37★
Bruno no dejó de mirar a la morena, mientras ella saboreaba la comida, pensando en lo que se sentiría teniendo esos labios junto a los suyos. Ella le Okrespondía a sus miradas unas veces con sonrisas y otras sacando sus afiladas unas como una gata salvaje, parándose los pies a la mínima insinuación.
La comida estaba apunto de terminarse, tenía que inventar algo, alguna escusa para quedarse un rato más. Se puso en pie, y puso algo de música, conectando su móvil a los altavoces del jardín. Sabiendo perfectamente lo que debía poner, animando a las chicas a cantar.
— ¡Vaya! Me sorprende que tengas buenos gustos en música— dijo Aurora al escuchar los primeros acordes de una de sus canciones preferidas de Ed Sheeran.
Robert le miró atónito. ¿Como podía haber sido capaz de acertar de pleno con eso, cuando sabía de sobra que el no escuchaba ese tipo de música. Pero Bruno nunca le diría que se pasó esa noche investigando sus redes sociales.
— Ya que estáis tan… simpáticos, podíais traer algo de beber, ¿No? — pidió Abril, volcando su vaso probar que estaba vacío.
Robert clavó la mirada en ella y con una leve exhalación accedió, animando a Bruno a acompañarle, dejando solas a las chicas.
— ¿Vas a dejar de ser tan terca? — preguntó sorprendida Aurora.
Abril se encogió de hombros y sacó unos vasos de chupito del mueble — Supongo que tienes razón y guardar rencor por algo de lo que no estoy segura si pasó… no tiene sentido. Creo que ya es momento de … no sé. ¿Al menos intentar no matarnos?
Auri movió la cabeza en señal de afirmación y guardó silencio al ver acercarse a los chicos, que traían algunas botellas de licor, refrescos y hielo con ellos. Abril sonrió a Robert arrancando de sus manos la botella de tequila y sirvió los vasos de chupito para ella y su amiga mientras ellos rellenaban sus vasos con refresco.
— ¿Y dónde has dejado a tu novia? No te ha llamado en todo el día. — Preguntó la pelirroja con un tono un tanto celoso, intentando disimularlo con una sonrisa, mientras llevaba el chupito a los labios.
— ¿Mi novia? — Robert contestó con otra pregunta, sin saber muy bien, de que le habla.
— Si... Tu novia. La zorra esa, que se acostaría hasta con su hermano, si es que no lo ha hecho ya. — Contestó muerta de risa. — !Ay! Perdón. Debería tener más respeto a mi futura cuñada. — añadió, jugueteando con el pelo, como si solo hubiera sido una travesura.
— Cómo te pasas ¿No? — contestó Bruno.
— ¿Acaso tu no te has acostado con ella?— Preguntó Abril, cruzándose de brazos mirándole a los ojos, dejando más evidente aún que estaba en lo cierto con su afirmación.
Bruno sabía de sobra a quien se refería, pero no creía que Abril supiera ese capítulo, pero decidió que era mejor ni afirmarlo ni desmentirlo. Al fin y al cabo Claudia era su amiga, y si ella era una zorra, él no era mejor que ella.
— No creo que deba hacer pública la lista de las chicas con las que me he acostado. Pero tampoco creo que ninguna de ellas sea una zorra.
— tampoco creo que pudieras hacerla pública, si ni siquiera recuerdas sus nombres. — siguió molestándole Abril.
— y yo pensando que íbamos a tener una tarde pacífica. — trató Auri de hacerla entender.
— Pues no sé de quién me hablas. — Mintió Robert, evitando que empezaran una discusión ellos. — pero hace años que no tengo de eso. Me salió un salpullido la última vez que tuve una, creo que me dan alergia. — contesto dejándola claro que no había vuelto a estar con ninguna. Ella sonrió aliviada, aunque un poco molesta por lo del salpullido. —¿ y tu? ¿Dónde has dejado a tu novio?
Abril se mordió el labio inferior, haciéndole sufrir a la espera de su respuesta.
— A mi sí que me salió salpullido contigo. ¿sabes? Eres como un puto grano en el culo. — atacó riéndose con malicia. Sin contestar a su pregunta.
Robert la miró pasando la lengua entre los labios sin decir nada. Tarde o temprano descubriría si había alguien en su vida o no.
— ¿Vais a empezar otra vez? — se quejó Bruno haciendo que Abril dejara el tema. — ¿Podíamos jugar a algo?— propuso después normalizando la situación.
— Un … ¿yo nunca? — contestó Abril viendo la oportunidad perfecta de averiguar la verdad.
— Que va. Yo paso. — se negó Robert.
— No recordaba que fueras tan aburrido, — Le picó Abril. —¿O acaso tienes miedo de que descubramos algo turbio? .
— Si, eres un aguafiestas. — Sentenció Auri. — Aunque yo tampoco juego, tengo que conducir y ya me he pasado.— dijo ésta como excusa para dejar el juego de lado.
— No hay nada turbio, hermanita. — contestó creyendo que se libraría del juego. — Solo que prefiero beber cuando no estás cerca.
— Solo una copa, no las cargo. — propuso Bruno
— Por una vez, estoy con Bruno. — Apoyó Abril, deseando ver cómo su amiga se deshacía de todas las defensas.
—Por poco que las cargues... Tengo que conducir. Y si me mato, no se perderá gran cosa, pero no quiero que sufra tu conciencia. — dijo negándose de nuevo.
— No sufras por eso. Si hace falta te llevo yo personalmente. — Se ofreció Bruno.— Aún no he bebido.
— Ni lo sueñes rubito, contigo no voy ni a la esquina.
— ¡Vaya! Ahora que iba a decir yo que vale... Pero parece que igualmente no se dará. — Dijo Robert bebiendo de su refresco relajadamente.
— Ok. Acepto. — Accedió Aurora solo por dejar mal a Robert. Y a éste no le quedó más que ceder.
Robert se quedó tranquilo al ver a Bruno preparando las copas. Sabía de sobra, que no entraba en sus planes que ellos se emborracharan, así que el alcohol que no echaba en sus copas terminaba en las de ellas.
— Muy bien, pregunto yo.— Se rio Abril tomando la iniciativa con su vaso en la mano. — Yo nunca... Me he acostado con una chica. — dice con la intención clara de hacerles empezar a beber cuánto antes.
— Pero tiene que ser un trago, por cada chica. — añadió Aurora, muerta de la risa, siguiéndola el juego.
— ¡Tu estás loca! No creo que haya tanto alcohol en esta casa, para que Bruno cumpla. — Bromea Robert, descojonándose.
Bruno le clavó la mirada, llamándole idiota con los ojos. Bastante fama tenía ya como para que su amigo le dejara en evidencia y le dio un solo trago ignorando aquella parte del reto.
— Muy bien... Ahora me toca a mi — Se adelantó Aurora, que no aguantó la risa. — yo nunca... He hecho un trío. — retó esperando que alguno le sorprendiera y así fue.
Bruno se pasó la mano por el pelo... Y tapándose la cara, muerto de la risa, vuelve a beber.
— No se para que he propuesto ningún juego. — pronunció entre risas.
Robert le miró atónito. Después miró a las chicas que parecían tan sorprendidas como él.
— ¿Que es lo que me he perdido? — le pregunto a su amigo.— a partir de ahora habrá que dar explicaciones si las pedimos ¿Ok?
— No me miréis así, son cosas que pasan, yo no tengo la culpa de que vosotros seáis unos mojigatos.
— ok. soy un mojigato. ¿Pero eso cuando ha sido? — preguntó Robert muerto de la intriga. Mientras las chicas exageraban el gesto de querer saber más, apoyando el codo sobre la mesa y la mano sobre sus barbillas sin apartar la vista de él.
— ¡Sois unas cotillas!— se defendió. — El verano pasado en Ibiza y no voy a contar nada más. ¡Venga va! Me toca. — dijo cambiando de tema. — Yo nunca... Me paso las noches pensando en Robert. — Retó mirando directamente a Abril, poniendo el mismo gesto que segundos antes había puesto ella, de querer saber. — y hablo en presenté. — dejo claro.
La pelirroja coloreó sus mejillas del mismo tono de su pelo. Y Robert supo donde mirar. Si no bebía se daría por vencido, pero era momento de saber si aún quedaban esperanzas.
Abril se mordió el labio, y miró a su amiga buscando su apoyo, pero esta se limitó a encogerse de hombros.
— Eres un capullo. — dijo antes de dar un gran trago al vaso. — ¿No decías que no ibas a cargarlas? — Se quejó, mirando el contenido del vaso, aprovechando eso para cambiar el tema.
Bruno la sonrió, y solo le acercó un refrescó para suavizar el sabor.
"Momento de devolverle el favor" pensó Robert antes de empezar con su reto. — Yo nunca... — se quedó pensando un momento. — Me lo haría con Bruno. — dijo haciendo el amago de beber, mientras que animó a Auri, que intentaba aguantar la risa, roja como un tomate.
— Auri, creo que te toca beber.— dijo Abril aprovechando, para desviar la atención sobre ella.
Auri no puede dejar de reír avergonzada y escondió la cabeza tras la cortina de pelo negro.
— ¡Estas loca!. Yo nunca me liaría con este. Así que a mí no me miréis.
Bruno la observó, viendo los colores en su cara y sus manos casi temblar. No hacía falta que dijera lo contrario, el notaba de sobra que ella también se había fijado en él aunque intentará disimularlo.
— Vas de cabeza al agua por mentirosa— — dijo riéndose poniéndose en pie para cogerla en brazos.
— Te lo tienes muy creído ¿No? — trato de defenderse, huyendo de él, corriendo alrededor de la mesa.
— Corre lo que quieras, pero hoy vas a terminar en el agua de todas formas.
— Suéltame idiota! — chilló desternillada de la risa pataleando, cuando Bruno consiguió atraparla, por la espalda.
— ¡Como me pone que me insulten! — bromeó Bruno, mordiendo su labio inferior y achicando los ojos como si fuera cierto. Tirándola de nuevo al agua.
— Así que, además de creído eres imbécil. ¡Que interesante!— dijo agarrándose de su mano para salir.
Bruno la enrolló con la toalla, proporcionándola calor con sus manos a través de esta.—y ahora bebé. Si no quieres que te vuelva a tirar— pronunció a su oído antes de reunirse con los otros dos.
— Siento si herí tu orgullo, semental. Pero conmigo te equivocaste.
Se sentó de nuevo en su asiento y bebió un trago de la copa, bajo la atenta mirada de Bruno. — Tenía sed, no te hagas ilusiones.
— Entonces, cada vez que alguien mienta ¿hay que tirarle al agua? — preguntó Abril como su fuera algo inocente, dándole la razón al chico.
Aurora la asesinó con la mirada. Volviendo a colorear sus mejillas.
— Vale, no me asesines todavía. Que me toca. — yo nunca... — Abril se lo pensó bien. Quería dejar en evidencia a Bruno, y preguntar simplemente si se lo haría con Aurora era algo absurdo conociéndole. — Yo nunca... — repitió — he planeado pedir pizza, solo por poder estar cerca de Auri un poquito más.
Auri bajó la mirada al suelo y Bruno sonrió consciente de que había sido demasiado obvio y bebió todo el contenido y rellenó de nuevo su vaso.
— Pero que conste que la idea de pedir pizza no fue mía. — aclaró, volviendo la mirada a Auri.
— Ok. Se acabó el meterme a mi en medio. Me toca. — se apresuró a hablar Auri. Queriendo hacer alguna pregunta menos comprometida al menos para ella.— Yo nunca... He espiado a nadie en las redes sociales.
Bruno abrió los ojos como platos, sintiendo que había sido cazado y bebió. Robert y Abril también habían bebido pero era bastante fácil adivinar que se habían espiado el uno al otro, pero la cara de Bruno, le resultó bastante intrigante a la chica, aunque los demás no parecieron darse cuenta de ese detalle. "¿A quien había espiado? ¿A Abril?" No podía ser. Bruno podría ser un Casanova, pero no tenía pinta de ser de los que se fijan en las chicas de sus amigos. Y aunque Abril no estuviera ya con Robert.
— ¿Y a quien has espiado? — pregunto Robert a Abril.
— Eso no entra en el juego. He bebido y eso es lo que vale. ¿No?
— No. Dejé claro que hay que dar explicaciones si se piden. Así que me temo…que tú también vas al agua de cabeza. — Se puso en pie, y cogió a Abril en sus brazos. Trató de tirarla a la piscina pero ella se aferró tan fuerte a su cuello que acabaron los dos en el agua.
—¿Por qué me has tirado? No he hecho trampas.— se quejó.
— Solo quería dejarles un rato solos.— mintió. Lo único que se había cruzado por su cabeza era la necesidad de tenerla entre sus brazos aunque solo fueran dos segundos.
—¿Y por qué esa cara? —Preguntó Aurora no pudiendo aguantar más la intriga.— ¿Espiaste a... Abril?— según pronunció esas palabras empezó a sentir que los celos afloraban por los poros de su piel.
— ¿Que? — respondió frunciendo el ceño como si no entendiera por qué había llegado a esa conclusión. — ¿porqué iba a hacer eso?
— Pues ... No sé. Por la cara que has puesto... Que mires el perfil de cualquier chica no creo que sea algo que pueda extrañar a nadie. Sin embargo has puesto cara de que te hemos pillado.
— Quizá a la que espié fue a ti.— respondió de una manera tan directa que Aurora creyó que simplemente estaba esquivando su respuesta.
— Ok. No es asunto mío. Solo era curiosidad — dijo dejando de mirarle, notando la rabia adueñarse de su ser y se sintió idiota creyendo que había estado tonteando con ella solo por disimular lo que sentía por su amiga.
