Maratón 2/3

─¡El siguiente grupo a inscribirse, por favor! ─gritó Kim Yerim, una de las organizadoras de las inscripciones de los grupos que se presentarían.

La mano izquierda ligeramente temblorosa de Sunwoo se entrelazó con una de las mías, como un esfuerzo de calmar sus nervios mientras los siete nos acercabamos a la mesa en donde se encontraba Yerim y su asistente, Cho Miyeon. Acaricié su palma con mi pulgar haciendo círculos, dándole pequeñas cosquillas para tranquilizarlo, mientras conversabamos con Riki, quien había venido a la institución solamente para acompañarnos, a primera instancia parecía ser callado y algo tímido, sin embargo a los miembros les agradaba el menor, siendo llamado maknae por los mayores en poco tiempo.

Llegamos hasta la mesa y la peli negra nos sonrió, era conocida por ser una chica alegre y amable con todos─. Buenos días, deben ser los siguientes a inscribirse, creo. ─dijo un par de palabras más que no pude escuchar debido a que me enfoque más en que Sunoo había separado el agarre de nuestras manos.

─Así es, Yeri sunbaenim. ─habló Jungwon, entre todos coincidimos que él cumplía con las aptitudes que debía tener un líder, sí, era menor que casi todos los que estábamos en el grupo, pero no había nadie más capacitado que él para aquel cargo.

─¿Ustedes siete conformarán el grupo que se presentará, no? ─asentimos, al unísono─. Perfecto, ¿Cómo se llama su grupo?

─ENHYPEN. ─dijo Jaeyoon hyung, con un íngles perfecto pero al cual se le notaba el acento australiano. Era un juego de palabras que se le había ocurrido a Jongseong hyung en una de las muchas reuniones que teníamos y a todos nos gustó, a tal punto que lo adoptamos como el nombre oficial de nuestro grupo.

─¿Enhaipeun? ─trató de pronunciar la peli negra, sacándonos una carcajada a todos los presentes.

─ENHYPEN, sunbaenim. ─se volvió a mencionar, esta vez por Jungwon.

Yerim escribió lo que dijimos, con una mueca graciosa en su rostro─. Bueno, no es el nombre más extraño que haya escuchado esta mañana. ─negó con la cabeza─. Supongo que algunos utilizarán nombres artísticos, ¿Cuáles son?

─Heeseung.

─Jay.

─Jake.

─Sunghoon. ─procedí a decir, con una sonrisa en mi rostro.

─Sunoo. ─Yerim le dedicó una sonrisa a Sunwoo luego de decir su nombre, a la cual éste le correspondió. Me incomodó ligeramente y sentí una opresión sutil en mi pecho, últimamente no me gustaba mucho el hecho de que el rubio le sonriera a alguien que no fuera yo.

─Jungwon.

─Ni-Ki. ─dijo el menor de todos, muy emocionado, la peli negra escribió un par de cosas más y le susurró algo al oído a Miyeon, la cual no había hablado en ningún momento.

─A lo largo de la semana le iré indicando al líder... ─Jungwon se señaló a sí mismo, indicándole que él tenía ese cargo─. A Jungwon ─corrigió─, sí necesito algo más o alguna información importante que deban saber. Eso es todo por ahora, que pasen un lindo día los siete. ─todos agradecimos y nos salimos del salón en cuanto ella gritó que pasase el siguiente grupo.

Todos estábamos emocionados en demasía, era una gran oportunidad para demostrar el porqué estábamos en ese instituto y, en el mejor de los casos, que algún agente de una empresa de idols se interesase en nosotros, el solo pensarlo hacia latir con premura mi corazón. Caminamos hasta estar afuera de la institución mientras mis mayores hablaban de como podíamos celebrar el primer gran paso a nuestros sueños, algo que no duró mucho después de que Jake hyung hablase─. Hay un restaurante con temática japonesa que abrió cerca de mi casa, podría ser un buen lugar...

─Pero, ¿Quién pagaría? Yo dejé mi billetera en casa, hyungs. ─dijo Sunwoo, bajando su cabeza avergonzado.

─Jay hyung. ─respondió Jungwon tranquilamente, haciendo que el mencionado lo tratase de fulminar con la mirada por su descaro, fallando en el intento cuando empezamos a reír.

─Descuide, yo ayudo con la cuenta. ─dije sencillamente, mis padres me depositaban mensualmente una cantidad específica de dinero y con eso me mantenía, por contribuir al pago de la comida no moriría.

─Yo igual y Jaeyoon-ssi también. ─dijo Heeseung. Al acordar eso, todos comenzaron a correr, la casa de Jake no quedaba muy lejos de donde estábamos y no tardaríamos mucho en llegar.

Mi corazón se sintió cálido al ver a mis hyungs y a mis dongsaengs, al mudarme a una ciudad en la cual no conocía a nadie la soledad fue mi única compañera fiel por un tiempo, era ella la que me arrullaba en las noches y me ayudaba a despertarme en las mañanas, hasta que conocí a Jongseong y a Jaeyoon, quienes vinieron de un programa de intercambio y se hicieron mis amigos al instante, haciendo que la soledad se diera unas merecidas vacaciones.

Luego llegó Sunwoo y mi vida dió un giro total de 180 grados, cambió totalmente en todos los aspectos, pero creo que eso era algo tácito de decir realmente.

Una caricia en la palma de mi mano hizo sobresaltarme, al parecer me había perdido entre tantas cosas que pensaba y me había quedado atrás. Por como mi pulso se aceleró y la sangre subió a mis mejillas ardientes supe de quien se trataba, giré mi vista y efectivamente era el rubio platinado, quien me miraba dulcemente, con un ligero brillo en sus ojos oscuros como un café─. Hyung, lo ví distante, ¿Sucede algo? ─preguntó, con un toque dócil en su voz.

Negué con la cabeza─. No Sunie, vamos, después Jaeyoon no nos deja asiento. ─mi menor sonrió e involuntariamente hice lo mismo, entrelazamos nuestros dedos y tratamos de correr hasta los demás.