Capítulo 3
El sol apenas si es capaz de iluminar el cuarto donde dormía.
Es pequeño, sofocante y muy sucio. Alrededor del colchón viejo y manchado se encuentran botellas y botellas de cerveza barata, ocasionando así, una asquerosa mezcla de olores, entre ellos, la misma persona, incapaz de poder incorporarse o moverse.
Abrir los ojos es un molesto recuerdo de que aún respira, así que volvió a cerrarlos. No hay luz desde hace algunos días, y la poca comida que habia se hechó a perder, pero no quiere comer. Solo perderse entre las alucinaciones y el calmante que la jeringa aún clavada en su brazo le brinda.
Era la última, y sin duda cuando el efecto termine, se sentirá alterada y querrá ir por más. Debía dinero por lo mismo.
Unas horas después de haberse vuelto a dormir, escuchó como alguien derribaba la puerta. No se asustó, pues conocía las pisadas.
La persona se acercó hasta ella y la pateó levemente para asegurarse de que esté viva.
—Ya lárgate...
La azabache observó el lugar y se cubrió la nariz mientras pateaba algunas latas en el suelo, y de ellas salieron algunas cucarachas.
Eso la colmó.
—¿Puedes moverte?—Le sacó la jeringa del brazo y le quitó la aguja con bastante cuidado. La colocó donde no pudiera pincharse y volvió hasta Ymir.
En este edificio debías cuidarte, pues la morena no era la única con vicios.
Un descuido y te apuñalan.
La tomó por el cuello de la camisa y la arrastró hasta el estacionamiento. La pecosa se negaba a ir con ella, pero a Mikasa Ackerman todo le daba igual.
【★】
Eren Jeager, era un famoso empresario de Marley. Amable, positivo y siempre hacía presencia en actos de bondad, ofreciendo donaciones de dinero sin esperar nada a cambio a varias fundaciones.
¿Alguien como el haría daño?
No, y por otro lado, si.
Ahí es donde entraba la morena en este lío. Alguien tan importante como el, no debía ensuciarse las manos para librarse de problemas, y personas, para eso tenía a Ymir. Alguien sin valor desde que recuerda, y que haría lo que sea por alimentar ese problema suyo.
Hace 4 años firmó un trato con el, donde básicamente haría lo que le pidiera, sea bueno o sea malo, a cambio de lo que ella quisiera. Pero con el tiempo, quitar a la gente del camino para Eren comenzó a destruir su mente poco a poco.
Había comenzado a tener horribles pesadillas y el peso de sus actos la estaba matando. No podía seguir.
Por las noches llegaba a la pocilga donde vivía maldiciendo él porque dejaba que alguien más controlara su vida. ¿Por qué hizo lo que hizo? ¿Y porque aún sintiendose tan mierda...Lo haría de nuevo?
—Te desapareciste un tiempo, Ymir.—Dijo el hombre en su despacho, mirándola atrás de su escritorio.—No te vez bien...
—No lo estoy.— Se encogió de hombros en su lugar.
Mikasa la sostenía del hombro para no caer de la silla.
Tenía la ropa sucia y maloliente. Estaba delgada y el tic en su ojo era desesperante de solo ver. Todo el cuerpo le temblaba aveces.
—¿Sabes que el trato aún no termina, verdad?
—Mm,—Cerró los ojos.—¿Y?
La azabache la empujó de la silla, golpeándose contra el pulido suelo.
—Ahg, jodete Ackerman...
Eren la miró preocupado.
—Ymir, solo este favor y ya.—Le ofreció la mano amablemente.—No necesitas lastimar a nadie esta vez...para eso irá mikasa, en caso de ser necesario.
—¿Te paresco alguien en condiciones de hacer tu sucio trabajo? —Se levantó como pudo.
—Veo que has empeorado.—la examinó.—Te ayudaré a mejorar antes que nada. No puedes hacer esto asi. Esto es muy importante para mi. —Le dió la espalda.— y si no es por ti, ni por mi, que sea por...otras personas.
Ymir lo miró atenta. El era capaz de muchas cosas.
—Imagino que toda esa bola de...personas con las que vives, son gente cercana a ti...No querrás que les pase algo malo ¿O si?
Atrapada de nuevo en el chantaje y su propia estupidez. Su vida le daba igual, y lo que el quiciera le valía el doble...pero esa "bola de personas" son lo único que tiene.
—¿Qué tengo que hacer? —Apretó el puño.
El de ojos verdes sonrió.
—Hay una chica que me llama la atención, pero se hace la difícil.—Explicó. Ymir sabía de que iba todo.—Y tú sabes que hacer...
Salieron del despacho y Eren cerró la puerta. La morena miró a Mikasa con la ceja alzada.
—¿Por qué no te lo pidió a ti?
Eren y Mikasa eran bastante unidos.
—Estaba haciendo otras cosas.—Le ayudó a caminar. Una acción bastante contradictoria a sus acciones de hace rato, donde básicamente la tiró de la silla.
Esas "cosas" tenía un nombre y lo sabía, pero prefirió no decir nada.
El mayor secreto del empresario, era que tenía un pequeño negocio aparte.
El de la prostitución de chicas. ninguna era de Marley, sino de países o ciudades diferentes o lejanas a Marley.
La policía de Marley ya tenía sus propios problemas como para encontrar a ciudadanos que ni siquiera eran de ahí, así que eso era una ventaja para el castaño. Fuera de sus lugares de origen, ellas estaban perdidas.
Encerradas en un lugar especial y escondido, las mantenía ahí, hasta que alguien pagara por probar alguna.
No estaban ahí porque fueran malas, simplemente habían tenido la mala suerte, de ser escogidas.
La chica que le llamó la atención esta vez, no sería para uso de todos. Más bien...sería solo suya, hasta que aprendiera a comportarse y amarlo.
【♠︎】
Semanas atrás.
Historia_Reiss, a subido una foto.
Como cualquier otro adolescente a su edad, Historia gozaba de un poco de atención en redes sociales. Ya que en casa apenas si le hacían caso, su padre por trabajar mucho y con su madrastra no mantenía una buena relación, su hermana mayor, Frida Reiss, murió un tiempo atrás en un accidente cuando salió a divertirse con unos amigos o eso dice su padre.
La amó tanto que incluso se quedó esperandola de niña, hasta que tuvo la mentalidad adecuada para comprender qué es lo que pasaba realmente.
De vez en cuando subía una que otra fotografía de ella en diferentes lugares, con diferentes poses, diferentes amigos o realizando una actividad divertida.
Una mañana tomó el celular y se sorprendió de ver un par de notificaciones nuevas de un usuario llamado Green_25 que le había dado me encanta y comentado a todas sus fotos nuevas y viejas e incluso tuvo su número de celular.
Esta persona en cuestión se comportó bastante amable y respetuosa hasta que sin mucha discreción preguntó si tenía pareja.
—Si, si tengo...
Algunos días después la persona comenzó a molestar y a volverse cada vez más insistente. le llamaba a cada instante , le pedía fotos, e incluso exigía saber donde estaba o que hacía.
Esto a Historia le comenzó a asustar, y se lo comentó a su mejor amiga, Annie, quien le dijo que lo mejor sería bloquearlo para siempre.
Y así lo hizo.
—Bien hecho.—Dijo Annie.—Esas personas no son buenas.
Caminaron por el pasillo hasta que Historia accidentalmente chocó con el personal de limpieza.
—¡Lo siento!
La persona se agachó para buscar los trapos que se le cayeron en la cubeta con agua sucia, aún dándole la espalda. Historia avergonzada al ver que la persona no le hablaría se marchó junto a Annie.
—Ten más cuidado ¿si?
Asintió.
La morena soltó un suspiro cuando las vió alejarse. Tomó las cosas y las dejó en su lugar antes de salir de la universidad.
Caminó un poco hasta el auto que la esperaba afuera unas calles después y se quitó la gorra, pero conservó el uniforme.
—¿Las tienes?
Saltó en su lugar. La azabache era bastante sigilosa. Le pasó las fotografías que tomó de Historia y la ojigris las revisó. No eran las primeras y no serían las últimas. El empresario quería saber todo lo que ella hacía.
El celular de la azabache comenzó a vibrar y con algo de fastidió lo dejó sonar.
—Vamonos.
Encendió el auto.
La azabache se cruzó de brazos, aburrida. Realmente no tenía nada mejor que hacer, pero ya estaba harta de tener que seguir a Historia, y estar al pendiente de todo lo que hace.
Gran parte de este trabajo era de Ymir. Mikasa solo se aseguraba de que nadie interfiera o complique las cosas, pero esa chica siempre estaba rodeada de gente, lo que seria muy difícil.
No era paciente. Hace un año se retiró como mercenaria después de varios años de servicio. Solían pedirle que desapareciera a las personas o que hiciera ciertos trabajos. No le interesaban las razones mientras pagaran, y solía hacerlo en un lapso de tiempo muy rápido.
—¿Cuanto más hay que seguirla?—Preguntó Mikasa.
—No lo sé ,ni siquiera sé de qué te quejas. Solo estás ahí sentada todo el maldito día.
Suspiró.
El silencio junto a la azabache era incómodo, y le ganaba el pánico de mirar los espejos cada cinco minutos para asegurarse de que no la estrangule o algo.
Antes de trabajar juntas, Mikasa había intentado matar a Ymir, pero antes de hacerlo, ocurrió un cambio de planes, y una nueva oferta para que la castaña salvara su deuda con Eren Jeager. Aunque de hecho, ya se conocían mucho antes, y la azabache era bastante...agresiva.
Suspiró aliviada al ver que la ignoraba. Estaba demasiado concentrada en anotar algo en la libreta que ni siquiera se fijaba en ella.
Mientras sus manos no se acercaran a su cuello, todo estaba bien.
【★】
Días después.
En el bar, se encontraba Mikasa, acomodando sus mangas. Un empleado al entrar se confundió al verla. Ella no trabajaba ahí y nunca la había visto.
—¿Tú quién eres?
La azabache lo miró, de arriba hacia abajo, de manera intimidante.
—Ignorame, solo soy la nueva.—le restó importancia. Abrirían en 30 minutos.— Me contrataron esta mañana.
—Oh, entiendo.
La verdad, cuando el lugar estaba solo y el encargado del lugar fué a abrir, lo apuñaló y escondió su cuerpo bajo el suelo, lastimadose la espalda un poco al cargarlo. Luego de eso, limpió y tomó un uniforme.
Fué a la barra, y minutos después el bar le abrió sus puertas a todo.
[...]
Historia finalmente llegó, y minutos después, llegó Annie para sentarse junto a ella. Eso no estaba en el plan para Mikasa e Ymir, pero ya se la quitaría de ensima.
Mikasa las vió conversar, y le envió un mensaje a Ymir. Bajó de la camioneta y entró por la puerta principal como cualquier otro cliente. Tomó asiento no muy lejos de las chicas y sacó su celular.
—La llevaré a los baños mientras te llevas a Reiss.—Tecleó la Ackerman.—Le puse algo a la bebida, no tardará en hacer efecto en las dos.
—¿Puedes hacer eso? Parece una chica ruda.
Unos momentos después la azabache consiguió llevarse a Annie a los baños.
—Hija de puta, lo hizo.—Susurró Ymir.
Historia le acarició la mejilla para llamar su atención. Estaba muy ebria y risueña.
—¿Dijiste algo?
Negó.
"Que mano tan suave..."
—No, solo...me gustaría estar a solas contigo.—La de ojos azules la besó de la nada y la sorpresa en Ymir fué obvia pero continuó con lo suyo.— Entonces, ¿Vienes?
Asintió sin dudarlo, y la siguió.
—Hace frío aquí.—Comentó Historia.
—Si, algo.— La miró de reojo.
Historia estaba apoyandose de lo que podía para no caer al parecer.
—¿Estás bien?—La sujetó de la cintura.
—Si.—Murmuró, sujetándose de su chaqueta.—Solo...me siento mareada.
Se generó el silencio. El trago había hecho efecto más rápido de lo pensado.
—¿Ymir?
La morena la cargó de la nada, y algo en el interior de la rubia sintió la necesidad de gritar, pero no pudo hacer mucho.
—Shh, basta.—Susurró, y le intentó tapar la boca mientras se movía brusco entre sus brazos.—Maldicion, quédate quieta.
Con un brazo, le rodeó la espalda, y con el otro, le tapó la boca hasta que poco a poco dejó de moverse y gritar, hasta caer dormida bajo el efecto de la droga.
Annie llegó segundos después, pero cayó dormida de igual forma frente a ella.
【★】
Actualmente.
Annie.
Descansaba en el asiento con el pie vendado. Pero aún le costaba asimilar todo lo que pasaba pasando hasta hoy.
—Qué idiota fui.—Murmuró.
Miró fulminante a la azabache mientras poco a poco detenía la camioneta en...Un maldito motel.
—¿Qué hacemos aquí?—La miró asustada.
Se bajó del auto y abrió la puerta de Annie para sacarla a la fuerza.
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