— ¿Acaso no te lo crees?
— Si te gusta Abril o no, no es asunto mío. No preocupes que no seré yo la que diga nada. Creo que debería irme — Anunció mirando el reloj como si realmente fuera tarde cuando volvieron del agua.
Se puso en pie y trató de concentrarse en colocarse la ropa de nuevo. No había sido consciente hasta ese momento del efecto de todo el alcohol que había tomado durante todo el día.
— ¿Estas loca? No puedes conducir así.— sentenció Bruno y ella bufó.
— Noooo... Me parece que no.— dijo con una risa nerviosa y se volvió a sentar.—!Creo que me pase... Un poquitito... Cargaste demasiado mi copa, eres un cabronazo.— le reprochó.
— !Claro, échame la culpa! Por no mantenerte de pie.
— No son aún ni las diez. Quédate un poco más. — pidió Abril, rogándole con los ojos.
Bruno miró a la chica, temiendo que la verdadera razón para querer irse fuera que creyera que sentía algo por Abril. La cogió por los hombros atrayéndola hacia él, y le preguntó al oído sin esperar una respuesta.
— ¿Quienes son esos chicos con los que apareces en tu insta?
Auri le miró a los ojos interrogante.
— ¡Quédate a dormir! así no tendré que quedarme sola con este... pesado. — Pidió señalando a Robert como el pesado.
— Estoy aquí... Podías al menos disimular un poquito — se quejó sin poder enfadarse, sabiendo que solo lo dice por miedo, a lo que pudiera pasar.
— No te enfades, sabes que es broma. — confesó abrazándose a su cuello, y ronroneando como un gatito.
Robert se quedó blanco. Pasar el día sin discutir ya le parecía mucho... Pero esto... "Joder no me hagas esto..."
— No me enfado no... — intentó soltarse suavemente, pero ella no parecía querer soltarse y se lo permitió. Está vez tenía que ser capaz de controlarse, y no dejar que pasara de un simple abrazo.
Robert miró a Bruno haciéndole señales de auxilio, sin saber que hacer.
— Definitivamente... Creo que es tarde.— dijo Bruno a la morena, ignorando las señales de su amigo.— aquí sobramos.
Tendió la mano, para ayudarla a ponerse en pie.
— Puedo sola. — aclaró rechazando su ayuda, pero en ese momento perdió el equilibrio, y Bruno tuvo que cogerla por la cintura.
— Puedes sola, pero yo te llevo ¿ok?
— ¿eh? No, no hace falta. Ya... Cojo un Uber.
— Ni vas a coger un Uber, ni vas a conducir en ese estado, te lo aseguro. O te llevo yo o te quedas. Y yo no voy a quedarme con estos dos sujetando velas, tu veras.
— Sip... papa. —se burló —Creo que definitivamente sobramos... — sopesó viéndoles a los dos hablar tranquilos, ignorando su presencia. —Pero… en serio, no hace falta. ¿como ibas volver después?
— Te llevo en mi coche. Ya vemos como recuperas el tuyo —Contestó sujetándola de camino a la salida.
— Estoy mareada. Pero no creas que por eso vas a …
— ¡Mañana vengo a por la moto! — se despidió ignorando el comentario de Aurora — ¡Chao Abril, pórtate bien!
—¡Pasarlo bien chicos! — Soltó Auri entre risas, moviendo la mano a modo de despedida. Pensando en si está vez también terminarían en la cama.
Abril sacó el dedo corazón en respuesta a sus insinuaciones y se apoyó de nuevo en su pecho.
Se mantuvieron un rato en silencio, y Robert colocó un mechón de su largo cabello detrás de la oreja, tratando de ver su rostro. Abril estaba muy callada, y creyó que se estaba quedando dormida.
— Abril. — susurro a su oído, no queriendo molestarla.
Ella levantó la cabeza, y le miró, con ojos cristalinos.
— ¿Estás bien? — preguntó preocupado.
Ella asintió.
— No.
Robert no puedo evitar reír ante su contradicción.
— Ya... Bebiste demasiado. ¿Quieres vomitar?
— No es eso. Es que... Te echo de menos —. Sus palabras se clavaron como cuchillos en el pecho del chico.
"Yo también" Pensó él, sin atreverse a confesarlo. Tantas veces lo hizo, y lo único que consiguió fue alejarla aún más. Así que hizo como si no la hubiera escuchado y respondió con un beso en la frente.
—¿Estas muy mareada?
— un poco.
— Venga, te llevo a la cama.
— ¿Dormirás conmigo?
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