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Extra


Cuatro semanas
después...

Las minis vacaciones de navidad en Francia se habían acabado y con ella la alegría de los días libres.

Jungkook debía volver a sus labores como CEO de J-Classic y como el nuevo comprador de el orfanato donde había crecido. Por otra parte Taehyung había iniciado con algunas tomas de fotografías para promocionar maquillaje y otras para soju, pero lo que más le emocionaba era la pequeña adopcion de aquel tierno perrito que había hecho días después de su viaje a Francia.

Yeontan le iluminaba sus días.

La adopción fue como un pequeño capricho, pues cuando lo vio por el cristal de aquella nueva perrera cerca de su hogar, decidió que debía tenerlo si o si. Nunca le importo que el cachorrito tuviera problemas de el corazón, el lo quería igual y estaba dispuesto pagar a todos los veterinarios con tal de mantenerlo a salvo.

Si unos meses atrás le preguntaran a Taehyung si quería adoptar a un dulce perrito con problemas de corazón hubiera dicho que no sin pensarlo, pues tenerlo sería una gran responsabilidad, pero el nuevo Taehyung estaba dispuesto ayudar a todo aquel que lo necesitara ya sea persona, animales o hasta una simple planta; Todos merecemos ser queridos y tener una mano ayuda.

Jungkook le estaba trasmitiendo sus buenas vibras a el doncel...

El pelinegro también había agregado a su agenda el nuevo deber de ser el encargado de las necesidades de el orfanato, por eso se encontraba de camino a el lejano lugar apartado de la ciudad donde se encontraba la casa de los adorables bichitos como les decía Jungkook.

Estaba nervioso, era su primera vez viendo a los niños y sus cuidadoras. No sabía que debía decir o que debía hacer era un simple joven de 24 años que no sabía nada sobre las necesidades de los demás o como debía tratarlas, pero Jungkook lo había calmado diciéndole que eran buenas personas. Ellos le contaran de sus necesidad y Jeon se encarga de cumplir sus deseos.

Luego de una larga hora de camino a su destino sintió un fuerte mareo que lo hizo escuchar ruido blanco, tuvo que pedirle al chófer que Jungkook le designó para que no fuera solo, que se detuviera para respirar aire fresco.

-¿Se encuentra bien?- pregunto el joven de pelo rubio con algo de preocupación en su voz.

-Si solo debo...- dejo de decir, pues una fuerte arqueada lo hizo vomitar todo su desayuno.

-Oh por dios- dijo el chico dándose el atrevimiento de agarrar el corto pelo de el contrario para que no se lo ensuciar, mientras le daba pequeño golpes en la espalda.

-Que vergüenza...- Taehyung escupió unas cuantas veces recibiendo una botella de agua junto con un pañuelo que el rubio le extendió. -Gracias.

-No hay de que, señor. ¿Necesita algo antes de seguir con el recorrido?- pregunto el joven.

-Tengo un spray para el aliento en mi bolso y unas cuantas pastillas para el dolor de cabeza ¿Me las puedes traer?- pregunto todavía habajado en la orilla de la carretera con un mal sabor en su boca y un terrible dolor en su garganta.

-Espere unos segundos- varios minutos después el chico volvió con lo pedido entregandoselo a Taehyung.

Los dos chicos siguieron su recorrido en la solitaria carretera con la esperanza de llegar pronto a su destino. Y como e de esperarse así fue.


La llegada a el orfanato fue genial, las señoras y los guardias de el lugar lo recibieron con una gran sonrisa que alegro a Taehyung. Una de las mujeres de nombre Sun-he, había dicho que los niños estaban desayunando en el comedor del lugar así que el doncel quiso ir a verlos.

-Chicos el será el nuevo encargado junto con el señor musculos- dijo refiriéndose a Jungkook con aquel apodo que le habían puesto los niños.

-Hola mi nombre es Taehyung, pero pueden decirme Tae. Es un gusto conocerlos a todos...- dijo sonriendo, mientras miraba a cada niño del lugar que para su sorpresa eran pocos. - Me alegra mucho estar aquí con ustedes y espero que nos llevemos muy bien- volvió a decir alargando la "u" para hacer reír a los niños.

-Señor Taejung, usted es muy bonito- dijo una dulce niña que se encontraba en la orilla de la mesa. La mala pronunciación de su nombre hizo al doncel reír a carcajadas.

