Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cap. 3

Narra Edward:

El tantineo tembloroso, los temblores constantes y mi falta de concentración me llevaban a una inevitable caída.

El golpe no fue fuerte, ni siquiera sentí que me causará algún hematoma, pero aún así fui un fracaso. Escuché los pasos apresurados de mi instructora para seguidamente sentir como me tomaban del brazo bruscamente, levantándome.

-Señor, debe ser más sentado en sus lecciones -Practicamente me estaba estrujando mi piel con cada palabra, tanto que me estaba empezando a doler, aún así mantuve mi expresión neutral- Su madre ordenó específicamente que tenía que aprender a caminar correctamente para dentro de una semana, usted debe obedecer- Y con esas últimas palabras me sentí aliviado al ser liberado de sus delgados y huesudos dedos.

Ella se dirigió a su haciendo, encendiendo el fonógrafo nuevamente a su lado.

No podía odiarla en realidad, por más escarmientos que me den aquí, no podía odiarlos, no como Edward lo hacía. Yo no soy capaz de guardarle rencor a alguien.

Ella hizo un movimiento con su mano, dándome la señal para que comenzará de nuevo. Me incliné para sostener los libros y colocarlos por sobre mi cabeza.

Con eso, empecé a caminar de un extremo a otro de la habitación, dando giros en ocasiones o incluso una leve danza. Todo sin hacer caer los tres libros empastados de mi cabeza.

Debía ser perfecto.

Era lo único que podía hacer para poder hacer mi estancia aquí un poco menos tortuosa...

- ¡Tiene que girar suavemente a la izquierda!¡Izquierda!¡Por el santísimo, joven Edward, ya hemos gastado media hora en solo ese paso! -Me gritó con bastante molestia casi en el oído. Su expresión no demostraba su gran enojo pero su voz tan rabiosa la delata.

Edward: Mis disculpas maestra, pero en estas 2 horas no me a cedido un descanzo, mis pies me duelen, los brazos me  pesan y la cabeza me está irritando- Se que no debía responderle, pero era verdad, si no descansaba al menos diez minutos iba a cometer muchos más errores hasta la próxima clase- Le pido por favor que me permita tomar un descanzo.

Traté de que mi expresión cansada influyera en su decisión y la miré directamente a los ojos, esperando una respuesta afirmativa. Tras haber cerrado su abanico de un movimiento, suspiró y se masajeó la cien.

-Cinco minutos, tiene cinco minutos. Mientras tanto, traeré algunos objetos que necesitará para continuar con la clase- Dicho eso me permití relajarme, aún así no baje mis hombros hasta que ella salió de la habitación.

Me desplomé en cuanto cerró la puerta.

Con un pie manteniendo me arrodillado en el piso, dejé que varios suspiros de agotamiento salieran de mi boca, gotas de sudor callejón a las tablas de madera.

Quizás mi reacción es exagerada pero recapitulemos mi mañana...

Fui levantado a las 6:15, por ese sirviente que me sigue a todos lados, me cuesta trabajo ignorar su presencia. A las 7:00 desayuné algo verdaderamente delicioso, como debía cuidar mis modales comí lentamente pedacito por pedacito con tenedor y cuchillo. La comida es deliciosa aquí, sin duda.

Suena bastante bien hasta ahí.

Pero se pone peor desde aquí.

8:20, comenzamos con mi día, clases de historia hasta las 10:20, recibí 6 golpes en la muñeca con la regla de mi tutor, ahora mismo aún me escuece pero trato de ignorarlo para no rascarme y empeorarlo.

10:30, clases de economía. Si, fue y seguirá siendo mi clase menos favorita, había bastante que memorizar y encima calcular, la situación financiera del país, de la capital, de cada ciudad que sea una potencia benefactora importante, tenía que memorizar cada maldito número en todas sus situaciones existentes.

Edward tiene recuerdos de esta clase pero vivirlo era casi tan agotador como mis exámenes en la universidad.

Llegué a pensar que todo el mundo está basado en números.

Estaba tan agotado que apenas pude responder el cuestionario que el tutor me entrego minutos antes de que terminara la clase, no es bueno, estoy seguro que cometí varios errores en mi caligrafía o probablemente también en mi ortografía.

Lo cual es malo, el hombre notará eso, lo que luego de unos sucesos que me da pereza explicar, resumiendo, se lo informará a mis padres. Lo que me llevará a recibir un castigo y más horas de clases intensivas.

Si así es a los  9 años, el resto de esta vida no se veía tan brillante.

Exactamente a las 12:05 se acabó la clase y me dirigí al comedor, dónde retomé la rutina de comer solo en la mesa, los únicos que daban su mera existencia fueron la servidumbre y ese sirviente castaño.

