Birth of a star.
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Sin darme cuenta de mis pasos, una vez más me había sentado frente al gran árbol de Gnowbell. Aunque es algo tarde y a pesar de ser noche buena, muchas personas que se agrupaban en parejas, grupos de amigos o familiares, e incluso alguno que otro animal callejero; se daban cita de vez en cuando por este lugar. El objetivo para algunos, era mirar únicamente por unos cuantos segundos este gran árbol, mientras que, otros más optaban por tomarse una foto de recuerdo con el gigantesco árbol de fondo.
Sinceramente, esto me recordó a una exhibición de arte en la cual las personas rodean las esculturas, pinturas o los lienzos de algún reconocido autor, para tomarse una foto que sirviera como recuerdo de haber estado presente aquel día, en el cual tal exhibición de arte llego a su ciudad.
Por supuesto que, yo no era la excepción entre aquel grupo de personas reunidas en tal lugar, pues desde una extraña terraza que formaba parte de la misma zona de exhibición para el gran árbol y con una vista que únicamente muy pocos podrían descubrir, me encontraba visualizando no sólo al conjunto de personas a mí alrededor, sino que también el gran árbol situado frente a mí. La imagen reflejada ante mis pupilas de tan placentero paisaje urbano, en realidad, era posible gracias a que había descubierto con un poco de suerte aquel sitio casi imperceptible para la gran mayoría de las personas, al estar inmersa en mis pensamientos hace unos meses atrás.
Siendo ya mi costumbre, mientras dejaba pasar el tiempo en aquel lugar tomaba entre mis temblorosas manos, un termo que contenía el café que había preparado antes de salir, pues en esta estación del año las noches son realmente heladas y mi cuerpo necesita de varias tazas de café para mantener su temperatura ideal.
—Ahh... —suspiré dejando una bocanada de humo blanco en el aire debido a las bajas temperaturas—. ...Así que, este es el árbol de Gnowbell ¿No? —Repose mi mejilla sobre la palma derecha de mi mano, para después sumergirme en mis pensamientos una vez más—.
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«Quizás, para las personas que no hayan nacido en esta ciudad o quienes simplemente ignoran las clases de historia sobre el pasado de su lugar de origen, el contemplar este árbol no sea más que un gran árbol muy bien cuidado, pero sí, les preguntarán a las personas con más tiempo viviendo en el pueblo ¿Qué significado tiene este viejo árbol? y el ¿Por qué de su nombre? Estos seguramente comentarían que, se trata de un emblema de esperanza y felicidad, tanto para nuestros ancestros como para quienes vivimos en el presente y ¿Por qué no?, incluso por la prosperidad de las generaciones futuras. Otros quizás, opinen que es símbolo de fortaleza y productividad de nuestro entorno social y de la capital en sí.
Puede que se deba a que este árbol tiene más de mil años con vida, por lo que, es más que seguro que estuvo presente en la fundación de esta pequeña ciudad al norte del territorio de Lustlefield. Siendo esta la razón de que se le nombrara de la misma manera que esta ciudad, sin embargo, su significado va más allá del simple nombre, ya que incluso abarca la historia de la misma capital.
La ciudad de Gnowbell, a pesar de su pequeña extensión de tierras al ser comparado con las ciudades a su alrededor no destaca de manera especial, pero al ser la ciudad con más tiempo desde que fue fundada aproximadamente hace 1,000 años al delimitar las fronteras del territorio de Lustlefield, Gnowbell estuvo entre las principales ciudades postuladas para ser la capital de este territorio. Ganando entre el resto de ciudades gracias, a que esta última surgió durante el periodo más oscuro del que se haya tenido registro.
Sin embargo, incluso aún en la actualidad, los datos registrados de tal suceso son muy vagos en cuanto detalles pues, según estos narran que en aquel entonces las tierras en su mayoría eran imposibles de habitar. Pero, ¿Cuál era la causa de que estas tierras fueran inhabitables? Bueno, esto se debía a que eran el campo de guerra entre la dinastía Shueng comandado por Li Shueng y el clan Himori liderado por Aoi Himori, siendo los jefes de grandes organizaciones de poder eran considerados como los más grandes representantes de aquellos tiempos, ya que contaban con un gran intelecto y gran fuerza militar respectivamente.
Siendo que estos dos elementos eran de gran apoyo para la conquista de territorios a sus cercanías, también fueron causa y razón de que tal enfrentamiento durara más de 45 años. Y el que tal guerra se prolongara tanto tiempo logro que, en cada enfrentamiento subsecuente al anterior, se llenase con más sangre y cuerpos sin vida de tropas rivales o aliadas, sin distinción de edades, género o clase social sobre las tierras en las que se combatía, así como también acabo con el ecosistema de fauna y flora del lugar y sus alrededores cercanos.
El triunfo y final de esta larga guerra fue gracias al surgimiento de pequeños grupos rebeldes en ambos bandos, estos grupos rebeldes ganaban con cada pizca de tiempo mayor apoyo por la sociedad en general. El temor escondido en los pensamientos de estos seres, por la idea de que el enemigo tomará estas rebeliones a su favor, para derrotar a un enemigo en común y ya la muy avanzada edad de sus líderes, sin tener un sucesor con la fuerza política y militar suficiente para resistir un golpe contundente del enemigo, orillo a ambas cabecillas a intentar un pacto de paz que pudiera satisfacer la mayor parte de sus ideales.
Tal tratado entre ambas fracciones, fue representada por la recuperación de las tierras en las cuales habían estado combatiendo durante cerca de 50 años, la restauración de las tierras comenzó con la forestación de más de 1,200 hectáreas de terrenos, a la vez que estas tierras eran saturadas con cientos de especies de flora distintas entre ellas, e incluso se dieron a la tarea de construir canales de agua, fuentes de energía, caminos para el comercio así como, hogares que serían habitadas por familias de ambas fracciones en señal de paz entre ambos líderes.
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Pero, ¿Qué rayos tiene que ver esto con el árbol que tengo ante mis ojos? Bueno pues debido al largo tiempo de vida de este árbol se cree que es posible que este árbol sea uno de aquellos árboles plantados en aquellos tiempos. A pesar de ello, como es lógico en toda historia con el tiempo surgen relatos alternativos al primero, por ejemplo, algunos comentan que este árbol no fue plantado por resultado de este tratado, sino que este era el único árbol sobreviviente a tal guerra y aunque fuera por suerte fue signo de que aun la tierra a su alrededor era fértil, razón por la que los sobrevivientes a tal guerra se establecieron para recuperar la vida que les había sido arrebatada.
Pero, sin importar de que historia se trate esta va a diferir de manera parcial o total de otra versión lo mismo sucede en mi caso, pues una persona a quien apenas puedo recordar de manera tenue y por momentos dentro de mi mente, me contó años atrás una historia de fantasía acerca de aquel gran árbol cuyas gruesas ramas sobresalían por algunos caminos y calles de la ciudad.
En esta leyenda, no fueron las crecientes rebeliones dentro de ambos grupos que guiaron a las dos fracciones a zanjar el final de la guerra, sino que, fue el enojo y aburrimiento de un ser superior a la raza humana quien cansado de que los débiles e insensatos humanos mancharan de sangre y pestilentes cuerpos sin vida, las hermosas tierras que estaban bajo su cuidado y protección, decidió tomar cartas sobre el asunto.
Dicho ser, cito a ambos líderes en la cima de una llanura con la única condición de que tuvieran consigo lo más importante en su vida, esto en señal de que se daría una reunión para dar fin a esta guerra que ha durado tanto tiempo. Como si no fuese suficiente el llamado a ambos personajes, este dio una demostración de su gran superioridad al construir de la nada una gran llanura entre ambos campamentos con los cuerpos de más de 50,000 soldados de ambas fracciones enemigas.
Una vez reunidos los antes citados, desde el cielo y con una forma semejante al de una mujer con un esbelto cuerpo, pero con el único detalle de tener un par de alas blancas con plumas tan brillantes como las mañanas, sobresaliendo desde su espalda y unas pupilas tan obscuras como la noche, pero con pequeños destellos idénticos a la de las mismas estrellas que la cubren, inicio su arribo hasta los dos hombres de gran edad quienes esperaban estupefactos ante su presencia. Una vez su descenso había terminado, dio por iniciado dicha reunión entre un par de mortales humanos y un ser cuya existencia era posible clasificar como la de un dios.
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—Ara ara... —mordiendo la uña de su dedo índice sutilmente, al mismo momento que su cuerpo se acomodaba sobre un trono de tierra que brotaba del suelo como si fuese programado únicamente con dicho fin—.
—No es necesario que lo hagan, pero ¿Podrían presentarse ahora caballeros? —extendiendo ambos brazos con las manos expandidas en dirección a ambos líderes—.
—Nu... nuestro amo es el grandioso señor L... —exclamando con gran energía, uno de los hombres que servían a la dinastía Shueng, pero tal energía solo fue destruida y detenida casi de inmediato por la voz irritada de la hermosa mujer—.
— ¿Huh? ¿Quién te dio permiso de hablar ante mi presencia? La basura, simplemente debe desaparecer —dando un chasquido con los dedos, para acabar con la existencia de tal hombre y mostrando por segunda vez la gran diferencia de fuerzas ante los espectadores—.
—Soy... Aoi Himori, cabeza de clan Himori... —inclinando su cuerpo en señal de respeto ante tal personaje—.
—Es... Este... Li Shueng, líder de la dinastía Shueng... —imitando el comportamiento de Aoi, mientras el silencio reinaba el lugar—.
—Bien, mi nombre es ***** *** no importa si no lo entienden pues, para una raza inferior como la suya es imposible siquiera el pronunciar tales palabras, como el nombre de una deidad —cruzo las piernas y recargo su mejilla sobre la palma izquierda—.
—No me gusta dar rodeos, así que... En este instante les hago saber que todas las tierras que han destruido por su estúpida lucha sin sentido, están bajo mi cuidado —tales palabras dejaron al borde del infarto a aquellos hombres que aun inclinados sin hacer el más mínimo movimiento esperaban el momento en que acabaran con sus vidas—.
Tal comportamiento, lleno de una presión abrumadora a los acompañantes de ambas fracciones quienes únicamente podían observar sin replicar las acciones de tal ser, este tiempo siguió por unos instantes más hasta que por tercera vez la hermosa mujer comenzó a mover los labios.
—Pero que se le puede hacer ¿No es así? —levantando el rostro de Aoi con el lento y tenue roce de sus dedos—.
—Todo esto paso gracias a que su insignificante batalla en su inicio me brindo algo de entretenimiento, pero ahora estoy aburrida de nuevo así que ¿Por qué no darle fin de una vez por todas? —tomando el rostro de Shueng con ambas manos, para después acercar sus labios hasta los oídos de Li—. ¿Qué te parece si intentamos otro juego? —mirando las expresiones de horror de ambos líderes, para después continuar explicando—.
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— ¡Ah! ¡Ahh! ¡Aahh! —lanzando suaves gemidos—. ¡Estupendas miradas! ¡Son espléndidas! Pero aun no iniciamos con el juego así que guarden estos gestos para un mejor momento. Para el juego solo deben pedir lo que más anhelen y listo, ¿A caso no es maravilloso?
— ¡Por supuesto!, que el precio por tales anhelos será proporcional a lo que deseen —después de decir estas palabras el aura abrumadora alrededor de ella desapareció por completo, permitiendo que tanto Aoi y Li, como a sus acompañantes pudieran moverse con naturalidad—.
A pesar de que quisieran negarse en participar en dicho juego propuesto por aquel ser sobrenatural ante los ojos de un humano, esta podía acabar con sus vidas de inmediato. Sí agregamos a esto la gran avaricia y corrupta vida de estos líderes, tendremos como resultado una oportunidad única que ninguno de los dos podría desperdiciar. Esto hizo que tanto Aoi como Li después de unos minutos de tanto pensarlo se acercaran a la hermosa mujer que se encontraba esperando la hora de hacer realidad sus sueños.
Sin embargo, tanto como Shueng como Himori tuvieron presente que si su deseo era muy grande o difícil de cumplir su vida podría estar en riesgo y no era algo que pudieran darse el lujo de hacer, por ello idearon una estrategia que pudiera sacarlos de tal apuro. Tras el paso de unos minutos Aoi Himori fue el primero en acercarse hasta el trono de aquella diosa.
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—Humm... -dando un bostezo largo, para en seguida tallarse ambos ojos-. Pero, en fin ¿Cuál es su anhelo jefe del clan Himori? —incorporando de inmediato la postura con la que había iniciado su espera—.
—Mi anhelo es que las tierras al sur de aquí sean restauradas y le sea permitido a mi gente un futuro próspero -sin decir una palabra más este espero cualquier signo de respuesta ante su petición—.
« ¿Encerio? Con una oportunidad así de grande, puedes pedir cosas aún más increíbles, pero... Ok, veamos que pide el otro», pensó la deidad al intentar comprender el actuar humano.
—Mmm... Usted ya lo ha pensado bien ¿No es así Shueng? ¿Qué es lo que anhela en estos momentos? ¿Quiere la vida eterna? ¿Quizás desee gobernar sobre estas tierras? O ¿Puede que desee un poder tan grande como el de un dios? —comento sin durar de sus palabras—.
—Si, siendo sincero quisiera obtener un poder que le haga frente al de usted, pero tal poder tendría un costo que quizás no pudiera pagar. Por ello quiero obtener tierras fértiles del norte de aquí en las cuales mi pueblo pueda prevalecer por bastantes años más.
— ¡Puf!... Está bien, sus anhelos han sido escuchados y aceptados por mí. Ahora es momento de que paguen el precio de sus anhelos —extendió sus alas, mientras que se levantaba de su trono lentamente para después desaparecer en el cielo—.
El juego había iniciado, con la retirada de aquel ser ambas cabezas de las fracciones ordenaron a su gente traer todo el oro, la plata y cosas de gran valor que tuvieran en su posición para pagar la deuda de tales deseos. No tardaron más de 2 días en traer todo objeto de valor a la cima de esa llanura, cuando en la tarde del segundo día bajo nuevamente aquella mujer de alas blancas.
—Buenas, buenas... Parece que este suelo intenta dar una ilusión de brillo, pero ¿Para qué hacen esto? —con un comportamiento semejante al de un niño quien no comprende lo que sucede a su alrededor, dio una pequeña inspección de los objetos presentados ante ella—.
—Esto es para pagar el precio de nuestros des... —comentaron Aoi y Li al mismo tiempo, pero sus palabras fueron absorbidas por una ligera carcajada de la diosa situada frente a ellos—.
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—Jajaja... jajaja ¿En verdad creen que con algo tan efímero como esto pueden pagar su deuda? —el rostro de los presentes quedo inmenso en un gran terror, el cual solo daba placer a tal hermoso y despiadado ser—.
—Tenía razón, este juego es muy divertido. ¿Llegamos al clímax de este juego? —con una gran velocidad trajo consigo a la joven pareja de Himori y a la esposa de Shueng quien se encontraba embarazada—.
Con lentitud abrió los cuerpos que había traído consigo y comenzó a reconstruir las tierras a su cuidado y las que pronto también estarían al cuidado de Li y Aoi con cada órgano obtenido de estos cuerpos, y para culminar con la rehabilitación de las tierras, formo una pequeña semilla con el corazón de Mai Lin pareja de Himori, haciendo un hoyo en la tierra para tirar la semilla y luego regar está misma, con el corazón de Aki la esposa de Shueng junto al de su hijo. No tardo ni 15 minutos y ambos cuerpos habían desaparecido sin dejar ninguna prueba de su existencia.
Tal suceso, no solo acabo con la fuerza y el espíritu de los presentes, sino que también toda la tierra que antes era considerada como no fértil, se convirtió en grandes extensiones de tierras llenas de plantas, arboles, ríos, lagos y fauna, aunque quizás el más impresionante florecer fue el de un gran árbol de varios metros de altura nacido desde los corazones de las parejas de ambos jefes de fracciones. Estos últimos no aguantaron lo presenciado ante sus ojos, por lo que les cedieron el liderazgo a otras personas para después suicidarse al pie del gran árbol, con el paso del tiempo este árbol recibió el nombre de gran árbol de Maiki el cual es la combinación de los nombres de las mujeres sacrificadas.
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Tiempo después este se convirtió en un emblema de una pequeña ciudad emergente con el nombre de Gnowbell y con esto el nombre de este árbol cambio al de Gnowbell... Pero como mencioné anteriormente solo es una historia infantil, además es un vago recuerdo en mi mente que bien y pude haberla creado yo misma.»
—Pero ¿Cuál es el secreto oculto en tan hermoso árbol? ¿En realidad hay alguna razón por la cual tantas personas le tengan tanto aprecio a un árbol con solo un gran tamaño? o ¿Será solo una fachada con un terrible secreto? —sacudí mi cabeza de un lado a otro para poder salir de mis pensamientos, pues todas estas preguntas simplemente no encontrarían respuestas sin importar cuanto más lo pensara—.
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Para cuando salí de mis pensamientos la cuenta atrás que habían comenzado las personas reunidas a mí alrededor, había concluido con el inicio de un espectáculo con múltiples adornos navideños que junto a diversas luces extendidas sobre todo el árbol de Gnowbell y edificios cercanos a él. Además de esto varios destellos de fuegos artificiales cubrieron el cielo con explosiones de colores y formas diferentes entre sí, sin duda alguna, se trataba de uno de los espectáculos más grandes organizados en esta ciudad.
Efectivamente, todo este conjunto de adornos, luces y sonidos se debían a que hoy es noche buena y mañana sería navidad, pero, a pesar de tener una hermosa paleta de colores para mis pupilas solo uno de ellos valía la pena de ver. Destacando de entre todos los demás colores gracias a su intenso brillo, pero tenue color, pues se trataba de una luz con un tono azul que incluso los más experimentados artistas no podrían describir y mucho menos clasificar entre la gama de colores existentes.
Tan así de complejo era entender la naturaleza de este color que muchos la clasificarían como un hermoso color, sin igual e imposible de replicar. Sin embargo, este color no tenía un origen puro, sino que era un tono producido por un pequeño conjunto de focos diferentes entre sí, aunque desconozco el color de cada foco de este conjunto y al responsable de generar tal brillo. Puedo asegurar únicamente que en el instante en el cual esta luz se adueñó de mi campo visual, mi alma se llenó de una tranquilidad tan cálida como el amor de mi madre.
«Quizás solo sea mi imaginación, esta sensación debe ser causada gracias a que es noche buena y pronto será navidad, además la atmósfera que transmiten las personas a mi alrededor en realidad te hace sentir con un peso menos sobre los hombros. Si lo comparo con el otoño cuando no tenía ni descanso entre los exámenes escolares y el trabajo de medio tiempo, ahora que tengo tanto tiempo libre, suelo aburrirme de no hacer nada.
Debido a que estando en mi casa el aburrimiento es mucho peor, prefiero salir de casa y dar paseos largos por las calles de esta ciudad, hasta llegar a este lugar para simplemente dejar que el tiempo corra mientras que solo observo a las personas pasar... Para cuando el día está por terminar regreso a mi hogar a la hora exacta para cenar.
—No obstante, si me lo preguntan, de ser posible quisiera tocar aquella luz con mis propias manos, aunque fuese una única vez... —emprendiendo mi marcha una vez más, no solo deje aquel sitio en donde me encontraba, sino que también aquel último pensamiento vagando entre los halos de luz a mi alrededor—.»
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... Ara ara, es un deseo hermoso y único... ¿Quieres tomarme con tus propias manos? En verdad, los humanos son tan egoístas ¿No es así?... Sin embargo, recuerda todo deseo tiene un costo y tú tienes un gran deseo. Pero, eso tú ya lo sabes ¿Verdad?... ¿En verdad podrás disfrutar de mi brillo? ...
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Cuando dejaba atrás al gran árbol una extraña voz resonó en mi cabeza, sin embargo, no le tome importancia alguna. Al caminar entre las calles iluminadas no solo por los postes de luz, sino que también por las series de luces que adornaban cada una de las casas por las cuales tenía que cruzar para llegar a mi hogar. Pero, pese a que ante a mí se encontraba un sendero muy bien iluminado, tal brillo era realmente pálido al ser comparado con aquella luz que hizo acto de presencia únicamente para mis pupilas.
Puede que si no fuera por Alceus un compañero de clases de la preparatoria, quien me aseguro que no había ningún foco que pudiera dar un tono como el que yo describía o incluso sí, era posible que alguna de las series de focos que coloco al ayudar a su padre con la decoración del gran árbol diera tal brillo, estas series tenían la misma forma lo cual no concordaba con la descripción que antes le había dado. Harían que mi afirmación sobre que aquella luz dio su resplandor solo para mi sonara como una exageración.
Pero estas luces no eran lo único que se podía destacar al caminar entre las calles de esta ciudad, pues si observas con un poco de atención a tu alrededor podrás ver a personas al interior de sus hogares que se preparaban para cenar en familia o también, te darías cuenta de las parejas que al igual que tu caminaban por aquellas calles vestidas con un delgado lienzo blanco. Pero a diferencia de cualquier otra fecha del año, las personas no se trasladaban de manera efímera de un lugar a otro, con el fin de satisfacer las necesidades de la sociedad en la producción en masa de bienes y servicios que la misma demandaba todos los días, sino que, todas aquellas personas ahora se encontraban disfrutando de un pequeño oasis en el cual podían reunirse con sus seres queridos sin tener que preocuparse por el trabajo o las actividades escolares.
Un ejemplo de este oasis eran los niños que jugaban sin descanso a las escondidas, las atrapadas u otro juego de pelota mientras sus padres disfrutaban de charlas en parejas o con otros integrantes de su familia. En mi caso, mi padre descansará dos semanas este año así que lo más seguro sea que se encuentre en casa con mi madre y mi hermana esperando mi regreso para iniciar con la cena.
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Finalmente, después de unos minutos de caminar ya me encontraba a un par de pasos de la entrada de mi hogar, desde mi ubicación podía visualizar por una de las ventanas frontales a mi hermana Lía con su característica sonrisa de par en par. Aquella pequeña niña de ojos carmesí, quien reproducía las poses peculiares de Serena Tsukino heroína de una serie de televisión era mi hermana menor mientras que, el hombre quien simulaba ser un enviado del mal en busca del cristal de plata era mi padre.
— ¡Ups!... Creo que he llegado a tiempo para unirme al juego de Lía —dejando escapar una pequeña sonrisa al ver tal escena a través de la ventana—.
De la misma manera en la que mi padre pasaba el tiempo con mi hermana, mi madre con un aura tranquila se encargaba de la cena desde la cocina, aunque no era muy visible desde la ventana como mi padre o mi hermana era posible verla de espaldas con la mayoría de la espalda cubierta por su largo cabello de un color negro profundo y, una suave y bien cuidada piel morena.
— ¡Bien! Ya es hora de entrar y disfrutar de la comida que ha preparado mi ma... —un nudo reseco mi garganta e impidió que cualquier sonido pudiera salir de mis labios—.
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Además de no emitir ninguna palabra mi cuerpo perdió la capacidad de movimiento pues, en algún otro momento este, correría de inmediato a la puerta para girar la perilla, y enseguida pasar la entrada de mi hogar hasta mis familiares. Pero, en esta ocasión no era posible realizar tales acciones, lo único que podía hacer era mirar como de la nada, grandes flamas envolvían toda la estructura frente a mí.
Sin embargo, el que mi hogar como mi familia estuvieran envueltas en llamas no fue lo que me paralizó en el espacio entre la ventana y la puerta de mi hogar, sino que, el responsable de mantener mi cuerpo inmóvil durante varios segundos era el color de las flamas que saturaban el interior como el exterior del edificio. Era imposible no reconocer tal maravilloso color como también el inolvidable brillo ¡Claro! esto solo aplicaba para mí, pues el color de las llamas frente a mí y que iluminaban la oscura noche era el mismo que había visto anteriormente en las series de luces que adornaban al gran árbol de Gnowbell.
Aunque por unos momentos en la plaza de esta ciudad había sido el único testigo de tal brillo, en estos momentos tanto mis padres como mi hermana eran conscientes de tal hermoso brillo, pero ellos no solo podían ver aquel hermoso color azul, sino que, incluso tenían el privilegio de unirse con aquellas llamas sin sufrir ningún daño alguno.
Sin embargo, tal escena en la que los únicos que podían disfrutar de tan cálido brillo eran mis padres como mi hermana, logro que dentro de mí un sentimiento de envidia y celos a tal privilegio que gozaban mientras era excluida creciera tanto que recuperé la movilidad de mi cuerpo.
Entonces de manera tranquila avance paso a paso hacia el interior de la casa, con el único deseo de compartir dicho sentimiento con mi familia, cuando me sumergí entre aquellas llamas mi cuerpo fue envuelto por flamas cálidas que llenaron de gozó a mi corazón y de placer al resto de mis sentidos.
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... Pero nada dura para siempre... ahora que no solo puedes tomarme con tus manos, sino que, también te has envuelto en mis llamas... ¿Por qué no me das un poco de placer tú a mí? ...
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Pero en el momento en el que me encontraba en el clímax de mi felicidad, recibí un golpe que me haría volver a poner los pies sobre la tierra. A pesar que al principio las llamas que cubrían a mis familiares no representaban daño alguno para su vida, en el instante en el que mi cuerpo entraba en contacto con esas tenues llamas azules mis padres como también mi hermana comenzaron a sufrir ligeras quemaduras por todo el cuerpo. Estas quemaduras aumentaron con cada segundo que pasaba, de igual forma los gritos de dolor, auxilio y agonía eran cada vez más fuertes, sin embargo, yo me encontraba frente a ellos solo observando como aquellas llamas consumían no solo su cuerpo, sino que igual evaporaban las lágrimas de mi madre y mi hermana.
Entre las voces que saturaban toda la habitación hubo una voz que penetro mi corazón y esta voz era la de mi hermana, quien exclamaba por ayuda mientras corría hasta los brazos de mi madre quien la cubrió con ambas manos para evitar inútilmente que el fuego llegara hasta la pequeña, mi padre por otro lado intento hacer un camino por el cual pudieran escapar hasta la puerta de la casa en donde yo me encontraba. Pero las llamas no desaparecían con el uso del extintor por lo que, en un último intento de esperanza, mi padre rompió las llaves de agua para que al menos el agua que salía de estas tuberías le diera más tiempo para salir a mi madre quien corría hasta mi ubicación.
Sin mover mis piernas extendí mis manos para tomar a mi madre o por lo menos a Lía, sin embargo, a tan solo pocos milímetros de distancia entre nuestras palmas el cuerpo de Lía y mi madre fue totalmente consumido por las llamas sin dejar nada. La ropa, así como, sus cuerpos se hicieron cenizas y estas cenizas se consumieron sin dejar huella alguna. Cuando el cuerpo de Lía desapareció por completo, mis ojos trataron de encontrar a mi padre quien se encontraba en la cocina, pero mi búsqueda era inútil pues, seguramente él tuvo el mismo destino que ellas.
Al ser solo una espectadora del sufrimiento y agonía de mis familiares al morir por un capricho mío hizo que mi fortaleza tanto emocional como mental se rompiera en varios fragmentos, así como mis lágrimas caían por mis mejillas, mi cuerpo cayó al sentir un gran peso sobre mis piernas que como si fuesen de papel no resistieron y se inclinaron ante tal presión. Las llamas que no solo envolvían la estructura de la casa, sino que también a mí, fueron disminuyendo su intensidad conforme mis lágrimas caían al suelo y poco después el fuego había cesado al igual que mis lágrimas.
En ese momento tanto el cuerpo de seguridad de Gnowbell como varios camiones de bomberos, llegaron por las calles en las cuales antes había caminado hasta los alrededores de mi hogar, pero no fueron de utilidad pues el fuego ya había desaparecido de la misma manera en la que había surgido, con la única diferencia de que tanto mis padres como mi hermana se habían ido con aquellos últimos destellos azules semejantes al brillo que producen las luciérnagas en las noches de verano.
Al darme cuenta de lo que ocurría a mi alrededor, estaba siendo transportada por un par de oficiales hasta la parte posterior de una ambulancia con una larga toalla blanca envuelta sobre mis hombros. Mientras era desplazada hasta aquel vehículo pude ver como algunos bomberos entraban a mi casa para reparar las tuberías de agua que mi padre había roto en su desesperación, de manera paralela a estos otros más se encargaban de asistir a los oficiales para evitar que la prensa que revoloteaba a los alrededores del accidente estorbaran en su trabajo.
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Cuando los bomberos habían concluido su trabajo con las llaves de agua, el oficial Toyotaru me llevo a la comisaria de Gnowbell para que descasara en una de las habitaciones que usaban para casos semejantes al mío en donde por algún accidente los niños, niñas o personas afectadas directamente pudieran calmarse.
—Sé que no es tan cómodo como lo sería tu habitación, pero por el momento es lo único que puedo hacer por ti —el oficial Toyotaru comento mientras sostenía la puerta quedaba entrada a la pequeña habitación blanca—.
Sin realizar sonido alguno entre a la pequeña habitación blanca y mire alrededor. Ciertamente aquella habitación estaba casi vacía pues, en su interior solo se encontraba una cama en el rincón izquierdo a esta con una pequeña mesa a su lado en la cual se encontraban colocados una jarra de agua además de un vaso de cristal y únicamente una ventana en la pared posterior a la puerta. No se acercaba ni un poco a mi habitación que con los peluches y los muebles como las diversas decoraciones que tenían te daban la sensación de apenas pasar entre ellos.
