•9•
JungKook se encontraba en el baño.
Con una prueba de... embarazo en manos.
Movía su pie esperando que marcara alguna rayita o color. YoonGi estaba del otro lado de la puerta esperando. Caminando de un lado al otro, el Omega no lo había dejado entrar en ningún momento.
—¿Kook? ¿Todo bien?
—No sé. No entiendo q-que tengo que ver.
—Es una prueba de rayitas, si aparecen dos; es positivo. Si aparece una; negativo. ¿Te lo explico con dibujitos o qué?
—¡Ya cierra la puta boca YoonGi!— JungKook comenzó a hipar, estaba asustado. Obvio que lo estaba. Sentía como le costaba respirar, ganas de vomitar, sus tics en los pies y tocarse el lóbulo de la oreja. Por una parte sentía emoción y en la otra terror.
¿Qué dirá JiMin?
¿Qué pasará con mi trabajo?
¿Qué pasa si-
—¡Bebé, ya llegué!
Mierda.
JungKook se había quedado a dormir esos días, tenia la rara sensación de no querer despegarse de su Alfa. Y éste se apegaba mas a él. YoonGi le había recomendado seriamente de hacerse la prueba... Y ahí estaban.
—Rubia...
Ninguna respuesta.
—¡Horan!
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—¡Hola JiMin!— YoonGi hizo énfasis en la "o" mientras bajaba las escaleras y veía la cara de confusión del rizado.
—¿Qué haces aquí y qué hacías con mi pequeño?
El rubio hizo una cara de ternura ante el apodo.— Más Alfas como tú, JiMin.— Le palmeó el hombro, para ganar tiempo.
—YoonGi...
—¿Tomas té? ¿Café? ¿Qué te ofrezco?
—Es mi casa, rubia. ¿Donde está Kook?— El Alfa comenzó a buscar el aroma de su pequeño con su olfato.
YoonGi tapó su nariz y éste se corrió frunciendo el ceño. JiMin quitó de su camino al de ojos azules y se encaminó hasta su habitación.
—¡Espera, espera! Yo te digo pero quédate aquí.— JiMin frenó su paso y se dio vuelta mirándolo fijo.
—Está con... diarrea. Y se va a sentir muy incómodo con la presencia de u-un Alfa cerca, más si eres tú.— YoonGi trató de no titubear pero la mirada amenazante y el entrecejo fruncido de JiMin, no ayudaba.— ¡No me mires así! Das miedo.
—Es mi Omega. Puedo estar con él todo el tiempo que yo quiera.
—Si , si es tú Omega todo, pero entiende que- ¡Deja de gruñirme!
JiMin desvió la mirada hacia el cuarto de baño que no escuchaba absolutamente nada... espera ¿Sollozos? Olor a tristeza.
El rizado se levantó de golpe dispuesto a abrir la puerta frente a él. Pero bastó con ver como la perilla se movía para el costado. Alejó un paso en espera a la salida de su chico.
JungKook finalmente salió y abrió los ojos de repente al ver a su Alfa en frente suyo, con la mirada preocupada y dubitativa. Escondió la prueba detrás de él y separó los labios para mencionar algo pero no duró ni un segundo, ya tenía a JiMin sobre él, olfateando su fuente de aroma, llenando sus pulmones de aquel delicioso olor dulce. Lo apretó contra sí, como protegiéndolo de alguien.
JungKook se puso de puntitas para ver a YoonGi y hacerle señas de que ya podía irse. Éste con una mueca de extrañeza, se fue del dormitorio cerrando la puerta tras sí.
—¿Todo bien Alfa?— Preguntó mientras él también olfateaba a su JiMin, moviendo su naricita, restregando su cabeza por todo el pecho del más alto.
—¿Qué te pasa a ti, bebé? ¿Te sientes bien? Te puedo hacer un té digestivo.
JungKook arrugó el ceño.— ¿Qué? ¿Por qué?
—YoonGi me dijo que tenías problemas intestinales.
—¡No! ¡Claro que no!— JungKook se separó un poco para cubrir sus mejillas rojitas por la vergüenza.— Me hice un t-test.
—¿Test? ¿De qué?
—De embarazo.
El Alfa de JiMin saltaba de alegría mientras que JiMin abrió los ojos como platos y agarró las mejillas de su Omega entre sus manos.
—¿Y qué salió?— Preguntó entusiasmado. En su interior parecía que le saliera una colita de perro y la moviera de un lado a otro.
JungKook sonrió y le extendió la prueba entre sus manitas.
JiMin la agarró temblando. La verdad que no entendía que se supone que tenía que decir.
—¿Y qué s-salió? No entiendo esto.
—Positivo. Tendremos un cachorrito.
JiMin juraba que su sonrisa explotaría en cualquier momento. Alzó a JungKook por la cintura y éste rió por el comportamiento de su Alfa. Lo llevó a la cama y lo acostó con sumo cuidado. Subió su camiseta junto al buzo (que era de él) y miró la pancita plana con admiración.
—JiMin, todavía no se va a ver nada.— En ningún momento quitó su sonrisa.— Me olvidé tomar mis supresores. Y el condón no funcionó, seguramente se rompió cuando me anudaste, Alfa.
—Menos mal, llevo deseando esto desde hace años. Espera... ¿Tú lo quieres?— Preguntó mientras seguía tocando el abdomen del castaño.
—Si, es nuestro. Claro que lo quiero.
JiMin se acomodó encima del ojiazul y lo besó tiernamente y pausadamente, en los momentos que necesitaban aire, el ojiverde se dedicaba a repartir besitos por toda la carita del más bajo. Sacándole sonrisas y risitas que le alegraban el alma al mayor.
—Eres lo mejor que me ha pasado, pequeño. Te amo mas que a nadie en este mundo.
—Yo te amo mas JiMin. Y gracias por estar siempre conmigo, sin importar lo que costara.
—Mataría por ti. Y por el cachorrito o cachorrita. Juro que los protegeré hasta estar bajo tierra.
—Ya cierra la boca y bésame tonto.
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