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Se tiró en su cama boca abajo mientras soltaba lágrima tras lágrima; se arrepentía. ¿Por qué no lo escuchó?

Suspiró cansado y se permitió seguir llorando— Joder, que idiota soy.— Se insultaba asimismo mientras pegaba su cabeza contra la almohada.

Su celular vibró en la mesita de noche, la verdad que no tenía ganas de hablar con alguien pero de todas formas se sentó en la cama. Talló sus ojos y agarró el aparato que no dejaba de sonar. Ni siquiera prendió la luz, se quedó absolutamente a oscuras.

—¿Aló?— Habló en un hilo de voz mientras absorbía su nariz rojita y de botón.

—¿Jeon? ¿Todo bien? Voy para tu casa, no hagas ninguna estupidez.

—No quiero ver a nadie ahora, Jin.

—Lastima, ya estoy abajo. Ábreme.

Y colgó.

Se levantó y fue al baño a lavarse la cara y los dientes. Se sacó la campera quedando solo con el buzo y los jeans. En sus pies se colocó unas pantuflas de conejito.

Miró a su hurón que lo miraba extrañado por el comportamiento de su dueño. Le regaló una sonrisa, le dio un besito en su cabecita y salió de su vivienda.

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Llegó hasta la entrada de vidrio del edificio. Miró a su amigo que estaba fumando un cigarro. Salió por la puerta y vio como éste le daba a probar. Lo agarró con gusto y le dió una calada larga con los ojos cerrados.

—¿En serio creíste que engañaba a su ex mujer?— Preguntó su amigo mientras mantenía su cara neutra.
JungKook no dijo nada, sólo bajó la mirada a sus pies mientras lo movía de adelante hacia atrás con una mueca de arrepentimiento.

—Lo conoces desde hace más de tres años, hasta yo sé que nunca haría una cosa así.

JungKook no dijo nada.

—Jeon, háblame.

El castaño se dió vuelta y abrazó fuerte a su amigo que se tambaleó pero luego lo presionó contra su pecho, le acarició la cabeza y la nuca.

—¿Ya no me quiere, verdad?— Siguió llorando en el torso del más alto.

Jin rodó los ojos.— ¿Cómo no te va a querer? Exagerado. Me atrevería a decir que te ama pero quiero que te lo mencione él.— Agarró con sus manos la cara del ojiazul y le quitó el resto de lágrimas que peleaban por salir. Le dió un beso en la frente.— Mañana ve al estudio. Hablan, lo solucionan y seguro terminan follando como los golosos que son.

Recibió un golpe en el brazo por eso — Si, iré a hablar con él. Si, puedo.

—Ni que fuera tan difícil-

—Deja de arruinarlo. Quiero sentirme como en las películas románticas.

—Ya ya. Tengo que irme, la rubia casi me mata cuando no lo dejé venir conmigo. — El castaño sonrió por fin con esas arruguitas en los ojos.

Rieron un rato hasta que Jin recibió una llamada regañandolo por parte de Yoongi, diciéndole que se estaba demorando mucho, ya era tarde.

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JiMin llegó a su casa y se despojó toda la ropa. Se metió a la ducha y se quedó un largo rato sin hacer nada, solo con el agua artificial mojando todo su cuerpo tenso. Trataba de relajarse pero se le hacía casi imposible. Se sentía culpable por haber utilizado La Voz.

Su cabeza no dejaba de dar vueltas con el tema.

Joder vamos, no lo dejaba darle la explicación.

Tal vez se pasó un poco con el tono.

¿Cómo se atrevía esa señorita a gritarle de esa forma?

Encima se le unió otra rubia.
Gruñó cuando sintió el agua se tornaba fría. Salió con una toalla enredada en su cadera y con el cabello goteándole la nariz.

Se colocó unos bóxers negros y se acomodó en la cama de dos plazas.
Su habitación era más grande... Por cuestiones obvias. Tenía dos mesillas de luz con cajones, en los que contenían cosas como dinero, papeles, supresores y condones. Un armario grande lleno de ropa, desde trajes negros hasta de todos los estampados. Un baño personal, dos silloncitos negros y un televisor.

Miraba el techo pensando que le tendría que haber dicho para que no haya pasado toda esa escena dramática.

Mañana se lo diría. Si, seguramente.

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JungKook no durmió bien, sentía una presión en el pecho, pero él no estaba mal...