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Mitología africana: dioses

Los dioses de la mitología africana se consideran como seres divinos que tienen el poder de controlar los elementos naturales como el agua, el fuego, el aire y la tierra. Estos dioses también se consideran como los protectores de los seres humanos y de la tierra. También, tienen el poder de bendecir a los seres humanos con la buena fortuna y la prosperidad. Estos dioses también se consideran como los protectores de la justicia y los castigadores de la injusticia. Muchos de ellos, son responsables de la creación del mundo, el bienestar de la humanidad y la protección de la tierra.

Entre la cultura africana, hay una gran cantidad de dioses, cada territorio africano tiene su creencia, de ahí que se divida a las divinidades por categorías, de acuerdo a la zona de África donde se encuentran, de ahí que se categorizan de acuerdo al idioma o religión que profetizan.

Tenemos a:


Deidades zulúes


Umvelinqangi

En la mitología zulú, Umvelinqangi o Mvelinqangi es el padre cielo, el dios omnipresente que se manifestaba como el trueno y los terremotos. Descendió de los cielos al amplio pantano Uthlanga (o Uhlanga) y creó los juncos primordiales del que surgió el dios supremo Unkulunkulu.

Unkulunkulu

(Zulú: el grandísimo) es el creador supremo en el idioma de los zulúes.

En el mito precolonial clásico, Unkulunkulu trajo a los seres humanos y el ganado de la zona de juncos. Creó todo, de la tierra y el agua a los hombres y animales. Es considerado también el primer hombre así como el padre de todos los zulúes. Enseñó a los zulúes cómo cazar, hacer fuego y cultivar.

Con la llegada de los misioneros cristianos, Unkulunkulu se convirtió en el nombre para el ser supremo. Para los cristianos, el nombre significa "Dios". Otros nombres incluyen uMdali "Creador", uMvelinqandi "Anets de todo", análogo a uMvelinqangi en el idioma xhosa.


Deidades aksumitas

Astar

En la mitología aksumita, Astar es la personificación de Venus y dios de la tormenta. Es la versión del reino de Aksum de Attar. Es el padre del dios de la guerra Maher y el dios del mar Beher, deidades ctónicas que personificaban la tierra. Astar tuvo una presencia preaksumita, persistiendo como un dios antiguo en la triada que formó con sus hijos durante el período aksumita.

Beher

En la mitología aksumita, era el dios del mar y líder de la triada formada con su padre Astar, el dios supremo, y Maher, el dios de la guerra. Su nombre ha sobrevivido en el idioma etíope como Egzi'abhër (Dios, literalmente "dios Beher" o "dios de la tierra") durante la época cristiana, Inicialmente, Maher y Beher eran maneras de referirse a un mismo dios de la tierra

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Maher

En la mitología aksumita e himyarita, Maher o Mahrem, era el dios de la guerra, hijo de Astar y equivalente de Beher. Era comparable a Marte y Ares de la mitología grecorromana, que usaron ambas formas de la interpretatio. El dios Maher tenía un lugar importante entre los aksumitas; los dioses del periodo pagano se llamaban todos "hijos del invencible Mahrem", inicialmente, Maher y Beher eran maneras de referirse a un mismo dios de la tierra.


Deidades efik

Abassi

En la mitología efik, Abassi es el dios supremo y creador, esposo de Atai, que vive en el cielo. Al igual que otros dioses, tiene una naturaleza dual: Abassi Onyong "el dios superior" y Abassi Isong "el dios inferior". Los humanos se comunicarían con él a través de Abassi Isong. Los Anang decían que Ikpa Ison, una diosa de la fertilidad y espíritu terrestre mantenía a Abassi en contacto con la actividad terrenal a través de un buitre.

