─ thirteen!
─Para que la historia sea nuevamente actualizada, este capítulo debe de llegar a los 14 votos!
─¿Cuándo va a ser el ensayo preliminar para la presentación de los talentos jóvenes?
─Todavía faltan dos semanas para eso, Jake-ssi. ─respondió Jongseong, mientras trataba de copiar las fórmulas -aún cuando no las lograba entender del todo- que anotaba el profesor Na Jaemin, quien les impartía matemáticas.
No le estaba prestando ni la más mínima atención a su conversación, estaba perdido entre mis pensamientos y el sonido tan embriagante de la lluvia que caía del cielo pintado de grises, parecía que las nubes lloraban todo el dolor que habían soportado por mucho tiempo.
No había hablado con Sunwoo desde el viernes y, aunque lo busqué en la hora del descanso, no tuve éxito realmente, así que estaba nervioso de como sería nuestra amistad luego de conocer la verdad. Cuando le terminé de contar todo lo que había sucedido entre Seeun y mi reputación a Sunwoo, me arrepentí igual que un pecador al darse cuenta de su error en el momento en que ví como su semblante tan sonriente y vivaz que lo caracterizaba se tornaba en uno decaído y decepcionado, no sabía sí de mí por haberle explicado mi situación o por su hermana, Seeun, y sus acciones del pasado.
No quería que su relación con su noona cambiase solo por mí, sabía lo mucho que ella significaba para Sunoo y no me perdonaría aquello de ninguna manera.
Un suspiro se escapó de mis labios aún sí no quería que lo hiciese, de verdad quería a Sunwoo, me había hecho sentir cosas que jamás pensé que existían. Me sentía en una especie de burbuja al estar a su lado y no quería que la explotasen mientras ambos estábamos en ella, su tacto me hacía temblar torpemente al igual que sus demostraciones de cariño y, siempre que pensaba en él, mis mejillas al rato dolían puesto que sonreía involuntariamente.
Sí, estaba perdidamente enamorado de Kim Sunwoo, había sido algo duro de entender, sin embargo, era una realidad que acepté encantado, solo porque era él quien me tenía así.
Un roce sutil en mi hombro logró hacerme sobresaltar de mi asiento, se trataba de Jaeyoon quien desde hace mucho intentaba llamar mi atención fallando hasta ese intento, la campana había sonado más tarde de lo previsto, anunciando el final de la jornada del día y no me había dado cuenta.
Negué tímidamente con la cabeza, ganándome una risa juguetona del australiano, recogí todas mis pertenencias -incluyendo un paraguas que había traído en caso de que lloviera- y las introducí como pude dentro de mi mochila luego de levantarme de mi lugar. Traté de acomodar mi cabello hacia atrás con mi mano, olvidando que justamente en el receso Jay hyung me había arreglado parte de mi cabellera oscura en una coleta, fruncí mi ceño levemente y proseguí a caminar detrás de Jake hasta la entrada del instituto.
Una vez llegamos a la misma, Jongseong, el cual se nos había adelantado, abrió su paraguas que compartiría con Jaeyoon y ambos partieron cuando se despidieron de mí.
Seguía rebuscando a mi dongsaeng de lindas mejillas entre el bullicio y la aglomeración de estudiantes que trataba de dirigirse a sus hogares evitando mojarse con la lluvia, que todavía no se había detenido aún, hasta dar con él, se encontraba hablando con Jungwon todavía dentro de los pasillos del instituto. Sin pensar en como acercarme a él, su vista se giró hasta mí y me dedicó una sonrisa a medias, conversó por un par de segundos más con el -ahora- peli negro y se acercó a pasos rápidos.
─Hola Sunghoon.
─Hola, Sunie. ─saludé sonriendo como un idiota, probablemente.
Tomó mi mano desocupada y la entrelazó con la suya propia, haciendo que mi rostro ardiese como el astro sol─. ¿Nos vamos juntos como siempre, hyung?
─Por supuesto, ¿Trajiste tu paraguas? ─el menor bajó la cabeza mientras negaba con la misma, había soltado el agarre de nuestras manos y solo pude hacer un puchero. Alcé el paraguas que traía conmigo y lo abrí, me acerqué ligeramente al rubio, con miedo de que mi cercanía fuese rechazada, sus mejillas tomaron un tono durazno casi imperceptible y solo pude reír bajito para no ser escuchado.
Ambos comenzamos a caminar hacia su casa, el sonido de las gotas de agua golpeando el asfalto predominaba entre nosotros puesto que ninguno se atrevía a hablar, las palabras se estaban escondiendo detrás de mi garganta, sin atreverse a salir de su lugar.
La mano de Sunoo se posicionó sobre la mía, que estaba sujetando de paraguas, provocando que una corriente eléctrica pasase por todo mi ser y una sonrisa tomase lugar en mis labios─. Hyung, con respecto a lo que sucedió el viernes, amm... Solo quería decirle que... ─tomó una bocanada de aire de manera exagerada, llenando sus mejillas del mismo dándole un aspecto cómico y tierno a su vez─. No debe preocuparse por mi reacción, sé que es cierto lo que dijo, además, tampoco quiero que cambie nuestra amistad o nos distanciemos porque lo quiero mucho y es importante para mí. ─dijo rápidamente, atropellando la mayoría de las palabras -utilizando su acento de Suwon, involuntariamente- y sonrosandose hasta las orejas. Logré entender claramente su mensaje, aliviando aquel peso encima que traía gracias a mi conciencia.
Solté una risa ligera por sus acciones y no pude resistir a acariciar su cabellera de color plata al detenernos, puesto que ya había llegado al hogar de mi dongsaeng.
─Yo tampoco quiero que lo nuestro cambie, Sunie, me alegra que pienses lo mismo. ─una sonrisa se apoderó de su boca y de sus ojos pequeños al terminar de decir eso, pero desapareció al acercarme a él aún más. Él relamió sus labios, nervioso y, cuando iba a acortar esa distancia entre ambos, separó su rostro y rió.
─Mire hyung, ¡Ahora hay un arcoiris! ─el menor lo señaló con su dedo índice y solo pude carcajearme por aquello mientras cerraba mi paraguas.
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