Värath-Dai;
Para muchos de vosotros el clima extenso de los desiertos podría resultar extremo y devastador, tan sólo imagínaos perderse en el Aṣ-Ṣaḥrā, era una situación cotidiana que tal vez a los exploradores sin experiencia podríales de ocurrir, y la vida misma con gran sufrimiento y tormento en sus últimas horas habrían de pasar, pero en verdad os digo que no es la peor forma de morir que existe, creedlo... Cada día la imaginación de abominaciones peores puede inspirar y hasta a las criaturas más viles sobre la tierra (y por debajo de la tierra), podría asustar ... o tal vez la atención llamar, ¿Quién sabe? Tal vez lo que dijeron los elfos horrorizados luego de conocer a "los segundos nacidos" y su similitud con el alma de Morgoth y el nigromante podría ser verdad, sólo basta con indagar lo que alberga en los rincones más ocultos del corazón y lo hallaréis... Me refiero a eso... o mejor dicho, esa parte... Aquél sitio que nadie se atreve a aceptar y con mil cerraduras en el interior reprime al monstruo que no quieren ni mirar o escuchar, y sin embargo... Los berridos y las risas vesánicas de la caja de pandora se atreven a asomar, desconocido es para mí las razones o los motivos que llevaron a originar el grado de locura de la que en un tiempo se hizo llamar como Azzah-hara o Daör-Hesha, como los demonios al verla muy dentro suyo la bautizaron, y aunque suene a algo de temer (Qué sí lo es), en un inicio fue a modo de mofa o palabras despectivas para referirse a esa "cosa" y que por al menos un par de horas les dio mucho que pensar y de no haber sido por una vieja estatuilla con su nombre grabado hallada siglos después, nadie se osaría siquiera en recordarla o pensar quién era ella en realidad.
Ocurrió bajo la luna y las estrellas eran testigos: Era el arrastre de los pasos, así como del extremo y sumo cansancio, acallados por el soplido de los vientos que borraba las huellas de sus pisadas en ese inmenso mar de arena, contradictoriamente al calor que varios originarios de los reinos del norte dudosamente podrían soportar, algunos que sí eran nativos ya estaban acostumbrados, y conocían las rutas por su experiencia y trucos para no perderse o morir en el desierto, las noches podían ser frías, pero mucho más soportables que el día, eso pensaba la mayoría...
En fin, y entre el silencio y la inmensa oscuridad una luz se hizo presente a la distancia, a la par que pequeños estanques entre las rocas, lo cual para quién tiene algo ya de experiencia en el desierto sabe que el agua era vida...para suerte o infortunio de quién sea, todos sin dudarlo (hasta el más soberbio y altivo de los siete que integraban originalmente el grupo) se inclinaron un momento para beber algo o refrescarse antes de continuar el extenso camino, de regreso a las barracas. Lo segundo era la luz, inteligencia ... o al menos la suficiente como para crear fuego...cualquiera que fuese la causa, el motivo, razón o circunstancia, lo cual habría creado un extenso catálogo de conjeturas, cómo que podría tratarse de soldados enemigos, asentamientos humanos, un campamento... A decir verdad, hacía mucho que los gemelos Anuk y Ënkhi, siendo de todos los que más años habían permanecido en la zona... De Lucifer, bueno nuestro "amado" reptil... Digamos que decidieron trasladarlo un tiempo al mediterráneo muy en su juventud, dónde conoció a Asmos, con quien pasó estudiando y entrenándose con los llamados tengus de Jonia... Pero regresando al tema de la orientación y las direcciones, hacía ya bastante que ninguno había pasado por estos lares, ni recibido noticias sobre alguna nueva ciudad... Lo más probable es que fuese un campamento o un hecho reciente, posiblemente alguna aldea pequeña... Y mientras se acercaban, por prudencia y estrategia decidieron tomar sus formas humanas, Vhasil... totalmente exhausto, debilitado y empapado, pues con el calor extremo que había experimentado y ese incómodo atuendo que lo obligaba a cubrirse hasta el rostro...Pues el sol lo calcinaba, decidió sumergirse un momento en el agua, así, pues se quitó el turbante, dejando expuesto sus afilados rasgos y esos lizos negros cabellos que le caían debajo de los hombros. Pudieron haber tomado la misma ruta por la que originalmente pasaron, pero para evitar ser rastreados tomaron el camino largo. Ya habían completado la misión y ahora les tocaba la más difícil de todas, sobrevivir ante este inhóspito sendero...
Y pese a que, en un principio, alucinación lo que veían creyeron...todos coincidieron que era poco probable vieran lo mismo, incluso Lucifer, siendo el más escéptico de los siete y que por su naturaleza era más complicado que se dejase influir tanto por las visiones, digamos que el dolor físico... era un método utilizado comúnmente para distraer o hacer entrar en razón a una parte del cerebro y no caer en la locura, también si creéis que por momentos esta engaña;
—¡Hermanos míos! ¿Pero qué os pasa? - La demonia de largos cabellos, elaboradas trenzas y agraciado rostro, de pronto inquirió —¿A caso olvidáis de repente todo lo que nos han enseñado? No os preocupéis... Que aquí me tenéis, y como buena compañera voy a recordaroslo... - Fue entonces que el ahogado grito, así como el largo de los rubios cabellos que desordenados cayeron sobre su hermoso rostro, a la par que se desplomaba sobre el suelo de rodillas el delgado cuerpo de Lucifer. Y no hubo más que el regurgitar de la azulada sangre, que en la oscuridad era tan negra como la noche misma y tan valiosa para aquél que la poseyese, de hecho, para estos momentos ya la sangre y carne de cualquiera, con lo hambrientos que estaban valía más que otra cosa — Sólo basta el más mínimo roce, cualquier clase de contacto físico ayudará a disuadir cualquier duda... - Asmos prosiguió. Devolvió entonces la mirada a su compañero que yacía al lado suyo, de rodillas, con una mano de apoyaba y con la otra le presionaba el estómago. —¿No lo creéis, Lifer? - Así le nombraba, una forma "cariñosa" de llamarlo.
—Qué os jodan...- Titubeante contestó, aunque un par de minutos en recuperar el aliento y reincorporarse se tardó.
De este modo, Asmos, altiva y socarrona, a sus compañeros volviendo la mirada prosiguió;
—¿Lo veis?... Sólo basta una suave caricia, para poder entrar en razón, pero si nuestro querido Lifer quiere, la caricia puede ser más aba....- Y hubiera podido terminar su explicación, si no fuese que cierto encolerizado demonio, haciendo un rugido semejante al de una bestia con las fuerzas que le quedaban, pues luego de la pelea en aquella última misión, el cansancio, poco alimento o agua...digamos que hasta el más fuerte también afecta. La demonia tan sólo de reojo observó aquellos ojos cristalinos fijos, que para ella refulgieron más que el sol. Las pupilas entonces Asmos achicó y el impacto recibió.
Lo que ocurrió fue que mientras Asmos se descuidó, el rubio, cómo pudo ya se había reincorporado, arremetiéndole con "Cola de dragón", dicha técnica consistió en un salto, aprovechando ese pequeño impulso para girar en el aire, dejando caer la pierna de forma descendente, como si de un látigo o un azote se tratase, de ahí el nombre. Y pese a que en fuerza bruta no le podía ganar, lo compensaba con la agilidad y la velocidad. Está demás decir que con eso fue suficiente para tumbarla, dándole en la cabeza...Y viéndola aún consiente y con la nariz y boca, escupiendo sangre... No dudó en pisarle la cabeza, hundiéndola más en la arena. Un pequeño escarmiento.... Por unos pequeños instantes se detuvo a contemplarla, estoico y más calmado que antes, volvió a pisotearla, recargando todo su peso en la pierna izquierda, dándole un segundo pisotón. Apretó los dientes, conteniendo entre sus fauces otro leve quejido y movió a cada lado el cuello, esto provocando un chasquido en las articulaciones, antes de seguir su camino, pasando de largo en dirección a la ciudad...E ignorando completamente al resto, dejando a Asmos tendida en el suelo... Lo demás se limitaron a permanecer callados, no por sorpresa o temor, a decir verdad, ver pelear a esos dos era el pan de cada día... Lo que sea que hubiera delante lo averiguarían ellos mismos....
Y mientras tanto Asmos siguió un rato inmóvil, escupiendo sangre...
Continuaron, así pues, caminando a pasos cortos, pero firmes. Ereshkigal, el más alto y fuerte de los siete, aún en su forma humana pese a los rasgos orientales; Ojos oblicuos, aunque de facciones algo toscas, cabellos a la altura de los hombros, algo sucios y maltratados, recogidos hacia atrás en una media cola, labios delgados y cejas rectas, y esa inquietante expresión de su rostro, que aún en su estado de mayor calma y serenidad daba la impresión de una eterna cólera... De mala gana accedió a cargar al mariquita de Vhasil que había desfallecido en la mañana a causa de la falta de alimento. Tampoco es que le fuese una tarea difícil levantar esas ciento ochenta y cinco libras, para alguien de poco más de ocho pies y quinientas cincuenta libras. Ni siquiera Asmos, quién apenas perdía por un pie y una palma en estatura, pero inferior en peso por más de treinta o cuarenta libras era rival para él. Lo podría haber hecho con una mano, o tal vez hasta elevarlo con una palma. Y contradictoriamente, pese a que la mayor parte del tiempo que conocieron al zaino y más altivo de sus compañeros, objeto de burlas y risas rebajándolo al nivel de los más afeminados por su flaqueza y debilidad a la luz del sol, debían admitir que tenía sus momentos, además el bastardo resultó ser más inteligente de lo que muchos pensaron, la última batalla dio prueba de eso, tomando el mando. De todos fue el que más sobresalió y hasta podría decirse que se sobre esforzó. Bueno, por algo resultó ser digno de ser de los primeros en subir de rango y no sólo por su título nobiliario, como todos creyeron al principio.