—Descansa Amane, mañana te haremos algunas cuantas preguntas ¿Esta bien? —comento una vez más, pero una vez más no exclamé ni un sonido y solo asentí con la cabeza—.
De esta manera, la puerta fue cerrada lentamente hasta solo dejarme de pie frente a la ventana de la cual entraba una suave luz que se encargaba de iluminar aquel pequeño cuarto. El cuerpo me pesaba bastante pero no me dolía, en aquel momento comencé a dudar incluso de mis sentimientos porque por un lado la tristeza invadía mi cuerpo, pero también el miedo, el enojo y la culpa lo recorrían desde la cabeza a los pies.
Con mi cuerpo y mi corazón debilitados el sueño inundó mi ser hasta que este no pudo más y se dejó vencer ante este, aquella noche dormí con la espalda contra la pared y con mis brazos apoyados sobre mis rodillas dejando caer levemente mi cabeza sobre estos.
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Para cuando desperté ya me encontraba más calmada y sobre la mesa de madera encontré una bandeja con el desayuno que seguramente el oficial Toyotaru había dejado, pero, eso no fue lo único también a un costado mío hallé una muda de ropa con una pequeña nota sobre ella. Levantando la nota comencé a leerla.
Coloqué la nota a un lado de la ropa una vez terminé de leerla, para enseguida cambiarme la ropa que tenía puesta desde ayer y comencé a desayunar. Una vez terminé de comer salí de la habitación con el fin de ir a la sala de interrogación, pero para mi sorpresa una oficial ya me estaba esperando. Ese día no solo fui bombardeada por diversas preguntas acerca de lo que había sucedido aquella noche, por el oficial Toyotaru, sino que también por la prensa de la ciudad.
Si tuviera que hacer una lista de las preguntas presentadas por estas personas, así como de las respuestas que les di, se obtendría el siguiente resumen:
° ° ° ° ° ° ° ° ° ° ° °
1- ¿Cuál es su nombre? / Mi nombre es Mitsuki Amane.
2- ¿Cuántos años tienes? / Ahora tengo 19 años y cumpliré los 20 años dentro de 5 meses.
3- ¿Cómo es que inicio el accidente? / No lo sé. Simplemente ocurrió sin aviso alguno.
4- ¿Había problemas en tu hogar? / No.
5- ¿Notaste algo raro en tu padre, madre o hermana? / No, todo estaba realmente bien.
6- ¿Sufriste alguna herida durante el incendio? /... No.
7- ¿Tienes algún familiar con el cual podamos hablar? / No.
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Pese a que, en la tarde del siguiente día, había sido eliminada de cualquier posible responsabilidad por el accidente sucedido en mi hogar y que gracias a que ya era mayor de edad el juez me permitió vivir por mi propia cuenta. El oficial Toyotaru como algunos agentes de las ciudades cercanas a Gnowbell quienes habían escuchado sobre aquel rumor intentaron dar con la respuesta de aquel extraño suceso, pero no lograron acercarse ni un poco a lo que viví en carne propia.
Después de unas semanas tales investigaciones como eran de suponerse fueron abandonadas porque pese a todo el tiempo como a los distintos métodos utilizados por estas personas, sus respectivas carpetas de investigación no tenían ni pies ni cabeza. Aunque la mayor parte de estas investigaciones no salieron a la luz por la misma razón, el oficial Toyotaru me cito en una cafetería para hablarme acerca de su investigación.
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—Lo siento Señorita. Amane, aunque di lo mejor de mí para poder resolver aquel accidente, todas mis conclusiones llegaban al mismo punto —bebiendo de su taza para después continuar desde donde se había quedado—.
—Lo que quiero decir, es que aquel día sucedió un hecho que supera el razonamiento humano, o al menos supera mis límites de razonamiento —comento el oficial Toyotaru mientras le agregaba media cuchara de azúcar a su café—.
—Descuide, entiendo a lo que se refiere... —encendí mi celular para ver la hora, pero al ver lo tarde que era bebí de un solo trago todo el café dentro de mi taza hasta no dejar nada de este líquido ya algo tibio, para finalmente colocarla sobre la mesa—.
—Agradezco el hecho de que me llamará, pero me tengo que ir —sostuve mi mochila con la mano izquierda mientras me levantaba de mi asiento y me alejaba de aquel lugar—.
— ¡Ten un buen día! —pronuncio estas palabras mientras salía por la puerta de la cafetería, por lo cual giré y asentí con la cabeza para después seguir mi camino—.
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Pese a que, ninguna de estas investigaciones se dio a conocer de manera pública y, como al inicio había comentado. Un único suceso puede tener varias historias detrás sin importar lo creíbles o absurdas que fueran, y esta no era la excepción en este caso pues días después de mi encuentro con el oficial Toyotaru comenzó a circular el rumor de que había sido yo la responsable de aquel incendio. Las causas según dichas personas eran los problemas familiares por los cuales pasaba mi familia.
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«Desde aquel día comencé a dudar del razonamiento humano, pues simplemente basto estos rumores ilógicos para que las personas comenzaran a distanciarse de mi persona, y con el tiempo llego el punto en que las madres del vecindario prohibían a sus hijos el acercarse a mí.
Pero... Todas aquellas personas a quienes algún día catalogue como mis vecinos, mis amigos u/o mis seres queridos, no notaron que desde ese día todo había cambiado para mí... Que mi vida no sería la misma y que ahora tanto ellos como mi vida en general había dado un giro de 180° grados... Todo había cambiado y jamás volvería a vivir aquella felicidad con la que había crecido durante 19 años.
Entonces entendí, que en el momento en el que sus cuerpos dejaron de existir con el tiempo también dejarían de existir en las memorias de las personas con las que compartieron parte de su vida e incluso para mí. Y aunque hubiese la posibilidad que únicamente en mi mente aun conservara una sombra de aquellos recuerdos, comprendí con el pasar de los días que los rumores que se habían esparcido por la ciudad no era tan errónea pues, la muerte de mi hermana como la de mis padres fue el precio que pague por hacer mi deseo realidad.
Sí, un deseo egoísta en una hermosa noche fría de diciembre que me brindo del más cálido fuego antes visto pero también, me arrebato a las personas más importantes de mi vida.
Sí me preguntaran ¿Valió la pena hacer realidad tu deseo? Puedo decir que en el instante donde los celos invadieron mi cuerpo al ver a mis familiares envolverse en tan bellas flamas azules, para cuando entre y disfrute de ellas poco me importaba el ver que mi madre rompía en llanto mientras cubría con ambos brazos el cuerpo de Lia, o que mi padre intentara de todo por darle una ruta de escape a mi madre y mi hermana quienes únicamente se lamentaban del dolor.
Pero simplemente fue un placer efímero, y la realidad me haría aceptar la gran equivocación que tuve por mi egoísmo. Pero cualquiera podría tener el mismo error que yo no por nada todos somos humanos o ¿No es así?
Para cuando acepte mi error, no solo reorganicé mi vida para sobrevivir el presente y los días que estarían por venir, sino que, las personas de la ciudad de Gnowbell como las ciudades cercanas a Lustlefield determinaron que el nombre al accidente ocurrido en la noche de noche buena sería el de "The nigth of blue firefilies". Nombre que surgió gracias a la extraña forma en las que la llamas desaparecieron en el extenso cielo oscuro, pues para los que pudieron ver el final de estas llamas era muy semejante al vuelo que realizan cientos de luciérnagas en las noches de verano».
—En fin, ahora debo irme a la escuela y lo quepiense o comente en voz alta solo para mí no servirá de nada para mejorar miscalificaciones —exclamé mientras salía de casa una vez más—.
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... Mí querida Amane Mitsuki... No serás la única que cambiará durante estos años pues, pues dentro de poco iniciará un nuevo juego y tú serás quien determine quién será el ganador... Así que trata de no olvidarlo...
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.... Aproximadamente seis años después de "The nigth of blue firefilies"....
20 de diciembre, 21:30 hrs.
Mi nombre es Mitsuki Amane, actualmente tengo 24 años de edad, por lo cual, podemos decir que aún me encuentro en la categoría de "joven mujer" o también llamada como la etapa del adulto joven, en esta ciudad es común ver que muchas personas entre los 22 a 26 años de edad comiencen su inclusión en algún trabajo formal y/u informal, sin embargo, en mi caso no fue así.
Hace cinco años perdí a mi familia en un misterioso accidente conocido como "The nigth of blue firefilies", dicho suceso se ubicó en una de las casas al interior de Gnowbell. Desde aquel momento en que lo perdí todo en un abrir y cerrar de ojos mi vida cambio de manera drástica. Lo primero en cambiar fue mi forma de socializar y convivir con las personas a mí alrededor y de la mano con esto mi manera de ver y entender el mundo también cambio, siendo estos cambios y las nuevas necesidades que tenía que satisfacer me obligaron a cambiar mis prioridades.
Pues, con los rumores que se habían esparcido por toda la ciudad de Gnowbell y lo pesado que era ir a la escuela mientras tenía que ingeniármelas para conseguir ingresos para mantener los servicios básicos del hogar y el instituto. Era bastante agotador ya que en la escuela era marginada por temor a dichos rumores, mientras que, encontrar buenas condiciones de trabajo para una recién estudiante de Universidad sin experiencia laboral complicaba las cosas.
Entonces, cierto 27 de agosto deje la escuela para poder enfocarme de lleno en algún trabajo el cual me dejara lo suficiente para subsistir. Teniendo ya la edad de 20 años pude conseguir un puesto en una empresa de servicios varios como recepcionista de llamadas y atención al cliente. Este trabajo pese a sonar sencillo realmente fue estresante y cansado mentalmente, pero con el tiempo mejoré bastante, además que por mi propia cuenta aprendí algunas cosas de administración de empresas.
Después de estar 3 años y medio dentro de aquel puesto, di un paso hacia adelante para dedicarme al área de administración, actualmente conformo parte del auxiliar administrativo de una empresa de vídeo juegos.
Aunque el cambio en mi vida fue realmente brusco, no era la única que cambio con el paso de estos años, ya que la misma capital de Lustlefield también tuvo algunos ligeros cambios en aspectos como en la construcción de los hogares, los roles de trabajo y por supuesto en la demanda de bienes y servicios que las nuevas generaciones. De manera contraria a cómo cree que sucedería con el aumento de población en la ciudad, muchas personas que vivían a las cercanías de mi hogar durante los primeros dos años y medio después del accidente, dejaron sus hogares para trasladarse a nuevas residencias lejanas aquel lugar.
Esto dio una imagen poco esperanzadora de aquellas calles, además que me otorgo el sobre nombre de "la chica maldita", pero al termino de esos 3 años y medio un empresario compro aquellas tierras para construir grandes viviendas compartidas, esto no solo le dio un nuevo aspecto a la mayoría de calles de aquel lugar, sino que, también dejo en el olvido aquel sobrenombre con el cual había coexistido durante casi cuatro años.
Por supuesto que mi hogar fue la excepción entre todas las casas renovadas, ya que por mucho que me ofrecieron no di mi brazo a torcer. Mi hogar seguía intacto tal y como quedo aquel día en que grandes llamas azules la envolvieron, con su estructura de árboles de roble claro y piedras pulidas con grandes ventanas y algunas plantas a su alrededor esa era mi casa. En el interior contaba con una sala, un comedor, una cocina y un baño en la planta baja, mientras que, en una primera planta al subir las escaleras del lado izquierdo dos habitaciones pequeñas y a la izquierda una habitación más grande con un baño a su costado.
Sin embargo, uno de los cambios más significantes y que muchos ignoraron era la lenta muerte del gran árbol de Gnowbell. Aunque algunos botánicos como muchos científicos de las ciencias naturales intentaron darle una segunda vida a este gran árbol sus remedios como, experimentos en la mayoría solo lograban un efecto de un par de horas, efecto que al terminar únicamente aceleraba su muerte.
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—Es natural e incluso obvio ¿No? —comenté para mí misma, mientras que, la imagen de mí cuerpo era reflejado por el espejo frente a mí—. Quiero decir, nunca antes había sucedido que este gran árbol mostrara signos de envejecimiento, por lo tanto, lo que hagan o no aquellos especialistas no dará resultados positivos tan pronto —posando mis glúteos sobre una de las esquinas de la cama mientras que, buscaba entre los cajones del mueble frente a la cama un par de guantes, una bufanda y un gorro que me sirvieran para sobrevivir al frio invierno—.
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«Pero incluso... sí, únicamente me fijara en tugran aspecto podría afirmar que tu destello ahora solo es un borroso recuerdode hace unos años... tal como sucedió al mío... quizás... solamentedesaparecerás con el paso de este invierno», pensé mientras tomaba los complementos necesarios para salir hastala plaza de Gnowbell.
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Sujetando con mi palma un par de guantes de estambre rojos, una bufanda del mismo color y un gorro del mismo material que los guantes, pero de color café, deje la habitación donde me encontraba para trasladarme hasta la sala. Una vez ahí me coloque con tal tranquilidad todas las prendas que antes había tomado y camine hasta la cocina para llenar mi termo con el café que ya había preparado con anticipación, una vez lleno este lo coloque dentro de una pequeña mochila que llevaría en mi viaje por esta ciudad.
Una vez todo listo salí de casa y una ligera y helada brisa de diciembre acaricio mis mejillas, al inicio este hizo que mi cuerpo temblara un poco, pero con cada paso que daba mi cuerpo se terminó acostumbrando a aquella brisa invernal.
Pese a que tras mi gran esfuerzo durante poco más de cinco largos años me fueron pagados con un buen sueldo, un trabajo no tan pesado y una vida social tranquila, aún había algo en mi alma cuyo vacío no había sido rellenado. Cuando regresaba de cualquier lugar sin importar si fuera desde el trabajo, un bar o alguna plaza dentro de la ciudad de Gnowbell, este vacío invadía sin falta mi cuerpo exactamente al poner un pie sobre las calles cercanas a mi hogar.
Por ello, era habitual que mi cuerpo y mi mente tuvieran una extraña sensación de pasar por un abismo demasiado obscuro con apenas señales de tenues luces del sol, y una profundidad que no era conocida ni por los mismos seres que habitaban tal lugar. Si tuviera que explicar de forma sencilla aquel cambio que tenía al regresar y al salir de mi hogar, sería que al momento de salir de mi hogar colocaba una fina membrana que me separaba del exterior, pero al momento de cruzar una vez más aquella frontera que marcaban los límites entre el exterior y mi hogar esta membrana ya no era necesaria, razón por la que desaparece dejando únicamente salir todos aquellos sentimientos, emociones y sensaciones que no podía compartir con ninguna otra persona.
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«No, lo correcto sería decir que todos los sentimientos, emociones, así como, las sensaciones que emergían desde el interior de mi alma eran cosas que no quería compartir con nadie. Esto debido al gran temor que me causaba el simple hecho de perder o ser apuñalada por la persona a quien le abra mi corazón», pensé mientras caminaba por las blancas calles de la capital.
— ¿Así que una vez más será noche buena? ¿Será que mi cuerpo logre resistir otra noche como la de hoy? —comente solo para mí al mirar las decoraciones que saturaban los alrededores de la capital de Lustlefield—.
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Y sin haber obtenido alguna respuesta a mis preguntas seguí mi camino hasta la plaza central de Gnowbell para comprar algunos cuantos productos que sirvieran para sobrevivir otra intensa semana de diciembre. Durante mi caminata observe un sin fin de adornos de diversas formas y tamaños, también a parejas y familias reunidas por aquellos lugares. Sin embargo, todas aquellas decoraciones apenas y parecían tener brillo, y si agregamos que ese brillo era distante e indiferente ante mi presencia. Esto le daba una impresión aún más intensa que todo a mí alrededor era carente de luz e incluso de que no tenía la capacidad de brindar calor al cuerpo y mucho menos a un alma como era la mía.
Siendo estas sensaciones que percibía no solo en estas fechas del mes, sino durante el resto del año las únicas capaces de invadir el interior de mi cuerpo y explicar no solo la forma en que ahora veía al resto de personas como la sociedad donde me desarrollaba. Sino que, también mi manera de pensar y por ende mi actuar con estos.
Convirtiéndome en una persona que prefiere aislarse de cualquier relación con otra persona, sin embargo, también me dio la mentalidad suficiente para aceptar que es realmente imposible aislarse y tener acceso a las necesidades básicas del ser humano; sí una de las normas de las sociedades humanas es el mismo hecho de "socializar entre iguales para satisfacer las necesidades básicas del humano", es decir, para poder tener un techo en donde vivir, obtener alimentos o tener acceso a servicios de luz, agua o gas. Necesitas dinero para pagar estos, consigues dinero trabajando pero, no eres el único que tendrá que trabajar para satisfacer sus necesidades sino que, habrá otras miles de personas con el mismo objetivo que tú.
Inclusive en la gran mayoría de ocasiones tendrás que depender de otra persona para poder realizar tu trabajo. Y esto es posible interpolarlo a cualquier edad o etapa del ser humano, además que sin importar que tanto hayas trabajado tus habilidades o aprendido otras, llegara el momento en el que un obstáculo sea más grande que tú. Este muro te parada en seco y en aquel momento necesitaras la ayuda de alguna otra persona.
Con todo lo anterioren mente entonces, puedo decir que aunque para el resto de personas con quienllego a interactuar por obligación me tachan como una chica "prudente", enrealidad simplemente lo que hago es tener un rol de observador. Cuando meencontraba en el trabajo o estaba fuera de casa solía usar una máscara la cualmostraba las acciones que según la sociedad catalogaba como correctas, unasonrisa o una risa que resultaban ser falsas, enojo o tristeza que irónicamenteno representaban ni uno ni otro sentimiento, entre otras más.
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«En resumen, podría decir que mi rutina diaria desde hace poco menos de tres años consistía en: trabajar por la mañana hasta la tarde, tener que salir con mis superiores en la empresa y simular que me la paso de maravilla, beber hasta no poder más regresando a casa durante la noche para que con solo poner un pie dentro de la sala de estar, mis lágrimas comenzaran a brotar desde mis ojos y solo era posible detenerlas cuando el mismo cansancio acumulado en todo el día era tan pesado que mi cuerpo caía rendido en un profundo sueño», pensé mientras pasaba el rato sentada en un banco ubicado al costado de uno de los tres puentes que unían el centro comercial con el resto de casas y edificios de la capital.
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–Mmm... ¿Serán ya las 10:20 pm? Quizás ya sea momento de regresar a mi hogar –tomando mi celular con mi mano derecha, y colocar mi dedo índice justo en el lector de huellas ubicado en la parte posterior a este para así desbloquearlo y ver la hora exacta–.
En la pantalla del celular marcaban las 10:22 pm, que era un aproximado a lo que había estimado antes. Sin pararme a meditarlo me levante del banco dando un giro a la derecha mientras me apoyaba sobre mi pie derecho, y tomaba un pequeño impulso empujando mi cuerpo hacia el frente. Tome las bolsas que antes había dejado a un costado mío, me acomode el gorro y seguí mi camino hasta mi hogar. Cuando pase por el puente que conectaba la zona en la que se encontraba ubicada mi casa y la zona comercial de Gnowell. Vi a una pequeña niña que era regañada de forma gentil por su madre quien le colocaba un par de guantes y gorros de lana con estampados de Santa Claus y sus renos dentro de un fondo intercalado entre rojo y blanco, mientras que le comentaba que salir con este frio helado y sin suéter o nada con el cual cubrirse le podría hacer daño y al día siguiente despertaría resfriada.
Para cuando la madre había terminado de colocar la bufanda alrededor del cuello de la niña, mi presencia ya había desaparecido de aquella escena. Pese a que había retomado mi caminata, esta vez mi destino no era mi hogar sino que era una colina a unos 5 minutos desde donde me encontraba. En esta colina, se encontraba un pequeño parque al cual solían llevarnos nuestros padres a mi hermana Lía y a mí. Este lugar era conocido como el "Jardín de estrellas", debido a su fabulosa vista nocturna pues, como te debes de haber ya imaginado un inmenso mar de estrellas de diversos brillos y tamaños visitaban los cielos en aquel lugar. Y por las mañanas solía haber un cielo despejado y tranquilo.
Aunque en mis recuerdos tenía una imagen de que este era un lugar muy concurrido por las familias con niños de entre edades de 2 a 8 años de edad. En la actualidad es poco conocido y por ende suele estar desierto en las noches, como hoy. Quizás esto se debía a que con la tecnología y avances que se han desarrollado en estos años ya no es necesario salir para divertirse o jugar con tus amigos. Pero en fin, esto no era algo que me interesada realmente pues gracias a esto podría disfrutar del silencio y la tranquilidad de mi entorno.
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Cuando llegue hasta aquel lugar lo primero que hice fue sentarme sobre uno de los columpios del lugar, y dando una mirada a mi alrededor comencé a mecerme lenta y suavemente con el apoyo de las plantas de mis pies.
Este lugar suele recordarme mucho a mi hogar, pues se trataba de un espacio en donde el silencio dominaba en la mayor parte de este, tan cual como lo era mi casa cuando me encontraba fuera de ella, pero cuando mi cuerpo cruzaba la entrada este tenía que compartir el espacio conmigo y el sutil ruido de mis lágrimas al caer por mis mejillas. Además de esto, este lugar era apenas alumbrado por una pequeña luz proveniente de los faroles ubicados en las esquinas del parque que trabajaban en conjunto con la luz que era entregada por la luna y las estrellas esparcidas en el basto espacio del cielo nocturno para cumplir su tarea de iluminar el lugar.
Lo cual era muy similar a la luz que entra por mi ventana y suele acompañarme en las noches. Era de esta manera que mientras mi cuerpo era suspendido en el aire y dentro de un entorno al cual me había acostumbrado a vivir, alcé la mirada y observe al grupo de estrellas que se presentaban esta noche.
–Puede que se debe a lo cansada que me siento el día de hoy pero... –echando la cabeza hacia atrás para tener una mejor vista del cielo, para después hundirme en mis pensamientos–.
«Parece ser que entre todas las estrellas de hoy que brillan con mayor fuerza, hay una sola estrella que alejada del resto parecía ser la sombra de los demás. Sin embargo, aquello no era impedimento para que fuera la única que atrapara mi vista de esta manera tan clara», pensé para instante seguido cerrar mis ojos.
«Aún con los ojos cerrados, tu presencia no puede ser borrada... quizás pueda verte porque al igual que yo pronto tu brillo morirá. Pero, ¿No te gustaría tener la oportunidad de brillar como el resto de estrellas dentro de tu constelación? A mí me gustaría poder sonreír aunque sea una vez más de manera natural, e incluso poder pasar una noche en compañía de alguien en quien pueda confiar... Pero esto sería solo otro deseo egoísta de mi parte», abriendo los ojos una vez más me percate de un ligero cambio en la imagen que antes había observado.
Tal suceso me había sorprendido tanto que dude de mi vista por un segundo, pero tras tallarme los ojos con ambas palmas de las manos vi que no era una mala jugarreta de mi imaginación. Sino que efectivamente, justo a las cercanías de aquella estrella de pálido brillo otra estrella surgió con la misma intensidad que la anterior. Sin saberlo una ligera sonrisa se marcó en mi rostro, lo cual era algo que no me había sucedido en estos últimos 6 años. Aunque esto no duro por mucho pues un extraño ruido detrás de mí, hizo que me levantara de inmediato del columpio.
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Velozmente tome la botella de gas pimienta que llevaba dentro del interior de mi abrigo y lo alce al aire apuntando a la dirección en la que escuche el ruido.
– ¡¿Quién!? ¿Quién está ahí? –estas palabras eran lo único que pude decir en el instante en que un ruido semejante al de pequeñas ramas de árbol crujían al romperse–.
Pero sin otra respuesta que el eco de mis palabras que resonaban en el vacío de la noche, volví a alzar la voz en un segundo intento.
– ¡Sal de ahí! ¡Sé que te escondes en la sombra de aquellos arbustos! –en aquel momento comenzaba a pensar que «Que posiblemente ya me estaba volviendo loca», y entonces di una última advertencia tanto para lo que fuera que hizo aquel ruido como para mi mente–.
– ¡Si no sales de ahí, yo... –entonces mis palabras fueron paradas por una voz grave proveniente del mismo lugar donde había ocurrido el ruido anterior–.
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– ¡Tranquila!... tranquila que ya estoy saliendo ¿Ves? No hay necesidad de apuntarme con eso –señalando con su dedo índice la botella de gas pimienta que tenía en las manos mientras mantenía ambos brazos en el aire un chico de aproximadamente mi edad salía de las sombras a paso lento–.
–Además, ¿Por qué llamar la atención otra vez Mitsuki? –en estos momentos mi mente no era capaz de reaccionar de la mejor manera a lo que mis ojos veían, pues tras tantos años no pensé que sería capaz de verme–.
«Bueno según mis cálculos, no lo sería hasta dentrode 4 semanas más... Pero supongo que, por el poco tiempo que falta para cumplirel plazo el que me vea antes de lo esperado es simplemente un milagro», pensé al tener altener a aquella linda mujer que fue capaz de sobrevivir pese a los problemas que tuvoque pasar durante los últimos 5 años, 11 meses y 3 semanas.
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« ¿¡Eh!? ¿Quién es este chico? Y ¿Cómo es que conoce mi nombre?, venga puede ser un compañero de trabajo pero; no me suena en nada su físico ni recuerdo haberlo visto en las juntas pasadas. Sin embargo, por un extraño motivo dentro de mi crece una rara sensación. ¿Qué es lo que está pasando?», todas estas cuestiones cruzaron mi por mi cabeza tras unos instantes después de que le escuche mencionar mi nombre.
En estos momentos, la figura de esta persona ya era posible de ver en detalle pues gracias a la luz del farol que se encontraba a pocos centímetros de nosotros. Fue ahí cuando pude ver que se trataba de un hombre de gran altura, con una edad semejante a la mía, además que por su aspecto y forma de vestir pareciese que se trataba de alguien famoso, un modelo o quizás una estrella de cine que disfrutaba de las caminatas nocturnas. El cual de manera casual se había encontrado con una desconocida en el lugar de su destino, pero el que me haya llamado por mi nombre dejaba esta idea descartada.
Él tenía el cabello algo largo y desordenado muy parecido a los personajes principales de los animes donde hay un Harem de por medio, también tenía unos ojos de un tono café medio que pesé a no ser iluminados por mucha luz estos podrían verse más de un color marrón claro. Sí agregamos a esto que en el momento que lo vi sentí como mis mejillas se calentaban, y que una sensación de haberlo visto antes invadía mi cuerpo poco a poco. Por supuesto, que parecía que para él no era ninguna desconocida con la cual se había encontrado hoy.
Camino hasta detenerse a unos pasos de mí, y estando frente a frente el bajo los brazos que antes tenía alzados al aire y los metió dentro de sus bolsillos mientras yo seguía a la defensiva, pues quería evitar cualquier abuso y al menos tener la oportunidad de crearme una ruta de huida en caso de que hubiera problemas.
– ¿Cómo es que conoces mi nombre? ¿Acaso alguien te hablo de mí? –retiré por un momento aquella barrera que me cubría del mundo exterior, y con una voz seria cuestione a la persona frente a mí–.
–Y sobre todo... ¿Quién diablos eres tú? –sin darme cuenta, había dejado al descubierto parte de mi "Yo real" y una combinación de enojo, miedo y desconfianza invadió todo mi cuerpo. Por supuesto que, de igual manera mis palabras y gestos eran dominados por estas sensaciones–.
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«Ups... No pensé que pudiera escucharme tan claro. Quizás me equivoque de líneas, bueno intentemos con esto», pensé al ver la terrible reacción que Mitsuki había demostrado. Para de inmediato comentar para mismo.
– ¡Ok! Empecemos de nuevo –gire mi cuerpo hasta darle la espalda a Mitsuki, deje mi mano izquierda dentro del bolsillo de mi abrigo y coloque mi mano derecha sobre el mentón como si estuviera pensando en algo–.
– ¿De qué hablas? –alcancé a escuchar lo que el chico decía en "voz baja", y al ver su extraño actuar di unos pasos hacia atrás–.
– ¡Vaya! Pero si es una estupenda noche ¿No lo cree así, señorita? –girando sobre mí mismo eje para ser capaz de visualizar a Mitsuki de frente, y entonces mirar hacia el cielo nocturno–.
– ¿¡Eh!?... Bueno si, creo que así es –el cambio tan rápido en su forma de actuar me causo algo de confusión, que por inercia la mascará automática que solía usar con demás se activó sin previo aviso–.
–Por cierto, Buenas noches señorita. ¿Qué es lo que hace tan noche en un lugar poco iluminado y tan solitario como este? –comencé la conversación con un tema típico de novela esperando que Mitsuki se tranquilizará–.
–Ho... Hola, buenas noches. Sólo vine a ver las estrellas de esta noche y ¿Tú qué haces en un lugar tan poco iluminado como lo es detrás de los arbustos? –mi contestación aún era automática, las palabras, los tonos de estas y los movimientos de mi cuerpo únicamente intentaban responder de la manera que lo haría en el trabajo–.
Sin embargo, lo que hacia mi cuerpo y lo que pensaba no estaban caminando en la misma dirección. Pues mientras que, mi cuerpo actuaba como si estuviera platicando con algún otro "compañero de trabajo". Dentro de mi mente ideaba la forma de que las verdaderas intenciones de la persona frente a mi salieran a la luz.
«Si, Mitsuki me puede ver y escuchar ¿Será posible que sus recuerdos sobre mi estén regresando? Puede que sea algo peligroso pero... debo comprobar hasta donde ha avanzado por sí misma, para después brindarle mi apoyo y terminar con todo esto», pensé antes de seguir con la conversación.
