siempre encontraban lugar con las suyas en cualquier situación.

O tal vez...

— Escúchame, Chae — la voz cercana de Mina interrumpió sus pensamientos — tengo tanto en mente para decirte que se me hace complicado empezar, pero lo que principalmente quiero que sepas, es que te extraño.

Te extraño

— Mina, por favor-

— No, Chae, ahora escúchame tú a mí. Tus razones para terminar conmigo fueron equivocadas y el principal motivo fue que anticipaste mi opinión. Yo no quería terminar lo nuestro, jamás quise.

En ese momento Chaeyoung ya tenía lágrimas rodando por sus mejillas, aún aferrado a su cama y con las manos temblando.

— Desde el día uno en el que decidiste ser mi novia siempre te prometí honestidad, y creeme que si se me hubiese pasado por la cabeza la idea de terminar para conocer más personas, hubieses sido la primera en saber, Chaeyoung.

Y ahí ya no pudo más, Chaeyoung empezó un llanto más fuerte y se acercó más a Mina para llevarla a un abrazo que la más joven no resistió.

Ambas permanecieron abrazadas por un largo tiempo, Chaeyoung llorando y pidiendo perdón mientras Mina acariciaba su cabeza.

— Créeme que si hubieses sido tú la que quería conocer a alguien más, aún con el dolor de mi corazón te dejaría ir, porque te amo y lo que más me importa es tu felicidad, Chae, ¿acaso esa fue la razón detrás de todo esto?

— ¡No! — gritó Chaeyoung, mirando a Mina a los ojos — J-Jamás he pensado en estar con alguien más, eres todo lo que necesito, Mina.

— Tu también lo eres para mí, Chae, es por eso que no entiendo por qué pensaste lo contrario.

Chaeyoung suspiró y se soltó del abrazo unos segundos para luego tomar la mano de Mina y guiarla hacia su cama, ambas sentadas al borde, una al lado de la otra

— Tuve miedo — confesó Chaeyoung, por primera vez — E-Entramos a universidades diferentes, nuestros horarios no coincidian mucho, me agobié con todos los proyectos que tenía para entregar y lo único que te podia dar cuando pasábamos tiempo juntos eran quejas y más quejas acerca de lo estresada que estaba. No quería que mis problemas ocasionen una pelea de la que no íbamos a poder salir, así que preferí cortar todo y-y darte de la oportunidad de conocer a alguien más, alguien que no se frustre cuando algo le sale mal o alguien que pueda hacer a un lado sus problemas facilmente cuando lo necesites. Porque sé que también me necesitabas, y no fui de mucha ayuda.

Mina permaneció sentada, aún con la mano entrelazada con la de Chaeyoung y procesando todo lo que acababa de escuchar.

Y contrario a lo que Chaeyoung estaba pensando, no se sentía molesta

Ahora entiende como terminaron en esta situación y sabe que es lo que debe hacer para solucionarla.

Quiere enseñarle a Chaeyoung los detalles que pasó por alto.

Y, sobre todo, quiere luchar por su relación.

— Mi amor — susurró. Chaeyoung levantó la mirada al instante y observó a Mina con ojos atentos, sorprendida por el cariño de su voz — Lo primero que debo hacerte saber, es que entiendo perfectamente el sentimiento.

Chaeyoung la miró con más atención, sosteniendo la mano de Mina con fuerza.

— Yo también me preocupé al pensar en cómo cambiaria nuestra dinámica una vez entremos a clases. Ya no podía estar contigo a la hora de almuerzo, ni caminar juntas por los pasillos o esperarte para entrar juntas, pero de igual manera me hacía feliz saber que al acabar mi jornarda mi chica estaría esperándome para una cita.

Chaeyoung se sonrojó y sonrió, limpiando las pocas lágrimas que le quedaban.

— También quiero que recuerdes algo, Chae. Te conocí en una de las situaciones más estresantes que pueden existir, ¿recuerdas?.

— La fiesta de Nayeon — ambas rieron por el recuerdo — Era la primera vez que iba a una de sus fiestas y el regalo que me demoré horas en hacer se había caido y roto.

