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— Ya lo he hecho. ¿Vale? Ya... Ya se acabó. Definitivamente — dijo Robert dándole la espalda.
— Si.. Ya lo veo... Separadísimo lo tienes. Deberíamos irnos, tío. — aconsejo dándose la vuelta para irse antes de que fueran ellas las que se marcharan y joderles el día, por su culpa.
“Creo que no ha sido buena idea entrar. Ya no sé si irnos o quedarnos” pero Robert parece tenerlo claro, y quedándose en ropa interior se tira de cabeza a la piscina.
— Nos damos un baño y nos vamos ¿Ok? — propone Bruno a las chicas, tratando de que no se vayan.
“Ya no sé, si soy tu amigo o tu niñera, pero como un imbécil voy siempre detrás suya, evitando que la vuelva a cagar de nuevo” Se piensa por unos momentos si quitarse la ropa el también, “por suerte los bóxer que llevo no son blancos, y no transparentan” piensa mientras se quita el pantalón y se tira de cabeza a la piscina.
— ¿Que coño os pasa ahora? — Pregunta una vez dentro del agua.
Robert sigue sin contestar a eso. Hace tiempo que evita hablarle de Abril, pero sabe de sobra que es por ella, por lo que está así. Siempre es ella.
Las miro, y lo que eran risas cuando llegamos, ahora parece una conversación seria. Abril sonríe, pero sus ojos están llenos de lagrimas.
Salió del agua al ver que no tendría contestación. Esperaba que Robert saliera detrás, pero no lo hizo. Se quedó ahí, parado. Sumergido en el agua.
Bruno se dirigió a la casita, a por una toalla, pero al pasar por el lado de las chicas se callan. Se que he interrumpido algo e intentan disimularlo inútilmente, mirando a otro lado. No podía oírlas. Pero por la cara que ponía esa chica, imaginó que sabría toda la historia, aunque por un momento, pareció sorprenderse. Con suerte, esa morena, sería capaz de hacerla entrar en razón.
— ¿Me estás diciendo que después de que me fuera, volvisteis a follar?
— ¡Cállate idiota! Si…nos acostamos y después…. Dejó claro que era la última vez. Se acabó. — pronunció Abril sintiendo las palabras quemar en su boca.— y desde entonces está huyendo de mi.
— ¿Y que esperabas? Que él es un poco idiota, pero tú le estás tratando a patadas.
— Mira quién fue a hablar… — dijo maliciosamente.
— El día que no me cruce con un capullo, le trataré bien. Te lo aseguro — respondió a la defensiva, aunque la pura realidad es que aún no estaba preparada, para otra relación.
— Pues prepárate, porque se acerca el rey de los capullos.
Aurora se volteó viendo que se acercaba Bruno. Lo que hizo, que se le escapara una risita.
— No sé, si es que no se da cuenta o lo hace aposta. Pero ese bóxer está empapado... Y le marca demasiado. — susurra a Abril, intentando apartar la mirada, tapándose la boca para que no la viera reírse. Aunque dudó que debiera... Si él la miraba como si fuera mercancía, quizá ella, tendría que hacer lo mismo.
— ¿Me dejas la toalla? — pidió Bruno a la chica de las curvas, al pasar por su lado.
Bruno sabía que había interrumpido algo, se habían callado y trataban de disimular mirando para otro lado. Abril seria capaz de tirarla al agua antes de dejársela. Y además, así conseguía que dejara de taparse.
Le miró de arriba abajo y se puso colorada, aguantando la risa nerviosa.
— Claro. Todo sea porque no des más el espectáculo. — Dijo haciendo obvio lo mucho que se marcaba todo, mientras se la alzaba.
La sonrió con ironía, observando cómo dejaba al descubierto todos sus encantos, solo tapados por ese bikini. Se secó con ella, permaneciendo al lado de las chicas, que le miraban, echándole con los ojos. “Tiene un dulce olor a flores. Lavanda quizá.” Se la puso a la cintura y se alejó, dándose cuenta, que meterse en la piscina en ropa interior había sido un error, por muy oscura que fuera esta, principalmente por respeto a la pelirroja que le miraba avergonzada.
Aurora se quedó mirando como se alejaba... No le hacía mucha gracia, haberse quedado sin el trozo de tela que escondía su cuerpo, pero si quería recuperarla tendría que ir a por ella, por graciosa. Pero no lo hizo y volvió a la conversación a lo que él se dirigía al mini bar a por un refresco, sospechando que eso seria lo único que acercara a sus labios. “Creo que debería cogerla e irnos de aqui los dos. Mataría dos pájaros de un tiro. Ellos podrían matarse y yo... Lo que ella me dejara”
— Entonces… ¿pensáis pasaros la vida así?
— ¿Se te ocurre algo mejor?
— Si. Que vayas ahora mismo donde está él, le pidas disculpas por tratarle como una mierda y decirle que le quieres, a ver si así lo arregláis.
— No podemos arreglarlo. Te recuerdo que es mi "hermano"?
— ¡Hermanastro! y creo que sois vosotros los que lo olvidáis cada vez que... — aclaro, haciendo señas obscenas con la mano, que cualquier tonto entendería.
Abril escondió su rostro con las manos, disimulando una risa. — ¡Te van a ver idiota!
— Escóndete, da igual. Pero sabes que tengo razón y no puedes rebatirme. Aunque siendo tan orgullosa nunca lo admitirás.
Bruno seguía mirándolas, no podía saber de que hablaban pero por el gesto que hacía la morena obviamente era sobre sexo. Pasó de nuevo, por delante de ellas, intentando enterarse de algo, pero ni modo, según me acercaba, bajaron la voz hasta que al final se guardaron silencio.
— ¿Piensas devolverme la toalla algún día? ¿O te la vas a quedar de recuerdo? — preguntó Auri, clavando la mirada en su trasero.
— Creo que me la quedaré... La verdad es que me gusta. — contestó con chulería, mirando la toalla, como el que mira una prenda que se ha probado en una tienda de ropa.
— ¡Igualitos los dos! Les gusta algo, lo cogen, lo usan a su antojo y... no te preocupes en un rato se habrá cansado de tu toalla. Y usará otra —. Dijo Abril, lo suficientemente alto, como para que éste lo oyera, y notara su desprecio.
Sabia que Abril era buena chica, pero también era una cabezota de campeonato , ya llevaba demasiado tiempo sufriendo los daños colaterales, de los cojones y no estaba de más, que se diera cuenta de su absurdo comportamiento.
— Solo hay una diferencia. — contestó volviendo sobre sus talones. Sintiéndose harto de sufrir las consecuencias.— Yo nunca me habría arrastrado, ante una niñata orgullosa, como ha hecho él. — dijo quitándose la toalla y tirándola a Auri a la cabeza.
— ¿Perdona? ¿pero tu que coño te has creado? Imbécil — dijo Aurora levantándose tras él, con ganas de cruzarle la cara.
— Se llaman daños colaterales, bonita... Dale las gracias a tu... Amiga.
— ¿Bonita? Bonita será tu... Tu madre. —le reprochó encorándole. — los únicos daños que hay, son daños cerebrales, que es lo que tu tienes... Aparte de muy poquita educación. Pijo de mierda —. dijo dándole ya la espalda.
— ¡¿Pijo de mierda?! — repitió él.
La cogió en brazos, y la tiró a la piscina, con la toalla incluida. Salpicando a Robert que seguía inmerso en sus pensamientos.
— Creo que debería irme a una piscina pública... Allí no hay tanta gentuza. — afirmo molesta restándole importancia a la risa de todos.
Arrojó fuera la toalla, y después de aprovechar para hacer un largo, se preparó para salir del agua.
— Lo siento. — se disculpó Bruno tendiéndole la mano para ayudarla a salir y depositando sobre ella, una toalla seca.
Aurora se quedó sin palabras, eso es lo último que se esperaba.
— ¿Se supone que te tengo que dar las gracias? — preguntó con cara de no entender nada.
Bruno negó con la cabeza. Y antes de derretirse con esa mirada, se dirigió donde esta Abril, dejándole ahí plantado.
— ¿Y éste? ¿Esta mal de la cabeza? ¿O es bipolar? — dijo lo suficientemente alto para que le oyera.
— Solo es Bruno... Siendo... Bruno... —contestó ella dedicándole una sonrisa burlona.
— Lo flipo. Primero me tira y después me da una toalla... ¿De dónde coño la ha sacado?¿Para que me pide la mía, si ya tenia?
— De la casita de la piscina Te dije que no hacía falta que trajeras toalla. — Dice señalándola — Creo que la inocente eres tu... Él solo intenta llevarte al huerto. ¡No le des mas vueltas¡ — contestó bajando el tono.
Aurora no pudo evitar sonreír y sonrojarse
— ¿Te gusta? — Preguntó demasiado alto.
Aurora le miró instintivamente, por la sonrisa estúpida que tenia, pudo imaginarse que lo ha oído. “¡Joder! Lo que faltaba para engordar su ego, aun mas.”
— ¿Tu estas loca?
— Te quedan muy bien esos colores... Ya no pareces una vampira — Se burló, aprovechando su sentido del humor.
Los chicos cogieron su ropa, y salieron de la zona de la piscina, dirigiéndose al interior de la casa. Estar en calzoncillos y mojados, no era demasiado cómodo. Y más siendo consciente de que era imposible ocultar lo que había debajo de ellos.
Abril deseó que cumplieran con su palabra y tuvieran intención de marcharse ya, aunque una parte de ella, deseaba seguir el consejo de Aurora y arreglarlo. Y Aurora… Aurora también deseó que se marcharan, pero por miedo a terminar enganchada de Bruno y que Abril tuviera razón. No debía fijarse en él. Se le notaba demasiado que clase de chico era, eso sin contar dónde vivía él... Y dónde ... Se moría de asco ella.
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