-Tu también lo eres. ¿Como te llamas?- pregunto acariciendo su cabello.

-Sofi- dijo la niña jugando con sus dedos.

-¿Y cuantos años tienes, sofi?

- Tengo 4, pero cuando este tan grande como usted me casare con el señor musculos- la niña dijo con una gran sonrisa que le derritió el corazón.

Taehyung también quería casarse con el señor musculos.

-Ella es la más apegada a Jungkook y desde que lo vio dice que se casará con el- dijo Sun-he a espaldas de Taehyung.

-Es una ternura- dijo llendo a una esquena de el lugar a hablar con la señora. -¿Cuantos niños hay en el orfanato?- pregunto serio.

-Solo son 23, señor.

-No me digas señor, soy más joven que usted- reprochó de forma dulce. - ¿Pero... Por qué son tan pocos?- volvió a preguntar.

-Es que cuando estuvimos en quiebra dejamos de recibir a los niños que traían para no tener más gastos- dijo la señora apenada.

-Esta bien. Lo entiendo, pero ya eso cambió- dijo el doncel tomándose la libertad de acariciar las manos de la mujer. -Jungkook cumplirá sus necesidades, así que reciban a todos los niños posibles ¿Si?.

-Si...- respondió la mujer.

-Antes de irme me cuentas todo lo que ustedes necesitan para poder ayudarlos.

-La señora Miriam es la que se encarga de los que nos hace falta, ella había hacho unas listas para entregárselas, pero tubo que ir a la ciudad a un asunto familiar.

-Oh... Me quedaré a esperarla entonces.- dijo el doncel.

-No, no es necesario. Puede dejar su correo y ella se lo enviara y... - la señora fue interrumpida por el pelinegro quien negaba lo dicho.

-Quiero quedarme. Me gustaría conocerlos a todos y convivir un poco con los niños- la señora quedo sorprendida por lo dicho por el joven, pues el único que aveces pasaba tiempo con los niños era Jungkook, pero lamentablemente tenía mucho que no iba por su trabajo; Y aunque mandara cartas no era lo mismo, pero aquel joven de pelo negro y sonrisa encantadora le haría muy bien a el orfanato.

Luego de horas en el orfanato ya el doncel sabía la mayoría de los nombres y las edades de los niños, pues estos eran muy habladores y emotivos con el.

Estaba encantado con los bichitos.

-Asi que tienen una pequeña librería- Taehyung se encontraba sentado en el césped de el jardín y los niños rodeaban en un semi círculo para hablar con el.

-Si tenemos una, y es muuuuy grande- hablo Hosik, un niño de 6 años que estaba entre el grupo. -¿Nos lee uno por favor?- pregunto el niño frotando sus manos, mientras le hacía ojitos a el pelinegro.

Taehyung no podía negarse a esos ojitos tan lindos.

-Claro que sí.

-¡Yo lo buscaré!- grito una linda niña de coletas, labantandose para correr a la entrada.

-¡No corras, te puedes lastimar!- le grito a la niña de la que ya no había rastro. -Siguanme diciendo de sus actividades aquí.

Taehyung estaba un poco nervioso por no ser aceptado por los niños pero a decir verdad ya se los estaba ganando con su carisma.

-Tambien pintamos los viernes y cosechamos mangos de el árbol que está allí- los niños apuntaron a donde se encontraba el gran árbol asiendo que el doncel mirara a esa dirección.

-Pero que divertido. Me gusta mucho este lugar- dijo el pelinegro con una sonrisa. - ¿Que les gustaría tener? como otro árbol de frutos o toboganes para jugar.

El doncel sabía que los niños no pedirían cosas que necesiten urgentemente, pero el quería complacerlos con pequeñas cosas para que se sientan queridos.

Si, toboganes!- gritaron al unísono de la emoción.

-Yo quiero una gran casita de Barbie- dijo sofi en un susurro.

-Esta bien, haré lo posible por traer los toboganes y algunos columpios- dijo cerrando su pequeña libreta donde apuntó lo que querían. - Y también la gran casa de muñecas Barbie- volvió a decir mirando a sofi quien fue puso muy feliz hasta el punto de levantarse de su lugar e ir a abrazarlo.

-Muchas gracias- dijo la niña haciendo que el corazón de Taehyung se derritiera.

