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•12•

—¡TaeHyung!— JiMin cargaba a JungKook en sus brazos estilo nupcial. Sentía como su antebrazo quedaban gotitas de sangre del castaño.—¡¿Donde está la puta unidad médica?!

El Beta se sobresaltó al escuchar todo el griterío del Alfa. Miró al Omega bonito entre sus brazos, chorreando sangre por la parte baja, cerca de la nuca. Se alarmó y fue corriendo hasta allí. Cuando quiso tocar al pobre chico, un gruñido se llevó por parte del rizado. Se alejó unos tantos pasos para verlos.

—S-síganme, yo los llevo.— TaeHyung comenzó a trotar hasta el destino.

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—Ven, colócalo aquí.

La enfermería no era muy grande. Bastaba con cinco camillas privadas, que dentro habían un montón de utensilios de cirugía y laboral. Era todo de un color blanco, que llegaba a molestar a la vista.

JiMin se acercó a una de las camitas más cercanas. Lo depositó con sumo cuidado, mirando como su Omega respiraba erráticamente y no movía ni un músculo.

Vio como el pelinegro iba hasta las mesillas y agarraba un par de cosas. Bisturí, vendas, desinfectante, una bolsita de hielo y un paño de tela. Cuando volvió y quiso ver la herida, el Alfa le rugió.

—No lo toques.

—¿Y cómo quieres que lo cure, imbécil?

JiMin calló y le agarró una mano al ojiazul. Le daba caricias para calentar su manita que estaba fría. Le daba celos ver como el Beta veía a su Omega semidesnudo. Pero trató de controlarse.

—Necesito que le levantes un poco la cabeza así le pongo hielo para la hinchazón y el dolor.— JiMin hizo lo pedido y el recibidor lo suyo.— Sólo es un tajo, nada grave, pero hay que desinfectarlo y vendarlo para que no pierda más sangre. ¿Bueno?

—Lo que digas...

TaeHyung hacía su trabajo como lo acordado.

—¿Qué le pasó?

Y JiMin reaccionó.

—Cuídalo,— Miró a YoonGi y Hwasa— ustedes dos también. Yo ya vengo.

Y desapareció por la puerta.

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—Mira quien vino che.

El Alfa con el que comenzó una pelea y no la habían terminado, estaba muy cómodo tomando su vaso de whiskey. Por lo que tenía entendido, era un Alfa de 25 años y argentino. Antes de haber ido al vestíbulo, se había fijado en la planilla de invitados en la recepción.

—Háblame bien.

—Upa, ¿Estamos enojaditos? Tu supuesto Omega está re bueno. Y más lo estará cuando te baje todos los dientes a vos y me lo lleve yo mismo a la cama a ver cómo me la monta.

No dijo nada más. Se abalanzó por segunda vez.

—Si serás hijo de puta.— Un golpe en la nariz que sonó.— Tú.— Lo agarró por el cuello,— No.— Bajó su cabeza ruidosamente, haciendo que choque contra el pavimento,—Tocarás.— Volvió a tomar su cabeza entre sus manos,— A ningún.— Éste intentó frenarlo pero ya era demasiado tarde,— Otro.— Giró la cabeza hacia un costado haciendo que crujiera y se rompiera.— Omega.

Se levantó del cuerpo de aquel Alfa descarado. Viendo como la sangre de la cabeza se dispersaba por todo el suelo, le satisfacía ver como el hueso de su cuello estaba a poco de romper la piel de la garganta.

Agarró el vaso de whiskey, le dio el último trago y lo tiró contra la pared.

Sus ojos estaban oscuros, sus colmillos grandes y filosos, observando la escena con orgullo.

Sonrió con malicia y salió del antro en busca de un baño para limpiarse. Y volver con su Omega y su cachorro.

—Dije que se arrepentiría.

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—¿Pequeño?— JiMin tenía sus ojos clavados en rostro de JungKook. Viendo como su pecho bajaba y subía tranquilamente, se le notaba relajado y mejor.

Pero todavía no despertaba.

—Cariño, no creo que podamos quedarnos mucho tiempo aquí. Jae me buscará y probablemente no me felicitará.

—¿Está en estado?— Preguntó TaeHyung entrando por la puerta.

JiMin se dio vuelta y asintió, preocupado por si le había sucedido algo a su bebé.

—¿L-le pasó algo?

—No. Ni siquiera está formando, no siente nada. Y JungKook no cayó de alguna forma en la que lo pueda perjudicar. Así que no te preocupes, Alfa.— Le dio unos toques en su hombro y fue hasta una silla que estaba enfrente de la camita.

JiMin pudo sentirse más aliviado por eso. Fijó su vista en la pancita de su Omega, preguntándose cuándo podrá verla más grandecita.

—Piaret te matará.

—¿Disculpa? ¿Piaret?

—Vi que le diste su merecido a Gonzalo. Pero ese era el Alfa más apreciado por Piaret, el dueño de todo esto.

—Oh...

—¿Saben donde ir?

—No. Iría hasta Londres pero Jae me encontrará más fácil.

El Beta se quedó pensando un rato, abrió la boca mas de una vez pero no sabía si era una muy buena propuesta para un Alfa posesivo, mas con un Omega en estado.

—P-Podrían ir... Eh... A m-mi departamento.— El Alfa alzó una ceja— ¡No es obligatorio! Hay muchos hoteles aquí cerca, pero piden bastante dinero. M-Mi casa no es un lujo pero tiene lo necesario.

JiMin se lo pensó un rato, mirando a su Omega y luego a TaeHyung.

—¿Y qué pasará con Hwasa y YoonGi?

—Hay un apartamente en el hotel, es chiquito pero para ellos dos, está bien. Y si ustedes dos lo quieren, les puedo prestar dinero por unas noches.

—Le avisaré a la rubia y a la morocha que iremos contigo, yo les pagaré las noches allí. Tú ya hiciste mucho por nosotros. Gracias.

El Beta sonrió más relajado.

—Pero lo llegas a tocar a mi Omega y te castro.

Tragó saliva y asintió lentamente.

—Así me gusta. Ya vengo. Cuídamelo.

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La Omega iba de un lado a otro, Niall había ido más de tres veces al baño. Esta era la cuarta.

La dejó tirada sola, con Alfas idiotas que volteaban su mirada cuando pasaban. Ella solo les sacaba el dedo del medio. Según todos, eso era desagradable, y algo poco femenino. Nadie, ningún Alfa quería a una Omega "desubicada".

Dio unos pasos más hasta que se topó con una espalda grande.

—No te pares en el medio- Oh.— Era una Alfa rubia. Llevaba con un vestido verde oscuro y brillante. Sin tiras en sus hombros, dejándole ver unas hermosas clavículas. Subió su mirada y se encontró con unos ojos azules verdosos, sus cejas pobladas que la hacían ver muy llamativa, su tez blanca que parecía ser suave. Quedó embobada viéndola que no se dio cuenta que esta estaba sonriendo traviesamente.

Su aroma rico; brisa marina, nardos y a hierba buena.

—Hola krasotka/linda/ de seguro no eres de aquí.

Hwasa abrió la boca y no le salían las palabras.

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