"S I P N O S I S"
La música inundaba mis oídos, era relajante, mis labios rozaron la copa y no demore en ingerir el líquido que se encontraba en ella, cerré mis ojos por un instante disfrutando de aquella sensación casi desconocida para mi, por el instante no me fijaba en nadie, solo disfrutaba el momento sintiéndome libre como nunca, este lugar extrañamente irradiaba un sentimiento extraño que te incitaba a comportarte de una manera inimaginable.
- ¿Esto no es genial, Els? -Cuestiono mi amiga de cabello azabache, pero en su mayoría cubierto por llamativas mechas, de característica sonrisa y un buen sentido de diversión. Una de mis mejores amigas sin duda.
- Algo...- Murmure un poco alto para que me escuchase, apenas y llegábamos y no estaba tan apegada al lugar, esto era desconocido para mi y como todo lo desconocido, llamaba mi atención fuertemente.
Seguí observando el lugar como si se tratase de otro planeta, como hija de Adgar Arendelle uno de los mejores políticos de la ciudad y de Iduna Arendelle una importante doctora con diversos títulos no salía a muchos eventos de esta índole, sin mencionar que este año mi padre estaba postulado a la presidencia, aquello me alejaba más y más de compartir con la sociedad ya conocida.
-Esta noche será inolvidable-Alego Astrid con una actitud sumamente positiva, algo no muy común en ella. Los padres de mis amigas de igual forma ocupaban grandiosos puestos, sin duda nuestras posiciones económicas era muy altas. Al contrario que yo, mis amigas eran más divertidas con espíritus aventureros, solían salir a escondidas de sus padres a lugares como estos, siempre tratando de no ser descubiertas por los medios de comunicación, así que yo era la novata en este tema, no negare que me sentía fuera de lugar entre tanta gente ya con experiencia.
-No lo dudes rubita-Afirmo Tooth con una enorme sonrisa que contagiaba el ambiente.
Mis amigas se miraron entre sí al ver como estaba, parecía una temorosa mariposa con miedo a salir de su capullo, la música había aumentado de ritmo y el bullicio igual, por lo cual no pude evitar pensar que estaría sumamente más cómoda en mi casa... Definitivamente lo estaría.
-Elsa, mírate la cara, pareciera que estás en el consultorio de tu madre, no en un bar-Dijo mi amiga rubia al darse cuenta de mi incomodidad.
-Es que... Creo que no fue una buena idea esto-Comenté, las ganas de diversión que sentía hace algunos minutos se habían esfumado, ahora el sentimiento de culpabilidad oprimía mi pecho al imaginarme a mis padres preocupados por mi. Necesitaba regresar a casa inmediatamente.
-¿Mala idea?-Tooth me miró fijamente entrecerrando sus ojos extrañamente violetas, para luego pasar su mirada a Astrid la cual me veía de igual forma-Es una emergencia.
-Definitivamente lo es-Respondio Astrid en un mirar dramáticamente preocupado.
-¿Emergencia?-Ahora fue mi turno de preguntar. Qué se estarán tramando estas dos locas.
-Astrid ve por ello-Ordeno Tooth ignorando mi pregunta. La rubia solo asintió y salió despavorida entre las personas.
-Oigan, oigan, quiero irme a casa, me están asustando-Inquirí moviendo el hombro de la de cabellos azabache que sonreía maniáticamente.
-Tranquila Els, hoy te divertiras como nunca, promesa-Mi amiga alzó de dedo meñique, la mire por unos segundos pero luego también alce mi dedo meñique y los enlazamos sellando la promesa.
-Nada de drogas por favor-Dije en forma de broma. Tooth me miró ofendida.
-Querida amiga no sé cómo puedes pensar aquello-La de ojos violetas poso su mano en su pecho sobre actuando estar ofendida-Te imaginas que me drogase, ya podría imaginar los encabezados de los periódicos.
-"Hija de alcalde drogada en un bar de mala muerte" "Tooth Fairy adicta" "¿Será este el fin de Fairy?"-Complete imitando voz de periodista, comúnmente los medios de comunicación manejaban la información a su antojo dramatizando todo completamente.
-Ahora si estás entrando en ambiente, Arendelle-Tooth me miró animadamente, el sentimiento de culpa seguía ahí, pero las ganas de irme habían disminuido significativamente.
-¡Ya llegó lo que faltaba!-Voltee ante el grito conocido de mi amiga quien tenia una balde con los que puede divisar tres botellas dentro y varias copas. Tendré resaca mañana.
-¿Qué es eso...?-Pregunte mientras Astrid colocaba aquel balde en la mesa central.
-Mi querida Elsa, estas por beber uno de los mejores whiskys de la ciudad, cortesía de la casa-Me informo Astrid mientras abría una de la botellas. Inevitablemente recordé cuando de pequeñas Astrid quien es mi prima comía muchos dulces y terminaba embarrada de ellos, siendo regañada cientos de veces, quién diría que cambiaría los dulces por botellas de alcohol.