— ¿Y qué más pasó?

— Me encontraste tratando de armarlo detrás del arbusto, sacaste varias cosas de tu cuarto a escondidas y te quedaste conmigo hasta que lo terminé. Luego te presentaste como la hermana de Nayeon y me prometiste que jamás se lo contarías si bailaba una canción contigo.

Mina sonrió más y atrajo a Chaeyoung a otro abrazo, sintiendo los brazos de la coreana rodear su cintura.

— Gracias por ayudarme esa vez

— Y gracias a ti por aceptar bailar conmigo, Chae, muchas gracias por hacer mi vida feliz desde que llegaste a ella.

Chaeyoung se separó un poco y vio a Mina a los ojos, debatiendo si ese era un buen momento para hacer lo que ha estado pasando por su cabeza desde que Mina entró a la habitación.

Mina también observó a Chae, empezó por sus grandes ojos y bonitas pestañas, bajando por una nariz tierna junto a un pequeño lunar en la punta, y terminando en unos labios suaves y rosados que han sido su mayor debilidad todo este tiempo.

Solo un poco más y...

— Mina, ¿puedo-

— Sí, sí por favor.

Y con eso ambas rompieron la distancia y juntaron sus labios en un beso anhelado, sus manos recorriendo el cuerpo contrario sin saber hacia donde ir y llenando de respiraciones fuertes la habitación.

Chaeyoung cogió el cabello de Mina y apretó un poco, sabiendo lo que a la joven le gustaba cuando se besaban. Mina tampoco perdió el tiempo y mordió el labio inferior de Chae juguetonamente, haciendo a la mayor jadear y acercarse para buscar más contacto.

Llevaron un buen tiempo besándose, Mina acariciando la cintura de Chaeyoung por debajo de su blusa y Chaeyoung sosteniéndose del cuello de Mina, ambas sin querer separarse todavía de la otra.

Fue cuando el beso empezó a subir de tono que apareció el cuestionamiento en la cabeza de Chaeyoung.

¿Y ahora, qué eran?

Basta de besos, hora de aclaraciones.

— Mina, e-espera — Chaeyoung se alejó y dejó a Mina en el aire, aún con los ojos cerrados y aturdida.

Linda.

— Antes de continuar, necesito aclarar cuál es nuestra situación ahora, Minari, hablemos de eso.

— Bebé, te amo y sé que tú tambien me amas, ¿podemos continuar con-

— No, no, tengo una idea, quédate ahí — Chaeyoung saltó de su lugar y se dispuso a buscar algo en su armario.

— ¿Chae? ¿Qué haces?

— ¡Lo encontré! — gritó Chaeyoung, en sus manos sosteniendo un pingüino de peluche algo peculiar. Se acercó hacia Mina y luego se arrodilló delante de ella, sorprendiendo a la más joven.

— Chaeyoung...

— Minari, perdona a esta tonta que solo sabe escucharse a si misma y no tomó en cuenta tu opinión. Si me aceptas de nuevo, te prometo que eso cambiará y no haré mis inquietudes a un lado sin antes comentarlas contigo. Por favor acepta este pingüinito que compré antes de... ya sabes. Le dibujé algunos de tus lunares porque se me hizo muy bonito que tengas una versión pequeña de ti.

Mina estaba sonriendo en grande ahora, mirando a Chaeyoung con ojos brillosos y tomando al peluche entre sus manos.

— Por favor, Myoui Mina, ¿puedo volver a ser tu novia? Sin más dramas esta vez, lo prometo.

Y solo eso bastó para que Mina levantara a Chae del suelo y la besara con felicidad, siendo correspondida al instante.

— Sí y mil veces sí, Chae, te extrañé tanto.

— Yo mucho más, bebé, lo digo en serio.

Sonrieron y continuaron besándose por otro largo rato, dejando en segundo plano la fiesta, los invitados, y sobre todo a Taeyeon, quien habia estado escuchando todo desde la puerta de su hija, sonriendo porque ahora su Chae volvería a ser feliz con la persona correcta.

Misión cumplida


N/A: Taeyeon la verdadera mastermind

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