Avanzaron hasta las puertas de la ciudad, pidiendo a los vigilantes que los dejasen entrar. Los gemelos tuvieron que probar con tres lenguas distintas, pero sólo con dos medianamente pudieron entenderles; El sumerio y la lengua común de Kemet. Diciendo que eran simples viajeros en busca de descanso y dónde pasar a la noche. Acabaron dejándolos entrar, dando la orden de abrir las puertas de la ciudad. No tenía mucho que anocheció de todos modos. Poco después de pasar, y alejarse lo suficiente y fuera de la vista de la gente. Ereshkigal tan sólo se limitó a soltar al Thuir que cargaba en brazos. Este al impactarse en el suelo lo maldijo en la lengua profana. Y desde arriba, a la luz de la luna puso contemplar como por menos de un segundo como adquirió su forma original y era el fulgor de la lumbrera menor qué esos ojos claros, casi blanquecinos, ausentes de toda empatía o emoción, pero en el calor de la furia podían arder tanto como el fuego mismo, junto con la expresión de su rostro; Esas cejas juntas, acentuadas aún más hacia abajo, apretaba los dientes, al tiempo que un gruñido gutural escapó de sus fauces, elevó, pues, ligeramente el labio inferior. Un segundo más que eterno al vampiro perderse en la blancura de lo que había en esas cuencas vacías le pareció, y temió...
—Más vale que cerréis la maldita boca... - El onni, molesto en respuesta, aún caído lo pateó, lo suficiente para darle una advertencia, pero no para provocarle tanto dolor como para hacerlo quejarse o gritar. De todos modos, sirvió, pues temían que hubiera alguien que la entendiera o por el acento, entonación y la pronunciación tan agresiva de la lengua los descubriera...Y vaya que si habían visto muchos humanos en esa zona que podían comprenderla...
Ënki fastidiada, tan sólo puso los ojos en blanco, antes de regresar la vista al frente y seguir hacia adelante, necesitaban comida... y suministros lo antes posible y largarse, lo más pronto si era posible. Fueron los vientos nocturnos azotaron su improvisado velo, dejando expuesta la tiara con el dibujo de la serpiente grabada sobre sus cortados cabellos, llegándole a la altura del mentón.
Fue Annak, el último de los siete quién dio un largo suspiro, señal de hastío, no quedándole de otra que ayudar a Vhasil a levantarse. Mientras Ereshkigal con los otros se adelantaba. Todo esto era una mierda, eso lo sabían, estaban exhaustos, cansados... jodidos por la pelea y por la falta de alimento era aún más difícil recuperarse, pero ya habían recorrido más de la mitad del camino, lo importante era simplemente mantener la cabeza fría, por más difícil que les resultase, por lo menos estaban en una fortaleza.... Y podían conseguir alimento. Además, podría valerse de su compañero en ese miserable estado para despertar la pena o la lástima en alguien y pedirles que "ayuden al herido".
Y aunque tardaron un rato, hallaron sitio de alojamiento con una familia, no tan grande o lujosa como algunos del grupo estaban acostumbrados... Podría decirse que cualquier cosa era mejor que yacer a la intemperie, y creedme que Vhasil se dio un banquete con las dos esposas y el hijo, os lo juró no les dio tiempo ni de gritar al ver cómo le habían cortado rápidamente la garganta al esposo, cuando él tuvo inmovilizada a una y clavándole los dientes en la yugular, mientras Ereshkigal con una sola mano se encargó sin mucho esfuerzo de ayudarlo a silenciar a la otra, que con gran horror y lágrimas en los ojos la vio morir, a la par en pocos instantes siendo ella la siguiente. En cuanto al chico... no tuvieron que hacer mucho esfuerzo para intimidarlo lo suficiente como para que ni se le ocurriera quejarse o gritar, bajo la advertencia de que acabaría peor ...Agotados todos se sentaron alrededor de una mesa para comer algo medianamente decente por esos asquerosos lugares, usando al sollozante y tembloroso joven de sirviente que con lágrimas en los ojos tuvo que cocinarles, darles pan y servirles vino... y darles todo cuanto quisiesen, bajo la promesa de que con él serían piadosos, pero imaginad la expresión de su rostro cuando los cadáveres su madre y cargándolos los gemelos le entregaron, y que cocinase y sazonase la carne se le ordenó. Atacarlos intentó. Pero un manotazo de Ënkhi bastó para impactarlo contra los ladrillos de la casa, provocando que este se lastimase, y varios utensilios de cocina y parte del aceite hirviendo le salpicó, herido y lastimado tuvo que obedecer, porque si volvía a hacer lo mismo a quién devorarían vivo como castigo sería a él, o al menos es lo que ella le dijo.
Todavía tambaleante sirvió las últimas reservas de vino, aunque Asmos pidió que le sirviesen otro vaso más, algo en la orden de esa pelirroja de gran altura le ordenó y solicitó que le diese el doble de ración. Y entre risas, comentarios de una charla tranquila en una extraña lengua que él no podía entender, lo más aterrador era la calma y pese a que no comprendía ni una sola palabra podría saber que se trataban de simples cotilleos y cosas vanas, de vez en cuando risillas entre Asmos y el más alto. De vez en cuando un gruñido o lo que podía expresarse como la molestia del rubio, que al parecer era de todos el más... calmado, de todos fue el único que simplemente se dio un manotazo a la cara y se sobó las cienes cómo si sintiese pena ajena por el resto del grupo. El único que le hablaba calmadamente y sólo se limitaba a darle instrucciones. Identificó rápidamente las voces de cada uno... y viendo su comportamiento y la entonación de cada palabra tal vez pudo identificar pequeños atisbos de la personalidad de todos...En fin, cuando trajo la comida y le sirvió lo que dijo esa corpulenta mujer, esta le sonrío y antes que se fuera de la mano con fuerza lo cogió, sonriéndole con esa engañosa dulzura lo entendió;
—Oh, cariño... Espero que perdones los modales de mis compañeros, no tienen el más mínimo sentido de la amabilidad y agradecimiento. Es decir, ¿Qué forma de tratar al anfitrión? - Y antes de que ella lo dijera... Ya se lo imaginó y eso le asqueó a la par que lo horrorizó.. —Sentaos a mi lado, os he guardado algo de comida y vino....
El muchacho se negó, pero la demonia sólo le bastó un tirón fuerte de su brazo (el cual fracturó), para que al suelo lo tirase y con una engañosa ternura y falsas caricias se viera forzado a cenar con ellos y compartir la carne de su propia madre...
Y probando el primer bocado, las lágrimas cómo ríos de sus ojos empezaron a desbordar... al tiempo en que la mayoría de ellos limitábase a ignorar, Vhasil, pese a que no estaba del todo satisfecho...Ya sentía que podía controlarse un poco por el momento. No es que no pudiese comer lo mismo que solían hacer los humanos...Pero requería la ingesta de sangre para mantenerse con vida y no debilitarse, y más cuando pasaban prolongados lapsos de tiempo sin alimentarse y tenía que regenerarse...
Asmos reía y cotilleaba con Ënkhi y Ereshkigal de cosas cotidianas, y de vez en cuando queriendo con saña incluir al niño en su conversación, a la par que este lloraba de tristeza, odio y coraje y temblaba de terror. Vhasil daba otro sorbo a su vino...Lifer prefería hacer como si ninguno estuviese allí, ya estaba harto de sus tonterías... Annak, comía tranquilamente. La cena fue incómoda... en especial para el menor de todos. Y cuando se levantaron y las luces una por una fueron apagando... Lucifer el primero, ya hastiado...Ereskigal repuesto al menos parte del hambre...Annak, le siguió, recogiéndose como pudo sus largos y castaños cabellos, los gemelos se reincorporaron a la par, en dirección a la puerta, el último fue Vhasil que permaneció sentado hasta el final, pero terminó por hacer lo mismo, y cuando el niño pensó que viviría y que esos abominables extranjeros por fin se largarían... Porque, ya a la puerta varios se dirigían y algunos ya hasta salían...Fueron las palabras de Asmos lo que le hicieron sus pupilas consternar:
—Todo vuestro, Vhasil...
Y creedme, a nadie le dio tiempo siquiera de pestañear...
Una vieja táctica para no dejar testigos y más si realizaba una masacre.
Prosiguieron el viaje, aunque Vhasil mejoraba su estado y el ánimo durante la noche, siéndose de esperar, no obstante, la mayoría del equipo realmente anhelaba más tiempo para descansar y de noche digamos que no había sitio o al menos alguien en su sano juicio para la adquisición de nuevos suministros, es bien conocido que un demonio promedio necesitaba ingerir el doble o triple de las raciones que los humanos podrían llegar a necesitar, esto claro dependiendo de la raza, peso y tamaño llegaba a variar, pero esa es la regla general. Agregad ahora que algunos estaban exhaustos, heridos, sedientos, enflaquecidos por la falta de agua y el calor del desierto, y tomando un camino pocas veces transitado donde con suerte hallaban algo más que serpientes, gacelas, zorros, y eso si tenían mucha suerte... así que durante estas dos últimas semanas ninguno tuvo el lujo de alimentarse bien. Y pese a que no a todos les agradase la carne humana, era lo que había. Vhasil, en una noche terminó ingiriendo lo que cualquier vampiro consumiría en una semana, y al verlo salir tambaleante, limpiándose la sangre con la manga de su azulada túnica, y con la otra mano se sostenía de las paredes y el marco de la puerta, varios apostaron entre broma y broma si no iba a vomitar...
—Vaya, me habéis superado, estoy impresionada – Asmos lo miró con una sonrisa burlona, al tiempo que arqueaba una ceja, poniendo los brazos a la cadera, como una jarra. —Generalmente me gustan de buen apetito, si sabéis a lo que me refiero.... Pero os habréis sobrepasado. Lo admito, me hubiese gustado invitaros a cenar...- Dio una leve risilla, al tiempo que contoneaba levemente las caderas— Vos lo sabéis... - Hizo una pausa. —Pero... Mejor paso...