–Bueno, digamos que al igual que a ti yo disfruto mucho de ver las estrellas por la noche. Y justamente hoy, había encontrado un lugar excelente donde la vista era 100 veces mejor que la que te permite capturar las grandes edificaciones al alrededor del centro de Gnowell. Sin embargo, al entrar por este lugar pise unas pequeñas ramas que habían en el piso y bueno el resto ya lo sabes –comenté mientras mantenía una ligera sonrisa en el rostro–.
–Y ¿Eso es todo? –pregunte al escucharle terminar de hablar mientras hacia una mueca que decía "No creo que eso sea lo único que tengas que decir"–.
«Bien, puede que esta sea el momento para obtener las respuestas que necesito», pensé y tras haber estado en silencio por unos segundos. Junte una gran bocanada de aire para seguir con la siguiente parte de mi plan.
–Además, que mi objetivo principal es hablar contigo. Aunque en estos momentos desconozco cuanto puedo contarte o lo que tú puedas contarme a mí –agregue de forma natural y tranquila, pero sin perder la postura seria que hasta entonces había demostrado ante Mitsuki–.
Aunque había estado atenta a lo que me decía aquel chico, en mi mente no dejaba de pensar:
« ¿Acaso alguien le ha hablado de mí? No, no eso sería imposible. Desde hace años que no establezco relaciones que pudieran dar abertura a esta situación. Pero si fuera así... tendría que ser alguien del trabajo. Sin embargo, sí esto fuera cierto ¿Por qué mientras más hablo con el su voz me suena más y más cercana?", pensé y como si se tratara de una respuesta para mí misma una voz resonó en mi cabeza diciendo "¡Vamos, Amane Mitsuki! ¡No por nada has sobrevivido tanto tiempo, además ¿Qué más puedes perder?!"».
Entonces finalmente, me desprendí de las máscaras que ocultaban un rostro sombrío el cual contenía una mirada fría que podría penetrar la cuarta pared de la pantalla de tu móvil. He inicie la primera conversación en años, con interés por conocer más sobre la persona delante mía. Sin embargo, ni por un momento deje de tomar con fuerza aquella botella de gas pimienta.
–Entiendo, ¿Solo quieres hablar conmigo? Bueno, ¿Por qué no primero me dices quien rayos eres? Pues no tengo ningún recuerdo de haberte conocido –mire con extremo cuidado sus expresiones faciales, para así detectar cualquier indicio de mentira en él–.
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–Por supuesto, se me había olvidado presentarme. Mi nombre es Ciel Elford, quizás ahora no recuerdes nada acerca de mí. Pero verás que pronto podrás conocer la verdad sobre nuestro pasado y también por qué nunca habías notado mi presencia antes –observe el cuerpo de Mitsuki de pies a cabeza y note como este parecía estar balanceándose suavemente al compás del aire–.
– ¿¡Ciel Elford!? –sentí mi cuerpo algo pesado al escuchar aquel nombre, mi cabeza comenzó a dar vueltas y mi vista se iba nublando–.
– ¿Qué... me... hiciste?... –apenas logré articular esas palabras y sin imponer resistencia alguna mi cuerpo cayo de forma lenta hacia el frente–.
Sin embargo, no sentí ningún dolor al caer. Sino todo lo contrario, una calidez me rodeaba y como si se tratara de suaves nubes que sujetaban mi cabeza y espalda. Mi cuerpo se elevaba entre los aires, entonces pensé.
«Entonces ¿Ya he muerto? ¿Así es cómo termina mi existencia en este mundo? Bueno, supongo que no podía esperar más que esto de mi futuro más cercano...», antes de perder la conciencia por completo y dejarme llevar por aquella calidad sensación escuche una voz que se alejaba en el horizonte.
–No hay de que temer ahora Mitsuki, pues tal y como lo he hecho desde hace 6 años. Siempre estaré para ti, solamente que esta vez podrás ver la manera en la que te brinde mi apoyo –arrope el cuerpo de Mitsuki que yacía sobre el suelo y le di un suave beso en la frente–.
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[Narración de Ciel]
Tras haber llevado a Mitsuki hasta su hogar, abrí un poco la ventana, la arrope lo suficiente para que no le diera un resfriado y le coloque una tolla húmeda en la cabeza. Después de asegurarme de que se encontraba bien, me retiré no sin antes dejarle una nota sobre la mesa de noche ubicada a un costado de su cama.
[Fin de la narración de Ciel]
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20 de diciembre, 23:30 hrs (Tan solo 5 minutos antes de que Ciel se retirada).
– ¿¡Eh!? ¿Qué es esta sensación refrescante en mi frente? –moví mi mano hasta mi frente para averiguar qué era lo que tenía sobre ella–.
«Mmm... Parece ser una toalla húmeda. Pero, ¿Por qué? Lo único que recuerdo es haber platicado con aquel chico llamado Ciel», pensé mientras miraba la toalla que ahora sostenía en el aire con ayuda de mi mano derecha–.
– ¡Mamááá! ¡Miski ya despertó! –un grito muy conocido para mí se escuchó dentro de lo que parecía ser mi habitación–.
– ¿¡Lia!? –de forma inmediata levante mi cuerpo para ver a la persona que le pertenecía esa voz–.
No era capaz de creer lo que sucedía en estos momentos, pues no solo mi hermana se encontraba conmigo dentro de la habitación sino que, justo en la entrada de ella las figuras de mi padre como la de mamá aparecieron. Tras tal escena decenas de lágrimas salieron de mis ojos y se deslizaron por mis mejillas. Mi voz se esfumo por unos segundos, mientras que las gotas de agua dentro de mis ojos hicieron que mi vista fuera borrosa.
–Mitsuki, ¿Por qué lloras? ¿Te sucedió algo pequeña? –comento mi madre mientras que con un pequeño pañuelo blanco limpiaba los caminos de agua, que se formaron en mis mejillas–.
– ¡Papá! ¿Por qué esta triste Miski? –a lo lejos Lía le preguntaba a mi padre, mientras este la llevaba en sus brazos hasta mi cama–.
–Lía, a tu hermana le duele la cabeza. Cuando te duele algo es común que llores, pero si te cuidas y tomas tus medicinas; podrás sonreír otra vez al día siguiente –mi padre dejo a Lía sobre la cama justo a donde se encontraban mis pies–.
Tras las palabras de papá ella hizo una cara de asombro, para enseguida gatear más arriba de la cama y darme un cálido abrazo y luego decir: "Miski toma todas tus medicinas para que mañana estés mejor y juguemos ¿Vale?", levanto su cabeza y me miro a los ojos. Entonces de forma natural le conteste con un "Si, mañana jugaremos todo el tiempo que quieras".
Lía dejo una sonrisa tan grande que parecía tener una cabeza pequeñita, entonces corrió con mi padre y lo tomo de la mano.
– ¡Papá! ¡Papá! Miski dijo que mañana jugaremos todo el tiempo que quisiera –Lía sacudía la mano de él con emoción–.
– ¡Eso es bueno Lía! –mi padre soltó un par de risas ante lo que mi hermanita le había dicho–. Pero, mientras llegue mañana seremos tu madre y yo quienes juguemos contigo mi niña –mi padre miró de reojo a mi madre y entonces siguió conversando pero esta vez conmigo–.
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–Hija... Mitsuki, te has comportado de manera valiente y con tu propio esfuerzo has llegado hasta este punto. Eso me enorgullece demasiado pues habla de que eres una chica inteligente, trabajadora y con ganas de seguir a delante incluso pese a tus miedos u obstáculos que tuviste que enfrentar pero, como tu padre y con lo mucho que te quiero también te digo que es tiempo de que también tú busques a alguien con el que puedas contar. Alguien que te apoye, tal y como tu madre y yo lo hicimos al enamorarnos –levanto a Lía sobre sus hombros y con un suave toque coloco una de sus manos sobre los hombros de mamá–.
Al escuchar las palabras de mi padre y ver como mi madre se incorporaba una vez más sobre sus pies, yo me levante de la cama. Pero no entendía nada de lo que pasaba o la razón de las palabras de mi padre. Tenía una infinidad de dudas y preguntas que hacerles, sin embargo antes de que pudiera decir algo mi madre comenzó a hablar.
– ¡Mi querida Amane! Hay tanto que me gustaría decirte, pero nuestro tiempo está por acabar. Pronto tanto Lía, tu padre y hasta yo nos marcharemos a un lugar al cual aún no nos podrás acompañar pues tienes todavía cosas que vivir. Pero para que puedas vivir aquellos futuros momentos es necesario que sepas que sabemos que lo que paso aquella noche no fue tu culpa y quien diga eso estaría simplemente escupiendo hacia el cielo. Y sabes que quien escupe al cielo solo se escupe así mismo ¿Verdad? Creo que ya es tiempo de que permitas que tú corazón sea feliz tanto como tú lo desees, con quien quieras y haciendo lo que te haga sonreír tanto que pareciera que tu cabeza fuera más pequeñita –entonces con una hermosa sonrisa me dio un beso en la frente, luego tomo la mano de papá y juntos caminaron hasta la puerta–.
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En ese momento detrás de ellos una luz blanca apareció, los tres sacudieron sus manos en el aire y se adentraron en aquella luz. Mi cuerpo que no entendía por qué se iban o a donde llevaba aquella puerta aun así los siguió, sin embargo; al cruzar por esa puerta. Solo encontré obscuridad, sin temor camine lentamente con ambas manos al frente. Pero aunque llevaba mucho tiempo caminando al frente parecía que no me movía de sitio, fue en aquel momento cuando mis manos sintieron algo dentro de aquella obscuridad.
Y tras todo el tiempo que estuve ahí, no iba a dejar escapar el progreso que había conseguido. Con ambas manos tome aquello, y al instante toda la habitación se pintó de un color blanco. Ahora ya me era posible mirar más allá de mi nariz y lo primero que hice fue ver lo que fuera que tome antes con mis manos.
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Pero para mi sorpresa, delante de mí y sosteniendo mis manos se encontraba una imagen tenue de Ciel, aquel chico con quién había hablado antes, esto se convirtió en la segunda sorpresa que me había acontecido hace poco. La imagen de Ciel frente a mí, me miro y sujetándome aun la mano corrió por aquel mundo blanco llevándome a mí detrás de él.
– ¡Oye! Espera... Dije que esperaras –le gritaba de manera agitada, pues correr y hablar al mismo tiempo cansaba bastante a mi cuerpo, sin embargo él no me escucho–.
– ¡Déjame! Te he dicho antes que no te conozco, así que podrías soltarme –ya habíamos corrido unos 10 minutos en línea recta si no me equivoco, y todo parecía estar igual que antes en la habitación–.
Pero al igual que la vez pasada él no me escucho, o más bien parecía ignorar mi voz. Además que mi condición no era la perfecta como para correr sin parar durante mucho tiempo, entonces le dije con una voz algo cortada entre palabras.
– ¡Si no vas... a decirme... a donde... me intentas... llevar! ¿Al menos... déjame descansar... por un momento... que mi cuerpo ya no puede más?
Ciel me miro por unos instante y entonces asintió con la cabeza, por unos instantes nos dejamos de mover. Y en todo aquel tiempo pasamos tomados de la mano sin decir nada, él supongo que porque simplemente no lo quería hacer y yo porque realmente aún no recuperaba el aliento del todo. Algo que me pareció extraño de todo lo que había pasado con Ciel, era que pese a que corrimos sin parar durante bastante tiempo no tenía ni una gota de sudor en el cuerpo, es más no tenía sed o calor en el cuerpo. Simplemente sentía que el respirar me costaba más con cada paso que daba y por ende el correr o hablar me parecía muy difícil de hacer, pero no me era imposible.
« ¡Encerio! ¿No hay alguien que pueda decirme dónde estoy? o ¿A dónde debo ir? Además, ¿Por qué este chico no dice ninguna palabra? No se le nota cansado, o que le cueste seguir como a mí. Por otro lado, también por qué mientras más avanzamos siento una cálida sensación en mi cuerpo mientras me toma de la mano», pensé mientras veía de reojo a Ciel quien seguía de pie a mi lado sin decir nada.
Cómo si se percatara de mi mirada, Ciel me miro a los ojos, después echo una inspección rápida desde mis pies hasta la cabeza. Con su mano libre se tocó el mentón como si estuviese pensando en algo y entonces tras unos segundos, me soltó la mano. Cuando él me soltó la obscuridad invadió mi cuerpo bruscamente, tanto así que el peso sobre mis piernas venció y mi cuerpo cayó a la penumbra de la habitación « ¿Podría calificar esto como tocar fondo?», pensé para acto seguido cerrar con fuerza mis ojos.
O al menos eso creí pues al caer una vez más se ilumino la habitación, mis manos por reflejo se abrazaron de lo que tenía frente a mí. Al mismo tiempo sentí como mi trasero era sujetado por una especie de barras resistentes al peso de mi cuerpo. Sin abrir los ojos, pude reconocer un suave aroma que hasta hace poco había percibido con ayuda de mi nariz. Abrí los ojos y me di cuenta de la realidad, lo que mis brazos rodeaban no era algún tipo de material sino el cuello de Ciel y las barras que sostenían mi cuerpo de resbalarse de la espalda de Ciel eran sus brazos que había colocado detrás de él con dicho fin.
En aquel momento entendí, que la persona a quien me aferraba tanto era quizás lo único que podría iluminar la habitación donde me encontraba. Además sí, agregamos que posiblemente desde que apareció se convirtió en aquel hilo que mantenía mi cordura estable. Aun dentro de aquella infinita habitación, las cuales fronteras o limites no eran conocidas por nadie.
De pronto, al pensar todo esto un viejo miedo que escondía dentro de mi comenzó a invadir no solo mi mente sino que, incluso mi cuerpo a tal punto de que mis piernas y mis brazos comenzaran a temblar. Mi mandíbula se movía tan rápido que el choque entre mis dientes terminaría por dejarme con varios de estos rotos, mis ojos los tenía paralizados y mirando únicamente parte del hombro derecho de Ciel y el suelo blanco debajo de nosotros.
Quizás fueron estas vibraciones en la espalda de Ciel, que hicieron que él me mirada de reojo para después con una de sus manos me tomara de los brazos y entonces con las yemas de sus dedos me daba un mensaje mientras regresaba aquel brazo a su espalda. Aquellos sutiles movimientos de sus dedos yo los interprete como "Puedes abrazarme, pronto llegaremos". Puede que Ciel no hubiera dicho eso e incluso que en ningún momento me diera un mensaje y solo estaba acomodando mi cuerpo en su espalda, pero pensar aquello me bastaba para no dejarme vencer por aquella sensación.
Sin tener la posibilidad de pensarlo lo abracé fuertemente, ¡No! Mejor dicho no tenía por qué pensarlo yo estaba rodeando su cuello con mi brazos y, mis manos se aferraban a la zona de sus bíceps mientras que, mi cabeza se acomodaba entre su hombros y la espalda; como si de piezas de rompecabezas se tratara. Porque el estar cerca de él provocaba en mi cuerpo una fuerte y cálida sensación que mantenía mi cuerpo tibio pero como si se tratase de secuelas a este calor, mi defensas sobre todas aquellas sensaciones que guardaba solo para mi eran destruidas una a una.
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Siendo así que se formó una escena en donde, un chico llevaba sobre sus espaldas a una chica que lo abrazaba con fuerza por temor a perderse en la inmensa oscuridad. Caminando y caminando sin descansar hasta un destino que parecía nunca llegar, hasta que se detuvo en un punto. En el cual aún no era consciente del tiempo que había pasado realmente, desde que había caído en las sombras hasta ahora que me encontraba sobre un tronco de madera.
Pese a que me había separado del Ciel, la habitación seguía iluminada y con su ya característico color blanco. Fue en ese instante seguido, cuando Ciel me dio la espalda y caminando unos seis pasos hacia el frente este tomo la forma de una puerta blanca con bordes hechos con troncos de robles claros, también tenía unas cuantas plantas y rocas en la superficie donde esta se mantenía de pie. Y en el centro de esta como si se tratase de una leyenda en la contra portada de un libro, se encontraba mi nombre escrito: "Amane Mitsuki".
Entonces levante mi cuerpo lentamente y camine hasta la puerta que tenia de frente. Con mi mano derecha tome la perilla de la puerta y de la manera más natural giré esta para después empujar la puerta y visualizar lo que se escondía detrás de ella. Para mi sorpresa, lo único que se encontraba delante de mi era, la misma habitación en color blanco en la cual ya me encontraba.
No, no podía creer que aquellos efectos de perspectiva que sucedían únicamente en las caricaturas sería capaz de pillarme. En aquel momento, una sensación de ira pero sobre todo desilusión se vio reflejada en mi rostro, pero después logre tomármelo como una simple broma y mientras soltaba unas cuantas carcajadas para mí antes de entrar por aquella puerta.
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– ¡Total! ¿Qué podría perder? –di el primer paso dentro de aquella "nueva habitación" seguido de uno segundo pero esta vez con la pierna contraria a la anterior–.
Entonces tras tener ambos pies dentro de la habitación una sensación extraña se paseó por mi cuerpo durante un segundo, esta sensación ajena a mi podría describirse como si mi cuerpo diera bruscamente un giro de 180º grados sobre el eje horizontal de mi cuerpo. Sin embargo, no le tome la más mínima importancia y seguí caminando hasta que después de haber dado un total de 10 pasos, me choque con una pared invisible la cual como suele pasar con el agua acumulada en un recipiente cuando una gota de agua cae sobre su superficie, la onda creada al entrar en contacto, es reproducida por toda el área de la superficie con agua. Un grupo de ondas originadas desde el punto de choque de mi cuerpo y la pared fue resonando por el resto de aquella pared así como las paredes a su alrededor.
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Para cuando las ultimas ondas llegaron hasta el marco de la puerta esta se cerró y el techo que se encontraba sobre mí. Comenzó a despedazarse como si alguien lo masticara antes de tragar cada bocado de este. Menos de treinta segundos pasaron y el techo sobre mi cabeza había desaparecido, y en su lugar solo quedaba un cielo nocturno con miles de luces a su alrededor.
Por instinto eche mi cuerpo al suelo, pero hacer esto únicamente facilito que un aire que era absorbido por aquel espacio sobre mi se llevara mi cuerpo sin resistencia alguna.
– ¡¿Qué!? ¿¡Por qué esto me eleva hacia el techo!? ¡Acaso aquí no existe la gravedad! o ¿Qué? –grite mientras movía ambas manos en el aire sin resultado alguno–.
Mientras levite en el aire me percate de un pequeño detalle de la habitación, la puerta por la que había entrado hace un momento tenía la perilla invertida.
«Ahora comprendo, no es que el techo viole cualquier regla de la gravedad sino que, desde el inicio yo me encontraba en el techo. El chocar contra la pared solo fue una acción que rompió la burbuja sobre la que me encontraba. Y ahora simple mente estoy cayendo... a donde fuese que debiera conducir este lugar... o al menos eso creo», pensé mientras me adentraba en aquel lugar desconocido.
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En un abrir y cerrar de ojos, mi cuerpo ya no se encontraba levitando sino que caía en el interior de un cilindro muy largo rodeado por muchos espejos en donde varios de mis recuerdos eran transmitidos. Iniciando por los más recientes, saltándose incluso cuando mire por primera vez a mis padres, mi primera palabra, cuando nació mi hermana, el accidente de mis padres, entre otros más.
Tal cilindro no parecía tener fin, pero justo cuando pensaba que esto podría volverse eterno cruce por una capa de polvo en donde los espejos a mi alrededor eran eso, solo espejos en donde se reflejaba mi cuerpo en caída libre.
«Entonces, todo lo anterior fue solo un vistazo a mi vida. Y ahora solo queda la nada, no hay futuro no hay próximas vez o nuevas aventuras...», cerré mis ojos mientras colocaba mis manos sobre mi pecho y entonces apretando con gran fuerza mis manos dije:
– ¡No! ¡No quiero, que acabe así, por qué luche tanto por seguir adelante sin todo iba acabar de esta manera! –en ese instante comencé a llorar sin descanso, en realidad tenía mucho miedo, no quería morir quería seguir viva aunque no tuviera idea del por qué–.
Con la vista borrosa, mire hacia el suelo que se encontraba a unos metros de mí. Pero como si el destino quisiera jugar con mi sufrimiento, la velocidad con la que caía aumento enormemente. Mis lágrimas apenas y podrían seguirme el ritmo, y aunque me costó demasiado coloque mis antebrazos delante de mi cara de manera que me cubriera del golpe que terminaría conmigo.
Y finalmente sucedió, el sonido de un gran golpe resonó por todo el volumen del cilindro. Todo alrededor se tono obscuro.
Aquella obscuridad se mantuvo por un tiempo más, hasta que mi cuerpo fue empujado bruscamente de tal forma que pareciera que mi cuerpo diera un salto como lo hacen los peces al estar fuera del agua. Mis ojos se abrieron abruptamente y mi cuerpo se encontraba sobre el suelo, tenía mis manos sobre mis piernas que eran adornadas por restos de polvo, y algunos raspones en ellas hechas por el concreto del lugar.
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Delante de mí se encontraba un grupo de niños pelando con otro, el cual pesé a que sus rivales parecían tener una edad mayor que la suya. Él no se rendía, si recibía un golpe el daba dos más. Tal escena no la podía mirar simplemente, por lo que trate de levantarme y ayudar.
Pero el dolor en mis piernas no me dejaba, entonces al mirar a mi alrededor en busca de alguna rama o algo que me ayudara a estar de pie. Vi mi reflejo sobre un charquito de agua, en el una pequeña niña con el rostro lleno de lágrimas y tierra era visible.
«Aquella niña era yo, pero... ¿No recuerdo haber vivido nada parecido a lo que tenía delante de mi? Si me guio por mi reflejo en el charco de agua, esto tuvo lugar cuando tenía entre 5 a 6 años de edad pero entonces por qué no entiendo lo que sucede delante de mí», era lo que pensaba mientras vi mi reflejo en el charco.
Este pensamiento fue interrumpido por un dialogo que comenzó entre los chicos que se agarraban a golpes frente a mis ojos.
– ¿Oye acaso no te cansas? ¿Crees que eres de papel o qué? –comentó uno de los niños más alto mientras tomaba el cuello de la camisa del niño de menor estatura con su puño–.
– ¡No se los he dicho ya! –el chico de menor edad tomo con una de sus manos, la muñeca del chico que lo sostenía desde su playera. Y entonces tras acumular saliva dentro de su boca, este lo lanzó directo a la cara de su agresor–.
– ¡Siempre que se trate de Mitsuki, yo la protegeré hasta que mi cuerpo ya no pueda sostenerse de pie! –aprovechando que su agresor lo había soltado para limpiarse la saliva que él anteriormente le había lanzado, soltó golpes de manera aleatoria sobre su rival–.
«Espera, espera... Aquel niño me ha llamado por mi nombre... Acaso ¿Fue alguien que conocí al estar jugando en este parque?», con forme la pelea estaba llegando a su conclusión más y más dudas caminaban por mi mente.
– ¡Nova! –grito uno de los compañeros del niño quien, ahora se había convertido en un saco de boxeo–.
– ¡AHG! ¡Jeff, ayudemos a Nova y salgamos de aquí! –empujando al niño de menor altura, para después llevarse a Nova sobre sus hombros y los de Jeff–.
– ¡Este niño es más fuerte que nosotros! –comento el mismo niño a sus compañeros mientras salían del lugar–.
– ¡Eso es! Mejor váyanse y dejen en paz a Mitsuki porque si no lo hacen, yo Ciel Elford regresaré y golpearé sus caras –les grito mientras que agitaba sus puños al aire–.
« ¡Ciel! ¡Dijo ¿Ciel Elford?!... Este niño que tanto se aferraba por ganar, es... aquel chico de anoche», pensé al momento de oírle decir su nombre y entonces solo me quede viéndolo desde el suelo mientras el caminaba hasta donde yo me encontraba.
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– ¡Mitsuki! ¿Te encuentras bien? –con una gran sonrisa en la cara y algo de tierra en sus mejillas se a cerco hasta mi–.
–S...si. Estoy bien solo son unos rasguños, pero no me duelen tannn –el pequeño Ciel, toco mi herida con la parte posterior de su playera provocando que diera un grito de dolor y una pequeña lagrima saliera de mi ojo derecho–.
– ¡No debes decir mentiras Mitsuki! –levantándose tan fácil que pareciera difícil creer que hace poco se había peleado con 3 niños de alturas mayores a la suya. Para después darme un par de palmaditas en la cabeza–.
–Espera aquí, iré por mi mochila –saliendo a toda prisa de donde nos encontrábamos, no sin antes voltear su cuerpo hacia mí y decirme con la misma cálida sonrisa que había mostrado antes algo parecido a "No te preocupes Mitsuki, pronto te sentirás mejor"–.
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Aquello que dijo antes de macharse, me hizo sonreír como si se tratara de un impulso natural en mi cuerpo, además que me alegro con solo aquellas palabras. Mi cuerpo estaba cambiando, o más bien recordando una sensación que olvide. Cuando Ciel regreso con su mochila, saco una botella de agua oxigenada y otra de mertiolate. Los aplico consecutivamente una tras de otra y después me coloco un par de curitas con figuritas de perros.
Para cuando termino de hacer aquello, lo abracé y fuimos juntos hasta mi casa. Mientras jugábamos en el camino y platicábamos de los programas de televisión que habíamos visto el día anterior.
Y sin dejarme avanzar más de aquel punto en donde Ciel y yo nos desvanecemos en el horizonte, miles de recuerdos de manera breve en donde Ciel estaba junto a mi se presentaron frente a mis ojos de manera vaga y tenue. Hasta que finalmente desperté y entendí que todo lo que había vivido hace unas horas no era más que un sueño.
Un hermoso sueño, el cual me permitió ver a mi familia y recobrar un poco de las esperanzas que había perdido desde el accidente de hace más de 5 años.
«Fue ahí donde me di cuenta que no era que mi cuerpo que había cambiado sino que, era el recuerdo de una persona que estaba regresando a mí. Y que todo este viaje representado el espacio que hay dentro de mi cabeza era parte de los sentimientos que ocultaba en lo más profundo de mí corazón.
El cilindro donde veía espejos con recuerdos de mi pasado eran solo eso, mis recuerdos más tangibles que tenía y aquella membrana que cruce hasta caer dentro de ese último recuerdo de mi infancia. Únicamente era un momento que sin saber porque, mi mente estaba dispuesta a olvidar aunque este significara denunciar a mi felicidad.
Pero lo más importante, de esto era que Ciel Elford era alguien importante para mí. Puede que no recuerde todo lo que hicimos juntos en el pasado, o lo que hizo el por mí. Pero si el destino causo nuestro reencuentro, significa que puedo aún vivir un presente que posiblemente tenga algunos rayos de futuro en él».
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Mañana del 21 de diciembre, 11:00 hrs. Casa de Mitsuki Amane
Después de despertar hoy por la mañana y haber recuperado algunos recuerdos acerca de Ciel Elford. Di un vistazo alrededor de la cama en donde había pasado la noche, y me percate de dos cosas: La primera era que me encontraba con la misma ropa que tenía ayer, exceptuando el gorro, la bufanda, los guantes y el abrigo los cuales estaban perfectamente doblados y acomodados sobre un escritorio de la habitación.
Habitación que resulto ser nada más y nada menos que mi habitación, aunque este hecho ya no tenía tanto misterio si se trataba de Ciel. Quiero decir él me conoce desde hace años, es lógico que si me llegara a encontrar en algún lugar de Gnowell, inconsciente por el licor o algo parecido el sabría perfectamente donde esta mi hogar.
Mientras que la segunda cosa era una nota que estaba sobre la mesa de noche a un costado de la cama. Lentamente me levante y aun tomándome mi tiempo para despertar del todo, me acerque al mueble y entonces tome la hoja que permanecía doblada por la mitad y cuyo frente tenía escrito mi nombre. Una vez desdoblada la hoja proseguí a leer su contenido.
Termine de leer la carta, y entonces encendí el calentador para así meterme a bañar ya que sentía que mi frente y algunas otras partes de mi cuerpo habían sudado mucho debido al sueño de anoche. Para cuando me asegure que este aparato estaba encendido, me senté en uno de los sillones de la sala de estar y, releí la nota de Ciel.
– ¿Así que al medio día? –comenté únicamente para mí, mientras daba una lectura visual al papel en mis manos–.
Pesé a que recientemente había recordado algunas momentos en las que este chico llamado Ciel, se encontraba conmigo, y en donde realmente se mostraba como un chico del cual no necesitaría dudar o desconfiar. La realidad era que no tenía ni la menor idea de cómo debería de actuar al verlo, o lo que tuviera que hablar con él.
Lo que quiero decir es. Sí tengo recuerdos de él de gran parte de mi niñez, pero después de aquella etapa aun no recuerdo nada, ni la manera en la que nos separamos o el motivo por el cual mi mente quería olvidarse de su existencia. Probablemente había sido yo la responsable de que nos distanciáramos por todo este tiempo.
Mi corazón comenzaba a latir de manera impulsiva con el paso de tiempo, me encontraba ansiosa y nerviosa. A tal grado que mi postura sobre aquel sillón cambiaba cada cinco segundos, estuve sentada, después acostada con la mirada al techo, para luego tener las plantas de los pies sobre el sillón y mis piernas pegadas en mi pecho. Para finalmente volver a estar de pie a un lado de este, y volver a leer la nota que había encontrado al despertar.