Hace unos momentos estaba bebiendo un ligero vino, y ahora bebería whisky, sin duda una diferencia abismal.
Sin percatarme ya tenía mi copa llena de el líquido, sonreí para mis adentros, la primera vez que bebía whisky, de alguna forma u otra eso me emocionaba y sin esperar más comencé a beber el líquido apresuradamente.
-¡Oh eso es nena!-Grito Astrid mientras también bebía de igual forma su copa.
Quite la copa de mis labios al terminar completamente el contenido, un fuerte dolor punzo en mi cien por beberlo tan de prisa, pero no me importó mucho aquello.
Y así pasamos entre copas y copas hasta que perdí completamente la cuenta, podía sentir literalmente el whisky corriendo por mis venas, nuestras conversas no tenían sentido ya que estábamos en nuestra mayoría ebrias, mis pensamientos se nublaron, no sentía culpa, al contrario, podía quedarme todo el día en este lugar.
Las tres nos levantamos y nos dirigimos a la pista de baile, no tenía la menor idea de cómo bailar pero mis piernas no se detenían y en un santiamén ya estaba en la pista abarrotada de gente, mi amiga rubia comenzó a bailar primero que todas, luego siguió Tooth y yo no pude quedarme quieta, como si fuese algo necesario, me deje llevar por la música, ni siquiera te dabas cuenta con quién bailabas, simplemente alguien se apegaba a ti y terminabas bailando, mis amigas no demoraron en conseguir pareja perdiéndose totalmente de mi campo de vista, si estuviese sobria posiblemente me hubiese asustado, pero estaba completamente ebria y el estar sola bailando como desquiciada no me afectaba en lo absoluto.
Una cabellera pelirroja se posó a mi lado, la chica tenía una botella en su mano y al igual que todos en lugar estaba demasiado borracha, tenía una corona de juguete y cientos de adornos fiesteros en ella, aún bailando mi mirada se fijó en el escenario cuando un chico se subió a este con un micrófono en su mano.
-¡Buenas noches New York!-Anuncio en un grito aquel chico llamando la atención de todos-¡Hoy queríamos felicitar a una pelirroja muy especial!
-¡Soy yo perras!-El grito de la pelirroja sobresalió sobre el de los demás, casi me deja sorda.
-¡Oh sí! ¡Nuestra querida Mérida Drumboch, se estará comprometiendo en unos días y hoy está celebrando su despedida de soltera!-Todos aplaudieron felicitando a la chica.
-¡Follare como loca maldita sea!-Dios, creo que tendré que comprarme un aparato auditivo después de esto.
Todos rieron y ovacionaron la ocasión.
-¡Que siga la fiesta! La noche es muy larga-El castaño se bajó de el escenario y la música volvió a su entonación normal.
Seguí bailando, varios chicos habían bailando junto a mi, me sentía agotada pero mi cuerpo pedía más, algo ilógico. Cientos de manos ya me habían tocado, no sabía con certeza si eran de chicos, pero no los detenía, el alcohol afecto mis neuronas. Me comportaba como una perra... Si mi padre me viese.
Sacudí la cabeza eliminando ese pensamiento.
Sentí varios labios de chicos sobre los míos, y en mi cuello marcando un camino, preciso y delicado. Si tan solo estuviera en mis cinco sentidos los detendría a todos, aunque a mí alrededor no era la única.
-Nena salgamos de aquí-Ni siquiera me había fijado de que estaba bailando con un chico el cual susurro en mi oído.
Sus manos estaban más abajo de mi cintura, la sensación era increíble. Pero me obligue a quitarlas; me liberé de su agarre y salí de su lado rápidamente, en lo que me quedaba de razonamiento no me permitiría irme con un desconocido a cualquier lado.
No sabía dónde carajos estaba, está cosa parecía no tener fin, y todo a mi alrededor parecía derrumbarse.
Con la poca visibilidad que me quedaba pude observar a la pelirroja de hace rato con una nueva botella en su mano bebiendo como si no hubiese mañana, las ganas me ganaron y sin pensarlo le arranque la botella de las manos y comencé a beberla saciando mi sed interminable.
Ella me vio atónita y rápidamente me arranco la botella como yo lo hice con ella, sin cuidado.
-¡Maldita estúpida!-Bocifero tomándome de los hombros y sacudiéndome con rabia.
Sus ojos me veían directamente con su ceño fruncido, yo y mi maldita imprudencia.
Estaba muy cerca, demasiado, su mirada se asuavizo y se estaba acercando más de lo que debía.
Al estar a centímetros de mi rostro me tomo ferozmente y unió nuestros labios. Nunca me plantee besar a una chica, pero la sensación no era en lo absoluto desagradable, luego de unos segundos seguí al compás de los suyos, lo hacía genial.
