─ eight!
─¡¿Y qué sí me gusta?! ¡No tenía el derecho de arruinar su reputación solo porque la rechazó!
Maratón 3/3
─De nuevo Jungwon hyung. Cinco, seis, siete y ocho. ─contó tranquilamente el japonés, viendo con una sonrisa como mejoraba -ya no- castaño en su parte, cuando se encontraba en el centro de todo.
El japonés terminó siendo la pieza que nos faltaba, no tardó nada en llevarse bien con los demás, era un chico algo tímido al principio pero divertido y dulce como ninguno, sin embargo, sin duda alguna cuando se trataba del baile era muy estricto, sabía como perfeccionar cada parte para la presentación de nuestra canción, FEVER, la cual compuso Heeseung hyung en conjunto con Jongseong y Sunghoon. La letra y el ritmo de la misma eran únicos, la vibra que transmitían era algo indecible, era preciosa en todos los aspectos, incluida la coreografía que había hecho Riki para la misma.
Luego de casi dos semanas de habernos inscrito a la presentación de talentos jóvenes, nos encontrábamos ensayando el baile nuevamente, el padre de Jay hyung nos había dejado practicar en una pequeña sala de ensayos que pertenecía a su compañía, siempre y cuando no la ensuciaramos. La canción fue pausada y los aplausos por parte de Ni-Ki no tardaron en llegar, estaba orgulloso de como todo iba tomando el rumbo que deseábamos.
─Perfecto Wonie hyung, solo tiene que hacer los movimientos no tan fuertes y listo. ─Jungwon asintió, con una sonrisa en su rostro. Se dirigió hasta donde estaban sentados Jongseong y Jaeyoon para acostar su cabeza en las piernas de Jay hyung y el resto de su cuerpo en el suelo, quien al instante empezó a darle caricias en si cabellera oscura.
─Para terminar, nos falta la parte de Sunghoon hyung y de Sunoo. ─le dediqué una mirada fulminante a Riki al darme cuenta de que no había usado el honorífico conmigo sacándole una carcajada sonora, nos habíamos vuelto muy cercanos y sabía mejor que nadie que me molestaba el que no usase honoríficos.
Aquella parte específica de la coreografía le perteneció a Riki y a hyung en un principio, sin embargo ambos no congeniaban, tenían sus roces de vez en cuando y el tiempo se agotaba, por lo que decidimos al unísono que debíamos cambiar a alguno. Luego de pruebas e intentos, terminamos siendo Sunghoon y yo quienes interpretaríamos esa escena, puesto que todos decían que ambos teníamos buena química.
El antes mencionado se levantó del suelo, dejándole su teléfono a Heeseung hyung y se dirigió hasta donde estábamos el japonés, yo imite su acción─. Heeseung hyung, adelante la pista hasta el segundo veinticinco por favor, Sunoo y Sunghoon hyungs, en posición. ─el peli negro y yo nos colocamos como nos indicó Riki, hyung me dedicó una sonrisa que hizo revolotear algunas mariposas en mi estómago y la música empezó a resonar por toda la sala.
─¡Ahora! ─gritó Ni-Ki, haciendo que ambos comenzaramos a bailar.
─Terminamos por hoy, ya es momento de ir a casa. ─finalizaron Jay y Riki -ya que la noche amenazaba con caer pronto-, haciendo que los vítores por parte de todos llegasen, estábamos cansados pero orgullosos de lo que habíamos logrado en poco tiempo.
Todos recogimos nuestras pertenencias y salimos del lugar, apagando las luces del mismo antes. Nos despedimos y cada uno tomó su camino, sin embargo, Sunghoon hyung tomó mi mano para irnos a mi casa, debido a que lo había invitado días antes a ver unas películas y era la oportunidad perfecta para poder hacerlo.