Mil maldiciones, así como formas de matarla y hacerle desear la muerte pasaron por la mente del zaino, mientras el odio y la rabia resplandecía en los zafiros que eran sus ojos. Pero todo cambió cuando los párpados un segundo apretó y con la mano nuevamente la boca se cubrió. La mataría por esto, algún día se juró que lo haría. Afortunadamente nada de lo se esperaba ocurrió.
Le tomó unos minutos recuperarse, pero consiguió erguirse nuevamente, aunque a decir verdad el inmenso dolor en el estómago por varias horas le seguiría, juntamente con sus esfuerzos para no regurgitar todo lo que comió. Avanzaron así, por las semi desiertas calles, buscaban un burdel. Aunque no necesariamente para el propósito que muchos pensarían, sino para comprar provisiones, siendo el único lugar abierto...Y entre ellas una o dos esclavas nunca estaban de más, comida de emergencia... Si así lo deseáis llamar.
Como se mencionó antes, les sería más fácil descansar y recuperarse un poco, y marcharse al día siguiente, pero digamos que todos deseaban llegar lo más rápido posible, en especial porque les estaban siguiendo la pista, esperaban que con las precauciones y el haber estado modificando rutas y sembrando falsos rastros durante el tiempo previo les hubiese ayudado un poco.
Siguieron así por un largo rato, dando vueltas por todo el lugar, pero no había nada...Hasta que una luz al final de una de las calles llamó su atención y cerca la figura de un hombre, aunque alto, un poco gordo y viejo, podrían confundirlo con un simple mendigo que andaba por ahí que podría o no darles dirección a cambio de una moneda de plata, pero todo cambió cuando notaron el Kopesh sujeto a su costado, no es que le temieran a los ladrones o a los vigilantes... pero tampoco querían matarlo, mejor dicho, no era prudente. Aun
así, Annak tomó delantera y se acercó, luego le siguieron los demás, amablemente direcciones intentó preguntar, pero el sujeto habló más rápido y no lo dejó ni siquiera articular palabra alguna. El resto vio con cierta extrañeza los dos guardias armados con lanzas que custodiaban la gran puerta del lugar, del cual de vez en cuando se escuchaban gritos de agonía, pero también voces de júbilo...y eso era raro. No les dio buena espina, pero si había gente podían encontrar información. El humano no parecía con intenciones de robar o estafar, de hecho, hablaba de algo "único" que no tendrían oportunidad de verlo en otro lugar... algo digno por qué pagar (Y siendo sincera, viendo el color azul de las vestiduras de Vhasil, y tan cubierto como estaba, dedujo que podría tratarse de alguna clase de un sultán o por lo menos uno de sus hijos, o alguien lo suficientemente rico como para costearse ropa de dicho color y que podría cobrarle más), fue por eso que les dio trato especial...
Entraron, pues, al sitio, y apenas al entrar estaba un hombre, más delgado, que sería el encargado de cobrar... Pero cuando estuvo a punto de recibir una de las bolsas con oro lo detuvo la mirada fija y seria, así como el gruñido de Ereshkigal, que, a la vista de todos, seguía siendo un gigante. Con gran asombro miró el tamaño de sus espadas, la mayoría de doble filo, rectas y evidentemente muy, pero muy pesadas, pero lo que le espantó fue el notar que hasta las mujeres que integraban el grupo las portaban también. Abrió la boca al observar cómo el prominente busto de Asmos se le notaba aún bajo toda esa ropa y el viento que se colaba enmarcaba su bella y atlética figura, así como la grosura de los fuertes brazos dando una idea de la evidente musculatura, está de más mencionar su gran altura... Y podría quedarse como idiota observándola, porque lo había embriagado la lujuria. No obstante, la voz del más alto lo trajo otra vez a la realidad, una aterradora realidad;
—Eh... Pero por tan distinguidas personas, haré una excepción...- se contuvo bastante en abrir la boca al atisbar el tamaño de las armas de Ereskigal. —Espero que sea de vuestro agrado...
Todos, un tanto extrañados siguieron ese largo pasillo, ignorándolo.
Y mientras avanzaban por los corredores que dirigían a las gradas de esa especie de teatro, o arena se reuniones, poco común en esta zona, aunque por el olor a sangre y carne podrida que se hacía cada vez más evidente, Asmos y Lifer tuvieron una vaga idea de lo podría haber allí. Por un momento esos dos miraron a los lados y por tan sólo un instante sus miradas se encontraron, y las palabras sobraron, tan sólo en las amatistas de la una y en las esmeraldas del iris del otro se extraviaron y fue de las pocas veces que estuvieron de acuerdo en algo, fue en uno de los múltiples viajes a Creta donde fueron presentes de espectáculos grotescos, donde los hombres luchaban a muerte como las bestias, aburrido para el rubio, pero bastante....recreativo para, y pese a su evidente locura y lo insoportable que podía ponerse, la principal de sus aliados...Que hasta recomendó ideas y despertó la llama de la imaginación a los pobladores sobre meter a los niños esclavos, mujeres, toda clase de fieras...Horrorizándolos al principio, pero incorporándose mucho tiempo después bastantes peculiaridades, una más vil que otra...Incluso actos que a Asmos mismo llegaronle a asquear y los futuros coliseos su alma detestó.
Y no sólo para el vampiro el olor a sangre, cosa que para él siempre normalizó, ahora le provocaba aún más nauseas, por todo lo que en esa noche ingirió, no sólo para él, sino para todos, pues parecía todo estar descompuesto. A cada paso que daban el hedor a muerte se hacía cada vez más presente, tuvieron que volverse a cubrir nariz y boca (Y todo, por completo), no obstante, nada de aquello resultó ser del todo suficiente. De este modo llegaron al área de las gradas, el sitio estaba abarrotado de gentes; Hombres, mujeres, ancianos y niños. Que parecían disfrutar del espectáculo; Y por lo que vieron, era un combate, aunque con evidente desventaja, uno portaba un sable de hoja curva, y combatía contra un sujeto que portaba un simple y llano cuchillo. Evidentemente estaban desnudos, aunque medianamente cubiertos con lo que parecían ser una unas improvisadas armaduras de escamas, pero...hasta eso lo hicieron mal, era como si sólo tuviesen presupuesto para sólo una y se la hubieran repartido como podían, cada uno tenía la parte que al otro de faltaba y ... cada uno era de diferente talla. Pero bueno... Si así le gustaba la gente...
Recapitulando, los siete iban pues iban por las gradas, buscando un sitio lo suficientemente limpio, pues todo el sitio estaba impregnado de sangre y cadáveres, unos arrumbados, otros abiertos en canal, unos tantos empalados... y el área más "decente" que encontraron tenía un cuerpo de una mujer descuartizada a un lado, no les asustaba lo que veían, de hecho algunos hasta experimentaron cosas peores en carne propia o lo habían visto en la guerra...compañeros suyos partidos a la mitad y arrastrándose con las manos, varios teniendo que correr con las vísceras fuera y sosteniéndolas como podían, y entre tantos "castigos" dados por sus generales a quienes fracasaban o les traicionaban. La gente simplemente y como a todos los ignoraba, ni siquiera parecía importarles el hecho de las armas que portaban, porque había varias regadas por el suelo y otros más las portaban, cosa que para ellos lo tomaron como una bendición...Pasar desapercibidos era lo que más deseaban.
Se sentaron en una de las gradas, lugar que ofrecía una vista decente del combate, como también de los altos señores que ocupaban el palco principal.
—¿No os recuerda a algo, Lifer? - inquirió la pelirroja, al tiempo que como quien añora la nostalgia le tomaba cariñosamente de la mano, y con la otra, le tomaba del mentón, forzándolo rápidamente a verla de soslayo, y a punto ella estuvo de estrechar la distancia entre ambos, con las intenciones de entrelazar sus labios. A lo que Lifer respondió, con tremendo codazo, seguido de un empujón, quitándosela de encima... la conocía muy bien, demasiado, tanto que sabía que era de las personas que no podían pasar ni un día sin joder.
El resto simplemente los ignoró. Al poco rato apareció una sirvienta trayendo "bocadillos " y ofreciendo vino a los espectadores, Vhasil por razones obvias rechazó todo. Pero los otros, (en especial hablando de Ereshkigal), cogió un gran trozo de carne, pero al comprobar el sabor notó que se trataban de carne humana...pero no hizo mucho caso porque al parecer varios de allí lo sabían y nadie le importó, se preguntó si el vino también contenía cierto nivel de sangre, tampoco le extrañaría.
El combate no duró mucho, y cuando el ganador tenía el filo del arma ya lista para clavársela al perdedor, hubo tres preguntas que hizo a modo de señas con la mano; ¿Vive? ¿Muere?, la mayoría, hasta los altos eligieron la vida. Y la otra pregunta ¿Qué debo hacer?
—Desmenbradle... - ordenaron los altos al unísono. —Pero no le matéis...
Por un segundo, este lo dudó presenciando la cara de horror y las lágrimas que brotaron del rostro de su contrincante. Cerraron ambos los ojos por largos instantes. Y no se hoyó más que los prolongados alaridos de agonía del pobre infeliz, pues al no tener una espada tuvo que hacerlo con un cuchillo y por largos periodos de tiempo la navaja se atoraba en el hueso y tenía que golpear, o hacer esfuerzos para desencajarla cuando esta se atascaba, tanto que por su debilidad tuvieron que ayudarlo entre dos personas y mejor darle una espada....Y el público lo aclamaba, pero fue tanta la herida, física y espiritual de ambos, que el ganador no fue capaz de cortar más que las piernas y la mano derecha antes de desbordar en llanto y suicidarse, cortándose el cuello con la misma navaja, yaciendo en ese charco de sangre, tejidos y grasa...
Al final terminaron declarando ganador al lisiado. Aunque para los demonios presentes les pareció exagerado o que fue demasiado corto el espectáculo, pero a la pelirroja se le hizo al menos entretenido el final inesperado. A ambos cuerpos los sacaron cargándolos...Fue allí cuando el maestro de ceremonias nuevamente habló, y el sonido de los cantos, flautines y trompetas resonó, flores de diferentes colores los guardias arrojaron a la arena de duelo, y entre los cantos y la música un tanto...Macabra, gritos de voces guturales cada vez se oían resonantes, al igual que palabras en lenguas inentendibles para la mayoría de los hombres ;
—¡Y PARA FINALIZAR NUESTRA ÚLTIMA NOCHE, OS HEMOS DEJADO LO MEJOR PARA EL FINAL! – Hizo una pausa —¡ESTA MUJER FUE HALLADA ENLOQUECIDA Y EN UN ESTADO SIMILAR A LOS DE UNA FIERA EN LAS RUINAS DE UNA CIUDAD ANTIGUA, A ORILLAS DE LAS LLANURAS DEL JORDÁN. CUENTAN LOS RELATOS QUE ESA CIUDAD FUE DESTRUIDA POR SUS MALAS PRÁCTICAS Y SUS ABOMINACIONES SEXUALES. ES TRAÍDA A VOSOTROS, PARA DIVERSIÓN DE TODO AQUÉL POR TAN SÓLO CINCO MONEDAS DE ORO... DADLE OTRA CÁLIDA BIENVENIDA A AZZAH-HARA! – Vociferó. Y cuando vio que la puerta a entreabriese comenzó, lo invadió el horror y aterrorizado, corriendo a la tercera puerta, en búsqueda de un sitio seguro se apresuró.
Y allí se alzaba ella: Radiante, salvaje...Hermosa... Demente. Como esculpidas en cincel eran sus finas facciones inmaculadas y ondulados los largos cabellos, qué, aunque algo desordenados caían en hondas a la altura de la cadera, e inquietante el brillo esos ojos más negros qué el más profundo de los abismos. Alzó la vista y la luna roja miró, y no obstante ninguna se consternó. Cubierta por un manto de hecho con piel y melena de león que apenas y del frío la cubrió, puesto que estaba desnuda, o bueno... De no ser por los cráneos humanos que le cubrían el pecho y quién sabe cómo diablos le confeccionaron esa reveladora prenda.... Y por la precaria falda, hecha de colas de serpientes, cosidas a un cinto de piel, que en el medio tenía otro cráneo de cachorro de león. Una corona yacía sobre su cabeza, a modo de imitar el resplandor del sol, a base de huesos y largos colmillos de animales. Y no era más que la sangre la tintura que goteaba de su cuerpo, pues parecía como si la hubiesen bañado en ella... y en su rostro un precario maquillaje de dos líneas rectas. Arrastrada era por cuatro demonios, todos andando a gatas, con la piel semi deshollada y ojo, orejas y lengua amputadas, privados de la mayor parte de sus sentidos, sobre los cuales iba de pie, encima de sus espaldas, en una mano portaba un látigo de cadena con punta de hierro y constantemente los azotaba para que estos avanzaran, y en la otra una lanza...Delgado era su aún hermoso cuerpo, y hasta virgen por los senos pequeños y caderas estrechas, en un principio así sus mentes muchos la concibieron. Y pese a la mordaz expresión que sus rasgos dibujaba, era bella... bellísima.
—¿Una salvaje? ¿Es enserio? – Un indignado Vhasil comentó, señalándola con discreción, a la par que era obvio el desprecio y el asco tanto en su pálido rostro como en la entonación. —¿No pudieron ofrecer algo mejor?
—¿Pues qué esperabais de unos hombres que no pueden complacer a sus mujeres, ni presumirlas, ni vestir cosas bonitas, y cuya mayor aspiración es desposarse con una niña menor de siete años. - respondió Asmos.
Esa banal conversación fue interrumpida, cuando varias compuertas a la par se abrieron, y de ellas bestias emergieron; Tres leones machos, todos con melenas eran grandes y vistosas, lo más extraño es que ninguno tenía huellas de haber sufrido maltrato o haber pasado hambre, sino todo lo contrario, eran bastante grande y parecían fuertes y muy bien alimentados. Se acercaron lentamente a la presa, atraídos por el olor a sangre que esta emanaba y eso su hambre despertaba. En cambio, ella sonreía de oreja a oreja...al tiempo que su látigo, con un movimiento elevaba y para provocarlos, cual, si fuera una serpiente entreteniéndolos, cómo un felino que juega con su presa.
De esta forma, las fieras levemente, enseñando los dientes gruñían, a la par que lentamente caminaban mientras se separaban, sin apartar ningún momento la vista de la mujer, rodeándola. Estrategia común para muchos animales a la hora de cazar a lo que consideraban su alimento. Pese a todo ello, Azzah-hara, simplemente río.
Naturalmente uno pensaría que estaría acorralada, teniendo a tres grandes bestias listas para devorarla, eso también perturbaría a la mayoría de las personas, y molestaría a cualquier animal semejante ambiente, pero estos parecían estar acostumbrados, manteniéndose firmes ante la que consideraban su presa:
Uno de los leones tomó la iniciativa, siguiendo los otros. Abalanzándose todos sobre la víctima, no obstante, la mujer dio un salto, un ágil movimiento también para bajarse de la pila de cuerpos sobre los que estaba parada. Con fascinación y deseo observó cómo los magullados demonios agonizaban al ser devorados por las fieras, sobre las cuales cayeron. Estos gritaban, a la par que se quejaban ante las mordidas, arañazos y desgarres, y aún con los sentidos privados, retorciéndose, por sus vidas luchaban, y con las fuerzas menguadas, pero todavía grandes, los arrojaban, empujaban... No obstante, ella a una distancia observante a la escena seguía de pie, y cuando las bestias nuevamente sobre ellos enfurecidos se lanzaban...la salvaje decidió que era tiempo de extender su látigo, y con sólo un simple movimiento la atención de la triada nuevamente llamaba, y a ir hacia ella los provocaba;
Pese a que en un principio la ignoraban, ella azotaba su látigo cada vez más fuerte, pero el último fue lo que de verdad los molestó, en especial a uno de ellos, pues una cortada, aunque leve y superficial, fue lo suficientemente grande para causarle dolor y se volteó... Y le rugió. Esta lo imitó, pero la aspereza de su voz no era tan profunda para llegar a la nota de un auténtico rugido de león. Segundos más tarde se le unieron los otros dos...
El vitoreo de los espectadores resonaba en el lugar, como el estruendo de muchas aguas, a la vez que ponían especial atención a la joven. Ella dio otro fuerte rugido, aún más alto y profundo que el anterior, no obstante, sus cuerdas vocales forzó... y aunque no lo demostrase alcanzar semejante nota le dolió. Uno de ellos, el más grande y fuerte encima suyo se abalanzó, pero ella, tomando aún más distancia, previamente con el látigo de cadena azotándolo, ya sea como distracción o advertencia para establecer distancia usó, fue así cuando por poco encima suyo el primero cayó; Azzah-hara, con el extender de su arma, virtuosa, su predilecta arma... El cuello de la fiera enroscó y apretando, dio un brusco tirón, esto hizo que las puntas de navaja del filo del acero que sobresalía de la punta acabaran por desgarrarle el cuello y cortar la yugular, así en un charco de sangre los últimos instantes de vida fueron del más grande león.
Viendo eso, las gentes gritaron enardecidos, extasiados...mostrando su gusto por el comienzo del espectáculo, haciendo más ruido en el lugar, y para desagrado de los delicados tímpanos de los siete demonios. Mientras que, y viendo a su compañero felino, el segundo lanzó un rugido de ira y molestia por el amigo perdido, este tomó algo de distancia para empezar su carrera y lanzarse para atacar...
A diferencia del primero, este león la miraba con furia, esa furia y esa rabia que desborda, a la vez que mantuvo en todo momento su distancia, tratando de no dejarse llevar por las provocaciones de Azzah-hara con el azotar de su látigo. Una vez tomado el impulso, cogiendo suficiente velocidad previa para dar el salto, los ojos de ambos se cruzaron. Dos seres primitivos, o tal vez no tan primitivos, como ellos en un momento lo pensaron, y sin embargo por una pequeña fracción de segundo pareció que hasta empatizaron. No obstante, ella previniendo su ataque resultó ser tan rápida. Tan sólo bastó el arrojar de su lanza, cual jabalina se tratase, para que esta le atravesara las fauces, penetrando a través de su mentón cuando su mirada orgullosa se alzaba en la cúspide de los aires, penetrase el cerebro y rompiera finalmente el cráneo. Lo siguiente fue, bueno no hace falta ilustraros lo obvio; El cuerpo cayó y sólo se oyó un leve crujido susurrante que pronto se lo llevó el viento. Muerte instantánea.
Y viendo el cadáver frente a esos orbes oscuros en el iris de sus ojos, le dedicó un último vistazo, lástima, miedo o culpa, sois libre de creer lo que queráis, pero si observáis más de cerca una melancólica sonrisa por fraccione de segundo, y relajando los músculos faciales, articuló. Extraño es describirla, suave y firme a la vez, y sin tocarlo era como si le acariciara... Posiblemente en señal de respeto por el combate y los sentimientos que por aquellos cortos instantes se entendieron, pero sobretodo el orgullo de probar el sabor agridulce de la victoria.
