Lugar: Puebla, México

Origen

Últimos años de la Nueva España (poco tiempo antes de la guerra de independencia).

La leyenda

Las casas abandonadas siempre han sido inspiración para muchas historias de terror, por lo que no es sorprendente que esta historia también tenga origen en una de ellas.

En la capital del estado de Puebla, existía una casa abandonada a la cual todo aquel que pasaba por ahí se reusaba a entrar. ¿La razón? Ahí habitaba el espíritu maligno de una antigua bruja a la que llamaban Nahuala. En vida, la mujer era alguien atemorizante ya que poseía la habilidad de convertirse en diferentes animales para así lograr su cometido: robar niños y asustar a los mayores. Como era la persona más antigua en aquel pueblo todos ahí la respetaban, pero más que eso le temían pues todos conocían que se entretenía con los juguetes del diablo: la magia negra.

Cuando la Nahuala presintió la hora de su juicio final, tuvo la seguridad que sería condenada por toda la eternidad de acuerdo al terrible mal que había hecho. Los habitantes se alegraron al saber que la fecha de muerte de la bruja se acercaba y eso enfureció a la mujer quien juró vengarse.

Antes de la llegada de los españoles a tierras aztecas, la Nahuala falleció. Pero antes de su descenso había realizado un acto atroz. Se había apoderado del alma de dos niñas, de esta manera podría resucitar cada año el Día de los Muertos y así acabar con los habitantes del lugar que tanto la odiaban. Sin embargo, aún le faltaba un alma más por tomar para llevar a cabo su ritual. Necesitaba conseguir el alma de un niño.

Por este motivo, los infantes que residían en esas tierras tenían estrictamente prohibido acercarse a aquella casona. Ningún padre deseaba pasar por la desgracia de perder a uno de sus pequeños, por lo que dicha advertencia se recitaba una y otra vez dentro de los hogares del pueblo sin importar que fuera de día o de noche. 

Pero los niños son seres rebeldes y curiosos, se necesita de mucho para aplacar su espíritu aventurero. Se cuenta que cierto niño, llamado Fernando, hizo caso omiso de aquel aviso y se adentró en el hogar del espíritu llevando consigo a su hermano menor. Desde el momento que cruzaron el umbral de la construcción el mayor de los hermanos supo que había algo tenebroso encerrado ahí, pero no le importó pues deseaba impresionar a sus amigos. Siguió su recorrido vagando por las habitaciones y los pasillos; de pronto, una sombra se materializó. Aquel ser tenía la cara de una anciana, pero de los ojos de ella parecían desprender llamas naranjas. La desgracia para aquellos dos pequeños no se hizo esperar y el ser maligno que habitaba aquellas oscuras y solitarias paredes raptó a uno de ellos, Fernando. La mano huesuda y arrugada de la vieja bruja se aferró a su brazo dispuesta a completar su ritual. Afortunadamente, Leo pudo escapar y, desesperado, pidió la ayuda de su abuela y otras personas del pueblo. Con valentía el grupo se adentró en la casa de la Nahuala, ya sea por cosa del destino o magia, Fernando pudo ser salvado. 

Otros finales

Otras versiones dicen que Fernando era hijo único y fue encontrado en la construcción deteriorada y abandonada al siguiente día por sus propios padres, quienes habían pasado la noche entera buscándolo. Lo encontraron inconsciente y cuando el pequeño despertó aseguró haber visto a la terrible y espantosa bruja. Por supuesto, sus padres no le creyeron y le aseguraron que tan solo había sido una pesadilla. El niño aceptó lo que sus padres le dijeron, pero al mirarse el brazo pudo ver las marcas de las uñas largas que la bruja le había dejado cuando había intentado escapar.

Un cuento de terror para salvar a los niños

Hay quienes dicen que esta leyenda tiene más de mito que de algo real. Aun así, puede que la persona con este nombre haya existido, si era una bruja, ¿quién sabe?

Es aquí donde la situación política y social por la que atravesaba el país es un hecho importante, quizá esta historia comenzó a contarse con la intención de que los niños del pueblo y sus alrededores permanecieran en casa en tiempos de guerra.

Los nahuales

Algunas creencias o tradiciones aseguran que a cada ser humano se le asigna un animal al momento de nacer. El espíritu de dicho animal sería el guía y protector de la persona asignada. Estos espíritus eran llamados: Nahuales. Los Nahuales aconsejaban a sus respectivos vínculos a través de sueños. Además, las características del espíritu animal que se era designado a veces formaban parte de las características de la persona. Por ejemplo: Si una mujer tenía como nahual a un cenzontle tendría una voz hermosa y sería privilegiada en el canto.

Existen otras creencias que dicen que una vez se conocía por completo a ese espíritu primitivo y animal la persona podía convertirse en uno. Muchas historias fueron contadas por los guerreros antiguos quienes aseguraban que por las noches cazaban animales, pero al día siguiente el cadáver no pertenecía a un animal sino a una persona.

Si bien algunos decían que estas personas eran sabias y usaban sus poderes para sanar y ayudar a su pueblo, otros aseguran que no eran más que hechiceros malignos que buscaban el mal para el resto.

Leyendas para niños en la gran pantalla

En el año 2007 se estrenó la película animada "La leyenda de la Nahuala" a cargo de la casa productora Ánima estudios. La cinta relata de una manera muy apegada la leyenda original, además, es a través de esta cinta que los protagonistas comienzan su recorrido por el país para contar más leyendas de México.

¿Alguna vez has sabido de la casa de la Nahuala? Cuéntanos.