Estaba muy emocionado cuando hyung acepto quedarse un rato en mi casa, con suerte Seeun noona llegaría temprano y podría presentarlos. Mi hermana era todo para mí, aún cuando no compartíamos lazo consanguíneo directo, siempre había estado conmigo en las buenas y en las malas.
Entre tonterías y trivialidades no tardamos mucho en llegar a mi casa, inserte la llave en la cerradura y abrí la puerta, haciéndome a un lado para que mi mayor entrase primero.
Cerré la puerta cuando fue mi turno de adentrarme y pude ver a hyung viendo las fotografías que había colocado Seeun de cuando era más pequeño, sonreía en múltiples ocasiones y podía escuchar como decía que era muy lindo, haciendo que mis mejillas ardieran.
─Hyung. ─lo llamé, su rostro se volvió rojizo al darse cuenta de que lo había visto observando las fotos─. Puede ir eligiendo la película, yo haré las palomitas. ─asintió y se dirigió a la sala de estar, mientras que yo fui a la cocina a buscar la bolsa de palomitas de maíz, noona no me confiaba su cocina en lo absoluto y opté por simplemente ponerlas en el microondas para que explotasen. Una vez listas, las coloqué en un bowl y fui hasta donde estaba hyung, quien había colocado todo y ya se encontraba sentado en el sofá, algo cohibido aún cuando le había dicho que se acomodase como sí fuese su hogar.
Me senté a su lado, dejando el bowl con las palomitas en sus piernas y mi cabeza en su hombro derecho, Sunghoon encendió la televisión y la película comenzó─. Elegí una de terror, porque sé que te gustan.
Ese simple comentario hizo que mi pulso se acelerase y una sonrisa totalmente boba se apoderase de mis labios, siempre le contaba sobre mis gustos pero nunca había pensado de que en verdad me escuchase, mi corazón se sintió cálido al instante e involuntariamente me acerqué más a él y hyung pasó su brazo alrededor de mis hombros, haciendo ese momento algo más... Intimo.
El timbre sonó a los minutos -interrumpiendo la película que fue pausada por hyung-, anunciando así que alguien había llegado, sabiendo de quien se trataba me levanté del sofá en dónde Sunghoon y yo nos encontrábamos para abrirle pero Seeun noona fue más rápida, entrando a nuestro hogar y saludando.
─Hola ddeonu, ¿Cómo fue tu día... ─se interrumpió a sí misma al darse cuenta de la presencia del peli negro─. ¡Oh! Veo que trajiste a un amigo, soy Yoon Seeun, soy la prima de Sunwoo pero preferimos tratarnos de hermanos. ─se presentó.
Sunghoon se levantó de su lugar para corresponder el saludo de noona, pero pareció que en vez de ver a mi hermana había visto a un fantasma─. Hola, yo soy Park Sunghoon... ─dijo como pudo. Su rostro, que de por sí ya era tan blanco como la nieve, se había tornado aún más pálido y esa sonrisa que había puesto se notaba de lejos que era falsa.
─Es un placer conocerle, Sunghoon. Me alegra que sea amigo de mi ddeonu. ─mencionó noona, mientras se dirigía a las escaleras para ir a su habitación─. Fue un gusto verle. ─dijo, y se desapareció de nuestro campo de vista.
Me acerqué a hyung, quien ya se había sentado nuevamente en el sofá, su rostro había tomado su color natural pero aún tenía un semblante asustado─. Sunghoon hyung, ¿Se encuentra bien? ─el peli negro no me respondió, haciendo que me preocupase aún más de lo que ya estaba─. Hoonie hyung, ¿Qué sucedió? Me está asustando... ─pregunté, acunando su rostro algo afligido con mis manos, dibujando círculos en sus mejillas y contando sus lunares con mis dedos.
─¿Recuerdas que todo esto de los chismes comenzó cuando rechacé a una chica? ─asentí, aún si estaba inseguro de hacerlo─. Tu hermana, Seeun, es esa chica.
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