En principio podríamos responder que somos materia, pero si no aclaramos qué es la materia no habremos avanzado un solo paso.

En último término, la materia conocida (hay materia oscura que no se sabe de qué está hecha) consiste, según el modelo estándar y salvando la teoría de las cuerdas, que ya trataremos, en dos tipos de partículas básicas: electrones y quarks. Los quarks se agrupan para formar protones y neutrones, que van a constituir los núcleos de los átomos, núcleos alrededor de los cuales girarán los electrones.

Esos dos tipos de partículas básicas (electrones y quarks) se toman como indivisibles y con aspecto puntual. En cuanto a su constitución podemos considerarlos como energía concentrada y sujeta. Se supone que el Big bang comenzó sin materia alguna y que su energía fue condensándose para dar origen a toda la materia conocida del Universo.

Hoy día se puede crear materia en el laboratorio a partir de energía. Solo que cada partícula creada irá acompañada de su antipartícula (El problema de la antimateria lo trataremos en otro capítulo).

Hay, pues, una jerarquía de estructuras a partir de electrones y quarks, que va desde los núcleos hasta los cuerpos macroscópicos como nosotros, pasando por átomos, moléculas, etc.

Es evidente que esas estructuras formadas a partir de las partículas básicas no podrían existir si no hubiera fuerzas que las mantienen unidas. Sin ellas, las partículas vagarían solitarias, sin hacer caso unas de otras.

Hay dos fuerzas nucleares, la fuerte y la débil, que se encargan de mantener unidos los quarks dentro de los protones y neutrones y a estos dentro del núcleo de los átomos. Además, hay otra fuerza, la electromagnética que se encarga de formar átomos incorporando los electrones, de formar las moléculas y los cuerpos medianamente grandes como nosotros. De mantener la cohesión en cuerpos mucho mayores, como planetas, sistemas estelares o galaxias se encarga la fuerza de la gravedad. Cada una de estas fuerzas tiene una distancia de acción más allá de la cual se convierte en insignificante. El radio de acción de las fuerzas nucleares es reducidísimo, pero su intensidad dentro de él es muy grande. Más adelante veremos cómo todas esas fuerzas realizan su cometido, pero nos interesa resaltar que se cree que esas cuatro fuerzas son manifestaciones de una sola. Por eso se está buscando su unificación.

La idea es que al desarrollarse el big bang en el tiempo e ir descendiendo la temperatura, se fueron dando una especie de "transiciones de fase" en las que cristalizaron cada una de esas fuerzas a partir de la fuerza impulsora originaria. Podemos pensar en el símil de las transiciones de estado del agua (u otros materiales), sólido, líquido y gaseoso, que en principio parecen fenómenos muy diferentes, pero en realidad no son más que cambios debidos a un solo responsable, el calor, transiciones que se van dando al llegar a unos umbrales determinados de temperatura (congelación, ebullición, etc).

En otro orden de cosas y siguiendo un enfoque holístico, podemos señalar que "el todo es más que la reunión de las partes". Una fotografía solo contiene, a nivel de componentes, una serie de puntos con una distribución determinada, pero no podemos decir de ella que consiste únicamente en una colección de puntos. También hay una imagen y esto convierte a ese todo en algo más que la suma de las partes.

De la misma forma, el ser humano es algo más que la suma de sus componentes biológicos. De su sustrato cerebral emerge algo nuevo, algo que no es solo la colección de sus neuronas y sus impulsos eléctricos. Es algo que se desarrolla en otro plano, fuera del espacio, y que es influenciado y a su vez influencia sobre el plano inferior donde yace el sustrato neuronal. E incluso ejerce influencias sobre detalles del mismo plano superior, puesto que hay pensamientos que influyen sobre pensamientos previos (si no nadie podría cambiar de ideas). Pero este asunto de la categoría espiritual del ser humano lo dejaremos para más adelante.