Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 4

Primer día de clases

Me desperté sobresaltada. No era de madrugada, pues todavía afuera la oscuridad reinaba. Podía escuchar las respiraciones acompasadas de mis compañeras de habitación, lo que significaba que aún estaban dormidas. Había tenido un recuerdo súbito, como una memoria muy importante: Draco Malfoy era mi primo segundo.

¡Lo sabía! Recordaba su nombre de alguna parte y la inspiración vino en el momento menos adecuado. Y cuando me quise dar cuenta, estaba desvelada y no podía dormir. ¿Debía decirle que éramos primos segundos? Quizás no me recordaría, pues nunca nos juntamos con su familia. ¿E Issac y Dylan? ¿Habrán atado cabos como yo? No, imposible. A veces me sorprendo de lo mucho que espero de mis hermanos sabiendo que probablemente su única preocupación haya sido comer hasta saciarse con todo lo que habían servido para la cena.

Me senté en mi cama, moví las cortinas para ver a Pansy o Astoria, pero tenían las cortinas cerradas. Lamenté que desde mi cierto no se pudieran ver los astros, porque no me sentía tan conectada con papá.

Solía mirar la estrella con su nombre para acordarme de él tal y como me había enseñado mamá hace añares, cuando nos sentábamos en su habitación a intentar distinguir las débiles luces nacaradas en el cielo polucionado de Londres. Nuestra madre tenía una habitación a parte, nunca nos dejaba entrar en la habitación de nuestro padre en su juventud, ni siquiera ella puso un pie en ese lugar. Tampoco nos dejaba entrar en la de Sirius, nuestro tío. Solíamos encerrarnos en la cocina e interrogar a nuestro elfo doméstico Kreacher acerca de ésto, pero mamá le había prohibido hablar del tema, así que se mordía la lengua.

Me levanté lentamente para no despertar a mis compañeras y me dirigí hacia la ventana. Aunque desde ahí no pudieran verse las estrellas, me relajaba mirar las olas que producían los animales marinos en las profundidades del lago. Observaba detenidamente cada criatura que pasaba por allí... De un momento a otro comenzó a darme sueño y pensé que lo mejor era acostarme en mi cama si no quería acabar durmiendo en el suelo. A paso cansado me dirigí a mi cama y me recosté. No estaba acostumbrada a dormir así, ya que siempre mamá me cantaba una canción hermosa que una vez mi padre compuso para ella. Aún así acabé cayendo en los brazos de morfeo....

Estaba durmiendo plácidamente, hasta que los gritos de alguien me despertaron, "Pansy" pensé mientras me tallaba los ojos con ambas manos para ver mejor

-¿Por qué gritas? -pregunté adormilada.

-Porque te he llamado cuatro veces y no te levantabas. -dijo seriamente mientras sacaba su túnica de Slytherin del armario.

-Pero si todavía no hay luz -comenté en susurro mientras me levantaba para dirigirme al baño. Pansy paró de coger su ropa, se giró y me miró, entre divertida y seria.

-Sabes que estamos en las mazmorras y aquí no hay luz ¿verdad? -yo la miré y me dí cuenta de la estupidez que acababa de decir, aunque en cierto modo no era mi culpa, ya que mi cerebro no funcionaba muy bien por las mañanas. Sin más que decir entré al baño para tomar una ducha.

Al terminar de cambiarme salí de la habitación en dirección a la sala común donde me reuniría de nuevo con Pansy para ir juntas al comedor.

-Por fin llegas. -yo solo rodé los ojos y terminé de bajar los escalones que daban hacia las habitaciones.

-No he tardado ni diez minutos... -dicho esto salimos en dirección al comedor.

Estábamos tan entretenidas hablando entre nosotras, que no me dí cuenta de que ya habíamos llegado a la mismísima puerta del comedor hasta que escuché que alguien me llamaba desde la lejanía.