Sofi en definitiva era la más emotiva y sabia que ella sería su preferida.

La hora de despedirse había llegado, y con ella la tristeza del bello doncel.

-¿Volvera pronto?- pregunto la pequeña Sofi con ojos de cachorritos.

-Claro que sí, cariño- dijo el pelinegro, mientras miraba a cada uno de los niños con sus lindas caritas tristes.

Le rompían su débil corazón.

-Ya es hora de entrar niños- dijo una señora que caminaba junto a Sun-he hacia el doncel y los niños.

Los niños pusieron pucheros por tener que alejarse de Taehyung, pero el joven le volvió a prometer que volvería y le llevaría obsequios y eso los ánimo mucho.

-No estes triste lindura, el volvera pronto- dijo Sun-he alsando a Sofi en sus brazos, mientras le sonreía a el doncel en forma de despespedida.

-No estoy triste señora Sun; Es que algún día quiero ser tan bonita como el- dijo la niña en un chillido. -Tae me dijo que cuando crezca seré muy Bonita- volvió a decir alargando la "u" haciendo reír a Taehyung y a la señora Sun-he.

-Es una niña especial- dijo una señora que Taehyung todavía no conocía y tubo que dejar de prestar atención a donde se habían ido los niños y la señora Sun para prestar atención a lo que le decían. -Hola, soy Choi Miriam, una de las encargadas de el lugar.- se presentó con un reverencia. -Siento no poder recibirlo esta mañana, pero tenía cosas importantes que hacer en la ciudad...

-Esta bien. La señora Sun me informó de su ausencia- el doncel le sonrió mientras se acomodaba mejor su bolso en su hombro izquierdo.

-Tengo las listas de lo requerido de el lugar. ¿Le gustaría tomar un café y que las leamos en mi oficina?- la mujer apunto hacia la entrada empezando a caminar guiando al doncel.

No tan lejos de el jardín y en el primer piso de la casa de los niños se encontraba la oficina de la señora. Taehyung estaba agradecido de no tener que subir escaleras o caminar mucho, pues no se sentía muy bien de el estómago luego de la comida con los niños.

-Luci, si no es mucha molestia, ¿nos traería unos cafés?- Mirian le hablo a unas de las ayudante de el lugar antes de entrar a la oficina. -¿Como lo quiere usted?- le pregunto a el doncel.

-Un late estaría bien.

Luego de unos minutos la chica entró con los cafés, pero ya casi se estaba acabando la mini reunión de el pelinegro y la señora choi.

-Gracias- dijo Taehyung luego de recibir su café dándole un sorbo con ansias de aliviar su estómago con la bebida caliente.

Lamentablemente su estómago no estaba contento con la tarde de café con buena compañía, pues luego de tragar su primer sorbo una arqueada subió por su garganta.

-L-lo siento, pero ¿Donde está el baño?-  pregunto un alterado doncel pues estaba a punto de vomitar.

-Oh. Tengo uno aquí mismo- dijo la señora Choi levantándose para abrirle rápidamente la puerta de el pequeño baño de su oficina.

Taehyung entró rapidamente, con una mano en su boca y otra en el estómago para no expulsar todo su comida y sobras de su desayuno en la oficina ajena.

-¿Se encuentra bien?- pregunto Miriam de el otro lado de la puerta, escuchando el agua caer de el lavabo, pocos segundos después salió el doncel con una débil sonrisa. -Creo que debería de tener pastillas para los mareos y las náuseas, aunque en los primeros meses es normal, solo debe soportarlo y luego pasarán...- Choi dejo de decir pues el doncel le frunció el ceño sin entender. -Oh, lo siento. ¿No está esperando...?

-No, no yo solo me e sentido un poco cansado y con fatiga, aunque no tiene sentido si casi no e trabajado- dijo el doncel pensando el lo último que había dicho; Y si, no habia sentido de sus malestares, de su cansancio y ni hablar de su mal humor de vez en cuando, pero no podía ser por un embarazo ¿o si?

-¿Desde cuando tiene náuseas y vómitos?- pregunto la señora mientras le buscaba un pañuelo de seda a el doncel.

-Desde que me desperté ayer...

Taehyung no sabía que pensar o que hacer, no estaba listo para un bebé, y ni siquiera sabía si estaba esperando un bebé.

Literalmente se sentía en una montaña rusa de emociones.