– ¡Hola! ¡Oye acabo de tener un extraño sueño anoche y en el pude recordarte cuando tenía 6 años!... Bueno la verdad es que no sé nada más de ti, pero creo que posiblemente eres el futuro que necesito –como si se tratase de un guion teatral comencé a recitar varias interpretaciones de como seria que le hablaría al llegar al lugar de nuestro encuentro–.
– ¡No, eso no!... Quizás algo así como... Hola, bueno creo que no eres un desconocido después de todo. ¿Eres aquel chico del parque hace 18 años? –mordiendo ligeramente la uña de mi dedo pulgar, deje caer mi cuerpo sobre el sillón y luego miré el reloj que se encontraba sobre la pared a mi derecha–.
⚫ (verde fuerte)
La hora que marcaba el reloj, hizo que una ráfaga de adrenalina invadiera mi cuerpo y como si de un destello se tratara. Las últimas palabras de la nota llegaron a mi mente "Por favor ve a la dirección que he escrito al final de esta nota justo al medio día de hoy". Eran las 11:10 de la mañana y yo aún me encontraba en la sala perdiendo el tiempo mientras llenaba el vació de la habitación con diversos monólogos para la reunión a la que apenas y contaba con el tiempo suficiente para llegar.
Entonces; mientras corría hasta la ducha me quite la ropa que tenía puesta dejándola caer al suelo. Tome una toalla, mis chanclas y ropa que a simple vista me parecieron una buena opción para salir al exterior. Tras unos minutos termine de bañarme, y estando ya vestida metí la nota dentro de mi suéter, tome un bolso al cual metí mi celular y una cartera de la cual me aseguré que tuviera algo de dinero en ella.
Tropezando en la puerta que daba hacia fuera de mi hogar, me colocaba una bufanda roja y una diadema para el frío. Esta diadema era muy semejante a lo que serían unos audífonos pero en vez de transmitir sonidos a tus oídos, esta bloqueaba parte del sonido a mí alrededor y evitaba que el frio de diciembre condicionara a mi cuerpo a estar temblando a cada paso que daba. Lo cual parecía algo irónico pues me había vestido con una falda a cuadros rojos con negros, una blusa negra y un suéter negro que llegaba hasta donde terminaban mis muslos.
🟤
Tras 40 minutos de estar corriendo por las calles de Gnowell, llegue al punto de encuentro que Ciel había dejado en la nota de esta mañana. Eran las 12:08 pm, era tarde pero si lo vemos en retrospectiva siempre tenemos un margen de tiempo de 10 minutos y yo ya me encontraba delante de aquella cafetería.
Arregle mi cabello un poco, ya que esta vez lo llevaba suelto y con el correr de aquí a allá hizo que algunas partes lucieran alborotadas. Cuando estuve satisfecha con el reflejo de mi cabello por la gran ventana frente a mí, di un gran respiro y entre al local frente a mí con mucha más calma al caminar.
Al entrar di un vistazo lento por todo el lugar en busca de Ciel iniciando por mi lado izquierdo para ir avanzando a la derecha, para cuando estaba a punto de mirar la puerta que daba hacia la entrada de la cafetería. Encontré a Ciel, quién se encontraba sentado a un lado de la gran ventana del lugar.
De inmediato me di cuenta del gran oso que podría haber hecho antes de entrar, pues la ventana en la que mi silueta era reflejada del lado exterior. Por el interior de la cafetería, era posible ver a las personas caminar sobre la acera del local.
Resignada a mi humillación, camine hasta la mesa en donde me esperaba Ciel mientras tomaba un café y leía un libro algo grueso. El verlo tan concentrado en las palabras trazadas sobre las hojas de aquel libro, el rojizo color de mis mejillas fue bajando y mi respiración fue calmándose.
En el momento en el que estaba delante de la mesa y como si se hubiera percatado de mi presencia sin ninguna señal o sonido de mi parte, Ciel coloco un separador en la página donde se había quedado, cerró el libro e instante seguido lo dejo a un lado de la mesa junto a la ventana. Me miro con un rostro tranquilo y con un elegante gesto de manos me invito a sentarme frente a él a lo que yo respondí con una sonrisa.
– ¡Gracias! Disculpa por interrumpir tu lectura –comente con fin de iniciar una la conversación entre nosotros–.
– ¡¿Oh?! No te preocupes, de hecho mi vista ya estaba algo cansada de tantas palabras –conteste con una sonrisa y con una corta carcajada a la hermosa chica que estaba frente a mí–.
« ¿Será buena decir que la vi cómo se arreglaba el cabello antes de entrar?... Por si la dudas, es mejor que mi postura sea neutral y no diga nada que la hagan ponerse a la defensiva. Después de todo, es ella quien tendrá parte del control acerca de cuanto hablemos hoy», pensé mientras veía a una Mitsuki más "relajada" frente a mí. Por "relajada" me refiero a que no se encuentra tan a la defensiva como ayer, puede que lo de ayer la ayudara a recordar algo...
Tras decir aquello Ciel se quitó los anteojos con los que se encontraba leyendo hace poco y llamo a la mesera que le había traído su café. Cuando la chica que atendía nuestra mesa llego, él simplemente le pidió prestadas un par de cartas. La chica nos esbozó una amable sonrisa a ambos y entonces se retiró del lugar.
Sin tardar demasiado, la chica volvió y distribuyo las cartas sobre la mesa de manera que Ciel tuviera una y yo la otra, cuando le eche un ojo a la carta visualice no solo los nombres de los platillos sino que también una breve descripción de ellos e incluso la imagen de los distintos platillos que podíamos disfrutar dentro de la cafetería.
– ¡Vamos! Pide lo que gustes esta vez correrá por mi cuenta –tras decir, eso giro la carta en ademán de ocultarse con ella y continuo hablando con una voz algo baja–.
– ¡Todos los platillos en verdad saben tan bien como lucen en las fotografías! –sin embargo su voz era lo suficiente alta para que la chica a un lado nuestro lo escuchara y asintiera con la cabeza ante el comentario de Ciel–.
–Bueno, entonces quisiera probar el pastel imposible de aquí –señalando con mi dedo índice la imagen de este en la carta–.
–Y también un café con leche por favor –girando las páginas del menú hasta encontrar y señalar la fotografía del café que quería–.
– ¿Solo vas a pedir eso? ¡Puedes pedir algo de comer si es que tienes hambre! –sorprendido por lo que había ordenado, mostré la página en donde había varios guisados–.
–Gracias, pero en realidad no tengo mucha hambre aún y de todas las fotografías esto es lo que más atrajo mi atención –dándole la gracias rechacé su invitación, entregando así la carta a la mesera–.
Una vez Ciel observo que entregaba mi carta a la chica, el hizo lo mismo y como si se hubiera memorizado ya la carta le encargo una rebanada de pay de queso y zarzamoras. Tras tomar nuestra orden la chica se fue de la mesa y entrego nuestras órdenes a sus compañeros dentro de la cocina.
Por unos instantes el silencio domino el espacio entre Ciel y yo, hasta que decidí iniciar la conversación.
–Y ¿Es interesante? –coloque ambos brazos sobre la mesa, para entonces mirar a Ciel de frente–.
– ¡¿Mande?! –conteste con una expresión en la cara que mostraba confusión ante la inesperada pregunta que Mitsuki me hizo de golpe–.
–Si, ¿Es interesante tú libro? –tras ver su primera reacción, reformule mi pregunta de manera que el pudiera entenderla–.
– ¡Oh! Si, es una novela muy buena mira –tome el libro que estaba descansando a un costado de mí, para después entregárselo con ambas manos extendidas hacia el frente–.
Tome el libro que Ciel sostenía con ambas manos, y entonces mire la portada de este donde venía escrito con letras grandes y blancas el nombre del autor de la obra "HARUKI MURAKAMI" y con una fuente de menor tamaño y de color vino debajo del este primero se encontraba el título de la obra "TOKIO BUES: NORWEGIAN WOOD". Lo giré para ver la parte posterior de la portada donde venía un pequeño texto acerca de lo que era la historia y alguna pequeña biografía sobre el autor como de otras de sus obras.
Tras dedicarle unos instantes al resumen de la historia, le entregue su libro a Ciel segundos antes de que la chica que tomo nuestra orden volviera con ellas. Ciel dejo el libro en el sitio donde anteriormente lo había colocado y espero pacientemente a que la chica terminada de acomodar los platos sobre la mesa.
– ¡Gracias! –ambos le agradecimos a la joven quien sin decir más que un "En caso de que requieran algo más, por favor llámenme", salía por otro cargamento de comida–.
–Bueno... entonces buen provecho –comente mientras levantaba mi taza de café al aire y en dirección a Mitsuki, para después darle un pequeño sorbo–.
–Si, Claro. Buen provecho –respondí para luego probar un pedazo del pastel de chocolate y flan delante de mí–.
Al momento de que mis papilas gustativas procesaron el sabor del trozo de pastel dentro de mi boca, expresaron su aprobación dejando salir una expresión de satisfacción den mi rostro. Que hicieron que Ciel me respondiera con un gesto de "Te lo dije", mientras apuntaba con su cuchara en mi dirección.
–Entonces, Mitsuki.... –inicie la conversación con Mitsuki una vez habíamos terminado la mitad de nuestros postres. Conversación que tras decir su nombre detuve por mi parte hasta asegurarme de que ella me prestara atención o mejor dicho no pasara lo de la noche anterior–.
Tal espera no duro demasiado pues, la respuesta de Mitsuki no se hizo esperar y con un ligero movimiento de cabeza asintió de manera afirmativa en señal de "Continua".
–Seguro te preguntes ¿Qué es lo que quiero platicar contigo? Aunque también puede ser que tú pregunta sea ¿Quién soy yo? Y ¿Por qué te conozco? –di un trago a mi café tras el cual volví a dejar la taza de nuevo sobre la superficie de la mesa y continuar desde el punto en donde me había quedado hace un momento–.
–Pero, sin importar cuál de estas sea tu pregunta. Necesito que tú me respondas algo primero –miré directamente a los ojos de Mitsuki y di otro bocado al pay de queso y zarzamora que tenía sobre mi lugar–.
–Por supuesto, hazme la pregunta. Aunque en realidad no creo que sea de mucha ayuda lo que sé en estos momentos –al ver la mirada de Ciel sobre mi persona, me sentí segura pero a la vez me sentía realmente como si fuera una carga al no recordar nada importante–.
–Mitsuki en verdad, ¿No tienes ningún recuerdo sobre mí? –le cuestione a Mitsuki mientras daba pequeños golpecitos con mi dedo índice sobre la cubierta de mi libro por los nervios que crecían dentro de mi cuerpo–.
–Bueno... creo que te respondería que no te conozco... o al menos eso sería lo que diría sino me hubiese pasado lo de ayer –tome una pausa para beber algo de café para humedecer mis labios, y sin decir nada o interrumpirme Ciel escuchaba atentamente cada palabra que salía de entre mis labios–.
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–Después de que nos encontramos por primera vez anoche, y estuviera inconsciente durante el resto ella. Tuve un sueño de cuando tenía 6 años, en aquel sueño tenía un par de raspaduras en mis rodillas y un niño de mi misma edad acudió a mi ayuda. Pero aquel niño no era un chico desconocido para la chica de ese entonces sino que, era alguien con quien ya había pasado tiempo jugando por los parques, calles y sitios del lugar. Tal era nuestra conexión que, fui capaz de escuchar su nombre dentro de mi cabeza –por algún extraño motivo por cada palabra que dejaba salir, mi cuerpo sentía que se liberaba de alguna especie de presión en mi pecho–.
–Y aquel nombre que resonaba en mi cabeza al pasar el tiempo con ese niño... –continué mi relato después de tomar un poco de oxigeno–.
–Era tu nombre... –señalé a Ciel con mi dedo índice para después solo pronunciar dos palabras: "Ciel Elford"–.
Cuando señale a Ciel con mi dedo índice y pronuncie su nombre, el perdió por un instante aquel aspecto de chico al que nada podía tomarlo por la espalda o desprevenido, que había mostrado desde que llegue aquí. En su rostro se había articulado una cara de asombro total combinado con algo de incredulidad. Entonces tras, dejar atrás su reacción anterior y colocarse sus lentes dio el último sorbo a su bebida.
–Ciertamente, estas en lo correcto de pensar que lo de anoche es más que un sueño. Verás Mitsuki, tu sueño más que ser eso en realidad se trata de un vago recuerdo de muchos más que te faltan por recordar. Por ejemplo, en aquel sueño en el que ponía un par de curitas sobre tus raspaduras es una tercera parte de lo pasó en realidad –mientras le contaba esto a Mitsuki ella aprovechaba para beber su café con leche y terminar su pastel imposible de vez en cuando sin dejar de prestar atención a la conversación actual–.
–Ese día tú te habías perdido mientras jugábamos en las cercanías a ese parque dentro de la zona de árboles de ahí. Entonces, sin darte cuenta te caíste por el desnivel del suelo torciéndote el pie por lo cual comenzaste a llorar mucho. A tal punto que habías desesperado a unos niños mayores a nosotros en altura aunque de nuestra misma edad, sin poder calmarte uno de ellos comento "No me gustan las niñas, porque únicamente lloran. Si sigues llorando como tonta te pegaré y así tendrás un motivo por el cual llorar". Pero justamente llegue en aquel momento, por lo que le grite a ese grupo de 3 chicos algo parecido a "Quien se atreva a alzarle la mano a Mitsuki, se las verá conmigo", no sin antes haberle lanzado unas piedras que me encontré en el camino a los niños frente a mí. Lo cual hizo que iniciará una pelea entre nosotros. ¡Claro que era una pelea en desigualad de números, pero pese a que era un 3 vs 1 en fuerza y determinación yo era superior! –comente con una sonrisa sincera para Mitsuki quien soltó una pequeña carcajada que callo al cubrirse con sus palmas de la manos. Tras tomar una vez más saliva, continúe con mi relato–.
«No cabe duda, Ciel Elford es el chico del sueño de anoche. Ahora estaba realmente segura de ello, pues yo no le conté acerca de los tres chicos que hizo mención y mucho menos sobre la pelea que tuvo él con ellos. Aunque en mi sueño no había abarcado el 100% de aquel recuerdo, el resto desde que comenzó a pelear con aquellos niños de mayor altura hasta el final de mi sueño coincidían a la perfección», pensé en ello mientras Ciel me contaba con todo y detalles lo que ya había soñado ayer.
Cuando termino de contarme aquel recuerdo llamo a la mesera que nos había atendido antes y pidió una gaseosa y una hamburguesa para él, mientras que yo pedí un plato de papas fritas con una gaseosa de piña.
–Y aquel recuerdo, ¿Es el único que tuviste acerca de mí? –volví a interrogar a Mitsuki sobre si había recuperado algún recuerdo más acerca del pasado–.
–A decir verdad, Ciel el resto de recuerdos que tengo sobre ti son borrosos pero en la mayoría de ellos nos encontrábamos como niños jugando en las calles de esta ciudad –sin haberlo planeado de antemano el nombre del chico frente a mi salió con tal naturalidad, que hacia parecer anormal que durante toda nuestra platica anterior no lo llamara ninguna vez por el–.
«Cielos, esto es muy penoso. Mi cara debe estar tornándose roja, que pena», pensé mientras escondía mi cabeza con ayuda de mis las palmas de mi manos.
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–Entiendo Mitsuki, es normal. De hecho, el que hayas recuperado parte de tus recuerdos de cuando eras pequeña es un gran avance –con una sonrisa en la cara y estirando mi brazo derecho hacia el frente di algunas palmaditas sobre la cabeza de Mitsuki que se encontraba con la cabeza agachada y apoyada sobre ambas palmas de su mano–.
Como si no fuese suficiente lo avergonzada que estaba con haber llamado a Ciel por su nombre, el me dio una suaves palmaditas sobre la cabeza como lo hizo en el sueño de anoche. La sensación que recorrió mi cuerpo fue muy calidad y agradable, pero a la vez también era algo que me daba pena mostrar aunque se tratara de Ciel.
Sin embargo, Ciel no se dio cuenta de ello afortunadamente. Pues segundos después de que Ciel iniciara con las palmadas en mi cabeza llego la chica con nuestra comida y de igual manera que como había hecho con nuestro desayuno. Nos repartido a cada uno nuestras órdenes para después macharse con una sonrisa en el rostro hasta otra mesa.
La mayor parte del tiempo después de que llego nuestra comida la pasamos en silencio con alguno que otro pequeño comentario acerca del día, o sobre nuestros planes para el resto de este. Para cuando terminamos de comer, descansamos un poco para bajar todo lo que habíamos comido.
–Bueno, creo que es tiempo de que te cuente acerca de mi –comencé una vez más la conversación con Mitsuki quien se encontraba bebiendo lo poco que le había quedado de su bebida–.
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–¡Oh! Es cierto, ¿Por qué estas interesado en hacer que recupere mis recuerdos? ¿Estos recuerdos que perdí son solo sobre ti? –volviendo a acomodarme sobre mi asiento deje la bebida a un costado de la ventana y coloque ambas manos sobre la mesa–.
–Bueno, antes de responder tus dos preguntas debo contarte acerca de lo que paso hace 6 años. Del día en que nos separamos, así como también; algunos detalles importantes sobre mi familia –miré el reloj de mi celular el cual marcaban las 2:22 pm, para después colocar una alarma a las 3:00 pm y dejar mi celular sobre la mesa–.
– ¿De hace 6 años? –muchos pensamientos pasaban en mi mente, tanto sobre el accidente donde fallecieron mis familiares como también, de a lo que podría hablarme Ciel ahora y que yo desconocía aunque todo esto eran únicamente suposiciones–.
–Si, todo comenzó hace seis años atrás –de manera tranquila asentí con la cabeza y tras tomar un trago de agua inicie mi relato para Mitsuki–.
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Cómo ya lo sabes mi nombre completo es Ciel Elford, actualmente tengo 24 años al igual que tú. Nací en Gnowell y durante todo el tiempo de vida no me he cambiado de residencia. El apellido de mi familia es uno muy inusual no por el apellido en sí, sino que, por el importante trabajo que los miembros de la familia Elford han desempeñado desde hace bastante tiempo. Aunque este trabajo que tenemos los miembros dentro de esta familia es secreto incluso para nosotros, no es hasta los 18 años cuando nos dan pequeños detalles acerca de nuestra misión en esta ciudad. Por supuesto que esto me incluía a mí el último hijo primogénito de la Familia Elford, aunque de esto te platicare con más detalles después. Puede que no recuerdes quien fue quien te conto la verdadera historia sobre el gran árbol de Gnowell o de los detalles de esta historia.
Puede que tengas un vago recuerdo de que en esta historia tanto el nacimiento del gran árbol de Gnowell como el de que esta ciudad se haya convertido en una de las más importantes de Lustlefield es debido a la intervención de una diosa en la gran guerra que había devastado todo el ecosistema de la zona. Este ser superior a los humanos de esos tiempo como los que habitamos estas tierras en la actualidad; únicamente hizo acto de presencia con los líderes de ambos bandos porque ya se había aburrido de la guerra.
Entonces, como si solo fueran otra pieza para su entretenimiento ella los reunió, hizo una meseta con el cuerpo de miles de soldados de ambos ejércitos y tras un juego del pide y paga lleno de gran vida a toda esas tierra que como resultado de la guerra se habían convertido en inhabitables. Como el deseo de los representantes de aquellos pueblos fue el vivir dentro de estos territorios dotados por agua, minerales, fauna, flora y todo lo necesario para ser catalogado como un paraíso.
La diosa dio la aceptación a la petición de ellos, para luego crear aquella utopía de tal manera que cualquier persona que hubiese estado presente en aquel instante no tuviera ganas de soñar nada por toda su vida. El costo de vivir en aquella zona fue lo más importante para ellos en esta vida: su familia. La diosa con los órganos de sus esposas e hijos los vertió de aquí a allá con sumo cuidado para que todos fueran capaces de ver como trabajaba un dios. Para culminar dando el golpe de gracia a los que alguna vez eran llamados como "indestructibles líderes"; con los corazones de sus amadas planto y rego con sangre aquella semilla que después se convertiría en el gran árbol de Gnowell.
En pocas palabras eso es de lo que habla la historia de nuestra ciudad, esta historia nos fue contada por mi abuelo cuando aún éramos niños. Sin darnos cuenta, él nos enseñó sobre la existencia de los dioses y lo peligrosos que podían ser. Pero en especial sobre Nao Lichtgestalt la diosa que supervisa el territorio de Lustlefield, la misma que te mostro hace 6 años aquel hermoso color.
Es posible que quien me escuchase decir lo que te he comentado hasta ahora me tacharía de loco pero tras lo que le sucedió a tu familia, estoy seguro que tú creerás en la existencia de dioses. Seres superiores al ser humano en todos los aspectos, capaces de hacer o deshacer todo a su voluntad. Para la mayoría de personas en el mundo, el creer en ellos no es más que algo espiritual y mucho más si se trata de conocerlos en persona o hablar con ellos. Pero en esta ciudad este no es el caso, aunque la gran mayoría de personas no son capaces de darse cuenta de su existencia, un grupo muy pequeño de personas conocemos ya sea la voz o aspecto de un dios.
Pero en realidad no es verdad que dios es único, pues en el mundo y esparcidos por todo los continentes existen cientos de estos. Tras la muerte de uno, nace otro para tomar su lugar. Sí, me escuchaste bien, los dioses mueren. Pese a que los humanos piensan que los dioses son inmortales y libres de hacer su voluntad, en realidad estos deben de seguir ciertas normas estipuladas entre ellos para poder mantener el balance en la tierra.
Y entre estas normas, existe una que explica el tiempo de vida de un dios. Esta norma es considerada como una de las más importantes entre los dioses. Pues hace referencia al modo en que un dios puede ser reemplazado en su puesto de vigilancia por otro dios el cual acaba de nacer. Si tuviera que citar dicha norma, para los humanos esta diría algo como esto:
Como verás Mitsuki según estas normas, los dioses pueden volverse mortales y entonces morir como lo haría cualquier ser viviente. Sin embargo, las condiciones para vencer a un dios son bastantes improbables de conseguir. Tanto el tiempo de los juegos, como el tiempo con el cual nace un dios son números que para el tiempo de vida de nosotros podría resultar un tanto pesado e injusto.
Pero, es ahí donde entra aquella tarea secreta dentro de la familia Elford. No vayas a espantarte, realmente no somos alguna clase de humano con poderes sobrenaturales que sean capaces de escupir fuego por la boca o curar enfermedades con solo posar nuestras manos sobre el enfermo.
Nuestra única diferencia al resto de personas es que podemos entender el lenguaje de los dioses. Claro esta que hay individuos que pueden a ver visto a un dios o el escuchado su voz pasando por su oído pero sin haber entendido nada de lo que estos hablan. Aunque este último puede depender de la personalidad del dios, ya que algunos adaptan momentáneamente su lenguaje al que usa el individuo y así poder comunicarle un mensaje.
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Fue en ese instante que un sonido proveniente desde mi móvil detuvo mis palabras al instante, al tomarlo con mi mano y corroborar que se trataba de la alarma que había puesto antes de iniciar mi relato la desactive deslizando mi dedo pulgar hacia la derecha.
– ¿Quieres algo más para comer? O ¿Algo por el estilo? –le pregunte a Mitsuki, después de haber tomado y terminado mi vaso con agua para instante siguiente haber llamado a la chica que nos había atendió hasta el momento–.
–No, aún estoy llena con lo que comimos hace poco –negué con gentileza y con un movimiento de manos de un lado a otro de tal manera que estas parecían decir: "¡No! ¡Para ya no más o explotaré!"–.
– ¿Te parece bien, si continuamos nuestra platica en otro lugar? –le pregunte a Mitsuki mientras le mostraba la hora desde mi celular–.
– ¡Oh vaya, pero si hemos estado mucho tiempo ya! Si, vayamos a otro lugar –asombrada por haber pasado más de 2 horas dentro de una cafetería, tome mi bolso que estaba descansando a un costado de mi–.
Tras la respuesta de Mitsuki llego la mesera a quien le pedí la cuenta, que como lo había hecho hasta el momento con una sonrisa pequeña me entrego una pequeña bandeja rectangular con la cuenta. Nos levantamos de nuestros asientos y avanzamos hasta la salida, sin embargo antes de salir metí aquel ticket dentro de una maquina especial para cobrar e instantes después pase mi celular sobre el lector de pantalla. Esta era la manera de pagar electrónicamente desde tu celular, sin tarjetas y sin esperar al cambio, esto en verdad me parecía un ahorro de tiempo.
Por supuesto, de una manera semejante a como lo hice con el ticket pero esta vez en una maquina especial para las propinas que los clientes quisieran dar a las chicas o chicos que los atendieron era elegir la imagen de la mesera y luego pasar tu celular para finalmente elegir el monto de apoyo que desees darle.
Una vez afuera y tras que Ciel hubiera pagado mi desayuno y comida del día de hoy, le di las gracias y me acomode el cabello un poco. Entonces con las manos en la cintura me pregunto: ¿Y ahora a dónde iremos? Tal pregunta me llego de sorpresa que no supe cómo reaccionar correctamente.
–Bueno como estaremos platicando, y tengo varias preguntas que hacerte sobre lo que me has contado. Creo que el mejor lugar seria... –mis palabras fueron tenidas por la voz de Ciel que había colocado ambas palmas de las manos sobre mis hombros–.
–Pero que estás diciendo Mitsuki, eso podremos hacerlo mañana. Ahora sería mucho mejor ir por ejemplo... –eche un vistazo a mi alrededor y como si hubiese escuchado mis palabras al final de la calle el gran cartel de un local de juegos de azar, bolos y videojuegos se había alzado. Al verlo lo señale y lleve empujando su espalda ligeramente con mis dedos a Mitsuki–.
Tras haber pasado el resto del día con Ciel jugando en aquel local obtuvimos muchos tickets de las máquinas, también platicamos de algunos cuantos recuerdos de cuando éramos pequeños. Al igual que compartimos cosas sobre nosotros como: nuestros gustos, lo que no nos gusta o los hobbies que teníamos ahora.
También antes de que nos separábamos en aquel parque que estaba cerca de donde se encontraba mi casa, intercambiamos números para así poder quedar el día de mañana en algún lugar de la ciudad y continuar con nuestra conversación. Y resolver todas mis preguntas que tenía hasta ahora, aunque siendo sincera las preguntas que tenía eran muy pocas. En comparación con las ganas que tenia de volver a salir con Ciel, pues después de todo este tiempo al fin sentía que era capaz de pasar un rato divertido con alguien de quien no tuviera que estar siempre a la defensiva.
21 de diciembre, 9:30 PM Casa de Mitsuki Amane
Una vez puse un pie dentro de mi hogar, subí hasta mi habitación y busque dentro del closet la blusa más holgada que tenía, así como, un short. Los tome y coloque sobre mi cama, entonces una vez encontré mi outfit para el resto de la noche proseguí a desvestirme para luego colocarme la ropa que había dejado sobre el colchón.
Tras haberme cambiado baje hacia la cocina tome una pequeña olla y la llene con una taza de agua. Mientras el agua contenida dentro de la olla se calentaba a fuego lento, prepare un par de mitades de pan con mantequilla y azúcar.
Teniendo listo el acompañamiento para mi taza de café y aun con tiempo antes de que el agua estuviese a la temperatura de mí gusto. Encendí el televisor y me senté a mirar la serie que estaba programada para este horario. Tras unos 5 minutos de espera el agua dentro de la olla ya estaba lista, la vertí en una taza y prepare mi café como todas las noches: 1 cucharada y media de azúcar con media cucharada de café.
Mientras cenaba y disfrutaba de la serie que era transmitida por el televisor, en momentos periódicos cogía el móvil y revisaba el buzón de mensajes por si Ciel había enviado algo sin que yo me hubiese dado cuenta. Sin embargo, tras 1 hora de hacer este tipo de ritual sin recibir ningún mensaje de su parte. Me di por vencida y me concentre en ver la película que estaba por iniciar, pues de trataba de un clásico de estas fechas: El extraño mundo de Jack y en cuanto mis gustos era una de mis películas favoritas.
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Para cuando termino la película eran las 11:46 pm y ya resignada, fui a mi habitación para descansar del día tan activo que tuve hoy. Entonces justo en el momento que iba a dejar el celular sobre la mesa de noche, una notificación de mensaje nuevo cubrió la pantalla del móvil. A simple vista el mensaje provenía de un número desconocido, por lo cual proseguí a dar un click con mi dedo sobre aquella notificación entonces un corto mensaje dio a conocer.
Una vez quedamos de acuerdo con la hora y lugar de nuestro encuentro mi cuerpo resintió el cansancio del día de hoy, dejándome en K.O instantáneo dentro de las cálidas cobijas de mi cama. La cantidad de sueño fue tal que ni siquiera tuve tiempo de dejar mi celular en la mesa de noche que se encontraba a un lado mío, y así durmiendo con el celular en mano pasaron los minutos con el paso de estos llegaron las horas y cuando estas pasaran llegaría el momento en donde el sol cubriría el puesto que la luna había ocupado durante la noche.
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22 de diciembre, 2: 25 PM Plaza de Gnowell
«Eran las 2:25 pm de la tarde y ya me encontraba en el lugar donde habíamos quedado Ciel y yo anoche. Aunque por lo que llegue a ver era la única en llegar por el momento, quiero decir; aún queda tiempo para que sea la hora acordada. Aunque si tomamos en cuenta que ayer yo lo deje esperando por diez minutos más después de la hora en que me cito, hoy él podría tomarse aquel tiempo en modo de compensación por lo de ayer», pensé mientras revisé la hora en mi celular.