-Abril... Abril... Es-Espera... -era mi hermano Dylan, el cual no podía gesticular ninguna palabra sin trabarse por todo lo que había corrido. Paró y posicionó sus manos sobre las rodillas para recuperar el aliento, cuando su respiración fue normal comenzó a hablar-. Me gustaría que en el descanso vinieras conmigo, quiero enseñarte algo que sé que te gustará.
Yo miré a Pansy, la cual miraba a mi hermano con asco, volví a mirar hacia Dylan, el cual esperaba impaciente mi respuesta después de pensarlo por unos minutos, contesté con un simple "si". Eso fue suficiente para que mi hermano volviera contento con sus amigos que lo esperaban en la gran puerta dorada que daba acceso al Gran Comedor.

Sin más me dirigí hacia mi mesa y sin mucho tema de conversación comencé a desayunar. Pensé en lo de Pansy, ¿por qué había mirado así a mi hermano? Dylan podía ser molesto a veces, pero eso ya rozaba el límite. Además no lo conocía... ¿Por qué actuaba así?

-Oh, hola, Abril. -me saludó alguien a mi lado, sentándose.

-¿Daphne? -sonreí, a la vez que tomaba con rapidez mi desayuno-. No te vimos por la mañana.

-Es que salí temprano, le había dicho a mi hermana que hablaría con ella por lechuza en cuanto llegara a Hogwarts. -me explicó, sirviéndose un par de cosas para comer.

-Bien, nos vemos en la primera clase. -me despedí de ella e ignoré por completo a Pansy cuando me llamó desde la mesa.

La primera clase fue Transformaciones, para la cual tuvimos que subir de nuevo hacia una torre. Voy a ser sincera: me gusta la paz y tranquilidad mezcladas con el poder y la superioridad que irradia la zona de Slytherin, pero odio las horrendas aulas desordenadas y con aspecto centenario, como la de Pociones. Y aún no conocía al jefe de mi casa, por desgracia.

Sabía que Pansy estaría a punto de llegar a la clase y no sabía con quién me sentaría: Daphne no estaba, Dylan estaba junto al niño del sapo en la última fila del fondo y Draco Malfoy (mi primo segundo) estaba con sus amigos. Vi mi oportunidad: el chico cuyo nombre desconocía estaba sentado solo, así que me acerqué a él con cautela.

-Hola, ¿qué tal? -hice una mueca parecida a una sonrisa, porque había oído a Pansy llamarme por el pasillo súbitamente.

-Hola -me dijo, sosteniendo (como yo), lo más parecido a una sonrisa-, me llamo Blaise Zabini.

-¿Cómo dijiste? -los alumnos de Gryffindor hablaban demasiado alto-. ¿Tu apellido es Zaza? ¡Qué bonito!

De haber sabido que estaba haciendo el ridículo, me habría callado ipso facto, pero por alguna razón no pude cerrar mi boca.
El muchacho iba a hablar -para corregirme, seguramente-, pero la profesora entró justo de forma dramática y se quedó con la palabra en la boca.

Era la misma mujer que nos había introducido en el Gran Comedor el día anterior y la que había depositado en nuestras cabezas el Sombrero Seleccionador.

Comenzó a darnos una introducción sobre la materia: lo que impartiríamos, las ideas principales, lo que podríamos lograr a final de año, etc. Y para demostrarlo se transformó en un gato mientras los demás escribíamos en nuestros pergaminos.

-Vaya, lo logramos. ¿Te imaginas la expresión de McGonagall si llegáramos tarde? -comentó alguien, entrando a la clase de forma imprevista, ignorando la presencia de la profesora (en forma de gato) sobre el escritorio.

Entonces, la mujer volvió de forma casi instantánea a su cuerpo original.

-Eso fue genial. -sinceró un muchacho de cabello rojo encendido, junto a otro: un muchacho de cabello negro y ojos esmeralda.Harry Potter.

-Gracias por esa evaluación, Señor Weasley. Quizás si transfigurara al Señor Potter y a usted mismo en un reloj de bolsillo, de esa manera uno de ustedes podría llegar a tiempo.

Muchos Slytherin rieron por lo bajo ante este comentario, sobre todo Malfoy.

-Nos perdimos. -se limitó a decir Potter.

-Entonces, ¿quizás un mapa? Confío en que no necesita uno para encontrar sus asientos. -dijo la profesora, sarcástica.

Volvió a su escritorio y siguió explicando cosas, nosotros copiamos y viceversa.

Luego tocó Pociones. Me senté en una mesa alejada para que nadie me molestara, en el momento en que me senté comenzaron a llegar los demás.
Sentí que alguien se sentaba a mi lado, así que me giré para saber de quién se trataba. En el momento en el que mire hacia mi lado, me encontré con el mismo chico de clase de encantamientos, del cual no pude saber su nombre por la cantidad de ruido que se hallaba en ese momento.

-Por cierto -dijo el chico haciendo que girara para mirarlo-. Mi apellido es Zabini no Zaza -rió un poco-, y mi nombre es Blaise.

-Encantada -hablé un poco incómoda por la situación que acababa de vivir-. Yo soy Abril Mayer... -sonreí un tanto incómoda y miré hacia otro lado pidiendo por favor que el profesor llegara pronto.
Como si acabara de leerme la mente, un hombre pelo lacio y negro en mechones, ropa raída, negra de pies a cabeza, de nariz con forma de gancho y ojos oscuros, entró dando un portazo por la puerta de la sala.

-No habrá tontos agitando varitas ni conjuros tontos en esta clase. -dijo el que supongo, suponía yo, era el profesor-. Como tal, no espero que muchos de ustedes aprecien la ciencia sutil y el arte exacto que es la elaboración de pociones. Sin embargo, para esos pocos elegidos... -hizo un pausa-. Que poseen predisposición, puedo enseñarles cómo hechizar la mente y atrapar los sentidos. Puedo decirles cómo embotellar la fama, preparar la gloria e incluso poner un tapón... a la muerte. -hablaba con un tono tranquilo pero escalofriante.
-Por otra parte, tal vez algunos de ustedes han venido a Hogwarts en posesión de habilidades tan formidables que se sienten lo suficientemente confiados como para no... prestar atención. -comentó mirando en dirección a Potter, el cual se encontraba escribiendo en un papel sin prestar atención-. Señor Potter. -dijo acercándose a él-. Nuestra... nueva... celebridad. Dime, ¿qué obtendría si agregara raíz de asfódelo en polvo a una infusión de ajenjo? -La chica de cabello alborotado que se encontraba a su lado levantó la mano, aunque el profesor la ignoró-. ¿ No lo sabes? Bueno, intentemos de nuevo. ¿Dónde, Sr. Potter, buscaría si le pidiera que me buscara un bezoar?

-No lo sé, señor. - dijo el chico con un tono notable de miedo en su voz.

-¿Y cuál es la diferencia entre acónito y lobo? -volvió a preguntar.

-No lo sé, señor.

-Lástima. Claramente, la fama no lo es todo... -comentó con un tono notable de burla en su voz.-¿verdad, Sr. Potter?

-Claramente, Hermione lo sabe. Ya que es una lástima no preguntarle. -En ese momento todos comenzaron a reír, aunque yo me sorprendí ante la respuesta que le había dado al profesor, y el tono en el que lo dijo.

- Silencio. - El profesor se dirigió a paso amenazante hacia Harry, que hasta a mi me asustó. Luego giró y continuó su camino hacia su escritorio. - Y baja la mano, niña tonta. - la pobre chica, avergonzada bajó la mano rápidamente.

- Para tu información, Potter ... el asfódelo y el ajenjo hacen una poción para dormir tan poderosa que se la conoce como el Filtro de la Muerte Viviente. Un bezoar es una piedra que se extrae del estómago de una cabra y te salvará de la mayoría de los venenos. En cuanto al acónito y al lobo, son la misma planta, que también se conoce con el nombre de acónito. - Todos nos manteníamos en silencio escuchando al profesor-. ¿Y bien? ¿Por qué no están todos copiando esto? -En ese instante tanto yo como los demás estudiantes comenzamos a copiar-. Gryffindors, tenga en cuenta que cinco puntos serán sacados de su casa... por culpa de vuestro compañero. -ese acto me pareció un tanto injusto, pero no dije nada, vaya a ser que quitara puntos también a la mía.

Luego de la clase tuvimos que salir fuera, porque era el recreo. Me despedí de Blaise rápidamente, me asomé al patio de la torre del reloj, y allí me encontré con mi hermano Dylan.

-¡Abril! ¡Abril! -se acercó a mí corriendo-. Tengo una cosa para ti... -rebuscó en sus bolsillos-. O tenía...

Entonces, alguien se acercó a nosotros.

-Oye, Dylan, te olvidaste de... Lo que sea esto... en la mesa de Pociones, te lo traje, por si lo quieres. -dijo Jackson, el muchacho con el cual había compartido barca para llegar a Hogwarts en nuestro primer día.

-¡Hola, Jackson! -lo saludé amablemente (omitiendo el hecho de que él no se había percatado de mi presencia).

-Abril, ¿qué tal? ¿Al final terminaste en Slytherin? Es una pena... -comenzó a decir, mientras le daba algo a mi hermano.

-Muy bien. Y sí, me quedé en Slytherin. Aunque yo no lo veo como una pérdida, a decir verdad, siento que el futuro me depara algo grande. -oculté mi decepción al ver que no le agradaba la casa en la que yo estaba.

-Bueno, si tú lo dices -me sonrió-... Tengo que irme -se dirigió a Dylan-, te esperamos.

Dicho esto, se giró y desapareció entre los estudiantes. Volví a centrarme en mi hermano, el cual sostenía en su mano lo que le había tendido Jackson.

-Verás... ¿te acuerdas que llegué tarde al desayuno aquel día en el Caldero Chorreante? -se rascó la nuca-. Bueno, encontré esto junto a unas cosas de mamá. Estaba en una bolsita que decía: "Para Abril, de..." y el nombre no lo recuerdo. Supuse que era un regalo de cumpleaños adelantado, así que lo abrí y me encontré con esto -me mostró un cilindro ornamentado y de colores platinados, lleno de pequeños y enigmáticos signos. Todo ello estaba sujeto a una cadena: era un collar-. No sé por qué, pero sentí la necesidad de traerlo. Quizás... -carraspeó-. Papá querría que lo tuvieras.

La mera mención de nuestro padre hizo que mi cara cambiase de repente. Nunca hablábamos de él a la ligera, porque, lo queramos o no, nos dolía el hecho de no haberlo conocido.
Aquello no quitaba que pensáramos en él, o, en mi caso, hablara con él. Era un comportamiento muy masoquista de mi parte, pero: ¿se puede culpar a una niña de once años que nunca conoció a su padre y escuchó la tétrica historia de su muerte? En absoluto.

Miré a Dylan, preguntándome si realmente había dicho lo que acababa de escuchar.

-Ya sabes, fue un pensamiento que tuve. Toma. -me lo ofreció y, yo, todavía algo confusa lo agarré. Se trataba de un hermoso collar con forma de pergamino dorado. Era precioso, pero todavía no sabía de quién era.

-Y... ¿tiene algo el collar? - mi hermano se encogió de hombros.

-Solo lo encontré, no sé nada más.

-Bien. Emm... bueno adiós. - dicho esto él se dirigió con sus amigos y yo fui a mi siguiente clase.

Salí de mi última clase con un poco de prisa para llegar a mi habitación. Hoy no iría a cenar, tenía cosas más importantes que hacer, por ejemplo saber quien me dió ese misterioso collar.

Llevaba horas sentada en la silla de un escritorio que se encontraba en una esquina de la habitación y no había descubierto nada. Decidí que lo mejor sería continuar mañana, ya que mis compañeras llegarían pronto y no quería hablar con Pansy.

Me duché, me vestí y me eché en la cama a una velocidad impresionante. En menos de quince minutos mis compañeras ya estaban entrando por la puerta.

-Sí, fué increíble, ¿viste su cara? - dijo Pansy mientras reía, a la que se le acompañó otra risa que supongo que sería la de Daphne.

-Voy a ducharme, salgo ahora.

-Bien, pero no tardes, que yo también me quiero duchar. -lo último que oí fue la puerta del baño cerrarse.

Me encontraba boca arriba en mi cama, no podía dormir y todo por ese collar. ¿Quién querría que lo tuviera? ¿Por qué mamá nunca me habló de él? ¿Sería de mi padre? Esas eran algunas de las preguntas que rondaban por mi cabeza. Poco a poco comenzó a darme sueño, hasta que finalmente me dormí...


¿Que os pareció este capítulo?
Hecho por @uoihihi y @T-rexito

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro