2164 leídos. Sin palabras. SANTO JESÚS, LAS AMO. ☺♥♥♥ (leer n/a al finar del capítulo)

No sobreviviría sabiendo eso, no pasaría ni un jodido minuto pensando en que me acosté con él. Y todo empezó cuando me acerqué a él.

(...)

—Hija no te abandonaré por nada en el mundo—Habló mi madre con tristeza. Le sonreí tiernamente.

—Te amo, mami—susurré. 

—Yo más, cariño. Pero ahora tienes una fiesta, ¡y debes aprovecharla al máximo!—Alzó sus manos—. Dime, ¿ya tienes pensado acostarte con alguien?

—No—Admití. Ella elevó una de sus comisuras, y luego se giró por un par de segundos.

—¿Y qué tal si lo haces con Dallas?—Preguntó sonriente.

—¡¿Qué?!—Sentí que mis mejillas comenzaban a arder—. ¡¿Por qué él?!

—O con Álex, hace mucho que no se veían.

—Madre, Álex era mi amigo de la infancia, no creo que él quiera...

—¿Por qué no? ¿Quieres que se lo diga yo misma?

—¡No!—Exclamé inmediatamente—. Iré a charlar con los invitados y demás, luego nos vemos.

No esperé su respuesta y me dirigí hacia algún lado. Infortunadamente, había algo que me llamaba mucho la atención. Bueno, era algo que estaba frente a mí. 

Una botella de alcohol.

Era tan tentadora, se veía tan deliciosa que me hizo ir hacia allí como alma que lleva el diablo. Desgraciadamente, alguien me detuvo en el camino hacia allí.  

—Kavelynn...—Susurró Dallas al cruzarse conmigo. 

—Oh hola—Saludé tímidamente—. Luego charlamos, ahora...—Observé rápidamente la botella de alcohol—, ahora debo irme—Lo miré nuevamente.

—Es que...yo...—Su voz se cortó abruptamente.

—¿Tú...?

—No lo sé...tú...tú me gustas mucho—Una luz del exterior recorrió su rostro—. Algo me está sucediendo contigo...

Me quedé sin palabras.

—¿Lo dices en serio o...?—Mis palabras quedaron en el aire. Sin embargo, el asintió.

—Lo digo en serio—Afirmó. 

—Entonces...—Dejé de hablar cuando sentí que alguien me tocaba el hombro lentamente. Me giré automáticamente, sin siquiera fijarme quién era. Y sí que me sorprendí cuando ví quién era—. Oh, uhm, hola Álex—Saludé algo nerviosa. 

Detrás mío pude oír a Dallas carraspear. 

—Necesito hablar contigo—Habló Álex con seriedad.

—Estoy ocupada, Álexander—respondí. Noté que su ceño se frunció.

—¿Ah, sí? No me importa, tienes que venir conmigo—Tomó mi muñeca y jaló hacia él, logrando que mi cuerpo haya chocado con él.

—Suéltame—Ordené.

—¿Y qué si no te suelto?

—Déjame en paz. Y eso va para los dos—Me solté rápidamente y me alejé de ellos, demasiado enfadada para mi gusto.

Me hice paso entre la gente que caminaba de un lado a otro. Sin embargo, cuando por fin llegué a la mesa donde se encontraba la preciada botella de alcohol, alguien la tomó. Maldecí en mis interiores una y otra vez.

Caminé hacia la cocina, haciéndome paso entre la gente nuevamente. Sabía que allí habría alguna botella de alcohol, de vodka, de algo.

Cuando por fin llegué a la cocina, pude notar que unas 4 o 5 botellas de alcohol se encontraban allí. Corrí desesperada al verlas.

Rápidamente, abrí una de las botellas y comencé a beberla con rápidez, aunque una sensación horrible recorriera mi garganta. El líquido cada vez era menos, y las botellas se iban vaciando. Para mi mala suerte, cuando  por fin me dí cuenta que había bebido demasiado, mi mente estaba convertida en nada. Hasta juro que olía a alcohol.

Mi cabeza comenzó a dar vueltas, mientras que una sonrisa se ensanchó en mi rostro. Lentamente, comencé a caminar hacia afuera de la cocina. O sea, la sala principal. Mientras me acercaba, una canción muy conocida comenzó a sonar.

Me apuré aún más para llegar allí. Y cuando por fin salí, dos chicos me observaron. Desde lejos noté que se trataba de Álex y Dallas.

Caminé hacia donde uno de ellos se encontraba, sin siquiera importarme si chocaba con alguien. Mientras más me acercaba, se hacía más obvio con quién estaba yendo. Y también la mirada de celos de Álex se hizo más presente.

—Hoolaa, Dallas—Saludé, mientras alzaba la manos como una loca. Se acercó a mi oído.

—No puedo escucharte con la música—Susurró. Sonreí como una idiota por el contacto que tenía sus labios con el lóbulo de mi oreja.

Instantáneamente, vino a mi cabeza el día que Beck visitó mi casa. Pero mi mente viajó unos segundos más antes. 

—¿Dallas?—Esta vez fui yo la que se acercó a su oído. Él alejó su rostro del mío, observándome fijamente. Una sonrisa algo arrogante estaba en su rostro.

—¿Quieres que sigamos con lo de hace unos meses?—Pregunté algo coqueta.

—¿Qué sucedió hace unos meses?—Me acerqué a su oído.

—El día en el que un hombre entró mi habitación, el día que te escondiste en mi armario, ¿Recuerdas?—Noté que asentía—. Quiero seguir con lo que sucedió antes de que ese hombre entrara, cuando estábamos besándonos...—Me alejé de él para ver su reacción.

Él no respondía. Sus ojos estaban abiertos como platos, y su boca estaba apenas abierta.

—¿Lo dices en serio?—Preguntó incrédulo.

—Te daré una pista de que lo digo en serio—Sin esperar respuesta, choqué sus labios con los suyos.

Al principio, él parecía sorprendido. Aunque luego, sus labios comenzaron a moverse al compás de los míos. Parecía ser algo inocente al comienzo, pero era todo lo contrario. Tomé su muñeca con una de mis manos y la otra la coloqué detrás de su cuello, acercándolo más a mí. Sin embargo, él se alejó de mí.

—¿Ahora quieres ir a mi cuarto?—Pregunté. 

Él asintió lentamente.

Pero todo estaba yendo bien, ¿no? Pero antes de que me limitara a caminar con Dallas detrás mío, alguien me tomó bruscamente de la muñeca y jaló hacia atrás. Me separé automáticamente de él.

—¿Áleex?

—Te había dicho que necesitaba hablar contigo—Sonreí cuando una idea vino a mi mente.

—Dime—Hablé, simulando estar interesada.

—¿Recuerdas lo que sucedió antes de que fuera esto de la fiesta?—Había escuchado perfectamente, pero simulé no escuchar.

—No puedo escucharte por la música—Mentí. Él soltó un suspiro—. ¿Por qué no vamos a mi cuarto y me lo cuentas?

—Bien—Accedió sin quejarse. 

Tomé su muñeca y caminé con él hacia las escaleras, ignorando la mirada confundida y enfadada que tenía Dallas. 

Me estaba llevando a un jodido Dios griego a mi cuarto, y eso era lo único que me importaba.

Cuando alcancé las escaleras, comencé a subirlas rápidamente, con Álex aún detrás mío. En un momento, cuando miré hacia un costado, noté que mi madre me observaba con una sonrisa en su rostro. Parecía estar muy orgullosa de que estaba llevando a un hombre a mi cuarto.

Qué bien.

Subí los últimos escalones y caminé hacia donde suponía que estaba mi habitación. 

—¿Has bebido?—Susurró él en mi oído.

—Sólo un poco...

Finalmente, giré la perilla de mi cuarto y entré. Una fragancia a manzanas y un perfume extremadamente suave se hicieron presentes. Era un lugar perfecto para lo que venía en mi cabeza. Esa idea me encantaba, sinceramente.

—Kavelynn, yo quería decirte...—Se detuvo abruptamente cuando cerré la puerta con seguro—. ¿Qué...?

Me acerqué lentamente a él, caminando seductoramente. Estaba muy segura de lo que iba a hacer y de lo que obviamente quería. Entonces, todo sucedió.

Rápidamente, terminé de acercarme a él, haciéndolo retroceder. Con la confianza suficiente, lo empujé, logrando que caiga en la cama. 

—Es una mala idea...—Oí que susurró. Sin embargo, yo me coloqué encima de él, acercando su rostro al de él—. Lo digo en serio, yo no...

—¿Tú qué?—Pregunté, acariciando su cuello lentamente.

—Kavelynn, ¿tú estás segura de...

—Segurísima—Lo interrumpí. 

Él colocó tímidamente las manos alrededor de mi cintura y me acercó a él. 

—Mira que luego no podré...—Sabiendo lo que iba a decir, lo corté chocando sus labios con los míos.

Pero luego de eso, recuerdo que cometí el peor error de mi vida.

n/a: El siguiente cap. va a ser la continuación del “flashback”, o sea es todo lo que sucedió en la fiesta (por eso dice 1/2). Les aviso que todavía NO se confirmó con quién se acostó Kavelynn. Sí, ahora parece que toda va a Álex, pero lo último que sucedió en el capítulo ("Recuerdo que cometí el peor error de mi vida") puede cambiar todo.

Acabo acá bc me duelen los deditos de tanto escribir y tengo que ocuparme de mis otras noves.

P.D: 2.1, ¿posta? Las amo, bebas. ahr