Nos es que sea aquel tipo de persona que se impacienta por el tiempo, además estoy consciente que he llegado pocos minutos antes de la hora que acordamos. Así que resulta obvio que Ciel puede tardar aun cinco minutos en llegar, pero sin embargo; la mezcla de nervios, ansiedad y recuerdos de los primeros días después del accidente de hacer seis años cubrían no solo mi cuerpo sino que incluso mis pensamientos.
El tiempo fue avanzando y la hora en la que habíamos acordado anoche estaba a unos cuantos segundos de llegar. Por supuesto que, los nervios y el frio escalofrío que recorrían mi cuerpo también iba aumentando proporcionalmente. Miré mi celular por décima cuarta vez y visualice la hora con temor a que esta hubiese dado un salto de tiempo, pero como si mi entorno se viera indiferente a mis temores la hora que marcaba el móvil era justo las 2:30 pm.
De alguna manera el ensanchamiento agitado de mi pecho disminuyo en gran medida al notar que no habían pasado horas desde que había llegado. Me tranquilicé por un instante entonces me senté en una de las bancas del lugar para luego simplemente contemplar el gigantesco árbol delante mía.
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– ¿Mitsuki? –pregunte por segunda vez a la linda chica sentada de espaldas a mí, dándole un par de suaves golpes con mi dedo índice sobre su hombro derecho–.
– ¡¿S...Si?! –levantándome de un único salto de la banca, comente mientras me giraba a ver quién era quien me había dado tremendo susto–.
–Tranquila, soy Ciel. Recuerdas nos veríamos aquí a esta hora –al ver su reacción mi cuerpo por instinto le mostré la pantalla de mi móvil donde se podía ver la hora–.
–Vaya, si solo eres tú Ciel –suspiré para luego continuar hablando–. ¿No pudiste haberme hablado antes de gritar mi nombre a los cuatro vientos?
–Bueno, verás lo hi...
«No quería meterme en una conversación que pudiera distraerme de lo que tenía planeado para el día de hoy... Pero bueno no soy el clásico tipo elegante de un manga shojo así que...», tras pensar esto continúe con mi dialogo.
– ¿Te parece si nos sentamos? –señale con la palma de mi mano el banco en el que ella se había sentado antes y una vez ambos nos encontrábamos sentados hombro a hombro continúe–.
– ¡Por cierto! Ya te había hablado algunas veces, pero al parecer no escuchabas –al oír mi comentario Mitsuki se avergonzó un poco aparentemente y agacho ligeramente su cabeza–.
–Bueno dejando eso de lado, porque no aprovechamos este lugar tranquilo para seguir hablando desde donde nos quedamos ayer –mire una vez más al rostro a Ciel y me acomode un mechón de cabello colocándolo detrás de mi oreja–.
–Si, me parece un lugar tranquilo y bueno también ayudara en mi narración –siendo que esta era mi idea original no me opuse a su propuesta–.
–Entonces nos quedamos en la parte del trabajo de tu familia ¿No? –saqué una pequeña libreta donde había escrito algunas cosas de las cuales quería algunos detalles más pues no lo tenía tan claro cómo o por qué eso tenía que ver conmigo o mis recuerdos perdidos–.
–Si, pero antes de pasar a eso te comentare el donde he estado estos últimos 6 años. Quizás y esa sea algo que te haya dejado dudas de lo que te he contado ayer –gire unos grados a la derecha la mitad de mi cuerpo para así poder tener una mejor visión de las reacciones y gestos de Mitsuki–.
–De hecho, eso era algo que me ha pasado por la cabeza. Ya que ayer me comentaste que no has salido de esta pequeña ciudad en todo este tiempo, pero pese a ello en todo este tiempo nunca te vi hasta hace dos días. Quiero decir Gnowell no es una ciudad en donde tras dar un paso te encuentres con alguien a quien buscas, pero tampoco es una ciudad tan grande como para decir que encontrarte a alguien conocido por sus calles sea como el buscar una aguja en un pajar –tome el bolígrafo que había guardado en mi bolso y deje una marca en una de las oraciones que había escrito en ella, luego de esto guarde esta con todo y bolígrafo–.
Al parecer la acción que había hecho de guardarel cuadernillo en mi bolso fue la señal de inicio para que Ciel comenzará con surelato.
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–Antes de empezar quisiera decirte que lo siento, cuando me enteré de lo que te paso esa noche del 24 de diciembre yo me encontraba con mi padre quien me estaba dando más detalles acerca de lo que tendría que hacer en el futuro en caso de que la situación lo necesitara.
Aunque lo que quería hacer en verdad era ir a ver como se encontraban tú como tu familia el comentario de unos familiares me hicieron entrar en calma, pues me habían dicho que se trataba de un incendio en la zona cercana a tu hogar, pero no fue hasta la tarde del siguiente día que fui capaz de entender lo que te había ocurrido. Claro que no entendería el dolor que sientes y mucho menos la mezcla de emociones que llegaste a sentir en ese momento, lo único que entendía era que esto se trataba de aquella diosa con la que mi familia ha estado batallando durante todo este tiempo.
El simple hecho de pensar que podrías haber muerto ese día me dio un golpe en seco por toda la cara, y si a ello le sumamos que yo habría tenido la oportunidad de hacer algo por evitar que aquella diosa te hablara desde un inicio. Hizo que varios recuerdos de nosotros dos jugando por el parque, o las calles cercanas a casa, así como de todas las veces que nos reuníamos únicamente para pasar el tiempo uno al lado del otro sin hacer algo en especial llenaran mi mente al instante.
Quiero decir, para ese tiempo ya no era un secreto para mi familia que tú eras la única persona con la que pude compartir y formar preciados recuerdos de mi niñez. Y que con el tiempo esta relación únicamente se fue fortaleciendo más y más. Pero cuando te vi aún con vida el siguiente día en la escuela sentí un gran alivio por tenerte aun conmigo, por supuesto que también me sentía mal por la muerte de tus padres como de tu hermana Lía.
Aunque los primeros tres o cuatro días intentaste continuar con tu vida como había sido hasta ahora con el paso de los días te encontrabas más y más recaída tanto física como mentalmente. Yo quien había pasado por unas horas la ilusión de haberte perdido entendía aunque fuese un 1% de lo que tú cargabas todas las mañanas al despertar. Y aunque en muchas de esas ocasiones intente levantarte los ánimos nada de lo que intentaba funcionaba.
Esto me hizo abrir los ojos y darme cuenta que pese a que yo al inicio no deseaba aprender un idioma que solamente podría usar en casa y que todas aquellas veces que llegaba a enojarme con mi padre cuando me limitaba a hacer cosas que tú como otros chicos de nuestras edades hacían con naturalidad. Como el salir a jugar en grupos de amigos, el visitar la casa de algún compañero, el salir a pasear sin tener que escaparme de casa, entre algunas otras más.
Era la única manera en que podría no solo ayudar a otras personas sino que también ayudarte a ti, fue entonces que tras ese mes hable con mi padre como con el resto de miembros de la familia por supuesto. Ya que lo que estaba por realizar no era algo que pudiera hacer solo, aquella diosa no había perdido ni una sola vez por lo tanto aun le quedaban tres "vidas" por así decirlo.
Mi propuesta era el de ir a con todas contra aquel dios, siendo yo la punta de lanza y el resto de los familiares la apuesta. Por supuesto que esto sonaba como una locura pero tarde o temprano era algo que tendría que suceder, para mi suerte pocos días después los resultados del desafío anterior fueron un milagro, el dios que había apostado por nuestra familia gano venciendo por primera vez a Nao.
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Las noticias se esparcieron con gran velocidad entre los miembros de la familia y mi propuesta era vista con más posibilidades de triunfar. La noche siguiente a esta, mi padre reunió a todos en la explanada del templo y entre todos ellos también me encontraba yo. Una vez que todos habían llegado al punto de reunión mi padre presento a aquel dios quien había sido nuestro líder en el anterior desafío, por supuesto que no todos fueron capaces de verlo pero si lograron escucharlo por unos breves instantes. Este nos dio un discurso de felicitaciones para después llamarme al centro del lugar.
Yo sin saber nada de lo que iba a ocurrir camine a paso lento, mientras echaba numerosas miradas al resto de miembros reunidos en el lugar. Todos ellos permanecían de pie sin decir nada y con una cara de confusión en sus rostros.
Tras darme una palmada en la espalda mi padre hablo con voz alta, sobre la estrategia que tomaría la familia Elford con respecto a la diosa Nao ahora que había perdido el 30% de su fuerza como dios. Fue después de unos segundos que las palabras que recitaba mi padre ante todos hicieron eco dentro de mis oídos. Pues, se trataba del plan que hasta hace unos días le había platicado a él y que fue tachado como un suicidio. No fue solo mi padre que apoyo aquella propuesta sino que incluso el dios con quien habíamos participado en el desafió anterior comento que parecía ser una muy buena apuesta que Nao no iba a rechazar. Por supuesto, que tendría grandes cambios al momento de confirmar el desafió. Cambios que nosotros como simples herramientas no sabríamos sino hasta el final de este.
Además que, aunque tuviéramos un aliado de los cielos. Él no podía intervenir en más que algunos comentarios que no fueran a darle ventaja sobre Nao por aquello de las normas. Lo cual significaba que no encontraríamos pistas de cómo salir victoriosos del desafío que acordarían estas deidades por más teorías que sacáramos de aquellos pequeños comentarios que nos dio como felicitación hace un momento.
Tras aquella reunión que no duro más de 5 minutos el dios salió de escena y la reunión dio por terminada. Pasaron los días y ningún miembro de la familia sabía nada acerca del nuevo desafío, ni de quien sería el elegido para este. Si, tenía la idea que había propuesto donde había planteado un desafío 1 vs 1 con el futuro del resto de los miembros en él. Siendo así un juego de "Todo o Nada", donde los únicos individuos capaces de tener posibilidades de vencer aquella diosa se jugarían la pequeña esperanza ganada en el juego anterior. Pero bien podría no ser un juego en donde un individuo se enfrentarse a otro sino que pudiera ser la duración de un concepto o algo por ese estilo. Lo cual me dejaba en el mismo punto de partida que al resto de mi familia en donde no sabíamos a ciencia exacta de lo que veríamos o a lo que nos enfrentaríamos en realidad.
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– ¿Entonces la función secreta que tiene tu familia es la de ser piezas de juego en los desafíos que surgen entre el dios recién nacido y el de mayor tiempo en este mundo? –interrumpí el relato que Ciel me estaba dando hasta el momento–.
–Si. Si lo vemos de manera resumida si así es. Claro que no es que siempre allá sido así, esta misión inicio hace 120 años podríamos decir que solo nos ha tocado a las últimas 8 generaciones de la familia Elford. Y aunque todas estas generaciones se dedicaron al 100% en desarrollar las habilidades sensoriales que poseían algunos miembros como también enseñar el lenguaje y escritura de estos entes, en realidad no hemos participamos en más de 3 desafíos. Por supuesto que esto incluía a la generación más actual del cual yo formo parte como único descendiente de la anterior generación.
– ¿Solamente 3 desafíos en 120 años? –exclame en modo de sorpresa pues no podía creerme que alguien haya estado tanto tiempo trabajando en algo con pocas posibilidades de suceder–.
–Si, te imaginas todo este tiempo y son posibles contar con los dedos de una sola mano –deje salir una pequeña risa al ver la reacción de Mitsuki, para enseguida de esta seguir platicando–. En la primera ocasión fue cuando descubrieron que los dioses existen y aunque fue por un golpe de mala suerte, mi tátara tátara tátara tátara abuela tuvo que jugar pero perdió y bueno el precio a pagar era que nuestra familia no podría tener más de 8 generaciones mientras la actual diosa aun viviera.
En la segunda ocasión en que alguien de la familia fue una pieza más de estos juegos, fue con la madre del padre de mi padre, es decir, con mi bisabuela. Aunque este desafío sucedió antes de la muerte de ella, la conclusión del juego fue la primera victoria que obtuvimos, y finalmente la última intervención de nuestra familia con estos seres fue la que sucedió hace seis años.
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–Espera, todo esto que me estas contando en que se relaciona conmigo. Quiero decir ¿Qué gano yo en saber esto? ¿Acaso el motivo por el cual no te haya visto durante todo este tiempo es por el juego que tu familia tuvo en el último desafió? –comente una vez Ciel termino de hablar, con una voz que mostraba algo de confusión. A lo que él contesto tras pensárselo con cuidado por unos instantes–.
–Mmm... Bueno creo que es algo como una introducción para ponerte al día de los sucesos que pocos conocemos. Más que nada porque tú al igual que yo escuchaste la voz de un dios, pero creo esto es lo único que necesitas saber y lo que puedo contarte.
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– ¿Pasaste todo este tiempo sola? –tras mi comentario anterior y retomando el control de la conversación le hice esta pregunta a Mitsuki quien por un momento mostro una expresión de melancolía–.
–Si, todos aquellos recuerdos que tengo sobre lo que hice el día después al accidente de mis padres como los siguientes a este. Son solo de mí intentando sobrevivir en esta ciudad, de hecho aquello que me contaste sobre que estuviste a mi lado intentando animarme es algo que pese a que quiero creerlo por más que busco dentro de mí no siento que haya sucedido. Aunque sí sucedió no fue por todo el primer mes ya que recuerdo que al menos la primera semana hubo personas que se acercaron a mí, pero tras esa semana y los crecientes rumores de las personas todos me dieron la espalda...
–Mitsuki, eso no es cierto –tome ambas manos de Mitsuki con mis manos y me acerque un poco más hasta donde se encontraba ella sentada. Acción que sorprendió a Mitsuki quien avergonzada un poco solo alcanzo a abrir por completo sus ojos y pronunciar mi nombre "¡Ciel!"–.
–En todo este tiempo, incluso después del mes que deje de insistir en levantarte los ánimos porque no funcionaba. Nunca te deje sola en los momentos que más lo necesitabas. Sé que aún no eres capaz de verlo de esta manera pero fue esta la razón por la cual hemos quedado en vernos hoy –comente mientras sentía como Mitsuki por alguna razón se aferraba a mis manos tanto como yo lo hacía con las suyas–.
Tras aquel comentario de Ciel, algo dentro de mi corazón sintió que no debía soltarle. Es posible explicar lo que sentí cuando me tomo de la mano, si la comparo con aquella sensación que sentí la noche en que él me salvo de caer en la penumbra de mi ser. Por ello me aferre a sus manos; como sí, el enlace entre nuestras manos fuera el único camino que podría llevarme a la vida que había estado soñando durante muchos años.
–Entonces, demuéstralo... –sin decir mucho más que eso y con una voz que apenas y sentí que salió de entre mis labios. Mire a Ciel directo a los ojos con esperanzas de que no fuera algo de lo que pudiera arrepentirme–.
–Lo haré. Dime ¿Recuerdas este anuncio? –saque una pequeña hoja de papel que permanecía doblada dentro del bolsillo de mi camisa y se la entregue a Mitsuki–.
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Tomando entre mis manos el pequeño trozo de papel que Ciel me dio, lo desdoble y un panfleto de hace años vio la luz por primera vez en mucho tiempo. Mirando los detalles en el diseño como del texto, no pude evitar abrir más mis ojos y mirar en varias ocasiones a Ciel para después ver el panfleto y viceversa.
–No cabe duda, este es el anuncio sobre el puesto en aquel centro de atención a clientes en el cual solicite empleo cuando deje de estudiar. Pero ¿Cómo es que lo conseguiste? –pregunte de forma inmediata a Ciel mientras lo miraba con cara de sorprendida–.
–Bueno, eso es porque yo fui quien te lo mostro desde un inicio. Este fue uno de las muchas copias que repartí por los sitios en los que solíamos pasar, pero en especial este te lo deje en la puerta de tu casa. Y estos los conseguí directamente del centro de atención a clientes; pues semanas antes a ese 27 de agosto en donde dejaste la escuela y decidiste concéntrate únicamente en trabajar.
Yo ya era parte de los trabajadores de este lugar, por supuesto que no tenía un cargo alto. Debido a mi edad y a que aún no cumplía con los requisitos que pedían pero si llegue a conocer a algunos jefes de departamento como a otras personas con las que desarrolle una buena relación. Entre estas personas, conocí a Laura una de las chicas que se encargaban de hacer las entrevistas de trabajo para los nuevos empleados, y bueno en cuanto me enteré de que ella estaría al mando de la selección del mes de agosto.
Le comente un poco acerca de ti, por supuesto que solo le dije cosas como que eras una persona muy entregada en el trabajo, tranquila así como, responsable y puntual, entre otras cosas que en verdad creo que te caracterizan. Por supuesto, el hecho que hayas conseguido el empleo no fue mérito mío sino que el 100% del mérito es solo tuyo. Ya que solo yo hice que conocieras acerca de que en ese lugar buscaban personal, y lo de la entrevista fueron tus esfuerzos y la decisión de tomar esa oportunidad que hicieron que consiguieras el empleo. Después de todo, Laura como quizás recuerdes era una mujer que no se dejaba llevar por las ideas de los demás.
No podía creer lo que Ciel me estaba narrando, pues mientras hacía memoria sobre el panfleto, la entrevista, Laura quien fue mi entrevistadora como la persona quien me dio la capacitación las primeras semanas del mes en aquel lugar. Con cada comentario de Ciel las piezas comenzaban a encajar al tal punto que un comentario para mi misma se cruzó dentro de mi mente.
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«Uff, en aquella entrevista si que la pase difícil. Tanta presión solo por contestar unas cuantas preguntas acerca de mí y las razones por las que quería el puesto. Ciertamente Laura, era así. Incluso después de obtener el trabajo, cuando me dio la capacitación me hizo pensar en: "¿Por qué rayos estoy aquí?». Lo cual cambio un poco tras conocerla de mejor manera, pero el empleo en verdad resultaba muy estresante y cansado como al principio de la capacitación", pensé sin decir nada de esto a Ciel. Mientras él me hablaba sobre como él era aquel chico con el cual solía estresarme al momento de enviar mis reportes los fines de mes, mi cuerpo comenzaba a desarrollar una dualidad entre querer saber más y el parar esta conversación dejando a mi orgullo intacto.
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–Sin embargo, tras poco más de 2 años trabajando en el mismo lugar que tú. Sentía que estábamos estancados y que de seguir así no podría ser de ayuda para ti. Entonces deje aquel empleo, encargándote con Laura y otros compañeros quienes compartían la misma área de servicio contigo.
Los cuales según a como lo vi, llegaste a pasar bastante tiempo con ellos. Incluso en momentos en los que te parecía que ellos hablaban pero ningún sonido salía de sus bocas, seguramente pensabas que era algo que te sucedía ya que estabas en la mayoría de ocasiones hablando contigo misma acerca de cuál sería el siguiente comportamiento que harías y el por qué lo harías. Sin embargo, la razón por la que no los escuchabas era porque entre sus palabras estaba mi nombre. Además que para ti, la imagen que tenías de mí era nula o algo que podrías ignorar con naturalidad.
Ya que por instinto tus sentidos negaban mi existencia. Fue así que confiando no solo en aquellas amistades que hice; sino que en ti y tus ganas de seguir adelante, deje aquel empleo para dedicarme al 100% en lo que me gustaba y creía que podría llevarme a escalar hasta el siguiente nivel en esta ciudad: La programación.
Inicie con un pequeño curso de programación básica y en dicho curso me hice amigo de unas personas que al igual que yo. Intentaban desarrollar nuevas formas de entretenimiento digital, por supuesto que dentro de los primeros meses todo resulto bastante difícil como agotador. Sin embargo, no me di por vencido porque al final del día es algo que me gustaba y disfrutaba aprendiendo cada vez más.
Cuando el curso termino, tanto yo como unos cuantos compañeros de ese curso decidimos hacer un grupo de estudio. En donde de manera autónoma cada uno de nosotros estudiaba con ayuda de diversos libros, páginas en la web, entre otras maneras. Donde no solo nos apoyábamos con los temas de aprendizaje sino que también lo hacíamos de manera económica y fraternal. En este grupo de estudio, cada fin de semana nos juntábamos y compartíamos lo que habíamos aprendido en la semana, así como también, abríamos días de clases entre nosotros donde respondíamos cualquier tipo de dudas que pudiéramos tener o simplemente desarrollábamos pequeños proyectos.
Tras 6 meses, nuestro grupo ya contaba con 8 personas incluyéndome a mí. Durante todo este tiempo ya habíamos obtenido bastante experiencia sobre la programación, y era tiempo de probar nuestros conocimientos en la práctica profesional y todos aplicamos solicitudes de trabajo en diversas empresas donde solicitaban programadores. En ese momento casi todos nos separamos por un largo tiempo, pero aun seguíamos en contacto de vez en cuando. De forma especial, Willardo era la persona con quien solía salir más seguido pues se encontraba trabajando en el mismo lugar que yo, solo que él tenía otras tareas que desarrollar como también su área de trabajo se encontraba en otro piso del edificio.
Después de haber estado trabajando por durante casi medio año en una mediana empresa de esta ciudad especializada en el desarrollo de videojuegos, Willardo y yo contactamos una vez más a aquellos amigos con los cuales habíamos iniciado sesiones de estudio aproximadamente 1 año antes a esos tiempos.
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La respuesta de todos los demás no tardo demasiado en llegar, de hecho fue justamente en ese mismo fin de semana que nos reunimos en un bar a unas cuantas calles del trabajo donde Willardo y yo laborábamos. Y entre copas de licor y carcajadas por las anécdotas sobre lo que habíamos hecho en todo ese tiempo sin vernos, comenzamos a platicar sobre la idea de iniciar un negocio propio, como una especie de empresa especializada en los videojuegos. En el momento todos tomaron el tema de buena manera y como si fuera una de aquellas reuniones que teníamos el año pasado comenzamos a dar cualquier idea que se nos cruzara por la mente.
Entre aquellos comentarios de esa noche comenté algo como: « ¡Mañana iniciaremos con nuestra empresa! Los espero en mi casa a la 1 de la tarde. Pero si queremos que este proyecto triunfe debemos estar dispuestos a dejar nuestros puestos actuales e invertir en este». Como te debes imaginar Mitsuki tras varios tragos y el entorno de nuestra platica se me salió ese comentario el cual en pocas palabras decía: « ¡Renuncia, Venid a mi casa y Construyamos una empresa desde 0! Total que malo podía pasar». Pero en ese momento no tenía idea del gran peso de mis palabras, así termino la noche cada quien se retiró a sus respectivos hogares y yo hice lo mismo.
Llegue a mi casa, abrí la puerta y camine directamente hasta mi cama donde sin ni siquiera cambiarme la ropa caí en un profundo sueño. Del cual desperté la tarde del día siguiente y eso fue por los molestos ruidos de golpes en la puerta de mi casa, como la de mi ventana siendo golpeada por pequeños objetos.
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Con algo de resaca y molestia baje hasta la entrada a mi hogar y abrí la puerta. Frente a mi se encontraban Willardo y Joel vestidos de forma casual y con un par de laptops entre sus brazos. Al momento de encontrarlos ahí me sorprendí tanto que tarde unos segundos en invitarlos a entrar. Una vez dentro, me platicaron que ya tenían algo de tiempo tocando y lanzando rocas a mi ventana. Por supuesto, que también me contaron que la mañana de ese día habían presentado su carta de renuncia y que ahora estaban en mi hogar por lo del proyecto que habíamos platicado ayer.
No paso mucho tiempo, y antes de que pudiera comprender todo lo que sucedía alguien toco a la puerta, camine hasta ella y la abrí. Entonces, Ballolet con su ya característica media sonrisa me saludo y tras eso entro hasta donde Willardo y Joel se encontraban. Con ella éramos 4 de las 8 personas quienes invertiríamos en la nueva empresa, pero las sorpresas seguían llegando a mi puerta y tras pasar unos 15 minutos ya se encontraban Alicia y Heizar en la sala de estar junto a los demás platicando acerca de cómo fue que hicieron para renunciar a sus empleos.
Entre aquellas anécdotas la más graciosa, fue la de Joel quien justo al llegar a su hogar esa noche llamo a su jefe de departamento "del cual quiero creer que se llevaban muy bien", pues según lo que nos contó entre risas le pidió que lo despidiera mientras rompía en llanto. En sus palabras el comento que cuando su jefe le tomo la llamada le dijo: "¿Me puede despedir? Por favor", es decir quien llama a su jefe en la madrugada y lo primero que dice es ¿Me puede despedir?
Aun esperando a los últimos dos miembros de nuestro grupo, Willardo y yo salimos a comprar algo de licor, unas botanas y algo de comer. Antes de que volviéramos a mi hogar Willardo me hizo una pregunta que coloco mis pies en la tierra y comprendiera lo que todos nuestros amigos habían hecho y algo que yo no. Su pregunta fue: ¿No has presentado tu carta de renuncia aun verdad? Solo eso basto para que comenzará a sudar en frio, el cual el mismo Willardo paro al comentar: "Claro, debe ser porque hoy es tu día de descanso. Pero, aun así deberías de hacerlo pronto".
Al llegar a mi casa, le deje las cosas que cargaba yo a Heizar y me separe un momento de ellos para subir a mi habitación y hacer una llamada importante al trabajo. Al igual que a cambiarme con algo más cómodo y fresco. Tras haber renunciado y quedado en enviar mi carta de renuncia oficial al siguiente día, recibí la llamada de Saya y Lionel quienes disculpándose conmigo comentaron que estaban en un proyecto en las empresas donde trabajaban y el cual ya habían invertido tiempo y estaban por acabar. Por lo cual, no podían presentar aun su renuncia ahora, pero en cuanto lo terminasen lo harían. Mientras nos apoyarían, manteniéndonos informados acerca de las necesidades surgentes, como de la promoción con nuevos patrocinadores para así hacer que los fondos del proyecto no sean tan pesados de llevar.
Cuando termine de hablar con ellos, baje a la sala y les conté sobre esto a los demás quienes comprendieron de inmediato, aunque también aprovecharon para hacer un poco de burla sobre el tema. Fue así que desde aquel 2 de Febrero comenzamos de manera energética en el desarrollo de nuestro proyecto en videojuegos.
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Por supuesto, aunque estaba ocupado con este gran proyecto no deje de contactar a Laura para preguntarle sobre ti, ni de pasar siempre a la hora que salías del trabajo para así acompañarte hasta la entrada de tu casa. Es más que seguro que te sorprendas de esto, pero también es cierto que después de un tiempo tú desarrollaste una sensación de que alguien te seguía y siempre que regresabas a casa solías echar ligeras miradas a los alrededores. Supongo que por eso pudiste escucharme la noche de anteayer.
Entonces siguiendo con lo que te contaba acerca de la empresa, posiblemente tuvimos mucha suerte todos, porque con el paso del tiempo en menos de medio año logramos hacer que nuestro pequeño proyecto se volviera realidad y no solo con esto también llegamos a consolidar una gran empresa de videojuegos la cual fue muy apoyado por otras tantas. Logramos vender muy bien en las ciudades que rodeaban a la ciudad de Gnowell, pero aun dentro de esta ciudad no teníamos el consumo suficiente.
Entonces, se me ocurrió algo para mejorar nuestra venta dentro de la ciudad y esto era que más gente joven o familias con niños migraran a nuestra ciudad. Pero la verdadera razón de esta estrategia fue, lo que escuchaba siempre que te acompañaba hasta tu hogar, donde las personas que vivían a tus alrededores te llamaban "la chica maldita" y comenzaron a hacer varios rumores tontos sobre ti. Rumores que hicieron que con el paso del tiempo estas personas dejaran aquellos hogares y cambiaran de zona de residencia. Dejando así no solo grandes terrenos abandonados, sino que también te asilaban cada vez más dividiendo así por un lado iluminado a las calles, avenidas, viviendas y plazas de Gnowell y del otro únicamente un sendero obscuro donde en su centro una pequeña luz luchaba contra las penumbras por seguir viviendo.
Entonces tras haber pasado 3 años y medio desde el accidente que fue llamado "The nigth of blue firefilies" compre junto con algunos socios de la empresa los terrenos que habían sido abandonados dentro de la zonas cercanas de donde vivías. Y construimos nuevas viviendas comunales para así gente que no conociera acerca de lo que te sucedió y a quien no le importaría ni lo más mínimo esos estúpidos rumores te hicieran ver que al final solo eran eso rumores tontos creados por personas aún más tontas. Por supuesto que también en varias veces fui personalmente hasta tu puerta a ofrecerte remodelar tu casa sin comprarla, sino que sería tu hogar pero de manera distinta y así de esta forma pudieras dejar aquellos tristes recuerdos atrás.
Sin embargo, me lleve otra gran sorpresa al escuchar tú respuesta. Pues aunque te estaban ofreciendo una remodelación completamente gratis, donde escucharían tus ideas para dicha reconstrucción. Tú respuesta fue siempre un: "No, este es el hogar de mi familia. No me interesa por ahora cambiarla. Gracias" y tras decir eso entrabas a tu hogar nuevamente. Al escuchar por tercera vez la misma respuesta, me di cuenta que era algo que no iba a cambiar por más que te ofreciéramos pues se trataba de un sentimiento dentro de tu corazón. Por lo cual ya no volvimos a preguntar por cuarta vez y la construcción de viviendas comunales en las cercanías a tu hogar.