Ahora, bien. Apenas estuvo a punto de dar el primer paso para desencajar su lanza, algo extremadamente temerario como estúpido para la mayoría teniendo a una bestia furiosa asechándola, ella se mantuvo con toda calma, como quien no teme nada. Previamente, la última de las fieras aún en pie la detenidamente la observaba, pero no con miedo o la evidente rabia, sino que desde el comienzo hasta el más mínimo movimiento de la presa analizaba, siendo probablemente el más listo de los tres, no desaprovechó la oportunidad cuando la tuvo, tomando ese pequeño desliz de la mujer como ventaja. Dando entonces un rugido, a la par que con toda su fuerza y velocidad se le abalanzaba. La fémina instintivamente retrocedió, pero no le sirvió de nada...tan sólo la expresión de sorpresa y consternación en su mirada, cuando de un salto sobre ella se elevaba. Con deciros que ni siquiera tuvo tiempo suficiente para reaccionar y accionar con su arma, porque al caer enfurecido sobre ella ya su mano titubeaba y la había soltado;
Con fiera vehemencia forcejeaba con la bestia, aunque este la sobrepasaba en fuerza, ella no flaqueaba en la voluntad, he allí el secreto de la verdadera fortaleza; Con las manos se cubría las partes sensibles como la cara o los ojos, parte del pecho, las rodillas elevaba, buscando meterle espinillazos a puntos sensibles, pero debido a la altura y la corta distancia fracasaba, o bien con la cadera, buscando hacerse hacia atrás en movimientos de media luna daba. Cuando trataba de morderla o ella presentía con todos sus sentidos alerta, aún con ojos cerrados, del mentón hacia atrás, con todas sus fuerzas lo empujaba. No le faltaron arañazos y zarpazos...A lo que en respuesta y por instinto gritaba. A punto estuvo de destrozarle una de las manos de un mordisco, como igual devorarse sus entrañas, de no ser por esa precaria protección de hueso, tal vez hasta le hubiese amputado un seno y comerse parte de la caja toraxica, Y al sentirse descubierta, rápidamente reaccionó y en un hábil, movimiento aprovechó para meter la mano en las fauces del león y empujar hasta adentro el cráneo, haciendo que este por un momento entre sus muelas se atorase y por un momento se atragantara, al tiempo que giraba en media luna para alejarse y establecer cierta distancia. Fue así como obtuvo esos segundos valiosos para desenfundar la daga oculta bajo la falda...
Tan sólo bastó un ágil y certero corte a la garganta para que las pupilas del felino se contrajeran y de ellas fluyese una gota de agua salada, al tiempo en que en rápidamente la vida por esa fisura se le escapaba. La fémina como pudo lo hizo a un lado, de todos modos ya consiguió previamente establecer al menos una sutil distancia, así que no le fue tan complicado girarse y con los pies empujar la cabeza, para cobrar el impulso necesario y apartarse lo suficiente... Pese a sus heridas, en su rostro resplandeció esa vesanía abrumante y que aún en el humedecer de los párpados y la respiración agitada yacía desbordante, se tomó unos pocos segundos para recuperarse, mientras se llevaba una mano al corazón extasiado, que latía cada vez más rápido...
Se levantó de esta forma, guardó nuevamente la afiladísima cuchilla, y desencajó la lanza.
No obstante, el público que en un principio se extasiaba ya ni se inmutaba, y esto a los maestros de ceremonias gravemente preocupaba...
Ni siquiera terminaba de enrollar nuevamente su látigo cuando sorpresivamente otra de las compuertas, rejas de acero, se abrió; Y he aquí que, desde antes varios quejidos, tanto de hombres, gritos, alaridos... así como guturales rugidos más profundos que cualquier otra clase de bestia que muchos podrían haber escuchado jamás, junto con el ruido de cosas impactarse contra los muros, y el eco de sus pisadas... No obstante, Azzah-hara, lucía calmada y extrañamente muy neutral....
Se necesitaron aproximadamente de doce a quince personas, pero ni eso bastó para controlarlo:
Y allí aparecía él, tirado por varias cadenas; del cuello, ambas manos, pinchado con espadas y lanzas...Poseía una musculatura sin igual, cómo si hubiera sido tallado con la más dura de las rocas y forjado con el metal más ardiente y resistente de todos los tiempos, y ni de hablar la gran altura, que superaba dos palmas incluso a Ereshkigal. Su rostro tenía facciones bastante toscas, con mandíbula salida y de las fauces los caninos le sobresalían hasta sobrepasar el mentón, tendiendo a encurvarse. La piel tan blanca como la luna misma, marcas en ella a modo de negras escamas como la que poseen casi todos los demonios, aunque con la misma función, estas estaban agrupadas en sitios diferentes y específicos del cuerpo, semejantes a los zarpazos de un tigre. Los brazos duros como el más pesados de los martillos, mas pegadas a las extremidades, mejor dicho, de los huesos en estos, sobresalían de los laterales opuestos huesos afiladísimos, como garras, prominentes, y pese a ser naturales, no tenían señal de fisura o grieta en ellas. Apenas cubierto de la cintura para abajo por precarios harapos, dejando entrever esas piernas musculosas que todavía arrastraban pesados grilletes, que poco detenían su movilidad. Y por más que todos, tratando de controlarlo se le abalanzaban, el de un simple golpe los tumbaba, o bien, por los aires los aventaba; algunos contra las paredes impactaban, otros caían inconscientes o muertos sobre algún pobre infeliz espectador de las gradas, y unos todavía más desafortunados les tocaba agonizar en la arena con más de un hueso roto y fracturas... Y entonces sucedió; ella le sonrió y como una serpiente le siseó... y en guardia, postura defensiva con su látigo adoptó. En cambio, en él... la ira no disminuyó, sino que se incrementó.
Y el combate comenzó...
—Imposible....- y palabra alguna más que esa por largos instantes viéndolo todo desde arriba, Annak, no pronunció. Atónito y de no ser por la tez oscura de su piel, cómo a veces retratan las manifestaciones en forma humana de un ifrit, hubiese palidecido como todos los demás. —¿General Mogul?... – para sí mismo susurró. Casi se levanta en ese instante de su asiento de no ser que Lifer, veloz y a la vez bruscamente de la muñeca lo tomó y antes de que con las manos flexionase y las rodillas poco a poco, buscando enderezarse, extendiese, lo jaló y a recobrar la compostura el rubio le obligó, dándole un fuerte tirón.
—No...- Siseante y frío seguía siendo el estoicismo de su voz, sin embargo, cierto titubeo... esa señal de contracción en sus pupilas y la apertura de los párpados, señales de sorpresa que en el rostro hasta del más taciturno de los siete llegó a entrever, y de no ser pos la resistencia de su cuerpo, le hubiese dislocado el brazo, pero al negro simplemente una leve molestia, un desgarre menor del tendón le provocó. —No es Mogul... -El bello y sabio Lucifer prosiguió —Mirad su espalda – Y he aquí que Annak lo comprendió... Mogul tenía una profunda cicatriz en la espalda, este otro no.
No obstante, se había inclinado, imitando la acción del reptiliano, quién inclinaba la espalda levemente hacia adelante, intentando ver más de cerca el combate y analizar a ese demonio. Pero más allá de ello, fue extraño. Un aura de pesadumbre lo atribuló, era como si el mal presagio y el peso de la bruma le cayesen como un gran pesar sobre los hombros, algo que pocas veces sintió y aún en las situaciones más extremas o presenciando abominaciones indescriptibles iguales o peores a esas no lo turbó, pero esto era distinto... Se llevó una mano al rostro, cubriendo nariz y boca, intentando disimular inútilmente la falta de sosiego antes de recuperarse. Volteó a ver a los lados, aparentemente todo marchaba relativamente normal... Oh, bueno, lo que en ese tipo de lugares puede ser considerado normal, atisbó las expresiones de asco y repulsión en el rostro de Asmos y Vhasil, la consternación de Annak.... Y esa pesadumbre abrumadora, ese escalofrío que hizo corregir la postura de los gemelos, Anuk yacía con las manos entrelazadas en esos largos cabellos negros y Ënki con el codo posicionado en la rodilla, el mentón lo apoyaba en el la palma, ambos pensativos en todo momento... aparentemente tranquilos, pero con ese destello inusual en los ojos y la evidente aversión a todo lo que estaba pasando, ¿Qué hay de Ereshkigal? Se la pasaba de lo lindo, y supo en el fondo de su corazón que al menos no era el único que experimentaba esta terrible sensación. ¿Si acaso tenían miedo? No, nunca fue miedo...sólo repudio, ¿Arrepentimientos? Posiblemente.... ¿El más grande? No haber hecho caso a su instinto ni a Annak cuando este ya se lo anticipó.
De pronto un fuerte chasquido, el ruido sordo y seco del tintineo de los mentales se escuchó; El demonio empleaba ambas cadenas, una después de otra, sujetas a cada una de sus muñecas, a modo de látigo, buscando debilitar a la fémina. En cuando a Azzah-hara, velozmente retrocedía y cada vez se preveía cómo su contrincante la acorralaría, no obstante, esta ya tenía trazadas una lista de planes y posibles estrategias. Siempre preocupada en establecer cierta distancia ante semejante criatura. Fue ahí cuando fuertemente empuñó el mango de su látigo y la lanza, y tieniendo ella en cuenta que la mayoría de los guardias que liberaron a la bestia yacían gravemente heridos por los golpes, agonizantes o muertos, y cuyos cuerpos estaban regados por el campo de batalla. Nuevamente la criatura lanzó dos fuertes golpes de aquellas gruesas y pesadas cadenas, dirigiéndolos a su principal objetivo, pero esta nuevamente los evadía... El demonio no parecía ser alguien muy rápido que digamos, siendo consientes por su gran estatura, peso y tamaño, pero sí bastante fuerte, sin embargo, también estaba debilitado por el maltrato, la falta de agua y alimento. En cambio, la mujer, pese a ser débil era mucho más ágil y veloz, agregad de las cantidades de carne y sangre demoniaca que consumía a diario, para que os hagaís una idea; Uno se tenía que agachar si deseaba atrapar a la mujer, que luego de analizar a su oponente lo atacaba en puntos débiles y críticos.
Y cuando la criatura pretendía utilizar las cadenas, esta usó su látigo; extendió su arma directo al talón de su víctima, y de un tirón consiguió desgarrarle uno de los tendones, trozos de piel, carne y dañar el hueso y la articulación, y pese a que podía regenerarse, naturalmente le tomaría algo de tiempo, mientras que ella aprovecharía ese despiste, ese desliz...