Abassi creó el mundo y el primer hombre y mujer. Ya que no querían que compitiesen con él, decidió que la gente que creó no podría vivir en la Tierra, pero su esposa, no estuvo con él. Ella insistió, por lo que Abassi les permitió vivir en la Tierra con dos condiciones: no podrían hacer crecer su propia comida ni tener niños. Para que no fuera necesaria la caza ni el cultivo, Abassi hizo sonar una campana para llevarlos al cielo, donde comían con él. Sin embargo, la mujer comenzó a labrar la tierra para producir comida. Su marido acordó que esa comida era mejor que la que les daba Abassi. La pareja dejó de comer con Abassi. Con el tiempo, empezaron a tener niños. Abassi le dijo a Atai que tenía razón en no dejar a los humanos habitar la Tierra; le han olvidado. Atai le aseguró que los humanos nunca le igualarían. Para mantener a la gente en el mundo, Atai envió a este a la muerte. La muerte mató a la pareja y causó desacuerdos entre los hijos.

Atai

En la mitología Efik, Atai es la esposa de Abassi, el dios supremo y creador. Tras la creación del primer hombre y mujer, Atai le convenció para permitir a la pareja vivir en la Tierra. Abassi impuso dos condiciones a los humanos: no podían ni cultivar su propia comida ni tener hijos. Cuando la pareja violó las condiciones, Atai envió la muerte a la Tierra. La muerte acabó con la pareja y provocó la división de sus hijos.


Deidades Fon

Nanán Baruqué

Es la divinidad de la llovizna, del lodo, la mediadora entre la vida y la muerte. Su culto es de procedencia fon, ashanti y arará (Dahomey), sobre todo de territorio Mahins.

Nanán Baruqué se considera una energía femenina que representa la sustancia primordial del universo. Nanán Baruqué ama mucho a sus hijos y les desea lo mejor en las tareas que ella ha establecido para ellos en la creación.

Entre los fon y mahins ella es considerada una divinidad hermafrodita, madre y padre de Mawu y Lissá, a los cuales habría dado origen en asociación con la «serpiente del Universo» Dan Aido Hwedo. Para los ewés y minas, es vista como un vodun masculino (Nana Densu), esposo de la gran mãe das águas Mami Wata.

Mawu-Lisa

También escrito como Mahu-Lisa, Mahou-Lissa o Mahu-Lisa, es el gran dios del panteón Fon. Mawu-Lisa es un dios complejo y andrógino compuesto por las deidades Mawu, la mitad femenina, y Lisa, la mitad masculina. Mawu-Lisa simbolizaba los aspectos opuestos de la vida. Mawu-Lisa es descrito como una persona con dos caras. La cara de Mawu es una mujer cuyos ojos son la Luna. La cara de Lisa es masculina y sus ojos son el Sol. El aspecto de Mawu dirigía la noche, mientras el aspecto de Lisa dirigía el día. Lisa y Mawu son hijos de Nanán Baruqué y los padres de Xevioso.

Mawu-Lisa es el creador del universo y dio a luz a los dioses y diosas Vodun. Dividió los reinos del universo entre sus hijos. Solo el hijo menor, Legba, podía comunicarse directamente con Mawu-Lisa. Tanto las deidades, como los humanos deben hablar con él a través de Legba.

Descendencia

Los hijos de Mawu-Lisa son:

Agbé, Avlékété, Xu o Tovodun es el Vodun del mar y jefe de este panteón. Tenía una gemela femenina llamada Naètè, que era también su esposa. Mawu-Lisa fue quien le dijo a Agbè y Naètè que habitaran el mar y comandaran las aguas. Aunque también son asignados por Sogbo, quien les da control sobre todo lo que ocurre en el universo y el cuidado de la Tierra, creándose el mar para que vivieran.

Da Zodji o Sakpata, como los dioses de su panteón: el hijo mayor al que se le confió la Tierra. Es el dios de la viruela y el Vodun de la riqueza o prosperidad. También es conocido como Ayivodun (dios de la Tierra) o Ainon (vigilante de la Tierra).

Sogbo, Heviosso o Hebioso (también escrito Xêviosso o Xêbiosso), como los dioses de su panteón: segundo hijo de Mawu, a cargo del cielo, trueno o rayo y la lluvia. Es el Vodun de la justicia que castiga a los criminales y malhechores, así como cualquier cosa, incluyendo árboles y animales, que son considerados dañinos, aplastándolos, especialmente durante la lluvia. También es conocido como Jivodun (Ji: cielo; es decir, Vodun del cielo).