-Deberia volver, hablar con su pareja, hacerse unos chequeos médicos para que quede fuera de dudas- dijo choi viendo al doncel pensativo. -Deberíamos intercambiar números y así me llama si tiene alguna duda sobre el orfanato y estere encantada de ayudarlo- Miriam sabia que que pelinegro no tendría cabeza para su pequeña reunión así que decido terminarla. -Fue un gusto conocerte.

Taehyung le sonrio a la señora quien ya le estaba regalando una sonrisa, reverencio hacia ella y se marchó lo más rápido que pudo.

Al llegar a la cuidad de Seúl lo primero que hizo fue pasar por una farmacia para una prueba rápida de embarazo. Estaba con los nervios de punta no sabía ni como destapar la simple caja de el aparatico aquel.

Sus dedos temblaban de la ansiedad y una parte de él no quería hacerlo, pero el era un ser demasiado curioso y nesecitaba saber.

Acariciendo su plano estómago frente al espejo de su baño dijo:

-¿Encerio estas?- pregunto al aire. - No importa cuál sea el resultado estaré conforme, aunque muy asustado- volvió a decir con una media sonrisa.

El pelinegro suspiro llenándose de valor y decidió hacer la prueba lo antes posible pues Jungkook llegaría en cualquier momento para hablar sobre como le fue en el orfanato. No había hablado con el en el día completo y nunca le contó sobre sus náuseas, pues no es de las personas que suela contar muy a la ligera sus necesidades y problemas.

No sabía cómo vaya a reaccionar el castaño, era uno de los factores que le preocupaba, pero decidió no pensar en eso hasta que tuviera el resultado.

Luego de unos minutos sentado en el frío piso de su baño esperando. El resultado dio un gran SI que lo dejo sin aliento y con varias lágrimas afuera.

Estaba feliz, aterrado, conmovido y asustado.

-Si estás aquí- dijo con sonrisas acariciando nuevamente su estómago.

Después de soltar algunos suspiros y unas cuantas lágrimas decidió salir de el baño por una gran tasa de te para calmarse un poco.

Al salir de el baño decidió caminar por la gran sala para llegar a la cosina encontrando una gran sorpresa.

Jeon estaba sentado en su sofá con su mirada en su teléfono, sin darse cuenta de la presencia de Taehyung, quien por el susto dejó caer la prueba en el piso y el sonido de el aparato contra la fría madera llamó la atención de el castaño.

-Mierda- dijo Taehyung levantando el objeto rápidamente y escondiendo lo en su espalda.

-Oh, estás aquí. Estaba apunto de llamarte- dijo Jungkook moviendo su celular entre sus dedos.

-Hola amor, ¿Como entraste?- pregunto el doncel un con gran nerviosismo.

-La puerta estaba abierta...- el castaño se levantó de el sofá para ir a donde el doncel, quien dio un paso hacia atrás, pues ni se había lavado la cara y Jungkook se daría cuanta que estaba llorando.

-Ah, llegue con mucha prisa y quizás se me olvidó cerrarla correctamente.

-¿Que te paso? ¿Por qué estabas llorando? ¿Alquin te hizo algo?- Jungkook inundó de preguntas, mientras acariciaba las mejillas de el pobre doncel.

-Yo...- no sabia que responder, pero se sentía tan cómodo entre las caricias de su novio que decidió decirle de una vez.
-Me e sentido mal, y e vomitado mucho; Pensé que solo me había caído mal alguna comida, pero me hice una prueba de embarazo y salió positiva- termino de decir con el corazón en la boca.

Le extendió la prueba a Jeon quien la recibió con el ceño fruncido. Taehyung no sabía por qué no decía nada, estaba seguro que la noticia lo molestaría, pues el castaño mantenía su rostro neutral. Debio abordarlo sin decirle y problema resuelto. Jeon no estaba listo para recibir un bebé de un tonto doncel que le habrío las piernas y a la primera intimidad ya le daría un hijo.

Taehyung se alejó de el castaño, llorando en silencio sin saber que debía hacer.

-N-no debí decírtelo, solo olvidado ¿si?- el pelinegro le arrancó la prueba y la tiró en la basura de la cosina. -Mañana lo abortaré y...

-¿Por que me la quitas?- dijo Jeon llendo a buscar la prueba en la basura. -Es mi bebé. Un mini yo, o si es un mini tu mucho mejor- volvió a decir con una sonrisa que sorprendió a el doncel.

No estaba alucinando. ¿De verdad Jeon estaba contento por su embarazo?

-Lo siento por dejar que pensaras cosas negativas, amor. Me haces el hombre más feliz de el universo con esta noticia- el castaño fue hasta donde esta el doncel acariciando y besando su plano estómago.

-¿Lo dices de verdad?- pregunto el pelinegro llorando.

-No llores, corazón- Jungkook le limpio las lágrimas para volver a decir. -Me pondrás triste a mi y al bebé si sigues llorando.

-El bebé es muy pequeño todavía, no puede ponerse triste- dijo limpiando sus mejillas recibiendo besos de Jeon en toda la cara.

-Será el niño más querido de este planeta esto tenlo por seguro- Taehyung se lanzó a los brazos de su novio por un fuerte abrazo.

-Gracias por estar aquí- dijo el doncel sollozando.

-No debes agradecer nada, mi amor, pero aceptaré tu gratitud si te mudas conmigo- Jeon vio al sorprendido doncel y acarició su azabache cabello para seguir diciendo. -Se que contigo debo ir lento, pero desde que llegamos de Francia no quería dormir ni una noche sin ti. Sabia que no aceptarías mudarte conmigo si hace poco empezamos esta relación, pero con esta noticia no quiero estar alejado de ti- dijo besando los labios de su novio. -Cargas a mi bebé debo de cuidarte y cumplirte todos los caprichos.

-Eres un tonto.

-Entonces... ¿Te mudaras conmigo?.

-Si. Claro que me mudare contigo, mi amor- el doncel era la persona más feliz del mundo entero.

Por fin se sentía completo; Siempre nesecito alguien que lo protegiera, alguien que no lo humillara, alguien que no abusara de el y alguien que lo quisiera por lo que es.

Ese alguien es Jeon Jungkook.

Tres meses
y medio después...

Taehyung estaba emocionado por su embarazo de cuatro meses y medio. Ya se sentía cómodo con su no tan agrandada pancita y con ansias de ver nacer a su bebé. Se sentía como un niño caprichoso, pues Jeon lo complacía en todo, y más cuando ponía sus ojitos lindos para conseguirlo más rápido.

La pareja ya sabía el sexo de su pequeño y eso los alegraba más. Saber que esperarían una princesa los ponía con la sonrisa hasta el cielo.

Sabían que aquella niña sería la nena más querida y caprichosa de el mundo, pues su ansioso padre Jungkook dijo que la complaceria en todo lo quisiera.

La bebita era su más grande creación.

Los padres adoptivos de el castaño no estaban muy contentos con la noticia, pues el doncel nunca les agradó por ser un modelo al que Jeon ayudó a ser reconocido, pero a nadie le importaba lo que ellos pensaran.

Por otro lado estaban los niños y las cuidadoras de el orfanato, y estos se pusieron eufórico de la felicidad por el nuevo bebé. A el pelinegro le agradó su reacción, ya que esas personitas de un alejado lugar eran como su familia. Por eso se encontraban en el remodelado orfanato celebrando con unos pocos amigos, familiares y los lindos niños, la llegada de la nueva bebita.

-Hicieron un gran trabajo con la decoración- dijo Hoseok que se encontraba al lado de Taehyung en la mesa de bocadillos.

-Creo que contrataron a alguien para hacerlo- respondió el pelinegro mirando junto a su amigo todo el salón decorado con globos rosa y morado.

Era un excelente lugar para celebrar, todas las navidades y cumpleaños de los niños la pasaban allí, y con una delicada decoración que convertía en un lugar especial. El lugar tenía una música suave, habían mesas con postres y bocadillos por todo el lugar, también habían varias butacas y sofás para los invitados y ni hablar de la monstruosidad de silla de terciopelo que Jungkook se empeñó de poner en el lugar para su bello novio.

Los niños corrían a su alrededor con mucha alegría y las encargadas de el orfanato se encargaron de ayudar con los invitados.

La pequeña fiesta ya casi terminaba para suerte de el cansado doncel. Los invitados habían dejado sus regalos en lugar escogido para ello y se encontraban bailando y disfrutando de el postre, mientras unos camareros pasaban con copas de champán por sus lugares.

-Mi amor, deberías sentarte. No es bueno que estes parado todo el tiempo- dijo Jungkook a espalda de los donceles quienes voltearon a verlo.

-Ya me sentare, solo tenía un poco de hambre- dijo el doncel con un sonrisa pellizcando las mejillas de sofi que estaba entre los brazos de el castaño. -¿Vienes conmigo, mi amor?- pregunto, refiriéndose si se sentaban juntos.

-No, anda tu con Hoseok, mientras yo hago algo antes de que termine la fiesta.

El doncel sólo asintió tomando de las manos a su amigo para ir a sentarse. Hoseok y Jungkook intercambiaron miradas dándose la dignada señal.

-¿Por qué no tomas algo? comiste mucho, debes bajar la comida así no se te queda en la garganta- dijo Hoseok sonriendo.

-Creo que sí debería tomar algo.

-Yo te lo traeré. Tu ve y siéntate en tu majestuosa silla y yo te le buscaré.

-No te hables mal de mí silla, cuando me siento en ella me siento como un rey- el doncel río junto a su pelirrojo amigo por lo último dicho.

-Pues vaya y siéntese su alteza- el pelirrojo reverencio recibiendo un golpe de su amigo quien camino a sentarse en su gran silla de rey.

Luego de unos minutos Hoseok llegó con una copa de champán, pero esta solo tenía un frío jugo de manzana, pues el doncel no podía tomar alcohol.

-¿Por qué trajiste el jugo en esta copa? me hace sentir ridículo por ser el único tomando jugo en ella- el doncel frunció el ceño viendo la copa para luego darle un sorbo.

-Solo habían de esas. ¿Puedes sostenerte esto?

El pelirrojo le extendió dos pancartas una con un Si otra con un No en letras azules.

-¿Y esto para que es?.

-Ya lo verás, solo sostenlo un momento...- el chico le sonrió, mientras dirija su mirada al lugar donde se encontraba un Jungkook muy contento por dar un pequeño discurso.

-Su atención por favor- Jeon tocó con delicadeza su copa de champán. -Me gustaría decir unas palabras antes de que esta sencilla celebración por la revelación de sexo de mi princesa termine- todos los invitados prestaron atención a lo que el hombre decía. - Agradezco a todos por venir y agradezco mucho más a mi bello novio por crear un pedacito de nosotros...- el castaño dirijo su mirada hacia el doncel, quien estaba con una gran sonrisa. -Te amo y no quedarán días de cada año en que no me escuches decírtelo. Eres una persona increíble y estoy muy agradecido con Dios y el destino por ponerte en mi camino.

《No me atrevo a imaginar una vida sin ti. Tu y la personita que se esta formando en tu vientre son la razón de mi sonrisa en las mañanas...- Taehyung llevo su mano a su hinchado estómago, mientras sonreía con lágrimas en los ojos. -Y aunque ya despertemos juntos y nos acostamos abrazaditos cada noche, no tienes un anillo en tu dedo que le diga sin palabras a cada persona que tienes dueño. Por eso, mi amor, quiero preguntarte si te ¿Quieres casar conmigo?

Jungkook abrió la pequeña caja de terciopelo negro dejando ver a la vista de todos el lindo anillo de diamantes.

Taehyung ya entendía para que eran las pancartas. No importa cuál fuera su respuesta solo debía elegir y levantar una para no tener que alzar la voz. El pelinegro miró a su amigo con una sonrisa y luego escogió una de las pancartas que estaba en su piernas.

-Te dije que ya lo sabrías- dijo el pelirrojo con una sonrisa viendo a su amigo levantar el letrero que tenía el Si.

-¡DIJO QUE SI!- grito Jeon euforico de la emoción, mientras levantaba su copa. -Salud...- tomo todo lo de la copa y los invitados hicieron los mismo.

El castaño fue hasta su pareja para de una vez por todas ponerle su anillo.

-Nuevamente me haces el hombre más feliz, mi amor- dijo Jungkook arrodillado delante de el doncel mientras le ponía el anillo y besaba el dorso de su mano.

-Gracias por todo. Me haces sentir la persona más especial de este planeta- el doncel se levantó ayudando a su futuro esposo a levantarse para darle un dulce beso. -Te amo- dijo sin apartarse de su amado.

Y estar así de enamorado y feliz, rodeado de las personas que lo quieren es el mejor regalo que ambos pueden pedir.

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El anillo
de compromiso...

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