El demonio contuvo en un gruñido gutural semejante grito de dolor, pues no sólo le había dañado el músculo, sino el nervio y rasgado vasos sanguíneos, dejando partes del hueso vivo. Por instantes tambaleó y sus rodillas flexionó, parecía que caería, pero con la pierna sana, misma que tenía atrasada todo el peso de su cuerpo cargó, no obstante, eso no significó que no le dolió y que ante la herida no se inmutó. La espalda ligeramente encorvó y casi por instinto la mano se llevó, como queriendo cubrir el sitio afectado y el flujo de sangre que emanaba de este. Fue allí cuándo la joven su lanza le aventó y el hombro derecho le atravesó, su carne traspasó y no se escuchó otra cosa que el grito, así como el crujido de los huesos que en el campo de batalla resonó. Azzah-hara aún viéndolo totalmente enfurecido, macabramente le sonrió y como quién hace un gesto lascivo de invitación las manos a los pechos se llevó, lenta y graciosamente de la cintura a la cadera se tocó y con los dedos sobre su piel le bailó. Seamos honestos, en un principio la deseó, pero esto mas que anhelar o alimentar sus deseos de poseerla, como un vulgar insulto lo tomó, y pese a la agonía con el brazo izquierdo no fue más que el reprimir de esos alaridos y berridos imposibles de acallar junto con un profundo gruñido, así como pequeñas lágrimas que de esos oprimidos párpados emanó. Rápidamente se arrancó el acero clavado en su lado diestro y cuya articulación, destrozándola traspasó. De este modo regresándole el golpe se la arrojó, desafortunadamente para él, la izquierda nunca fue su lado más hábil, y más con tremendas heridas que digamos que la concentración para la puntería turbaron. La lanza siguió la trayectoria hasta impactar contra la roca y penetrar la punta parte de esta y quedar clavada allí, en cuanto a Azzah-hara, anticipando el movimiento al suelo se arrojó y por un cabello de morir se salvó, pues el proyectil evadió.
El enemigo, aunque un tanto más entorpecido por las heridas, arrastraba cojeando una pierna en la arena. A la par que la mujer cómo podía se levantaba, a su vez que acercarse viéndole a los ojos le desafiaba, y teniéndola tan vulnerable en el suelo como estaba pudo haber dado un tirón con la mano izquierda, la derecha no, puesto que la herida era profunda y tan sólo el intento de levantar dicha extremidad le provocaba un dolor inmenso, para con un simple azote de cadenas domarla, ella fue más rápida y alcanzó a coger una espada, golpeó entonces levemente el suelo, buscando atraer su atención en afán de provocarle aún más, buscando también elevar su látigo para hacer ruido, y observándola el demonio usó su único brazo sano, tirando de la cadena para arremeter contra ella, esta lo esquivó, pero eso no significa que hayan salido ilesos, en especial por el miembro de la criatura; le había enroscado el antebrazo, justo en una parte donde se unía con el codo, no hace falta ilustraros para saber qué fue lo siguiente que ella le causó, aunque encolerizado el demonio, junto con su natural fuerza hicieron que opusiese resistencia y aunque el desgarre fue profundo, tan sólo bastó un tirón de su parte para que el arma se rompiese y dejase a la fémina despojada de su artilugio predilecto.
El demonio, relentizado, y ya bastante magullado vociferó una maldición en la lengua profana en su dolor, pero iracundo no le quitó el ojo encima a la mujer que ahora lo desafiaba con una espada. Decidió atacarla de frente, cansado de jugar con ella. Herido y muy debilitado, tanto por la pérdida de sangre, como de las agudísima y punzante sensación del desgarre de sus tejidos y ligamentos, intentó inclinarse así, usando la mano izquierda, pues de ambas, era la única que podía todavía elevar o abrir o cerrar, intentó agarrar a la guerrera, esta nuevamente lo evadió, aunque con lentitud, las batallas previas y todo habían acabado por físicamente cansarla, más no en ardiente fuego de su ser, después de dos intentos más la cogió de los larguísimos cabellos, y cuando estaba a punto de alzarla para más de cerca mirarla, esta sin pensarlo le hizo dos profundos cortes con su espada, el primero en diagonal buscando, si no cortar esa pierna por la dureza de los huesos, mínimo traspasar su carne y los tendones, y vasos sanguíneos perforarle, este tambaleó, y al instante de espaldas, sobre el suelo cayó. El segundo fue más una estocada al estómago, donde el sable retorció. Acto seguido, y posicionándose sobre sus caderas, ella con las piernas abiertas, en una postura de sometimiento quedó y usando la daga oculta entre sus ropas de los mechones donde él la tenía agarrada, se liberó ella, con cuchillo en mano, macabramente le sonrió y a los ojos le miró, y más que deseos de muerte, era el brillo de esos bajos instintos, semejantes al hambre voraz que tiene una bestia feroz antes de devorar a su presa, aunque esta anhelaba más que sólo carne, entonces él para suerte o infortunio suyo lo comprendió... No deseaba matarlo... Deseaba...
.Las pupilas el demonio ensanchó, Azzah-hara simplemente rió...
Fue entonces cuando la fémina de un simple tajo le despojó de sus ropas, si de ropas deberíamos referirnos a los harapos que lo cubrían de la cintura para abajo. La ira del vil llegó a ser abrumada por la confusión, pero le era claro, se estaba mofando de él. No dejando nada que se interpusiera entre ellos, a excepción de la falda de serpientes, pero poco importaba pues sobre las caderas de la criatura, se había posicionado y el sexo de ambos había con toda la intención rozado, se tomó unos segundos para observar el miembro del demonio y tomarlo con una mano, antes de enterrar el arma en la cresta sobresaliente de su cadera, limitando el movimiento de la articulación y obligarlo a elevar la columna por el dolor, para más placer y diversión de ella, mientras que con la otra se esforzaba por acariciar, estimular el miembro... He ahí que el viento sopló y el pecho de sus cabellos descubrió, dejando a la vista esos senos, aunque pequeños, pero redondos, a la par que hacía graduales movimientos para estimularlo, variando la velocidad, el demonio se sintió más que adolorido y mareado por la pérdida de aquél líquido vital, abrumado y confundido por la acción de la mujer, que si la veis a los ojos no hallaréis nada, ni siquiera una mujer en ellos, sino la negrura del más oscuro de los abismos. Pese a todo esto cierto placer lo invadía, y con ella comenzaba a compartir, recorriéndoles hasta la espina dorsal, tal vez no fuese tan malo después de todo... Podía darle a ella el placer de divertirse un rato antes de que este se regenerase lo suficiente como para matarla y acabarla... Si sabéis a lo que uno se refiere, y de hecho lo intentó cuando la empuñadura de la espada casi tomó, siéndoles cercenados los dedos con un simple tajo de esa afiladísima navaja, cualquiera en ese estado podría morir ya sea por la extrema acumulación de heridas, o ahogado en su propia sangre a causa del sable enterrado en el vientre, de hecho lo hacía....Fue entonces cuando Azzah-hara desclavó ella misma el arma, buscando darle un respiro....Aunque no por mucho. Fue entonces que mientras en vaivén se movía y con una mano el busto se presionaba y viéndolo reducido a un saco de carne se excitaba, con la diestra enterró desde la caja toraxica y el estómago el filo de su arma, exponiendo los órganos internos...traspasando la capa de grasa, piel, músculo, nervio...
Ella prosiguió, jugando con él, estimulándolo. Y pese al inmenso dolor, o el hecho de que su mano fuese muy pequeña, quizá la proporción, su miembro era tan grande como para compararlo con el grueso tronco de un frondoso árbol y poco a poco empezaba a crecer, sintiendo esta en todo momento las pulsaciones que empezaban a pasar por él.
Pero al sentir como la cuchilla traspasase su carne, a la par que ella dejaba que este empezase a penetrarla, la sangre brotaba como fuente por el cuerpo del demonio, mientras la mujer su carne cortaba y a la boca como el más suculento manjar devoraba, engullía, el líquido carmesí cayéndole por la boca relamía relamía y degustaba, desgarrando y masticando trozos del tejido muscular aún crudos entre otros que había despellejado de él. Abrió un poco más el abdomen, metiendo la mano a sus órganos visibles, rompiendo primero parte de las costillas con ayuda del cuchillo, no pudo romperlas todas por la grosura de sus huesos y porque una navaja no era suficiente, pero con tan sólo eso resultó servir. Cogió partes de su hígado entonces, arrancando trozos con furia, arrancándole gritos de dolor, entre tanto ella continuaba disfrutando del acto que hacía con su miembro, no dejaba de cortarlo. Nuevamente metió la mano a sus entrañas y tiró de sus intestinos, con una los cortaba, mientras que con la otra los regaba y como niña inquieta jugaba, poniéndoselos al cuello, cual bufanda, y mientras proseguía el rostro del ser parecía que se decoloraba y sus fuerzas menguaban, a la par que ella seguía sacando más órganos y comiéndoselos, bañándose en su sangre, los siguientes fueron los pulmones y cuando los latidos de su corazón menguaban, ella lo arrancó y sobre el cielo, a la luna en un rugido como de bestia lo ofreció y los espectadores vitorearon con ella, debieron haber visto la expresión en rostro de Vhasil, que hasta para él, siendo una criatura hematófaga, esto lo asqueó, más fue esa aura, cada vez más pesada que a Lucifer afectó, pues a su alrededor miró; Y he aquí que ebrios, ya fuese por alcohol o el éxtasis unos pocos, pero cada vez más de la lucha empezaban a masturbarse y los unos a los otros, en bajas pasiones a entregarse, a la ropa rasgarse y arrancarse...
Fue entonces cuando una delgada y diminuta figura yacía ahora parada sobre el cadáver de la bestia llegó a ser vista desde las gradas y con vos de mandó habló y lo que dijo a más de uno la sangre les heló;
—¡HIJOS MÍOS! – Anunció, su voz era gruesa, áspera, pese a la entonación femenina de algún modo era similar a escuchar a una demonia hablar —¡ROMPED VUESTRAS CADENAS Y LIBERAROS, QUE AHORA SOIS LIBRES Y NI LOS DEMONIOS PUEDEN DETENERNOS! ¡QUÉ SIGA LA FIESTA! –hizo una pausa, a la par que siseó y alentó su tono de voz. Cogió pues una de las espadas que estaban tiradas en la arena y elevándola con un brazo, a modo de victoria o quién presume un galardón, orgullosa la portó —Más...Quiero más...
Y cómo sumergidos en alguna clase de hechizo muchos se levantaron, vitoreando y lanzando voces de júbilo y a ella clamaron y gritaron, semejante a los aullidos y gemidos de animales salvajes, así como el hedor y el olor a sangre fresca que poco a poco se empezó a impregnar en el lugar, llover sobre mojado, como vulgarmente se le habría de llamar. Empezando a desvestirse, las ropas con violencia se arrancaron o simplemente se los echaban a un lado, desenfundando sus armas, o a base de golpes fornicaron y uno al otro se mataron y sobre los fluidos y tripas danzaron, dejando perplejos a los siete viajeros que sin palabras todo esto vieron y escucharon como en nombre de todos los dioses la ovacionaron. Rara costumbre la del pueblo ese, sea lo que fuese ninguno quiso ser parte de esto y decidieron reincorporarse y marcharse calmadamente.
Y mientras caminaban a la salida observaron como uno de los altos príncipes, tan bello se había desnudado se tiraba de la parte más alta, el palco justo en el momento en que Azzah-hara daba su monólogo, con fracturas y todo, magullado a la caída sobrevivió y ser devorado, bañado en la locura y consumido por la peculiar lujuria que ese acto le despertó, que le hiciera lo mismo que al demonio le suplicó. Esta intromisión a la salvaje enfureció y de un simple tajo, tomándolo de los cabellos, la cabeza le cortó. La acabó arrojando a las gradas a ver dónde caía y quién la agarraba.
No les molestó en ningún momento la violencia o el festival de muerte sin sentido, simplemente no deseaban formar parte de la fiesta, pues podrían ser los próximos, no es que temiesen realmente, sino que no deseaban revelarse, así que calmadamente todos tomaron la decisión unánime de marcharse ignorando, o de vez en cuando empujando al loco de turno que los invitaba y casi forzaba a fornicar y ser parte de la matanza, lo peor no era eso, era el hedor que desprendían, estaban sucios y cubiertos de sangre, semilla y toda clase de fluidos junto con los órganos que desfilaban con los gritos y jadeos de placer, semejantes al aullido de los más inmundos animales en celo y no deseaban manchar sus ropas, pues no sabían cuándo podrían cambiárselas o si sería sospechoso presentarse ante cualquier asentamiento en esas condiciones.
—¡¡DÉI HEZZELOR DÉI PHENER!! - Y cuando creían que nada podría empeorar no hubo más que el rugido del estallido sónico cuando un enfurecido Vhasil exclamó... lo siguiente que sucedió, fue el leve quejido acallado por el crujir de los huesos y la caída de todos los dientes, así como el desplome del cuerpo en el suelo y luego tres eternos segundos de un silencio atroz;
Lo que pasó es que uno de los miembros se le había acercado al delicado vampiro y le había cogido del hombro por la espalda, manchando su azulada y fina túnica;
En respuesta Vhasil no controló su fuerza y pegó un golpe de campana hacia atrás; le había triturado la mandíbula y medio cráneo de un instante a otro.
No obstante, para el resto de sus compañeros les tomó tres segundos recuperarse y todavía mareados sacarse a los hombres que se abalanzaban, una medio sorda demonia se había llevado una palma a sus sangrantes, como agudos tímpanos, y aunque no gritó a todo pulmón, es bien conocido lo fuertes que son los gritos de los vampiros, si por eso los llamaron Thuhir. Agregadle que no estaban muy lejos de él.
—¡Demonios! ¡Son demonios! – exclamó un anciano de la horda más que extasiado.
—¡Ella quiere más demonios!
—¡ATRAPADLES!
—¡Vhasil! Si salimos vivos de esto, recordadme mataros...- siseó Asmos, era la mueca de molestia y dolor, con una mano se tapada una oreja, y con la otra desenfundaba uno de sus tessens.
Fue así como empezó la pelea, todos fueron desenfundando sus armas, Ereshkigal sacó su pesada espada. Anuk y Ënki cada uno con el khopesh, Lucifer sacó sus chakrams, Annak no se quedó atrás con el kusarigama, Vhasil finalmente desenvainó la espada. Cada uno con sus armas, arremetiendo contra cualquiera que se les acercase, o siquiera lo pensase, irritados todos, empujando, golpeando, repartiendo patadas y toda clase de movimientos buscando limpiar el camino por dónde pasaban, y al final diría que lo lograron, o eso pensaron...
No les dio tiempo ni de pestañear a los guardias de la puerta cuando Ereshkigal y Annak les cortaron la cabeza, corriendo se fueron dónde los caballos, allí los más pesados se robaron un carro herrado y el resto los más resistentes caballos y tirando de los rieles aceleraron....
Y no fue sino de lejos cuando a la distancia, entre el humo y la sombra numerosos sobrevivientes a la orgía y pertenecientes a la horda salían de aquél recinto, ya sea arrastrándose, caminando o corriendo, dirigiéndose a las casas y los gritos nuevamente se hacían presentes, volviéndose constantes y nuevas voces fundiéndose con ellos, cada vez más fuertes, violando, matando y comiéndose a todo lo que hallasen en frente, fornicando, y no necesariamente en ese orden, realizando actos carnales inapropiados hacia sus semejantes, a la vez que otros corrían con antorchas prendiendo fuego a las viviendas y a las construcciones, incluso así mismos. Ënki miró asombrada cómo más de uno reía frenéticamente al tiempo en que era cortado en pedazos...
¿Lo último que atisbaron? La figura de esa mujer saliendo al final, cargada y sostenida sobre los hombros de dos hombres fornidos, al tiempo que portaba una corona de oro perteneciente a ese noble que se había arrojado a la arena, y proclamada por sus seguidores como la nueva reina, por un momento ella volteó y a la lejanía les notó, y ellos lo supieron, y eso los asustó...
Siguieron así; conduciendo con rapidez, con sólo un pensamiento en la memoria, escapar de allí, y pusieron a los caballos a correr lo más rápido que pudieran, adentrándose más en el desierto. Pasado unas pocas horas, llegaron a encontrarse con un pequeño oasis donde descansaron y los animales tuvieron el privilegio de beber agua y masticar unas hojas, así pues, descansaron, y nadie hablo en todo el recorrido. Sus miradas parecían algo perdidas, quizás sorprendidos y tal vez perplejos por lo acontecido, a su vez que preparaban una pequeña fogata con los pocos suministros que ya llevaban las carretas. una vez que el fuego estaba hecho, Annak, fue el primero en romper el silencio;
—¿Alguien me quiere decir que carajos sucedió ahí?
Los demás se vieron entre sí, tal vez todavía confundidos por lo acontecido en aquel lugar. Fue entonces que Asmos contestó;
—Eso mismo he estado pensando, pero lo único que puedo decir es ¿A eso le llaman espectáculo? ¡Qué vulgar!... Yo lo hubiera hecho más hermoso. Está claro que esa gente simplemente les gusta la basura sin sentido, hubiera sido una obra de arte...
—¡Por favor! - interrumpió Vhasil —Lo que hacéis y lo que hizo ella no es tan diferente; si partir a la mitad a vuestros amantes durante o después de la cópula es lo que llamas "arte".... Pues, ¿Qué os puedo decir? No soy quién para juzgar a los salvajes sin cultura como vos, si no hubierais estado sentada con nosotros, habría pensado que la que estaba en esa arena eráis vos. - y he allí que Asmos con la mirada ya lo asesinó; Los dientes apretó, las cejas juntó y los puños apretó.
—Lo dice el que ha sólo ve escenas épicas en sus cuadros cuando podríais ser vos el protagonista de estás...- Replicó la demonia.
—¡Cariño!... Si fueseis un cuadro, estoy seguro que sería una basura llena de vísceras - le dijo Vhasil tranquilamente el vampiro.
—¡Al menos no necesito permiso de la triada oscura o incluso a la luz para poder salir!
—¡Repetid eso maldita prostituta!
—¡Tengo muy buena memoria, no se me olvida cuando dije que saliendo de eso os mataría!
—Adelante...- respondió el zaino, abriendo los brazos en par, dispuesto a recibirla. —Quiero veros intentarlo. Y cuando Vhasil su espalda enderezaba y el tórax como que se ensanchaba. Asmos gradualmente se transformaba; los cabellos se decoloraban, en la piel a aparecerle empezaban escamas blancas, el color de ojos a violeta le cambiaba y de una mano empezaba a formársele lentamente afiladas garras. No necesitaba las armas para asesinarlo. Sin embargo, fue la voz de una hastiada Ënki lo que por un momento los interrumpió;
—¡OIDME VOSOTROS DOS! –vociferó una fémina —¡Os calmáis o les arranco las bolas!... ¡Y sí Asmos, considero esas bolas de grasa en tus pechos como tal ! - gritó Ënki fastidiada por esa ridícula riña de los dos.
—No sé si vosotros opináis lo mismo que yo, pero la mujer me resultó interesante, me hubiera gustado conocerla, si saben a lo que me refiero...- Insinuó el onni, interrumpiéndolos a todos, al tiempo en que dejaba escapar una risa seca. Ganándose miradas de asco, disgusto y repudio de ellos. Sin embargo, no le importó — Y tal vez retarla a una pelea, me gustaría saber quién gana...
—Yazor Afay...– musitó Ënkhi para sí.
—¡Vos sois peor! – exclamó Vhasil.
