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─ four!

─Lo hice porque lo amo, demasiado, y sí no pude estar con él, ¿Por qué alguien más lo haría? No te confundas, mocoso.

─Seeunie noona, se me va a hacer tarde, ya me voy.

─Hoy no tengo clases, déjame llevarte ddeonu, recuerda que por fin tengo mi licencia de conducir. ─gritó Seeun noona desde las escaleras, mientras sacudía las llaves de su auto junto con las de la casa haciendo un sonido de lo más horripilante, al menos para mis oídos. Ya me encontraba en la puerta, listo para partir a la parada de autobuses puesto que, sí no me apuraba, tendría que ir caminando hasta el instituto y no me agradaba para nada la idea.

─Solo sí se apresura y deja de hacer eso con las llaves. ─la peli negra asintió varias veces con la cabeza y, luego de buscar su taza de café oscuro y tomar todo su contenido, salimos de la casa -no sin antes cerrar la puerta principal- para dirigirnos al auto de Seeun.

Abrí la puerta del copiloto y me senté en dicho asiento, una vez cómodo me coloqué el cinturón de seguridad y mi mochila encima de mis muslos. Mi hermana mayor imitó mi acción y procedió a encender la maquinaria del carro, así que saqué mi teléfono celular que se encontraba en el bolsillo de mi hoodie rosado para revisar mis redes sociales durante el camino, puesto que ya habíamos dejado nuestro hogar. El cielo estaba pintado de tonos azulados, las calles de Seúl, a pesar de ser muy temprano, se encontraban llenas de personas caminando para mi sorpresa y la brisa mañanera que se adentraba por la ventana abierta de la puerta alborotaba mi cabello como sí de una caricia se tratase, dejé mi teléfono a un lado y procedí a observar mejor el paisaje proporcionado por el viaje mientras una canción con un ritmo conocido resonaba por el auto, ésta era tarareada por mi hermana mayor, la cual se ya no encontraba callada pero sí concentrada en el asfalto.

En menos de lo que esperé, Seeun había detenido el carro en frente del instituto, desabroché el cinturón que desde hace rato empezaba a incomodarme, coloqué mi mochila nuevamente en mis hombros y dejé un beso sonoro en la frente de mi hermana, provocándole risas a la misma.

─Adiós Sunwoo, te quiero pequeño. ─dejó un beso en mi cabellera rubia y me bajé del auto para introducirme al lugar.

Las miradas de todos se posaron en mí cuando empecé a desplazarme por los pasillos, desde los estudiantes más nuevos hasta los más antiguos, era extraño, por un momento pensé que era porque tenía los pantalones al revés o algo así pero cuando me detuve en mi casillero con el fin de dejar mi mochila dentro de éste, un chico alto -mayor que yo muy probablemente-, sus ojos eran saltones, oscuros como el café que consumió Seeun noona, su nariz simétrica como su mandíbula marcada -adornada con un lunar en la barbilla-, tenía unos labios delgados, ligeramente rojizos como su rostro, seguramente había corrido para llegar hasta donde estaba.

─¿Eres Kim Sunwoo? ─asentí no muy seguro, lo había visto una vez con mi dongsaeng, Jungwon, sin embargo nunca había sido... Presentado formalmente─. Soy Lee Heeseung, un gusto. ─me dedicó una sonrisa sin dientes, aún cuando su rostro denotaba preocupación─. Necesito que vengas conmigo, es urgente. ─No me dió tiempo de responderle puesto que tomó mi mano y empezó a caminar por el largo pasillo, arrastrándome prácticamente con él con cada paso.

Ninguno de los dos hablaba y su agarre era un poco brusco, justo cuando quería quejarme y pedirle una explicación, el azote de una puerta llamó la atención de ambos, así que luego de mirarnos mutuamente, corrimos hacia donde provenía el sonido, era el aula de mi hyung, Sunghoon.

Entramos rápidamente a la misma y la escena que nos encontramos era preocupante, debido a que Jungwon, quien se mostraba furioso, era sostenido por un chico de apariencia extranjera para evitar golpear a Sunghoon hyung, quien tenía su mejilla derecha un poco rojiza posiblemente por un golpe que haya sido de mi dongsaeng.

─¿Qué sucede? ─fue lo único que brotó de mis labios nerviosos.

─¡Sucede que acaban de manchar su reputación hyung! ¡Le dije que no era buena idea juntarse con el casanova! ─gritó el menor, tratando de zafarse del extranjero de cabellos negros. Sunghoon bajó su cabeza, sobando con una de sus manos la zona afectada por el golpe de Jungwon.

─Espera Jungwonie, no entiendo...

─Yo te explico Sunwoo. ─comenzó a hablar Heeseung─. I-LAND en un principio era una plataforma desarrollada por el penúltimo director, Lee Sooman, y su equipo hecha con el único objetivo de publicar artículos similares a los de un periódico con respecto a actividades y eventos escolares.

─Sin embargo, cuando el anterior director dejó Irlang, el proyecto de I-LAND no pudo ser concretado, hasta que llegó el director
y retomó la idea de la plataforma, pero haciéndola ésta vez como una página web con ayuda de alumnos que antes estudiaban aquí. ─continuó Jongseong, uno de los mejores amigos de Sunghoon hyung.

I-LAND sí fue usada solo para eventos escolares hasta que, luego de un tiempo, en la página web fue publicado un artículo, en la sección de farándula, que decía supuestamente que era un casanova sin corazón, justamente días anteriores había rechazado a una chica menor que yo, de la cual su nombre no recuerdo, que había quedado muy molesta y era una de las encargadas de la página de ese entonces. De allí vinieron aún más chismes luego que dicha chica dejase la institución, pero han sido anónimos. ─terminó Sunghoon, con un gesto triste en su rostro.

─¿Pero qué tiene que ver todo esto conmigo?

─Que ahora publicaron un rumor que dice que usted es la nueva víctima de Sunghoon sunbaenim. ─el extranjero, del cual todavía no sabía su nombre, soltó a Jungwon en cuanto empezó a hablar─. En cuanto Heeseung hyung me mostró el artículo enfurecí y vine hasta acá para pedir explicaciones, pero ahora veo que reaccioné mal a la situación. En serio lo siento Sunghoon sunbaenim. ─el menor de todos hizo una reverencia como disculpa, siendo reincorporado por hyung al instante mientras le decía que no era necesario disculparse. El timbre sonó y nos tocaba ir a nuestras aulas respectivas, pero cuando estuve a punto de retirarme, Sunghoon me tomó del brazo para evitar que me fuese.

─En serio disculpa Sunnie, no era mi intención que pasase todo esto, es algo que he tratado de sobrellevar... ─no lo dejé terminar puesto que lo había abrazado, haciendo que sus mejillas se tornasen rosas como mi hoodie. Nos separamos luego de un par de segundos, puesto que no queríamos que otro chisme saliese solo por una simple muestra de afecto─. Estoy confundido, ¿No estás molesto?

─Por supuesto que no, hyung tonto.

¿Por qué lo estaría en primer lugar? Era increíblemente gracioso que en mi primera semana en un instituto en el cual era totalmente nuevo ya fuese unos de los protagonistas de un chisme. Era algo confuso, sin embargo, sí yo sé la verdad, ¿Por qué enfocarme en los comentarios maliciosos?

La vida me había enseñado -a los golpes- que era mejor ver el vaso medio lleno, y sin duda era una oportunidad que podía disfrutar, aún si mi "reputación" (que no me interesaba en mantener) se dañaba, yo mostraría quien en realidad era, ya estaba de parte del alumnado sí deseaban creer en mis propias historias o no, no pararía de progresar por ellos─. Nunca me ha importado lo que digan o lo que rumoreen de mí, es divertido como la gente se cree lo primero que ve y de ahí juzgan a las personas sin tomar en cuenta la verdad. ─tomé una de las manos de mi mayor, quien escuchaba atentamente todo lo que decía─. Por más loco que suene, debería atravesar esa barrera entre los chismes y su vida, es tiempo de que sea usted el que ponga el mundo al revés, ha pasado mucho tiempo rodeado de chismes falsos ¿O me equivoco? ─Sunghoon negó con la cabeza, empezó a dar caricias con su pulgar en la palma de mi mano, algo que me provocaba cosquillas sutiles y que mi pulso se acelerase sin explicación alguna─. Disfrute de estar en el centro del tema, sé que no ha de ser fácil pero tal vez usted está destinado a cosas muy grandes y por lo tanto siempre será especial. ─me dedicó una sonrisa que, involuntariamente, correspondí con otra que no duró mucho al darme cuenta de que mi profesor de lenguas extranjeras, Seo Johnny, estaba a minutos de entrar a mi aula.

Me despedí de hyung con un beso en la mejilla que Jungwon no había golpeado -que se tornó caliente en cuanto mis labios la tocaron- y corrí a mi clase, no sin antes decirle que tomase en cuenta mi consejo.
Logré llegar antes que el profesor, corrí hasta el asiento que me había apartado Jungwon como últimamente hacia, me senté en él y procedí a conversar con Jungwon de lo sucedido hasta que llegó el profesor Seo, listo con un exámen sorpresa para todos.

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