- Besas bien rubia-Murmuro la pelirroja en mi oído dando fin al largo beso para luego desaparecer entre la gente bailando. Eso había sido extraño... Demasiado.
Caminé hacia la barra de bebidas y tome asiento, estaba agitada, cansada, con alcohol en cada parte de mi cuerpo.
Algunos minutos los pase ahí, solamente sentada, habían pasado aproximadamente tres horas sin ver a mis amigas, y por lo que veo no las veré en el resto de la noche.
Y lo ví, ahí se posó al frente de mi, como un verdadero ángel. La luz en este lugar de el bar era más intensa por lo cual pude ver a la perfección su rostro, cada facción... Era jodidamente guapo.
Al pasar de el rato el decidió hablarme, me invito tragos, bailamos hasta que me dolieran los pies.
Con el si me deje llevar, deje que me tocase aún estando apenas bailando, que me besara y dejara marcas en mi cuello. Lo deje porque lo deseaba, más que a nada aquí.
Al caer casi las dos de la mañana el tomo mi mano y salimos de ahí, me beso apasionadamente en su auto, sabía que mañana no recordaría nada pero sus besos me tenían adicta a el, a cada segundo a su lado, a cada jodida caricia, a su voz ronca y suave que lograba exitarme hasta más no poder, solo dos horas de conocerlo y sentía que podía pasar años a su lado. ¿Efectos de el alcohol? Tal vez.
Senti sus manos sobre mi toda la noche, sentí sus besos, el se robó mi virginidad y en ese instante no quería que me la devolviese. Solo en ese instante.
|☪|
Desperté agitada, con el sudor recorriendo mi frente y pechos, regule mi respiración a duras penas. Mi oído zumbaba, las vibraciones de la música de ayer aún seguían ahí en mi oido, mi cabeza quería estallar, el dolor era insoportable.
Y ahí fue cuando lo recorde, todo, o la mayoría de lo que sucedió ayer... Había despertado en ese motel con una nota a mi lado y las sábanas enrrolladas, completamente desnuda y con un dolor abismal en todo mi cuerpo, regresé a casa a las tres de la mañana, les pedí el favor a las empleadas que no dijiesen nada, solo espero que me hayan obedecido, y ahora me encontraba aquí, en mi cuarto deseando recordar quien demonios fue aquel chico al cual le entregué mi primera vez.
-Maldicion...-Queria llorar, me sentia estúpida, recordaba algunas cosas de ayer no todo, recuerdos vagos, pero no lograba recordarlo a el, fue como si mi mente se encargará de borrar cada evidencia de la noche.
Pero si recuerdo que las caricias y besos los disfrutaba, definitivamente el no me obligó a nada, aunque no hubiese querido que fuese así mi primera vez. Un nudo se formó en mi garganta. Genial Arendelle, lo has hecho, te has embriagado por primera vez ¿No era lo que deseabas?
Me sentía impotente, quería romper todo a mi alrededor.
Pero de repente la puerta se abrió, dejando ver a mi madre totalmente enojada, lo supe al ver su ceño fruncido y sus puños cerrados, el temor se apoderó de mí cuerpo y el dolor de cabeza aumento significativamente.
-¡¿Qué carajos es esto?!-Bocifero dejando de lado su papel de madre formal y correcta, y sin mediar mas me aventó una revista, la cual cayó en mis piernas, no demore en tomarla aún con mis manos temblorosas.
Lo leí una y otra vez deseando que todo fuese un sueño, pero no lo era.
Fotos mías ebriagandome, fotos mías bailando con cientos de desconocidos los cuales me tocaban a su antojo... Y al final, para acabar, la foto de aquel extraño y yo entrando a el motel en donde desperté esta mañana. No pude diferenciar bien con quién entre ya que estaba de espaldas, y para rematar con una capucha por lo cual ni siquiera sé su color de cabello, en cambio mi rostro si se encargaron de enfocarlo a la perfección... Malditos.
Aunque de alguna forma agradecia eternamente el no haber fotos sobre aquel beso con aquella chica desconocida, al menos por ahora.
- ¡Responde!-Ordeno furibunda mi madre.
Mis ojos se cristalizaron, y las lágrimas no demoraron en salir, sentía vergüenza, había decepcionado a mis padres.
Mi madre camino hacia mi cama y se sentó en el borde de ella quedando lo suficientemente cerca de mi.
-¿Qué fue lo que hiciste, Elsa?-Cuestiono con voz más comprensiva, pero sé que seguía enojada.
-L-lo siento-Pude apenas y murmurar entre sollozos.
-¿Tú...-Sabia lo que quería llegar, quería saber lo que había hecho en aquel motel, mis mejillas instantáneamente se tornaron de un color carmín, no le mentiría. Ya no más.
-Mamá... Ya no soy virgen.
Estreno|19 de agosto del 2018
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro