Empujo con cuidado la tapa desde dentro,cayendo hacia el vacío,mientras hace un estruendo leve.

Espero unos minutos esperando a ver si nos dan alguna señal del vigilante,pero al teléfono no llega ninguna llamada aún.

Marcos deja caer la soga por el orificio hasta que toca el suelo.

—Listo,baja con cuidado y trata de hacer el menor ruido posible.

Me aferró a la cuerda y comienzo a descender.

Mis pies tocan el suelo con un sonido sordo,me apresuro a destapar el cristal y tomar el libro.

Es de gran tamaño,recuerdo cuando venía de visita aquí por la escuela primaria,es el libro de la historia de la ciudad,donde está la historia de todas las grandes figuras y sus escritos,todo juntado en un sólo ejemplar.

Procedo a abrirlo y reprimo un grito de horror,al ver las páginas ultrageadas,está hueco,sólo para proteger el arma homicida que la policía tanto a buscado.

La hoja del cuchillo resplandece,limpia y filosa.

Alguien lo ha limpiado.

"Mierda"

De todas formas lo tomo con una parte de mi sudadera,cuidando de no tocarlo y colocandolo en una bolsa de plástico.

Luego cierro las páginas del libro nuevamente y lo coloco donde estaba en un inicio.

Marcos me observa desde arriba,elevo los pulgares y él asiente con la cabeza,luego me hace una señal para que ascienda nuevamente.

Nos arrastramos por el conducto de ventilación de regreso,hasta colocar los pies en el asfalto del callejón.

Al llegar el ambiente lo noto incómodo,Logan y Sandra no se miran uno al otro y eso es raro.

¿Qué habrá pasado aquí?

Marcos los ignora comenzando a hablar.

—Listo,todo está hecho ¿alguna novedad por aquí?

Sandra sacude la cabeza,Marcos frunce el ceño pero igual no le da importancia.

—Llevaré el cuchillo a la policía a ver si pueden encontrar algo.

—¿Podemos acompañarte?—hablo por todos y se enconje de hombros.

Caminamos hasta la estación,al entrar los pitidos me perforan el oído,un grupo de personas están sentadas en sillas y policías se pasea de aquí para allá,nos miran con curiosidad,algunas caminan con un vaso de plástico con líquido oscuro en las manos,leyendo carpetas sin detenerse.

"Todos están en un constante movimiento"

Marcos pregunta por él y se devuelve sentándose a mi lado.

—Van a avisarle a Rafael que estamos aquí.

Estira sus piernas y se acomoda en la silla apoyando su cabeza en la pared.

Sandra y Logan están en lados opuestos de la sala,ambos sin mirarse y pensando en Dios sabe qué,Liam me observa,está sentado a mi lado derecho.

Pasa una hora y el famoso Rafael no llega,he sido testigo de las constantes llamadas que han realizado a la recepción,las huidas apresuradas de los uniformados,víctimas que vienen a denunciar,delincuentes que son esposados,mi mente se agota,mis músculos comienzan a doler por el esfuerzo hecho esa noche y mis párpados amenazan con cerrarse cuando el sueño me invade,lucho por mantenerme despierta,pero finalmente me rindo cerrandolos aunque sea por unos minutos.

—¿Tienes hambre?—escucho a mi lado.

Abro un ojo,encontrándome con su mirada que altera mis sentidos.

—Un poco—murmuro,Liam tiene la cabeza recostada a mi hombro mientras duerme.

—Ven conmigo—susurra el rubio.

Me incorporo y Liam se acomoda en el frío cabezal de la incómoda silla,pero aún así sigue dormitando.

Camino detrás suyo dejando a la estación atrás mientras caminamos calle abajo en busca de un puesto de comida rápida,me sorprende encontrarlo a estas horas.

Pedimos hamburguesas papas,zumo y un donauts para mí.

Después nos dirigimos hacia la mesa más alejada de los cuatro grupos de personas que comen bajo las estrellas a estas horas de la noche.

Tomo asiento y Marcos coloca el plato frente a mí,colocando el zumo y las papas en un orden perfecto,mientras le coloca un poco de salsa a las papas.

—Come—me ordena sin él aún tocar bocado.

—¿Por qué tu no lo haces?—pregunto.

Me confunde cuando hace estas cosas,unos días es amable y otros se comporta como si fuera un ogro.Necesito saber a qué juega,que es lo que quiere de mí.

—Vinimos por ti,yo así estoy bien,verte comer me llena de algún modo.

Apoyo las manos encima de la mesa alejando el plato frente a mí y entrelanzando mis dedos.

—¿Por qué haces esto?

—Quedamos en que nada de preguntas.

—Yo necesito respuestas.

Mira hacia el cielo y suspira.

—"Si dos personas se aman no puede haber un final feliz"

—¿Literatura?

—No es sólo eso,es la gran certeza que cierran esas palabras.

—Tu no me amas—afirmo—¿no se cual es tu maldito miedo?

Toma una papa y me la acerca a la boca,la abro despacio tomándome y masticandola,sintiendo como explotan los sabores en mi boca.

—Se me sale de control Agatha—pasa su pulgar por mi labio inferior,limpiando un rastro de salsa que se encontraba en la esquina de mi labio.

—¿El qué? No te entiendo.

—En que la maldita afirmación que te hice se  revierta,que el maldito karma me destruya,que sea yo el que no pueda vivir sin ti.

Me pierdo en él y en el negro de sus ojos.

¿Podría hacerlo?

¿Podría caer junto conmigo?

—Hazlo—le digo en un ruego—por favor inténtalo por mí.

—¿Y si me destruyo?—pregunta en un susurro.

—Valdrá la pena—sentencio.

Esas palabras bastan para que se ponga en pie,en un abrir y cerrar de ojos esté entre sus brazos y el calor de sus labio me invadan.

Su movimiento es lento pero aún así exitante,me entrego a él a pesar de que pueda que nuestro cuento no termine bien, que sea una de esas historias dolorosas con un final fatal y trágico,donde uno de los dos,debe morir.