Nuevamente reinó el silencio sepulcral y cuando parecía que Asmos, Vhasil y Ënkhi iban a pelear, Anuk interrumpió:
—Decidme que al menos alguno de vosotros puso atención a lo que dijeron de ella...- Eso les tomó un poco de sorpresa, generalmente el solía ser después de Lucifer el más reservado del grupo, pese a sus polémicas costumbres, y sin necesidad de que hablasen, la expresión de sus rostros lo dijo todo —Joder...-sobó sus cienes – Me refiero a su origen, el lugar dónde fue hallada – las esperanzas del menor de los hermanos de que alguien más entendiese la gravedad de la situación se hizo añicos en segundos...esos dos sólo se miraron las caras entre sí y luego posaron los ojos en él, esperando una respuesta. —¡Ese lugar está maldito!...Fue destruido por sus abominaciones sexuales y artes oscuras con los mismos fines, dicen que eran los lugares más inmundos en la historia, peores que los abismos de gut y fash...- les resumió y eso les sorprendió en gran manera.
—Cuentan las historias que nada crece, ni los animales, ni las aves sobrevuelan el lugar después de que fuese destruida la ciudad, unos dicen qué con fuego, otros que las estrellas cayeron del cielo y no hubo sobreviviente alguno....- Prosiguió la mayor. —Y ella fue sacada de ese lugar...esa mujer es una....-no se atrevió a pronunciarlo, la sola idea la llenaba de incredulidad.
—Así es... - habló por fin Lucifer —Lo he estado meditando también, desde la primera vez que la vi. - decía el rubio — Es obvio que sí estuvo en un lugar maldito debió ser muy valiente o muy estúpida por lo que hizo. -hizo una pausa y luego prosiguió —Deduzco que debió haber sido una especie de bruja o nigromante o haber sido parte de un ritual realizado allí, porque no veo alguna otra explicación a su locura, y por lo que veo lo hizo mal... porque el daño fue para sí misma. Agregadle las cantidades de sangre y carne de demonio que ingirió, son letales para cualquier humano, muchos guerreros y hechiceros lo hacen para ganar más fuerza, agilidad y destreza, pero como todos saben, acaban perdiendo completamente el juicio al poco tiempo, ahora bien. Jamás vi a ningún humano ingerir tanta carne y sangre en una sola noche, siendo generosos si sigue con ese estilo de vida le calculo pocas semanas de vida, siendo demasiado piadosos...-Y créeme cuando os digo que Lucifers estaba sonando demasiado misericordioso... — y sobre el hecho de que él resto de las gentes enloquecieran podría ser alguna clase de embrujo o aura de aquel lugar que ella arrastró consigo, o bien, ocasionada por esos brebajes que ella ha estado consumiendo.
Y terminando de hablar todos quedaron callados, pensativos, después platicaron un poco más, el vampiro y la demonia se vieron forzados nuevamente a otra tregua, bajo amenaza de cierta dama que tuvo el valor suficiente para enfrentarse a dos de los más megalómanos y ególatras a la vez. Luego descansaron, pero tomando guardia para cerciorarse de que nadie los siguiese...
Los años y los siglos habían pasado, y la guerra demoniaca había finalizado, el bando de Lucifer había perdido y él acusado de felonía (como muchos de ellos), bastantes de sus generales habían muerto o se habían perdido entre las pocas cenizas de la pelea, algunos más fueron cazados, y los pocos que sobrevivían cada cierto tiempo se enteraba que otro moría. De Asmos... Dígamos que no se volvieron a reencontrar sino hasta muchísimo tiempo después, del único que tuvo certeza de su paradero fue de Vhasil, pues conocía el sello de su dinastía. En fin, cada uno tomó caminos separados... Lucifer optó por hacer lo que muchos, esconderse entre los humanos.
Siglos pasaron desde aquel fatídico día, el apuesto rubio se encontraba caminando en lo que seguía siendo la gran ciudad de Athenas;
Rebosante de vida, era el ir y venir de las gentes, en las plazas públicas y en los mercados, sobretodo en esta época del año, había muchas tiendas al aire libre y las personas andaban de aquí y allá. Lifer se encontraba vagando por aquellas tiendas, abasteciéndose de provisiones, nada especial. No fue sino el atisbo, en una estatuilla de madera de acacia que al principio no le dio importancia, pero le resultó extrañamente familiar así que se acercó más a aquél puesto. Y vaya que la figura si resultó ser especial, tan sólo por el material en sí mismo, no se había desgastado con el tiempo y podía sentir algo en ella, no sólo por estar bañada en oro y plata, sino que poco a poco alcanzaba a recordar cosas:
Tenía muy buen detalle, demasiado realista, tal vez hasta más que las propias esculturas de los dioses griegos, la verdad, se trataba de una mujer usando una protección hecha de huesos que fungía como armadura para su pecho y una falda hecha de lo que parecían ser colas de serpientes. Su rostro, aunque muchos considerarían hermoso, tenía una pequeña cicatriz en la mejilla derecha, su cuerpo traía leves heridas y tenía una pose en el que levantaba la cabeza de un demonio que había sido decapitado mientras ella ponía su pie encima del cadáver destruido de aquel ser. Al ver la inscripción que estaba tallada en la base de la estatua, vio que era el lenguaje de cuñas del idioma sumerio, no le era difícil traducirlo, aunque hacía mucho que no lo usaba o tenía necesidad de usarlo en conversaciones, pero fue entonces que el vendedor se acercó a él.
—Veo que tenéis buen ojo, muchacho...- le dijo — Es una estatua antigua tallada hace muchos siglos, su poder y aura se nota a distancia, una belleza tallada hace mucho que conserva su magnificencia a pesar de todo. La encontramos hace unos años, en uno de nuestros viajes por Alejandría, según nos dijeron fue hallada en las ruinas de una ciudad amurallada. Al parecer es una diosa guerrera que acabó con un demonio, eso cuenta la historia de esa estatua.
—No -corrigió Lifer, mirándolo sería y fijamente. Negó así con la cabeza — No era una diosa..
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Notas de autor;
-Värath-dai es un título en idioma demoniaco, la lengua prohibida que podrán encontrar el bocavulario básico en mi perfil, también se hacen referencias en toda la saga de sangre y acero, su significado es "Nacido/nacida de la sangre"
-Aṣ-Ṣaḥrā es uno de los nombres más antiguos con el que se le conoce al desierto del shaara.
-Daör-Hesha son dos palabras en idioma demoniaco , "tortura" y "hembra" (o en este caso mujer) y su traducción literal al español sería "Mujer de la tortura" o más modernamente "verduga"
-Morgoth , encarnación del mal en la saga literaria del señor de los anillos de J.R Tolkien, al cual le hago referencia.
- La "triada oscura" es (además de ser un término para denominar un conjunto de 3 peligrosas enfermedades mentales)referencia a Sauron, Melkor y la vampiresa Thuringwethil, los 3 señores oscuros que sembraron el terror en tierra media (en realidad se teoriza que thuringwethil pudo ser una miar, de la misma raza que sauron antes de ser corrompida por el señor oscuro, y en escalas de poder es la más débil, pero no la menos poderosa)
-Thuhir es una palabra en idioma demoniaco para denominar a los vampiros, también significa "berrido"
-Kenet además de ser un nombre celta, también se le llamaba así a una región a orillas del río nilo, y significa "tierra negra"
-Quiero aclarar que de las primeras civilizaciones griegas ocurrió en creta, aunque la historia de los coliseos es peculiar, si hubo coliseos en medio oriente, pero llegó a ser después de la caída del imperio romano, desconozco los antecedentes de esos coliseos de gladiadores.
-el color azúl en los tiempos antiguos era el color más caro (y lo siguió siendo hasta la edad media), se cree que justamente en medio oriente (específicamente en la famosa ciudad de Jérico se creó por primera vez la tintura azúl) (en realidad los primeros indicios del azúl fue en egipto, pero era un azúl clarito, el tono de azúl de vhasil es azúl indigo, que fue originado en Jerico)
-un onni, era la versión oriental de un orco o un ogro, se les describía como seres muy altos y fuertes, muy fornidos y brutales.
-Ereshkigal, pese a ser el nombre de un protagonista masculino, es nombre de mujer, perteneciente a una diosa sumeria, señora del inframundo.
-Vhasil es derivado del nombre Vasilie de Rumanía (específicamente escogí nombres rumanos porque de allí provinieron los primeros relatos de vampiros y la historia del conde drácula).
-Asmos, no se confunda con asmodeus, lo tomé de la diosa cananena Ashtaroth.
-ënkhi o enki simplemente, es el nombre de otra diosa sumeria.
-no hace falta que yo mencione de dónde viene el nombre de Lucifer, el primero de los caídos
-Annak, ignoraba el origen del nomre, sólo se me ocurrió al azar, lo juro. pero luego investigué que se trataba de un demonio bíblico del antiguo testamento, padre de gigantes de 4 metros...nephiling, y cuyo nombre significa "cuello largo".
-Un iffrit es un espíritu del fuego en la mitología árabe, en algunos relatos manifestaban que al tomar forma humana (que pocas veces pasaba) adquirían la apariencia de un hombre de raza negra (o mujer si es hembra).
-Las palabras dichas por vhasil en idioma demoniaco su traducción sería "qué crees que haces?"
-Lo que enkhi quiso decir fue; "Otro pendejo/idiota/estúpido"
******Curiosidades;
Hago referencia al cómic de crosseds debido a la ultra violencia utilizada, (lo juro, creía haberlo visto todo, a sade, los 120 días en sodoma, a varios autores de eroguro...la vida diaria de mai-chan, 4a clase biología.... y crosseds sinceramente sobrepasó todo eso, por algo tiene el título de "el cómic más violento del mundo". Especificamente hago referencia en todos los nombres demoniacos y a la protagonista "Azzah-hara", como una versión femenina del "homo-tortor", teoría planteada del origen de la plaga de crosseds en su tomo de "¿el origen?"
anuk y ënkhi cuentan sutilmente la historia de sodoma y gomorra.
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