Veinte
Llegó la hora de saber que piensan los demás jeje :3
Liam
A veces pienso que no debería haber venido al mundo,no soy el favorito de Dios,él se empeña en ponerme a prueba una y otra vez,a veces creo que no existe.
Camino por los pasillos atestados de estudiantes,observando mis pies,nadie en el instituto me habla,no es que antes los hicieran pero...al menos me miraban a la cara y no me ignoraban descaradamente como si tuviera alguna enfermedad contagiosa.
"Asesino"
Murmuran con expresiones de asco en sus rostros,observandome por encima del hombro sintiendose superiores,pero también hablan con miedo,lo veo,conozco cada faceta de esa palabra,para alguien que ha vivido con ella bastante tiempo como para conocerla muy bien.
Me alejo,no porque ellos me intimiden,aprendí a ignorarlos,de lo contrario me volvería loco.
Cruzo la cancha para llegar a las gradas,allí casi nunca hay personas y mirar hacia la nada es una de mis cosas favoritas.
Mi teléfono vibra en mi bolsillo.
Me apresuro a tomarlo pensando que pueda ser mi mejor amiga,después de las tantas llamadas que le hice preocupado haya decidido llamarme,pero el nudo se acentúa en mi garganta al darme cuenta que al contrario de mi mejor amiga,la que llama es mi madre,si es que se que puede llamar así,sinceramente todo lo que me ha pasado es por su culpa.
Cuelgo.
Y meto la mano en mi bolsillo sacando una "pastilla de la felicidad" como la llaman,prometieron que te ayuda a no pensar.
Justo eso necesito.
La coloco debajo de mi lengua,esperando que se desaga,mi sangre bombea con anticipación.
Suspiro.
—Maldito mundo de mierda.
—Nadie te obliga a habitar en él—se escucha a una voz a mi lado.
"No es posible"
La observo,es una chica,bastante rara.
Su falda apenas la cubre,esta muy por encima de lo establecido,tatuajes adornan su piel pálida de los muslos,su corbata no esta anudada y solo reposa alrededor de su cuello como una medalla,lleva el cabello corto y su nariz esta adornada por un pircieng.
"Sin duda es valiente y loca"
Lo segundo justifica lo primero.
—¿Qué tanto me ves?—sus ojos con delineador negro me lanzan una mirada arisca.
—¿Sin miedo a que te mate?—le respondo su pregunta con otra pregunta.
Lanzo una carcajada,la pastilla ya empieza a cobrar efecto o solo soy yo de una manera mas suelta y despreocupada.
—Pinta de asesino no traes,mirate—levanta su mano para pasarla por mi cabello pero en un acto reflejo me muevo antes de que me alcance.
—Me siento estafada—vuelve a hablar estirando sus pies.
Observo a lo lejos,perdiendome en algún punto de lo que tengo adelante,sin responderle,justo ahora no me apetece hablar.
—¿No vas a decir
nada?
Gruño en señal de molestia.
—¿Por qué sigues aquí?
—Porque me apetece,la escuela no es tuya,por lo tanto,puedo ir donde me plazca,siempre hago lo que quiero y...eso está bien,deberías intentarlo.
—¿Que te hace pensar que no lo hago?
—El chico que se droga en las esquinas...mmm creo que no— suelta una risilla y se levanta sacudiendose la falda.
Me es inevitable no observarla.
—...y ahora me largo,porque quiero—me guiña un ojo y empieza a descender.
Siento alivio,de volver a mi soledad y no sentirme atosigado por gente molesta que le encanta entrometerse en la vida de los demás.
Vuelvo a quedar en silencio,y los gritos de lo que pasa perforan mi cabeza,tal vez que la chica rara se haya ido si me afecta,con ella no recordaba todos mis fallos.
Marcos:
Traspaso la puertas de la cafetería y enfoco a lo que busco de una. manera rápida.
"Mi adorada prima es llamativa"
No porque sea execivamete hermosa,sino por su vestimenta y sus cosas raras,definitivamente no encajamos.
Aún con él uniforme,la gente voltea a verla extrañado con tantos tatuajes y accesorios.
Camino hacia ella que juega con una pajita en el café.
—¿Tuviste problemas por venir?
—¿A caso no me conoces?
Ruedo los ojos.
"Siempre hace lo que se le viene en gana"
—Tenemos trabajo esta noche.
Sonríe y apoya sus codos en la mesa.
—¿Ahora si quieres jugar conmigo? Me enteré que andas con nuevos amiguitos y que anoche salieron sin mí.
—Son amigos de Aghata.
—Ummm...ahora si quieres hablar de la chica no muerta ¿me extraña que siga con vida?
—¿Por qué?
Juega con la pajita en los labios.
—No te hagas el tonto.
—Basta,no quiero hablar de eso.
—Entiendo,pero que no hables de ello no quiere decir que no pasará.
—Adamelis...—le digo con tono de advertencia.
—Marcos...
Estiro mis piernas por debajo de la mesa y me recuesto en el respaldar de la silla.
La cafetería es sencilla,sus paredes de un tono blanco huesudo es muy particular,pues cada persona que viene puede colocar su firma o incluso una frase,y eso está bien,la vida se trata de eso y al final,luego de unos sesenta años,es la única pequeña marca que queda en este mundo,pues puede ser que ya no existas.
Vuelvo a mirar a la chica.
—Adamelis...dime,me vas a ayudar o no.
—Me parece un poco ilógico que me pidas algo y no digas que es primero—sorbe el café.
—Necesito recuperar algo que es mío.
—¿Tuyo?entonces...¿Por qué lo entregaste?
—Digamos que me lo arrebataron,confíe en alguien que no supo como protegerlo,por eso no confío en nadie—sonrió de lado.
—Pero lo hiciste.
—Me quedó claro que no debo ayudar más a tu padre.
Sus botas tocan mi rodilla de una manera delicada y secsi...por debajo de la mesa.
Ella siempre ha sido lanzada,no se porque aún me sorprende.
—Porque ha sido él...—se recuesta un poco más a la silla elevando el pie por debajo de la mesa,buscando mis piernas,frotando la rodilla para después ir subiendo un poco más arriba,casi rozando...
—Adamelis...—le digo en tono duro para que no lo tome a juego.
—Umm...—su voz es casi un ronroneo,y eso me desespera.
—Deja de hacer eso ¿no te da vergüenza?
Suelta una carcajada cínica.
—¿Por qué debería? Me la hiciste pasar mal ayer,tuve un dolor de cabeza de la ostia,vienes a mí,buscando ayuda ¿y yo que gano?
—¿Todo siempre tiene que ser a cambio de algo?
Resoplo
—Sabes lo que quiero,y me lo darás,porque sin mí,sabes que el ritual no se hace primito.
***
Hecho otra mirada a la habitación de hotel,lo he hecho una seis veces desde que llegue,tratando de distraerme.
—Ven,me invita a la cama.
La miro.
—Deja de actuar como si fuera la primera vez que lo hacemos,sin sentimientos y con protección no hay nada de que preocuparse,somos poderosos juntos Marcos.
Hago una mueca.
—Aunque digas que esto no lo elegiste y que es una maldición,No puedes negar que es un don,sólo piensa,podemos ver el futuro ¿qué más quieres?
—Ay Adamelis,nunca has entendido nada—digo con decepción.
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