Lo mire de reojo al cortar mi filete, el chico parece estar en trance, quizás estaba demasiado concentrado en sus pensamientos que sus ojos dejaron de brillar, su expresión daba miedo en todo caso, tan neutral qué parece una muñeca.

Bastante curioso en realidad.

Si la memoria de Edward no me falla, este joven se llama Félix, el apellido nunca se supo ya que fue recogido de las calles y prácticamente criado en esta casa desde hace 12 años. Edward nunca tuvo una conversación real con él, más aya de su puesto al menos.

Según entendí, Félix fue asignado como mi mayordomo personal en un intento de mis padres para mantenerme vigilado.

Eso es lógico, considerando que dejaron solo a Edward por unos minutos y este huyó de casa.

Los padres de Edward están empezando a ser bastante cuidadosos. Y molestos, pero no creo que ese sea una buena opinión de ellos, ya que ahora, ¿Serían mis padres? No estoy seguro en como debería referirme a ellos ya que para mí son extraños, pero es más simple llamarlos "padres" como etiqueta.

Una mierda de padres pero familia después de todo.

12: 55, acaba el tiempo de merienda y fui seguido hasta la clase de danza y etiqueta que es impartida por la misma persona.

Está clase dura 4 horas.

Y estoy justamente a mitad de esa clase, arrodillado, sudando y con una respiración algo forzada. Esa mujer es un ser sin piedad. Si no hubiera cedido a darme un respiro iba a caer de bruces contra el frío piso de madera.

Una vez sentí que las piernas paraba de temblar tan fuerte, me paré sin darle tanta importancia a el leve entumecimiento de mis piernas. Sentía que con cada paso caería estrepitosamente al piso.

Pero no pasó. Por qué no lo permití.

Me senté en una de las sillas de la mesa de té. Es fastidioso pero enrecté la espalda en cuanto los pasos se escucharon en el pasillo, exactamente dos pares de pies, una más pesada que la otra.

De la puerta entró mi instructora y Félix, cargando algunos objetos variados. Entendía por qué sus pisadas suenan tan pesadas, seguramente la vieja se encontró con Félix y lo usó para cargar con las cosas.

Bueno, seguro que si la mujer carga solo un poco de peso se rompe una uña esmaltada.

Si, podía imaginarla llorando y chillando por su uña, con el dedo acunado como si fuera a caerse.

Gracioso.

- ¡Joven Cinclair!

Parpadee, exaltado internamente. Levanté mi mirada y choque con las frustradas cuchillas que me lanzaba esa mirada. Uh, no me había dado cuenta que me hablaba.

¿Me perdí de algo?¿Que dijo? ¿Era importante?

Vislumbre a Félix detrás de ella con ambos brazos detrás de la espalda, lo mire a los ojos en busca de alguna ayuda, no quería meterme en problemas. Si solo Félix pudiera entender mi llamado de auxilio.

- ¿Y bien? ¿A qué espera? Vaya -Con su mano apuntó al centro de la habitación, yo, sin querer meter más la pata, acaté.

Me posicione en el centro, con los hombros para atrás y una postura derecha, me incomodaba pero la memoria muscular de Edward me impedía tomar otra pose, por costumbre y mi propia seguridad.

- Ahora, ¿Que se debe de hacer cuando se organiza una fiesta de te?¿Cómo deben de estar organizados los invitados en la mesa? -Ella me veía desde su haciendo con su abanico abierto, cubriendo la mitad de su rostro.

Haber, está clase ya la a tenido Edward, sip, fue una clase de pura teoría. Y calculando el tiempo ¡Esto es una evaluación! De esto depende que pase a otro tema y mi fin de semana libre.

- Se debe de organizar una lista de todos los invitados, cuidando de que se el anfitrión escriba las invitaciones personalmente a cada invitado a la fiesta de te. Luego, preparar el ambiente en dónde se llevará acabo la fiesta, mandar a ordenar las mesas, los utensilios, los bocadillos y la música de ambiente. Procurando que todos los sirvientes hagan su trabajo como corresponde. -La ví achicar los ojos, lo que me ponía nervioso internamente, aún así, me concentraba para que mi expresión siguiera siendo neutral y sin basilar- El orden de los invitados en la mesa puede variar entre la cercanía con el anfitrión o el nivel social como político del invitado, comúnmente ambas utilizan las sillas más cercanas al anfitrión.

Al terminar espere su veredicto, mientras ella no saca su mirada de mi. Quizás está tratando de buscar alguna falla por la cual castigarme, quien sabe, está vieja es del demonio.

Con un movimiento de su abanico me dió el visto bueno y pasamos a las siguientes preguntas.

Si, mi día se basó en lecciones, como llevo desde hace semanas.

Me llevó a preguntar, ¿Asi quiero pasar mi vida?...de igual forma, no parece que estén dispuestos a soltarme.

.

.

.

.

Narrador: Año...1898

- ...y reclamados sean en las puertas del paraíso, siendo que tendrán un descanzo eterno por los siglos de los siglos bajo la protección de los angeles quienes nos velan cada día - El cura termino su sermón y cerro su biblia de un golpe, con una expresión amarga- Con esto, hoy nos despedimos por última vez de Alessandro y Chiara Sinclair. Quienes fallecieron angustiosa mente el día de ayer.

El hombre dió un minuto de cilencio, cada persona guardo cilencio en respeto a los muertos. Muchos cerraron los ojos para poder hacerlo de una forma adecuada.

Y entre las muchas personas vestidas con ropajes negros, el primogénito de la pareja se vio destacado, estando frente a ambas tumbas aun sin enterrar, el joven miraba los ataúdes con una severidad muy arisca y fría. No parecía estar lamentando la muerte de sus padres.

Pero así debía pasar.

Ellos no lloraron por él en ninguna ocasión, entonces Edward no derramaría ni una gota de agua salada por la muerte de estas personas.

Una vez acabada la ceremonia, con las tumbas selladas, los invitados se retiraron uno a uno fuera del cementerio, dejando al joven, quizás, lamentarse en soledad. Creían que debía ser duro perder a sus padres a tan joven edad. Tomar el puesto de cabecilla de su familia sería una gran carga en sus hombros con tan solo 19 años.

Pero para Edward no hiba a ser así.

Edward: No sé que pretendían al morir así, ni siquiera debieron haberse preocupado por los riesgos aún a pesar de que varios sirvientes se los advirtieron -Hablo, tosco, mirando a esas lápidas de piedra gris- Desde que estoy aquí comprobé que fueron unas personas de mierda, como si fueran de la nobleza. Fueron unos engreídos y egocéntricos todo el tiempo -El pelirrojo lanzó un suspiro cansado- Pensaron que podían controlarme como a Edward ¿Verdad? Que ya me tenían en la palma de su mano desde hace años - En su rostro se formó una sonrisa satírica- Pero me temo que no, fueron unos estúpidos al caer, seguramente al verme tan obediente bajaron la guardia. Pues lo siento, pero yo no continuaré con su estúpido legado. Me desare de todas sus logros - Casi podía verlos revolcándose en sus tumbas, furiosos con lo que fuera a hacer con toda su fortuna -Todo, absolutamente todo. Se irá, y yo...

Suspiro con una satisfacción que ya quería volver a la mansión y poner todo de cabeza.

Edward: Yo seré un humilde y agradable repostero. Seguro que no se lo pueden creer ¡Quisiera ver sus caras por qué es exactamente lo que haré con mi vida! -Lanzando esas últimas palabras se giró y partió del cementerio, tranquilizando su sonrisa un poco, pero no la quito, no. Nadie se la quitaría el día de hoy.

Por qué hoy.

Los Sinclair pasaría a ser un apellido común sin ninguna fama de por medio.

Ya no necesitaba aparentar ante las demás personas de la alta sociedad.

.

.

.

.

Edward: Quiero que todos espavilen de aquí ya. -Fueron sus palabras apenas entrar por la puerta. El mayordomo quien sostenía su chaqueta parpadeo, sin poder entender del todo la orden.

-¿Disculpe señor? -Preguntó anonadado.

Edward: Que todos están despedidos, antes de retirarse, pasen por mi oficina para darles su indemnización -Observó como algunos de los sirvientes que pasaban con la entrada se detuvieron, rígidos- ¿Acaso creen que bromeó? ¡Todos están despedidos! Tomen sus cosas y los quiero fuera de esta propiedad antes de la medianoche.

Pisando fuerte, cada sirviente empezó a correr por todos lados mientras se hacía el caos y la orden se esparcio por toda la casa. Algunos estaban muy confundidos y no era para menos. Que sean despedidos sin ninguna explicación aparente, no sabían que decir.

Haci que muchos empezaron a empacar y los demás los imitaron.

El pelirrojo cerró la puerta detrás de él y se dirigió a su mesa, sentándose detrás en su silla. Posando ambos pies sobre el escritorio, suspiro pesadamente. Hiba a ser tedioso ver a cada empleado y darles su indemnización, casi podía presentir que muchos pediría explicaciones o excusas con que tienen una familia que alimentar.

Pero no les creería, conocía la situación económica de cada empleado, la paga que recibían por sus servicios más el dinero de todos los años que recibirían no era poco. Todos tienen suficiente para vivir cómodamente por unos cuantos meses, unos más que otros. Y si no conseguian empleo duranto su desempleo, entonces se aferraron demasiado a esta casa.

Todos debian poder sobrevivir por su cuenta.

Es por eso que no daría una carta de recomendación a nadie, ni a los más antiguos de ellos.

Observó la pequeña pila de cartas selladas al lado a la derecha de su vista. Cada uno con el nombre y dinero correspondiente de cada empleado. Si, lo tenía preparado desde ayer, en cuanto les llegó la noticia del accidente que sufrieron los señores de la casa, se pasó toda la noche preparando las cuentas en cada sobre. Prácticamente no durmió.

Por eso unas grandes ojeras más oscuras de las acostumbradas adornaban sus bonito ojos grises.

Estaba bastante cansado pero la adrenalina de por fin ser libre le impedía cabecear al estar sentado en una silla tan cómoda.

Al poco tiempo de 15 minutos, alguien tocó la puerta. Permitió que entre, siendo una sirvienta que portaba en una de sus manos una maleta. Está parecía bastante temerosa al estar frente a su escritorio, lo cual Edward no sabía si reír o tomarle el pelo, pero prefirió hacer las cosas rápido.

- Señor, escuché del despido total que informó y eso de la indemnización...-

Edward: Claro, claro. Es verdad, nombre -Pidio, bajando sus piernas del escritorio. La criada nerviosa respondió.

-...July Hasper....señor yo amo mi trabajo y- Sin embargo, su superior no la dejo continuar y le extendió uno de los sobres de la pila, está portaba su nombre.

Edward: Gracias por tus años de servicio, sin embargo, eh dado mi veredicto, absolutamente todo trabajador de esta casa está despedido. Retirece -Terminó con una mirada severa dirigida a ella, quien tembló y tomo el sobre muy temerosa, casi podía ver qué se caería de la desesperación al salir de la habitación.

Al poco rato volvieron a tocar la puerta,seguramente al ver a la chica salir de la casa con maleta y ese sobre con dinero se pensaron que iba en serio.

Tardo mucho, pero los más jóvenes fueron los que menos dieron quejas. Sin embargo, gente como la ama de llaves o el mayordomo en jefe fueron una dura discusión, al menos por parte de la ama de llaves.

- ¡No puede hacerme esto!¡Eh trabajado aquí desde antes de su nacimiento e incluso el de sus padres! Eh visto como esta casa se levantó en toda su gloria año con año. Usted no puede simplemente botar a todos -La anciana casi gritaba con sus manos en su escritorio, una vez terminado, Edward hizo lo mismo que había hecho con todos los anteriores ex empleados, le extendió el sobre con una cantidad bastante voluminosa de dinero.

Edward: Ya eh repetido que no habrá escepciones. Incluso para ti, que llevas trabajando en esta casa desde los años de mi abuelo, serás tratada como otro empleado y despedida como tal. -La misma voz, la misma expresión. No hiba a gastar palabras para discutirla, al final se iría por las buenas o las malas - Ahora tome su dinero y larguese.

Esa mujer lo miro con una rabia, que solo tomo el sobre con brusquedad y se retiró dando sancadas a empacar sus cosas, ya que solo había venido a reclamar. El ojogris se masajeó la frente y frunció el seño, la señora nunca fue de su agrado. Siempre parecía verlo con una zaña indomable. Nunca supo por qué.

En fin, lo que no te mata te hace más fuerte.

El mayordomo le dijo las mismas palabras pero con un porte altivo, sin faltarle el debido respeto que siempre le dió a los dueños de esa casa. Sintió que ese hombre no merecía este severo trato luego de todos los años siendo devoto a su familia. Pero no hiba a doblegarse y sentir empatía por él, nadie recibiría favoritismo.

Ya lo decidió hace años, y ahora que todo estaba encajando tal cual lo quiso, no se iba a detener.

De igual maner, haga lo que haga, tenía mucho tiempo y dinero en su mano para que todo se desplazará de la manera correcta a como lo quiere y cuando lo quiere.

.

.

.

.

.

.

.

.

____________________________________

Hoy me pregunte algo al respecto sobre esta historia, y es que no está llendo al ritmo que quería así que me dije: "¿Por que carajos me tardo tanto? hago un salto de tiempo y ya, luego veo que hacer"

Pero no sé si dió el efecto que quería, asi que opinen.

BAY BAY~

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro