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Capítulo 6

"Wingardium Leviosa" y Apariciones Súbitas

-¡Wingardium leviosa! -se escuchaba que pronunciaban todos en la clase de Encantamientos del profesor Flitwick.

Me desperté temprano para poder dejar la carta destinada a mamá a mi cuervo, quien parecía ansioso por poder abandonar los terrenos del castillo. Y me encontré con Pansy, quien me interrogó acerca de por qué la estaba ignorando.

Me vi obligada a contarle todo con pelos y señales. Ella parecía confundida, como si mirar mal a "un Gryffindor cualquiera" (como se refirió a mi hermano) no fuera para tanto. Le expliqué que ese no era solamente un chico de la casa de los leones, si no que también era MI hermano.

Se disculpó, un poco a regañadientes, y me dijo que: lo sentía mucho, no lo volvería a hacer y que le diría "lo siento" a mi hermano lo antes posible... En fin, no la tomé demasiado en serio, porque sospechaba que no lo haría, pero me sorprendió que Dylan me comentara que una Slytherin se había disculpado con él por algún asunto que no comprendía.

Así que Pansy fue oficialmente perdonada, e incluso nos sentamos juntas en las clases que teníamos en común.

-¡Wingardium leviosa! -exclamé, apuntando a una gran pluma que teníamos delante, la cual no se movió ni un centímetro.

En cambio, Pansy con solo decir la frase pudo observar como la pluma se levantaba unos pocos centímetros de la mesa.

-Wingardium leviosa... -volví a decir, ya con un poco de impaciencia-. Wingardium leviosa, Wingardium leviosa, Wingardium leviosa, Wingardium leviosa...

La pluma estaba en el mismo lugar, tiesa.

-¿Qué le pasa? -le pregunté a Pansy-. ¡No se mueve!

-¡Abril! -rió mi amiga, acomodando la varita en mi mano-. La magia no es solo pronunciar y mover la varita, eso lo puede hacer cualquiera... La magia debes sentirla en ti.

Me quedé pensando en aquello, ¿sentirla en mí? ¿Cómo? ¿Cómo se supone que uno siente en sí mismo la magia?

-Wingardium leviosa... -pronuncié por última vez, intentando que la magia fluyese de alguna forma "mística" hacia la pluma.

-¡Oh, bien hecho! ¡Miren aquí todos! ¡La Srta. Granger lo hizo! ¡Oh, espléndido! -sonrió el profesor Flitwick.

¿Por qué no me salía? Me sentía como una muggle. Y escuchar al profesor felicitando a todos por sus logros mientras yo no había conseguido nada era desalentador, en todos los sentidos.

Me fui de la clase de Encantamientos por la moral por el piso, pero aunque intenté olvidarme de aquello, no lo conseguí. Y ahí me di cuenta de que yo DEBÍA ser la mejor, costara lo que costara.

-¿Te pasa algo, Abril? -me preguntó Daphne cuando nos encontramos en el Gran Comedor para la cena-. Te noto algo extraña.

-Estoy bien, Daphne, gracias. -le sonreí, pero aún así el pensamiento me seguía carcomiendo la cabeza.

Decidí comer temprano e irme a mi habitación para practicar. Necesitaba demostrarme a mí misma que sí podía conjurar un hechizo normal (tirando a simplón) y corriente.

Me senté en mi cama y saqué un pergamino de mi mesa de luz, lo posicioné frente a mí y me serené. Tomé mi varita entre mis manos, haciéndola girar entre mis dedos. Apunté al papel y dije en voz alta el nombre del hechizo...

Nada.

-¿Por qué? -me pregunté en voz alta, mirando el simple trozo de papel que tenía frente a mí.

Lo intenté de nuevo.

Y de nuevo.

Otra vez.

Una vez más.

Y no me salía. ¿A qué se refería Pansy? ¿Por qué le estaba dando tanta importancia a un simple hechizo? (Sin tener en cuenta, claramente, que si no podía realizar un encantamiento como ese, no podría ni soñar con hacer uno un poco más complicado y probablemente suspendería la clase y no pasaría de curso... Y no lograría graduarme, ni realmente comprobar si era una maga, porque: ¿qué gran mago no es asociado con su varita?).

-Déjalo estar, Abril -me dijo una voz desde la puerta de improviso-. No te castigues tanto.

-¡Pansy, me pisaste! -chilló otra persona desde la puerta.

-Lo siento, ¿sí? -se disculpó de mala gana con Daphne, quien se masajeaba el pie dolorido-. A lo que me refería: la magia lleva tiempo, Abril. No puedes simplemente hacerlo de forma espontánea.

-¡Tú lo hiciste! -le reproché, guardando el trozo de pergamino, avergonzada.

-Sí... pero no. Sí porque estuve todo el verano practicando en casa. -confesó ella, restándole importancia.

-¿Y Daphne?

-Aprendo rápido, eso es todo. -simplificó la rubia.

Pansy la codeó y Daphne se calló.

-Hay magos diferentes, Abril, y no todos somos iguales en términos de aprendizaje. Por ejemplo: cualquier muggle tiene más cerebro que Longbottom, ¡y él es un mago! -puntualizó Pansy.

Ignoré su comparación, dado que era uno de los mejores amigos de Dylan y no me pareció correcta su forma, pero decidí guardarme mi propia opinión al respecto.

-Bueno, no sé, yo tengo sueño. Vamos a dormir. -bostezó Daphne.

Todas asentimos y nos fuimos a dormir, exhaustas.

La mañana del 31 de Octubre: Halloween.

Me desperté un poco más tarde de lo normal, exhausta y con un hambre impresionante. Me cambié y bajé a la sala común.

Me senté en uno de los sillones de la sala esperando que Pansy bajara, ya que Daphne ya no se encontraba en la habitación cuando desperté. El silencio ocupó la habitación hasta que unas chicas entraron a la sala.

-Y, ¿qué te pondrás? -preguntó una de ellas mientras daba pequeños saltitos alrededor de la otra.

-No lo sé -sé encogió de hombros-. Creo que me tendrás que acompañar esta tarde a Hogsmeade. -terminó de decir.

No logré terminar de escuchar su conversación ya que sus voces se perdieron en las oscuras escaleras que daban a las habitaciones de chicas. ¿De qué hablaban? me pregunté una y otra vez, aunque nuevamente mis pensamientos fueron interrumpidos.

-Tengo mucha hambre. -se quejó Pansy mientras comenzaba a tirar de mí para levantarme del sillón, en el que minutos antes me encontraba sentada.

-Y yo, pero no hace falta que tires de mí. -le recordé mientras me zafaba de su agarre.

-Vamos rápido, que hoy no me levanté muy bien. -se notaba, pareciera que no había dormido nada, tenía ojeras enormes debajo de sus ojos y su pelo ligeramente despeinado.

-Se nota. -susurré, pero al parecer ella me escuchó, porque puso mala cara y comenzó nuevamente a tirar de mi brazo con más fuerza.

Y así llegamos al Gran Comedor, Pansy tirando de mí y yo intentando apartar su mano. Nos sentamos en nuestra mesa bajo la mirada de todo el comedor, cuando finalmente Pansy soltó mi mano.

-Me hiciste daño. -protesté frotando ligeramente mi mano, la cual se encontraba en un tono rojizo por la fuerza que había puesto Pansy al agarrarla.

-Te lo mereces por decir eso. -comentó mientras comenzaba con su desayuno.

-Pero si tú misma lo dijiste. -ella solo me miró mal y siguió con su desayuno.

Yo también comencé a desayunar, hasta que sentí que alguien se sentó a mi lado. Giré mi cabeza para encontrarme con una Daphne un tanto soñolienta.

-Hola Daph, ¿qué tal? -ella pegó un pequeño salto en su asiento y me miró.

-Bien, un poco cansada, ¿y tú? -preguntó mientras frotaba sus ojos.

-Pues estaría bien si no fuera porque está loca -susurré señalando a Pansy-. Me arrastró desde la sala común hasta aquí. -finalicé un poco molesta.

-Te lo merecías. -contraatacó mientras llevaba una rebanada de pan hacia su boca.

-¿Con quién van a ir al baile? -nos preguntó Daphne.

-¿Baile? -preguntamos Pansy y yo a la vez.

-Si, el baile, ¿no os han dicho nada?

-No, ¿hay un baile? -dije todavía confundida.

-Sí, mirad, hoy en la noche se celebrará en el Gran Comedor una fiesta con temática de Halloween, en la que hay que asistir con una pareja o amigo.

-No nos dijeron nada, ¿ahora con quién iré?, ¿que me pondré?, ¿cómo me peinaré? -esas fueron algunas de las preguntas que logré escuchar decir a Pansy antes de que saliera del comedor.

-Pues me toca ir con ella. -dije antes de salir tras Pansy.

La noche llegó rápidamente y antes de darme cuenta, ya salíamos de la sala común vestidas con nuestros disfraces.

Pansy optó por un disfraz de vampiro, en cambio yo fui más simple y opté por uno de momia. Una vez cruzamos la Gran puerta que daba al comedor, nos quedamos anonadadas por el esplendor de las decoraciones.

Se notaba que habían puesto empeño para decorarlo todo, ya que no faltaba ni el más mínimo detalle. Nada más entrar encontramos calabazas flotando sobre nuestras cabezas que iluminaban toda la sala, las ventanas estaban tapadas con rectángulos de madera, una gran araña colgaba desde el techo hasta la mesa de profesores y por último las grandes mesas estaban repletas de comida con temática Halloween.

Nos dirigimos a paso rápido a nuestra mesa para empezar la comida, pero antes intentamos encontrar a Daphne con la mirada.

-¿La ves? -me susurró Pansy.

-No, deberíamos de haberle preguntado que llevaría puesto. -dije mientras nos sentábamos.

-No es mi culpa no haberme enterado de la fiesta antes.

-Lo sé. -dicho esto, comenzamos a comer.

Las voces de niños y niñas se empezaron a escuchar por todo el comedor, algunos emocionados por la fiesta y otros simplemente conversaban con sus amigos. Yo solo me dedicaba a escuchar lo que decía Pansy sobre su disfraz. No prestaba mucha atención, hasta que el sonido de la puerta golpeando fuertemente contra la pared me hizo despertar de mi trance.

-¡TROLL! EN LAS MAZMORRAS! -se escuchó gritar a un profesor desde la entrada-. ¡¡T-TROLL EN LAS MAZMORRAS!! -Dumbledore se levantó rápidamente de su asiento mientras todos mirábamos alterados al profesor Quirrell-. Pensé que debería saberlo. -eso fue lo último que oí antes de que se desmayara y todos empezaran a correr y gritar despavoridos.

-SILENCIO. -el grito de Dumbledore hizo que todos callaran-. No entren en pánico, los prefectos de casa casa os llevarán a vuestras respectivas salas comunes. -finalizó levantándose de su asiento para ir a hablar con los profesores.

-Por aquí todos. -escuché decir al prefecto de nuestra casa, así que tomando la mano de Pansy para que se levantara lo seguimos.

El camino a la Sala Común fue espantoso, ya que todos iban preocupados, algunos por ellos y otros por sus hermanos o hermanas, en mi caso iba preocupada por Dylan, ya que Issac era bastante mayor para no hacer estupideces, pero Dylan todavía no llevaba bien lo que era el concepto de madurez.

Una vez dentro, fuimos directamente a nuestras respectivas habitaciones para dormir.

-Al final he comprado el vestido para nada. -escuché quejarse a Pansy.

-¿Enserio piensas en eso ahora? -pregunté mirándola con incredulidad.

-Por supuesto, acabé esforzándome para nada. -yo solo me limité a suspirar, para después entrar al baño para darme una ducha y cambiarme.

Al salir del baño, encontré a una Pansy con pijama y la cara todavía pintada dormida en su cama y a Daphne esperando para entrar al baño.

-Estuvo quejándose todo el tiempo hasta quedarse dormida. -me dijo Daphne mientras se encaminaba al baño.

-Lo imagino. -susurré antes de tirarme a la cama y quedarme profundamente dormida.


¿Os gustó este cap?
uoihihi y T-Rexito

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