"Es cierto, ese es mi hogar pero más que un simple espacio donde podía llegar a dormir y descansar tras un larga jornada laboral. Aquel sitio era lo único recuerdo tangible de mis padres y mi hermana, pues todos los álbumes de fotos, la ropa de ellos o cualquier objeto donde hubiesen impregnado parte de su existencia ya no existía. Excluyendo aquellos muebles que aún conservaba dentro de la casa como eran los sofás, la estufa, el refrigerador o las camas por ejemplo", pensé de manera inmediata al escuchar esta parte de la narración de Ciel.
Como lo he mencionado anteriormente, la suerte que teníamos para lograr que el solo medio año nuestra empresa creciera tan abismalmente y se distribuyera no solo nuestro producto en las ciudades cercanas de Gnowell sino que también logramos invertir en la construcción de casas dentro de la ciudad para que así nuestro mercado creciera de forma interna también. En esos momentos, no pese que podría tener más suerte pero de nuevo me había equivocado y habías sido tú quien me lo hizo saber.
–Pues no solo yo intente llegar más alto para así ayudarte en mayor medida, sino que tú también lo habías hecho ¿Verdad Mitsuki? –tras haber hablado por más tiempo que Mitsuki quien solo se limitaba a escucharme y asentir con la cabeza como señal que estaba siguiendo el hilo de la conversación. Le di la batuta de la conversación a ella con solo una pregunta–.
–Si. Sí lo adjunto con la cronología de hechos que me has comentado hasta ahora, veamos son 1...2... quizás...4 –tratando de recordar las fechas en donde había iniciado a estudiar sobre administración de empresas y correlacionarlas con la línea de tiempo de lo que había hecho Ciel hice cuentas con mis dedos usando los pulgares como guías. Para después de unos segundos de pensar y contar mis dedos continuar con mi respuesta–.
–Fue aproximadamente a los 5 meses que tú dejaste de trabajar en el Centro a Atención a Clientes, que inicie a tomar clases en línea de administración de empresas casi al diario justo después del trabajo.
Este curso duro únicamente tres meses, pero realmente aprendí algunas cosas aunque más que nada aprendí a manejar los distintos software de contabilidad, pero aun con esto sentía que me hacía falta aún más conocimientos que los que pudieron darme en solo un curso de 3 meses. Por ello, decidí entrar en una escuela presencial donde las clases eran impartidas por las mañanas y únicamente los fines de semana.
Ya con un horario el cual me permitía seguir trabajando y a la vez aprender el siguiente oficio que iba a desarrollar, tenía ya un pie dentro de aquella institución pero lo que realmente hizo que el pie que me faltaba diera un paso adelante fue que en el momento que yo saliese de aquella institución obtendría un certificado con el cual podría tener la oportunidad de entrar a casi el total de empresas de esta ciudad como gestora de talento humano, administradora de mercadotecnia, administrador de finanzas o gerente estratégico.
Fue entonces que tras 10 meses que al fin obtuve mi certificado en administración y decidí dejar aquel empleo que me había dejado bastante agotada mentalmente por la oportunidad de entrar a trabajar a una empresa de video juegos que se encontraba en crecimiento... –tras decir aquellas últimas palabras caí en cuenta de porque Ciel me había dado la palabra pidiendo que le contara sobre lo que había hecho yo en aquellos 3 años y medio–.
–Ciel, no has mencionado el nombre de la empresa que creaste aun ¿Cierto? –ya con algunas ideas agrupándose en mi mente y formando la respuesta que le me daría al final de este pequeño interrogatorio–.
–No, aún no he dicho. ¿Por qué la pregunta Mitsuki? ¿Ya te has dado cuenta? –esperando a que ella completara el rompecabezas lancé una contra-pregunta–.
– ¿Podrías decirme el nombre de la empresa que formaste con tus compañeros hace dos años y medio? –el corazón me latía con fuerza y velozmente, tal así que sentía que estaba a nada de salir de mi pecho en cualquier instante. De tal forma que casi como instinto coloque mis manos sobre mi pecho para evitar que esto sucediera cuando Ciel confirmará que la respuesta en mi mente era la correcta–.
–El nombre es «Hotaru Kaisha». –sin agregar nada más por unos instantes y solamente dedicarme a ver la expresión de sorpresa que tenía Mitsuki–.
–Al igual que tú yo me asombre bastante al saber que cierta persona con tu mismo nombre y apellido había sido contratada como parte del equipo administrativo hace 2 años y medio. Como era algo que no podía creerlo, fui en persona a ver a aquella chica con tu mismo nombre el primer día de trabajo. Fue ahí detrás de la puertas de cristal que daban hacia las oficinas de administración que te vi con tu ya característico cabello atado con una sola dona concentrándote en las indicaciones que te daba tu superior al mando.
En aquel momento en verdad pensé que había gastado toda mi suerte, pues nunca había imaginado que tras estos años volveríamos a estar trabajando dentro de la misma empresa. Desde tu llegada comenzaste con un gran ritmo que tan solo un año y medio después de haber sido contratada lograste obtener el puesto de jefa de gestión del personal. Y bueno actualmente eres auxiliar de gerente de administración y finanzas, lo que si lo vemos con el esquema de cargos y puesto de una empresa, después de los que fundamos la empresa y cada jefe de las distintas áreas como son: la administrativa, de operaciones, de ventas y de control de calidad. Te encontrarías a solo un paso de estar en la cúspide del puesto dentro del área de administración.
Fue entonces que me di cuenta de la realidad, pues no fue cuestión de suerte que tú llegarás hasta donde te encuentras ahora sino que fue todo el esfuerzo, trabajo y tiempo que le dedicaste a mejorar y en superarte aunque quizás no sabías por qué seguir avanzando hacia delante pero también lo hacías porque las respuestas a tu pregunta llegarían con el tiempo. Siendo así que yo únicamente a lo mucho pude darte un pequeño empujón para que avanzaras el primer paso hacia el futuro.
–Y aun sabiendo esto no me desanime y te seguí acompañando, cuidando de ti en lo que más podía en esos momentos, ya que antes de la noche del 20 de diciembre mi existencia era completamente ignorada por ti. Pero ahora que podemos entablar un dialogo, conversar sobre nuestro días o sobre aquello que nos preocupa quiero que estés más que segura que yo te cuidare y sobre todo que me tendrás siempre a tu lado como alguien en el que puedas confiar –tras haberle contado todo lo que me era permitido contarle a Mitsuki, entre en un momento de shock al ver a la hermosa chica que tenía frente a mi casi al borde de las lágrimas–.
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–N... No entiendo ¿Por qué... harías todo esto por mí? –con una mezcla de emociones dentro de mi corazón los cuales iban de la alegría y ganas de llorar; por haber escuchado de boca de alguien más que no era ninguna carga para ella o la culpable de una tragedia sucedida hace 6 años hasta aquel sentimiento de miedo por abrir mi corazón una vez más a la persona que tenía frente a mi–.
– ¿Por qué lo hago? Bueno eso n... –saliendo de aquel pequeño shock el cual me tenía paralizado ante su mirada e intente responder a su pregunta–.
– ¿Acaso tú y yo compartíamos algo más que una amistad de cual ahora no tengo recuerdo alguno? ¿Por eso eres la única persona que no recuerdo? Dime Ciel ¿Cuál es la razón por la que hemos hablado tanto sobre lo que paso hace 6 años? –con una voz que apenas y podía salir de mis labios y tomando con mis manos los hombros de Ciel–.
–Lo siento Mitsuki, aunque es lo que más quiero hacer es algo que tú debes recordar por ti misma. No hay nada más que pueda contarte, pues todo lo que debía contarte ya te lo he contado –tome gentilmente las manos de Mitsuki que me estaban tomando de los hombros y tras eso me acerque hasta ella para acto seguido pegar su cabeza en mi pecho mientras con mis brazos rodeaba su espalda–.
Cuando Ciel me abrazó mis lágrimas no pudieron aguantar más y comenzaron a salir mojando el pecho de la camisa de Ciel. De esta manera Ciel y yo pasamos algunos minutos sin que él ni yo mencionáramos palabra alguna. Limitándose únicamente a abrazarme cálidamente con ambos brazos los cuales tras pasar un tiempo me daba pequeñas palmadas en la cabeza y la espalda como si me digiera "Ya ya, Mitsuki todo estará bien".
Para cuando me había calmado me limpie laslágrimas de las mejillas con un trozo de tela que Ciel me había pasado y unavez limpio mi rostro me separe de Ciel y el me brindo una cálida sonrisa.
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Despuésambos sacamos nuestros celulares y al unísono dijimos: "¡Ya son las cuatro 5:00 pm!".
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– ¡Lo siento Mitsuki! Se me olvido decirte que había comprado entradas para una película que veríamos hoy. La función inicia a las 5:05 pm y el cine está al otro extremo de la plaza... pero si nos damos prisa podemos alcanzar a comprar las palomitas y refrescos –comente luego de ver la hora en el celular y compararla con la hora marcada en mi reloj. Tras confirmar que efectivamente eran las cinco de la tarde saque las entradas de la película y se las entregue a Mitsuki–.
– ¡Vamos corre! Que si seguimos aquí capaz nos perdemos el inicio de la película –con mi bolso en el hombro y ya de pie. Tome de las manos a Ciel para que corriéramos juntos hasta el cine–.
Fue así que lo que comenzó por un día donde durante únicamente íbamos a charlar por unos minutos se convirtió en una charla de dos horas y media, para instante seguida de esta se convirtiera en una cita en la cual terminaríamos viendo una película de estreno.
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Al salir de la función ya era tarde, y el frio del exterior invadió mi cuerpo al momento que salimos del cine. Razón por la que de inmediato me coloque el suéter que había guardado de forma perfecta dentro de mi bolso, tras eso Ciel y yo seguimos caminado mientras comentábamos lo que nos había llamado la atención de la película, lo que nos gustó de ella o lo que no. Caminamos uno al lado del otro hasta llegar a aquel parque en donde nos habíamos encontrado y que ahora se había convertido en nuestro punto de despedida.
– ¡Gracias! Por lo de hoy, me la pase bien Mitsuki –antes de despedirnos e irme hasta mi hogar le agradecí a Mitsuki con una sonrisa en mi rostro–.
–No tiene porque agradecerme Ciel, debería yo agradecerte por lo de hoy. Después de todo tú fuiste quien ya había comprado las entradas para la película –tomando la parte que nos había quedado de las entradas para mostrárselas a Ciel–.
– ¡Claro, no te preocupes! Si algún día quieres salir de nuevo solo tienes que enviarme un mensaje –comente de forma inmediata a la hermosa chica frente a mi–.
–Si lo haré –sin que nada más se me ocurriera decir en estos momentos únicamente me acerque a él mientras manteníamos ambos la mirada fija en los ojos del otro–.
–Me alegraría mucho que lo hicieras –comente mientras mi cuerpo se movía por si solo hasta donde Mitsuki se encontraba–.
Entonces tras unos cuantos pasos nuestros cuerpos se encontraban frente a frente, y una sensación cálida comenzó a recorrer mi cuerpo desde los pies hasta la cabeza sin prestarle mucha atención a esto. Seguí viendo a los ojos de Ciel mientras nuestros rostros comenzaban a acercarse más y más, cuando llego el momento en el que nuestros labios se iban a tocar mis manos lograron actuar velozmente y únicamente rodee con mis brazos la parte superior de su espalda. Acerque mis labios hasta uno de sus oídos y le di las gracias para acto seguido darle un beso en las mejillas en forma de despedida.
–Bueno, adiós. Ve con cuidado –separándome del cuerpo de Ciel con gran velocidad y agilidad, levante mi mano derecha y la sacudí en el aire en forma de despedida–.
– ¡Claro Mitsuki! Nos vemos, con cuidado y bueno envíame un mensaje cuando ya te encuentres en casa –apenas reaccionando ante lo que había hecho Mitsuki hace unos segundos, torpemente repetí el movimiento de manos que había estado haciendo ella con la única diferencia de que ella se marchó tras esto y yo aún me quede por unos instantes más en el mismo lugar–.
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22 de diciembre, 8:30 PM Casa de Mitsuki Amane
Una vez en mi hogar y tras haber dejado mi bolsosobre la mesa, camine hasta el sofá de la sala y me senté a descansar por unosinstantes. Entonces con mi celular en mano comencé a escribirle a Ciel.
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Cuando acabe de cenar, note que tenía dos mensajes sin leer de Ciel. Por lo cual, desbloquee mi celular y abrí sus mensajes. Para ese entonces ya eran las 9:40 pm, cuando leí el contenido del mensaje sentí como un rayo cruzo por mi mente susurrando las preguntas de Ciel repetidas veces de manera suave y lenta; «Ya debes saber el ¿Por qué he hecho todo esto por ti? ¿Qué significa Ciel para mí? ¿Por qué me esforcé tanto estos años?». Como me había tardado más de media hora y el estado de Ciel aparecía como: desconectado, el preguntarle por qué me había dicho estas pistas de lo que debo buscar en mi interior era algo que parecía realmente tonto ahora.
Además, él menciono que debía levantarse temprano para terminar algunas cosas que quizás sean parte de su trabajo y no quería molestarlo con mis preguntas. Por lo que, únicamente le deje un mensaje que decía: "Gracias Ciel, lo pensaré mañana. Que tengas un buen día mañana y suerte con el trabajo". Tras mandar aquello y recostada ya en mi cama las palabras de Ciel siguieron retumbando en mi mente hasta que me quede completamente dormida.
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Mañana del 23 de diciembre, Casa de Mitsuki Amane
Cuando la luz del sol hizo sombra en gran parte de mi cara y pese a que cubrí de inmediato con mi brazo mis ojos, la misión de sacarme de mis sueños ya estaba hecha. Por lo cual resignándome a aquella realidad, me levante de la cama y abrí ambas ventanas en dirección al exterior de mi casa para lo cual tuve que sacar parte de mi cuerpo en el mismo sentido. Aprovechando aquel movimiento de mi cuerpo mire hacia el cielo mientras cruzaba ambos brazos en la base de la ventana y como si se tratara de adivinar el clima de hoy con un solo vistazo concluí que aquel cielo parcialmente nublado de hoy pintaba de ser un día bastante tranquilo.
Tras un ligero suspiro me aleje de aquel lugar y comencé con mi ya cotidiana rutina de la mañana, el cual consistía en tomar un pequeño baño para después dependiendo del día vestirme con algo cómodo o formal, preparar y tomar el desayuno, luego descansar un poco mientras leo alguna novela o simplemente veo la TV para después si es el caso ir al trabajo, en caso de los días que descanso utilizaba ese tiempo para ocuparme del quehacer del hogar. Mientras tomo algunos descansos a la hora de comer y cenar. Sin embargo, este día era muy distinto a los demás pues aunque no tuve que ir al trabajo tenía algo en la mente que no dejaba de resonar y resonar desde que fui a dormir.
– ¿¡Apenas son las 3:30 pm de la tarde!? –asombrada por lo rápido que había terminado los labores del hogar al mirar hacia el reloj colocado en la pared frente a mí, deje caer mi cuerpo para atrás donde se encontraba ya el sofá de la sala esperando a recibir mi cuerpo–.
«Quizás hoy no tenía mucho que hacer pues acabe en tiempo record las labores del hogar y hace aproximadamente 40 minutos antes de ello termine de comer. Lo cual ahora me deja con mucho tiempo libre antes de la hora de cenar», pensé mientras permanecía con los brazos estirados a los lados y con mi vista perdida únicamente en el techo.
Entonces mientras me encontraba recostada sobre lo largo del sillón lleve el celular que se encontraba en la bolsa de mi pantalón derecho hasta tenerlo frente a mí. Acto seguido lo desbloque y abrí el chat de Ciel donde se encontraban los mensajes que he tenido con él y sin enviarle nada ni recibir ningún mensaje de su parte después de mi último mensaje. Comencé a pensar seriamente sobre sus últimos comentarios de ayer.
«Ciel dice que la pregunta no es ¿Por qué él ha hecho tanto por mí? Sino ¿Por qué yo he trabajado tanto por salir adelante? Al igual de ¿Qué significa Ciel para mí? Sí, la pregunta que le hice ayer a Ciel sobre sus motivos por los cuales me ha apoyado durante tanto tiempo es más que obvia.
Tendría que decir que por su historia yo era la única amiga que logro hacer en su niñez y que con los años esa amistad no desapareció sino que se hizo más fuerte. Sin embargo, aunque nuestro lazo de amistad fuese tan fuerte probablemente no sería la escusa suficiente por el cual él se mantuvo a lado mío; incluso aunque esto significará que no notara su presencia.
Además la forma en la que se comporta cuando se encuentra conmigo me da aquella sensación de que para él, yo soy más que una muy buena amiga. Llegando a ser aquella chica con quien Ciel tendría una relación más íntima», cuando paso por mi cabeza la idea de que a Ciel podría gustarle mis mejillas de inmediato se calentaron y una sensación de pena y vergüenza invadió mi cuerpo por un periodo grande de tiempo.
«Entonces si le gusto a Ciel la pregunta que me viene en seguida es ¿Por qué él estaría enamorado de mí? Al igual que ¿Cuándo comenzó aquel sentimiento? Sí ¿Alguna vez me lo confeso? O ¿Por qué me dijo que era algo más que obvio?», aumentando más y más mi ritmo cardiaco por todas las ideas que iban surgiendo dentro de mi cabeza, tras unos minutos aun con la cara roja de la pena un pensamiento conecto todas aquella primeras preguntas que solo me hacían avanzar en círculos y me hizo descubrir el camino hacia lo que realmente me interesaba saber.
– ¡Eso es!... Sí es que a Ciel le gusto ¿No es raro que tras pasar tanto tiempo juntos, nunca hubiera confesado sus sentimientos? –sentándome en el sofá tras aquellas palabras comencé a resolver aquel laberinto de pensamientos dentro de mi cabeza–.
«Quiero decir, Ciel actualmente me parece un chico bastante amable, gracioso, trabajador y bastante tranquilo por decir algunas cosas buenas sobre él. Además tiene una presencia que me hace sentir segura a su lado y llena de cierta manera mi corazón de una sensación cálida que me sería difícil explicar o describir. Pero en resumidas palabras sería que cuando estoy a su lado una parte que había perdido hace seis años atrás regresa y me hace sentir que todo lo que he hecho hasta ahora ha valido la pena.
Lo que quiero decir, si estos sentimientos que tengo al estar con él mientras vemos una película, comemos por algún lugar de esta ciudad o simplemente platicamos por unos instantes. También los llegue a tener cuando era una adolescente y él se hubiese confesado estoy por segura que habría aceptado. En caso de que esto hubiese sucedido ¿Por qué no tengo recuerdos de haber estado en una relación durante mi juventud?
Además, por aquellos recuerdos que he recuperado hasta ahora todos son recuerdos de mi infancia pero en especial de aquellos momentos que pasamos juntos Ciel y yo. Pero tras cumplir los 15 años no tengo ningún recuerdo de Ciel. Esto me lleva a pensar que las únicas memorias que he perdido de mi vida tienen que ver únicamente con Ciel, pero por algún motivo tengo una sensación de que no es precisamente las acciones que llevamos juntos como lo son el salir a museos, plazas o momentos de este tipo lo que tengo que recordar.
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Sino que es algo aún más importante, algo como un concepto que defina lo que Ciel significa para mí. Entonces estaría casi segura que ese concepto sería el amor...», tras pensar en aquella palabra sentí como si dentro de mi mente una gran puerta que antes se encontraba bloqueada fuese abierta lentamente y una luz muy luminosa comenzara a salir por primera vez en siglos.
Esto me dejo bastante cansada y con un dolor de cabeza muy grande que tuve que dejar de pensar por un buen rato. Tal así fue aquel dolor y mareo que con dificultades para caminar llegue y me acosté en la cama con una bolsa de hielos sobre mi frente. Mirando por última vez la pantalla de mi celular antes de quedarme dormida por el dolor, pude ver que eran las 5: 30 pm.
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Sin saber exactamente el tiempo que había pasado desde que me acosté hasta que paro las pequeñas pulsaciones en mi cabeza, abrí los ojos y tras voltear mi cuerpo hacia la derecha pude ver por la ventana un cielo más oscuro con un brillo más tenue y blanco. Tras observar por un largo tiempo la luz de la luna que entraba por mi ventana me levante y mire la hora en mi celular.
Eran ya las 9:00 pm y el dolor que había tenido hace unas horas ya había parado, pero lo sorprendente de ello no era que el dolor se hubiese detenido tan rápido y sin medicamentos. Sino que en mi mente había sucedido una actualización en la gestión de almacenamiento principal y muchos recuerdos que había tenido guardados en secreto salían a la luz.
Todos estos por supuestos estaban centrados en la relación que tenía con Ciel, tanto de como nuestra amistad con el tiempo fue convirtiéndose en algo más que solo eso. Como se lo deben ya de imaginar Ciel y yo entramos en una relación a los 16 años justo 1 año después de iniciar la escuela media, con el experimente tanto bellos momentos como tristes, pero siempre logramos aprender de nuestras caídas y salir a delante.
Ciel no solo significo aquellos primeros momentos de mi vida como el primer amigo, mi primera pareja, el primer beso o la primera vez, sino que también como él me comento ayer siempre fue una persona con la que podía contar. No de la misma forma que en la que podía contar con mis padres o hermana pero si algo cercano a ellos.
Gracias a que logré recordar todos aquellos momentos a lado no solo de mi familia sino de Ciel, un sentimiento de alegría y felicidad comenzó a invadir de poco a poco mi cuerpo. Fue también un recuerdo entre aquel montón, que me dio la posible respuesta a ¿Por qué había estado luchando por sobrevivir un día más durante todos estos 6 años?
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En aquel recuerdo me encontraba en las afueras de mi hogar con Ciel platicando sobre lo que habíamos hecho aquel día, cuando sin dar algún aviso alguno Ciel me dio un collar muy hermoso que venía dentro de una cajita de color negro muy elegante. Y mientras él mismo me lo colocaba en el cuello comento con una gran sonrisa: "Tú padre me enseñó a hacer este collar, es casi igual al que él le dio a tú mamá antes de formar una familia. Puede que aun sea muy pronto pues apenas tenemos 19 años de edad, pero estoy seguro que contigo me esperan grandes cosas".
Después de esto, le prometí que aunque el destino nos dejara obstáculos en el futuro siempre seguiría luchando si existe alguna esperanza dentro de mi corazón aunque esta fuera tan pequeña que no pudiera darme cuenta de ello. Puede que ahora que lo pienso suene algo tonto, pues una promesa como aquella, solo podría funcionar a esa edad. Sin embargo, ciertamente cuando pienso en el motivo por el cual seguí adelante no fue solo a los consejos y educación que me brindaron mis padres antes de morir sino que en gran medida se debía a aquel sentimiento que pese a que todo parecía lo contrario, una pequeña oportunidad de encontrar algo en lo que depositar aquellos sueños que ahora no era capaz de realizar. Aunque esto significara caminar con los ojos vendados sin idea de cuánto tendría que caminar o el medio con el cual debía avanzar.
–Espera, ahora que lo pienso ¿A dónde abre dejado aquel collar? Pues no recuerdo haberlo perdido, casi siempre lo llevaba conmigo –buscando entre los cajones del closet y otros lugares donde solía dejarlo–.
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Tras 30 minutos sin resultados alguno en mi búsqueda por aquel collar, deje de buscarlo pues quizás lo más seguro era que como le sucedió a las demás cosas en aquel accidente este también se halla hecho cenizas. Siendo ya poco más de las 9: 30 pm de la noche comencé a prepararme la cena, una vez lista esta cene tranquilamente mientras recordaba cosas sobre Ciel.
Sobre todo aquellas cosas que le gustaba comer, entonces pensé algo que para hace unos días jamás creí que podría pasarme siquiera semejante locura por la cabeza.
« ¿Por qué no invito a cenar mañana a Ciel? Claro, si es que él no tiene nada más que hacer sería una forma de pasar una navidad más cálida. Además si le preparo aquello que siempre le gustaba comer en estas fechas, podría ver su reacción al ver que ya tengo más recuerdos de él», pensé mientras me imaginaba las reacciones que pudiera tener Ciel al escuchar que recuerdo la vez que me pidió tener una relación.
Y antes de que ideas como "¿Y si él ya tiene planes para esa noche? ¿Quizás algo que hacer con las personas con quien ha trabajado en esa empresa?" me quitaran los ánimos que había ganado desde que desperté tome el celular para comentarle sobre lo que estaba pensando. Pero por más que quería escribirle "Oye, ¿Te parece bien tener la cena de navidad en mi casa?", la manera de iniciar la conversación y pedirle que estuviéramos comiendo juntos aquella noche no me salía de forma que quería. Y tras escribir y eliminar aquellos mensajes en muchas ocasiones deje el celular en la mesa y mejor me fui a bañar, para así despejar mi mente y al regresar poder escribirle aquel mensaje.
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Tras una larga ducha salí con únicamente una toalla cubriendo gran parte de mi cuerpo desde mi pecho hasta los muslos. Baje a la cocina y tome mi celular el cual lleve conmigo hasta la recamara donde actualmente dormía todas las noches. Mientras me encontraba sentada sobre mi cama y pensando en cómo iniciar mi mensaje, una notificación de mensaje de Ciel me hizo brincar de la cama. Tras dar un pequeño suspiro, abrí el chat de Ciel para poder conocer lo que me había enviado.
«Bien 10 minutos, es el tiempo suficiente para que me cambie y salga tranquilamente de mi casa hasta aquel parque pues en menos de ese tiempo si que llego», pensé mientras dejaba el celular sobre la mesa de noche y estiraba los brazos al cielo.
Fue así que tras aquel último mensaje de Ciel y sin dejar algún otro comentario a ese me quite la toalla que tenía puesta aún y me vestí con ropa bastante abrigadora pues sabía que al salir de mi hogar el frio sería demasiado. Y para evitar que el cuerpo me temblara de más cuando me encuentre con Ciel, elegí ropa con tela que transmitiera calor a mi cuerpo. Una vez lista salí de mi hogar en camino a reunirme con Ciel.
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Una noche antes de noche buena, 10: 27 pm. Parque "Jardín de estrellas".
Finalmente después de 10 minutos Ciel y yo nos encontrábamos juntos en el mismo lugar en el que ayer me había despedido con un beso en la mejilla. Y tras un saludo mutuo con las manos en el aire nos acercamos hasta una de las bancas del lugar, ubicada entre los dos postes de luz.
– ¿Tienes mucho esperando? –le pregunte a Mitsuki quien se encontraba sentada a mi derecha–.
–No, de hecho no tiene mucho que llegue. De hecho justo te vi bajar del autobús –con una voz tranquila le conteste a Ciel, mientras me acomode un mechón de cabello–.
–Eso me alegra, y bueno antes de que se haga más noche. Vayamos al punto, pues no quiero hacerte regresar más tarde a tu hogar –acercándome un poco a Mitsuki para así poder escucharle aunque ella me hablara con una voz muy baja–.
–Vale, bueno es sobre mañana. No sé si tengas ya algo planeado que hacer como salir con tus amigos o así, más que nada por la noche –aunque con algo de duda en los inicios de mi voz, finalmente logre decirle a Ciel lo que me había costado tanto escribirle–.
– ¿En la noche? –con una cara que mostraba algo de confusión por su comentario, pues me había imaginado que Mitsuki quería salir desde la tarde donde hay más eventos de luces y todo este tipo de tiendas con didácticas navideñas–.
–Si, bueno lo que quiero decir es que si no te importa e igual podemos pasar juntos la cena de noche buena. Veras la verdad es que aquellos desfiles de navidad y juegos navideños de las tiendas por ahora no me atraen y bueno los eventos de fuegos artificiales pienso que podremos verlos perfectamente desde la ventana de mi hogar así que no habría problema con ello. Pero el tener una cena a lado de alguien más sería algo que... –cortando mis palabras casi al instante Ciel comenzó a hablarme con la gran energía que de momentos solía dejar salir–.
– ¿Lo dices en verdad, Mitsuki? Justo era eso lo que te iba a proponer, pues justamente estas fechas no suelo celebrarlas desde hace 5 años. Y bueno me gustaría poder celebrar la noche buena una vez más. Además si es contigo sería algo que en verdad me gustaría hacer. ¿Tienes algo planeado ya para la cena? –con una sonrisa en el rostro le pregunte a Mitsuki, quien me contesto con una sonrisa tan hermosa como el paisaje nocturno de hoy–.
–No, bueno por eso mismo quería ponerme de acuerdo contigo.
Con la mente algo en blanco le comente de manera simple a Ciel que "No tenía ni la menor idea", esto debido a dos cosas la primera era que no había celebrado noche buena desde hace 6 años ya y bueno la segunda era porque francamente no pensé que podría llegar tan lejos en mi plan. Esto de quedarme sin ideas de lo siguiente que hacer o tener alguna idea para sobreactuar en mis diálogos hizo que me diera cuenta que aquella "Yo" quien prefería huir y esconderse ante todo se había marchado poco a poco desde que hable por primera vez con Ciel.
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–Bueno, creo que mientras te encamino a tu hogar podremos organizarnos para tener todo listo mañana, después de todo solo somos dos personas –me levante del banco en donde había estado sentado junto a Mitsuki le extendí ambas manos mías para ser aquel apoyo que le facilitara levantarse–.
– ¿Estás seguro de ello? Si lo haces, llegaras más tarde a tu casa –tomando las manos de Ciel que eran cubiertas con unos guantes para el frio y me daba la sensación de estar tocando el pelaje de un pequeño cachorro–.
–Por supuesto, no tienes de que preocuparte. Conozco un atajo desde tú casa así que estaré bien –tras levantarse Mitsuki su gorro se desacomodo y por acto de reflejos se lo reacomode con ambas manos. Cuando termine ella me brindo una sonrisa que casi me hacían sacar el teléfono para guardar aquella imagen suya–.
Con un ligero movimiento de cabeza asentí de manera que mostrara que estaba de acuerdo con lo que acababa de decirme, para instante seguido caminar juntos y de las manos hasta mi hogar. Durante toda nuestra caminata fuimos platicando sobre lo que podíamos hacer mañana, como también cosas que nos gustaría comer e incluso con qué tipo de vino o alcohol podríamos celebrar la tan esperada navidad.
Tras estar caminando entre las calles iluminadas no solos por los adornos navideños de las casas a nuestro alrededor sino que, por las estrellas colocadas a la perfección en el lienzo oscuro sobre nosotros. No deje de tomar su mano durante los aproximadamente 5 minutos o quizás un poco más de tiempo que tardamos en llegar hasta la puerta de mi hogar.
Una vez estando en aquel lugar nos detuvimos y Ciel tomo ambas manos mías mientras la distancia entre nosotros iba desapareciendo con cada segundo.
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–Bien, Mitsuki. Mañana te vendré a visitar y entonces como hemos quedado te toca hacer la cena y yo me encargare de traer las bebidas y demás cosas que podríamos utilizar como unos cuantos fuegos artificiales o cosas por ese estilo –despidiéndome sin soltarlas manos de Mitsuki y con nuestros ojos anclados mutuamente–.
– ¡Si! Te vas a sorprender con lo rico que me queda el lomo al estilo Amane, pero si llegas un segundo tarde te vas a quedar sin oportunidad de probarlo –intentado crear un momento de risas, hable con un tono burlón–.
Ante el nombre de mi platillo para cenar ambos dejamos salir unas cuantas carcajadas, pero después de unos segundos lo único que pudimos hacer es seguir mirándonos a los ojos sin decir nada. En el silencio de la noche nuestros rostros comenzaron a acercarse más y más, hasta tal punto que me era posible sentir por encima de mis labios el cálido aire que salía desde la nariz de Ciel y sin dudarlo un poco sabía que él podría de igual manera sentir mi respiración pasando frente a sus labios.
Pero su respiración no fue lo único que llegue a sentir en ese momento, sino que el tacto de nuestros labios mientras estos se movían lentamente mientras cambiaban de posición. Primero mis labios tenían atrapado el labio superior de Ciel pero al instante inmediato eran los labios de Ciel quienes anclaban mi labio inferior. De esta manera y semejante a un ciclo sin fin estos movimientos se repetían y con cada ciclo podía experimentar sensaciones distintas, con el primer ciclo me di cuenta de los suaves que parecían nuestros labios al estar en contacto, al siguiente ciclo sentí como al estar en movimiento y fricción mutuo mis labios parecían ganar temperatura aunque en el exterior se encontrada nevando y por último, como si fuese una medida de seguridad mi lengua o la suya entraban como intermediados para mantener la temperatura de nuestros labios estable y darnos un respiro.
Tras todo esto mi cabeza fue capaz de analizar todo lo que sucedía actualmente, me di cuenta que Ciel y yo estábamos teniendo aquello denominado como "Beso". Entonces recordé una vieja sensación de felicidad que lleno no solo mi alma sino también mi cuerpo de un calor muy cálido capaz de hacer que mis pensamientos y labios estuvieran en la misma sintonía. Tal armonía a nuestro alrededor hacia parecer aquella escena tan natural algo que estaba escrito que iba a suceder y que solo nosotros nos encontrábamos a la espera de que este momento llegara.
Tras unos instantes que posiblemente al final pudieron ser un par de minutos, ya que en el instante que nuestros labios entraron en contacto el tiempo alrededor de nosotros me dio la sensación de que había desaparecido y por ello la verdad no estaba tan segura de tiempo que seguimos juntos. Pero de lo que estaba completamente segura era de que sin importar si solo fue durante unos segundos, nuestro beso tuvo el tiempo que necesitaba para transmitirme vientos de emociones que llegaron hasta el fondo de mi corazón donde se había encontrado aquella débil llama que luchaba por no apagarse.
Y tras recibir aquella brisa esta flama comenzó a crecer de manera increíble y constante dejando mi cuerpo envuelto en una calidez que no había sentido desde aquellos abrazos que me daban mis padres o hermana cuando se encontraban con vida.
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Tras separar nuestros labios alejamos un poco nuestros rostros pero nuestros cuerpos seguían unidos por nuestros brazos que rodeaban el cuerpo del otro. Cuando logre ver con claridad el rostro de Ciel, este me brindo una sonrisa sutil a la cual conteste de la misma manera con una sonrisa que se formaba suavemente en mi cara.
– ¿Esto quiere decir que ya lo recordaste? –rodeando casi la totalidad de su espalda con mis brazos le pregunte a Mitsuki mientras la veía a los ojos–.
–Si, así es Ciel. Ayer fui capaz de recordar aquellos sentimientos que sentí una vez por ti y que ahora en estos momentos siento por ti –dejándome llevar por el momento, le conté a Ciel acerca de lo que había sido capaz de recordar gracias a su apoyo–.
–Tenía gran fe en ti, y en que serías capaz de recordarlo. Aunque sabes si es que no lo recordabas tenía la sensación de que posiblemente cuando pudieras hablar conmigo aquellos sentimientos de amor podrían nacer de nuevo con el paso del tiempo –dándole un beso en la frente a Mitsuki para luego abrazar a Mitsuki desde la cintura–.
–Mitsuki, esta vez estaré a tu lado todo el tiempo. Si tienes algún obstáculo que superar podrás contar conmigo como sé que yo podré contar con tu apoyo cuando la esté pasando mal –acercándome al oído derecho de Mitsuki, le comente con voz baja al oído–.
–Gracias, Ciel. En verdad todo esto que me estas comentando me hace muy feliz, gracias –la felicidad que sentía en este momento era tanta que algunas cuantas lagrimas brotaron de mis ojos–.
–Además mañana por ser noche buena, he preparado un regalo para ti. No puedo decirte que es pero te aseguro que esto te dará algo por lo cual seguir trabajando en crear un futuro –al notar que unas gotas de agua caían sobre mi cuello, levante mi cabeza para poder limpiar aquellas lagrimas que Mitsuki dejaba caer al sonreír como hace años lo hacía al jugar juntos en aquel parque–.
Cuando finalmente nos separamos, para que Ciel pudiera irse a su casa antes de que se hiciera más noche. Nos despedimos con un pequeño beso en los labios y mientras esperaba en la puerta de mi hogar hasta que su cuerpo se perdiera en el horizonte levante una de mis manos para despedirle moviendo suavemente esa mano al aire.
Una vez dentro de mi hogar, recargue mi espalda contra la pared mientras llevaba la yema del dedo índice hasta mis labios.
«Puede que haya sigo un beso corto pero realmente me hizo sentir muy bien, tanto así que pese a que ya tiene minutos que Ciel dejo de besar mis labios aun siento los latidos de mi corazón. Es posible que si no tuviera autocontrol y no fuera tan tarde que por culpa de los rápidos latidos de mi corazón harían que corriera a los brazos de Ciel para volver a experimentar esa asombrosa sensación», pensaba mientras caminaba a pasos lentos hasta mi habitación.
Sin razón alguna cuando llegue a mi cama, me acosté después de ponerme la pijama y tras unos minutos al celular platicando Ciel sobre si había llegado bien y ese estilo de cosas me quede profundamente dormida.
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Mañana del 24 de diciembre, Casa de Mitsuki 9:00 am.
Después de haber caído en sueños como lo haría un oso al llegar el invierno, llego la mañana del siguiente día. Aunque este inicio de día pintaba de ser diferente al resto de mañanas anteriores, pues básicamente era la mañana de otro día pero este había iniciado con una la ligera diferencia, la cual era que mi cuerpo consiguió ganarle a las alarmas de mi celular y salir sin resistencia alguna de entre aquellas sabanas que lo acogieron del frio invierno hasta hace pocas horas.
Al estar de pie junto a la cama me recogí el cabello con una dona que tenía en la mesita de noche, camine hasta el baño del cuarto y me moje la cara para de esta manera evitar que mi cuerpo volviera a sentir esas ganas de esconderse entre las sabanas de mi cama. Tras un par de palmadas contra mis mejillas, salí del baño y me arregle lo suficiente para poder salir al supermercado en cuanto terminara de desayunar. Pues hoy iba a tener que aplicar aquellos dones en la cocina que había ganado con el paso del tiempo, y en especial si quería dejar con la boca abierta a Ciel con mi especial de la noche "Lomo al estilo Amane".
Fue así que tras terminar de lavar los trastes que había usado en el desayuno salí de mi hogar, para ir a comprar aquellos materiales que necesitaría entre los que se encontraban algunas especies, poco más de medio kilo de lomo, medio kilo de manzana amarilla, una crema de medio, 300 g de nuez, una lata de cerveza, entre otras cosas más. Luego de 40 minutos de compras regrese a mi casa y comencé con los preparativos para cocinar aunque antes de estos había limpiado tan bien toda la casa que los cuartos parecían brillar.
«Cielos, me había olvidado de que cocinar para otros siempre te lleva más tiempo de lo que tardarías cocinando algo simple para ti. Aunque pesé a que no había hecho este platillo en mucho tiempo no me esta yendo nada mal hasta ahora», pensé mientras me encontraba preparando la ensalada de manzana y dejaba licuándose la salsa que llevaría el lomo.
De esta manera paso el tiempo y yo me encontraba preparando lo suficiente como para que tres o cuatro personas tuvieran una porción considerable al cenar. De manera que si Ciel llegaba a tener un apetito más de lo normal no se tuviera que contener y bueno también para así no tener que cocinar nada al otro día.
«Aunque ahora que lo pienso, como he usado la mejores técnicas que aprendí de mi madre y esta aprendió a su vez de mi abuela. No habría persona alguna que pudiera negarse a pedir un segundo plato», pensé mientras probaba la salsa que estaba al fuego junto el lomo que ya había recibido unos cuantos baños en cerveza.
–Mmm... ¡Si! Creo que así está más que perfecto –tras ir probando varias veces aquellos platillos y quedar satisfecha por fin levante la cuchara de la cual estaba tomando pequeñas porciones de comida–.
« ¿Será que con esto Ciel me vaya a dar ovaciones de pie?», dudando por un instante sobre el resultado de mi trabajo para después levantarme el ánimo al ver los resultados dentro de la olla de acero y el recipiente donde se encontraba la ensalada de manzana con nuez.
–Bien, ¡Ahora solo me queda arreglarme y estaré lista para celebrar noche buena! –sintiéndome orgullosa de mis habilidades de cocina y tras lavar aquellos trastes que use para preparar los platillos fui a encender el calentador de agua–.
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Tras haber tomado un baño que no duro más de unos 10 minutos, me puse un vestido con un corte A y escote en V de noche y de color negro, me coloque unos pendientes de media luna y me enchine el cabello. Tras todo esto y hacer algunas cuantas cosas más dieron las 9:35 pm, para ese momento ya tenía listo todo y lo único que faltaba era que Ciel llegara para comenzar la cena poco después de las 10: 00 pm.
No paso mucho desde que me senté en el sofá de la sala a esperar a que Ciel llegara a mi casa, cuando el timbre de la entrada hizo eco por el resto de habitaciones de mi casa. Entonces como si se tratara de una niña quien corre hasta los regalos que le dejo papá Noel la mañana del 25 de diciembre, mis piernas se movieron al instante hasta detenerse justo frente a la puerta, me acomode un poco el vestido y coloque mi mano sobre la perilla de la puerta. Girando la perilla para después jalar la puerta hacia el interior de mi hogar, la silueta de Ciel iba apareciendo de poco a poco hasta que finalmente la figura de Ciel al otro lado de la puerta podría verse perfectamente.
Al vernos de frente como si se tratara de nuestro reflejo en un espejo, Ciel me brindo de una cálida sonrisa al momento de verme delante de él. Lo cual como si tratase de imitarlo le conteste con una pequeña sonrisa mientras veía de reojo la pequeña caja adornada con un moño de color azul que sostenía con su mano izquierda y apoyado sobre la parte derecha de su pecho cargaba con una bolsa donde aparentemente guardaba una botella de vino, una pequeña botella de sidra y una botella de refresco, además de algunas cuantas varas explosivas.
– ¡Vamos Ciel, entra! Que te vas a congelar –extendí unos de mis brazos con los dedos estirados y juntos en dirección al interior de mi hogar como señal de que era bienvenido en esta casa–.
–Gracias, Mitsuki –aceptando la invitación de la hermosa mujer que se encontraba frente a mi con un hermoso vestido de color negro, que era parcialmente cubierto por un saco de color vino y unos zapatos de plataforma, los cuales complementaban a la perfección con los chinos de su cabello y el tono rojo carmesí de sus labios–.
–Ciel, si quieres esperar un poco podrías sentarte en la sala. Pues no es que no esté lista la comida sino que se enfrío un poco y quisiera calentarla aunque fuera por unos 5 minutos y así puedas probarla cuando esté en su mejor punto –me dirigí directamente hasta la cocina tras encaminar a Ciel hasta la sala, aunque no lo hice sin antes echar un último vistazo desde los pies hasta la cabeza de aquel guapo hombre que vestía con un saco de color gris, una camisa negra así como con un pantalón de vestir del mismo tono que la camisa y un par muy bien lustrado de zapatos–.
Tomando la invitación que me había hecho Mitsuki camine por la sala hasta sentarme en uno de los dos sofás que se encontraban en esa habitación. Aunque esto no fue por mucho tiempo pues tras algún par de minutos después me puse de pie frente al sillón y comencé a arreglar la mesa donde más tarde cenaríamos Mitsuki y yo. Mi labor realmente no fue la gran cosa pues únicamente me encargue de colocar el refresco y la sidra dentro de un balde lleno de hielos, para después colocar aquel balde sobre la superficie de un pequeño mueble colocado a un costado de la mesa.
En cuanto al vino este lo coloque justo en el centro de la mesa y tras pensármelo un poco me dirigí hasta donde Mitsuki se encontraba calentando la cena.
–Mitsuki ¿Dónde guardas las copas? –caminando tranquilamente y únicamente preguntando al aire pase justo por detrás de Mitsuki–.
–Están detrás de aquellos vasos en la alacena que está arriba del lava vajillas –señalando con mi dedo índice mientras me agachaba por un par de platos extendidos para servir el lomo que estaba a nada de estar listo–.
–Gracias –tras llevar un par de copas, así como, un par de vasos para en caso de que alguno de los dos quisiera tomar refresco mientras come–.
–Oye ¿Y las cucharas y servilletas? –volviendo a la cocina en busca de las últimas cosas que me faltaban por acomodar sobre la mesa–.
–Están dentro del cajón de –antes de que acabara de mencionar la ubicación de donde guardaba las cucharas Ciel ya había tomado un par de cucharas, otro de cuchillos y unos cuantos tenedores–.
–Oh si, es cierto. Están dentro del cajón debajo del microondas y las servilletas si no me equivoco estarían en la alacena que esta aun costado de refrigerador ¿Verdad? –caminando tras encontrar los utensilios de cocina que me imaginaba que utilizaríamos para comer tanto el lomo y la ensalada de manzana, camine con gran naturalidad dentro de la cocina de Mitsuki quien después de tanto tiempo no había cambiado mucho al perecer–.
–Si, están ahí... –sorprendida por lo bien que Ciel conocía donde se encontraban guardadas las cosas dentro de la cocina mencione con una voz que apenas y estoy segura que salió de mis labios–.
«Supongo que con estos detalles, la mesa esta lista», pensé tras colocar una rosa dentro de una pequeña jarra de agua muy semejante a un florero y una vela que posteriormente encendí; tanto la flor como la vela se encontraban a los extremos de la botella de vino que antes había dejado en el centro de la mesa.
– ¡Ciel! ¿Podrías ayudarme a llevar los platos que ya están listos? Por favor –comenté mientras servía la última porción de comida sobre el segundo plato que había colocado a un lado de la olla que contenía el guisado–.
–Claro, ahora te ayudo –dirigiéndome hasta la cocina donde Mitsuki ya me estaba esperando con un par de platos con lomo y espagueti–.
Tras haberle entregado los dos platos de los guisados a Ciel, me encargue de llevar los pequeños platos hondos que contenían la ensalada de manzana con nuez. Para mi sorpresa, cuando entre al comedor me encontré con una mesa digna de un elegante restaurante. Pues todas las cosas sobre ella se encontraban en perfecta simetría y pese a sus sencillos adornos como, una larga y delgada vela blanca adornada con un listón rojo y esa rosa que Ciel había colocado dentro de la jarra de agua que utilizaba para llevar agua a mi habitación y no tener que bajar en las noches. Levantaron increíblemente el aspecto con el cual había estado la mesa al inicio, tanto era mi asombro por aquel cambio que tras dejar ambos platos en su lugar me quede observando la mesa desde lejos.
Hasta que Ciel me tomo por los hombros y me encamino hasta mi lugar. Haciendo hacia atrás mi asiento me senté y tras esto Ciel empujo ligeramente la silla hacia delante de manera que no tuviera problemas a la hora de comer. Después de ello, camino hasta el otro extremo de la mesa y se sentó frente a mí.
⭕ (Rosa)
– ¡Cierto! Antes de que se me olvide, te he traído un pequeño obsequio –sacando la pequeña caja que había guardado con cuidado dentro de mi saco, estire mi mano hacia delante para entregárselo a Mitsuki–.
– ¿¡Puedo abrirlo!? –emocionada por saber que era lo que se encontraba dentro de la caja que me había entregado Ciel, la sacudí suavemente cerca de mi oído por si hacia algún sonido que me diera una pista de lo que era–.
–Claro, puedes abrirlo –riendo un poco por la manera que Mitsuki sacudía la caja a un costado de su oído derecho–.
🔴
–Es... este es el collar de hace –tras desatar el listón que mantenía cerrada la caja y levantar la tapa de esta, me quede sin palabras al observar el contenido de la caja–.
–Así es Mitsuki, ese es la cadena que te regale la vez de nuestra promesa hace más de 6 años y que tu padre me enseñó a hacer –comente mientras Mitsuki sostenía en el aire aquella cadena de plata con un bello ángel como pieza principal–.
– ¿Cómo es que la conseguiste Ciel? Pensé que la había perdido en el incendio de hace 6 años –pregunte sin dejar de mirar el collar como a Ciel que se levantó de su silla y comenzó a caminar hasta mí–.
–Antes de que sucediera aquel suceso conocido como "The nigth of blue firefilies", nos encontrábamos caminando por los alrededores de gran árbol de Gnowell. Cuando antes de regresar a tu casa nos detuvimos a medio camino de cruzar el puente que unía el centro de Gnowell con la zona donde vivíamos. Esa noche, sin hacerme caso a mis advertencias de que era peligroso ir por el borde de aquel puente te subiste y tras dar unos cuantos pasos por aquel delgado camino donde apenas y tus pies pisaban la totalidad del área de la barda sin quedar flotando en el aire.
Te detuviste y tras mirar al cielo nocturno, te quitaste el collar para después entregármelo a mí. Recuerdo que en ese momento no entendía nada de lo que estabas haciendo, pero tras bajarte con un salto hasta mis brazos. Me comentaste que si algún día por alguna razón de la cual no podríamos tener control como la muerte de un ser querido o un accidente donde olvidadas todo recuerdo de mi o de tus seres queridos. Te entregara este medallón el cual siempre que lo usabas no solo te traía valiosos recuerdo de mi, sino también de tú padre quien le había regalado un collar como este a tu madre antes de casarse y tenerlas a ti y tu hermanita Lía.
Pero sobre todo esto, esta medalla te daba cierta sensación de que todos tus esfuerzos te llevarían a construir el futuro con el cual has soñado y que si este regresaba a ti tras mucho tiempo después sería porque al fin tus esfuerzos habían dado frutos –contándole la manera con la cual ella me había entregado esta medalla, mientras me coloque detrás de ella y tras que ella me ayudo a levantar su cabello le coloque aquel collar que le rodeaba elegantemente su delgado y moreno cuello–.
🟠
Como si se tratase de un recuerdo del cual Ciel únicamente tuviera la llave, en un instante los recuerdos de esa noche y de los acontecimientos que brevemente me contó Ciel los vi pasar dentro de mi mente con lujo de detalles y aunque en ese tiempo lo hice porque había quedado traumada con una película de romance donde la protagonista le dio el anillo de compromiso a su esposo antes de caer en coma para que cuando ella recuperada la memoria él se lo entregase.
De esta manera, y en retrospectiva le di mucho más valor al collar que ahora se encontraba rodeando mi cuello y cayendo ligeramente a la altura de mis pechos.
⭕ (rosa)
–Ahora lo recuerdo, no solo aquella promesa que te hice hacer ese día. Sino que incluso la promesa que hice dentro de mi corazón –colocando las palmas de mis manos sobre las manos de Ciel que reposaban en mis hombros, mientras unas cuantas lágrimas caían sobre el saco de color vino que llevaba puesto–.
– ¿Qué promesa hiciste únicamente para ti? –con algo de confusión por aquel dato que desconocía de ese momento me moví hasta uno de los costados de Mitsuki y ayudándole a ponerse de pie–.
–Si, verás Ciel en aquel momento tenía una sensación de que en verdad nuestra relación podría dudar bastantes años. Pero, uno nunca puede conocer lo que sucederá adelante en un futuro cercano y mucho menos en uno mucho más alejado.
Entonces como una manera de no solo obtener la respuesta de que tú eres el hombre indicado con quien estaría más que segura de construir un futuro a lado tuyo, cuando tras pasar el tiempo me regresaras aquel medallón. Sino que dependiendo de en qué contexto lo hicieras me darían la verdadera respuesta a lo que mis sentimientos sentían por ti –limpiándome aquellos caminos que las lágrimas habían dejado al caer, rodee ambas manos de Ciel con las mías y colocándolas a la altura de mi corazón–.
–Y ¿Cuál ha sido la respuesta que te he dado Mitsuki? –sin saber lo que significaba o los escenarios que Mitsuki había previsto en ese tiempo estaba a merced de ella completamente–.
–Bueno... con el tiempo te darás cuenta Ciel –dejando salir unas pequeñas carcajadas, solté las manos de Ciel y me volví a sentar en mi lugar–.
–Oh, entiendo. Pero sabes tras todos estos años en verdad sigues siendo muy hermosa y la única chica por la cual daría todo de mi por volverla a ver sonreír. Y ese collar te sigue luciendo de maravilla Mitsuki –aun de pie frente a ella comenté mientras sostenía sutilmente su mentón en dirección mía–.
–En verdad, te agradezco de todo corazón todas estas hermosas palabras. Así como lo que has hecho por mi Ciel, gracias a ti. Ahora mismo soy capaz de sentir aquella calidez que desde el inicio de hace 6 años pensé que jamás volvería a vivirlo en carne propia.
Eres lo mejor que me podría pasar sin duda alguna, y quisiera poder pasar más momentos como estos a tú lado –mientras lo miraba a los ojos directamente extendí mis manos y rodee con mis dedos su cuello para así acercar su cara hasta la mía–.
Sin decir ninguna palabra más nuestros labios se chocaron en un beso apasionado y dulce que me hicieron terminar de pie abrazando a Ciel por la espalda. Tras acabar aquel beso mordiendo suavemente los labios de Ciel y el intentado morder mi labio inferior, lo mire a los ojos y separamos nuestros cuerpos un instante para que así me quitara el saco que llevaba encima pues de pronto la temperatura de mi cuerpo se había elevado.
–Quizás sea algo egoísta de mi parte Ciel pero, ¿Me perdonarías si te pido que te quedes a mi lado hasta que mi corazón deje de latir? –sonriendo con una sonrisa muy semejante al de un niño apunto de hacer una travesura y tomando a Ciel de su mano izquierda le comente tras haberme quitado aquel saco de color vino–.
–Tontita, he estado cinco años a tu lado sin que pudieras darte cuenta de ello, y ahora que al fin puedes verme no me apartaré de ti ni después de la muerte –mostrándole a Mitsuki el camino hasta mis labios con ayuda de mi dedo índice, terminamos nuevamente en el enlace de nuestros labios–.
⚪ (gris)
Como si fuera una señal de que nuestro beso había durado más de la cuenta, el gruñido de nuestros estómagos al unísono nos recordó que aun teníamos que cenar. Apenados ambos por esto y entre algunas risas llevamos las manos hasta nuestros estómagos donde los temblores causados por el hambre se sentían con mayor frecuencia. El ver que a Ciel le había sucedido lo mismo que a mí me tranquilizo y la pena que había sentido al inicio bajo, y como si hubiéramos firmado un acuerdo sin decir una palabra y únicamente con nuestras miradas ambos regresamos a nuestros respectivos asientos.
– ¡Cielos, ya son las 10:20 pm de la noche y no hemos dado ni un bocado de comida! –mirando mi el reloj de la sala le comente a Mitsuki quien al igual que yo parecía asombrada por lo rápido que había pasado el tiempo desde que llegue–.
–Tienes razón Ciel, vamos prueba el lomo. Si lo sientes frio dime y te sirvo otra pieza que se encuentre aún caliente –tras medir la temperatura de mi comida por medio de una pequeña porción de comida–.
–Tranquila, aun puedo ver el vapor salir desde el trozo de carne en mi plato así que debe estar bien. Pero cenemos, que sino si se nos enfriara –le comente a Mitsuki mientras comenzaba a disfrutar de la muy rica comida que ella había preparado para este día, siendo además esta comida una de mis comidas favoritas lo cual hacía de mi cena una experiencia aun mayor–.
Dando de esta manera nuestro inicio a disfrutar de la cena de esta noche, entre algunas cuantas sonrisas y otras risas más que nos la pasamos disfrutando de estos alimentos mientras de momentos aprovechábamos el momento para platicar sobre lo que fuese que se nos cruzara en la cabeza. De hecho, cuando ya habíamos avanzado con más de la mitad de la comida camine hasta la sala y encendí el televisión para así también distraernos con una película navideña que estaba siendo trasmitida por la TV.
⭕ (rosa)
Con todo esto terminamos de comer cuando en las manecillas del reloj marcaban las 11:40 pm y a tan solo un tercio de hora para la media noche, por lo cual aprovechamos para limpiar el lugar donde habíamos estado cenando anteriormente, Ciel me ayudo llevando los platos, y vasos hasta el lavadero mientras que yo los lavaba y colocaba en unas rejillas a un costado de este donde estarían secándose hasta el día siguiente.
Con la ayuda de Ciel esto nos tomó menos del tiempo que habría tardado comúnmente, por lo cual aun con algo de tiempo antes de que dieran las 12:00 am y sin nada más que hacer que no fuera disfrutar de momento, mientras observábamos desde nuestros asientos en el comedor como en las noticias la gente de otras ciudades se preparaba para darle la bienvenida a la navidad.
Más que nada en las plazas centrales de las ciudades donde habían preparado un espectáculo de fuegos artificiales además de otras cosas como conciertos que la gente podría ver desde sus hogares.
«Aunque será que todos aquellos artistas que pasaran en la tele no pasaran la noche buena con su familia, o es que como su vida está en constantes viajes no les he posible pasar una noche buena a lado de sus familiares», pensando por un momento la manera en la que las personas que veíamos celebraban estos días.
Para cuando salí de mis pensamientos ya Ciel se encontraba sirviendo sidra dentro de las dos copas que aún se encontraban sobre la mesa, pues ya nos encontrábamos a un par de minutos para que acabase la noche buena y llegara la navidad.
–Mitsuki que te parece si hacemos un brindis antes de que marquen las doce de la noche, para celebrar antes de salir a ver los fuegos artificiales en el cielo –le comente a Mitsuki tras entregarle su copa de sidra en la mano–.
–Me parece bien, pero comienza tu ¿Vale? –conteste con una sonrisa en la cara y extendiendo mi copa en dirección a Ciel–.
–Bien, bueno quisiera hacer este brindis agradeciendo por nuestro reencuentro que a pesar de ser corto comparado con el tiempo que nos hemos visto alejados desde la noche buena de hace seis años, han sido los cuatro días donde más feliz me he encontrado desde entonces.
También quisiera hacer un brindis por el futuro el cual deseo que esté lleno de momentos felices y prósperos días tanto para ti como para todas aquellas personas que me han brindado de su apoyo y amistad en todo este tiempo. Que si el tiempo les tiene preparado obstáculos difíciles que enfrentar, también le de la fuerza suficiente para poder salir a flote –al terminar levante mi copa al aire y como si fuera la señal para que Mitsuki comenzara su discurso golpee mi copa con la que ella sostenía en manos ella–.
–Salud Ciel, espero tu deseo se haga realidad. Bien en mi caso, quiera brindar por esta noche que de manera especial soy capaz de disfrutar de una cena con alguien a quien le tengo un gran aprecio y cariño. Puede que a algunas pocas personas este pequeño detalle no les parezca la gran cosa pero tras perder a mi familia hace 6 años entendí en verdad el significado de estar en soledad.
Sin embargo, también creo que no soy la única quien debe estar en una situación semejante a la que yo estuve, digo estuve porque gracias a ti soy capaz de vivir una festividad como la de hoy y por ello le deseo a aquellas personas que encuentren aquella luz que algún día perdieron y logren disfrutar de estos días como del resto del año los momentos con sus personas queridas.
