La música resonó por toda la casa. Adolescentes sudorosos llenando la habitación. Algunos rechinando unos a otros. Otros bebiendo alcohol o consumiendo algún tipo de droga. Todo el mundo parecía estar pasando un buen rato. Excepto por uno.

Jimin se sentó en silencio en el sofá, jugando con el borde de su taza. Realmente odiaba a Taehyung y Jungkook en este momento. Lo habían arrastrado a una fiesta, alegando que Jimin no había salido lo suficiente, solo para deshacerse de él a los pocos minutos de estar allí.

"Bastardos" Jimin no pudo evitar pensar. Lo peor de todo era que Jimin no podía volver a casa sin ellos. Allí no conocía a nadie.

Quizás eso fue lo que atrajo a Yoongi hacia él esa noche. Estaba completamente solo. Yoongi tomó eso como su oportunidad.

"Oye, ¿por qué estás solo?" Gritó por encima de la música. El chico de cabello plateado lo miró. Le lanzó la mirada confusa más inocente que jamás había visto el mayor. Lindo , había pensado.

El chico de cabello plateado ahuecó una mano alrededor de su oreja indicando que no lo había escuchado. Yoongi se inclinó más cerca repitiendo la pregunta. Casi se arrepintió de haberlo hecho una vez que la pregunta hizo que el más joven le contara la historia de sus idiotas, sus mejores amigos lo llamaron y lo arrastraron hasta ahi y luego lo abandonaron rápidamente.

La conversación comenzó y se volvió interminable después de eso. Hablaron sobre las cosas más aleatorias, que luego se cuestionarían cómo había surgido esa conversación. Se reían sin cesar de las cosas más aleatorias.

Las bebidas en ambas manos casi llenas y olvidadas. Ambos se volvieron extremadamente sensibles entre sí.

"Oye, ¿tal vez quieres subir a mi habitación?" Preguntó Yoongi de repente.
El más joven de los dos se mordió el labio sospechando sus intenciones. Él era tan inocente y sabía exactamente lo que pasaría si aceptaba. No era el tipo de cosas que haría, pero este era Min Yoongi.

Este era el niño que había tenido en sus clases durante los últimos cuatro años. Pasó los primeros dos años mirándolo en secreto hasta sentir vergüenza de hablar con él. Por supuesto, su enamoramiento de la escuela secundaria se había ido, pero ahora que se le había presentado la oportunidad, no pudo evitar querer aprovecharla.
"Si, vale." Jimin sonríe tomando la mano del pàlido dejándolo guiar el camino hacia el dormitorio.

Yoongi sacó una llave de su bolsillo para abrir la puerta. Jimin arqueó las cejas ante eso. "¿Qué? No quiero que la gente folle en mi cama." Se encogió de hombros dejando entrar al chico.

"Lo suficientemente justo." Jimin murmuró envolviendo sus brazos alrededor del cuello del chico. ¿Qué deberia hacer? Jimin se sintió incómodo al no haber hecho nada como esto antes. Solo esperaba que Yoongi tomara el control.

Lo que hizo el mayor, afortunadamente. Agarró las caderas del chico acercándolo más y besando suavemente los labios del chico de cabello plateado, un par de veces antes de finalmente besarlo correctamente. Rápidamente se volvió adicto a los labios suaves y regordetes que tenía en los suyos. Sus manos bajaron lentamente hasta que estuvieron dentro de los bolsillos traseros de Jimin, apretando. Jimin jadeaba al sentir y Yoongi aprovechaba la oportunidad para dejar que su lengua entre en la boca del chico.

Un pequeño quejido salió de los labios del joven de dieciséis años. Yoongi sonrió por el sonido y lentamente comenzó a llevar al chico hacia la cama.

La parte de atrás de las rodillas de Jimin golpeó el respaldo de la cama. Lo empujó suavemente sobre la cama. El mayor gateo encima de él, con los labios atacando su cuello. Gimiendo entrecortadamente dejando sus labios mas inchados.

"¿Seguro que quieres hacer esto?" Preguntó Yoongi. Sus manos estaban ya listas para desabrocharse los pantalones una vez que este tomará su decisión.
Jimin tragó saliva. ¿Estaba seguro? Había algo en él que le decía que no siguiera adelante. Pero lo dijo: "Si estoy seguro."

—

"¿Yoon?"

Yoongi miró a su madre. "¿Qué te tiene tan distraído?"

Yoongi se quedó callado. La punta de sus orejas se puso roja después de darse cuenta de que había pensado en esa noche. Se encogió de hombros, moviendo la comida con el tenedor.

"Sabes que puedes decirnos cualquier-"

"Tengo a alguien embarazado". Él espetó.

Su padre comenzó a ahogarse con el agua que estaba bebiendo.

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