Brasil es una tierra con rica historia y cultura en la que se mezclan la herencia de los pueblos precolombinos e indígenas, con la influencia de las culturas europeas. Son muchos los mitos y leyendas brasileñas que han surgido con el paso de los tiempos. A continuación les hablaremos de la leyenda de Iasá.

Esta leyenda nos habla de Iasá, una joven de la tribu Cashinahua. Era tan hermosa que el dios Tupá se enamoró de ella, amor que ella correspondía, ambos formaron una pareja enamorada y feliz. Sin embargo, también el demonio Anhangá se fijó en la muchacha, el cual con el fin de impedir que se comprometiera con Tupá y conseguir su amor, acudió a la madre de la mujer con el propósito de pedirle su mano, ofreciendo a cambio todo el alimento que necesitara para el resto de su vida si le era concedida. La madre accedió al trato, debiendo entonces Iasá casarse con Anhangá y separarse de Tupá.

Iasá le pidió a su futuro esposo que le concediera el deseo de volver a ver a su amado Tupa antes de casarse y vivir en el inframundo. El demonio aceptó pero pondría una condición: un corte en el brazo con el fin de que la sangre creara un camino que pudiera seguir.

Sabiendo esto y con el fin de despistar a Anhangá, Tupá intentó con la ayuda de los dioses del Sol, el Cielo y el Mar, crear trazos de distintos colores (amarillo, azul cielo y azul marino respectivamente) que hicieran que el demonio perdiera la pista de Iasá. La mujer, sin embargo, fue perdiendo fuerzas a la par que perdía sangre, hasta el punto de caer al suelo y morir en la playa, sin llegar a reencontrarse con su amado. La mezcla de su sangre y el polvo de la arena que surgió de su choque contra el suelo, formó, así mismo, trazos naranja, violeta y verde. El conjunto de todos formaría el primer arcoíris.

¿Qué te pareció esta leyenda? Deja tu respuesta en los comentarios.