Y con razón de hablar de las personas queridas, quiero hacer un brindis por mis familia que quizás en estos momentos ya no se encuentren conmigo en este mundo, pero que aun así permanecen en mis recuerdos y dentro de mi corazón. Les agradezco por haber cuidado de mi durante todo este tiempo, y les prometo que así como ellos me enseñaron y cuidaron con todo su amor yo lo haré con aquellas personas que sean importantes para mí –repitiendo los movimientos que Ciel había hecho anteriormente con su copa alce mi copa al aire. Ciel al verme hacer esto contesto con una sola palabra: "Salud" envuelta en su ya característica sonrisa–.
🌐 (base 10)
Como si hubiera tenido todo calculado, al terminar sus palabras el reloj marcaba las 12:00 pm en punto y tras mi ventana pudimos visualizar aquellos halos de luz que elevaban al cielo antes de explotar en un puñado de colores hermosos. Cuando vi esto y aun con coma en mano, tome a Ciel del brazo con mi mano desocupada y lo lleve hasta la terraza en la parte superior de la casa donde veríamos mejor los fuegos artificiales. Mientras Ciel intentaba equilibrar su copa de sidra para que este no se tirara en el camino al mismo tiempo que llevaba la botella de sidra tomándola desde el cuello.
Fue justo cuando nos encontrábamos ya en la terraza de la casa viendo los fuegos artificiales y con un fondo de luces en el cielo que camine hasta donde Ciel estaba de pie y lo abrace deseándole una feliz navidad. Ciel al instante también me abrazo y sin haberme soltado me dijo cerca de mi oído algo como: "Mitsuki, feliz navidad. Espero que tus deseos se hagan hecho realidad".
A lo cual conteste de igual forma que él a unos cuantos milímetros de su oído: "Gracias, espero tus deseos también se hagan realidad. Feliz navidad Ciel".
«Sin embargo, Ciel a diferencia de lo que tú puedas desear mi deseo ya lo has hecho realidad», pensé mientras seguía abrazando a Ciel.
⭕
Tras pasar unos minutos en el exterior viendo el espectáculo de fuegos artificiales de la ciudad de Gnowell, mi cuerpo comenzó a resentir el frio de esta temporada de invierno por lo cual entramos nuevamente a la casa y nos dirigimos al comedor no solo con nuestras copas vacías sino que también con la pequeña botella de sidra sin líquido alguno. Por lo cual al llegar al comedor lo primero que hizo Ciel fue destapar el vino que se encontraba en la mesa mientras yo iba por 2 nuevas copas donde él serviría aquel liquido de color rojo.
«Mitsuki quizás un no te des cuenta pero aquel deseo por el cual he pasado todo este tiempo, luchando por acercarme a ti y espere a que recuperaras tus recuerdos sobre mí. Pronto se cumplirá y para cuando despiertes mañana nuestro futuro comenzara con el brillo del sol en lo más alto de la nubes», pensé de manera rápida tras darle un sorbo a la tercera de copa de vino que ella me había servido.
❌ (azul fuerte)
Después de que con ayuda de Ciel la botella de vino se había terminado, ambos nos encontrábamos ya algo ebrios. Bastando así solo una pequeña chispa de un beso para que sin darme cuenta del ¿Cómo? Mi cuerpo ya se encontraba en los brazos de Ciel quien levantándome del suelo, me llevo hasta la cama de mi habitación. Todo esto sin separar nuestros labios hasta que dejando caer mi cuerpo con gran cuidado sobre una de las esquinas de cama, yo quien me encontraba aferrada con mis brazos a su espalda hice que por gravedad su cuerpo también se inclinada sobre mí.
Ciel quien aprovecho la posición donde se encontraba recorrió con sus labios mi cuello, subió a mis mejillas paso por mis labios y termino justo en la parte inferior de mi oreja derecha. Donde con una suave y tranquila voz me dijo al oído:
–Este será el regalo que he esperado por darte durante mucho tiempo. Pronto lo que haremos hoy hará cambiar tu vida y verás nacer una hermosa estrella en el cielo.
–Ciel, tras todo esto en verdad creo en que lo harás. ¡Por favor, hazlo! –sintiendo pequeños escalofríos en el pecho cada vez la respiración de Ciel intentaba colarse por mi oído. Razón por la cual lo abrazaba con más fuerza tras cada respiro mientras comenzaba a perder el control de mi cuerpo poco a poco–.
–No tienes porque guárdate nada, quiero que esta noche nos fundamos con el calor de nuestros cuerpos hasta ser solo uno –dejando caer mi cabeza hacia mi lado izquierdo tras sentir que los labios de Ciel besaban mi cuello tan lentamente que parecía que con cada uno de estos me quitaba parte de mi energía quedando así más y más a su completa merced–.
La manera en la que sus labios tocaban control de mi piel por unos instantes para después liberarme sin previo aviso provocaba en mí una sensación de placer que hasta ahora no había sentido nunca. Fue así que por naturaleza mis manos le quitaron aquel saco gris sin problemas a Ciel para luego colocar ambas palmas de las manos en el pecho sobre su pecho para luego con un solo movimiento empujar lentamente hasta que me logre sentar sobre el borde de mi cama.
Con Ciel de pie delante de mí, me levante en silencio me acerque lo suficiente hasta él y tras un pequeño beso en su mejilla le di la espalda. Una vez dándole la espalda a Ciel lo mire de reojo y pasando mis manos por los lados de mi cuello le rebele a Ciel el delgado y muy bien oculto cierre de mi vestido, él entendiendo perfectamente mi sonrisa coqueta y mis ademanes con las manos tomo entre sus dedos pulgar e índice el jalador de la llave mientras que con su otra mano me tomo desde la cintura como si fuera su soporte y deslizo lentamente sus dedos hacia abajo hasta llegar a mi espalda baja donde era que terminaba la cinta del cierre.
Al terminar su trabajo y como si se tratara de una señal de ello me dio un beso en la parte detrás de mi cuello. Instante seguido de ello di unos tres pasos hacia adelante y me gire de manera que quedara de frente con Ciel, como mi ventana se encontraba abierta pude sentir la briza del viento que entraba por ella acariciar la zona de mi espalda que había quedado descubierta después de que Ciel me bajara el cierre.
Siendo que ya cargaba con algo de vergüenza desde que Ciel bajo el cierre de mi vestido, este aumento al momento que mientras cruzaba mis manos y los colocaba en los tirantes del vestido en mis hombros los moví lentamente para abajo siguiendo la silueta de mis hombros hasta tenerlos ya suspendidos en el aire a la altura de mis senos. Los cuales por el momento no se encontraban expuestos porque mis brazos que se encontraban cruzados y pegados a mi cuerpo lo evitaban, con el rostro ruborizado y quitando los tirantes de mis brazos al pasar uno a uno de ellos por dentro de su respectivo tirante sin dejar que el resto del vestido cayera.
Cuando ya los tirantes como el cierre del vestido ya no podrían evitar que mi vestido cayese hasta el suelo por inercia de la gravedad, baje mis brazos a los costados dejándolos flotar en el aire. Al mismo tiempo que mis brazos bajaban el vestido hizo lo mismo hasta que descanso al llegar al suelo.
Con el vestido fuera mi cuerpo se encontraba semidesnudo donde la única prenda capaz de cubrirme parte de mi trasero y de mi pelvis era una braga de escote y de color negro. Sin pudor Ciel se acercó hasta mi cuerpo que tomaba un baño de luz translucida que entraba por la ventana del cuarto. Él comenzó a besarme en los labios para luego pasar nuevamente a mi cuello donde estaba vez, una nueva sensación recorría mi cuerpo. Pues, con el uso de su lengua comenzó a trazar cortos caminos rectos desde la parte media de mi cuello hasta la unión con mi oreja.
El placer que me generaba Ciel con solo esto era tan grande que logro hacer que desde mis labios saliera un gemido, y pese aunque intente callarlo con uso de mis manos ya era muy tarde pues Ciel ya lo había escuchado. Habiendo descubierto uno de mis puntos más sensibles Ciel comenzó a lamer con mayor frecuencia hasta que como si se estuviera extendiendo sus horizontes hizo lo mismo con la parte inferior de mi oreja intercambiando la velocidad, el tiempo y los movimientos con los cuales pasaba su lengua por esos sitios. La manera en la que Ciel iba de poco a poco conociendo cada rincón de mi cuerpo era muy parecida al de un niño al cual le dan un juguete y quiere probar todo lo que su nuevo juguete puede hacer.
Tras haber conocido la parte superior de mis hombros llego el momento de conocer la siguiente zona de mi cuerpo, por lo cual deje tirar mi cuerpo en la cama para de esta manera el lograra estar más cómodo. Esta forma en la que Ciel iba probando mi cuerpo por zonas hacían estremecer mi cuerpo y a cada instante el estímulo era cada vez más fuerte que sin tocarla zona de mis bragas ya sentía como estas comenzaban a humedecerse poco a poco con un líquido producido en el interior de mi vagina.
«Sé que esta no es la primera vez que tengo relaciones sexuales, pues hace tiempo cuando Ciel y yo manteníamos una relación llegamos a tener momentos íntimos como lo puede ser este, pero esas sensaciones tras mucho tiempo de no sentirlas e incluso de haberlas olvidado ahora se sentían tan maravillosas, además el placer iba en aumento constante que no podía resistirlo más y los gemidos salían con mayor fuerza y frecuencia de mis labios», pensé mientras tomaba a puños la funda de la almohada donde se encontraba descansando mi cabeza.
Sintiendo el cuerpo envuelto en llamas de placer mientras Ciel había terminado de pasar sus yemas de los dedos por todos los posibles caminos desde mi abdomen hasta el cuello, pasando por mis costillas e incluso por los pezones de mis senos. Sin embargo, al contrario que hizo con la zona de mi cuello no comprobó el sabor de mis pechos por medio de su lengua sino que solo usó su sentido del tacto para aprenderse de memoria los bordes de mi cadera como de la curvatura de mis senos o el diámetro de mis pezones mientras me besaba el cuello o los labios.
Por supuesto que, como mi cuerpo ya se encontraba excitado por las acciones de Ciel mis pezones ya se encontraban bastante duros como aquellos día en los que el frio te los endurece e incluso podría decir que estaban aún más erectos que en esos momentos. Hasta ahora yo era la única que había podido sentir placer, por lo cual de manera automática aproveche el momento donde Ciel y yo nos encontrábamos compartiendo nuestros labios para pasar mis manos sobre los botones de su camisa y desabrocharlos uno a uno. La sincronía con la cual hallaba cada botón y lo desbotonaba era tan perfecta que en pocos segundos ya su camisa estaba lista para quitar, pero como si mi servicio tuviera un plus también desabroche su cinturón y con este también el botón de su pantalón.
Al hacer esto le mordí con cariño uno de sus labios a Ciel quien me respondió con una sonrisa para luego levantar su espalda y desprenderse de la camisa y del cinturón que le rodeaba la cintura. Apoyado con sus rodillas sobre la cama y a los costados de mis piernas Ciel recorrió con sus ojos todo mi cuerpo desde los muslos subiendo por mis caderas pasando por mis senos hasta llegar de nuevo a cruzar miradas conmigo.
El sentir como me miraba en silencio con el dorso descubierto hizo que mi corazón latiera más y más rápido. Pocos instantes después y como si se tratara de un gato el cual bebía leche de su tazón él comenzó a lamer inicialmente de forma vertical la parte donde comenzaba la elevación de mis senos mientras me tomaba del cuello con sus manos, cuando por fin decidió lamer mi pezón derecho moviendo su lengua en círculos alrededor de este, luego lamiendo en línea recta sobre el o incluso en algunos instantes intentaba absorber mi pezón al chuparlo.
Pero esto no era lo único que Ciel hacia mientras mis gemidos llenaban la habitación sino que con su mano izquierda tomaba mi busto aparentándolo y levantando de un lado a otro, acciones que también replico con el pezón del seno izquierdo de mi cuerpo. Cuando había tenido suficiente de lamer mi pecho derecho pasó al izquierdo y repito la misma dosis que había aplicado en mi seno izquierdo, esto dejo mi cuerpo realmente excitado y mis bragas ya muy húmedas que sentía que incluso en la parte de mis entrepiernas comenzaba a fugarse algo de líquido.
–Por... ¡Por favor Ciel! También quiero hacerte sentir placer, quiero lamer tu miembro –con dificultades para hablar debido a los gemidos apenas pude formular aquella simple oración mientras tomaba la cabeza de Ciel y la levantaba al aire para que me escuchara–.
–Ya me he quitado la camisa yo Mitsuki, si quieres darme placer debes ser tu misma quien me quite el resto de ropa que me queda. La pregunta es, ¿En verdad lo deseas? –apartándome de Mitsuki para colocarme justo de pie a un lado de la cama con la suficiente distancia para que Mitsuki pudiera sentarse y bajarme el pantalón sin problemas–.
–No seas tonto Ciel, ¿Acaso crees que seré la única que hará ruidos esta noche? –hincándome en el suelo tome desde los laterales el pantalón de Ciel y con ayuda de mis boca termine de bajar el cierre de su pantalón para después con un movimiento rápido y limpio bajar ambos brazos y despojar a Ciel no solo de su pantalón sino también de su bóxer–.
Al momento que ambas prendas bajaron con ayuda del movimiento de mis brazos, me lleve un golpe en la mejilla por el tronco de su pene el cual se había izado justo después de haberlo liberado de su prisión el cual lo mantenía encerrado todo este tiempo. Al encontrarme a centímetros del miembro viril de Ciel podía darme cuenta del gran tamaño y lo grueso que era este sin necesidad de rodearlo con mis manos. Mientras pensaba en cómo iba a caber todo eso dentro de mi aleje un poco mis labios que casi rozaban con la cabeza de su pene y lo tome con mi manos para primero estimularlo al mover mis manos de manera lineal hacia arriba y para abajo una vez tras otras, por supuesto que para tener mejor control de estos movimientos tuve que dejar mis glúteos descansar sobre las plantas de mis pies e inclinar sutilmente su miembro hacia un lado.
De esta manera cada vez que realizaba estas acciones con mi mano una capa de aproximadamente 2 milímetros de grosor por momentos cubría su glande y en otros este era descubierto no mostrando solo la cabeza de su pene el cual había incrementado su tamaño y grosor sino que, también era posible ver el frenillo que conectaba el prepucio con el revés del glande.
Aprovechando la posición en la que me encontraba y que su miembro parecía haber alcanzado su máxima longitud, coloque su pene entre mis senos que pese a no ser de gran tamaño me permitían sostener el tronco de su pene y comencé a masturbarle como había hecho con mis manos solo que esta vez con ayuda de mis senos. Tras un tiempo de hacer esto logre escuchar sus respiraciones de manera más frecuentes por lo cual mirándole de reojo el rostro pude observar que Ciel comenzaba a mostrar placer con sus rasgos faciales aunque esto solo era una leve expresión que se dibujaba levemente en su cara.
Muy al contrario de su rostro que sabía disimular muy bien el placer que sentía, su miembro no podría esconder la estimulación que estaba recibiendo de mi parte pues aun entre mis pechos podría sentir como este no dejaba de palpitar levantándose en ocasiones cuando comenzaba a endurecerse y mientras más lo frotaba entre mis senos este comenzaba a humedecerse ligeramente haciendo que en el espacio que recorría entre mis senos y su tronco el deslizamiento fuera más fluido y sin tanta fricción.
Gracias a esto, cuando moví mis senos para abajo y me encorve ligeramente su pene termino por entrar dentro de mi boca, entonces hasta ese momento sentí realmente lo duro y caliente que era su miembro. Además que confirme aquel pensamiento anterior sobre lo grande que era este, pues pese a que intente introducir todo el tronco del pene parecía que la profundidad de mi boca no era lo suficiente pues tras todo mi esfuerzo solo era capaz de llegar hasta dos tercios de la totalidad de su tronco, si lo medimos con lo ancho de mis dedos serian lo de tres dedos juntos lo que me faltaba por introducir por mi boca.
Pese a ello, logre solucionar el problema de no poder lamer dentro de mi boca la totalidad de su miembro. Ya que como solución a eso lo que hice fue chupar lo que más podía con la boca y mientras lo sostenía con la mano y fuera de mi boca lamia sus laterales con mi lengua como si fuese una paleta de hielo a punto de convertirse en agua. Centrándome en chupar la punta de esta paleta e incluso de vez en cuando lamiendo incluso sus testículos, ya que era algo que realmente le hacían perder aquel control de sus gestos. Puede que incluso logre llevarlo hasta su límite porque tras minutos de chuparle el miembro a Ciel recibí un baño de semen que cubrió gran parte de mi pecho, así como también mis labios y algunas otras regiones de mi rostro y cabello.
La forma en que sentía el miembro caliente de él dentro de mí boca no solo lleno de un deseo extremo de que Ciel introdujera su pene dentro de mí cuerpo, sino que este mismo deseo me carcomía todo el cuerpo que logro hacer que me comenzara a frotar con los dedos la zona de mi clítoris. E incluso en el momento de que Ciel propago su semilla sobre mi rostro y senos hizo que me levantara y quitara aquella ya muy mojada braga que llevaba puesta.
Le tome de la mano y tras acostarme sobre un montón de almohadas guie con mis manos no solo a sus dedos que ya había lubricado con mi saliva sino que también su cabeza hasta las puertas que daban entrada al interior de mi cuerpo. Puertas que estaban abiertas gracias a que había extendido mis piernas de par en par dejándole el camino libre para que no solo pudiera meterme sus dedos dentro de mi húmedo orificio vaginal sino que también en caso de quererlo así pudiera lamerme desde los pétalos superiores pasando por los pétalos inferiores que cubrían como cortinas la ventana al interior de mi cuerpo.
Sin decir ninguna palabra Ciel comenzó a lamer la parte inferior a mi pierna derecha para después bajar poco a poco, pero justo al llegar a tener contacto con mi vagina el cambio de pierna para repetir lo mismo, esto me provocaba una satisfacción que solo iba en aumento al sentir la húmeda lengua de Ciel dando círculos sobre mi clítoris, el movimiento de su lengua era divino el placer era celestial y estremecía todo mi ser, tanto así que sin darme cuenta mientras él seguía lamiendo mi los labios inferiores y el interior de mi vagina yo me estimulaba los pechos acariciando los pezones de mis senos.
– ¡DIOS! ¡SIGUE ASÍ CIEL! –gritando de placer mientras encorvaba mi espalda debido a la fricción de los dedos de Ciel al entrar y salir de mi vagina. Además del placer que ya no solo él me generaba al lamer de igual manera mi clítoris sino que yo le apoyaba al estimular mis pezones–.
–Mitsuki, ¿Te gusta que te toque así? –apenas levantando ligeramente el rostro le pregunte a Mitsuki quien se encontraba arqueando su espalda mientras penetraba su cuerpo con mi dedos índice y medio–.
– ¡SI!... ¡ME ENCANTA! –retorciendo mi cuerpo en la cama de mil maneras para aguantar esa sensación de correrme en la cara de Ciel–.
–Disculpa Ciel, pero ya no lo puedo aguantar más... –con una débil reacción de mis manos detuve los dedos con los que Ciel estaba atravesando mi ser, para instante seguido levantar la mitad de mi cuerpo que permanecía sobre la cama por medio del uso exclusivo de mis piernas–.
Cuando hice esto un chorro de líquido salió disparado por los aires no solo pasando por alguna parte de Ciel sino incluso llegando a mojar parte del suelo y los muebles que tenía en su paso. Al ver todo el camino de este y que pese a mis esfuerzos termine morando a Ciel me avergoncé demasiado y sin decir nada más debido a que apenas y lograba respirar me quede recostada en la cama con la espalda contra la superficie de mis sabanas y las piernas temblando sobre la cama como si hubiesen caminado mucho más de la cuenta y se encontraran luchando por seguir sosteniendo mí cuerpo.
– ¿Has terminado ya Mitsuki? –empujando el cuerpo de Mitsuki hacia el centro de la cama para después colocarme a la altura de sus muslos–.
–Apenas estamos llegando al clímax Mitsuki así que, esta vez no debes correrte hasta que te lo ordene ¿Entiendes Mitsuki? –pasando una almohada debajo de su cintura, separando al mismo tiempo sus piernas y colocándolas a los extremos de mi cuerpo el cual se encontraba hincado lo suficientemente cercas para que el tronco de mi pene estuviera en contacto con sus labios vaginales de Mitsuki–.
–Si, está bien Ciel –suavemente conteste a lo que él me había preguntado, pero tras dar un gemido al sentir como su miembro iba entrando poco a poco desde mi vulva hasta encontrarse dentro de mi vagina–.
Al estar unidos nuestros cuerpos por medio de nuestros sexos los cuales se anclaban de manera perfecta como si de piezas de rompecabezas se tratara, Ciel comenzó a realizar lentos movimientos de cintura haciendo que el tronco de su pene entrada por completo en mi cuerpo e instante después la mitad de este mismo saliera al exterior como si de tratarse de una ballena que sale del agua a tomar algo de aire. En un primer instante sentí un ligero dolor al ser penetrada por Ciel ya que su miembro era aún más grueso y largo que lo dos dedos que anteriormente había introducido dentro de mí. Pero con cada segundo que pasaba este sentir dio un cambio completamente gigantesco pues para cuando pude dame cuenta del placer que me daba el tenerlo dentro de mí ya me encontraba gimiendo del grande orgasmo que Ciel me provocaba cuando comenzaba a aumentar la velocidad con la cual me penetraba y con ayuda de una de sus manos estimulaba mi clítoris a la vez.
Aumentando sus movimientos cada vez más hasta que se agotó su energía, cambio la posición de mis piernas de manera que estas estuvieran como un compás abierto y como si esto le diera una recarga de energía comenzó de nuevo a penetrar mi cuerpo e hizo que mis gemidos fueran incluso más frecuentes y fuertes que antes. Tras cansarse nuevamente de aquella posición hizo que sostuviera mis piernas lo más pegadas a mi cuerpo, de esta manera podía sentir como el miembro de Ciel comenzaba a llegar al límite en la que mi vagina terminaba y comenzaba la zona de mi cérvix.
Realizando cada cierto tiempo una posición nueva en la que nuestros cuerpos se encontraran en contacto intimó Cielo lograba que mi cuerpo experimentara un placer mayor al anterior y la sensibilidad de mi cuerpo fuera aún más fuerte.
Mi respiración ahora se encontraba a un ritmo donde si fuera un automóvil ya me abrían multado por ir a una velocidad de mil kilómetros por segundo y lo mismo era para la frecuencia y fuerza de mis gemidos. Tan alto eran mis gritos que agradecía que ya no vivieran muchas personas a las cercanías de mi hogar, tras haber pasado poco más de 50 minutos aproximadamente de estar cambiando de posiciones ya me encontraba sobre las rodillas y con el cuerpo atraído a la superficie de mi cama. Mi pose era como la de un gato el cual estiraba el cuerpo extendiendo sus piernas delanteras sobre el suelo y las traseras las mantenía de pie arqueando su cuerpo hacia el suelo.
Mi cuerpo estaba ya en su límite pero, a pesar de ello este era capaz de moverse por si solo para sentir aún más la fricción del miembro del Ciel con las paredes de mi vagina. El clímax llegó cuando nos encontrábamos en una especie de postura en la que como si fuera un pequeño panda que se colgaba del cuerpo de su madre aferrándose a su espalda con todas sus fuerzas. Tengo que admitir que para cuando esto sucedió ya habíamos probado todo las poses posibles sobre la cama y estando de pie con mi cuerpo contra las paredes o recargado sobre algunas superficies planas de mis muebles ubicados ahí.
– ¡Mitsuki, voy a correrme dentro! –comente con dificultades pues me costaba decir alguna palabra sin terminar por correrme en ella sin antes avisarle–.
– ¡Quiero que almacenes todo tu semen dentro de mí! Además ¡Yo también me voy a correr! –le dije a Ciel mientras mi cuerpo rebotaba de arriba abajo gracias al movimiento de manos de Ciel desde mi trasero–.
Fue así que tras mucho tiempo de estar haciendo el amor una explosión en cadena tanto del semen de Ciel como del líquido en mi interior hicieron contacto en el punto de unión de nuestros sexos. Tal expulsión de líquidos dentro de mi cuerpo era demasiado que aunque Ciel no había separado su cuerpo del mío sentía como había fugas de líquido pegajoso que recorrían parte de mis glúteos y goteaban en el suelo. Al estar cansados nuestros cuerpos Ciel dejo caer suavemente mi cuerpo contra la cama y siguiendo el mismo camino que mi cuerpo el cayó sobre mi tomo mis piernas y las llevo hasta mi cabeza para luego dejar caer todo su peso sobre sus caderas para así meter lo máximo de su pene dentro de mí y verter las ultimas porciones de semen en mí.
Cuando finalmente termino su tarea de descargar todas las semillas que posiblemente florecerían en un futuro dentro de mí, me beso dulcemente los labios para después retirarse y colocarse a un lado de mi. Acostados y envolviendo su cuerpo con mis brazos y mis piernas nos comencé a darle cortos y dulces besos en los labios, sin embargo, el contacto de nuestros labios humedecidos por nuestra saliva no era el único líquido que sentía deslizarse por mi piel. Sino que también lograba sentir como desde el interior de mi vagina y que recorriendo las cortinas que daban a la entrada de mi ser algo de la combinación de líquidos de Ciel como míos caían lentamente por mis muslos e incluso por mis piernas.
Puede que si no fuera porque Ciel noto aquello y me paso un trozo de papel del rollo de papel higiénico que había sobre la mesa a su costado, que habría dejado que esto siguiera así hasta despertar al día siguiente. Tomando el trozo de papel que Ciel me había dado lo pase por mis labios vaginales, así como por mis muslos y sobre aquellas zonas donde Ciel antes llego a dejarme pequeños rastros de semen al correrse. Incluso llegue a limpiar el tronco de su miembro para así costarnos correctamente debajo de las cobijas.
Ya dentro de las sabanas y esperando a que el sueño invadiera nuestro cuerpo, Ciel y yo nos encontrábamos hablando un poco sobre cosas random mientras nos veíamos de frente con una mano debajo de la cabeza y otra rodeando la espalda del otro.
–Sabes Ciel, independientemente de lo que acabamos de hacer no solo esta noche es la mejor que he tenido en mi vida sino que tú eres aquella persona a quien estoy segura de decirle lo que siento en mi corazón –hable con voz baja pues debido a nuestra distancia no era necesario levantar mucho la voz, mientras colocaba mi palma de la mano en la mejilla de Ciel–.
–Mitsuki, tú eres lo más importante que me ha pasado en la vida y como la persona a quien más amor le tengo ten por seguro que siempre estaré a tu lado incluso en los momentos más difíciles de la vida. Bueno en pocas palabras te lo resumo en un: Te amo Mitsuki –le comente a la hermosa mujer que descansaba a mi lado mientras acariciaba su cabello con cariño y lentamente–.
–Yo también... ¡Te amo Ciel! –pegando mi cabeza a su pecho tras regalarle una sonrisa que se había dibujado en mi rostro algo sonrojado–.
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Tras decir esto, el tiempo transcurrió con naturalidad y pronto el agotamiento que se alojaba en nuestros cuerpos nos dejó fuera de combate. Ciel fue el primero en caer ante el sueño, mientras que yo aún seguía de pie por unos minutos más que él. Para cuando el sueño me tenía a su merced una ráfaga de viento que entro por mi ventana me hizo levantarme y caminar hasta la ventana de mi cuarto que se encontraba abierta y dejando pasar las frías brisas del invierno.
En el proceso de cerrar esa ventana termine mirando el bello cielo estrellado por encima de nosotros y note algo parecido a lo que me sucedió cuando me reencontré con Ciel hace ya 5 días atrás. Pues en aquella estrella que era la representación ilustrada de mi vida vieja vida solitaria ya no solo se encontraba acompañada de otra estrella del mismo tamaño sino por otra más pequeña y que cuyo brillo aún estaba en crecimiento, era una estrella que prometía un brillo incluso aun mayor que mi estrella o la estrella que estaba su lado.
«Puede que hasta ahora me haya dado cuenta pero, no estoy sola y con el tiempo mi pequeña familia comenzara a crecer más y más. Pues en todo este tiempo, he no solo tenido el apoyo de Ciel sino que incluso aunque yo no los veía de esta manera habían amigos que me acompañaban con a cada paso que daba... Puede que se deba a que ahora me he detenido a pensarlo pero realmente siento que parte de aquel brillo que había perdido hace tiempo ha vuelto esta noche y que en las noches que siguen a esta éste estará regresando de manera especial y únicamente para mí», deteniéndome a pensar por unos breves instantes mientras me encontraba con el cuerpo al descubierto mientras recibía un baño de la luz que provenía de la luna.
Tras este pensamiento cerré la ventana y camine hasta la cama, me sumergí entre las cobijas y los brazos de Ciel y entonces mi cuerpo cayó en un profundo sueño.
...
...
..... Agradecimientos del autor .....
¡Woaw... nunca me imagine que esta pequeña historia que constaba de únicamente unas cuantas paginas en diciembre del 2014, ahora en 2020 termino evolucionado y cubriendo casi 100 páginas! Sé que para ser esta aplicación es muy difícil encontrar historias que sean muy largas en cuanto extensión dentro de este sitio, pero la razón por la que no he dividido esta historia se debe al detalle que les compartí antes de que iniciaran a leer esta obra.
En verdad, agradezco mucho el que como lectores de esta obra llegarán hasta este punto. Los invito a compartir con sus amigos si es que le ha gustado, comentar si así lo desean que yo estaré feliz de contestarles y porque no contarme que les pareció la experiencia con música de fondo.
Sin decir más, me despido de todos ustedes y nos veremos tal vez en el Epílogo de a continuación.
att: tsu-sempai
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