II. Belchite Viejo
Lugar: Zaragoza, España.
Vestigios de guerra
Belchite, o lo que quedó de él, es un pueblo que fue escenario importante de la Guerra Civil Española en la década del '30, cuando los sublevados de derecha lograron detener la ofensiva del gobierno de la República Española contra Zaragoza. Así fue como Belchite terminó devastado y sobre sus ruinas, a pesar de las promesas del general Franco, el pueblo jamás fue reconstruido.
Se dice que Belchite es, en la actualidad, un pueblo fantasma, que sus restos evocan mucho más que un sangriento pasado bélico, quienes lo visitan aseguran que puede sentirse el lamento de las miles de personas que murieron en batalla, entre los muros de la ciudad.
Un poco de historia
El 18 de julio de 1936 una parte del ejército español se sublevó contra el gobierno de izquierda que gobernaba la Segunda República Española. El objetivo: frenar las reformas que el gobierno estaba llevando a cabo e instaurar un gobierno conservador de derecha. Sin embargo, pese al fuerte apoyo que los nacionales (sublevados de derecha) tuvieron (entre los aliados, la iglesia católica, Mussolini y Hitler), la sublevación no triunfó en todo el país, por lo que España quedó dividida en dos bandos enfrentados a muerte en la guerra civil más sanguinaria que la historia del país conocería.
En la región de Aragón, la sublevación logró apoderarse de las principales ciudades, entre ellas, Zaragoza. Desde entonces, el objetivo principal de los republicanos fue recuperar la región, por lo que, para 1936, un ejército liderado por Durruti intentó reconquistar sin éxito la ciudad de Zaragoza.
En 1937, las fuerzas nacionales, dirigidas por el general Franco, deciden atrincherarse en el Frente Norte de España (Asturias, Cantabria y Vizcaya), aprovechando la mala defensa de la región y el aislamiento que ésta importaba con el resto del territorio republicano.
Viendo que los nacionales concentraron sus fuerzas en el Frente Norte, los republicanos decidieron atacar las zonas menos defendidas por aquéllos. La primera ofensiva se produjo en el frente de Aragón, contra la ciudad de Huesca; el resultado: un fracaso que les costó un gran número de bajas y la caída de Vizcaya en el Frente Norte, en manos nacionales.
En una segunda ofensiva, los republicanos decidieron atacar, nuevamente, el frente de Aragón, esta vez fueron contra Zaragoza, sin embargo, un pueblo cercano a ésta se interpuso entre el atacante y su objetivo: Belchite.
La batalla de Belchite
Belchite, que contaba por entonces con cuatro mil habitantes, estaba bien defendida y dispuesta a hacerle frente a los republicanos. Contaba con seis mil combatientes, ametralladoras, barricadas en las calles y defensores atrincherados en todas las casas.
Durante varios días los republicanos presionaron a los nacionales sobre Belchite; tomaron algunos sectores de la ciudad con el propósito de concentrar a los sublevados en el casco urbano. Cortaron, luego, el suministro de agua y comenzaron con los primeros bombardeos aéreos. Pero los republicanos no lograron avanzar más que algunos metros. Los defensores lucharon fervientemente y prefirieron morir en sus puestos antes que retroceder. Las luchas prosiguieron sin piedad mientras los cadáveres putrefactos se amontonaban en las calles y en las casas. Para doblegar a los incansables defensores, los republicanos decidieron incendiar parte del pueblo. Poco a poco, la superioridad numérica de los atacantes se hizo notar, y con ella el inminente triunfo de éstos.
Finalmente, el día seis de iniciado el conflicto, las fuerzas republicanas se alzan con la victoria en Belchite y concluye así la ofensiva sobre Zaragoza, dejando como coste de la conquista más de dos mil quinientas bajas entre muertos y heridos, y consiguiendo, en el bando opuesto, un número similar de bajas.
El 10 de mayo de 1938 las fuerzas nacionales reconquistarán la localidad. Terminada la guerra, el general Franco instauró una dictadura personalista. Construyó el nuevo Belchite al lado del viejo Belchite, dejando las ruinas de este último como recuerdo propagandístico de la Guerra Civil.
Hoy en día, cualquier turista puede visitar los restos de Belchite y hacerse una idea, con sólo contemplar a su alrededor, del horror que significó aquella Guerra Civil.
Belchite viejo, un pueblo fantasma
Alrededor de diez mil personas visitan todos los años Belchite, cautivadas por las muchas leyendas que entrañan sus ruinas, historias que hablan sobre las almas de los caídos en guerra que aún deambulan por sus calles.
Su pasado sangriento, acompañado por el aspecto destruido de su arquitectura, atraen, además de turistas, a cientos de investigadores de lo paranormal de todas partes del mundo. Los conventos, la torre del reloj o el cementerio, son algunos de los lugares en donde la actividad paranormal te pondría los pelos de punta durante la noche (o el día, incluso); actividad reflejada en la cantidad de psicofonías captadas por las grabadoras de quienes se dedican a investigar: sonidos de guerra, aviones, bombas, gritos, lamentos, llantos, disparos.
Si caminas por Belchite, es posible observar presencias misteriosas deambulando por las calles solitarias, sombras que se esfuman dentro de las casas ante la presencia de los visitantes, figuras captadas en fotografías que aparecen entre las ruinas, manos que arañan las carpas de los valientes campistas que se atreven a pasar la noche en Belchite, el tañido de campanas que hace mucho tiempo ya no existen en el campanario, o un niño que se asoma en las alturas de aquél, quizás, para hacer sonar dichas campanas, voces que les susurran cosas al oído a los visitantes, el tacto frío de algo que es imposible ver pero sí, con horror, intuir en el aire, entre muchas sensaciones más que aquellos que pisan Belchite viejo aseguran , con gran terror, experimentar.
Cuánto de verdad hay en las leyendas que forman parte del pueblo queda a criterio del lector, lo cierto es que, lo tomes por verdadero o por falso, caminar las calles del viejo Belchite te generará una sensación perturbadora, como si el horror de la tragedia hubiese quedado impregnado para siempre en la frialdad de sus piedras, como si quien entrase en la ciudad se introdujese en el pasado trágico que se repite una y otra vez, de la forma más inquietante.
Iglesia de San Martín de Tours
Ecos del pasado
A continuación les compartimos algunos videos que registran psicofonías captadas en Belchites.
https://youtu.be/GZFB5onQsUI
La iglesia San Martín de Tours es uno de los lugares, dentro de Belchite, en donde la actividad paranormal parece ser más intensa, por lo que las psicofonías son más notorias.
https://youtu.be/dkHt5s4mJ6o
https://youtu.be/ATMAiZL_cRA
¿Conocen personalmente Belchite viejo? Si han recorrido el pueblo y vivido alguna experiencia paranormal en él, cuéntennos, nos interesa saber.
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