Gu u Ogu: dios del hierro. Es considerado el dios de los herreros, guerreros y cazadores. Este dios no condona el mal ya que mata a los cómplices del mal cuando se le pide.

Aguê: quinto hijo de Mawu, responsable de supervisar la agricultura y los bosques. Es el dios que reina sobre las aves y todos los animales.

Jo: dios de la invisibilidad, Vodun del aire.

Lègba: hijo menor de Mawu que casi no recibió ninguna dote porque fueron recibidas entre sus hermanos mayores. Esto explica su naturaleza celosa. Sin embargo, se le considera el protector de la ciudad o el país, siempre que se le hagan ofrendas con regularidad. Es decir, si no se le atiende, puede ser un destructor. Es un agitador, provocador, agresor e instigador profesional que de alguna manera está en contra de las acciones de la providencia. Es por lo tanto un dios embaucador. Para evitar caer en su trampa o tener problemas con él, la gente le da ofrendas regularmente.

Además, ellos crearon a:

Dan Ayido, Huèdo o Dan Aidowèdo: dios del arco iris, fertilidad y riqueza. Es el dios que sirve de unión entre el cielo y la tierra.

Dan o Dangbé: dios serpiente, cuyos ancestros son pitones. Es famoso entre los Xwéda de Gléxwé o Ouidah, una ciudad histórica de Benín donde se albergan la mayoría de pitones sagrados.

Tohossou: dios de las aguas y de los monstruos. Habita en lagunas, ríos y pozos.

Hobo Vodun o Hohovi: dios de los gemelos, que también son venerados.

Kinnessi o Kinlinsi: diosa de la brujería. Se cree que su hogar está en Abomey-Calavi, Benín.

Atinmèvodun o Lokovodun: dios de los árboles.

Zo Vodun: dios del fuego.


Deidades igbo

Chuku.

Es el dios supremo, el creador de quien viene todo bien y líder alusi. Sus tres aspectos forman una triada o trinidad:

Chukwu, el gran dios.

Chineke, el espíritu creativo.

Osebuluwa: que gobernaba y dirigía todo.


El símbolo de Chuku era el Sol. Traía lluvia y hacía a las plantas crecer.

Como con muchos dioses africanos, se distanció de sus creaciones. Al principio, el cielo en el que vivía Chuku estaba cerca de la Tierra, pudiendo ser tocado por los humanos. Sin embargo, estaba tan cerca que cada vez que una mujer golpeaba el mortero con su maja, lo levantaba, aunque no prestaba atención. Enfurecido, Chuku movió el cielo tan alto como está ahora. Ala, la hija de Chuku, permaneció cerca de los humanos y se consideraba la madre del pueblo igbo.

El mito igbo del origen de la muerte invierte la leyenda habitual en la que el ser supremo envía dos mensajeros a la gente, uno para decirles que renacerían tras la muerte y otros para decirles que la muerte sería permanente. En la tradición igbo, cuando la muerte entró al mundo, la gente envió un perro a pedirle que devuelva la vida a los muertos. Sin embargo, un sapo oyó por casualidad el mensaje. Queriendo castigar a los humanos, el sapo adelantó al perro y le dijo a Chuku que los humanos no querían volver a la vida tras morir. Chuku aceptó la petición y no pudo revertir su decisión cuando el perro llegó con el mensaje correcto.

Ala

Según los dialéctos igbos, es una deidad de la tierra y la fertilidad, hija del dios Chuku. Aunque Chuku creó las almas humanas, era un dios distante. En contraste, Ala -considerada la madre del pueblo Igbo- era cercana con los humanos. Todo venía de ella; dio a luz a la Tierra y tomó a su gente bajo su protección. Dio vida a los niños y los vigiló durante sus vidas. Como gobernante del inframundo, aceptó a los muertos en su cuerpo (la tierra) y gobernaba sobre los ancestros allí enterrados. Cuando se enterraba a los muertos, los Igbo creían que se convertían en tierra y se unían con Ala. Su esposo es Amadioha, el dios celeste.

