Cap. 7
Si algo disfruto mucho de mi inmortalidad es no tener que preocuparme por el tiempo, antes de tomar mi inmortalidad siempre me decían que el tiempo cura todo, posiblemente ese sea cierto, pero cuando todo se intensifica y el tiempo carece de significado la cura simplemente no llega.
Aun puedo sentir el dolor y la necesidad de estar juntos en ambos, se siente como el primer momento en el que nos separamos.
El primer año fue el mas dificil, Vernon y Ji-yong me llevaron con todas las brujas conocidas para romper el vinculo ninguna lo logro, lo mas que pudieron fue bloquear la comunicación que Jin intentaba tener conmigo, pero el dolor no disminuía ni la necesidad de ir a le.
El segundo año fue el mas complicado, todo en mi rechazaba a cualquiera que intentara acercarse a mi con intenciones amorosas o similares, aun recuerdo cuando Vernon entro a habitación mientras estaba en la bañera intentado relajarme, era algo común en nosotros meterse en la bañera del otro ayudar a limitarnos, pero era común antes de Jin y deje en claro que ya no lo seria mas, me pude controlar cuando el se posicionó detrás de mi pasando sus piernas al costado de las mias, cuando paso la esponja por mi espalda, pero cuando sus labios tocaron mi hombro, perdi el control y lo único que me regreso fue el sabor de la sangre, la sangre de Vernon.
Vladimir decidió alejarlo de mi, ya que era mas que claro que no lo soportaba a mi lado y el me miraba con miedo.
El tercer año fue mas tranquilo, aun sentía su desesperación y sufrimiento, pero el estar todo el tiempo con mi padre y hermano me alejaban de los mios. Crei que todo podría estar bien, y lo estaría si en una reunion con los lideres no hubiera salido el tema de la pelea de territorio entre los licantropos, como manadas se estaban matando entre si. Aun así no se me permitió ir a verlo.
Esto me lleva al ahora, sentada a pocas horas de la reserva de los Silamats, de mi licano, mi Jin.
-Akasha?- la dulce voz me saca de mis pensamientos -explícame porque es mas interesante la ventana que yo- la sonrisa gentil de Jeonghan me regresa a la realidad.
-Solo recuerdos.
-espero no estés pensando en ese licano- da un sorbo s su cafe mientras regreso mi atención a la ventana -Akasha, tienes que olvidarlo, he sido paciente por lo de la ridícula unión pero no pienso seguir lastimandote y dejar que me lastimes cada que te toco-
No tenemos la misma definición de paciencia eso esta mas que claro, desde que Vladimir anuncio mi matrimonio con Jeonghan, el a intentado sacar a Jin de mis pensamientos. Cuando nos conocimos parecía un ángel pero sólo eso, lo parece. Al no poder morir no le da miedo tomarme, incluso aunque los dos terminemos heridos.
Al ser también de la realeza todos se alegraron de este compromiso, todos menos yo, pero lo que mas amarga cada minuto es el sentir de Jin, el lo sabe, sabe que algo esta mal.
Nos levantamos para dirigirnos al consejo, Jeonghan va a pagar, mi pecho, pongo una mano inclinado un poco del lado izquierdo, que es este sentimiento, mi marca duele, Jin, tengo que ir con Jin.
Arranco el carro sin mirar a Jeonghan el cual grita mi nombre, para tomar el camino a la reserva, Vladimir me va a castigar, pero no importa, tengo que ver a Jin.
Huele a sangre, ya con la noche cubriendo el cielo decido bajar del auto y dejarme llevar hacia donde mi cuerpo lo indica, se que voy hacia Jin.
La imagen es aterradora, cuerpos sin vida, y los que siguen con vida están transformados, y lo veo se que es el, peleando contra otro licano, ya lastimado y sangrando, me dirijo lo mas rápido que puedo hacia ellos.
Sus ojos mirándome, me he calmado, me mira con amor, mientras yo solo miro horrorizada lo que he hecho, mi cuerpo cubierto de sangre y un licano, el que peleaba con Jin muerto a mi lado.
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