Amadioha

Es la deidad del trueno y el rayo para los Igbo del sudeste de Nigeria. Está entre las deidades igbo más populares siendo, en algunas partes de Igboland, llamado Amadiora, Kamalu (forma corta de Kalu Akanu), Kamanu u Ofufe.

Amadioha es el principal y primer dios de la justicia. Habla a través del trueno, golpeando con el rayo. Crea el trueno y el rayo, lanzando "piedras de trueno" a la tierra. Las personas que Amadioha juzga culpables son matadas por el rayo, que deja una marca negra en su frente, o atacadas por un enjambre de abejas. La propiedad de la víctima es tomada normalmente por el sacerdote de Amadioha, siendo el cuerpo dejado sin enterrar y sin lamentar, ya que se consideraba que el castigo era justo por venir de dios. En algunas zonas de Igboland, Amadioha se usa como una ofensa. Los juramentos se suelen jurar a él, provocando penas mortales cuando se rompen.

Aparte de la justicia, Amadioha también es el dios del amor, la paz y la unidad, rezándole para incrementar los cultivos, los hijos en el hogar y la benevolencia. Aparte de las manifestaciones mencionadas de Amadioha, representa, a diferencia de las visiones globales religiosas africanas, una esperanza mesiánica para aquellos en situaciones críticas.

Anyanwu

Es una deidad del Sol, venerada especialmente en la división Nsukka de la zona subcultural igbo del norte. Tanto en privado como en público, se erigen los símbolos de cultos de una planta con un cuenco de tierra, situado en la base de la planta. A veces, la diosa solar es adorada y dirigida en los rezos como si fuera el mismo Chineke. Otras veces, se considera la mensajera de este dios creador a través de cuya ave sacrificada atada en lo alto de un poste de bambú debe alcanzar a Chineke. Una forma popular de ofrecer oraciones a la diosa solar es dirigiéndose a ella como la compañera del rey de los cielos (Anyanwu na eze-lu). Además de la división Nsukka, otras zonas de Igboland ofrecen oraciones y sacrificios a la diosa solar cuando es necesario hacerlo a través de un adivino para propósitos especiales

Ekwensu

Es el dios de los negocios y la tortuga. Astuto en el comercio y las negociaciones, se le invoca para asistir en las situaciones mercantiles complicadas. Como la mayoría de dioses embaucadores, era una fuerza del caos y el cambio, por lo que en aspectos más violentos, Ekwensu también era venerado como dios de la guerra y la victoria que gobernaba sobre los espíritus malvados y las fuerzas caóticas de la naturaleza. Su compañero era Muerte. Con la llegada del cristianismo, los misioneros suplantaron los aspectos más beneficiosos de la deidad y lo tergiversaron como Satán.

Agwu Nsi o Agwunsi

Es el dios embaucador, similar al dios akán Anansi o el dios yoruba Eshu. Su género es desconocido, considerándose que es capaz de cambiarlo en cualquier momento, poseer ambos a la vez o ninguno. Respetado y temido, Agwu es capaz de confundir la mente más clara. Sin embargo, también puede aclarar la confusión, incluso si está causada por la ignorancia humana, la capacidad limitada de la mente humana o por acciones malvadas de otras personas o dioses. Se considera que si le place a Agwu proteger o "trabajar con" un pensador, obtendría una lucidez sin igual. No obstante, al dios le complace crear confusión en la mente, sin haber nada que pueda remediarlo, más que actuar con Agwu para levantar la maldición o idear una información de recogida de información que supere la confusión externa producida por Agwu.

Agwu es el más temido por los dibia, cuyo éxito como adivinos depende de la claridad mental. Por lo tanto, los dibia aprenden sacrificios rituales que deben realizar a Agwu al comienzo de cada sesión de adivinación. Agwu es por lo tanto la deidad patrona de los adivinos.

Ikenga

Ikenga es un dios personal del esfuerzo humano, logro, éxito y victoria. Ikenga reside en la creencia de que el poder del hombre para conseguir cosas está en su mano derecha. También gobierna sobre la industria, agricultura y herrería, siendo celebrado anualmente con el festival Ikenga. Sus dueños creen que trae riqueza y fortuna así como protección.

El Ikenga de dos caras es el concepto más antiguo de Ikenga en Igboland. Es un dios de dos caras, con una cara mirando al viejo año y otra al año nuevo. Esta es la base del calendario Igbo más antiguo. Como dios de los comienzos, tiene el nombre de alabanza Ikenga owa ota.

Ahia Njoku

En la mitología igbo, Ahia Njoku, también conocida como Ifejioku o Aha Njoku, es una diosa menor adorada por los Igbo de Nigeria. Es la responsable de las batatas, un componente importante de la dieta Igbo, y de los hombres que se encargan de ellas (cultivar batata es tradicionalmente un trabajo de hombres en la tribu Igbo, a menos que se esté cazando o cosechando). Los Igbo celebran el festival Ahajkoku durante la luna llena antes del festival de la nueva batata.

Ogbunabali

Es la deidad tradicional de la muerte del pueblo Ikwerre, subgrupo de los igbo. Su nombre se considera una descripción literal de su personalidad, ya que se dice que mata a sus víctimas por la noche, siendo normalmente criminales o los que han cometido un tabú inenarrable.

Enekpe

Era la diosa de la familia y guardiana del destino. Se dice que cuando sus adoradores iban a la guerra y eran amenazados con la extinción, Enekpe se ofrecía como sacrificio para salvar a su gente. Era enterrada viva en el campo de batalla y su tribu fue salvada y su linaje bendecido eternamente por su sangre.


Deidades kiñaruanda

Imana

En la mitología de los kiñaruanda (Hutu, Tutsi) de Burundi y Ruanda, Imana (El creador de todo) es el dios supremo y gobernante todopoderoso de todas las cosas. También puede llamarse Iya-Kare (el inicial) o Iya-mbere (el pre-existente).

En el principio, todos los seres vivos vivían en los cielos con Imana. La muerte no era permanente; si alguien moría, Imana le devolvía la vida en tres días. No intercede en los asuntos terrenales ni puede contactarse directamente, sino a través de ancestros, adivinos, hechiceros o dioses menores, como Ryangombe, el sirviente y expresión de Imana. El rey representa a Imana en la Tierra, así como representa a los humanos ante Imana.


Deidades San

Cagn

También como /Kaggen o |Kaggen, Dxui, |Igauwa, Goha, Hishe, Huwe, |Kaang, Kho, Thora, Xu o Mantis es el dios supremo de los San del sur de África. Es el primer ser y creador del mundo. Es un dios embaucador que puede cambiar de forma, normalmente a la de una mantis religiosa, con aspectos tanto creativos como destructivos. Los numerosos nombres para esta deidad y sus variaciones entre los mitos son reflejos de los distintos grupos tribales en los que están divididos los San.


Deidades shona

Mwari

En la mitología shona, incluyendo los Kalanga, Mwari o Inkhosi, en Ndebele del norte y sur, es el ser supremo y el dador de lluvia; es un dios andrógino. Mwari también era conocido como Dzivaguru (El gran lago). Además de su aspecto dual como deidad masculina-femenina, también era dios de la oscuridad y la luz, del cielo y la tierra.

La mayoría de sus adoradores están en Mozambique, Sudáfrica y Zimbabue. Es un ser omnipotente que gobierna sobre los espíritus. Su adoración data de la época del antiguo rey Monomotapa, del reino Mutapa del río Zambeze.

Según el relato de creación Shona, Mwari creó el primer humano y lo soltó en la Tierra. Los sueños del primer hombre, Musikavanhu, crearon a los animales y aves. La primera mujer también se le apareció al hombre en un sueño y tomó vida cuando él la tocó. Con el tiempo, los humanos se mostraron orgullosos y declararon que Dios estaba muerto. Mwari advirtió a los humanos de los peligros de su orgullo, pero lo ignoraron. Entonces maldijo a la Tierra, enviando tanto sequía como inundaciones, creó animales peligrosos y provocó que la gente se hiciera la guerra entre sí.

Nyami Nyami

Conocido como dios fluvial del Zambeze o espíritu serpiente del Zambeze, es uno de los dioses más importantes del pueblo de Tonga de Zambia y Zimbabue. Se cree que Nyami Nyami protege al pueblo Tonga y lo sustenta en tiempos difíciles. El dios fluvial suele representarse como masculino.

Variadamente descrito con el cuerpo de una serpiente y la cabeza de un pez, un remolino o un dragón fluvial, el Nyami Nyami puede verse como el dios del valle Zambeze y el río antes de la creación de la presa Kariba. El Nyami Nyami suele representarse como un ser similar a una serpiente o dragón, con el torso de una serpiente y la cabeza de un pez. Puede encontrarse en pendientes, normalmente tallados en madera, piedra o hueso, ocasionalmente marfil, plata u oro, tantos en accesorios de moda y como amuletos de buena suerte similares al medallón de San Cristóbal. Los bastones tallados tradicionalmente con la imagen de Nyami Nyami y su relación con los habitantes del valle son populares entre los turistas que visitan Zambia, siendo regalos para los prestigiosos visitantes.


Deidades serer

Kokh Kox

Kokh Kox or Koh es el dios creador de los Noon. Los Noon son miembros del grupo étnico serer de Senegal, Gambia y Mauritania. Kokh Kox es una de las principales deidades de la religión serer. Los Noon se refieren al ser supremo como Kokh Kox en vez de Roog, nombre que usan la mayoría de serer para referirse al ser supremo en el idioma serer. El nombre Kokh Kox deriva de la deidad Koox, el nombre que usan los Saafi normalmente para referirse al divino.

Kopé Tiatie Cac

También conocido como Koh y Koope (idioma ndut: "dios abuelo" o "dios el abuelo") es el creador supremo de la religión serer. Kopé Tiatie Cac es el nombre usado por los Ndut para referirse al ser supremo. Entre los Ndut y los seguidores de la religión serer, Kopé Tiatie Cac se asocia con la muerte y la peste.

Roog

Roog o Rog, es el dios supremo y creador de la religión serer de la región de Senegambia. En serer, roog significa cielo o los cielos. Roog suele mencionarse como Roog Sene (Rog Seen, Rog Sene, Rooh Seen), que significa Roog la inmensidad, o por extensión, el dios misericordioso.

Los Serer creen que Roog es un ser incorpóreo hermafrodita, poseyendo naturaleza tanto masculina como femenina. Dependiendo de la situación, un individuo puede intentar evocar su lado masculino o femenino usando el pronombre apropiado, aunque las obras académicas escritas en francés e inglés usan normalmente el pronombre masculino.

Takhar

En serer y cangin, Takhar o Taahkarr es un semidios entre los serer, grupo étnico encontrado en Senegal, Gambia y Mauritania. Takhar es el dios de la justicia y venganza en la religión serer. Como dios de la justicia, Takhar es el patrón perpetuo de todos aquellos que trabajan dentro del poder judicial y en temas legales.

Los serer veneran a Takhar para llamarlo contra los daños, opresión o magia malvada infligidos por otros. Takhar es adorado en la base de los árboles y en la Luna nueva, los espíritus atmosféricos del aire y la noche son "conjurados con encarnaciones misteriosas". Las ofrendas a Takhar se depositan en la base de los árboles más altos del bosque. Se le sacrifica ganado y gallinas y son llevados al santuario sagrado, junto con mijo, frutas y verduras. Como las ofrendas a cierto Pangool, los festivales sagrados se celebran en el bosque sagrado.

Tiurakh

Conocido como Théourakh, Thiorak o Tulrakh, es uno de los semidioses de los serer de Senegal, Gambia y Mauritania. En la religión serer, Tiurakh se considera el dios de la riqueza o la propiedad. Como su adversario Takhar, dios de la justicia, son venerados y adorados en la base de los árboles más altos.

Tiurakh es venerado por los serer por razones materialistas, como adquirir y/o mantener su riquezas, como sus tierras o joyas, normalmente en oro y plata. También se asocia con el éxito y puede evocarse si se empieza un nuevo proyecto. Por ejemplo: pasar por el rito Ndut, comenzar un negocio, construir un nuevo hogar, pasar un examen, la ganadería, la agricultura o comenzar un nuevo contrato.


Deidades yoruba

Ogun

Ogun es la deidad tradicional de los cazadores, herreros y conductores en la religión yoruba. Los seguidores de la religión yoruba pueden jurar decir la verdad en juicio "besando una pieza de hierro en nombre de Ogun". Los conductores llevan un amuleto de Ogun para evitar los accidentes de tráfico. Se decía que fue el primer orisha en descender al reino de Ile Aiye (Tierra) para encontrar un lugar adecuado para la futura vida humana. En algunas tradiciones, se dice que abrió camino a otros dioses para que entraran en la Tierra usando un hacha de metal y la ayuda de su perro. Para conmemorarlo, uno de sus nombres de alabanza, u oriki, es Osin Imole o "el primer orisha primordial en llegar a la Tierra". También es considerado como el dios de la guerra y los metales.

Oshun

Es la representación del amor, placer, belleza, diplomacia y del río Oshún. Se la consideraba generosa y benigna, así como la primera orisha creada. Era una de las esposas de Shango, el dios del trueno y el rayo. Oshun es una de los 400 guardianes espirituales y deidades del llamado Ifá, la tradición religiosa yoruba de la gente de África occidental. Cada orisha tiene sus propios seguidores, que son responsables de erigir santuarios, pagar tributos, rezar y proporcionar ofrendas. Oshun se considera una de las orishas más poderosas, y como los demás, posee atributos humanos.

Olokun

Olokun (Dueño del mar) es el dios del océano, que vivía en un mundo de mar, pantanos y bruma. Su género varía según las tradiciones. El significado de Olokun es amplio. Conocido como el dueño de las grandes aguas, Olokun simboliza las profundidades más insondables de los océanos y los mares. Se le suele asociar con Yemoja, la madre de los peces, representando juntos la abundancia, fertilidad, riqueza, curación y toda la fuente de vida y sus misterios Simbolizando el océano, tanto Olokun como Yemoja están asociados con las espumosas olas blancas y el azul profundo. Como Yemoja, ella es una mujer corpulenta con miembros de pez de barro que sostiene un cocodrilo en una mano y una serpiente en la otra.

Oba

Es la deidad del río Oba, que nace cerca de Igbon, donde se originó su culto. Durante las guerras del siglo XIX, su centro de culto se desplazó a Ogbomosho, más segura. Es tradicionalmente identificada como la primera esposa de Shango, orisha y tercer rey del imperio Oyo. Oba fue engañada por Oshun para cortarse la oreja y alimentar con ella a Shango.

Babalú-Ayé

Su nombre significa Padre o señor de la Tierra, fuertemente asociado con las enfermedades infecciosas y la curación. Su nombre señala a la autoridad que ejerce el orisha sobre todas las cosas terrenales, incluído el cuerpo, riqueza y posesiones físicas. En África occidental, se le asociaba mucho con las epidemias de viruela, lepra, gripe, ébola y VIH. Aunque esté tan asociado con la enfermedad, Babalú-Ayé también es el espíritu que cura estos males. Tan amado como temido, Babalú-Ayé es llamado a veces como la "Ira del dios supremo", porque castiga a la gente por sus transgresiones. La gente sostiene a Babalú-Ayé en gran respeto y evita llamarlo por su nombre real, ya que no quieren invocar epidemias.

Oya 

También conocida como Oyá u Oiá, es la orisha del río Níger y una de las esposas de Shango, el dios del trueno y el rayo, así como uno de los siete orisha principales en la religión yoruba. La gente temía su ira; cuando se enfadaba, enviaba tornados y huracanes para derribar los edificios. Según la tradición, Oya servía como guardiana de las puertas de la muerte, aunque no representa a la muerte. Debido a su posición, tiene una relación especial con el mundo de los ancestros. Oya es lo opuesto a la muerte; es el aire que respiran los humanos y puede perpetuar la vida o la muerte con su ira.

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